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Saturday, November 16, 2013

Libro I - Capítulo XII: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA

CAPITULO XII

DIA DE LA CENA

Traducido y editado por: Patricia Pinto

Al día siguiente, mi corazón está en mi garganta todo el día. Estoy nervioso, excitado, feliz, ¿mencioné nervioso? Me doy cuenta que Taylor también nota mi nerviosismo. Mis respuestas son bruscas y cortas. Tengo que tratar de entretenerme en algo para que el día pase rápido. Quiero que llegue esta noche. Quiero hacer el amor con ella. ¡Mierda con ella! Besarla, sostenerla. En vista de que no hay otra cama en Escala, tendrá que dormir conmigo. ¡Otra vez saltando mis reglas! ¡Ella es la grieta en mi armadura! Pero no hay otra cama y no voy a dormir en el sofá teniendo una cama. Mi subconsciente me dice: “deja de mentirte, ni tú mismo te lo crees, quieres dormir con ella”  Lo callo, lo más seguro es que lo menos que hagamos será dormir, ¿qué dices a eso ah?

¡Dios! Ya han pasado tres días desde que he estado con ella y me estoy muriendo… apenas a sólo seis millas de distancia y no saborearla, no amarla, ¡no follarla!

Exasperado,  grito

_ ¡Taylor!

_ Sí, señor, aparece inmediatamente en el área de sala de estar de mi suite.

_ Necesito  salir. Vamos a ir a correr.

_ ¡Sí, señor!

Puedo correr hasta su casa desde aquí, y no voy a estar cansado cuando llegue y esta energía reprimida me está volviendo loco, buscando una manera de salir. Pero por supuesto que no voy a ir, tengo que controlarme hasta que ella llegue. Así que sólo corremos y corremos con fuerza durante varios kilómetros. Cuando regresamos, me doy una ducha. Estoy un poco calmado, mi tensión ha disminuido y tengo que prepararme para esta noche. Me puse mi habitual camisa de lino blanca con vaqueros negros y una chaqueta de color negro. Quiero estar impecable para que ella no tenga otra alternativa. Me paso los dedos por el cabello, dejándolo un poco despeinado para dar un aire de suficiencia. Pon eso en tu pipa y fúmatelo señorita Steele, hago mi camino a la planta baja hacia el bar del hotel.

Pido un vaso de vino blanco. Estoy nervioso como siempre y yo nunca ando nervioso. No soy un tipo de emociones. Siempre me controlé y el control me da serenidad y Anastasia está creando el caos en mi alma atormentada ya.  Verifico la hora: 18:56 ¿dónde está?   Mi pie comienza a golpear ligeramente en un gesto nervioso el suelo. Lo detengo. Me inclino hacia la barra y tomo otro sorbo de mi vino. ¡Ella está aquí! ¡Siento su mirada en mi espalda! ¡No sé cómo! Pero cuando ella entra en el salón, la siento como si estuviéramos conectados. Echo un vistazo alrededor todavía nervioso y la veo de pie en la entrada de la barra. ¡Me está admirando! Mi corazón se derrite y más cuando la veo cómo va vestida. Ella se ve increíble en un vestido color púrpura. Tengo que parpadear varias veces para asegurarme de que realmente ella está aquí. ¡Se ve impresionante! Le doy mi sonrisa sólo reservada para ella, esa sonrisa salaz para mostrar mi deseo, mi afecto, mi desenfreno por ella.

Además de su vestido ella está usando tacones de aguja ¡al diablo! Tengo un fetiche con los zapatos de tacón alto que me dan ganas de llevármela y follarla ya. Tal vez lo haga. Tengo un comedor privado reservado. Ella camina hacia mí y me sale de forma automática  caminar hacia ella. 

Can't Take my Eyes off of You - Frank Sinatra

_  Anastasia te ves impresionante, es todo lo que puedo murmurar y le doy un casto beso en la mejilla

_ Estás usando un vestido. Lo apruebo la señorita Steele. Le ofrezco mi brazo y ella lo toma y la llevo hacia una mesa privada. Le hago un movimiento al camarero y pregunto lo que quiere beber. Ella me da una sonrisa socarrona, y dice “lo mismo que estás tomando” yo le pido un Sancerre y lo deslizo en frente de ella. El pensamiento de que le agrado me marea. No puedo dejar de decir "Tienen una excelente bodega de vinos aquí", inclinando la cabeza hacia un lado.

Cierro los ojos por un segundo para ver si nos podemos escapar de un tirón, pero no, no soy capaz. Me encuentro juntando mis manos y me inclino hacia ella. Mis ojos, mi corazón están llenos de una emoción que siento que voy a reventar. Ella nerviosamente baja la mira, yo sé que siente la carga entre nosotros.

_ ¿Estás nerviosa? Le pregunto en voz baja.

_ Sí, susurra.

Me inclino hacia delante más cerca de ella.

_ Te voy decir  un secreto, y le digo con complicidad.

_ Estoy nervioso también. Ella parpadea y se sorprende. He sido un dominante durante mucho tiempo y el nerviosismo es una sensación que no está en mí. Pero sí, estoy nervioso. El camarero llega con su vino, aceitunas y algunos frutos secos.

Ella va directo al grano.

_ Entonces Christian, ¿cómo vamos a hacer esto? ¿Discutimos mis puntos uno por uno?

_ Impaciente como siempre, señorita Steele, le digo.

