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Saturday, March 8, 2014

Libro II - Capítulo IX: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA

CAPITULO XI
TÓMAME COMO SOY

  Traducido y editado por: Patricia Pinto


 Frunzo el ceño cuando veo la reacción rápida de Sawyer.

_ Todo claro, le digo cuando entro al vestíbulo. Inmediatamente Sawyer guarda su arma y entramos.

_ Taylor está exagerando, digo para calmar Anastasia, ella está sorprendida, asustada y preocupada. Su mirada recorre mi cuerpo tratando de asegurarse de que estoy ileso. Intento ocultar la tensión en mi cuerpo, pero no lo logro. La miro muy preocupado, porque no quiero por nada del mundo que mi mierda la alcance.

_ Está bien nena, le digo mientras camino hacia ella y abro mis brazos para recibirla con mi abrazo protector. 

Hysteria - Def Leppard

Ella se envuelve en mí a salvo y segura. Después de haber pasado por este momento preocupante me siento envejecido, temiendo que algún daño, por muy remoto que sea, podría llegar hasta Anastasia. Quiero protegerla, pero también necesito ayudar a Leila para ofrecerle la ayuda que necesita y eliminar algún posible peligro que se pueda crear.

_ Estaba muy preocupada Christian, susurra finalmente al sentirse segura en mis brazos. La tensión abandona su cuerpo cuando puede sentir mi presencia y me abraza con fuerza inhalando mi olor.

_ Lo sé. Todos estamos nerviosos.

Sawyer me deja para hablar con el resto del equipo de seguridad.

_ Honestamente, sus ex están demostrando ser todo un reto, Sr. Grey, ella murmura y su broma a pesar del susto que acabamos de pesar, me relaja un poco. Yo estaba tan muy preocupado porque esta situación añade un poco más de mierda después de lo que Elena había hecho en la recaudación de fondos. Tengo que superar los temores de que ella me dejará por encontrar a mis ex insoportables.

_ Sí, lo son. Tengo que reconocer que es verdad lo que dice. Debo retomar el control de la situación con estas dos mujeres. Después de relajarnos porque no pasó nada y sentirla más tranquila y segura, la libero de mis brazos solo para tomar su mano en la mía.  

_ Taylor y su equipo están comprobando en todos los armarios. No creo que esté aquí. Le explico cuando la llevo a la sala.

_ ¿Por qué estaría aquí? No tiene sentido.  No sé la respuesta a eso, y yo no veo ninguna razón por la que estaría en mi apartamento.
_ Exactamente, respondo.

_ ¿Podría entrar? Pregunta Anastasia. Tenemos un sistema de seguridad de última generación en el apartamento, no estoy seguro de que ella pueda pasarlos.

_ No veo cómo. Pero Taylor es precavido a veces, le digo conociendo la total dedicación de Taylor a su trabajo.

_ ¿Has buscado en la sala de juegos? pregunta Anastasia en voz baja. Yo sé a lo que ella se refiere. Leila había sido una participante en mi cuarto de juegos, fue mi sub. Y, por supuesto, se le vienen a la mente los momentos míos con Leila, sabiendo lo celosa que se pone, mejor contesto a su pregunta.  

_ Sí, está cerrado, pero Taylor y yo lo revisamos, le digo con el ceño fruncido.  

Ella toma un suspiro tembloroso, como para lavar la ansiedad y el miedo de la última hora. Quiero que se relaje y descanse.

_ ¿Quieres un trago o algo? Le pregunto.

_ No, dice ella.  Finalmente salimos de la última parte de adrenalina. Ella está completamente cansada y apenas es capaz de mantenerse en pie.  

_ Ven. Déjame ponerte en la cama. Te ves cansada, le digo, como si fuera una niña pequeña. Sostengo su mano y la llevo a mi habitación.

Toma su bolso y lo coloca en la parte superior de la cómoda, y vacía el contenido del mismo. Agarra un trozo de papel y me lo da.

_ Aquí, dice. No sé si quiero leer esto. Quiero ignorarlo.

Miro  la nota y el contenido me molesta:

Puede que te haya juzgado mal. Y definitivamente me has juzgado mal a mí. Llámame si necesitas llenar algunos espacios en blanco, podríamos almorzar. Christian no quiere que hable contigo, pero yo estaría más que feliz en ayudar. No me malinterpretes, lo apruebo créeme, pero entonces ayúdame, si le haces daño... Ya ha sido lastimado lo suficiente.

Llámame: (206) 279-6261

Sra. Robinson
No quiero analizar esta nota en frente de Anastasia que ya está viendo rojo incluso cuando leyó la letra "R"

_ No sé qué espacios en blanco quiere rellenar, le digo desestimando la nota, pero voy a arreglar esto. Necesito hablar con Taylor, digo para cambiar el tema y no detenernos demasiado en Elena que contribuyó a terminar esta noche infernal.

_ Déjame descomprimir tu vestido. Ella debería ir a la cama. Se ve muy cansada.

_ ¿Vas a llamar a la policía por lo del coche? Me pregunta cuando le quito el vestido. Eso no es una opción por supuesto. Barro el pelo suelto a un lado, y mis dedos bajan por su espalda desnuda ahora.

_ No, no quiero involucrar a la policía. Leila necesita ayuda, no intervención policial y no los quiero a ellos aquí.   Sólo tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para encontrarla, le digo inclinándome y besando su hombro. No quiero que Anastasia se preocupe por esto. Este es un problema mío que llegó a mi puerta. Leila está pasando por un dolor en este momento, y tengo que buscar ayuda para ella, le debo mucho. No puedo abandonarla. Odio el hecho de que este problema sea la atención de Anastasia. Sé que puede ser muy celosa. Es celosa de Elena y ahora de Leila, que de hecho ya fue hasta su trabajo. Yo quería resolver todo esto antes de llegar a este punto. Todo lo que tengo que hacer es encontrar a Leila, proporcionarle la ayuda que necesita y evitar que le haga algún daño a Anastacia.

_ Vete a la cama, le ordeno a Anastasia, y voy a hablar Taylor. Está esperando estoicamente en mi oficina.

_ Taylor, ¿qué has encontrado?

_ No hay rastro de ella aquí, señor.

_ ¿Crees que haya entrado a la casa?

_ No se encontró ninguna evidencia señor. Barrimos el apartamento dos veces. No hay rastro de ella. Examiné la pintura del coche. Es una pintura a base de aceite de color blanco y secado rápido. Dada la humedad de Seattle, yo diría que la arrojó en el coche de la señorita Steele hace aproximadamente tres horas o tal vez un poco más, dice y asiento con la cabeza. Taylor se ve incómodo.

_ ¿Pero? Yo sondeo frunciendo las cejas. Los instintos de Taylor nunca fallan y soy pura atención.

_ Ella tiene una habilidad para evadirse señor. Estoy bastante seguro de que usted y la señorita Steele están siendo seguidos de alguna manera. Se aseguró de hacer esto cuando todos ya habíamos salido. No fue coincidencia. Simplemente esperó hasta quedar sola. Estoy seguro que nos vio salir y que por nuestra vestimenta sabía que tardaríamos. Eso le dio tiempo para preparar un plan. Buscó la pintura, daño el coche, cortó los neumáticos. Mi instinto me dice que no está lejos de Escala. Pero dónde es la pregunta que me ha estado molestado desde que comenzó todo esto, dice moviendo sus pies nerviosamente.

_ ¿Qué más? pregunto con voz firme.

_ ¿Perdón señor?

_ Taylor, has trabajado para mí durante cuatro años. Me conoces muy bien y me has aprendido a leer como un libro abierto. Tú y yo podemos comunicarnos con solo una mirada. Hay algo más y quiero saberlo. Él asiente.

_ He estado pensando en esto desde que le hizo la escena a Gail. Creo que Leila cambió de táctica. En primer lugar lo que hizo era para llamar su atención. Muy bien, la tuvo, usted está prestando atención ahora. Pero ¿por qué simplemente no se presenta antes usted y ya? Ahora simplemente está diciendo, mira lo que puedo hacer. Mira el dolor que te puedo causar. Espera a lo que vendrá. Es como un juego del gato y el ratón para ella. ¡Pero no estoy seguro de si es el gato o el ratón! O está jugando a ambos. Y luego está el hecho de que ella está adolorida, ese es un motivo de preocupación, porque eso la hace inestable. Como que no le importa lo que pase. Eso es lo que me preocupa. Sin embargo fue lo suficientemente coherente para elaborar un plan, improvisado o no.

El miedo de que Anastasia pueda estar en peligro me recorre. Cierro los ojos y respiro profundamente. Las últimas horas desde que Elena sacó de quicio a Anastasia han sido terribles.

Pensé que Anastasia se iría después de que Taylor me llamó y me habló de la confrontación. Afortunadamente Elena no divulgó nada sobre lo que me temía que podría decir. Por supuesto, el momento en que bailó con el Dr. Flynn fue otra vez que me preocupó. Pero John es un profesional y le pago bien. Él no propaga información de los pacientes a nadie.

