Mi único talento radica en deshacer
el mal que me hace sufrir terriblemente
Arquíloco (7 º siglo aC)
CAPITULO XXII
Anastasia es tan cansada, que se queda
dormida en la camioneta. La tengo
rodeada con mi brazo protegiéndola. Mi hermano y Kate están en todo el camino a
casa sin quitarse las manos de encima. Mia e Ethan se han quedo en la discoteca
divirtiéndose más.
—Despierta Ana— la agito suavemente cuando
llegamos a la casa. Abre los ojos, pero
todavía está con mucho sueño y se tambalea en la furgoneta con las piernas
temblorosas. Mi hermano y Kate desaparecen tan rápido como pueden. Espero que
no hayan dejado rastros de sus ropas camino a su habitación.
— ¿Quieres que te lleve? Le pregunto. Ella
niega con la cabeza.
—Sr. Grey
voy a ir a buscar a la señorita Grey y al Sr. Kavanagh— dice Taylor, yo
asiento, y llevo a Ana a la puerta principal sosteniendo su mano. Medio dormida
y medio mareada, ella se tropieza junto a mí. Me preocupa que mientras haga
todo el camino hasta la puerta, se vaya a tropezar con sus tacones tan altos. Me detengo y me agacho delante de ella, le
sujeto el tobillo y le quito los zapatos. Entonces me enderezo y la miro
sosteniendo sus Manolos en mi mano. Ella comienza a mover los dedos de sus pies
tratando de relajarse.
— ¿Mejor?— Le pregunto en un tono
divertido. Ella asiente con la
cabeza.
—Tuve visiones encantadoras de estos tacones
alrededor de mis oídos— murmuro, mirando hacia abajo a sus zapatos con aire
taciturno. Pero ella está
desgastada. Niego con la cabeza
para despejar mis pensamientos lascivos. Suspiro
y tomo su mano una vez más y la llevo a través de la casa a oscuras hasta
nuestro dormitorio. — ¿Estás destrozada no?— le pregunto en voz baja. Ella
asiente con la cabeza otra vez, demasiado cansada como para pronunciar una
palabra.
Le desabrocho el cinturón de su gabardina.
— Yo lo haré— se las arregla para
susurrar, tratando de alejarme débilmente.
—Déjame— le ordeno y le solicito. Ella
suspira, dándose por vencida.
— Es la altitud. No estás acostumbrada… y la bebida por
supuesto— Le recuerdo. Vivimos en Seattle que está a nivel del mar y aquí
estamos más o menos a unos ocho mil pies sobre el nivel del mar. No debí
dejarla beber demasiado aunque fuese por la celebración de mi hermano y Kate. La altura hace que el alcohol te afecte más
rápido de lo habitual. Debí asegurarme de que tomara el doble de agua. Me siento
culpable, porque ella no sabía como se iba a comportar su cuerpo por la altura,
yo sí lo sé.
Tomo su abrigo y lo tiro en una de las
sillas. La tomo de la mano y la llevo al baño. Primero tengo que limpiar su
cara. Ella está demasiado cansada para hacerlo.
—Siéntate— le digo y le apunto a la silla.
Ella se sienta como una niña buena. Busco en su tocador, entre sus productos de
bellaza. Estoy buscando un poco de algodón. ¡Ah! ¡Allí
está! Camino de vuelta a mi
esposa; está tan cansada que sus
ojos están cerrados. Le inclino su cabeza hacia atrás y ella abre los ojos
parpadeando.
— Ojos cerrados— le digo y le muestro el
algodón. Ella se relaja y lo hace. Le limpio el maquillaje de sus ojos con
suavidad. Me siento feliz de tener que ser el que cuide de sus necesidades,
aunque sea algo pequeño. Ella está sentada sin hablar.
—Ahí está la mujer con la que me casé— le
digo después de quitar su maquillaje.
— ¿No te gusta mi maquillaje? Me pregunta.
—Me gusta mucho, pero prefiero lo que hay
debajo— Le digo y beso su frente. Entonces agarro un par de pastillas de Advil
y un vaso de agua y las coloco en sus manos. Ella lo mira y hace pucheros.
—Tómalas— El alcohol combinado con la altura, pudiera
darle un dolor de cabeza. Ella voltea los ojos, tal como esperaba, pero
obedece.
—Bien. ¿Necesitas
un momento privado?— Pregunto con arrogancia. Ella
resopla burlonamente.
—Tan tímido señor Grey. Sí necesito hacer
pis— me río con su respuesta. Ella va al grano como siempre.
— ¿Esperas que me vaya?
Se ríe en respuesta. —¿Quieres quedarte?— Pregunta. Sí, realmente no me importa. No veo por qué debería estar
avergonzada de hacer pis en mi presencia. Hemos hecho tantas mierdas que puedo
pasar eso. Muevo mi cabeza a un lado con expresión divertida.
—Eres un hijo de puta pervertido. Fuera.
No quiero que me mires orinando. Eso es un paso demasiado lejos— me dice
parándose y sacudiendo su mano para sacarme del baño. Ella está muy agotada,
pero recibe una ráfaga de energía y patea a su marido fuera del baño. ¡Esta muy
luchadora!
Me dirijo al armario para desligarme de mi
ropa. Me pongo solo mi pantalón de pijama. Pocos minutos después Anastasia sale
del baño. Aunque cansada, su mirada se detiene en mis pantalones mirando mi
abdomen y luego baja a mi camino feliz. Está muy distraída mirándome.
—¿Disfrutando de la vista? — pregunto con
ironía.
—Siempre— dice sin vergüenza.
—Creo que estás un poco borracha señora
Grey.
—Creo que, por primera vez, estoy de
acuerdo con usted, señor Grey.
—Déjame ayudarte a salir de este poco
vestido. Realmente debe venir con una
advertencia de seguridad— le recuerdo. Camino
a su alrededor y deshago el único botón del cuello. Este vestido debió
fabricarlo una viuda.
—Estabas muy enfadado— murmura. Sé de lo que está hablando. Enfadado... No es la palabra correcta,
pero no voy a aclararlo. Lleno de una
rabia era lo que estaba al ver a otro hombre acariciar el trasero de mí mujer.
—Sí, lo estaba.
—¿Conmigo?— Me cuestiona.
—No. No
contigo— le digo besando su hombro. —Por primera vez— Ella sonríe
reconociéndolo.
—Es un gran cambio— dice alegremente.
—Sí. Lo es— le digo mientras bajo su
vestido y lo dejo caer a sus pies en el suelo. Le quito las bragas y ella está
gloriosamente desnuda delante de mí. Le agarro la mano para ayudarla a salir de
su vestido.
—Paso— le ordeno, y ella sale de su
vestido mientras se aferra a mi mano para mantener el equilibrio. Agarro el
vestido y las bragas y las tiro en la silla junto con el abrigo. Entonces
agarro una de mis camisetas para ponérsela. —Sube los brazos— y cuando los
levanta le pongo mi camiseta y la bajo hasta cubrirla. La abrazo y la beso. Su
aliento a menta es intoxicante.
—Por mucho que me encantaría enterrarme en
usted, señora Grey, ha
bebido mucho y está a ocho mil pies de altura y no durmió bien la noche pasada.
Ven. Métete a la cama— la pongo en la cama y la cubro con el edredón. —Cierra tus ojos. Cuando vuelva a la cama, espero que
estés dormida— le ordeno.
—No te vayas— me suplica.
—Tengo que hacer algunas llamadas Ana.
—Es sábado. Es tarde. Por favor— sigue suplicando y tengo
sentimientos encontrados. Si me meto en
la cama con ella, dado el hecho de que no tengo sueño, y ella está
exquisitamente desnuda… es demasiada tentación para un hombre como yo. Me paso la mano por el pelo.
—Ana, si voy a la cama ahora, no vas a
descansar. A dormir— le mando una vez más. Ella muestra su desagrado al cerrar
los ojos y me besa suavemente en la frente.
—Buenas noches
bebé— le digo. Hay una gran
sonrisa en su rostro cuando salgo de la habitación.
***** ❦ ♡ ❧ *****
La primera llamada es para Welch.
—Habla Welch, saludos.
—¿Qué paso con las actualizaciones?
Pregunto sin preámbulos.
—No hemos encontrado mucho en Detroit. No quiero enviar a alguien más para investigar.
