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Saturday, July 26, 2014

Libro III - Capítulo III: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA

CAPITULO III
TU ERES LO UNICO QUE QUIERO

All I Want Is You - U2

Cuando golpeo la puerta al salir del cuarto de juegos, camino con pasos enérgicos hasta mi dormitorio. La Sra. Jones está en la cocina haciendo la cena y de pronto ella se voltea.

_ Sr. Grey la cena estará… al darse cuenta que estoy desnudo se tapa los ojos girando de pronto la cabeza. Tratando de ganar un poco de compostura y aclarándose la garganta, dice –Oh querido–  con voz aguda y veo la expresión sorprendida de Taylor que está de pie en la sala. Él se endereza y con voz enérgica doce –¡Gail!– y asiente con la cabeza para pedirle que salga de la habitación. Ella sale rápidamente.

_ ¿¡Qué!?! Miro con enojo a Taylor.

_ Nada, señor, dice sacudiendo ligeramente la cabeza, medio molesto y medio riendo.

Entro en mi habitación aún enojado... más allá de enojado. Furioso y loco camino alrededor de la habitación. Salgo de nuevo de la habitación. Taylor se sorprende una vez más al verme desnudo, pero está vez no le importa.

_ ¡Taylor, llama a Claude! Sesión de tres horas, en mi gimnasio. Dile que lo espero en media hora, le ordeno y me devuelvo a la habitación sin esperar respuesta.  


Entro en la ducha y abro el grifo en su totalidad, para que el agua salga con fuerza y entro debajo de ella. El chorro de agua helada sacude mis sentidos y me hace calmar el fuego que me consume por dentro. Poco a poco el agua se calienta y relaja mis músculos tensos. Tomo el champú y empiezo a lavarme el pelo con velocidad. ¿Por qué no me obedece? ¿Por qué es tan difícil para ella aceptar que yo sólo estoy tratando de protegerla? Estoy debajo del agua con los ojos cerrados, dejando que el champú corra por mi espalda en riachuelos.   Siento sus dedos lentamente tocando la parte de atrás de mi brazo poniéndome tenso.

_ Christian, no seas  así, dice en voz baja. No digo nada y me quedo con los ojos cerrados.

Mi otro brazo llega hasta su mano y le digo –No lo hagas–   y le quito la mano para romper su conexión conmigo. Todavía estoy jodidamente loco. ¡Mierda! Sé que es desobediente... mucho. Sé que es refrescante para mí con sus formas ingeniosas, pero al infierno, ¡esto es el matrimonio! Ella debería saberlo mejor. ¿Qué más quiere eliminar de los votos? Me doy la vuelta y su rostro se ha caído; esta herida. ¡Mierda! Eso no es lo que quiero. Quiero que  me entienda.

_ Christian, ¿por qué esto es un gran problema para ti?  Me pregunta en voz baja.
_ ¿Me estás jodiendo, Anastasia? Digo encerrándola en su lugar con mi mirada ardiente. Estoy respirando por la nariz, como un toro furioso.

_ ¿Tienes alguna idea de la finalidad de los votos en una boda y lo que me estás negando?

_ ¡¿Qué te estoy negando?! Me pregunta como si yo le di una bofetada.

_ Los votos se derivan del contrato matrimonial, eso significa que hay derechos y responsabilidad conferidos en él.  

_ Christian, estoy segura que debes darte cuenta de que los derechos y responsabilidades no se limitan a unas pocas palabras que las parejas dicen durante la ceremonia de matrimonio. Creo que las parejas adquieren miles de derechos como consecuencia del “contrato matrimonial” dice haciendo comillas en el aire, y no hay manera posible de cubrir todos ellos durante una ceremonia. Estoy segura que es mucho más largo que tu contrato de sumisión, dice ella.

Me esfuerzo por reprimir una sonrisa. Tengo que concentrarme y aferrarme a mi ira y no ceder a sus encantos. 

_ Quiero decir, creo que podemos declarar nuestro amor y respeto mutuo y cuidarnos el uno al otro, no importa cuál sea la circunstancia. Es por eso que quería escribir nuestros propios votos. Porque somos únicos. Somos como la talla única, encajamos en todo, dice mirándome con expectación.

Ella está tratando de desviarme de mi objetivo. Ella es muy buena en eso, cada vez que le digo algo en lo que no estoy de acuerdo, ella busca la manera de distraerme. Pero no va a funcionar esta vez.

_ ¿Dime Anastasia, eso de que somos talla única es porque tienes la intensión de eliminar algo más de los votos? Quiero saber... La miro con una mirada impasible, no siento nada pero…

_ ¿Qué quieres decir? Me pregunta a la defensiva.

_ Me refiero a que los votos son simples: Todo lo que tienes que decir es Yo, Anastasia Rose Steele, te tomo a ti, Christian Trevelyan-Grey, para ser mi legítimo esposo en matrimonio, para honrarte y respetarte desde hoy en adelante, en las buenas y en las malas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte, apreciarte, obedecerte, hasta que la muerte nos separe, de acuerdo con la santa palabra de Dios. Quiero saber, ¿qué otras palabras, en estos votos te ofenden?   “en las buenas y en las malas” o podría ser “en la riqueza y en la pobreza”... o esta, “en la salud y en la enfermedad” ah está  “para amarte” también está “hasta que la muerte nos separe” Le digo con mi mirada oscura. Cierro la distancia entre nosotros atrapándola en la pared de la ducha con las manos firmemente colocadas al lado de sus hombros, casi tocándola, tan cerca, tan caliente, tan deseoso, sin embargo, muy distante. 


_ Dime Ana, le susurro cerca de su oído... ¿Hay una fecha de vencimiento de tu amor? Yo quiero saber, le digo tratando de ocultar mi rabia, mis ojos están demasiado oscuros por la pasión y la proximidad.

_ ¡Te estás portando como un culo Christian! Dice herida tratando de alejarme con sus palmas firmemente colocadas en mi pecho, pero no voy a ceder.

_ ¡Lo sé! ¡Soy peor que un culo! ¡Soy un hijo de una puta jodido! ¿Es por eso que no quieres decirlo? ¿No me encuentras digno como para obedecerme? ¡Créeme nena, tomaré lo que estés dispuesta a darme, pero me estás torturando por dentro! ¿Por qué Ana? La miro suplicante. ¿Por qué no me aceptas en todas las formas que soy? ¿Eres la única que puede escoger y elegir?

Ella me deja de empujar, la ira y el dolor son reemplazados por la preocupación. Sus manos se extienden hasta mi cara acariciando, mi maldito cuerpo es tan en sintonía con su toque que me encuentro inclinándome a su caricia y cierro los ojos.

_ ¡Christian, no es acerca de ti! Se trata de mí. Mis ojos ardientes se abren por completo. Doy unos pasos hacia atrás para mirarla con incredulidad.

_ ¡Joder, Ana! ¿Cómo  no podría ser por mí? ¿No te casas conmigo? Entonces, ¿cómo puede ser por ti?

Ella da un paso lento hacia adelante y yo levanto mis manos para detener su proximidad. Ella suspira y trata de ocultar su dolor.  

_ Christian, esto es acerca de mí, acerca de mantener mi individualidad. Tú eres... ¡tú sabes lo que eres! Un megalómano siempre a cargo, siempre en control, siempre obstinado... Y me encanta eso de ti, pero por otro lado, se trata de , dice colocando su mano derecha firmemente entre sus pechos.

_ La chica que te enamoraste tiene opiniones propias. Quiero complacerte, pero quiero ser yo. ¿No puedes aceptarme como soy?