_ Ahora son cuatro los que tienen que cubrir más terreno para encontrarla Taylor. No quiero dejar nada al azar. Sawyer seguirá a Anastasia en todo momento. Su seguridad es la máxima prioridad. Quiero encontrar a Leila. Averigua si ha estado en contacto con alguno de sus amigos aquí, o con su familia en el este. Tengo bastantes cosas de las que preocuparme si esto no se soluciona pronto. Necesito que se resuelva ya, le digo. Taylor asiente con estoicismo.

_ Si no me necesita más señor, voy a ir a mi oficina.

_ Está bien, le digo secamente y Taylor sale de mi oficina.

Paso mis manos por el pelo. ¿Dónde podría estar Leila? ¿Qué quiere con Anastasia? He tenido otras sumisas antes y después de ella. ¿Por qué Anastasia? Mi teléfono suena interrumpiendo el silencio en mi oficina, haciéndome saltar. ¿Quién coño me puede estar llamando después de las 2:00 de la mañana? ¿Es esta otra mierda de emergencia? ¿no he tenido lo suficiente por esta noche?

Miro  a la pantalla y es Elena. ¡Bien! Esta noche está cada vez mejor y mejor.

_ ¿Qué? Ladro en el altavoz sin preámbulos. Le sorprende oírme.

_ Oh, Christian, no pensé que estarías despierto. Siento llamar tan tarde.

_ ¡Bueno, estoy despierto y totalmente enojado contigo! Después de que te digo que dejes en paz a Anastasia, ¿qué haces? Vas en contra de mis órdenes y le envías una nota a sabiendas que yo me enteraría. ¿Qué pensabas decirle? ¿Qué espacios pensaste que podrías llenar que yo no podría? Puedo escuchar estremecerse por teléfono.

_ Uhm... necesitaba hablar contigo, dice ella.

_ ¿A las 2:00am de la mañana? No sé por qué me llamas a estas horas. No tengo nada que decirte... Hiervo de ira. Le dije que la dejara en paz. Me molesta la gente que hace cosas a mis espaldas.

_ Soy consciente de la hora. Pensé que estarías durmiendo, tenía la esperanza de dejar un mensaje. Te puedo llamar mañana si prefieres…

_ Bueno, me lo puedes decir ahora. No tienes que dejar un mensaje.

_ Yo no quería que Anastasia tuviera una mala impresión de mí. Ella no sabe la naturaleza de nuestra relación. Y ella me juzgó mal. Me molesta que me vea como un pedófilo. ¡Tú sabes que no lo soy Christian! Yo simplemente ayudé de la única manera que sabía. ¡Y no voy a tolerar que Anastasia te haga daño! Escucha Christian… dice y la corto.

_ No, escucha tú. Te lo he dicho y ahora te lo repito. ¡Déjala en paz! Ella no tiene nada que ver contigo. ¿Entiendes? le digo con voz amenazadora.

_ Christian por favor. ¡Me importas muchísimo!  Dice suplicante.

_ Sé que lo haces. Pero lo digo en serio, Elena. Déjala en paz, carajo. ¿O lo quieres por triplicado?

_ ¡Christian, simplemente quería que ella no te hiciera daño otra vez! Sentí la necesidad de protegerte.

_ ¿Me estás escuchando? pregunto exasperado.

_ Sí, lo estoy. ¡Muy bien! ¡Voy a dejarla en paz! dice resignada.

_ Bueno. ¡Buenas noches! Y cuelgo el maldito teléfono de mi escritorio.

La ira para a través de mí, estoy dispuesto a romper lo que sea. Pongo mi cabeza entre mis manos. Estoy en mi límite. No me gusta la interferencia de otros en mi vida. ¡Leila lo está haciendo por una venganza que siente que tiene conmigo, desencadenado por su dolor y Elena lo está haciendo por un deseo equivocado de protegerme! Y Anastasia está en el medio de esta tormenta de mierda y yo tengo demasiado miedo de que ella me deje a causa de sus acciones. Hay un ligero golpe en la puerta. ¿Quién demonios es?

_ ¿Qué? Gruño como una bestia furiosa, listo para devorar todo lo que está detrás de esa puerta de un solo bocado. La puerta se abre lentamente. Miro hacia arriba y veo el cielo aparecer en mi infierno personal. Mi rostro y mi alma encuentran consuelo en este momento cuando veo esos ojos azules mirando mi furia a través de la mitad de la puerta abierta. Yo no quiero que me tenga miedo. Soy cauteloso ahora. Estoy jodidamente cansado y fatigado. Sólo quiero mantener a mi chica conmigo y encontrar mi centro en este huracán.

A medida que mi mente calma la tormenta, parpadeo para borrar lo que me está molestando y miro delante de mí. Anastasia está usando una de mis camisetas luciendo como una adolescente.

_ Deberías  estar en seda o satén, Anastasia, digo sin aliento, pero incluso en mi camiseta te ves hermosa. Ella se sonroja con ese color precioso en ascenso por sus mejillas.

_ Te extraño, ven a la cama, susurra en voz baja. Su voz me está llamando, como el canto de una sirena.  

Bliss - Muse

No puedo dejar de salir de mi asiento y caminar hacia ella. Mis ojos están llenos de promesas y de deseo, pero todavía están teñidos con la tristeza de lo que ella ha pasado a través de esta noche a causa de mis ex. Ella es mi luz en los túneles oscuros de mi alma. La única esperanza en la que me puedo enfocar. Me siento atraído por ella y perdido sin ella. Si has nacido en la oscuridad como yo, llega un momento en que se convierte en tu compañera. Eso es todo lo que sé. Es cómodo para personas que no saben nada. Y los intentos de rescate para sacarme de la oscuridad siempre han sido infructuosos. Mi cuerpo puede haber estado fuera de los confines de ese calabozo, pero mi alma nunca lo estuvo. No hasta que llego este pequeño destello de luz. Comenzó como una pequeña luz en la oscuridad que me hacía señas, me llamaba en silencio. Me sentía indefenso para ir hacia esa luz. Pero cuando más me acerco, me consume, tiene un gran poder prometiendo cosas buenas para mí, sacándome de esta cárcel. Así es como ella me saca de los pensamientos oscuros de la ira y la miseria.

_ ¿Sabes lo que significa para mí? Murmuro apenas ocultando el miedo de perderla. Si algo te pasa por mi culpa... No puedo terminar el resto de mi pensamiento en palabras, es muy dolorosa la hipótesis aun pensándolo. Trato de mantener a raya la angustia al tratar de arrugar las cejas como si eso fue a hacer el trabajo, pero el dolor está siempre presente. Casi la pierdo cuando ella se fue seis días y yo sabía que ella estaba a sólo diez minutos de distancia de mí. Si algo le sucede yo simplemente moriría de tormento. Yo perdería la mitad de mi alma. ¡La necesito como el aire que respiro! Ella es muy importante para mí. Apenas puedo mirarla y no sentir miedo como si ella fuera a desaparecer de mis manos o evaporarse de alguna manera.

_ Nada me va a pasar, dice con una voz suave y melódica. Ella me mira con amor en sus ojos, extendiendo su mano llega hasta mi cara y suavemente acaricia mi rostro. Pasa los dedos a través de mis mejillas raposas.

_ Tu barba crece rápidamente, susurra, me gusta que hable de un tema que esté completamente fuera de la zona de peligro.

Su dedo índice traza ligeramente mi labio inferior y luego con la uña con la más leve presión traza la línea del labio. Su dedo se arrastra suavemente hasta mi garganta. Luego usa dos dedos para el mismo propósito. Luego tres. Y luego cuatro. Sus dedos llegan sobre mi garganta hasta mi cuello al límite de la zona de seguridad. Mis ojos se abren como platos mirándola completamente cautivado con su magia. Ella está jugando a tocarme y yo me quedó inmóvil, como una luna en órbita alrededor de un planeta. Completamente cautivado. Pone su dedo en el borde de mi camisa hasta alcanzar el botón.  

_ Yo no voy a tocarte. Sólo quiero desabrochar tu camisa, susurra, me alivio, tratando de calmar mis temores.   

By Your Side - Tenth Avenue North

No puedo evitarlo. Esto todavía es muy difícil para mí. Mis ojos se abren ansiosos, pero no quiero alejarme de su proximidad. Me quedo tranquilo y quiero dejarla explorar. Poco a poco y tentativamente desabrocha el primer botón, tirando del cuello de la camisa y la tela de mi piel, cuidando de no tocarme. Repite el proceso con el siguiente botón. Mi mirada está sobre ella, estoy completamente hipnotizado. Soy Ícaro al sol. Aún aprensivo, pero incapaz de escapar de la atracción. Estoy en la misericordia de sus manos. Ella mueve sus manos hacia abajo para desenganchar otro botón. Luego el tercero. Está totalmente centrada en su tarea. Luego el cuarto y ahí aparece el residuo del lápiz labial. Ella sonríe y me mira.