Preferiría hacerlo yo mismo, señor. Pero,
ahora no es el mejor momento. Me gustaría atar los cabos sueltos
aquí en primer lugar, si está de acuerdo, señor Grey.
—¿Qué está haciendo el hijo de puta desde
la cárcel?
—Pidiendo libertad bajo fianza. Es
demasiado listo…
—Has hablado con mis abogados, ¿no?
Pregunto con mi ira en aumento.
—Sí señor. Están haciendo todos los intentos de
bloquear su petición de libertad bajo fianza. Además,
solo puede darse el lujo de una defensa pública. Pero no queremos tomar su
petición a la ligera. Ha hecho mucho y nos gustaría mantenerlo en el agujero.
—¿Sabes qué le a dicho a la policía?
—Tienen la boca muy cerrada. He tratado de
buscar información con mis contactos, pero dado que este es un caso de alto
perfil, todos los culos están alineados y nadie quiere meter la pata. Estoy
seguro de que van a hacer todo por el libro señor.
Dejo escapar un suspiro de exasperación.
—Así que será lento y exasperante
entonces…— murmuro en voz baja.
—No estamos dependiendo del departamento
de policía, nunca lo hemos hecho. Estamos con los ojos y oídos tan cerca de su
celda como podemos.
—Mantenme actualizado. Estaremos de vuelta a la ciudad más
tarde en el día— le recuerdo.
—Sí señor.
Entonces voy a través de mi trabajo con
los e-mails. Hay una montaña de
correos electrónicos y documentos de trabajo que necesitan mi firma u opinión. Aburrido
como agua en una zanja. Pero voy
a resolverlos para poder liberar mi tiempo y estar más con Ana. Me sumerjo en
ellos y al cabo de unas pocas horas ya he finalizado. Cuando me voy a nuestro
cuarto son las 3:00am. Busco un vaso con agua con gas bien fría, para cuando
Ana se pare. Anastasia está acurrucada en posición fetal con la mano extendida
sobre mi almohada como si quisiera tenerme en su sueño. Coloco el vaso en su
mesa de noche y me deslizo en la cama y la volteo para pegarla completamente de
mí. Pongo mis manos en su cintura y la atraigo hasta que toda su espalda y
trasero están pegados de mi pecho y mi vientre. Meto mis piernas entre las de
ella. Y sabiendo que está a salvo dentro de mi agarre, caigo en un sueño
tranquilo.
***** ❦ ♡ ❧ *****
Estoy acogedor y cálido. Movimientos leves me despiertan. Siento su pelo haciéndome cosquillas en
mi cara mientras ella se mueve, y mis piernas están enredadas con las de ella,
como de costumbre.
—¿Qué pasa?— Le pregunto medio atontado y con sueño.
—Nada. Buenos
días— contesta en voz baja y pasa los dedos por mi cabello suavemente,
inmediatamente me relaja.
—Sra. Grey,
te ves hermosa esta mañana— le susurro y le doy un beso en la mejilla. Sus ojos se iluminan incandescentes.
—Gracias por cuidar de mí anoche— me dice
agradecida.
—Me gusta cuidarte. Es lo que quiero hacer— le digo en voz
baja. ¿No entiende que tengo que
cuidar de ella? Quiero que ella
me necesite. Su agradecimiento
por cuidar de ella me exalta inesperadamente. Escondo mis sentimientos, pero
mis ojos traicionan mi alegría. Me siento triunfante cuando logro lo que me he
propuesto hacer. Entonces otra vez… lo hice. Mi meta principal en esta vida es
cuidar de Anastasia y encuentro que es muy agradable.
—Me hiciste sentir querida— dice ella
haciéndome respirar profundo.
—Eso es porque lo eres.
Le agarro la mano y ella se estremece.
Alarmado inmediatamente la libero.
—¿Por el golpe?— Le pregunto con los ojos
fríos recordando las manos del hijo de puta en ella. Me da una rabia, trato de
ocultarlo, pero es evidente en mi voz.
—Le di una bofetada. No lo golpeé.
—¡Ese hijo de puta! ¡No puedo soportar que
te tocara!
—Él no me
hizo daño, solo fue inapropiado.
Christian estoy bien. Mi mano está un poco roja, eso es todo. Seguramente tú
sabes lo que es eso— Dice sonriendo. Su comentario me distrae. Yo disfruto
mucho el hormigueo de mis manos luego de dar un buen azote.
—Por que señora Grey estoy familiarizado
con eso— Sonrío de placer. —Puedo reencontrarme con ese sentimiento si así lo
deseas— Suelto mi anzuelo a ver si pesco algo.
—Oh, guarda tu mano inquieta señor Grey—
dice acariciando suavemente mi cara con su mano lesionada. Sus dedos me tocan y
me acarician. Agarra mi cabello y lo jala suavemente. Tomo su mano y le doy un
beso en la palma. No. Hoy tampoco es mi
día de pesca.
— ¿Por qué no me
lo dijiste ayer por la noche?
—Uhm... Realmente no lo sentí ayer en la
noche. Está bien ahora— A pesar de que le duele la mano, me siento orgulloso y
un alivio inexplicable, sabiendo que golpeó al bastardo.
—¿Como te sientes?
—Mejor de lo que merezco.
—Ese es, absolutamente un buen brazo el
que tiene allí señora Grey— le digo con orgullo.
—Harías bien en recordarlo Sr. Grey.
—¿En serio?— le digo desafiándola. Me
ruedo y me monto rápidamente encima de ella, empujándola con todo mi peso en el
colchón. Agarro sus muñecas y las sostengo sobre su cabeza. Estoy completamente excitado. Mi mirada se fija en ella. Quiero que se resista. El pensamiento de que luchemos en la
cama, es un giro inesperado, que me excita.
—Me gustaría luchar cualquier día contigo
señora Grey. De hecho someterte en mi cama es mi fantasía— le digo y le beso el
cuello seductoramente.
—Creí que me sometías todo el tiempo— dice
jadeando mientras mordisqueo su oreja y chupo el lóbulo.
—Hmmm... pero me gustaría un poco de
resistencia— le susurro y paso mi nariz por su mandíbula. Ella se mueve debajo
de mí. Me detengo inmediatamente y libero sus manos, luego se inclina hacia
arriba en los codos.
—¿Quieres que me pelee contigo? ¿Aquí?— Me
pregunta susurrando. Mi
revelación la sorprende. Sí por
favor. ¡Lucha contra mí! Despierta
el depredador que llevo por dentro. Con
apenas disimulado entusiasmo, asiento con la cabeza. Mis ojos están cautelosos, preocupado
por su reacción.
—¿Ahora?— Pregunta. Me encojo de hombros. Estoy
emocionado, encendido, cautivado y la idea de que ella se me resista me seduce
al instante. Asiento con la cabeza
lentamente. Mi respiración es
superficial. Mi erección está tan
gruesa que se clava en su carne suave y tentadora.
—¿Es esto lo que querías decir acerca de
venir a la cama enojado?— Pregunta. Asiento
con la cabeza una vez más; mis
ojos están ansiosos y cautelosos. Sólo sé que someterla me haría tener el
control absoluto durante el sexo, sacaría su cólera y eso es lo que necesitamos
y lo que me encanta. Pero su resistencia
en la cama también reflejaría su comportamiento diario. Sería exasperante,
seductora, tentadora. Es como conquistar lo inconquistable. Cuando ella le está
dando vueltas en su cabeza a la idea, se muerde el labio.
—No te muerdas el labio— le advertí. Ella libera su labio, obedientemente.
—Creo que me tiene en desventaja, Sr.
Grey— dice ella batiendo sus pestañas y se retuerce bajo mi polla
provocativamente.
—¿En desventaja?— Pregunto sin entender lo
que significa.
—Sin duda ya me tienes donde me quieres—
Por supuesto... me presiono contra ella para que sienta de nuevo mi erección.
—Buen punto, bien hecho, señora Grey— le
susurro y beso rápidamente sus labios. Pues
bien, señora Grey, me puede obligar. La
sostengo y me doy la vuelta para que ella quede a horcajadas sobre mí. Ella
agarra mis manos y las sube a mi cabeza. Su cabello está suelto y cae en
mechones castaños magníficos alrededor de su cara, sobre sus pechos y,
finalmente, llegan a mi cara; ella lo mueve haciéndome cosquillas en el rostro. ¡La amo! Yo volteo mi cara de golpe, por su
dulce asalto, pero dejo que comience el juego.
