Capítulo XXVIII
Donde ningún hombre entra
Donde ningún hombre entra
Traducido y editado por María Teresa Camp Gozalbo
Si tu enemigo está seguro en todos los puntos, prepárate para
él. Si tiene fuerza superior, evádelo. Si tu oponente es
temperamental, busca irritarlo. Pretende ser débil, para que se vuelva
arrogante. Si se está relajando, no le des descanso. Si sus fuerzas
están unidas, sepáralas. Si el soberano y el sujeto están de acuerdo, pon
división entre ellos. Atácalo donde no esté preparado, aparece donde no
eres esperado.
- Sun Tzu, el arte de la guerra.
Taylor
abre la puerta del laboratorio de Barney en GEH. Lleva una brillante camiseta
roja con la palabra ¡BAZINGA! Impresa en ella. No tengo la mínima jodida idea
de lo que significa. Levanta la vista de su trabajo. Un descargador estático
está conectado a su brazo y lleva puestos unos lentes que son sorprendentemente
elegantes. Se levanta poniendo cuidadosamente un disco duro en una superficie
desocupada. Sus vaqueros están metidos en sus botas, como de costumbre, cuyas
agujetas están solo medio atadas.
—
¡Señor Grey, Taylor! ¡Hola! —Dice emocionado.
—
¿Qué tienes para mí?
—
¡No creerá lo que he descubierto, señor Grey! Tuve que pedirle ayuda a Welch
porque él sabe cómo tirar de las cuerdas.
—
¿Con qué propósito? —Le pregunto.
—
Huellas dactilares, por supuesto.
—
¿Qué hay sobre el contenido del disco duro? ¿Conseguiste descubrir algo?
—
La teoría que le presenté anteriormente, gracias a usted, señor, ha resultado
prometedora. En lugar de encenderlo directamente y tratar de iniciar sesión en
el disco duro, que podría o no ser posible, pero lo más probable es que la
secuencia que el perpetrador inició puede terminar o peor aún, puede tener
troyanos u otros gusanos o virus que intenten infectar nuestro sistema. Así
que, he decidido hackear al hacker. Trato de no estar esperanzado, pero hay un
atisbo de eso.
—
Así que, ¿dónde lo pudiste romper? —Le pregunto a lo que Barney le hace
responder con una sonrisa más amplia.
—
Soy un… —hace comillas con su dedo índice y medio de ambas manos—, soy un hacker
de élite o, mejor dicho, era, pues he afilado mis herramientas, porque tengo
que tratar y ver de primera mano si los sistemas de nuestra empresa pueden
resistir las intrusiones externas.
—
¿Y los resultados? —Pregunto con impaciencia.
—
Sí, no he terminado todavía, señor. He pasado la mayor parte del día es poner
precauciones en su lugar para que lo que el perpetrador haya iniciado no logre
destruir el contenido del disco duro. Pero una fracción de información que
descubrí en el disco es muy interesante. Todavía no sé lo que significa, señor.
Despierta
mi curiosidad—. ¿Qué es?
—
Esto, —dice mientras camina hacia el monitor de la computadora. Lo que veo es
una algarabía, personajes mezclados en un caos desorganizado—. Esto es una
mierda. Algarabía. ¡Aquí no hay nada que ver! —Ladro.
—
¡Ah! Eso es lo que parece al principio, señor Grey. Permítame mostrarlo algo
más, —dice tecleando varias teclas de forma tan rápida que sus dedos parecen
estar volando sobre el teclado—. Vea señor Grey, hay muchos ingenieros comunes
que no saben el tipo de sub-rutinas que los hackers crean para encontrar los
archivos ocultos que son su meta, cosas que la gente ordinaria o los usuarios
frecuentes de estos juguetes y esto es muy costoso con todas las campanas y
silbidos, señor Grey, —añade
calificando—. Este iPad en particular que se tan similar a los demás es de
hecho, una edición limitada que saldrá el mes próximo. Hubo un problema con la
versión anterior que no le informarán a usted, pero tengo cada una de las
posibles ediciones y supe lo que la versión anterior necesitaba; una pequeña
mejora… Bueno, estoy desviándome del tema. ¡Este tiene una característica que
los demás no tenían! —Agrega emocionado—. Tiene una función de GPS con si WI-Fi
y rastrea todos los lugares donde esta unidad ha estado. Cuando activa el WI-Fi
o cuando tiene un servicio contratado para estar conectado al internet, lo
rastrea, no con propósitos maliciosos, aunque existen requisitos
gubernamentales previos para los productos de computación que se venden en el
extranjero, y llevan este diminuto chip que es casi invisible. Considerando que
aún no ha salido, pensé que estaría interesado en saber dónde este juguetito ha
estado durante su corta existencia, —dice Barney. Después de unos pocos más
golpes en el teclado, aparece un mapa del mundo.
—
¡El punto de inicio es Taiwan! ¿Significa eso que está relacionado con mi
negocio en Taiwan?
—
No, quiero decir, sí. Pero pasa a través de una inspección técnica ahí, para
esta versión en particular. Pero esto es de grado militar, señor Grey, —dice.
—
¿Qué?
—
Esta versión tiene algunas particularidades que no están disponibles para usos
comerciales. Así que cuando descubrí eso, llamé a Welch para que se apresurara
a imprimir la huella dactilar parcial que no fue dañada. Después de quitar las
de Lee, Taylor y las suyas del disco duro, quedó parte de una huella dactilar.
—
¿Yyyyy? —Sondeo ansiosamente.
—
Ahí es donde se pone interesante. La persona no existe. Llegamos a un callejón
sin salida.
—
¿No existe? ¿Cómo puedo eso ser posible? ¿Significa que no tiene antecedentes
criminales, licencia de conducir, ni registros de migración? A menos que el
hombre esté en el país ilegalmente, debe haber algo de él que exista.