Paso mis dos manos por el pelo mojado, suspirando completamente exasperado.  Mentalmente cuento. Diez... nueve... ocho... siete... seis... cinco... cuatro... tres... dos... uno...

_ Todo lo que estoy pidiendo es justo que consideres lo que estás diciendo Ana. Eso es todo lo que pido, le digo con mi mirada suplicante, desnuda, no tenía ni idea de que era capaz de suplicar.

_ Tengo una sesión programada con Claude.  Vas a cenar sola, le digo y me salgo de la ducha tomando una toalla.

_ ¡Oh! Dice. Voy a ver a tu madre y a tu hermana. Ellas querían darme algunas ideas, dice en un murmullo.

Me volteo con la velocidad de un rayo.

_ ¿Cuándo ibas a decirme?

_ Ahora mismo, dice lentamente. Tu hermana llamó y dejó un mensaje cuando estábamos... uhm, en la sala de juegos. Suelto una bocanada de aire.

_ Come antes de irte y no vas a conducir, Sawyer que te lleve, le ordeno.

_ Uhm... lo de la cena... ella comienza a hablar y yo sé que ella no quiere comer.

_ ¡Ahí está! Le digo con fuerza y apunto un dedo acusador hacia ella. De eso es lo que estoy hablando Anastasia. Nunca escuchas a pesar de que las cosas que hago son por tu bien, porque tú no estás dispuesta a hacerlas.

Ella suspira enojada.

_ ¿Ha terminado, señor Grey? Dice poniendo sus manos en las caderas. Esas caderas calientes, los codos levantados y los hombros echados hacia atrás como una fiera, la posición que toma hace que sus pechos se levanten en señal de protesta y un ligero escalofrío hace que sus pezones se endurezcan. Niego con la cabeza pasa quitar mi mirada de su cuerpo, necesito centrarme. Mi puta polla está a punto de traicionarme con un saludo deliberado. Anastasia trata de ocultar su sonrisa pero su mirada me dice que no va a ceder y trata de centrarse en su ira.

_ Tu madre y tu hermana que están trabajando en la planificación de nuestra boda, me pidieron que fuera a hacer una degustación. Contrataron una empresa de catering que llevará la comida a casa de tus padres. Si como ahora, no voy a ser capaz de disfrutar plenamente de la comida, y posiblemente con el estómago lleno no pueda distinguir la comida que voy a escoger. No estoy tratando de desafiarte. Pero no me dejar hablar y esto es lo que estoy tratando de decirte. Si te obedezco 100% de todas las veces que me ordenas como ahora, “come antes de irte” entonces no voy a ser capaz de tomar una buena decisión. Tienes que confiar en mi juicio también.  ¿Podemos al menos ponernos de acuerdo en eso?  Me pregunta.
Suelto la respiración que ni sabía que la tenía contenida.

_ Llévate a Sawyer contigo... Voy a entrenar y después tengo un montón de trabajo para ponerme al día. Llámame cuando estés lista para regresar, le digo y camino hacia mi armario para vestirme rápidamente con mi ropa de deporte. Estoy demasiado estresado. ¡Mierda! ¡Ella no va a obedecer! ¿Cómo puedo hacerla cambiar de opinión? ¿Puede ser realmente mía si ella no me obedece? ¡La quiero de cada jodida manera posible! Anhelo que ella me pertenezca. ¿Si ella no recita completamente todas las palabras de los votos matrimoniales, no es nulo de alguna manera? ¡Mierda! ¡Me estoy volviendo loco! Ella aparece en la puerta del armario parcialmente vestida, con unos shorts negros, y un sujetador de encaje. ¡Mierda! ¡Cómo me gustaría darle una lección de obediencia! Mejor me voy… Quiero estar cerca de ella ahora, pero no puedo. ¡Tengo que salir de aquí! Ella observa todos mis movimientos.  Quiere decir algo... pero duda.

_ ¿Christian?

_ ¿Qué? Chasqueo hacia ella y al instante me arrepiento. Estoy demasiado nervioso. Ella puede sacarme de quicio con una palabra o una mirada. Suavizo mi mirada ¿Dime Ana?

_ ¿No te gustaría probar la comida que se servirá en nuestra boda?

_ Tengo asuntos urgentes, esta noche. Sé que tú, mi madre y mi hermana serán capaces de tomar buenas decisiones. Confío en tu juicio. Voy a tener que pasar este detalle, le contesto.

_ Pero…

_ ¡Ana, yo sólo quiero que…! ¡No me importa si decides servir queso, galletas y té! Bueno, me gustaría escoger el vino, pero… esta noche no es una buena noche para mí. Simplemente ha sido un día estresante. Ve y diviértete. Pero asegúrate de llamarme antes de salir y no te quedes hasta tan tarde.

_ Yo no estoy brava, dice en un tono suave.

_ Anastasia, no estoy bravo. Estoy furioso. ¡Todo lo que te estoy pidiendo es decir una puta palabra y no lo harás!

_ Es una gran palabra Christian. ¡No la voy a decir!

_ ¡Tú no estás en el infierno!

_ En ese caso Christian, te veré después de que le saques la mierda a Claude Bastille, porque yo no quiero estar en el lado receptor de ese enojo. ¡Me tengo que ir! dice y se da la vuelta con rabia.

_ ¿Por qué me estás dando la espalda?

_ ¿No lo sabes Sherlock? ¿No te puedes dar cuenta de eso? En caso de que no lo hayas notado, no soy tu sumisa, y yo no voy a firmar como una sumisa, porque decir esa palabra siempre disparará tus pensamientos. ¡Quiero ser tu mujer, no tu sumisa!

_ ¡A la mierda, Anastasia! ¡Tú nunca has sido mi sumisa! No vas a ser mi sumisa. ¿Cómo te puedo explicar eso? Tengo que tener el control. ¡Tengo que saber que estás a salvo! Tengo que saber que vas a tomar suficientes precauciones y escuchar las mías por tu bienestar. ¿Cómo puedo cuidarte si nunca me escuchas ni me obedeces? ¡Tú nunca lo haces! ¡Me siento impotente! Pronuncio agotado.

_ Hablaremos de esto cuando estés más racional Christian.

_ Anastasia... le digo en voz suave... demasiado suave como para no ser confundida con otra cosa que no sea  cólera.  Realmente, realmente quiero llevarte sobre mis rodillas, y castigarte... le digo.

Ella me mira con un poco de aprensión y un poco de anticipación, pero niega con la cabeza decidiendo algo que no estaba esperando.

_ Bueno, señor Grey me encantaría que disfrutáramos tú y yo... pero cuando te hayas calmado, volveremos a hablar, dice y se va.

¿Qué demonios ha pasado? Esta mujer, mi mujer, la dueña de mi corazón y mi alma dice menos de dos oraciones y mi puto mundo está al revés, y yo soy incapaz de saber de qué manera enderezarlo. ¡Mierda! ¡Estoy perdiendo el control y aún no estamos casados! ¡Mierda! ¿Dónde diablos está la Bastille?

Salgo a la sala donde Taylor está esperando, y parece que me va a entregar malas noticias. Creo que ya he llegado a mi límite  hoy.

_ Sr. Grey, Bastille está fuera de la ciudad... comienza.

_ ¿Qué? Le grito. Me paseo alrededor de Taylor incomodándolo y me detengo justo frente a él.

_ ¿Dónde diablos está?

_ Está visitando a su hermana. Hoy no es un día habitual para su entrenamiento. Él está ya en camino de vuelta, pero le tomará cerca de tres horas o un poco menos... Si lo desea, señor, él vendrá en tres horas.