—Así que, ¿quieres jugar rudo?— Pregunta
mientras barre su entrepierna sobre la
mía, me hace abrir la boca e inhalar con fuerza.
—¡Siiii!— Siseo y ella me libera.
—Espera— dice, y se inclina sobre la mesa
auxiliar, toma el vaso de agua y bebe un largo trago. Mis dedos trazan sobre sus muslos
dibujando pequeños círculos y por último aprieto sus nalgas. Ella se inclina
para besarme, y con su lengua abre mi boca y vierte agua fría en ella. Trago
complacido.
—Muy deliciosa, señora Grey— murmuro
sonriendo.
Ella coloca el vaso en la mesita de noche
y quitando mis manos de su trasero, la lleva hacia mi cabeza una vez más.
—¿Así que se supone que no debo estar
dispuesta?— Me pregunta sonriendo.
—Sí.
—Yo no soy muy buena actriz— dice dispuesta a estar debajo de mí. Sonrío con un gozo
salaz.
—Prueba— murmuro.
Ella baja la cabeza mientras su cabello
crea un velo ocultando su rostro; me besa y en voz baja, me habla. —Está bien, voy a jugar—. Sin quitar
los labios de mi cara, arrastra los dientes a lo largo de mi mandíbula,
raspando mi mentón; su lengua me da varias lamidas creando una sensación de
hormigueo. Puedo sentirlo por todo el camino hasta mi ingle. Mi respuesta es un
sonido primitivo, depredador. Hago mis movimientos.
Esta criatura
sexy, mi esposa está despertando todas mis sinapsis, junto con la hambrienta
bestia climatizada que hay en mí y me hierve la sangre. Me muevo en mi lugar y
giro arrojándola a un lado de la cama. Ella grita por la sorpresa, luego me
muevo y me coloco encima de ella tratando de capturar sus manos. Ella las pone en
mi pecho, primero lentamente y luego ejerce toda su fuerza tratando de
apartarme. Mientras trata de separarme de ella, con una rodilla trato de
separar sus piernas. Ella enfoca todo su esfuerzo en sus manos, empujándome;
pero estoy firmemente plantado encima de ella. No me detiene su toque, de hecho
lo estoy disfrutando muchísimo.
Intento capturar sus muñecas de nuevo, y
esta vez, capturo una, pero ella trata de torcerla para salir de mi agarre. Es
la mano adolorida. Pronto se rinde y con la otra mano ¡me jala el pelo con
fuerza! Que me hace mover la cabeza a un lado. ¡Mierda!
—¡Ah!— me quejo por su asalto, pero estoy completamente encendido,
despierto y lujurioso. Sigo manteniendo su mano capturada. La miro con ojos
licenciosos, apasionados.
—Salvaje… le susurro.
Está ferozmente encendida y está poniendo un
esfuerzo real por detenerme. Lucha contra mí, tratando de sacar su mano y junta
los tobillos como una yegua salvaje, para que yo no le abra las piernas con mis
rodillas. ¡Cree que va a salir intacta! ¡Ese coño es mío y lo agarro porque
quiero! ¡Estoy más allá que encendido! Agarro su otra mano a pesar de sus
esfuerzos y la subo junto con la otra, para mantener las dos sujetas con mi
mano izquierda. Con la mano derecha me paseo por su cuerpo, acariciando, tocando
sus pezones en el camino.
Maroon 5 -
Misery
Ella grita mientras pellizco su pezón y su
respiración se vuelve más pesada, hace otro intento por empujarme fuera de
ella, pero es en vano.
Me inclino y trato de besarla, pero ella voltea
su cabeza de lado a lado, así que no puedo capturar sus labios. Mi mano derecha descaradamente se
mueve desde el borde de su camiseta hasta la barbilla y la mantengo en su lugar
para correr mis dientes a lo largo de su mandíbula, reflejando su acción
anterior.
—Oh, nena pelea conmigo— me quejo. Lucha debajo de mí, haciendo el
trabajo para yo recibir mi recompensa. Ella se tuerce y se retuerce, tratando
de liberarse sin remedio. La tengo en un firme agarre, porque soy mucho más
fuerte. Le chupo su labio inferior y de inmediato trato de meter mi lengua,
invadiendo su boca, pero esta vez ella no se resiste. Me regresa el beso… más
ardiente. Entonces desengancha sus tobillos y envuelve sus piernas alrededor de
mis caderas y utiliza sus pies para bajar mi pijada por mi trasero.
—Ana…— respiro con deseo, completamente
perdido en su magia y la beso por todas partes. Ya no estamos luchando, pero
nuestras manos comienzan a acariciar, apretar, darnos placer; nuestras lenguas
retorciéndose, chupando, lamiéndonos sensualmente entre sí.
Magic Woman
Negro - Santana
Estoy urgido por desnudarla.
—Desnúdate—murmuro con voz ronca y
dificultad para respirar. La arrastro y
le quito la camiseta en un movimiento rápido.
—Tú— susurra. Luego de un tirón desabrocha mi
pantalón de pijama y mi erección salta libre, firme y gruesa con deseos de
enterarme en lo más profundo. Ella la agarra y aprieta con fuerza en su mano. Siseo mi respiración a través de mis
dientes apretados fuertemente mientras ella se hace cargo de mi pene y sube y
baja lentamente.
—¡Joder!— Me quejo. Inclino mis caderas hacia atrás y levanto sus
muslos empujándola más en la cama. Ella mantiene el dominio en mi pene,
moviendo arriba y abajo con delicia, bombeando. Cuando su mano llega a la
punta, levanta el pulgar y propaga toda la humedad acumulada alrededor de la
corona, girando… y siento un hormigueo hasta los dedos de los pies. Ya he
aguantado mucho sin follarla. La acomodo mejor en la cama mientras le acaricio
las caderas, el vientre, sus pechos y ella mete su dedo pulgar en su boca
saboreándome. —¿Sabe bien?— le pregunto, mientras alineo mi cuerpo sobre
el de ella. Mis ojos ardiendo de deseo carnal por mi esposa.
—Sí. Toma—
dice con una voz entrecortada y empuja el pulgar en mi boca. Soy muy malo y al chupar muerdo el
respaldo. Ella gime y agarra mi cabeza y tira de mí hacia ella para darme un
beso. Envuelve sus piernas alrededor de mí y empuja mi pijama con los pies
hasta bajarla por mis piernas, luego se envuelve de nuevo en mis caderas. Mis
labios se arrastran desde el otro lado de la mandíbula hasta la barbilla,
mordisqueando suavemente.
—Eres tan hermosa— me quejo cuando meto mi
cabeza en la base de su garganta—Esa piel tan hermosa— le respiro. Mis labios
van hasta sus pechos acogedores.
—Christian— me llama como pidiendo un
favor. ¿Quiere que vaya más rápido? Ella sigue con sus puños en mi pelo.
—Silencio— le susurro haciendo círculos en
su pezón con mi lengua y luego chupo con fuerza.
—¡Ah!— Ella gime y se retuerce debajo de
mí, subiendo su pelvis para encontrarse con mi pene. Sus intentos me hacen sonreír contra
su piel, pero no voy a ceder. Vuelvo mi atención hacia su otro pezón.
—¿Impaciente, señora Grey? Pregunto, y
luego chupo duro en su pezón, tirando con profundidad. Ella tira de mi pelo. Me quejo y levanto mi cabeza para
mirarla. —Te voy a amarrar— digo
con tono de advertencia.
—Tómame…— ella me pide necesitada.
—Todo a su tiempo— me quejo contra su
piel. Mi mano se desplaza hasta
la cadera lentamente, mi boca jugando con su pezón, lamiendo, arremolinando y
chupando, adorándola. Ella gime en voz alta, su respiración
es corta y profunda. Mece sus
caderas contra mí, tratando de tirar de mí. Mi pene está grueso, pesado y
palpitante para ella, pero quiero tomarme mi tiempo. Quiero hacer el amor con mi esposa.
Pero, de repente, Anastasia cambia de
tacto. Ella lucha y gira en mi
contra, esta vez decidida a alejarme.