_ De regreso a  territorio familiar, dice pasando sus dedos por debajo de la línea cuando desabrocha el último botón. Mi respiración es superficial. ¿Por qué es tan aterrador y tan caliente como el infierno? Ella saca la camisa fuera de mis pantalones, abriendo por completo la camisa y dejando al descubierto mi pecho. Me quita los gemelos con un movimiento sensual a la vez.

_ ¿Puedo quitarte la camisa? Me pregunta bajito, con un deseo sensual de voz. Estoy sin palabras y sólo puedo asentir. Ella baja la camisa por mis hombros y de un tirón la quita por completo. Ahora estoy desnudo de cintura para arriba. Más tranquilo. Ya estoy de vuelta y le sonrío.

_ ¿Qué pasa con mis pantalones, señorita Steele? Le pregunto levantando una ceja con pura atracción carnal, porque ya mi polla está alistándose.

_ En el dormitorio. Te quiero en tu cama, dice ella con una promesa en su tono.

_ ¿Sabes señorita Steele? Eres insaciable, le digo con placer.

_ No puedo imaginar por qué, dice con inocencia agarrando mi mano. Tomando la delantera ella me saca de la oficina y de la miseria que se amontona en mi mente y me lleva a mi habitación.  Automáticamente percibo algo extraño. Hace mucho frío. Mantenemos el apartamento a una temperatura constante siempre. Mi mirada rastrea rápidamente la habitación y me doy cuenta de que la puerta del balcón está abierta. Miro con curiosidad a Anastasia.

_ ¿Abriste la puerta del balcón? Pregunto.

_ No, responde sorprendida tanto como yo. Entonces su rostro se ensombrece, y la sangre drena su cara. Se pone pálida y su boca cae abierta. ¿Qué pasó? ¿Qué le molesta?

_ ¿Qué? Chasqueo incapaz de soportar el suspenso.

_ Cuando me desperté, dice haciendo una pausa tratando de recordar, había alguien aquí, dice en voz baja señalando a los pies de la cama. Pensé que era mi imaginación.

_ ¡¿Qué?! Respondo horrorizado. Corro hacia la puerta del balcón, miro afuera, escaneo los alrededores y no veo a nadie. Pero lo presiento.   ¡Ella está aquí y está cerca! ¡Mierda! Estuvo en el dormitorio mientras Anastasia dormía. ¡Vete a la mierda! Pudo haberle hecho daño. Doy un paso atrás y cierro la puerta. ¿Estás segura? ¿Quién? Pregunto con voz tensa. 

_ Una mujer, creo. Estaba oscuro. Me acababa de despertar,  explica. Se confirman mis temores. Leila está aquí en alguna parte.

_ Vístete, ordeno en un gruñido. Me mira confundida. ¡Ahora! Le grito y ella salta.

_ Mis ropas están arriba, ella gime.

Voy a mi vestidor y saco uno de mis pantalones de entrenamiento.

_ Ponte esto, le ordeno.

Luego saco una de mis camisetas y me la pongo. Cojo el teléfono y marco la extensión de Taylor. Él responde a la primera llamada.

_ Ella sigue aquí, siseo antes de poder decir 'hola'. 

Dangerous - Michael Jackson

Taylor cierra de golpe el teléfono, y se apresura a mi dormitorio y en pocos segundos llega junto con Ryan.

Doy la versión taquigráfica de la presencia de Leila en mi habitación.

_ ¿Hace cuánto tiempo? le pregunta a Anastasia.

_ Diez minutos, dice suena y débil.

_ Ella conoce el apartamento como la palma de su mano, le digo. Me llevo a Anastasia a otro lugar lejos de aquí. Está escondida en alguna parte. Encuéntrala. ¿Cuando regresa Gail? Pregunto.

_ Mañana por la noche, señor.

_ Ella no debe volver hasta que el apartamento esté seguro ¿Entiendes? Le digo apenas sujetando mi cordura.

_ Sí, señor. ¿Va a ir a Bellevue?

_ No le voy a llevar este problema a mis padres, resérvame en algún lugar, le ordeno.

_ Sí, yo lo llamo.

Luego Anastasia se da vuelta y dice la cosa más idiota.

_ ¿No estarás exagerando un poco?

Me arden los ojos de la rabia, si pudiera lanzar fuego estoy seguro que lo haría y mi ira apenas está contenida.

_ Ella puede tener un arma, gruño. ¿Cree que me voy a arriesgar con su vida?

_ Christian, estaba parada al final de la cama. Pudo haberme disparado entonces, si eso es lo que quería hacer.

Inhalo exhalo. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis. Siete. Ocho. Nueve. Diez. ¡Vete a la mierda! No está funcionando.

_ No estoy dispuesto a correr ese riesgo. ¡Taylor! Anastasia necesita zapatos. Taylor corre a buscar sus zapatos en su dormitorio.

Rápidamente entro en mi armario, dejando a Anastasia bajo los ojos de vigilantes de Ryan. Tomo un bolso de cuero y lo lleno de ropa para usar los próximos días. Agarro una de mis chaquetas de mezclilla para Anastasia. Me quito mis pantalones de traje negro y me pongo mis pantalones vaqueros y una chaqueta. Agarro mi bolso de cuero y la chaqueta de mezclilla y vuelvo a mi habitación. Anastasia sigue en pie, donde la dejé. Le coloco la chaqueta en sus hombros.

_ Vamos, dije agarrando su mano posesivamente y caminando rápido, casi arrastrándola detrás de mí.



_ No puedo creer que se escondiera en algún lugar por aquí, murmura mientras mira hacia la puerta del balcón.

_ Es un lugar muy grande. No lo has visto todo aún.

_ ¿Por qué no la llamas y le dices que quieres hablar con ella? Pregunta Anastasia.

_ Anastasia, ella está inestable puede estar armada, le digo. ¿Por qué iba yo a correr ese riesgo?

_ ¿De manera que solo huimos y ya está? Me pregunta incrédula.

_ Por ahora, sí.

_ ¿Y si intenta dispararle a Taylor? Pregunta.

_ Taylor conoce y entiende de armas, le digo con desaprobación. Será más rápido con un arma de lo que ella es.

_ Ray estuvo en el ejército. Me enseñó como disparar.

Me doy vuelta y miro a Anastasia con incredulidad. ¿Otra amante armada en mi casa?

_ ¿Tú, con una pistola? Pregunto conmocionado. Nunca supe eso.

_ Sí, dice ella ofendida, como si hubiese dicho que es incapaz de tener un arma. En cierto modo, no me puedo imaginar un arma en sus manos delicadas. Es una nueva pieza de información que trato de digerir. Yo puedo disparar Sr. Grey, así que será mejor que tenga cuidado. No es sólo de tus locas ex de las que tienes que preocuparte.
Es lindo saber que mi novia no es completamente impotente. 

_ Lo tendré en cuenta, señorita Steele, le respondí secamente, sonriendo a su tenacidad y su espíritu inquebrantable.

Cuando llegamos al vestíbulo, Taylor está esperando reunirse con nosotros con una bolsa de equipaje de mano con ropa de Anastasia y sus converse negro. Una tímida sonrisa se arrastra sobre la cara de Anastasia y pronto la luz de su aura personal hace que Taylor le devuelva una sonrisa tranquilizadora. Ella me suelta la mano y va a los abrazos de Taylor quien la recibe con timidez como un adolescente.

_ Ten cuidado, murmura Anastasia preocupada.

_ Sí, señorita Steele, es lo que Taylor apenas puede pronunciar. No me gusta que mi novia muestre afecto a los demás, incluso si es por una preocupación legítima. ¡Ella es mía, maldita sea! Evalúo a Taylor y él con timidez se ajusta la corbata como un gesto nervioso.

_ Avísame donde tengo que ir, le digo. Saca su billetera de su chaqueta y me da una tarjeta de crédito. Él va a reservar el hotel bajo su nombre. Gran idea.

_ Buena idea, le digo con aprobación.

Ryan entra en el vestíbulo.

_ Sawyer y Reynolds no encontraron nada, explica. La casa está limpia, pero no puedo correr el riesgo. Las cerraduras se deben cambiar antes de que podamos volver.

 _ Acompaña al Sr. Grey y la señorita Steele hasta el garaje, le ordena Taylor.

Bajamos al garaje en silencio. Estamos a casi a mitad de la noche. No hay ni un alma porque todos los residentes están durmiendo. Meto a Anastasia en el asiento de pasajero de mi R8, poniendo su bolso y el mío en el maletero. No puedo evitar que Anastasia vea la destrucción de su vehículo. Cauchos desinflados y el carro con una marca inmensa de pintura de aceite blanca. Es como si alguien fue víctima de un abuso y lo desfiguraron. La escena me hace estremecer. ¿Es esto lo que Leila le quiere hacer a Anastasia?  La ira me sobrepasa. Quito mi mirada del coche y me deslizo en el asiento del conductor.

_ Un reemplazo llegará el lunes, le digo a Anastasia para tranquilizarla, pero no puedo negar el tono sombrío de mi voz.

_ ¿Cómo supo que  era mi coche? Anastasia me pregunta desconcertada.

¡Oh, no! ¡Tengo que explicar! Me muevo nerviosamente en mi asiento, pero opto por la verdad.