_ Tres horas... Tres días... ¡Tres putas horas! No se si voy a tener un ataque al corazón o un ataque de pánico. Mi corazón late con fuerza, me duele el pecho, y es cada vez más difícil respirar. Siento un hoyo espantoso en el estómago.

Anastasia sale  con su vestido color ciruela que me gusta tanto y que abraza sus curvas en todos los lugares correctos.

_ ¡Sawyer! Yo lo llamo y viene a la sala de estar.

_ Lleve a la señorita Steele a la casa de mis padres. Llámame cuando llegues allí, y me mandas un texto cuando te vengas.

_ Sí, señor, responde.

_ Chao Christian, te veré esta noche, dice y me da un casto beso justo en la esquina de mis labios. Cuando ella está caminando para irse, yo la tomo de la muñeca y la atraigo con fuerza hacia mí y la pego al ras de mi cuerpo. Tomo su rostro entre mis manos y la beso apasionadamente. Odio la distancia entre nosotros. Yo no soy dado al afecto en público, pero quiero realmente que ella sepa que es mía, que yo quiero que ella sea mía de cualquier manera posible. En el momento en que termino el beso los dos nos quedamos sin aliento.

_ Uhm... dice ella sonrojándose como un tomate, te veré más tarde esta noche.  

_ Sí. Voy a trabajar hasta tarde. 

(Te amo y te odio - Orgullo y prejuicio)

Ella y Sawyer desaparecen en el ascensor y las puertas se cierran.

_ Estoy corriendo a donde Flynn, le digo a Taylor sin preámbulo.

_ Si me da dos minutos me uniré a usted. Pero, insisto en que me deje conducir, señor.

_ Taylor, necesito estar en movimiento, quiero correr.

_ Voy a correr con usted señor.

_ ¡Prefiero estar solo Taylor!

_ Sr. Grey, los paparazzi han acampado diez millas a la redonda del  Escala y han estado vigilando todo el derredor de nuestra ruta regular, si le echan un vistazo a usted o la señorita Steele… Ya hemos tenido dos encuentros hoy, altamente sugeriría que me deje conducir señor, o al menos correré con usted.

_ ¡Muy bien! ¡Date prisa! Le  digo como un niño caprichoso.

Taylor no es nadie si él no demuestra que es un hombre eficiente. Sin perder una palabra más de discusión, se da la vuelta y corre a su habitación para cambiarse. Saco mi Blackberry y marco a Flynn.

_ Buenas tardes Christian, responde el teléfono en el segundo tono.

_ Flynn, necesito verte en tu oficina. Nos vemos en  veinte minutos.

_ Bueno, Christian, tienes suerte de que no he salido de mi oficina aún. Déjame llamar a mi esposa para decirle que voy a llegar tarde, porque esta no es una sesión programada.

_ Bien, le digo y cuelgo.

Cuando voy hacia el vestíbulo Taylor llega.  

_ Sr. Grey, vamos a hacer una ruta diferente hacia la oficina del Dr. Flynn. Sawyer tuvo que eludir algunos paparazzi mientras conducía... dice y yo lo corto.

_ ¿Está bien la señorita Steele?

_ Sí, señor nada que no pudiera manejar. Sugiero que tomemos la salida de la parte de atrás. No hay tantos como esta mañana y su charla con la prensa esta tarde dispersó la multitud más grande. Estos que quedan son probablemente los últimos, dice mientras yo me voy adelantando.

*****

Salimos de Escala por la puerta de entrega, y corremos a la oficina de Flynn. Estoy tan jodido que estoy corriendo más rápido que Taylor, que parece un galgo cuando lo hace. Mi mente está pensando diversos escenarios de cómo hacer que Anastasia entre en razón y diga que me va a obedecer. ¡El castigo está totalmente fuera de escena! Yo no quiero que se vaya y me voy a sentir como una mierda si la lastimo. ¡Mierda! ¡Ella es más terca que una mula! ¡Me patea el culo mentalmente, todo el jodido tiempo!  Me detengo en seco y Taylor se acelera diez pasos más para detenerse de frente a mí.

_ ¿Está todo bien, señor?

_ Sí, le contesto con aire ausente.

No he intentado todo todavía. Ella no se me puede resistir. Tampoco puedo resistirme a ella, pero yo tengo más control sobre mis deseos. ¿Cómo puedo castigarla en la cama? ¿Negarle el orgasmo? Es una herramienta estándar. Ella me desea tanto como yo la deseo ¿Negarle el sexo? Ella inicia sexo conmigo tan a menudo como yo lo hago con ella. Eso es algo en el que no tenemos problemas. Sería un día frío en el infierno si alguien se atreve a mantenerme lejos de su cuerpo. Negarle el sexo sería una tortura para mí. ¡Estaría arañando mi propia piel de mierda! Tal vez Flynn tenga algunas respuestas. O no…

Cuando llegamos a la oficina de Flynn, Taylor abre la puerta de su exuberante oficina. Su secretaria ya se ha ido a casa. John sale de su oficina con un traje casual.

_ Hola Christian.

_ John, le respondo.

_ Taylor, asiente con la cabeza hacia él saludándolo con una sonrisa cálida.

_ Buenas tardes Dr. Flynn, responde Taylor con una cara impasible.

_ Bueno, ¿Entramos Christian? Dice señalando el camino a su oficina con la mano extendida.

_ ¿Qué te trae por aquí esta tarde Christian? Me pregunta una vez que entramos en su despacho, y él cierra la puerta detrás de mí.

_ ¡John, me estoy cayendo a pedazos aquí! Empiezo.

_ Ya veo... ¿inquietudes por la boda? ¿Dudas? ¿Problemas en casa? Necesito un poco de datos.

Me paseo alrededor de su oficina y la mirada de John sigue pacientemente mis movimientos. Estoy respirando con dificultad. Finalmente me detengo  y apoyo ambas manos sobre la cubierta de cuero que está encima del escritorio.

Tomo un buen trago de aliento llenando mis pulmones como si no tuviera suficiente.

_ ¡Anastasia no me quiere obedecer! Él me mira con paciencia.

_  Detállame… dice con sencillez, como si él no me conoce.

 _ ¡Los putos votos matrimoniales! ¡Ella no va a decir en la boda los votos tradicionales! ¡Ella quiere escribir sus propios votos!

_ ¿Por qué ves esto como algo tan malo?

_ ¿Me estás jodiendo?

_ Yo no jodo a nadie en esta oficina Christian. Tú sabes eso, dice ignorando mi pregunta.

_ El control es muy importante para mí. Lo necesito, y ¡Dios sabe que ella lo necesita! No tiene sentido del instinto de conservación cuando se trata de su bienestar. ¡Me aterra! ¡Estoy teniendo ataques de pánico! ¡Pensé que era un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón, algo así! Ella me hace sentir impotente. Me siento como un animal salvaje enjaulado, le explico.

_ ¿Sientes que te limita? Me pregunta y yo resoplo. Yo peso los matices de la palabra en mi cabeza.

_ Lo que yo siento es un enorme deseo de protegerla. Lo que siento es que cuando voy en una dirección,  ella puede ir conmigo o no sé en qué dirección va.

_ Si ella dice que te va a obedecer ¿Crees que va a fortalecer tu matrimonio con Anastasia? Me pregunta.

_ ¿Estás bromeando? ¡Voy a protegerla mejor! Sabré que está a salvo, porque voy a saber qué hacer...

_ ¿Esa es la razón o es porque crees que ella no sabe protegerse a sí misma? Me pregunta.