—¡Qué mierda! — le digo mientras agarro
sus manos y las pongo a los lados de la cama, con todo mi peso sobre su cuerpo.
Ella está como un animal salvaje y sin aliento.
—Querías resistencia— dice jadeando. Levanto mi cuerpo con sus manos aún atrapadas
y la veo a todo lo largo, tratando de descifrar lo que quiere. Ella coloca sus
talones en mi trasero y me empuja, pero no puede moverme.
—¿No quieres jugar limpio?— Le pregunto
perplejo. Estoy encendido de la emoción.
—Yo sólo quiero que me hagas el amor, Christian—
dice ella. ¿Qué demonios estaba
haciendo? Pensé que estaba
haciendo el amor con ella... bien podría añadir.
—Por favor— dice presionando sus talones
contra mi trasero de nuevo. Trato de
buscar en su cara una pista para entender exactamente lo que quiere. Ella
quiere satisfacción ahora. Bueno, le daré eso. Libero sus manos y me siento
sobre mis talones y la traigo hacia mi regazo.
—Está bien, señora Grey, vamos a hacer
esto a su manera— le digo, y la levanto para bajarla lentamente sobre mi
erección, por lo que ella está ahorcajadas.
—¡Ah!— Dice completamente satisfecha. Coloca sus brazos alrededor de mi cuello y
sus dedos retuercen mi cabello. Tiene una expresión de dicha en su cara y
comienza a moverse. Está a cargo. No sé qué pensar acerca de eso. Me gusta
estar a cargo en la cama. Me gusta estar a cargo en todo momento, pero sobre
todo en la cama. Esto es único… Comienza a moverse lentamente primero, luego
toma ritmo, caricias de terciopelo para mi pene en la entrada y en la salida.
Es… simplemente delicioso. Gimo cuando siento la acumulación familiar en su
sexo, sus músculos acariciándome, apretándome, tratando de tirar de mí más
profundo y… —¡Ah!— Estoy en mi mejor momento; como que ambos llegaremos a
nuestros picos al mismo tiempo. Mis labios encuentran los de ella y nos
perdemos en un orgasmo intenso.
***** ❦ ♡ ❧ *****
No sé cómo, ni en qué momento caímos en la
cama. Pero cuando mis sentidos están de vuelta, sus dedos están acariciando mi
pecho. Mi mano está rítmicamente acariciando su espalda y los dos estamos
todavía tratando de recuperar el aliento. Estoy perdido en mis pensamientos
tratando de descifrar lo que acaba de suceder. Ella tomó el control en medio de
nuestra relación y yo se lo entregué a ella. De buena manera, debo admitir.
Pero esto nunca me había sucedido. No le he entregado el control a nadie desde
que me volví un dominante. Sin embargo no me importa entregárselo a ella. Mis
pensamientos son ambivalentes, entre contento y desconcertado.
—Estás muy callado— susurra y besa mi
hombro. Volteo mi cabeza para mirarla.
—Eso fue divertido— le digo. Su rostro
cambia. Se ve preocupada. —Usted me confunde, señora Grey.
— ¿Te confundo?— Pregunta.
Me muevo y volteo hacia ella, así que
estamos cara a cara. —Sí. Tú. Teniendo
la última palabra. Es diferente.
— ¿Diferente bueno o diferente malo?—
Pregunta pasando un dedo por mis labios. Responde
eso Grey. Honestamente yo todavía estoy tratando de averiguarlo. Surco mi
frente para aclarar mis propios sentimientos. Beso
su dedo distraídamente.
—Diferente bueno— le digo pero la
sensación de ambivalencia todavía está oscilando en diferentes direcciones.
—¿Nunca habías complacido esta pequeña
fantasía antes? Pregunta sonrojándose.
—No, Anastasia. Tú me puedes tocar— le digo
simplemente la verdad. Nadie más
podía.
—La Sra. Robinson
podía tocarte, murmura, entonces parece lamentar sacar a relucir su nombre en
este momento. ¿A dónde diablos quiere llevar esta conversación con esa
afirmación? No quiero a Elena en mi cama, incluso hipotéticamente. Ella me tocó
sin mi permiso en ese entonces y a ella le importaba una mierda. Anastasia
tiene mi permiso y mi ferviente deseo de que me toque.
—Eso fue diferente— le susurro.
Su rostro se transforma en curiosidad de
nuevo. —¿Diferente bueno o diferente malo?— Pregunta.
Ella me mira expectante, con los ojos muy
abiertos, tratando de conocer un poco más sobre mi coloreada vida sexual,
queriendo averiguar mi pasado. Siento la punzada repentina de dolor. La duda
pasa por mi mente momentáneamente. En ese momento, pensé que eso era lo que
quería, porque era el único toque que podía tener. La manera en que lo podía
tolerar. Estaba ahogado en sentimientos
reprimidos que no tenía la forma de liberar. Esa era la única manera de
respirar, para liberar la rabia que tenía dentro de mí. No sé exactamente cómo
era. Tal vez mala... Pero eso es
todo lo que podía recibir, tolerar y la única manera de sentir.
—Mal, creo— le susurro.
—Pensé que te había gustado.
—Me gustó. En ese momento— Porque yo no
sabía que lo que tengo con Anastasia sería posible. Ni siquiera me imaginaba la
posibilidad de que esto podría pasar con alguna mujer. ¡Es que ni siquiera
fantaseé con eso! La única manera de poder tener alguna conexión humana
tangible era esa y así me las arreglé para sentir cualquier cosa.
— ¿Ahora no?
La miro con ojos asustados. Niego con la cabeza. Eso... eso... no era nada comparado
con lo que ahora tengo. Yo amo a
Anastasia. Siento cosas por ella, cosas comprensibles. Ahora soy un hombre que
ha experimentado todo.
—Oh, Christian—
dice abrumada. Ella se lanza sobre
mí y me besa la cara, la garganta, el pecho, cada una de mis cicatrices. Gimo
profundamente apasionado y el amor estalla como si nada. La abrazo y la beso
con amor puro, con intensidad y lujuria. Disfrutando de ella y entregándome a
ella por completo. Nos sumergimos de nuevo en nuestra burbuja placentera a un
ritmo pausado, con ternura, para hacer el amor con la única mujer que amo y que
amaré.
***** ❦ ♡ ❧ *****
Después de tener nuestra mañana apasionada
y luego de una ducha con Ana, me visto y voy hacia la cocina. Anastasia se ha
quedado en el cuarto todavía vistiéndose.
— Buenas Christian…— murmura Mia
Malhumorada. ¿Qué le pasa? ¿Está brava con Ethan? —Hola, buenos días Mia— le
contesto, pero no voy a interrogarla. —Ethan— le digo saludándolo.
—Buenos días Chrstian— responde muy
alegre. La señora Bentley les ha puesto el desayuno a todos. Cuando saludo al
resto de ellos me dirijo a la señora Bentley.
— ¿Sra. Bentley,
está el Sr. Bentley afuera?— Pregunto.
—Buenos días Sr. Grey. Sí. Debe estar en el patio, señor.
Gracias. Y,
señora Bentley, me gustaría llevar a mi esposa a una caminata y un picnic. ¿Le importaría empacarnos un almuerzo
para el aire libre? Le pregunto y hago mi camino hacia la salida. No vengo a
Aspen muy a menudo. Como el dueño de la casa tengo que hablar con el Sr. Bently
y saber si todo está bien por estos lados. El Sr. Bentley es un hombre rubio, delgado
y musculoso, de ojos oscuros. Está vestido con sus pantalones de trabajo, y un
t-shirt del Departamento de Bomberos de Aspen.
—¡Sr. Grey!—
Siento que no pueda quedarse por mucho más tiempo, señor. Hemos tenido un clima
muy agradable.
—Volveremos de nuevo. ¿Cómo ha estado todo por aquí?
—Muy bien señor. Hemos tenido varias grandes tormentas. De hecho la lluvia se ha llevado el
viejo puente de hierro por todo el arroyo. ¡El río creció como nunca jamás se
ha visto! Y el invierno parecía estar retrasando la primavera hasta finales de
mayo. Por supuesto que me quedó una gran cantidad de arbustos y árboles por
recoger, pero me gusta el trabajo de jardinería señor.
—Usted y la señora Bentley han hecho un
buen trabajo— lo alabo y él sonríe
amablemente.