_ Ella tenía un Audi A3. Compro uno para todas mis sumisas. Es uno de los coches más seguros de su clase, le explico.

Anastasia parpadea. Es demasiado inteligente para mí para ponerle una venda sobre los ojos.

_ Entonces no fue un regalo de graduación, dice evaluando correctamente.

_ Anastasia, a pesar de lo que esperaba, nunca has sido mi sumisa, por lo que técnicamente se trata de un regalo de graduación, le digo mientras voy saliendo de la zona del estacionamiento. Su cara se cae. Veo los engranajes de su cabeza girando por las expresiones que pasan a través de su mirada.

_ ¿Todavía estás esperando? Me pregunta en un susurro.

No tengo la oportunidad de responderle porque por suerte el teléfono vibra a través del Bluetooth en el coche.

_ Grey, respondo al instante.

_ En el Olympic Fairmont a mi nombre, dice Taylor y corta por lo sano.

_ Gracias, Taylor. Y, Taylor, ten cuidado. Taylor hace una pausa. Es su 'yo-estoy-demasiado-conmocionado-y-yo-no-sé-qué-a-hacer-con-la-preocupación-que-viene-de-Grey. Él está sorprendido como yo por mostrar preocupación por su bienestar.

_ Sí, señor, dice en voz baja, abrumado. Cuelgo.

A estas horas de la noche, las calles están desiertas. Conduzco por la 5ta. Avenida hacia la I-5. Cuando paso a través de la rampa de la autopista, pongo mi pie en el acelerador, y voy hacia el norte. Estoy más que enojado. ¿Qué hubiera pasado si Leila le dispara a Anastasia en la cama? Mi pensamiento se dirige de nuevo a nuestro último día. Ella fue castigada por entrar en mi cama la noche anterior. Traté su comportamiento como si fuera la peste bubónica. Ese fue el día en que finalmente me declaró, después de muchas pistas y señales, que ella quería ser mi novia. Me negué. Nunca quise una novia. Nunca había sentido un deseo tan fuerte para mantener a alguien en mi vida para siempre. ¡No hasta que apareció Anastasia! 

No Ordinary Love - Sade

Mis sentimientos hacia ella son tan fuertes, que me dan miedo. El temor a la posibilidad de perderla de cualquier forma es la profundidad de mis peores pesadillas.  Haré todo lo que esté a mi alcance para evitarlo.

¡Dios! Mi mente sigue pensando en la imagen de Anastasia durmiendo en la oscuridad, sin saber nada de lo que pueda pasarle, totalmente indefensa. ¡Estoy en la misma casa, con cuatro guardias de seguridad, que se suponen son militares experimentados y a ella le pudieron haber disparado! ¡Maldita sea! Mi mirada parpadea hacia el espejo retrovisor. ¿Nos seguirá Leila? Me estoy poniendo nervioso como si me hubiera tomado diez tazas de café expresso triple.

Mi mirada está en el camino, pero veo a Anastasia mirando por la ventana con una tristeza que debe ser porque no he respondido a su pregunta. Yo sé que ella se preocupa de que todavía la quiera como una sumisa. Finalmente le contesto.

_ No. No es lo que espero, ya no. Pensé que eso era evidente, respondo a su pregunta con una voz suave.

Se da la vuelta para mirarme. Su mirada se detiene en mí sin decir una palabra. Ella aprieta la chaqueta con fuerza incómoda. Un frío se arrastra entre nosotros.

_ Me preocupa que, ya sabes... que no sea suficiente para ti.

¿Cómo puede pensar eso? No después de toda esta mierda que hemos pasado en cuestión de unas pocas horas.

_ Eres más que suficiente, por el amor de Dios Anastasia. ¿Qué es lo que tengo hacer?

Yo sé que en su cabeza revolotean muchas cosas que ella no me quiere decir y yo ando aprensivo porque no quiero llenarla de toda mi mierda.

_ ¿Por qué pensaste que me iría cuando te dije que el Dr. Flynn me había dicho todo de ti?

¿Cómo le explico que he estado en un calabozo de almas por mucho tiempo? ¡No había visto la luz hasta que la encontré! ¿Cómo cree ella que una persona llega a tener cincuenta sombras de mierda? Mi alma está muy negra. Lo que ves es lo que tienes. Yo llevo un gran equipaje. Cosas de las que estoy avergonzado de hablar… cosas demasiadas oscuras. Ella va a huir de mí y eso es algo que no puedo manejar. No puedo contarle nada. Suspiro profundo tomando todo el aire que puedo. Ella me sigue mirando en busca de una respuesta.

_ Anastasia, no puedes ni imaginar siquiera hasta donde llega mi depravación.  Y no es algo que quiera compartir contigo, le digo. Ella me debe dar libertad de acción.

_ ¿Y de verdad crees que me iría, si supiera? Me pregunta alzando la voz.  ¿Piensas tan poco de mí? finaliza en voz baja.

_ Sé que te irías, le digo sabiendo mi puto secreto.

When You’re Gone - the Cranberries


_ Christian... creo que eso es muy poco probable. No me puedo imaginar estar sin ti.

_ Me dejaste una vez. Yo no quiero pasar por eso de nuevo. ¡Nunca!

_ Elena dijo que te vio el sábado pasado, ella susurra acusándome.

_ No lo hizo, le respondo con el ceño fruncido.

_ ¿No fuiste a verla cuando me fui? ¡Maldita sea Ana! ¿Cómo le va a creer a una mujer que detesta, pero mi palabra no es suficiente para ella?

_ ¡No! Le respondo. Ya te he dicho que no… y no me gusta que duden de mí, le reprendo. Yo no fui a ninguna parte el pasado fin de semana. Me quedé en casa montando en planeador que me regalaste. Me llevó mucho tiempo, le digo en voz baja.  Yo estaba destrozado. ¿Por qué iba yo a ir a ver a Elena? Lo que quería era estar lo más cerca de Anastasia y en ese momento el planeador lo era.  

Ella todavía se ve dudosa.

_ Contrariamente a lo que piensa Elena, no me apresuro a ir corriendo tras ella con todos mis problemas, Anastasia. No recurro a nadie. Quizás ya te hayas dado cuenta de que no hablo demasiado, le digo presionando el volante hasta que la sangre drena mis manos.  

_ Carrick me dijo que estuviste dos años sin hablar, divulga.

_ ¿Eso te ha dicho? Le pregunto. ¿No puede un hombre tener secretos de sí mismo?

_ Lo presioné un poco para sacarle información, dice apesadumbrada.

_ ¿Y qué más te ha dicho mi padre? Pregunto para tratar de descifrar qué tipo de información ella descubrió.

_ Me dijo que tu madre fue la doctora que te examinó cuando te llevaron al hospital. Después de que te encontraran en tu casa.

Todo esto es cierto, por supuesto, pero estoy completamente sorprendido de cómo pueden divulgar información acerca de mí tan fácilmente.

_ Dijo que estudiar piano te ayudó. Y Mia, añade recordando.

Mia. Mi hermana fue lo mejor que me pasó en esos años. Su nombre hace aparecer una sonrisa en mis labios. Recordando lo pequeña que era. Indefensa... en ese momento ella era alguien que me pudiera necesitar. Yo podría protegerla. 

_ Debía tener unos seis meses cuando llegó. Yo estaba muy emocionado, Elliot no tanto. Él ya había tenido que lidiar con mi llegada. Ella era perfecta. Linda, adorable. ¡Un bebé! Yo la quise desde el primer momento en que puse los ojos en mi pequeña hermana. Pero recordando sus "interrupciones" en la noche de hoy. Menos ahora por supuesto. Anastasia se ríe en respuesta. ¡Uno de los mejores sonidos en el mundo! ¡Tranquila  y feliz!

_ ¿Te parece divertido señorita Steele?

_ Parecía decidida a que no estuviéramos juntos, responde ella.

Me río, todavía desesperado. 

_ Sí, es bastante hábil. Pero al final lo logramos, le digo mientras llevo mi mano sobre su rodilla recordando lo divertido que la pasamos. Esta vez mi sonrisa es genuina. Reviso el espejo retrovisor de nuevo para asegurarme de que nadie nos está siguiendo.

_ No creo que nos hayan seguido, le digo mientras salgo de la autopista volviendo al centro de Seattle.  

_ ¿Puedo preguntarte algo sobre Elena? Anastasia pregunta cuando nos detenemos en la luz roja. ¡Ella otra vez!

_ Si no hay más remedio, le digo con aprensión.

_ Hace tiempo me dijiste que ella te quería de una manera que para ti era aceptable. ¿Qué querías decir con eso?

_ ¿No es obvio? Le pregunto. Yo ya estaba jodido yendo al infierno con una canasta en la mano. Ella me salvó de la autodestrucción.

_ No lo es para mí, ella responde.