_ ¡Sí!

_ Ya veo. ¿Ha tenido alguna vez algún tipo de accidente? ¿Ha tomado riesgos que son perjudiciales para su bienestar?

_ No creo que haya tenido algún accidente, le respondo. Una vez bebió en exceso y... hago una pausa para no hablarle sobre eso. Pero hay otras cosas. Esta mañana la dejé en su oficina y le dije expresamente que no abandonara el edificio y lo primero que hace es salir a una tienda a comprar comida con Sawyer en donde un paparazzi le tendió una emboscada en el baño de damas. Si me hubiera escuchado se podría haber evitado todo esto. ¡Ella estaba tan frenética como yo!

_ Sí, pero lo que hizo fue ir a una tienda para conseguir algo de comer sin duda no es algo fuera de lo común. La gente hace eso todos los días. ¿Por qué es la seguridad de ella una gran preocupación para ti Christian?

_ ¿No es la seguridad de tu esposa una preocupación para ti? Le devuelvo  la pregunta de nuevo a él.

_ Una familia es siempre una preocupación, Christian. Pero mi esposa es una mujer adulta. Ella sabe qué hacer. Tengo que darle esa confianza. A veces las mujeres son más fuertes de lo que nosotros nos imaginamos.

_ Tú no entiendes... Digo y me siento en la silla de cuero, inclinando  los codos sobre las rodillas y tomo mi cara entre mis manos. Siento que la avalancha de pensamientos me pesa y me da un dolor de cabeza.

_ ¡La amo demasiado! Más que a mi propia vida. No puedo soportar la idea de vivir en un mundo donde no exista porque no pude protegerla adecuadamente. Mi vida es complicada, John. Más complicada que la tuya y que un montón de personas. Lo que tenía antes de que ella apareciera en mi vida era simple y sin complicaciones. Ahora voy como un avión 747 lleno de mierda a lo que ella tiene que hacerle frente. Puede ser mi pasado el que la dañe. Ya sucedió. Leila casi… dejo escapar sin terminar la frase, tú sabes mejor que yo, ya que la estás tratando.

Él asiente con la cabeza aceptando lo que le digo, pero no del todo.

_ Christian, te has aislado a ti mismo del mundo que te rodea y tienes capas sobre capas para mantenerte a esa distancia. Deseas incluir a Anastasia en esa burbuja y protegerla, resume.

_ ¡Sí! Suspiro.

_ Sin embargo... añade, eso sería excluirla de un mundo del que ella ha formado parte.

_ ¡Quiero ser su mundo! Exclamo.

_ Una jaula de oro. Pero, ¿crees que eso es lo que quiere? 

Mis ojos se agrandan con un temor incontenible. Parpadeo para borrar esos pensamientos.

_ Ella dijo que me quiere, repito en voz baja.

_ Ella te quiere Christian, al hombre. No al Christian de la jaula. ¿Cuál sería un punto medio para la felicidad de los dos?

_ ¡No hay término medio! Si tengo que protegerla y cuidarla, tiene que ser a mi manera.

_ Bueno, dado el hecho de que estás aquí, me imagino que ella no está aceptando tus términos, Christian. Por lo tanto, un término medio es una necesidad. Entonces, dime, ¿cómo te puedes comprometer?

_ Yo no creo que pueda... No cuando se trata de ella. No puedo perderla.

_ Christian, dice en voz baja, pero casi reprendiéndome. No  puedes controlar el mundo en que vives. A pesar de que tiene capas y capas de protección, te has dado cuenta de que las cosas suceden sin nuestro control. Hay un límite razonable cuando se trata de las personas que amamos. Porque si presionas demasiado, te convertirás en dominante, y puedes asfixiarla. Y acabarías con el propósito de mantenerla feliz en tu vida.

Yo sé que eso es verdad. Cualquier cosa que pudiera sacarla de mi vida, o hacer que se aleje de mí, me mataría.  Es como si apretaran mis agallas firmemente y no pudiera respirar. Cierro los ojos tratando de disminuir el dolor, mis manos se cierran en un solo puño en mi regazo.

_ Me odiaría a mí mismo si yo la alejo. ¿Qué debo hacer, John? ¿Cómo la protejo?

_ Vamos a encontrar las respuestas juntos. Pero déjame preguntarte esto primero. ¿Qué es lo que te molesta de lo que ella ha escrito en los votos? ¿Sabes lo que escribió? ¿No te gusta?

_ Yo no los he visto... No todavía. No sé si ella los ha terminado, o todavía está trabajando en ello. Ella sólo me lo sugirió hoy.

_ Christian, vamos a examinar otra cuestión apremiante que ninguno de nosotros ha mencionado hoy. Además de tus preocupaciones sobre su seguridad, lo que veo aquí es monumental y creo que puede haber una razón en tu subconsciente, una que no has pensado mucho.

Lo miro entrecerrando los ojos. Él sabe que yo sé lo que está pensando.

_ ¿Quieres a Anastasia como una sumisa?

_ No, yo no… Le doy una respuesta honesta. Ya no. Yo sé que ella no quiere eso y algo que ella no quiera es como la peste bubónica para mí. Haría cualquier cosa para evitarle un malestar; pero ella tendrá lo que quiere y me gustaría tener mi propia manera de hacerla feliz y cumplir sus deseos. Y el hecho de que he explorado cosas con ella, que nunca me habían pasado, ya sabes, incorporó el amor al sexo y ahora su toque… me encuentro anhelando esos sentimientos como un hombre hambriento en medio de un banquete. Ella me hizo saborear las emociones, los deseos y la pasión que no sabía que existían. Todo fue posible gracias a ella. ¡Sentí el puto nirvana! Y ella está más que dispuesta a acomodarme y ama mi sexo pervertido... Le digo sin poder dejar de escapar una sonrisa.

_ Está bien... dice haciendo una pausa. ¿Crees que alguna de tus sumisas dentro de las limitaciones de tu contrato pudo haber logrado esto contigo?

_ ¡Nunca! Respondo. Pero esto también trae otra preocupación que tengo: ella es única en su especie. Ella no tiene precio. Ella no tiene parangón. Si la pierdo, me pierdo, le digo con fervor. ¿Alguien no protegería algo tan invaluable? Pregunto sin pestañear.

_ Sí, pero hay que observar las limitaciones con las personas. No son artefactos. Tú debes trabajar dentro de sus rasgos de carácter. Anastasia es una mujer vivaz. De carácter fuerte, como tú. Acostumbrada a tomar sus propias decisiones. Y según tu mismo has dicho, ella te ama incondicionalmente. Hay una lista de rasgos de carácter que componen a Anastasia. Al final te pregunto, si todo lo que ella está llevando al matrimonio, su amor, su carácter, su manera de ser, aceptándote tal cual como eres ¿No es suficiente para que vivas? ¿La quieres menos si ella te desobedece?

Mi corazón se detiene por algunos segundos con el impacto de sus palabras.

_ La quiero de todas las formas y de la manera que esté dispuesta a tenermePero no puedo deshacerme de este miedo en mí que corroe mi alma, tengo un hoyo en mi estómago y no dejo de pensar respecto a eso. ¿Cómo puedo dejar esto? ¡Tengo que tener el control! Pero, no puedo vivir sin ella, incluso en un caso hipotético, me hundo en la silla de nuevo.

_ Christian, todos estos años, tú has aprendido de malas maneras a través de Elena, tener el control de todo lo que te rodea. En los negocios eso es viable. En las relaciones personales sin embargo, si excedes el límite, entonces estás entrando en los límites duros, dice.