—Gracias señor Grey, pero todavía tenemos
que sembrar plantas perennes de verano. Como
puede ver, el sitio donde van, está vacío. Hemos sembrado la mayoría, pero
falta todavía. Pero el tiempo ha estado lluvioso y no queremos que las flores
se inunden de agua. Las lluvias no parecían dejar este verano.
—Las montañas Ajax son hermosas en esta
época del año.
—De hecho, lo son, pero por otra parte,
son hermosas en cada época del año. Sólo
que es un tipo diferente belleza, responde riendo.
Me doy cuenta que hay tirado un palo de
bambú en la grama. Es un poco largo. Lo recojo del suelo y lo flexiono con mis
manos. Se dobla por la tensión y se devuelve con fuerza. ¡Es como un bastón!
— ¿Cree que va a venir con su padre para
la pesca de este año?
—Sí. Quisiera. Tal vez incluso pueda traer a mi
suegro. El es un buen pescador— le digo. Sostengo de nuevo la caña de bambú y a
continuación con el brazo extendido la azoto cortando el aire. Siento un júbilo
al instante. He perdido el control de castigar. Aunque no voy a utilizarla en
mi esposa. Eso está en mi pasado.
Corto de nuevo el aire con la vara, la
cual emite un sonido como un silbido, por último cae en el suelo. No es como
golpear las nalgas, con líneas de color rosa formándose, pero me recuerda la
sensación. Mi corazón se
agita, pero me doy cuenta de que no es la misma emoción que sentí alguna
vez. Entonces siento su mirada en la distancia. Ella me está mirando, de pie junto a
la ventana. Me detengo, y trago. ¿Qué pensará de mí? Me siento como un alcohólico en
recuperación atrapado bebiendo el vino de la cocina para recordar el sabor. Anastasia me ve y a continuación sale
de la ventana. ¡Mierda! Seguro que va a querer hablar de esto.
***** ❦ ♡ ❧ *****
Kate y Elliot quieren pasar tiempo a solas
después de haberse comprometido. Mia está
molesta y yo no quiero compartir su estado de ánimo con nosotros. Ella y Ethan
han estado dentro de casa. Si Mia se queda, no me llevaré a Ethan como una tercera
rueda con nosotros. Quiero
mostrar la belleza de mi mujer al aire libre de Aspen. La llevaré al camino de
Río Grande porque es uno de los más accesibles y uno de los senderos más
populares debido a la facilidad de la ruta. Anastasia no hace caminatas largas
ni difíciles. La llevo siguiendo el antiguo sendero de Denver y por el lado Río
Grande por donde pasaba antes el viejo tren.
Quiero mostrarle todo lo que me gusta
hacer. El clima es moderado y el
sol está brillando. Le muestro los
puntos diferentes que me gustan de esta ruta. Al final de la caminata ella está
muy cansada, así que nos detenemos para comer nuestro picnic.
La señora Bentley nos empaquetó una manta
a cuadros rojos y blancos. La
saco de la mochila de senderismo y la pongo sobre la verde hierba. Es un sitio
exuberante con vista al río. La Altitud y la caminata tienen a Ana un poco
pesada.
—¿Está muy cansada señora Grey?
— Lo estoy Sr. Grey— dice mientras se
recuesta apoyándose con los codos.
— ¿Te ha gustado el paisaje hasta ahora?— Le pregunto ansiosamente, inclinándome sobre
mi vientre y apoyándome en los codos.
— Christian es hermoso. Estar aquí solo
nosotros, no hay cámaras que nos vigilen, nada de qué preocuparse…— dice y mi
cara se cae.
—Sé que hemos tenido una semana difícil, pero
espero que estas mini vacaciones, alejen de tu mente todas las preocupaciones
de la casa— le digo con mis ojos muy abiertos sin pestañear.
Ella se levanta en sus rodillas y se
inclina hacia mí, sosteniendo mi rostro en sus manos.
—Esto— dice gesticulando con una mano, —esto
es maravilloso. Lo que hiciste al
traer a mis amigos aquí, en tan poco tiempo. Me faltan las palabras Christian.
¡Está más allá de lo atento! ¡Eres un maravilloso marido! ¡Mío!— Dice y se inclina
para besarme.
Cuando nuestros labios se tocan, el fuego
se inflama dentro de mí y yo me levanto para atraer su cuerpo entre mis brazos.
Ruedo con ella sobre mi espalda montándola encima de mí. Nuestro beso se hace
más grande y más apasionado, pero interrumpido por el ruido de unos niños
excursionistas cerca.
—Compórtate, señora Grey— me burlo para
advertirle y ella se ríe. Comenzamos a sacar nuestro almuerzo y comemos
animadamente.
El resto del día pasa rápido, las pequeñas
vacaciones se terminan. Estamos de regreso a Seattle, de vuelta a la realidad.
Stephan prendió el signo de abrocharse el
cinturón y estamos a punto de aterrizar. Anastasia está dormida.
—Hey, dormilona. Despiértate. Ya vamos a aterrizar. El cinturón de seguridad— le susurro.
Medio dormida, ella hurga buscando el
cinturón sin poder abrochar la hebilla. Le
sonrío y la fijo. Le beso la frente y ella se recuesta de nuevo en mi hombro.
Me siento satisfecho de saber que ella me necesita aún en las cosas más
simples. Cada pasajero está tranquilo en el avión incluyendo a mi
hermana. Agarro mi contrato de negocio y empiezo a leer y seguir anotando.
Elliot está casi roncando y siento a Ana que abre los ojos y me mira, mi
hermano de alguna manera se despierta.
— Me encanta tu rubor Ana— dice Elliot
bromeando con Ana; luego bosteza y se estira. La Oficial Beighley anuncia
nuestro aterrizaje por el intercomunicador y Anastasia me aprieta con fuerza. Sostengo su mano, frotando círculos
suaves en el interior sus palmas y la calmo con suaves murmullos.
Una vez que salimos del avión, nos
encontramos con Ryan que nos espera con el Audi SUV. Él abre la puerta del pasajero para
nosotros. Dejo que Anastasia se deslice,
entonces me siento a su lado. Ryan
cierra la puerta y se sienta en la parte delantera con Taylor.
—¿Cómo estuvo tu fin de semana, señora
Grey? Pregunto.
—Bien, gracias— responde sonrojándose y
tímida.
—Podemos ir en cualquier momento. Llevar a quien desees.
—Deberíamos llevar a Ray. Le gusta la
pesca.
—Esa es una buena idea— le respondo. Ya se lo he mencionado al Sr. Bentley
antes.
—¿Y cómo estuvo para ti?
—Bien. Realmente bien— le respondo. Me
sentí relajado y lejos del estrés de lo sucedido. No me tuve que preocupar por
su seguridad, porque estaba con ella.
—Pareció que te relajabas— me dice. Me
encojo de hombros.
— Sabía que estabas segura.
Ella frunce el ceño ante mi respuesta. —Christian, estoy segura la mayoría
del tiempo. Te lo he dicho antes,
colapsarás a los cuarenta si sigues con ese nivel de ansiedad. Y quiero
envejecer contigo— Me dice con fervor y agarra mi mano. En mis votos dije que
la cuidaría y que la haría feliz. Ese es el trabajo de un marido. Yo levanto su
mano y beso sus nudillos.
—¿Cómo está tu mano?
—Está mejor, gracias.
—Muy bien, señora Grey. ¿Está lista para
hacerle frente a Gia otra vez?— Ella voltea los ojos.
— Podría querer mantenerte lejos,
mantenerte seguro— dice sonriendo.
—¿Protegiéndome?— Le pregunto sonriendo.
Mi esposa puede ser una felina cuando alguna mujer se me acerca y no le gusta.
—Como siempre Sr. Grey. De todas las depredadoras sexuales—
susurra.
***** ❦ ♡ ❧ *****
— La señorita Matteo está aquí señor—
Taylor nos anuncia y Anastasia toma una respiración profunda, se endereza y se
pone de pie en sus tacones de aguja, con un toque de gracia.
Gia Matteo aparece en la entrada con una
sonrisa crujiente, pero nerviosa.
—Buenas tardes señora Grey— dice y sacude
la mano de Ana primeramente. Mi mujer anda con su rostro impasible que ha
aprendido de mí.
—Sr. Grey—
dice educadamente y me estrecha la mano.