—
Esa es la cosa señor. Ninguno de esos registros existe. Welch envió los
registros a Anthony Decimus, la mano derecha de Pella. Tienen conexiones con
Seguridad Nacional.
—
Bueno, ¿consiguieron algo?
—
Sí.
—
¿QUÉ? —Pregunto exasperado.
—
Se les ocurrió con lo CLASIFICADO. Él o ella tuvieron registros en un momento u
otro, pero ya no. Eso significa que trabajó en alguna agencia de inteligencia.
—
¡Quiero que encuentren a esa persona!
The house of rising sun – The White Buffalo
& The Rangers
—
Señor Grey, el nombre aparece como ‘TOP SECRET’ e incluso aquellos que tienen
el grado suficiente para ver este tipo de archivos, no pueden ver los detalles
a menos que les sea autorizado. —Ahora puedo ver porque el perpetrador pudo
evadir a Lee. ¿Pero, por qué el gobierno? ¡Hay alguien en mi empresa que está
haciendo algo ilegal? Tengo que hacer inspecciones. Hasta dónde sé, no hay nada
que comprobar, pero debo estar seguro. Aunque ese fuera el caso, no estarían
acechando a mi esposa de esta manera. No es la forma en que el gobierno opera.
Ella no tiene nada que ver con los negocios de mi empresa.
Levanto
la vista hacia Taylor que es ahora pura atención—. ¿Puerta trasera? —Pregunta,
queriendo decir si se le permite usar a nuestros aliados en ciertas oficinas
principales.
—
Discreta e indirectamente. No quiero que se corra la voz de que tenemos esta
pequeña evidencia. —Corro las manos por mi cabello con exasperación.
—
Ya estoy en eso, —dice volteándose para llamar por su celular.
—
¿Qué hay acerca del resto del contenido? —Pregunto.
—
Lo que puedo ver es lo que Lee dijo. Tomará tiempo descifrar más. Sin embargo,
lo que es obvio es que nos dirige a Nueva York. Hay nombres parciales. Tengo
una copia impresa aquí y le envié una copia por correo a Welch. También mi
equipo está actualizando los servidores de SIP, por lo tanto, nadie puede usar
sus correos ni sus teléfonos todavía, a menos que los teléfonos sean primero
revisados por mi equipo IT. ¿Tiene el teléfono de la señora Grey y los de su
equipo de seguridad con usted? — Sí. ¡Taylor! —Lo llamo. Levanta la mirada de
su teléfono. Asiento para entregar los teléfonos a Barney. No fue sencillo
quitarle el suyo a Anastasia sin que protestara.
—
Me llevará algunos minutos diagnosticarlos. Una vez que estén listos para
usarse, les permitiré tener acceso a los servidores y agendas de SIP. Pero
necesito instalarles corta fuegos y anti-troyanos.
—
¡Hazlo! —Ladro mi orden. Mi mente está corriendo a cientos de miles por hora,
tratando de descifrar quien está detrás de mi esposa. No puede ser nada sobre
ella considerando que Lauren fue utilizado en Nueva York en contra de ella.
¡Alguien o algunos están tratando de decirme que tengo enemigos en lugares no localizables
que pueden alcanzar y dañar a mi familia! ¿Quién tiene ese alcance? Cuando
viene de personas conocidas, competidores o enemigos, puede ser una larga
lista. La ira, la furia, ni siquiera cubren lo que siento ahora. Comienzo a dar
vueltas por el laboratorio rápidamente, respirando por la nariz como un toro
furioso. ¡Siento que podría matar a alguien! Apenas estoy conteniendo la
sensación letal sin golpear a alguien a mi alrededor.
—
¿Señor? —Oigo la voz de Barney. Debe haberme estado llamando por un tiempo
porque me mira con curiosidad, esperando una respuesta a la pregunta que no le
he oído.
—
¿Qué? —Le grito.
—
Los teléfonos de la señora Grey, Sawyer y la señorita Tiber están limpios.
Pero, mmm, acabo de recibir una llamada de mi equipo IT en SIP. Descubrieron
que el teléfono de la ‘asistente’ de la señora Grey un jinete, —dice.
—
¿Un jinete? ¿Qué demonios es eso?
—
Es un chip troyano. Es muy posible que este chip en particular haya violado la
información de SIP.
—
¿Qué carajo? ¿Por qué haría eso?
—
Aparentemente Hannah está muy sorprendida al saberlo, t ahora está llorando
incontrolablemente. No c reo que ella lo haya hecho señor. Si ella fuera a
compartir información sobre la señora Grey, no hubiera necesitado un caballo de
Troya. Ella ya tiene acceso ilimitado a todo eso.
—
¡No quiero tu jodida opinión! ¡Quiero que Welch la entreviste aquí, ahora!
—Gruño. Taylor ya se está moviendo para abrirme la puerta.
—
¿Señor Grey? —Barney me llama.
—
¿Qué? —Gruño, exasperado—. Está olvidando los teléfonos y esa no fue mi
opinión. Welch ya la entrevistó. De hecho, viene en camino de GEH para verlo.
Me llamó para ordenarme que me quedara más tiempo aquí porque él mismo me está
trayendo el teléfono para que pueda examinarlo de cerca. Ya habían tomado las
huellas dactilares de él y enviadas para análisis. Me pidió que le dijera que
por favor lo esperar y que está en camino.
—
¿Dónde está la asistente de mi mujer en este momento?