_ Yo estaba fuera de control. No podía soportar que me tocaran. No puedo soportarlo todavía. Y pasé una etapa difícil en la adolescencia cuando tenía catorce o quince años y las hormonas revolucionadas. Ella me enseñó una forma de liberar la presión. Realmente creo que su intervención me salvó, no importa la forma en que me castigó en muchas ocasiones.  Pero Anastasia no entiende eso. Ella nunca vivió a través de los tormentos que tuve que vivir, y yo no creo que podría soportar que alguien la hubiera torturado a ella de la misma manera que a mí.
_ Mia dijo que eras un peleador.

¡Qué mierda! ¿Qué pasa con mi familia que fácilmente suelta información mía?

_ ¡Cristo! Gruño. ¿Por qué ha de ser tan habladora mi familia? Aunque tú tienes la culpa. Cuando nos detenemos en otro semáforo en rojo, me vuelvo y estrecho mis ojos hacia ella.

_ Tú engatusas a la gente para sacarle información, le digo con un disgusto fingido.

_ Mia me lo contó sin que le dijera nada. De hecho, se mostró bastante comunicativa. Estaba preocupada porque provocaras una pelea si no me conseguías en la subasta, murmura con petulancia.

_ Ah nena de eso no había el menor peligro. No permitiría que nadie bailara contigo, le digo.

_ Dejaste que el Dr. Flynn lo hiciera, afirma.

_ Siempre está la excepción de la regla. John no es sólo mi terapeuta, sino también mi amigo. Y por supuesto yo sé que él está enamorado de su esposa.

Finalmente llegamos al Hotel Fairmont Olympic  y estaciono cerca de la entrada.

_ Vamos, le digo a Anastasia y salgo y tomo los maletines.  Un valet se apresura a nosotros, y aunque sorprendido por la hora y el vehículo, es cortés. Le lanzo las llaves del coche.

_ A nombre de Taylor, le digo. El asiente y con una sonrisa pegada en la cara se mete en mi R8 y se va. Tomo la mano de mi chica, las maletas con la otra y entramos en el vestíbulo.

Nos dirigimos hacia la recepción. La recepcionista me mira y se ruboriza.

_ Tengo una reservación para dos personas a nombre de Taylor. Ella está nerviosa, olvidando el comportamiento profesional que debe tener en un hotel como este. Revisa su computadora y encuentra nuestra reserva.

_ ¿Necesita… que… lo ayuden con las maletas Sr. Taylor? Dice tartamudeando.

_ No, ya la llevaremos la señora Taylor y yo, le digo en un tono brusco. ¿Dónde están los ascensores?

Ella ahora se pone carmesí, me da las indicaciones para llegar a los ascensores. Tomo la mano de Anastasia, y nos dirigimos a los ascensores después de pasar por el vestíbulo decorado con buen gusto.

El ascensor nos lleva a nuestro piso y nos dirigimos a nuestra suite. Tiene dos dormitorios, un comedor, y un piano de cola. Estándar para lo que yo elegiría. El salón tiene una chimenea de leña con fuego ardiente.

_ Bueno, señora Taylor, yo no sé usted, pero yo necesito una copa, le digo mientras le paso cerrojo a la puerta. Después de todo el esfuerzo que hemos pasado, ella y yo necesitamos algo relajante. Camino en la habitación con nuestras maletas y con mi chica sujeta firmemente en mis manos. Pongo los bolsos en la otomana que está al pie de la cama y camino de vuelta a la sala de estar con Anastasia todavía firmemente agarrada. Anastasia va hacia la chimenea tratando de calentarse las manos, como para exorcizar el frío que entró en nuestros huesos con todos los eventos de esta noche.

Voy al bar y miro por encima de las copas.

_ ¿Armañac? Le pregunto. Este aguardiente calienta al escalador con el frío más alto de los Alpes austríacos. Así que debe hacer el trabajo para nosotros.

_ Por favor, responde.

_ ¿Menudo día eh?

Ella asiente con la cabeza, sin palabras. La miro preocupado, en busca de algún rasgo de aprensión, de disgusto, o algo que la hiciera huir de mí.

_ Estoy bien, me susurra para tranquilizarme. ¿Y tú?

_ Bueno, ahora me gustaría beber esto y luego, si no estás muy cansada, llevarte a la cama y perderme en ti, le digo con fiebre en mis ojos, que emana de mi alma ardiente y mi anhelo de ella.

I’m on Fire - Bruce Springsteen 

_ Creo que eso se puede arreglar Sr. Taylor, dice ella dándome una de sus tímidas sonrisas. Me inclino y me quito mis zapatos y calcetines. Mientras miro hacia Anastasia, me doy cuenta de que ella se  está mordiendo el labio.

_ Señora Taylor, deje de morderse el labio, susurro. Yo la necesito cuando estoy así. La necesito cuando estoy enojado. La necesito cuando estoy triste... cuando estoy desesperado... la necesito cuando estoy perdido... ¡la necesito siempre!

Ella se sonroja. Me tomo un sorbo de mi brandy y veo a mi niña con ojos hambrientos.

_ Nunca dejas de sorprenderme, Anastasia. Después de un día como el de hoy, o ayer mejor dicho, no lloriqueas ni sales corriendo despavorida. Me tienes alucinado. Eres my fuerte, le comento con una mirada de adoración.

_ Eres una muy buena razón para quedarme, murmura. Te lo dije, Christian, yo no voy a ninguna parte, no importa lo que hayas hecho. Ya sabes lo que siento por ti.

Me gustaría poder creer en Anastasia. Ojalá pudiera. Yo deseo que su amor por mí sea lo suficientemente fuerte para los dos. Lo suficientemente fuerte como para bordear a través de toda la mierda que fluye por debajo de la superficie, dentro de mi alma. Tengo que ponerlo en duda bebé. Si no es así, puedo perderte y  no podría soportarlo. Ella me mira tratando de convencerme. Por ahora, vamos a tener que dejar las cosas así.

_ ¿Dónde vas a colgar los retratos que José hizo de mí? Ella pregunta cambiando tema.

_ Eso depende, le digo, mis labios se tuercen en una sonrisa contenida. Tengo planes, pero a diferencia de mi familia, yo no voy a divulgar a la información más calificada que la ciudad  Seattle ha conocido. 

_ ¿Por qué? Ella pregunta burlona.

_ De las circunstancias, le digo sin asomar nada. Su exposición sigue abierta así que no tengo que decidirlo todavía.

Ella inclina la cabeza hacia un lado imitándome y entrecierra los ojos de una manera inquisitiva.

_ Puede poner la cara que quiera señorita Steele, no diré nada, le digo bromeando.

_ Puedo torturarte para sacarte la verdad, me amenaza. Oh nena, eso es lindo.

_ Realmente Anastasia. No creo que debas hacer promesas que no puedas cumplir.

Deja su copa sobre la parte superior de la chimenea y luego se acerca a mi lado y me quita la mía y la coloca al lado de la de ella.

_ Eso tendremos que verlo, murmura. Me toma de la mano y me lleva hasta el dormitorio. Me da mucha diversión su comportamiento envalentonado. Llegamos al pie de la cama y nos detenemos.

_ Ahora que me tienes aquí, Anastasia, ¿qué vas a hacer conmigo? Pregunto con voz burlona.

_ Voy a empezar por desvestirte. Quiero terminar lo que he empezado antes, dice recordando que me iba a desvestir en mi estudio. Pone las manos sobre las solapas de mi chaqueta con sumo cuidado de no tocarme y empuja suavemente la chaqueta sobre mis hombros. Me estremezco por supuesto, conteniendo la respiración. Pero me mantengo en la tierra. Yo quiero hacer esto ¡Bien! Quiero mucho que me toque. Pero no solo quiero tolerarlo, sino que quiero disfrutarlo. Yo anhelo eso. Pero aún no estoy preparado. Mis ojos están fijos en ella bien abiertos.   Estoy preocupado, temeroso, pero necesito esto. ¡La necesito! Toma la chaqueta y la coloca en la otomana.

_ Ahora la camiseta, susurra y levanta el dobladillo. Levanto mis brazos para ayudarla y retiro mi cuerpo a medida que saca la camiseta. Ahora estoy desnudo de cintura para arriba, al igual que en el momento en que el asunto de Leila nos interrumpió.  Sólo estoy usando mis jeans colgando en mis caderas.




_ ¿Y ahora qué? Lee susurro, caliente y ardiente.

_ Quiero besarte aquí, dice pasando su dedo de una cadera a la otra lo que me hace abrir mi boca de deseo. Un fuego intenso está creciendo en mí.

_ No pienso impedírtelo, apenas pronuncio. Extiende la mano y toma mi mano entre las suyas. 

_ Será mejor que te acuestes, dice ella llevándome al lado de la cama. Me siento un poco nervioso. Nadie ha tenido nunca el liderato conmigo.    

Take the Lead – Tango Scene – Asi se baila el tango

Nunca he dado las riendas a otra persona durante el sexo…  desde Elena.