_ ¿Puedes considerar la obediencia  como un límite duro de ella? Me pregunta y yo parpadeo.

_ John, prefiero pensar en eso como su límite suave y ver cómo podemos trabajar alrededor de eso. Ella obedece en el dormitorio; de hecho, ella más bien disfruta inmensamente, solo quiero ampliarlo a otras áreas de nuestra relación, le digo con petulancia.

_ Hazlo en un grado aceptable. Pero claro, yo no soy tu socio en esta relación. Anastasia lo es. Ella sería la mejor opción para darle esta información. Ahora tienes un punto de partida.   Esta es la primera relación real que tienes, Christian. Ella no va a comportarse de la manera como tus sumisas lo hicieron, dice y yo resoplo.

_ Tus sumisas te daban lo que tú les exigías. Pero la alegría que esta relación libre te da, es dada de buena gana. No le has ordenado a que te la dé. Ella quiere que la tengas de su parte, y ella pide lo mismo, me explica. 

_ John, si fuera posible, me gustaría fusionarme con ella todo el tiempo. No sólo es el sexo. Quiero estar en contacto todo el día con ella. Abrazarla, besarla, tocarla, envolverla en mis brazos. Protegerla de cualquier hijo de puta que la vea,  le digo con fervor. Porque solo follar no es razón suficiente. Sus palabras son capaces de acariciar mi alma. Es como si se metió en mi corazón. Al mismo tiempo es capaz de herirme, me marca, me prende en fuego abrazador de adentro hacia afuera. Nunca hemos tenido problemas con entregarnos físicamente. Dios sabe que en ese aspecto estamos completamente satisfechos, pero siempre voy a tener esa aguda punzada en mi costado de querer tenerla segura. Es una sensación que no puede desaparecer tan fácilmente.

_ También puedes poner en tus votos, que tú te comprometes a protegerla. Habla con ella y comprométete.  No me gusta el sonido de esas palabras.

Me levanto de mi asiento y exhalo fuertemente. 

_ No puedo aún John. No estoy listo, le digo. Cuando me dirijo a la puerta para despedirme me doy la vuelta. ¿Cómo va el progreso de Leila?  

_ Ella va muy bien. Sigue las instrucciones, está tomando su medicación y muestra interés en algunas clases de arte.

_ Bien, le digo con aire ausente. Quería saber.  

_ Ah, ella quiere hablar contigo. Le dije que con eso está retrocediendo en su progreso. Pero le dijiste que cualquier cosa que quisiera contigo pasara a través de mí.

_ ¿Por qué diablos iba a querer verme?

_ Ella no me dijo.

_ ¡Yo no quiero verla! No le he perdonado que haya puesto una pistola en la cabeza de Anastasia. Ella tiene que permanecer en las instalaciones de atención mental, hasta que esté lo suficientemente bien como para viajar con su familia en Connecticut. Yo no la quiero en la costa oeste, y mucho menos cerca de Anastasia. ¡Ni ahora ni nunca!  Una vez que ella esté suficientemente bien como para viajar, le pago el pasaje, atención médica y educación si necesita. Pero mi condición es que nunca estará cerca de Anastasia. ¡Nunca!

_ ¿Quieres hablar con ella o verla? Ella me pregunta por ti cada vez que la veo.

_ ¿Para qué mierda John? Me importa un carajo que ella quiera verme. Tengo a Anastasia en mi vida. Yo no voy a poner en peligro mi relación con Ana porque Leila está jodida y quiere verme. Estoy haciendo lo que tengo que hacer por ella, pero a cambio ella tendrá que seguir adelante sola.

_ Muy bien, le digo tus términos, Christian. Y no dejes de hablar con Ana.

_ Haré lo que pueda, John, le digo suspirando, y salgo; Flynn me sigue al verme en la puerta. Taylor está esperando.
_ Bastille llegará al gimnasio, en la siguiente media hora, señor. ¿Quiere el entrenamiento?

_ Sí,   y corremos.

*****

_ ¡Vete a la mierda Grey! Eres un luchador de máximo nivel, pero algo está fuera de lugar hoy. Estás agresivo, pero no estás concentrado. ¡Necesito tu mente aquí y ahora! Nunca debes abandonar tu ático sin tu cerebro pegado a la cabeza. ¡Vamos hombre! Te he dado en el culo siete veces en… dice mirando su reloj, veintiséis minutos. Tienes el aspecto de un niño de diez años que cualquiera puede patear.  ¡Muévete! Bastille me regaña. 

(Claude Bastille)

_ ¡Vete a la mierda Bastille! Le respondo.

_ Me encantaría Grey, pero no me balanceo como tú, dice tratando de aligerar el ambiente y se detiene. Esto es lo que vamos a hacer. Vamos a hacer un circuito de acondicionamiento ya que si sigo golpeándote el culo, no te vas a curar para tu luna de miel. No quiero que tu prometida me regañe porque dañé tu cuerpo de niña. Vamos a comenzar con ejercicios de baja repetición. Flexiones seguidas de lanzamiento de golpes y patadas laterales. Vamos a ir con 10, 10, 10 y luego improvisar sobre la marcha.  Cuando me dirijo hacia las barras dice, no, tengo una idea diferente en mente. Ve a la cinta de correr y le pones la velocidad más alta y la inclinación más alta que puedas soportar. La quiero a una velocidad tan alta de manera que no puedas mantener ese ritmo por más de 30 segundos.

_ Estoy en eso, le digo decidido.

_ Termina y haces Spring durante 20 segundos ¡Ve! ¡Ve! ¡Ve!  Me dice con apuro.

_ Ahora salta sobre tus pies a ambos lados por veinte segundos y descansas durante diez segundos, luego lo haces de nuevo durante veinte segundos y descasas por diez. ¡Esto en una repetición de diez sprints cortos!

_ ¿Método TABATA?

_ ¡Exactamente! ¡Ve! Salto, sprints en la caminadora durante veinte segundos, y luego descanso durante diez segundos en repetidas sucesión. Sin ningún tipo de parada, después de completar los intervalos TABATA él escogió que los próximos dos ejercicios sean entrenamiento con pesas. Ata rápidamente 60 libras de cadenas alrededor de mí.

_ ¡Haz diez Grey! Me ordena.

_ ¡No te detengas Grey! Quiero ver tus hombros por encima de las barras. Rodillas dobladas. ¡Levanta esas piernas! ¡Mantenlas ahí arriba por dos segundos! Cuatro... cinco... seis... siete... ocho... nueve... diez ¡abajo! ¡Quítate las cadenas!

Me quito el encadenado de mi torso.

_ Ahora toma la pelota de medicina. ¡Corre con la pelota Grey! Me ordena mientras hago mi camino y tomo rápido la bola. ¡Me estoy volviendo viejo aquí Grey Apúrate! ¡Pelota por encima de la cabeza! ¡Levántala! Asegúrate de pararte sobre los dedos de tus pies como si fueras  Kobe Bryant y tienes que lanzar un triple, excepto que vas a golpear la pelota con todo lo que tienes.

_ ¡Grey  Velocidad, velocidad! Eso es todo. ¡Siete... ocho, nueve,  diez!

_ ¡Vamos a trabajar los brazos, Grey! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Eso es todo! ¡Empuja tan lejos como puedas! ¡Vamos a ir con dos series de diez! ¡Arriba, abajo! ¡Arriba, abajo! ¡Arriba, abajo! Él me empuja con fuerza.