—Gia— Le contesto.
— Les he traído los planes actualizados. Estoy esperando por el diseño, dice
ella con nerviosismo.
—¿Quieres algo de beber Gia?— Anastasia le
pregunta y coloca una copa más en la mesa.
— Tomaré lo que estén tomando, señora
Grey— Responde casi sumisa. Ana asiente con la cabeza y se dirige a la nevera.
Agarra la botella de vino y vierte en la copa. Gia está distante de mí y espera
a que Ana vuelva a la zona del comedor.
Cuando le pasa la copa a Gia Ana le dice
—Te vi en Aspen hablando con Elliot ayer— La expresión de Gia cambia como en
shock.
—Oh... yo... ¿Qué? ¿Cómo? ¿Estaban en la ciudad?
—Sí, todos estábamos. Tomando unas mini vacaciones y también
celebrando que Elliot y Kate, se comprometieron— suelta Anastasia la noticia
deliberadamente, tomando un sorbo de vino y viendo la reacción de mía en sus
ojos.
—Comprometido... ¿de verdad?— Gia dice y
traga, tratando de ocultar su sorpresa.
—Sin duda, debes haber oído hablar de su
novia Katherine Kavanagh. Se va a
casar con mi mejor amiga.
—Sí, él mencionó que estaba en la ciudad
con su novia, pero no dijo nada sobre el compromiso.
—Bueno, no lo podía decir. No había hecho la
pregunta aún. Estaba comprando el anillo.
—Ah… No lo dijo. Me encontré con él en la
calle. Yo estaba allí para trabajar mejor en los planos de su vivienda. Tengo
una cabaña en Aspen— dice en un suspiro acompañado con una sonrisa frágil.
Dejo a Anastasia que proteja a su amiga. Niego con la cabeza imperceptiblemente,
tratando de ocultar mi sonrisa cuando veo a mi mujer hacerse cargo de Gia Matteo.
Gia muestra los cambios que hemos solicitado y resultaron ser muy
agradables.
—¿Ana?— Le pregunto a mi esposa.
—Me gustan— dice sonriendo. Sostengo la mano de mi esposa,
acercándola más a mí. Gia aparta
su mirada nerviosa.
—Me alegro— responde ella.
— Le voy a informar a Elliot, y creo que
él puede comenzar a desalojar la casa y la remodelación en la próxima semana.
¿Estás completamente satisfecha bebé?— Pregunto.
—Sí, Christian, me encanta. Es todo lo que quiero— dice dándome
una sonrisa tranquilizadora.
— Señorita Mateo, su jefe, la señora Grey,
aprueba sus remodelaciones. Envíele los
planos a Elliot— digo todavía sonriendo y mirando a Ana.
—¡Genial!— dice Gia con entusiasmo. Se
pasa la mano por el cabello llevándolo hacia atrás con sus uñas bien cuidadas. —Entonces, voy a preparar todo y enviarlos a
Elliot. Buenas noches señora Grey— dice y sacude la mano de Ana. —Buenas noches
señor Grey— dice y me estrecha la mano. Taylor ya está de pie junto a la puerta
para acompañar a Gia.
***** ❦ ♡ ❧ *****
El día, así como nuestras mini vacaciones
ha terminado. Me pongo mis
pantalones de pijama y me estoy lavando los dientes. Oigo a Ana riéndose en la
cama, pero cuando entro su mirada está perdida mirando hacia el horizonte la
ciudad de Seattle. Parece perdida en sus pensamientos.
—¿Todo bien?— Le pregunto cuando me subo a
la cama.
—No tengo ganas de volver a la realidad—
murmura.
—¿No?— Pregunto y ella me responde negando
con la cabeza. Acaricia suavemente mi cara con sus dedos — Tuve un fin de
semana maravilloso. Gracias.
Su divulgación me hace sonreír. —Tú eres mi realidad Ana— me quejo y
la beso.
—¿Lo extrañas?— Pregunta.
— ¿Extrañar qué? Le pregunto confundido.
— Sabes. Los
castigos con los látigos… y eso— susurra avergonzada.
¡Oh, mierda! Ella ha estado pensando en ello desde
esta tarde. Me preguntaba cuándo lo
preguntaría. Me quedo mirándola, ¿Qué esta tratando de averiguar? Ella me miró
con la caña de bambú ¡Mierda! Va a creer que necesito a alguien para hacer esa
mierda.
—No Anastasia, ya no— Le contesto con
firmeza y seguridad. Acaricio su mejilla. —El Dr. Flynn me dijo algo cuando te
fuiste, algo que se quedó conmigo. Me dijo que yo no podía ser de esa manera si
tú no estabas dispuesta. Fue una revelación— Frunzo el ceño. Esa era la manera
que tenía de expresarme físicamente, un método para una satisfacción sexual.
—No sabía de otra manera Ana. Ahora lo sé. Ha sido educativo— le digo.
— ¿Yo, educarte a ti? Dice con desdén.
Pero tiene que haber una razón por la que está preguntando esto. ¿Le estoy
negando algo que desea? Tengo que averiguarlo. Mi mirada se suaviza.
—¿Lo extrañas?— Pregunto con
suavidad.
— No quiero que me lastimes, pero me gusta
jugar Christian. Tú lo sabes. Si quieres hacer algo…— dice encogiéndose de
hombros mirándome. ¡Vamos, Ana! ¿Algo? ¿Qué es ese algo?
—¿Algo? Pregunto apenas conteniéndome.
—Ya sabes, con el flagelador o tu fusta…—
dice sonrojándose. Levanto mis cejas con sorpresa, y lamo mis labios con la
punta de la lengua.
—Bueno... ya veremos. En este momento, me gustaría un poco
del buen y anticuado vainilla— le digo, y corro el pulgar por el labio inferior
y beso a mi esposa profundamente y me sumerjo en ella.
Siente el
momento-. Pitbull & Christina Aguilera
***** ❦ ♡ ❧ *****
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De: Anastasia Grey
Asunto: Buenos días
Fecha: 29 de agosto 2011 09:13
Para: Christian Grey
Sr. Grey
Sólo quería decirte que te amo.
Eso es todo.
Siempre tuya.
A x
Anastasia Grey
Puesta Editor, SIP
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De: Christian Grey
Asunto: Expulsando la tristeza del lunes
Fecha: 29 de agosto 2011 09:17
Para: Anastasia Grey
Señora Grey
Qué palabras tan
gratificantes para escuchar de la esposa de uno (errante o no) un lunes por la mañana. Le aseguro que me
siento de la misma manera. Perdón por lo de la cena de esta noche. Espero que no sea demasiado aburrida
para ti.
X
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
________________________________________
De: Anastasia Grey
Asunto: Barcos que pasan en la noche
Fecha: 29 de agosto 2011 09:25
Para: Christian Grey
Sr. Grey
Estoy seguro de que usted puede pensar en
una manera de darle vida a la cena...
Suya anticipadamente.
Señora G. x Anastasia (no errante) Grey
Coordinadora Editorial, SIP
________________________________________
De: Christian Grey
Asunto: La variedad es la especie de la vida
Fecha: 29 de agosto 2011 09:34
Para: Anastasia Grey
Señora Grey
Tengo algunas ideas…
X
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Ahora
Impaciente por la cena AACB Inc.
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De: Christian Grey
Asunto: Ayer por la noche
Fecha: 30 de agosto 2011 09:23
Para: Anastasia Grey
Fue divertido. ¿Quién hubiera creído que la cena anual
de AACB podría ser tan estimulante?
Como siempre, nunca decepciona, señora
Grey.
Te amo.
X
Christian Grey
Pasmado CEO, Grey Empresas Holdings Inc.
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De: Anastasia Grey
Asunto: Me encanta un buen juego de pelota...
Fecha: 30 de agosto 2011 09:32
Para: Christian Grey
Estimado Sr.
Grey
He echado de menos las bolas de plata.
Nunca decepcionas.
Eso es todo.
Señora G.
X
Anastasia Grey
Coordinadora Editorial SIP
______________________________________
La jornada de trabajo está por terminar. Mi intercomunicador zumba.
—Sr. Grey
el Sr. Welch está en línea para un mensaje urgente— dice Andrea.
— Pásalo.
—Sr. Grey,
tengo noticias para usted.