Levanta las sábanas y me siento en el borde, mirándola expectante, cauteloso, serio. Anastasia está delante de mí, y deja caer la chaqueta de mezclilla de sus hombros. Luego se quita los pantalones. ¡Maldita sea! Sé que no tenía puesto nada a parte de mi camiseta. Me muero de ganas por poner mis manos sobre ella. De hecho, para contrarrestar el deseo de tocarla, me froto el pulgar sobre la punta de mis dedos. Ella me mira, respira profundamente y agarra el borde de su camiseta y se la quita. Ella está de pie delante de mí gloriosamente desnuda. La miro como si estuviera mirando a una diosa.   No puedo quitar mis ojos de ella y tragar. Mis labios se abren con deseo.

_ Eres Afrodita, Anastasia, le susurro.

She’s So High - Tal Bachman 

Extiende sus manos y las pone sobre mi cara para subirla y besarme en los labios. ¡Es tan jodidamente caliente! No puedo evitar dejar escapar un gemido. Apenas comienzo a besarla y no me puedo resistir. De manera instantánea la tomo por las caderas y la acuesto en la cama debajo de mí, obligándola a abrir sus piernas con las mías. De modo que quedo encerrado entre sus piernas. Tomo la delantera de besarla, chupando su lengua, sus labios, su boca, no puedo tener suficiente de ella. Mis manos se mueven hacia los muslos, hacia sus caderas y el vientre. Apretando y dejándola con ganas de más. Mis dedos se dirigen hasta su pecho y con la palma de la mano amaso y tiro suavemente de su pezón haciéndola gemir. Ella está en llamas, deseosa y jadeando. Levanta su pelvis y se frota contra mi virilidad que va creciendo detrás de la bragueta. Mi erección está empujando, impaciente. Me ajusto a ella y froto contra su sexo, ella gime en éxtasis. Me alejo y su pelvis me busca de nuevo, y yo vuelvo a bajar empujando una vez más y ella  gime apasionadamente y yo me apodero de su boca. Este lento y tortuoso tango que tenemos en la cama sigue y sigue hasta perderme en ella. Cada preocupación evaporándose, desapareciendo. Solo somos Anastasia y yo, haciendo el amor aquí y ahora. 

Tentativamente alcanza mi cabello y me jala hacia ella para ajustar más su boca con la mía, reclamándome. Mientras que su boca está trabajando en mis labios, sus dedos se arrastran por mis brazos y se dirigen a la parte baja de mi espalda y ella mete sus manos dentro de mis pantalones apretando mis nalgas, empujándome hacia su sexo. Me insta a que la tome, a que nos fundamos en uno solo.

_ Conseguirás intimidarme Ana, le susurro y me alejo de ella. Si no la tomo a ella en este momento, voy a explotar. Tomo un paquete de condones de mi bolsillo y se lo entrego mientras me ocupo de quitarme mis vaqueros.

_ Tú me quieres nena, y te aseguro que yo a ti. Ya sabes qué hacer.

Sweet Child O’ Mine - Guns ‘N Roses

Ella rompe la lámina y enfunda el condón sobre mi hombría que está de tamaño considerable. Le sonrío disfrutando de la sensación de su mano acariciando mi longitud. Me inclino hacia abajo y froto mi nariz contra la de ella y cuando entro lentamente en el sexo de Anastasia, la deliciosa sensación es más que exquisita. Cierro los ojos deleitándome de su suavidad, de su opresión, de su calidez.  Ella se aferra a mis brazos y arquea su espalda inclinando la cabeza hacia atrás tratando de absorber todo lo que le estoy dando. Me muevo dentro y fuera con lentitud. Quiero sentir cada ondulación, cada pedacito de su sexo. Me tiene cautivado y enamorado. A medida que mi cuerpo presiona sobre ella, fundiéndose con ella, tomo su cara entre mis manos.

_ Tú haces que me olvide de todo, eres la mejor terapia, le digo cuando me muevo a un ritmo lento, entrando y saliendo de la forma más placentera. Estoy degustando mi comida favorita, un manjar exquisito y delicioso.

_ Por favor, Christian, más rápido, ella me pide para una rápida liberación.

_ Oh no bebé. Necesito ir despacio, le digo y la beso dulcemente y le muerdo el labio inferior mientras ella gime en mi boca.

Ella hunde sus manos en mi cabello mientras continuamos el más dulce y lento de los movimientos. Siento como comienza a apretar su cuerpo y siento la deliciosa tensión en aumento. Sus músculos dan inicio a la magia que está por comenzar y yo no puedo resistirme a su embrujo. Ella arquea su espalda y mueve su cabeza hacia atrás mientras llega a su clímax, haciéndome gemir.

_ ¡Oh Ana! Es todo lo que puedo decir mientras me dejo llevar diciendo su nombre como una letanía en mis labios.

Después de este delicioso encuentro apoyo mi cabeza justo sobre su vientre y meto mis brazos alrededor de ella. Hay una cierta intimidad, algo más cerca de lo sexual. Es calmante acariciarla. Nunca he desnudado mi alma a nadie. Nunca como ahora. En este mismo momento, mientras que Anastasia está acariciando mi pelo, ella está sosteniendo mi corazón y mi alma en sus pequeñas manos.

Closer - Kings of Leon

Estoy en una frágil burbuja, tengo tanto miedo de perderla… Yo nunca me imaginé que podía amar a alguien así, desear dar todo de mí y redefinir mis verdades. Estoy sereno en medio de una tormenta y todo porque ella es mi puerto seguro. Hay dos cosas que me dan miedo: que Anastasia salga herida por mi culpa, y que Anastasia me deje. Yo puedo hacer algo respecto a la primera. Yo puedo protegerla. Pero la segunda depende de Anastasia. Ese es mi mayor temor.

_ Nunca voy a tener suficiente de ti. No me dejes, murmuro mientras beso su vientre.

_ Yo no voy a ninguna parte, Christian y creo recordar que era yo la que quería besar tu vientre, dice con una voz cargada de sueño. Su declaración me hace sonreír. 

_ No hay nada que te lo impida ahora nena, le digo.

_ No creo que me pueda moverme... estoy muerta de cansancio.

Ella ha tenido un día muy ajetreado. Suspiro, y me muevo para acostarme al lado de ella. Subo la cobija para arroparnos. Me hubiese gustado repetir lo que hicimos. Pero ella está realmente agotada. La miro con tomo mi amor.

_ Ahora duerme nena, le susurro. Me inclino y beso su cabello. Finalmente envuelvo mis brazos alrededor de ella y ambos sucumbimos al sueño.

Lullaby - Dixie Chix 

Me despierto por mi voluntad propia cuando el sol ya ha salido.  Compruebo la hora. Son casi las 10a.m. me levanto, me visto y pido el desayuno. Vuelvo a la cama y me acuesto a su lado sin tocarla viéndola dormir. Se ve tranquila, joven e inocente. Parece que la preocupación se ha ido. Me gustaría tocarla y acariciarla, pero no la quiero despertar. Se mueve un poco. Pudiera verla dormir durante horas. Ella entrecierra sus ojos y finalmente sus parpados se abren un poco. Parece que tuviera una resaca, pero es el efecto de la larga noche que hemos tenido.

_ Hola, murmuro mientras sonrío.

_ Hola, me susurra adormilada.

_ ¿Hace cuánto tiempo que me estás viendo? pregunta.

_ Puedo verte dormir durante horas, Anastasia. Pero yo sólo he estado aquí unos cinco minutos. Ella sonríe mientras me inclino y la beso. La Dra. Greene estará aquí en breve, le recuerdo.

_ Oh, ella responde como si se hubiera olvidado.

_ ¿Has dormido bien? Pregunto. Roncabas tanto que parecía que así era, le digo con burla. Por supuesto que no ronca.

_ ¡Yo no ronco! Ella pone mala cara.

_ No, no roncas le digo, dejando la burla.

_ ¿Ya te bañaste?

_ No, estoy esperando por ti, le respondo.

_ Oh, está bien.

_ ¿Qué hora es?

_ Diez y cuarto. No tenía corazón para despertarte temprano, digo.

_ Me dijiste que no tenías corazón, responde.

Eso es un hecho. Yo no tengo corazón. Pero de alguna manera, cuando Anastasia está conmigo, mi corazón está aquí, latiendo, amando, sufriendo, sintiendo. Ella debe ser la razón por la que tengo un alma y un corazón. Nuestras almas son iguales. Ella encuentra lo que he perdido y lo trae a la superficie. Porque ella es la guardiana de los dos. Cuando ella se va, se lleva mi corazón.

_ Han traído el desayuno. Crepes y tocino para ti. Ven, levántate que empiezo a sentirme solo y le doy una nalgada en su trasero para quitarle la flojera y me levanto.

Anastasia se estira y camina hasta el baño. Vuelvo a la sala del comedor y comienzo a comer mientras ella se asea. Una vez que termino mi desayuno, me pongo a leer el periódico y tomo mi café. Anastasia emerge desde el dormitorio. Se ha limpiado y está en uno de los albornoces del hotel. La visión de ella me hace sonreír.

_ Come. Vas a necesitar  fuerza hoy, le tomo el pelo. Tengo grandes planes para hoy.

_ ¿Y eso por qué? ¿Vas a encerrarme en el dormitorio?