—
Está en SIP señor. Aparentemente, ella misma llevó su teléfono para que fuera
revisado y le restauraran el acceso a su correo electrónico. Honestamente
señor, si ella lo hubiera puesto por sí misma, ¿por qué querría que se lo
revisaran sabiendo perfectamente bien que sería atrapada? Welch tiene la
tendencia de tener todo en video. Posiblemente usted podría verificarlo cuando
llegue dentro de los próximos quince minutos.
No
respondo. Por supuesto tiene razón., pero también significa que quienquiera que
esté haciendo esto, se dirige a todos alrededor de mi esposa sin excepción. Ni
siquiera están tratando de acercarse a mí. Quienquiera que sea o sean, van por
el eslabón más delgado. ¡¡Mierda!! Hannah fue totalmente examinada,
antecedentes verificados y frecuentemente monitoreados. No tiene novio, es
adicta al trabajo, y ocasionalmente ve a algún hombre, pero no por más de una
noche. No tiene ataduras, como con sus padres cada quince días en domingo. Está
casada con las responsabilidades por mi esposa. Me froto con fuerza la sien por
el dolor de cabeza que se aproxima.
—
¡Hazlo pasar a mi oficina tan pronto como llegue! —Ordeno. Taylor toma el
camino a mi oficina.
This life – Curtis Stiger & The Forest
Rangers
“Sé que hay personas que
creen que debes perdonar y olvidar. Para que quede constancia, me gustaría
decir que soy un gran fanático del perdón siempre y cuando se me dé la
oportunidad de ser el primero".
V es por venganza
El
teléfono, suena, suena y suena y momentáneamente me preocupo y me enojo porque
no es contestado. ¡Vamos! ¡Contesta, contesta, contesta! —Le grito al tono de llamada.
—
¡Hola Christian!
—
¡Ya era la maldita hora que contestaras el jodido teléfono! —Le respondo a su
saludo.
—
Ha pasado bastante tiempo desde que me llamaste y es agradable oír de ti
también. ¿Está todo bien? —Pregunta con su educado acento inglés.
—
¿Sueno como si estuviera bien? —Dejo salir una profunda exhalación, frustrado.
—
Suenas ansioso, preocupado y enojado. Mi mujer todavía no ha regresado del
baby-shower de Ana. Así que estoy asumiendo que esto no se trata del
baby-shower.
—
¡No! No lo es. Algún o algunos están haciendo seguir o acosar a mi esposa; cómo
quieras ponerlo. Estuvieron en Nueva York. Quienquiera que haya sido, usaron a
mi antigua sumisa Lauren, que es doctora en emergencias del New York
Prebyterian Hospital, joder, ¡primero para humillar a Ana en lo que podrías
llamar la fiesta más imponente y de los pudientes del año! Casi expuso lo que
tuvimos. Por algún jodido milagro no tuvo oportunidad de terminar la tarea.
—
¿Estaban en Nueva York? —Me pregunta interrumpiéndome.
—
¡Sí! ¡Quédate conmigo, John! ¡Regresamos temprano esta mañana!
—
Christian, —dice con voz calmada—. Pareciera ser como si me hubiera unido a una
conversación que hubiéramos empezado hace largo tiempo, pero que, de hecho, no
hemos tenido. Compláceme y comienza por el principio. Posiblemente empezando
por tu viaje a Nueva York, —persuadiéndolo. Tomo una profunda respiración y le
relato los incidentes hasta esta tarde, terminando con—, ¡mi esposa está siendo
seguida a causa mía! ¡Cualquiera que sea la mierda que yo le haya hecho a
alguien, me están provocando para alcanzarme a través de ella! ¡Cuando atrape a
esa persona o personas que están haciendo esto, personalmente los golpearé
hasta matarlos! —Siseo sin amenazas, solo como un hecho emocional.
—
Está hablando tu descontrol emocional, Christian. Estás empleando todas tus
representaciones constructivas y regresando a tus instintos básicos. Te estás
culpando por algo sobre lo que no tienes control, golpeándote en forma
masoquista, y metafóricamente hablando, te estás portando como un adolescente
enojado.
—
¿Enojado? —Río amargamente—. Enojado ni siquiera empieza a cubrir lo que
siento. ¡Soy un hombre en llamas del infierno! ¿Tienes alguna idea, un indicio
de lo que haría, sentiría si algo le pasara a Ana? ¿Nada en absoluto?
—
Tengo la sospecha, Christian. Mi preocupación no es lo que sientes, sino como
proyectas ese sentimiento a aquellos que amas. Posiblemente sientas que eres
justo y estás correcto en tus sentimientos que bien puede ser. Pero ahora te
digo, si tu esposa embarazada sufre el embate de esta ira, esta rabia que
sientes, solamente dañarás su relación, quizás irreparablemente. Cuando tratas
de proteger la quien amas más, no hagas de tu comportamiento una reacción de lo
que tus enemigos están haciendo o tratan de hacerte. Puede ser que es lo que
ellos quieren y tú, involuntariamente les das las herramientas para completar
el juego final, y como condición básica tú aún fallas.
Cierro
los en a su respuesta. Por supuesto tiene la razón—. ¿Qué hago y como lo logro,
John? —Murmuro sin reconocer mi propia voz.
—
El comportamiento es manipulador. Quienquiera que sea esta o estas personas,
les gusta tener el control, y posiblemente en este momento lo tengan, pero
solamente desde tu punto de vista; eso significa que todavía no sabes el
alcance del control sobre tus circunstancias. Él, ella o ellos están siendo
hábilmente manipuladores. Eso en sí mismo es un juego. Jugando contigo, como un
león jugando con una gacela. Pero tú no eres una gacela. Eres otro león. Así
que, posiblemente podamos decir que tienen al tigre por la cola. ¿Qué quieres
hacer en este caso? Por el momento ignoras la identidad del atacante, otro
depredador. Tus seres queridos están cerca. Pero ellos te están diciendo que
pueden poner sus manos sobre los que amas. Yo, aún creo que es un juego, y solo
un juego para volverte loco. Se burlan de ti, te incitan a distraerte. Si la
intención fuera dañar a Ana, eso ya hubiera sido hecho. ¿Por qué sentir la
necesidad de decirte ‘hey, mira lo que podemos hacer’? Eso es para perturbarte
psicológicamente, conseguir que te turbes, que te distraigas.