— Te estoy escuchando.
—El abogado de Hyde ha interpuesto varias
solicitudes para una fianza, pero sus abogados me informaron que sus esfuerzos
han sido infructuosos. Aún está en prisión preventiva— dice Welch. Dejo escapar
el aliento que no sabía que tenía contenido.
—Me alegra saber que el hijo de puta sigue
tras las rejas. ¿Cómo pueden
pensar que merece ser libre, o que hay una fianza para casos como estos?
—Bueno, la detención preventiva se
diferencia de la detención fija, hasta que lo acusen. Por los momentos, él es
inocente hasta que se pruebe su culpabilidad ante los ojos de la ley.
—¡Excepto que no es inocente! Allanamiento de morada, intento de secuestro,
intento de asesinato... ¿Qué más se necesita?
—No podría estar más de acuerdo con usted,
señor. Pero, su abogado sostiene
que la detención sin juicio viola el Estado de Derecho. Él está trayendo a colación el hecho
de que Hyde provenía de un ambiente en desventaja, pero aceptó el reto y se
graduó en Princeton; una hazaña que
muy poca gente logra si vienen de dinero o no, y él era un Editor respetable,
hasta que fue despedido. Sus antecedentes penales están sellados y no se pueden
utilizar con él. Sabemos de su reputación, sin embargo no hay nadie que pueda
decir algo malo de él. Esos elementos están a su favor. Pero sus abogados han
logrado bloquear todo intento de sacarlo de la cárcel.
— Esto está mucho mejor, para eso es que
les pago.
—Sí, esa es la buena noticia. Ha sido acusado de intento de
secuestro y del incendio, señor.
—¿Eso es todo? ¿Tiene defensa pública?
—Sí, señor, eso es todo. Y él está utilizando defensa pública. Pero, Hyde es un chico listo, yo no
quiero que nos sorprendan. Tengo
ojos y oídos dentro de la cárcel y me enteraré de cualquier cosa. Aparentemente
presentarán el recurso de Hábeas Corpus.
—¿Qué? ¿Cómo
puede hacer eso? ¿Cómo pueden
permitirle hacer eso? ¿Está tratando
de decir que su detención carece de causa o prueba suficiente?
—Bueno, en términos simples, sí. Eso es lo que está tratando de decir. Él afirma rotundamente su inocencia, y
que él fue la víctima— dice Welch, y maldigo mi epitafio en voz baja. ¡Cabrón!
—¿Qué pasa con los cómplices?
— No suelta palabra. Si dice algo, se
estaría incriminando y como le dije es muy inteligente. Mucho silencio al
respecto.
—Bueno, ¿Pero no ha presentado la petición
todavía?
— ¿De Habeas corpus? No, todavía no, señor. Y hasta ahora, él está en prisión
preventiva bajo custodia. Cuando eso suceda sus abogados intervendrán para
anular esa solicitud.
— ¡Que ni se les ocurra permitirlo! Lo
quiero en la cárcel de forma permanente ¿Entiendes? Cualquier intento que haga
por salir, me avisan de inmediato.
—Es evidente, señor— dice Welch, y cuelgo. Tomo una respiración profunda y
escribo un e-mail a Anastasia.
______________________________________
De: Christian Grey
Asunto: Hyde
Fecha: 01 de septiembre 2011 15: 24
Para: Anastasia Grey
Anastasia
Para tu información, a Hyde se le ha negado
la libertad bajo fianza y está en prisión preventiva. Está acusado de intento
de secuestro y del incendio. Hasta el momento no se ha fijado fecha para el juicio.
Christian Grey
CEO, Grey Empresas Holdings Inc.
______________________________________
De: Anastasia Grey
Asunto: Hyde
Fecha: 01 de septiembre 2011 15:52
Para: Christian Grey
Esas son buenas noticias.
¿Significa esto que vas a aligerar la
seguridad?
Realmente no me pongo de acuerdo con
Prescott.
Ana x
Anastasia Grey
Coordinadora Editorial, SIP
______________________________________
¡Oh, Anastasia! Usted será la muerte para mí. No puedo aligerar la seguridad
mientras el hijo de puta está haciendo artimañas para salir de la cárcel, y no
tenemos ni idea de quiénes son sus cómplices. ¡No
puedo correr el riesgo de su seguridad! Si
no le gusta Prescott, la cambio. Honestamente,
Ana parece una niñita a veces.
______________________________________
De: Christian Grey
Asunto: Hyde
Fecha: 01 de septiembre 2011 15:58
Para: Anastasia Grey
No, la Seguridad se mantendrá en su lugar. Sin discusión.
¿Qué hay de malo con Prescott? Si no te gusta ella, la reemplazaremos.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
______________________________________
De: Anastasia Grey
Asunto: ¡Tranquilo!
Fecha: 01 de septiembre 2011 16:02
Para: Christian Grey
Solo preguntaba (pongo los ojos en blanco)
Y pensaré lo de Prescott.
¡Calma tu mano inquieta!
Ana x
Anastasia Grey
Coordinadora Editorial, SIP
______________________________________
De: Christian Grey
Asunto: No me tientes.
Fecha: 01 de septiembre 2011 16:10
Para: Anastasia Grey
Le puedo asegurar señora Grey, que mi
cabello está firmemente agarrado. ¿No ha sido eso demostrado a menudo por su
buena persona? Mi mano sin embargo está inquietándose.
Puede que tenga que hacer algo al respecto
esta noche.
X
Christian Grey
CEO, No calvo aún, de Grey Enterprises Holdings Inc.
_____________________________________
De: Anastasia Grey
Asunto: Retorciéndome
Fecha: 01 de septiembre 2011 16:19
Para: Christian Grey
Promesas, promesas...
Ahora deja de molestarme. Estoy tratando de trabajar. Tengo una reunión improvisada con un
autor. Trataré de no distraerme con
pensamientos sobre ti durante la reunión.
A x
Anastasia Grey
Coordinadora Editorial, SIP
___________________________________________________
Señora Grey, creo que ha estado anhelando mi azote. Esta noche entonces... ¡no puedo
esperar!
***** ❦ ♡ ❧ *****
Sería bueno en cualquier caso, satisfacer algún día cara a cara el camino
hacia el infierno. Me recorre un oleaje de sentimientos.
Langston Hughes
El hombre entra en el restaurante con
pasos seguros. Es lujoso, exclusivo
y está lleno. La anfitriona
inmediatamente corre hacia el hombre de pelo oscuro con penetrantes ojos azules
vestido con un costoso traje elegante Brioni; es de alta estatura.
—¿En qué puedo ayudarle señor? dice la camarera tartamudeando. El hombre
se le nota que tiene control y mando.
Ella traga y levanta su mirada hacia él —¿tiene alguna reserva? ¿Busca a
alguien?
— He quedado con alguien aquí, dice el
hombre con una profunda voz de barítono. —Mi
socio ya está aquí.
— Perfecto señor. Si me da el nombre, con
mucho gusto podría llevarla hasta…
¿Ella?—
Eso salió mal. No debió haber hecho esa
pregunta. El hombre está molesto. Se nota muy depredador, listo para saltar, su
mirada se fija en ella. Mirándola como si estuviera perdiendo el tiempo. Esto
nunca le sucedió antes. Ella es una chica hermosa, algunos podrían llamarla un
golpe de gracia. Casi todos los clientes
le echan un segundo vistazo. Pero
este hombre es como un león vestido con un traje caro. Él es seductor, pero su mirada infunde
miedo en ella inmediatamente. Ella
baja los ojos, incapaz de mirar. ¿Por
qué es tan difícil de mirar directamente a sus ojos? Parece como si estuviera
hablando con ella con sus ojos. Ella
parpadea y evita mirarle.
— Sé exactamente dónde está y quién es. Lo encontraré.
—Como usted quiera, señor, responde en voz
baja.