_ Sigue adelante Grey, ¡si no estás respirando con fuerza, y tus piernas no están destrozadas,  no estás haciendo las cosas bien! ¡Vamos hombre!  Me obliga, y eso es bueno, porque me  centra en la tarea en cuestión. Puesto que son de corta duración, no tengo tiempo para ocupar mi mente con nada más. Sólo el ejercicio.

_ ¡Cinco segundos de espera, diez veces, Grey! ¡Piernas en el banco, codo y antebrazo en el tatami! ¡Mantén la cintura en tierra! ¡El brazo derecho en tu cintura! ¡Mantén la respiración! ¡Cinco! ¡Cuatro! ¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ¡Ahora baja la cadera! ¡Buen trabajo!  Repite el ciclo diez veces.

_ ¡Ahora del otro lado sin bajarte, Grey! ¡Brazo izquierdo en la cintura! ¡Buen trabajo! ¡Nueve! Y ¡diez! ¡Al banquillo, ahora, ahora, ahora! ¡Treinta estocadas con las mancuernas!  Me empuja a la siguiente tarea sin dejarme un segundo para pensar. Tengo treinta libras colgando de cada mano y hago una serie de golpes con las pesas.

 _ ¡Vamos Grey! ¡Con fuerza! ¡Pecho arriba Grey! ¡Cuida tu postura! ¡Inhala, exhala! ¡Ahora diez golpes en la otra dirección Grey! ¡Buen trabajo! Baja las mancuernas. ¡No te detengas! Ve al banco rectangular para trabajar sobre él. Sube una pierna y baja la otra, ¡mantén una pierna recta mientras tengas la otra  doblada! ¡Uno Grey! ¡Dos! ¡Vamos, Vamos! ¡Arriba abajo! Esto no es velocidad Grey ¡Esto es poder! ¡Iremos con veinte!

Una vez que he terminado el ejercicio me ordena el siguiente.

_ ¡Ahora, a las bicicletas! ¡Pedalea muy rápido durante un minuto! ¡Descansas 30 segundos y repites! ¡Haz 10 repeticiones con este ciclo!
Cuando he terminado con la bicicleta, estoy respirando con dificultad, pero nada que no pueda manejar.

_ Grey, vas a correr la longitud del gimnasio. Vamos a empezar con unas 100 yardas de carrera, luego harás 20 flexiones de brazos, luego corres 80 yardas y haces 20 abdominales. Iremos con intervalos hasta llegar a 20 yardas. ¡Ahora corre!

Para el momento en que he terminado con los ejercicios anaeróbicos, estoy sin aliento.

_ ¡Ahora, que estás centrado, Grey! Hidrátate y vamos a ver que puedes hacer en el tatami.

Cuando me las arreglo para tener a Bastille tendido en el suelo, él trata de zafarse, pero yo pongo mi brazo debajo de su cuello y a través de la axila lo bloqueo con mi otro brazo y lo agarro bien duro. Cuando se trata de resistirse, levanto mis caderas y subo una de mis  piernas para bloquearlo más y apretar tanto como sea posible. Entonces tuerzo mis caderas para obtener la mayor cantidad de fuerza y ruedo hacia mi lado, lo tengo completamente bajo mi control, y toca el tatami. Si no lo hubiese hecho puede perder el conocimiento en cuestión de minutos, ya que el estrangulamiento anaconda interrumpe el flujo de sangre al cerebro.

_ ¡Buen trabajo, Grey! ¡Finalmente lograste centrarte! No está mal para un hombre cuyo cerebro aún está en otro lugar.

Yo ignoro el comentario de mierda con una mirada impasible.  

*****

Me he duchado y secado y puesto mis pantalones de pijamas con una camiseta, para irme a trabajar a mi oficina. Compruebo la hora. No hay llamadas telefónicas ni ningún mensaje de texto. Ya han pasado cuatro horas desde que Anastasia se fue a casa de mis padres. ¿Cuánto tiempo tardará en degustar la comida? ¿Cuánto tiempo se tarda uno en probar una comida? Mi mano va a tomar el teléfono, pero me detengo. Quiero que ella me llame. Me obligo a repasar informes y a analizar números cuando finalmente me llama.

_ Hola, dice con su voz suave de niña. Esa simple palabra simplemente tira las cuerdas de mi corazón.

_ Hola, le respondo con voz profunda y no digo nada más.  

_ Sawyer va a llevarme de vuelta en este momento, dice haciendo una pausa.

_ Está bien, le contesto en un murmullo.
_ ¿Todavía estás enojado conmigo? Me pregunta en un tono suave. Suspiro.

_ Tal vez...

_ Umm, dice ella, en tono suave, pero por esa sola palabra ella sabe que me ha decepcionado y a mi se me rompe el corazón.  

_ Te veré en casa, entonces... responde  en un susurro.

_ Está bien… le contesto, queriendo decir tanto y sin poder decir nada. ¡Actuando como un maldito adolescente!

_ Te quiero Christian, dice haciéndome temblar hasta la médula. Cierro los ojos y dejo que las palabras penetren en mi alma. Estoy ansioso por sus palabras, por su toque, sólo... la ansío a ella. 

Hungry Eyes (Orgullo y prejuicio) 

_ Lo sé, es todo lo que puedo decir en un suave murmullo. Yo quiero decirle que la quiero más de lo que las palabras pueden expresar. Que la amo más que a mí mismo y que a cualquier persona que haya estado en mi vida. ¡La amo tanto que me duele pensar en ello! Y sin embargo, lo que único que se me ocurre decirles con su declaración de amor es  “lo sé”  ¡Mierda jódanme!

Ella suspira. 

_ Te veré pronto, entonces, Christian.

_ Está bien, le respondo como un disco rayado. Ella no cuelga, permaneciendo en la línea.

_ Adiós Christian.

_ Adiós, Ana.

Mi maldito corazón me duele cuando ella finalmente cuelga.

¡Una puta palabra, Ana! ¡Una palabra! ¿Qué tan difícil podría ser que la diga? ¿No soy digno de ella?

Empiezo repasando los informes que Alex Pella ha hecho, pero mi mente no está en ello. Mis oídos están prestando atención a la espera de sus pasos en el apartamento. El zumbido del teléfono me sobresalta, porque no hay otro ruido.

_ ¿Sr. Grey? Habla Welch.

_ Sí, le digo, con el ceño fruncido.
_ Yo quería discutir el informe del Sr. Pella y darle algunas de nuestras conclusiones. ¿Tiene tiempo señor?

_ Adelante, le contesto.

_ Quería eliminar a algunos sospechosos de la pequeña lista de los ex socios de negocios. Cada uno está fuera de la ciudad en sus  actividades y después de su accidente nos dieron a  entender que no tenían nada que ver con eso, o no tenían conocimiento del mismo.

_ ¿Qué pasa con Elena Lincoln y su novio? Pregunto.

_ Los dos están limpios señor.

_ ¿Sin ninguna sombra de duda?

_ Sí, señor, dice con certeza. El novio estaba en California en ese momento, y ella estuvo trabajando todo el día y el día anterior. He confirmado con personas que estaban con ella e informaron que la vieron atendiendo a su lista de clientes.

_ ¿Qué pasa con el Sr. Lincoln? Pregunto a regañadientes.

_ Él estaba en la ciudad, estaba trabajando. Mucha gente confirmó verlo todo el día en su lugar de trabajo. Pero eso no significa nada. Él mismo no lo haría, si fuera él. Así que lo mejor que podemos hacer es localizar al dueño de esa huella parcial que encontramos y averiguar si trabaja solo o con otra persona.