—
Sí, sin embargo, por otro lado, los leones que juegan con su presa, la matan y
se la comen. Ellos solamente tienen un poco de diversión enfermiza antes de
que, de hecho, lleven a cabo su acción. Puede que sea un león, pero Ana no lo
es. Es frágil, —respondo con voz plana.
—
Lo sabes, acostumbrabas darme respuestas de mierda, pero ahora hay más que un
destello en ti. Contestas mis preguntas directamente, no eres evasivo. No eres
falso. No sé quién está siguiendo a Ana, pero puedo analizar el carácter de él
o ella basado en la información que me das que puede darte una pista si conoces
a la gente alrededor tuyo, —dice.
—
John, ¿me veo cómo que me importa de los que a otros les gusta, les disgusta o
sus comportamientos? ¡Me importaba una mierda antes, y ahora también!
—
Ah, pero eres observador de las personas con quienes haces negocios o duermes y
tienes casi una memoria fotográfica. Esto no ha cambiado, ¿o sí— ¡No! —Siseo
como un adolescente—. ¡Eres tan mandón y arrogante como yo, John!
—
Bueno, uno aspira a ser como el mejor, —dice riéndose de su propio humor.
—
¡Por el amor de Dios John! No puedo lastimar a Ana y estoy me preocupa que lo
haga. Me conoces y sabes cómo me las arreglo para salir adelante. ¿Qué carajos
hago? ¡Su asistente tenía el teléfono con el gusano! ¿Qué es lo que sigue? El
mensaje que me están enviando es que pueden estar cerca de su colega más
cercana con la que interactúa diariamente, saltar la seguridad, encontrar a mis
ex y consigue entrar a lo más encumbrado ‘que solamente pocas personas en el
mundo son invitadas’ a esa clase de fiestas. Esta persona o personas son de
alguna manera, de mi mismo estatus financiero. ¡Están jugando conmigo por algo
más que están planeando hacer! ¿Sabes lo indefenso que eso me hace sentir? ¡No
soy indefenso, John! ¿Qué pasaría si alguien estuviera jugando Rhian para
torturarte? ¿Qué harías? ¡Ana es mi ida! Si algo le pasara… —Flynn me
interrumpe.
— ¡Christian!
Quienquiera que sea, está alcanzando su propósito cuando puede causar el
resultado final. La persona o personas quieren dominarte. Están logrando su
propósito principal. Necesito que te mantengas alejado. Mira tus propios
recursos. Eres un hombre de amplios medios, ingenio, y profesionales a tu
disposición para descubrir quién es. Úsalos. ¿Informaste a la policía?
—
¡No puedes ser tan obtuso, Flynn! ¡No, por supuesto que no! ¡Sabes el daño que
podría causarme! ¿Qué podría decir? ¿Alguien está valiéndose de mis ex para
llegar a mi mujer? ¡Ellos ya obtendrían sus medios para causar un
escándalo! Las noticias siempre pueden filtrarse anónimamente de la policía.
Pasa todo el tiempo. ¡Tengo que descubrirlo yo mismo!
—
Bueno, no puede haber muchas personas que pudieran saber tus predilecciones.
Pero por supuesto, alguien empeñado en dañarte, cavaría duro y profundamente
para descubrirlo. Esto prueba un par de cosas: eres difícil para llegarte.
Tienes un guardaespaldas, taciturno, temible y formidable en Taylor. Tienes
capas de protección que te mantienen seguro todo el tiempo. Aquí que quién o
quienes sean, ya sea tratando de ver la manera de dañarte a través de tu esposa
o están diciendo que ‘estamos encontrando tus vulnerabilidades’.
—
¡En cualquier caso, me están jodiendo la cabeza! ¡Me estás diciendo que use mi
intelecto superior cuando todo lo que quiero hacer es liberar a la bestia que
hay en mí, y sacarle la mierda al cabrón!
—
¡Christian, no les des lo que quieren! A veces, la ilusión que crean para hacerte
creer que te tienen cogido, es más efectiva que lo que de hecho están haciendo.
Piensa en ello de esta forma… Todas las celebridades y políticos, ahora tienen
cuenta en Twitter. Gente que antes era inalcanzable, todos ellos repentinamente
se vuelven alcanzables porque cada uno tiene voz y puede decirles lo que
quiera, bueno o malo, de hecho, anónimamente. Lastimarlos, hacerlos enojar o
volverlos locos. O pueden tener un mal día y están sorbiendo un batido
extra-grande de chocolate y alguien les toma una foto, la vende a una revista,
¡bam! Mala publicidad, un golpe fuerte a una ya baja autoestima. En realidad,
¿llegan a esa persona? No, por supuesto que no. Pero esos son juegos mentales, ‘jodida
mental’, como podrías llamarlos y de esa manera, consiguen llegara
ellos. De forma diferente, pero es el mismo juego. Sí, pudiera ser una reunión
de té para súper-millonarios en Nueva York, pero allí hay toda clase de
personal de servicio que contribuyen al evento, la industria de la comida y
hospedaje, así que hay algunos huecos débiles para estar en el evento. El
propósito es hacerte sentir vulnerable, indefenso, así que pudieras hacer algo
fuera de lo normal.