Levanta la intensidad de la mirada de
ella, y se va hacia una habitación privada reservada para los VIP. No toca la puerta. Entra. Y el hombre que lo espera está
vestido con traje de alta costura de Armani, color negro, sofisticado a juego con
la camisa y corbata negra, se pone de pie, seguro de sí mismo. Tienen gustos
similares y muy singulares. Están en su armadura psicológica. Tienen la
necesidad física de ser así. El hombre de traje Brioni se está reuniendo con el
otro subrepticiamente. Él es un abogado consumado, con record invicto, siempre
sirviendo a ricos y culpables. Él le ha servido en el pasado muy bien. Para
cubrir huellas, para mantener su nombre a salvo y sin ninguna tachadura. El
abogado consumado sabe que debajo de ese traje de Armani, mocasines John Lobb,
mirada poderosa, dominante y rico, sigue siendo un matón. Pero él no lo
desprecia. Es una herramienta para un fin. Afortunadamente, él no tiene ese
tipo de necesidad, pero por otra parte, nunca se pondría un traje de diseñador
de vitrina. De hecho le gusta gastar dinero en su ropa por encargo. No le gusta
la conformidad.
—Sr. Lincoln,
buenas— el hombre le extiende la mano, pero lo interrumpe.
—Sin nombres aquí, me puedes decir señor
Albert—dice con una voz inconfundible, autoritaria e imperiosa.
—Encantado de verlo señor— dice Albert torpemente.
— Siéntate— Lincoln le ordena enfatizando
la S y Albert, un hombre de mediana edad
con una importante posición social en los círculos de abogados en Seattle, que pensaba
que estaba a cargo del lugar, por ser un abogado de record invicto en la sala,
obedece y se sienta como un cachorro. Eso le sorprende enormemente.
Se aclara la garganta.
—Tengo vino aquí, y podemos llamar para
que sirvan la comida, si así lo desea— dice sin saber qué más decir a Lincoln. Albert siente que la mirada de
Lincoln lo quiere pelar capa por capa. Es intenso y con un silencio
exigente.
—Puedo preguntar, ¿por qué me ha convocado
aquí, señor?
Lincoln inserta su mano en su chaqueta de
traje azul marino Brioni y saca un pedazo de papel. Es una pieza impresa de un reportaje
del Seattle Times.
_________________________________________________
Seattle Times
27 de agosto, 2011
El ático de uno de los hombres más ricos
de Seattle, sólo superado por Bill Gates, ha sido invadido por un hombre
llamado Jack Hyde que ha sido identificado como el ex jefe de la joven esposa
del Sr. Christian Grey. La fuente
no identificada en el Departamento de Policía confirma que se encontraba en las
instalaciones para secuestrar a la señora Anastasia Grey y pedir un rescate. El Sr. Jack Hyde también ha sido
identificado como el autor que intentó prender fuego a la sala de servidores
del Edificio de Christian Grey, en el centro de Seattle. El fuego no se extendió gracias a un
sistema de supresión de incendio y el intento de secuestro fue evitado por el
personal de seguridad del señor Grey. Nuestra fuente nos dice también que el
Sr. Hyde adquirió una camioneta para secuestrar a la señora Grey y la evidencia
que se encontró dentro del vehículo sugiere que posiblemente la intención era
de violarla. Las pruebas
materiales que se han encontrado, han sido recogidas en la escena del crimen por
los investigadores del Departamento de Policía de Seattle. La policía ha sido cautelosa en dar los
detalles y no hay informes oficiales del departamento de policía o de GEH.
Hyde se encuentra actualmente bajo
custodia policial, y todos los intentos de fianza han sido negados hasta ahora.
_____________________________________
Albert parpadea. Se rasca el pelo sin entender el
significado del artículo.
—¿Me estoy perdiendo de algo aquí Señor?
— Quiero que este hombre llamado Jack Hyde
sea liberado bajo fianza. Quiero
que la fianza se haga de forma anónima. No
quiero ningún rastro del dinero visible o vínculos hacia mí. Pero quiero que hagas todo lo posible
para liberarlo. Sin ninguna
prueba que lo vincule conmigo.
Albert traga.
— ¡Pero, señor! ¡Él trató de secuestrar a la esposa de
Christian Grey! Y yo no quiero
tener a un hombre como ese de enemigo.
Lincoln se mueve en su asiento con
confianza, con los brazos cruzados, controlados y cerrados para su antagonista.
— ¡De ahí la necesidad de que todo sea
anónimo! Dice levantando las cejas. —Y,
¿Cuando te ha crecido la moral y la conciencia? Sé que trabajaste incansablemente para
liberar a uno de los grandes del cártel mexicano. Esa gente no tiene reparo en
matar a alguien. Ellos son conocidos por cobrar sus deudas con intereses— dice
mientras aplasta suavemente una pieza invisible de polvo del brazo de su
chaqueta. Luego se inclina y centra la intensidad de su mirada sobre el
abogado, y continúa, —Grey por otro lado, es conocido por no usar ni siquiera
una pistola de agua.
—Va a ser un esfuerzo costoso señor— dice Albert incómodo, pero contento con la
perspectiva de hacer una gran suma de dinero en efectivo. Esto sería muy rentable, por cierto. Lo suficiente como para comprar un
condominio para la rubia que ha estado en su mira desde hace tiempo... una tetona
muy dulce.
— Lo entiendo. Estoy dispuesto a pagar el
precio que sea, con tal de pagar la fianza a la brevedad posible. Tienes
maneras de hacerlo…— ordena en una voz firme y decidida de manera inequívoca.
—¿Cómo desea pagar?
_ Efectivo. Siempre efectivo. Pero si no
cumples…— dice con una sonrisa amenazadora cuando él se inclina hacia el
espacio personal de Albert —Voy a hacer que tu cuerpo nunca se encuentre— dice con voz claramente amenazante.
Albert toma un
poco de compostura y se echa hacia atrás —¿Me estás amenazando?
Lincoln endereza la espalda y fija su mirada en Albert y su fría sonrisa desaparece. —Lo siento. Quería ser claro. No hay ninguna implicación. Te estoy dando una promesa pura y simple. Debes entender esas líneas en tu negocio— dice levantando las cejas.
Albert se aclara la garganta después de la amenaza confirmada. Limpia las gotas de sudor de la frente con la servilleta de tela. Se compone a sí mismo de nuevo, y asiente con aquiescencia.
Lincoln endereza la espalda y fija su mirada en Albert y su fría sonrisa desaparece. —Lo siento. Quería ser claro. No hay ninguna implicación. Te estoy dando una promesa pura y simple. Debes entender esas líneas en tu negocio— dice levantando las cejas.
Albert se aclara la garganta después de la amenaza confirmada. Limpia las gotas de sudor de la frente con la servilleta de tela. Se compone a sí mismo de nuevo, y asiente con aquiescencia.
Está de vuelta en el ruedo y con control
total. Le toca hacer sufrir a Grey. De la peor manera, moviendo la alfombra
debajo de él. Perdiendo lo que más quiere. Grey cogió con su mujer por años.
Está muy bien que alguien más se coja a la de él. Hay un castigo cuando alguien
transgrede el territorio de otro hombre. Está fuera el hecho de que él no amaba
a Elena. Solo se la tiraba. Pero eso no viene al caso. El debe cobrar todas las
cuotas con intereses. La venganza es un plato que se come frío. En el camino
Hyde debe joder a su mujer y si tiene suerte, matar a la esposa del hijo de
puta. Sí, ojo por ojo. Eso es lo
correcto. La posibilidad de infligir dolor en el corazón de Grey, lo
excita muchísimo.
— Cuando salga de prisión, quiero que le
entregues un mensaje.
—¿Cuál es el mensaje señor?
—¿Cuál es el mensaje señor?
— Termina lo que empezaste y serás recompensado— dice con una sonrisa de satisfacción.
3 comments:
feliz por el capitulo ...estaba mas que impaciente...excelente magnifico como siempre lo que el piensa cuando van pasandole las cosas es emocionante de leer muchas gracias
Que delicia un paseo como este, y mas divino un esposo que te atienda muy bien en todos los sentidos...¿Existirá un hombre así?...difícil, ese sexo lo pone a trepar a uno por las paredes, eres genial Emine como siempre. No se de donde sacas tanta imaginación. , eres la escritora que escribe el mejor sexo de grey...¡es impresionante! muchas gracias.
Patricia divina traducción amiga querida, mil gracias por tu hermoso trabajo un besote.
Hay que hermoso paseo y con ese esposo mas todavia que esta pendiente de todas las osas de ellas, que buen capitulo como siempre me encanta como escribe esta chica y super lo que escribio del señor lincon que imbecil ese viejo me cae mal. gracias por un capitulo mas ahora a leer el otro capitulo
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