_ Está bien. Quiero que revises la lista de nombres de los responsables con acceso a Charlie Tango y me la mandes.

_ Ya la tengo señor. Se la voy a enviar por correo electrónico.

_ Quiero que lo primero que hagas mañana es llamar a Andrea y revisar la agenda para que te reúnas conmigo, alguien tendrá que responder por esta falta de seguridad inaceptable.

_ Sr. Grey, yo personalmente investigué. La falta de seguridad y el acceso a Charlie Tango fue increíblemente fácil. No es porque las reglas no estén escritas, sino porque la gente no está haciendo su trabajo. Le voy a enviar imágenes y un informe que resume mis resultados en pocos minutos. Yo ya les he reclamado la falta y están apretando la seguridad y el acceso a los aviones de GEH.

_ ¡Un día más tarde, con un dólar menos Welch! ¡Quiero algunas cabezas rodando por la cagada que casi me costó a Ros y a mí la vida! ¡Quiero todo el informe a primera hora de la mañana!

_ Sí, señor. Llamaré a Andrea para programarla.

_ ¿Algo más?

_ Eso es todo por ahora, señor. Todavía no he terminado de revisar en detalle el informe del Sr. Pella.

_ Actualízame cuando lo hagas. Quiero mayor seguridad para mi familia y aquí en Escala también. Envíame un mensaje con la lista de nombres, de qué agencia vienen, mándale copia a Taylor y coordina con él, le digo antes de colgar.

Me hundo en mi silla. Un lunático está en detrás de mí, y muy probablemente detrás  de Anastasia. ¡El que el Paparazzi la haya emboscado en un baño público, me tiene hasta los cojones, por el amor de Dios! ¡Estoy haciendo todo lo posible para tratar de proteger a mi mujer, y ella no quiere cooperar! ¡Mierda! ¡Ella no va a obedecer! Si me arrancara el corazón sería menos angustioso.

Exasperado vuelvo a mi trabajo.

*****

Mi puerta se abre lentamente. Anastasia camina con pasos vacilantes y cierra la puerta detrás de ella. Mi mirada se pone la máscara de tranquilidad sin regalar nada. No parpadeo. Ella entra en la habitación y la distancia entre nosotros parece que fueran millas.

_ Ya regresé, dice simplemente. Te he traído algo, añade y me doy cuenta que lleva un plato en la mano por primera vez.  Ella tímidamente da unos cortos pasos, como si se dirige hacia un animal salvaje. Coloca el plato en la mesa como si estuviera haciendo una ofrenda. Sus manos se retraen lentamente. No parpadeo.

_ ¿Te gustaría vino para probar este marisco?  Me pregunta.

_ Sí, le respondo con anhelo. Ella asiente con la cabeza lentamente.

_ Está bien. Voy a traerte una copa, susurra.

Ella se vuelve a ir y la llamo.

_ ¿Ana? Ella se voltea para mirarme expectante. Niego con la cabeza.

_ Vino blanco, le digo y me pateo mentalmente. “Dí algo, estúpido” Me reprendo a mi mismo. Ella se voltea y sale del estudio. Me siento solo sin tenerla cerca de mí. Jodidamente solitario y miserable. Y yo soy tan terco. Es una simple palabra, no obstante una palabra importante. Pero me doy cuenta que ninguno de los dos vamos a ceder ni un ápice.  

Ella regresa con una copa de vino blanco.

_ ¿Comes conmigo? Pregunto con esperanza.

_ No, yo ya comí... mucha comida y vino en casa de tus padres. No creo que quieras que beba demasiado. Ella clava su mirada en la mía, cada uno con el anhelo de tenernos, pero no pasa nada por nuestra terquedad. Es tarde. Me quiero ir a la cama. ¿Vienes?  Pregunta con expectación. 

_ Tengo que trabajar. Tengo mucho trabajo para ponerme al día, le digo en voz baja, todavía sin parpadear, mi corazón siente el muro que estamos erigiendo entre nosotros. Ninguno está dispuesto a dar marcha atrás. Las palabras quedan sin decir. Ella está de pie en el estudio con torpeza. Finalmente decide ir en contra de alguna emoción conflictiva en su cabeza y camina hacia adelante y castamente me besa y me deja congelado durante unos segundos, pero me las arreglo para responder a la acusación que pasa a través de nuestra conexión. Nuestros cuerpos nos traicionan. Yo la atrapo en mis brazos y la abrazo con fuerza, sintiendo su calor y aspiro su olor, por fin le beso la parte superior de la cabeza.

_ Vete a la cama ahora, nena. Voy a tener que trabajar un poco más.

_ Ven a la cama, ella me pide y yo quiero. ¡La quiero tanto! Pero temo ceder a lo peor; castigarla con el sexo y no me quiero dejar llevar. Mis ojos se abren en respuesta, y sacudo la cabeza.

_ Tengo mucho que hacer. No puedo esperar. Tenemos un mes corto y quiero terminar esto, le digo indicándole la pantalla de mi ordenador.

Ella asiente con la cabeza, pero la mirada de dolor está allí en sus ojos.

_ Está bien, dice en un susurro, y mientras ella se aleja, la mano que estaba en la mía lentamente la aleja de mí, sintiéndome despojado. 

Celine Dion - Falling Into You

Me quedo en mi oficina otras cuatro horas de trabajo duro; no tengo sueño. Cuando por fin me voy a mi habitación, me dirijo lentamente a la lámpara de la mesa lateral. Agarro una silla y me siento para ver el sueño de Anastasia. Ella se ve tan inocente, tan encantadora; sus labios entreabiertos, su pelo derrapado en su almohada. Ella respira una y otra vez. Su mano está extendida al lado de mi cama como si fuera a encontrar algo que le falta. Una conexión… Ella rueda y no encuentra lo que está buscando en su sueño, ella gime como si le doliera.  Oigo una llamada suave de mi nombre, apenas audible. ¿Está despierta? Me acerco y sus ojos están cerrados. Pero ella me está buscando en su sueño. Ella se vuelve automáticamente a mi calor. Estamos atraídos el uno al otro, incluso en sueños, y estamos jodidos el uno sin el otro.  Me quito la camisa y lentamente entro con facilidad a la cama tirando de ella en mis brazos, y, finalmente, por primera vez durante todo el día, me siento completo.

*****

**Está oscuro. No puedo ver nada. No puedo sentir mi camino. No hay ninguna luz, no hay sonido, nada… Es un profundo abismo. Mi corazón late con fuerza. Ella está aquí. Yo sé que ella está aquí.

_ ¡Christian, ayúdame! Le oigo.

_ ¿Dónde estás Ana?

_ ¡Estoy aquí! ¡Ayúdame! Ella grita. No sé cual es el camino correcto para llegar a ella. Corro a toda velocidad para la voz se va alejando.

_ Ana, ¿dónde diablos estás? ¡Háblame! ¡Déjame encontrarte!

Todo lo que escucho es un grito que me hiela la sangre. Mi nombre entrelazado en un ahogo desgarrador,  rasgando mi alma.

Hay una luz tenue en la distancia. Tan tenue, que no parpadeo o la perderé.  No me atrevería a parpadear. Tengo que concentrarme. Llego a una puerta sucia que había tenido días mejores. El olor... Conozco ese olor. Es penetrante, desagradable. Sale por la puerta, tomando una forma. Apesta como... la muerte.