—
¡No es eso, John! ¡La huella dactilar que descubrimos en el disco duro está
clasificada! ¡Clasificada! ¡El maldito bastardo no existe en los registros
reales! ¿Quién tiene el dinero para contratar a alguien así? ¿Es un rojo? ¿Hay
una conspiración mayor? ¡Me voy a volver loco!
—
¡Christian, Christian, Christian! ¡Cálmate! Es claramente evidente que esta es
una persona que te conoce. Ya sea que la conozcas, que hayas tenido tratos con
él o ella por tiempo suficiente para haberle mostrado tu temperamento, tu
sentido de autoestima, el amor por tu esposa…
—
¡Muchos de los cuales pueden ser descubiertos de las noticias o de las revistas
de chismes! —Ladro en respuesta.
—
No todo. Tienen que filtrar entre los hechos y la ficción, y hay mucho de
ficción, noticias elaboradas para atraer lectores. Esta es una persona que ha
hecho su trabajo bien. Es personal. Uno no apunta a la familia si no es
personal. Los negocios sí. Se centrarán en tus finanzas, dinero, tratos con
otras compañías o personalmente contigo. Pero, tu esposa no ha estado antes en
esta opulencia y no ha tenido tratos comerciales y es posible que ni siquiera
haya dicho una palabra desagradable a nadie. Esto no es por Ana. Esto por ti.
Esto es absolutamente personal. Sabiendo esto, ¿cuán larga es la lista dónde
debes buscar? —Pregunta.
—
¿Qué hay sobre Leila? Ha demostrado que sabe más sobre mí de lo pensaba y ha
apuntado con un revólver a Ana.
—
Leila aún está en terapia. Hablo con ella una vez a la semana, y recibo
informes de su progreso. De hecho, está en una nueva relación. Está tomando sus
clases de arte y está muy ocupada. No ha salido de su ciudad desde el último
incidente. Leila fue un grito d ayuda. ¿Fue manipuladora para llegar a ti? Sí,
pero no es el mismo modus operandi.
—
Mira John, no estoy enteramente seguro de que esto se trate de mí. ¡Mira el
último maldito incidente que tuvimos! Jack Hyde. Un bastardo que estaba
obsesionado con mi esposa que consiguió que su propia editora lo ayudara. Dado
lo cual, ¡personas inesperadas pueden atacarte personalmente! ¡Secuestró a mi
hermana, listo para violar y matarlas a las dos! ¡Las personas mentalmente
desequilibradas pueden y hacen esta clase de mierda! Puedo hacer una lista de
mis enemigos personales, rivales en los negocios, pero los peligrosos son
difíciles de descubrir. Operan solos con muy poco presupuesto. ¡No necesitan
tener mi riqueza para hacer esto! —Tocan a la puerta. Levanto la vista. Welch
entra cuando Taylor abre la puerta.
—
Pero, en cierta forma, aún se trataba de ti, porque Hyde y tú estuvieron juntos
cuando niños en la misma casa de acogida. Aspiraba tener lo que tú tienes.
— ¡John, me tengo que ir!
—
Espera Christian, necesito verte a ti y a Ana esta semana o la próxima. ¡Haz
tiempo! —Advierte.
—
Te llamaré. Adiós, John, —le digo—. ¡Ya era la jodida hora de que llegaras! —Le
grito a Welch.
—
Tenía que darle instrucciones a Barney sobre el gusano, señor, —dice sin
problema.
—
Vamos a echar a andar este espectáculo, —expreso.
Welch
camina hacia mi escritorio, pone una Tablet encima y presiona ‘reproducir’ en
un video en pausa. Esta grabación es de la vigilancia.
Hannah,
la asistente de Ana se acerca al TI de SIP y está hablando con el asistente de
Barney—. Necesito tener acceso con mi teléfono inteligente a mi correo de SIP.
¿Podrías configurarlo, por favor? —Pregunta y le da su teléfono.
—
Tu pantalla parece estar severamente rayada y el reverso está roto, —dice
Donovan.
—
Lo sé. No he tenido tiempo para cambiarlo. Pasó en camino a Nueva York en el
aeropuerto. Choqué con otro pasajero y todo se me cayó. Estuve en Nueva York
todo ese tiempo y ahora estoy de regreso, pero no he tenido tiempo para
reemplazarlo, posiblemente hasta el mes que viene, así que tendrá que servirme
hasta entonces. Por ahora está funcionando. Tengo que esperar para reemplazarlo
de acuerdo con el plan que tengo contratado hasta el próximo mes… —explica.
—
Bueno, serán solo unos minutos si quieres esperar.
—
Claro, esperaré. —Dice y se sienta. No hay signos de nerviosidad. Solo saca un
libro de su bolsa y empieza a leerlo. No siquiera nota la furiosa actividad que
hay detrás del área de informática. Quince minutos después, levanta la cabeza y
camina hacia el escritorio de TI.
—
Mi hora de comida termina pronto. ¿Ya está hecho? —Pregunta.
—
No. Me temo que tendrás que esperar hasta que el señor Welch llegue.
—
¿Quién es el señor Welch? ¿Es el que se encarga de configurar los correos?
—Pregunta inocentemente.
—
No, señora. Es el jefe de seguridad.
—
¿Qué hace en el departamento de informática? ¿Necesita dar su aprobación o
algo?
—
No. Él te explicará el procedimiento. Siéntate mientras llega.
—
Pero mi hora de comida casi ha pasado. Tengo pilas de trabajo por hacer.
—
No te preocupes. Esto tiene prioridad. No tomará mucho tiempo. Está aquí en
brevev —le dice Donovan mientras le sonríe.
—
Bueno, está bien, —dice y se siente retomando su lectura. Welch adelanta el
video unos veinte minutos. Cuando presiona la tecla ‘play’ nuevamente, él está
entrando al departamento de informática.