_ Por atractiva que resulte la idea, tenía pensado salir hoy a tomar un poco de aire fresco.

_ ¿Es peligroso? Pregunta inocentemente.

La preocupación se arrastra de nuevo otra vez. Esta es mi realidad ahora, y tengo que seguir siendo vigilante. 

_ Al sitio que vamos, no. Y este asunto no es para tomarlo en broma. La miro deliberadamente para que ella entienda la gravedad de la situación. No quiero que ella se tome el problema a la ligera y salga lastimada.

Ella se sonroja y mira hacia la comida en su plato como si estuviera escondiendo su mal humor. Cuando Anastasia sólo ha tomado un par de bocados, oímos un golpe en la puerta.

_ Debe ser la doctora, gruño. Me levanto y camino hacia la puerta. Dejo pasar a la doctora Greene y la llevo a la habitación. Esta vez no quiero que la Dra. Greene me dé una mirada de advertencia.

(Dra. Greene - un lector)

Sigo leyendo los periódicos del domingo y algunos informes de negocio, mientras que Anastasia está encerrada en el dormitorio con la doctora. Esta vez, están tomando más tiempo que la última vez. ¿Qué están haciendo ahí? Mi mirada se desvía hacia la puerta un par de veces. Estoy casi que entro para saber que está pasando ahí dentro, si no fuera porque la doctora es capaz de sacarme con una patada y me mandarme a la parte de atrás del hotel. Me paseo nerviosamente mirando la puerta. Nadie sale. Miro mi reloj y el tiempo no aparece avanzar.

Finalmente ambos salen de la habitación, Anastasia aturdida y la Dra. Greene con los labios apretados. Me sorprendo y una preocupación se arrastra por mi cabeza. Nadie dice nada. Es domingo, así que la Dra. Greene quiere irse. Me despido apretando su mano. Después de cerrar la puerta detrás de ella, me volteo y la miro con cautela.

_ ¿Todo bien? Le pregunto.

Ella asiente con la cabeza en silencio. Mi cerebro se agita. Estoy completamente preocupado de que algo ande mal con Anastasia. Ella nunca se queda callada. Después de la última visita de la doctora estaba bromeando conmigo.

_ Anastasia, ¿qué pasa? ¿Qué dijo la doctora?
Ella niega con la cabeza y se tambalea en estado de shock. 

_ Puedes estar tranquilo durante siete días, murmura automáticamente a distancia.

_ ¿Siete días?

_ Sí, ella responde con monosílabos.

_ Ana, ¿qué pasa? Pregunto de nuevo pero esta vez preocupado. 

The Sound of Silence - Simon and Garfunkel

Ella me mira con los ojos abiertos, cautelosa. Ella traga como si tuviera una mala noticia. 

_ No hay nada de qué preocuparse. Por favor, Christian olvídalo, responde.

¿Qué demonios? ¿Nada de qué preocuparme? Hay algo que esconde de mí. ¡Oh, Dios mío! ¡Hay algo malo con ella! ¿Estará enferma? ¿Tiene algún problema de salud? La doctora se fue con los labios apretados. ¡Es alguna confidencialidad médico-paciente mierda! ¡Y Anastasia no me dice nada! Me estoy volviendo loco por aquí. Estoy justo frente de ella y le levanto la barbilla, hasta que su mirada cae en la mía. Decididamente, examino su cara, sus ojos aterrados, en un esfuerzo para tratar de comprender su secreto, y la preocupación crece en mí pasos a pasos agigantados. ¿Qué demonios le pasa?

_ Dime, le pregunto exigente.

_ No hay nada que contar. Me gustaría vestirme, dice y camina fuera de mi alcance. Me siento preocupado, y exasperado. Ella es poco cooperativa, y tengo en mi mente cualquier tipo de escenario en mi cabeza. Me paso la mano por el cabello disgustado.

_ Vamos a ducharnos, digo finalmente.

_ Claro, murmura, su mente está completamente en otro lugar. Me preocupa más, y me pongo ansioso.

_ Vamos, le digo taciturno. Tomo su mano con fuerza, como si ella fuera a salir corriendo. El paseo hasta el cuarto de baño es sombrío. Yo, camino primero tirando de ella detrás de mí. Su mente está en otra dimensión. ¿Qué está mal?

Entro en el cuarto de baño, le suelto la mano, abro la ducha, y me quito la ropa. Entonces me dirijo a Anastasia y empiezo a desatar su bata. 

_ No sé lo que te molesta, o si simplemente estás de mal humor por falta de sueño Anastasia, le digo mirándola preocupado, pero quiero que me lo cuentes. Me imagino todo tipo de cosas y eso no me gusta, le digo para que entienda mi preocupación y sea abierta conmigo. En respuesta ella sólo me pone los ojos en blanco ¿Qué demonios? La miro enojado. ¡Puedes voltear los ojos como quieras, pero me lo vas a contar!

Ella suspira y responde:

_ La Dra. Greene me regañó porque olvidé tomar la píldora. Ella me dijo que podría estar embarazada.

_ ¿Qué? Es lo único que sale de mi boca sorprendido.  La sangre drena mi cara y me congelo al pensar lo que ha dicho y si eso pudiera suceder. ¿Embarazada? ¡Eso no puede ser!

_ Pero no lo estoy. Ella me hizo una prueba. Fue un shock, eso es todo. No puedo creer que haya sido tan estúpida, termina por explicar. Y siento como un peso se ha levantado de mis hombros.

_ ¿Estás segura de que no estás?

_ Sí, ella confirma.

Doy un profundo suspiro de alivio. 

_ Bien. Sí, ya entiendo que una noticia así puede ser perturbadora, le digo con un alivio que me inunda.

Ella me mira con el ceño fruncido, como si no está feliz por mi reacción.

_ Lo que me preocupaba era tu reacción, dice ella.

_ ¿Mi reacción? Bueno, naturalmente que me siento aliviado. Dejarte embarazada sería el colmo del descuido y del mal gusto.

_ Entonces tal vez deberíamos abstenernos, me contesta de mal humor. ¿Por qué está enojada conmigo? Estoy confundido. La miro tratando de resolver el misterio detrás de su reacción.

_ Estás de mal humor esta mañana, evalúo.

_ Fue un shock, eso es todo, dice malhumorada. La quiero con todos sus estados de ánimo. Buena, mala, increíblemente desesperante, triste, petulante... todo en ella es ¡caliente! Agarro las solapas de su bata y de un tirón la meto en mis brazos, abrazándola. Su frente desnuda recostada de mi pecho. Aspiro su aroma cerrando los ojos y beso su cabello cuando presiono su cabeza en mi pecho. Yo no quiero que esté enojada conmigo.

_ Ana, yo no estoy acostumbrado a esto, murmuro, sin saber cómo comportarme. Mi inclinación natural sería darte una paliza, pero dudo que quieras eso, le digo con sinceridad. Esa es la única manera a la que estoy acostumbrado. No estoy acostumbrado a tener que lidiar con las peculiaridades femeninas, especialmente en una mujer como Anastasia.

_ No, no lo quiero. Pero esto ayuda, dice ella cuando me da un abrazo y nos quedamos así por un largo rato. Ahora que estamos abrazados, me siento calmado y algo cambia dentro de mí. Me doy cuenta de que hay otras formas de canalizar la ira con un resultado más agradable. Después que siento como la tensión abandona nuestros cuerpos la libero.





_ Ven, vamos a ducharnos.

Le quito la bata y lo dejo caer a sus pies. Los dos entramos en la ducha. La ducha es bastante espaciosa y la regadera suficientemente amplia como para entrar los dos. El agua cae a borbotones mojándonos de inmediato. Cojo la botella de champú, me coloco un poco en la palma y se la paso a ella. Ella refleja mis acciones. Después de casi sensualmente frotar el champú en su pelo, se ve relajada con los ojos cerrados y deja que el agua quite el champú de su cabello. La espuma cae por su espalda como riachuelos, por las piernas hasta finalmente llegar hasta el desagüe. Tomo el gel de baño y mientras la espuma recorre su cuerpo yo inmediatamente paso mis manos por sus hombros, sus axilas, la espalda, sus pechos, umm, su exquisito cuerpo. La atraigo hacia mí, piel contra piel y sin decir una palabra comienzo a lavar su estómago, su vientre y entre sus piernas sobre su sexo y sus nalgas.

La volteo y estamos frente a frente. Su mirada se da cuenta de mi temor.

_ Toma, le digo en voz baja y le entrego el gel de baño.  Quiero que me limpies el resto de la pintura de labios. Me ve con ansiedad porque sabe lo que esto significa para mí. Pero ya lo he decidido. Iré despacio, pero tengo que permitirme su toque.

_ No te alejes mucho de la línea, por favor, murmuro con voz nerviosa.