Apretones de agonía llegan a mi corazón y las lágrimas llegan a mis ojos, tengo los puños apretados a los lados. La puerta está casi caída, colgando de las bisagras. Estoy respirando con dificultad, mi corazón está en mi garganta y late con fuerza, tratando de salir de mi pecho. Entro y miro a mi alrededor en la penumbra. El olor me atrae como las manos del diablo, tan fuerte. Se une con el miedo y la maldad. Es el olor apestoso de sangre y dolor. Tengo miedo de llamarla. Me temo que no va a contestar. ¡Estoy aterrorizado! Huelo su perfume, su marca de mujer, su perfume natural, con olor a especies dulces, a aire libre, a frescura... y  sangre.

_ ¿Ana? Le susurro. ¡Ana, háblame bebé! Yo estoy aquí... Estoy aquí, Ana. Respóndeme, nena. No responde. Mis ojos desconcertados miran a su alrededor.

Luego la encuentro. Su cuerpo tiene una costra de sangre, está desnuda en el piso de concreto sucio. Su espalda y su pecho tienen cortes de latigazos. Su cabello está enmarañado de sangre y sucio. Tiene la cara magullada. Su cuerpo sin vida ha sufrido un dolor inimaginable. Un grito llega a mis oídos que no reconozco. Oh... Soy yo. Yo soy el que grita con agonía, cayendo de rodillas, sosteniéndola con fuerza en mis brazos y balanceándome adelante y atrás.

_ ¿Qué le parece?  Pregunta una voz desconocida. Se vuelve más y más fuerte aún.

_ ¿Qué le parece, maestro? Pregunta la voz de Leila con una cara borrosa. La cara se desplaza lentamente, con ondulaciones y cambios.

_ ¿Cómo te gusta, Christian? Te salvé de la puta cazadora de fortunas. Podrás agradecerme más adelante, dice la voz que luego cambia al rostro de Elena. Su gran látigo de cuero la adorna y golpea las piernas sin vida de Anastasia.

_ ¡Basta! ¡Detente! ¡Déjala en paz! Ella se ríe y la cara ondea una vez más.

_ ¿Cómo te sientes Christian Grey cuando alguien folla a tu mujer? Dice el rostro retorciéndose cambiando a Lincoln en la bruma. Inclina la cabeza examinando las heridas con orgullo y una mirada de satisfacción. Tengo que decir que he disfrutado el castigo. Fue una buena chica, gritando cuando yo quería que gritara, exactamente en el tono correcto cuando me la follaba. ¿Te duele mucho? Estoy tratando de desgarrar tu alma, dice con voz melodiosa, completamente satisfecho de sí mismo.

Trato de proteger el cuerpo sin vida de Ana, cada vez más frío. ¡No puedo hacer nada para que viva! Yo grito y la abrazo con más fuerza.

Las caras cambian rápidamente con un cuerpo desconocido, finalmente, emerge la cara del proxeneta.

_ ¿Qué te parece ahora, hijo de puta? Tú la mataste. ¡Igual que mataste a tu madre! ¡Eres un asesino! ¡Eres un asesino! Eres. Un. Asesino.  ¡Solo mereces su cadáver! La voz hierve con veneno, su aliento apestoso a cerveza barata y cigarrillos.

_ ¡Mira, lo que tenemos aquí! La putita de tu madre. ¡Ahí está! Señala a otro cuerpo sin vida. ¡Es mejor que llegues a ella! ¡Se está poniendo fría demasiado rápido! Dice con su cara que se distorsiona de una forma amenazante. ¿Qué coño has hecho con ella? ¡Esa jodida perra loca! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Fuera del camino pedazo de mierda!  Me grita y me da patadas, y de repente estoy indefenso y herido...

_ ¡No! ¡No! ¡No! ¡Mami! Es su cuerpo sin vida tirado en la alfombra verde sucia. ¡Quiero a mi mamá! Estoy aquí y no estoy aquí. Me miro a mí mismo. A un niño sucio no querido y a la mujer policía con mi frazada a la distancia.  
_ ¡Mami! Corro hacia ella y unas grandes manos me detienen por los hombros con la cara del proxeneta.

_ ¡Es mejor que elijas bien pedazo de mierda! Dice el chulo. ¿Quien será? ¿El cadáver de tu mamá o el cadáver de tu amante? ¿Con cual te vas a quedar?  Me susurra amenazante, burlándose de mí.

Corro entre dos cuerpos en un abismo incapaz de salvar a ninguno de ellos. Veo las caras que dan vuelta alrededor del cuerpo de Ana. ¡Todo tipo de caras! Elena, Leila, el proxeneta,  Lincoln... rostros desconocidos. ¡Tratando de reclamarla como suya! ¡Ellos quieren llevarla lejos de mí!

_ ¡No! ¡No! ¡No! ¡Déjala en paz, carajo! ¡Ella es mía! Yo protejo el cuerpo sin vida con el mío. Las lágrimas fluyen libremente por la agonía que rasga mi corazón y mi alma. 

(Unbreak My Heart - Toni Braxton)

_ ¡No te mueras nena! ¡No te vayas! ¡Te quiero mucho! ¡No me dejes!  Las lágrimas brotan por su propia voluntad. ¡Llévame también, Ana! No puedo vivir sin mi corazón. No puedo vivir sin mi alma, me duele enormemente. Ella no me escucha ni responde. ¡Mi nena está muerta! Yo grito de agonía. ¡Quiero morirme también!**

_ ¡Christian! ¡Christian! ¡Es su voz! ¿Es del cielo? Ella suena urgente, alejándome de las profundidades de mi desesperación. Estoy aquí, Christian. Estoy aquí, me sacude.

Mis ojos se abren, nublados por las lágrimas y se me hace difícil ver. Ella se inclina sobre mí, agarrando mis hombros, me sacude, su cara también está con angustia, y sus hermosos ojos azules  abiertos  llenos de lágrimas.

_ Ana, le digo incrédulo en un susurro sin aliento. Siento que tengo la boca amarrada. Tú estás aquí. Estás bien, pronuncio incrédulo.

_ Por supuesto que estoy aquí.

_ Tuve una pesadilla... digo sin aliento.

_ Lo sé. Estoy aquí. Yo estoy aquí, dice tranquilizándome.

_ Ana,  respiro su nombre como un talismán contra la pesadilla que asfixia mi alma, el miedo me está matando por dentro.

_ Shhh estoy aquí, dice y pasa sus brazos alrededor de mí, y sus piernas me acogen, su calor dándome vida, obligando a los demonios de mi pesadilla irse. Ella es mi vida, es mi sol; ella es mi todo. No puedo existir sin ella.

_ Ana, por favor, no vamos a pelear, le digo con voz ronca, abrazándola tan fuerte como puedo. Con la cálida sensación de tenerla.

_ Está bien, está bien, me susurra mientras me planta dulces besos en mi pecho donde ha escondido su cabeza debajo de mi barbilla.

_ Los votos. No obedecer, yo puedo hacer eso. Encontraremos un camino, le digo. Estoy contento de que ella esté viva. No me importa que ella no me obedezca. ¡Yo sólo la quiero a ella!

_ Sí. Lo haremos. Siempre encontramos una manera, susurra y desciende hacia mí sellado mis labios, para silenciarme y traerme de nuevo a la vida. Me doy la vuelta sacando la camiseta de su cuerpo en un movimiento rápido para fusionar nuestros cuerpos.



1 comment:

Unknown said...

Waw que intensidad la de Cristian, que manera de pensar tan extraña y todo por una palabra OBEDECER que manía, pero tan bello con su gran amor, es conmovedor, y Ana muy bueno que tenga su carácter echa la pendeja, muy buen capitulo Emine mil gracias, y Patricia gracias por ti dedicación eres fabulosa te quiero amiga, un beso.