—
¿Hannah? —Se dirige a ella.
—
Sí, usted debe ser el señor Welch. ¿Necesita aprobarme para configurar mi
correo?
—
Necesito entrevistarte por el gusano que hay en su teléfono.
—
¿El qué? —Pregunta incrédulamente en completa sorpresa y confusión en su cara.
—
Tiene un chip instalado en tu teléfono que descarga datos, correspondencia,
conversaciones telefónicas; accede a tu micrófono y a tu cámara. Quiero saber
dónde lo conseguiste.
—
Sé que está hablando en inglés, pero no estoy entendiendo una sola palabra de
lo que dice como si estuviera hablando en sueco. ¿Qué es exactamente lo que
está diciendo? ¿Qué gusano? ¿Dónde? ¿Cómo?
—
Siéntate Hannah, —dice dirigiéndola a su escritorio. Se sienta frente a ella—.
Tu teléfono está intervenido. Ha descargado información personal, correos,
posiblemente ha grabado conversaciones personales, accedido a la cámara
perteneciente a la señora Grey, —le explica calmadamente Welch.
—
¿Qué demonios? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Qué? —Brinca—. ¿Qué está diciendo? ¡Oh, Dios
mío? ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! —Cubre su cara con las manos. Está temblando
visiblemente.
—
¡Siéntate Hannah! —Ordena Welch—. Necesito que te concentres y me digas si tu
teléfono estuvo fuera de tu alcance en los meses recientes, semanas, días.
—
¡Nooo! ¡No lo creo! —Dice mientras camina.
—
¡Concéntrate! —Dice Welch sin afectarse—. Incluso si fuiste tú quien lo puso
ahí…
—¿Con qué propósito?
¿Por qué le daría acceso a alguien a mi teléfono?
—
Por dinero, privilegios, favor o miedo, todas estas opciones podrían ser un
incentivo.
—
¡Ana es mi amiga, sin mencionar que es la mejor jefa que haya tenido! ¡La
adoro! ¡Nunca le haría algo como eso, y mucho menos poner el peligro mi
carrera!
—
Regresando a mi pregunta previa… ¿Ha estado tu teléfono fuera de tu custodia
aun por poco tiempo?
Hannah
camina la poca distancia de ida y vuelta y repentinamente se detiene como si un
foco se hubiera encendido en su cabeza—. ¡Sí, por supuesto! ¡Por supuesto! ¡Qué
me jodan!
—
¿Qué? —Pregunta Welch, despertando su curiosidad.
—
¡En el jodido aeropuerto! Iba de prisa para llegar a un vuelo para Nueva York,
porque Ana me pidió algunos manuscritos y no tuve tiempo de volar con ella. Así
que, me apuraba con los manuscritos, mi portátil y mi bolsa y choqué con
alguien en el aeropuerto. Mi teléfono se cayó, la batería se salió y la persona
con la que choqué la colocó y me lo devolvió. Pero, fue un accidente y… —se
para—, creo que no le llevó mucho tiempo juntar las piezas. No me acuerdo.
Estaba a punto de perder el avión. Terminamos en el mismo vuelo.
Welch
se levanta—. ¿En el mismo vuelo?
—
Sí, en el mismo vuelo. Se llamaba Joe.
—
¿Joe? —Pregunta Welch.
—
Nombre común, —interviene Taylor.
—
Sí, —murmuro.
—
¿Recuerdas el número del asiento? —Pregunta Welch en el video.
—
¿El mío o el suyo?
—
El suyo.
—
Tengo parte del boleto, —dice buscando en su bolsa y dándoselo a Welch—. Estaba
sentada ahí, y creo que él no estaba lejos en la sección de clase premier o
primera clase. No lo recuerdo. Luego terminamos compartiendo un taxi cuando
aterrizamos porque no podía encontrar uno. Era muy tarde y hacía frío. Me dijo
que estaba visitando a la familia. —Dice apuntando un asiento imaginario.
—
¡Bien! Ahora escribe todos los nombres que recuerdes. Hoteles, horarios,
números de asiento, su descripción. Verificaremos eso. —El video termina.
—
Supongo que todavía no lo has verificado, —le digo a Welch, pero ahora con un
poco de alivio.
—
Todavía no señor. Pero las grabaciones del aeropuerto son propiedad del
gobierno federal. No tenemos acceso a ellas sin una denuncia, —dice.
—
¿Y qué sugieres? —Sondeo.
—
Nuestro amigo tiene algunos lugares a los que no tiene acceso, y son estos
lugares a los que accederá. Discretamente, por supuesto. Su política de puerta
trasera tiene muchos favores alineados. Después de todo, abre puertas en
lugares que directamente al gobierno no le gusta abrir, podría ser ‘favor por
favor’.
—
¿Qué podríamos deberle?
—
Favor por favor, —dice Welch.
—
Como padrino. Él es el panadero y el enterrador.
—
Exactamente. Pero creo que encontramos una solución. El nuevo contrato que
usted hizo en Nueva York. Pídale que provea los mecanismos de defensa que
encajarían en los buques de carga de GEH.
—
¡Te refieres a armas! ¡Sabea como lo que siento sobre de las armas! —Bramo.
—
También sé cómo se siente acerca de los agresores, gente que propaga violencia
contra otros que no tienen defensa. Esto reemplaza sus anteriores objeciones,
señor. Además, no olvide los ataques que hemos sufrido al enviar ayuda a
Darfur. La gente debe tener capacidad para defenderse contra esa violencia
brutal. Es un mal necesario, señor.
—
Hablando como el exsoldado que eres. De acuerdo, voy a establecer mis términos.