_ Está bien, susurra. La miro sin pestañear. Ella aprieta un poco de gel de baño en su palma, y luego se frota las palmas de las manos para formar una espuma. Sus manos se mueven lenta pero decididamente en mis hombros y ella comienza a frotar suavemente las líneas rojas. Mi cuerpo se tensa. Tengo que concentrarme cerrando los ojos. Tengo que encontrar un lugar feliz en mi mente para dejarla hacer eso. Mi respiración se incrementa y mis picos de frecuencia cardíaca se elevan como si mi corazón quisiera salir de mi cuerpo. Supero el miedo y trato de calmar el niño escondido que sale de mí, diciéndole que está seguro en estas manos maravillosas. Es solo Ana que nos ama, al niño pequeño y a este jodido hombre.   Sus dedos tiemblan, pero ella sigue su camino determinada. Son movimientos sencillos y sanos, llenos de amor, pero aun trago nerviosamente, me pongo tenso y aprieto mi mandíbula.

Sus manos abandonan mi cuerpo por un breve momento y me da la oportunidad de relajarme.  Ella echa un poco más de gel en sus manos.

_ ¿Listo? Me pregunta con voz tensa.

_ Sí, mi respuesta es un susurro apenas audible, mezclada con el más puro miedo.

Pone de nuevo sus manos para limpiar ahora el frente. Estoy congelado en mi puesto.  Mi instinto me dice que debo empujarla y salir corriendo. Correr lejos de ella, de su alcance. Doy respiraciones cortas y rápidas tratando de desaparecer mi miedo, pero mi cuerpo se pone rígido, tenso y cada movimiento de sus manos me hace creer que ella va a traspasar las fronteras en cualquier momento. Me siento muy vulnerable, el dolor y el miedo son insoportables. Abro mis ojos para mirarla y veo como las lágrimas salen de sus ojos teniendo una carrera contra el agua de la ducha. No puedo soportar verla llorar por mí. No me vale llorar por esto.

_ No, por favor no llores, le suplico en un susurro angustiado. 

Don’t Cry - Guns ‘N Roses

La envuelvo en mis brazos y la abrazo fuertemente contra mí. Por favor, no llores por mí Ana, y con eso se deja ir en sollozos y entierra su desconsolada cara en mi cuello. ¡No puedo soportar verla así! Me alejo, sosteniendo su cara de manera eficaz en mis manos y bajo la cabeza para allegar a sus labios y me pierdo en el beso.

_ No llores, Ana, por favor, le declaro en sus labios. Eso fue hace mucho tiempo. Anhelo que me toques y me acaricies, pero simplemente no puedo soportarlo. Es demasiado. Por favor, por favor no llores cariño.

_ Yo también quiero tocarte. Más de lo que te imaginas. Pero verte así… tan dolido y asustado… Christian, me hiere profundamente… te amo tanto.

La reafirmación de su amor me relaja, me centra y estoy de nuevo en mi lugar más seguro. Dirijo mi pulgar por el labio inferior. 

_ Lo sé, lo sé, le susurro.

_ Es muy fácil quererte. ¿No lo entiendes?

_ No, cariño, no, le digo incrédulo. No lo entiendo.

_ Pues lo es. Yo te quiero y tu familia también. Y Elena y Leila aunque lo demuestren de un modo extraño, pero también te quieren. Mereces ser querido.

Cada una de sus palabras son como puñaladas en mi alma oscura no importa cuán amorosas sean. Yo no soy digno del amor ni del afecto de nadie. ¡Estoy jodido hasta la médula! ¡Ella no tiene ni idea de lo que me gustaría hacer con ella! ¡No tiene ninguna idea en absoluto! ¿Seguiría amándome si lo supiera?

_ Basta, le digo, no puedo soportarlo. Pongo mi dedo sobre sus labios y sacudo la cabeza para detenerla. No puedo escuchar esto. No soy nada, Anastasia. Soy un hombre vacío por dentro. Yo no tengo un corazón.

_ Sí, tienes. Y yo lo quiero todo de él. Eres un buen hombre, Christian, un hombre realmente bueno. No vuelvas a dudar de eso. Mira lo que has hecho... lo que has logrado, dice ella con fervor, entre sollozos. Mira lo que has hecho por mí... a lo que has renunciado por mí, dice en voz baja tememorsa. Yo lo sé. Lo que sientes por mí, dice ella, y la miro con el miedo atorado en mi garganta. Es una cosa que yo sé. No soy digno de ella. ¡Ella no puede saber eso! ¡Ella no debe saber eso!

_ Tú me amas, susurra.

¡Ella lo sabe! ¡Ella lo sabe! Mis ojos se abren automáticamente en pánico y mi boca es incapaz de pronunciar una sola palabra. No puedo negar lo que ya está sellado sobre mí. Soy indigno y en este momento estoy desnudando toda mi alma hacia ella para hacer lo que desee. Soy todo suyo. Tómame como soy, Ana.

 Sí, le susurro. Yo te quiero.

Truly Madly Deeply - Savage Garden






3 comments:

Unknown said...

Leila mujer manipuladora como si con eso fuera a lograr algo bueno,esta enferma pero no loca lo que es echa la pendeja, a Elena ya se le empiezan a cerrar las puertas del corazón de cristian, este cap es muy esclarecedor para Ana se va dando cuenta de los sentimientos profundos de cristian hacia ella gracias Emine, y patricia amiga mil gracias como siempre excelente un besote.

aries said...

Muchas gracias por los últimos capitulos. Cada día esta mejor, me gusta como poco a poco Christian se va abriendo con Ana. Un saludo.

Unknown said...


Nancy Fica Soto ah por dios emine como escribes cada linea que nos enamora cada dia mas de cristian eres genial y patricia gracias x tu gran trabajo tb
6 de diciembre a la(s) 17:35 · Me gusta

Analia Cesar Awwww!!! Finally !!! I'm gonna cry, Christian so protective and vulnerable! ! Anastacia so strong , mature and devoted lover! Thank you both Emine and Patricia
6 de diciembre a la(s) 17:40 · Me gusta

Alejandra Moyano Me encanto el capitulo !!!
6 de diciembre a la(s) 17:41 · Me gusta · 1

Mey Gonzalez Wow increible me gusto muchooo muy bien chicas!!! emine y patricia felicidades y gracias
6 de diciembre a la(s) 17:43 · Me gusta

Analia Cesar I've read the last part in the shower again! ! It's so exciting! !
6 de diciembre a la(s) 18:26 · Me gusta

Ximena Arechua Otro buen capítulo, me encanto
6 de diciembre a la(s) 18:29 · Me gusta · 1

Ricsely Albornoz Gracias Emineee!!!! este es mi capítulo preferido y lo has descrito fabulosamente!!
6 de diciembre a la(s) 18:31 · Me gusta

Ricsely Albornoz Analia Cesar Yo también lei esa parte de nuevo!! es mi favoritaaa!! donde por fin el pronuncia esas palabras y acepta que la ama! Lloré al leerlo
6 de diciembre a la(s) 18:34 · Me gusta

Leidy Diana Bedoya Increible, tengo los sentimientos a flor de piel, concuerdo q es muy muy emocionante la parte que por fin lo acepta cuando dice que la ama... es maravilloso lo que me haces sentir Emine.. Gracias... y Gracias a Patricia...
6 de diciembre a la(s) 18:55 · Me gusta

Andrea Valenzuela Ulloa me acabo de desmayar ...esta hermoso este capitulo...suspire hasta la ultima palabra quedo precioso....hacen que una ame mil veces mas a cristian
6 de diciembre a la(s) 19:11 · Me gusta

Paola Baez ya quiero leerlo pero aun no puedo
6 de diciembre a la(s) 19:42 · Me gusta

Dori Crespo Me encanta en este segundo libro me emocione tonto que me pase todo el rato llorando por su ternura y si no eran por los sustos.
Gracias Emine y Patricia
6 de diciembre a la(s) 20:13 · Me gusta · 1

Patricia Aurora
6 de diciembre a la(s) 20:43 · Me gusta

Noelia Palma Fuentes Buenísimo
6 de diciembre a la(s) 21:53 · Me gusta

Nuris Fuentes Peñaranda Oh emine y patricia gracias
6 de diciembre a la(s) 22:12 · Me gusta

Agustina Medina ♡ *sin palabras* ♡
6 de diciembre a la(s) 22:24 · Me gusta

Giselle Sanchez Rodriguez Fanny donde encuentro os 4 anteriores orfa!
6 de diciembre a la(s) 23:37 · Me gusta

Maria Gabriela Seco Avila emotivo este capitulo ame esa parte en q finalmente le dijo q la queria
Ayer a las 1:34 · Me gusta

Ery Valencia Wow excelente grax x este capitulo!
Ayer a las 2:12 · Me gusta

Faby Rodriguez Calderon Wuau es la primera vez q lo toca hace el amor con Ana y l dice q la kiere muy buen capítulo grax x compartirlo con nosotras
Ayer a las 3:28 · Me gusta · 1

Giselle Sanchez Rodriguez Hermoso!
Ayer a las 4:05 · Me gusta

Claudia Henao Es lindo este capítulo gracias
22 h · Me gusta

Francisca Rodriguez Fernandez Muy bueno gracias chicas
21 h · Me gusta

Ery Valencia
21 h · Me gusta

Paola Baez Me encanto