Consigue que Pella esté a bordo formalmente. Está a cargo de encontrar al
perpetrador, y quiero reportes del progreso, quiero ver resultados, nombres,
ubicaciones, y las fuentes de fondos. Comparte tus hallazgos con Pella.
¡Divulgación completa! Regresa conmigo con las medidas de seguridad y como te
propones proteger a mi familia sin irritarlos más, y quiero actualizaciones tan
pronto como haya nueva información disponible.
—
¡Ya estamos en ello, señor! Solo necesitábamos su aprobación.
—
¡Encuentren a los cabrones! ¡Yo mismo voy los castigaré! —Tanto Taylor como
Welch comparten un breve vistazo, luego Welch asiente y sale de mi oficina.
— ¿Cómo
estuvo la ducha, nena? —Pregunto mientras conduzco a Anastasia a nuestra
recámara. Taylor y el personal tienen que cargar los regalos que Anastasia y el
bebé recibieron en varios viajes.
Anastasia
contesta con una gran sonrisa—: ¡Increíble! No solamente eso, también hicimos
planes para la boda de Kate y Elliot. Tú sabes, comida, vestidos, adornos de
mesa, flores, ensayos. Por cierto, ¿puedo recuperar mi teléfono? Tengo que
registrar las fechas a mi agenda para que Hannah pueda bloquear esas fechas
para mí, —dice.
—
Ana, no deberías estar planeando trabajar tanto con el embarazo tan adelantado.
Solamente faltará una semana antes que nazca el bebé. He leído que los primeros
bebés son bastante impredecibles. Me gustaría que dejaras de trabajar al menos
e la mitad del tercer trimestre.
—
¡Christian! Eso no es tiempo para nada. Tengo mucho que hacer en el trabajo.
Quieres que me haga cargo de SIP, ¡pero no me quieres permitir trabajar! ¡¿Cómo
aprenderé si no trabajo?!
—
Buen punto, pero no significa que no te deje trabajar. Creí que el bienestar de
nuestro hijo era una prioridad para ti. ¿O fue algo que malinterpreté? —La
provoco.
—
¡Eso es un golpe bajo, y lo sabes Christian! Quiero poder trabajar. Eso no significa
que no me importa el bienestar del bebé. Solo deseo sentirme útil, productiva y
después que el bebé nazca, de cualquier forma, tendré que ajustar mi agenda.
—
¿Qué te hace pensar que no serás útil solo porque no te esfuerzas en tu
descanso antes que nuestro bebé nazca? Puedes delegar tu trabajo en manos
capaces y aun así tener control sobre tu lugar de trabajo. Todo lo que te pido
es que estés bien descansada de tal manera que, tanto como tú como nuestro bebé
estén sanos. ¿Es esto pedirte demasiado? —Le doy mi mirada más inocente,
desarmándola.
—
¡Pero tú trabajas duro! —Protesta.
—
Ana, no soy el que carga a nuestro bebé. Tuve que desarrollar el negocio,
desarrollar a los activos de personal, así como al personal que con eficiencia
podría trabajar, y así poder pasar tiempo contigo, para que no tengas que
trabajar tan duro. Porque te garantizo, cuando el bebé nazca, no querrás
separarte de él mucho tiempo y tendrás que practicar como delegar trabajo y
tienes una encantadora oficina en casa. Tu asistente puede venir diariamente.
Puedes limitar el tiempo de viaje a tu oficina.
—
¡Christian, los demás en el trabajo resentirán que no estoy dedicando
suficiente tiempo! —Protesta.
—
Anastasia, tendrás que aprender a preocuparte menos por las opiniones de los
demás. Para mí, tu opinión importa, pero no la de mis empleados. Hasta cierto
punto importan, pero no en gran medida. Es importante saber priorizar. Un león
no pierde el sueño por la opinión de las ovejas. —Me mira incrédulamente.
Sacude la cabeza y se dirige al baño—. ¿Me estás dejando solo? —Pregunto
desconcertado.
—
¡Me conoces muy bien, Sherlock! —Me da una mirada enojada.
—
¡Dios! ¡No existe otra mujer, nunca, que me vuelva tan apasionado o loco!
—
¿Sí? —Dice regresando y viéndome con su enojada mirada. Poniendo las manos en
mi pecho me empuja a la pared—. ¡No sé si pegarte o besarte! ¡Hay un poco de
ambas cuando haces eso!
—
¡Hazlo! —La provoco.
—
¿Qué? —Pregunta.
— Estás
enojada conmigo. Hazlo en la cama.
—
¡Oh no! Eres el experto en eso, —dice.
—
Bueno, cuando viene de ti nena, soy un aficionado. ¡Hazlo! Estás enojada
conmigo. Vamos a sacarlos a la luz. Estoy en tus manos. ¡Hazlo! ¿Quieres pegarme? ¡Adelante! —Su pecho sube y
baja en rápida sucesión. Cuando entienda que todo lo que quiero hacer es
protegerla, amarla, mantenerla viva. Es mi amor, mi adicción, mi principio y
fin. Nunca tengo bastante de ella. ¡Nunca! Si quiere lastimarle, se lo
permitiré. Si quiere amar, aquí estoy—. No voy a ningún lado Ana. Esto es todo
lo que soy. Bueno y malo. ¡Haz lo que quieras! Encuéntrame a medio camino. ¿Qué es lo que
quieres, Ana?
Just can´t get enough – The Black Eyed Peas
—
¡Bésame! —Ordena murmurando— ¡Convénceme! ¡Pero no hagas que yo lo haga!
—
¿Dónde? —Su respuesta es un jadeo—. ¿Dónde Ana?
—
¡Aquí! ¡Hazlo aquí!
—
¡Joder, sí!
Me
da una media sonrisa como si dijera ‘te reto’. Oh nena, me conoces. No
retrocedo ante un desafío. Me jala de la corbata. Y a pesar que aún no hay
conexión física, mi conciencia de ella es intensa, embriagadora. Mis sentidos
se centran en mi esposa que solo sostiene la punta de mi corbata. En este
momento mi cuerpo triunfa sobre lo que Flynn llamaría ‘funciones cognitivas
superiores’. Mis sentidos simplemente están enfocados en mi mujer. Se pone
sobre las puntas de sus pies y simplemente posa sus labios sobre los míos.
Cuando apenas nos tocamos, la inhalo, pruebo sus labios, el sabor del jugo de
naranja que bebió y el del Sancerre que tomé se mezclan. No la toco. Mis manos
están detrás de mí. Luego, lentamente cambio de posición para llevarla a la
pared. Pongo las manos a los lados de su cabeza, pero sin tocarla. Mis labios
la provocan, está indefensa para abrir su boca, permitiéndome entrar con mi
suave lengua, dándole la bienvenida a mis suaves lamidas. Ahora puedo deslizar
mi brazo alrededor de su cintura para acercarla más. No es solo un beso para
ella; es intensa, apenas rozando su autocontrol.
—
Déjalo ir, —murmuro en sus labios—. Deshazte de lo que sea que tengas. ¡Hazlo!
—Y sin más, estamos pegados. Sus senos están aplastados contra mi pecho. Sus
manos me empujan y me jalan hacia ella al mismo tiempo, reflejando su agitación
interior—. Control, nena, —murmuro mientras le beso la barbilla.
—
¡Demuéstramelo! —Ordena. Me hago para atrás y la miro—. Me oíste.
¡Demuéstramelo! —Repite.
Sin
palabras, agarro con fuerza sus manos, las pongo arriba de su cabeza con una
mano. Desatándome la corbata, la uso para atar sus manos por las muñecas. Con
movimiento rápido, la volteo hacia la pared—. Todo lo que tienes que decir es
que pare, y lo haré. Solamente. —Acaricio su mejilla y cierra los ojos—, la,
—susurro en su oído—, palabra. Recorro con los labios por la comisura de su
boca—, no. Entonces me detengo. ¿Quieres que me detenga, Ana? —Murmuro. Niega
con la cabeza. Su cuerpo se estremece por la anticipación—. Mantén tus manos
como están en la pared, —digo y doy un paso atrás, la hago esperar, anticipar,
y desarme. Su respiración es fuerte a pesar que no nos estamos tocando.
—
¡Buena chica! —Levanto su falda, agarro la base de sus bragas, introduzco el
dedo índice en el encaje y lo rompo. Después de rasgar un lado, lo saco y lo
meto en mi bolsillo. Oigo el jadeo de Anastasia, su temperatura está
elevándose. Enrollo la falda de su vestido hasta su cintura, jalo su trasero
hacia mí y con los pies, abro sus piernas. Su espalda está arqueada y es una
vista deliciosa pata contemplar—. Mantén esta posición. Si te mueves no habrá
satisfacción, señora Grey. —Paso un solo dedo por sus nalgas, bajando a su
depilado sexo, deslizándome por sus húmedos pliegues. Cuando alcanzo el
clítoris, ella está en llamas. Un gemido escapa de sus labios—. ¡Ahora
silencio, nena! —Juego con su resbaladiza flor, insertando apenas un dedo,
acariciando arriba y abajo, pero no adentro. Estoy a pocos centímetros de ella.
Con mi otra mano desabotono su vestido, abriéndolo y exponiendo sus pechos
fuera de sus copas. Sujeto y pellizco primero y jalo su pezón. Observo su
reacción. Mi mano izquierda juega con su clítoris, complaciéndolo, poniéndola
cerca del precipicio de las demandas de su cuerpo, pero no dándole la
satisfacción completa. Cuando jalo su pezón entre mis dedos índice y pulgar,
hundo tres dedos en su sexo. La inesperada invasión es recibida con un jadeo de
placer y de hormigueo en su cuerpo. Deslizo los dedos fuera y dentro de ella,
despacio, con golpes deliberados, bombeando con los dedos, simulando lo que mi
pene haría, con ritmo palpitante y medido. Empujando, jalando, pellizcando,
bailando con los dedos. Arquea su espalda más para conseguir que la intensidad
de mi tacto sea mayor. La nalgueo dos veces para que mantenga la posición.
Parte del control es mantener las normas que deseas.
—
¡Ahh! —Gime, pero retoma su posición anterior. Luego, mis dedos continúan su
exploración.
—
¡Te quiero dentro! —Exige.
—
¡Decide, o me detendré ahora! ¿Esto o nada!
—
¡Eso es cruel!
—
No nena, es control. Me lo pediste y te lo estoy dando, —digo. Su sexo está
palpitando ante su inminente orgasmo—. Quiero que te controles. No te vengas
hasta que te lo diga, —ordeno.
—
¡No me vendré! —Entonces mis dedos comienzan a moverse con su sensual danza
dentro de ella y mi mano derecha continúa complaciendo sus sensibles pechos.
Dentro y fuera. Empujando, golpeando, sondeando, despacio y con fuerza.
Incesantemente—. ¡Christian, estoy cerca!
—
¡Aguanta un poco más, nena! —Ordeno. Su placer es mi placer y mi polla está
empujando fuerte para salir, pero necesito completar esto—. ¡Ahora, Ana! —Le
ordeno y explota alrededor de mis dedos. Puedo sentir los temblores que
recorren su sexo en la punta de mi polla.
Su
cuerpo cae sobre mi torso y la llevo a nuestra cama—. Por eso señor Grey, —dice
abriendo los párpados—, voy a corresponder en especie, —y procede a tomarme.
—
¡Sé mi invitada, señora Grey!
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