Entonces ella dice muy tranquila se burla de mí.  Y es la cosa más caliente que me ha pasado.

_ Bueno señor Grey, en ese caso, voy a preguntarle que piensa del clima hoy. Me mira con sus grandes ojos azules atentamente haciéndome sonreír. Dos pueden jugar ese juego señorita Steele. Hago un show para extender mi mano y agarrar una aceituna y la lanzo a  mi boca sin prisa. Ella está mirando mi boca, y sé exactamente lo que está pensando. Ella se retuerce en su asiento y está nerviosa. Cuando ve mi expresión, se pone roja y mira sus manos. Ella debe estar muy caliente, porque se está mordiendo el labio y su mirada es inquebrantable, incapaz de mirar lejos. Su pecho se eleva hacia arriba y abajo con deseo, la respiración es superficial, pero rápida. Ella está juntando sus piernas ahora, porque ella tira accidentalmente  del mantel. Ella me quiere y despierta deseos que no sabía que existían en mí.

_ Yo creo que el tiempo está particularmente excepcional señorita Steele, le digo en voz baja.

Blue Skies - Ella Fitzgerald

_ ¿Está sonriéndome señor Grey? Me pregunta incrédula.

_ Claro que sí señorita Steele, sonrío. ¡Agarra esa Anastasia! Se inclina y susurra con fervor:

_ Usted sabe que legalmente ese contrato es inaplicable, me dice.

_ Soy plenamente consciente de ese hecho señorita Steele. Ella se inclina hacia atrás y se cruza de brazos, cerrándose.

_ ¿Iba a decirme algo sobre ese punto? ¿Ella no confía en mí? ¿Cree que me aprovecho de ella? Yo frunzo el ceño. 

_ Anastasia, ¿crees que te obligaría a hacer algo que no quieres y luego fingir que tengo un contrato legal sobre ti? Le pregunto con fervor en mi voz.

_ Bueno... sí. Ella responde y curiosamente su respuesta me hiere. Yo no le haría daño. ¿De dónde le viene esa sensación? Dos simples palabras y sin embargo siento un cuchillo en mi alma oscura.

_ ¿No piensas muy bien de mi no? Le digo tratando de ocultar el dolor de mi voz, ¿por qué?

_ Señor Grey, no ha respondido a mi pregunta. Usted no responda una pregunta con otra pregunta.

Suspiro. Ella se merece una respuesta.

_ Anastasia, no importa si es legal o no. Representa un arreglo que me gustaría hacer contigo. Lo que me gustaría de ti y lo que esperas de mí. Si no te gusta, entonces no firmes. Si firmas y después decides que no te gusta, hay bastantes cláusulas que te permiten alejarte. Incluso si fuera legal, ¿crees que te arrastraría hasta los tribunales si decides irte?

Ella me mira por un momento para digerir lo que le acabo de decir  y sin apartar la mirada de mí ella toma un largo trago de su vino. Quiero que ella confíe en mí. ¡Siempre! Yo nunca me voy a aprovechar de ella. Si hay algo extraño que me sucede, es el deseo de cuidarla.

A Matter of Trust - Billy Joel

 _ Este tipo de relaciones, de hecho las relaciones en general, se basan en la honestidad y la confianza. Si no confías en mí, para saber cómo te afecto, qué tan lejos puedo ir contigo, hasta donde puedo llevarte, si no puedes ser honesta conmigo… le digo y me acerco mirándola directamente a sus ojos, entonces no podemos hacer esto. Por lo tanto, todo se reduce a esto Anastasia: ¿Confías en mí o no? Me arden los ojos de verla, deseando que sea honesta conmigo.

Ella inclina la cabeza hacia mí y me desarma totalmente con su pregunta:

_ ¿Has tenido esta discusión con, uhm... alguna de las quince?

_ No, le digo.

_ ¿Por qué no?  Me pregunta.

_ Porque todas eran sumisas establecidas, sabían lo que querían de la relación y sabían lo que yo esperaba. Así que solo se trató de una discusión de límites blandos y pequeños detalles.

Ella niega con la cabeza.

_ ¿Hay alguna tienda dónde las busques? ¿Algún sitio en particular?

_ No, no exactamente, le respondo con risa, pero desarmado de nuevo.

_ Entonces, ¿cómo?

_ Anastasia, ¿es esto lo que quieres discutir? o iremos al grano como tu dices. Ella traga. Una gran cantidad de emociones cruzan a través de su cara. Ella baja la vista hacia sus manos. Necesito distraerla y que no piense demasiado. Siempre está pensando demasiado.

_ ¿Tienes hambre? Le que pregunto. Ella mira hacia arriba. 

_ No, responde dócilmente.

Apuesto a que no ha comido. Ella casi no come nada. 

_ ¿Has comido hoy?

_ No, dice ella con una voz apenas audible. Mis ojos se estrechan. ¿Por qué está siempre evitando los alimentos?

_ Tienes que comer Anastasia. Podemos comer en mi suite o aquí. ¿Dónde preferirías?

_ Creo que deberíamos quedarnos en  zona neutral. Yo le doy una sonrisa cínica inclinándome hacia ella. 

_  ¿Crees que me detendrías? Le digo sensualmente en voz baja, ¡me quemo por ella!  Me he estado muriendo por ella estos últimos tres días. Sus ojos se abren y ella se traga.

_ Eso espero, susurra.

_ Vamos, le digo, tengo un comedor privado reservado. Tomo su mano pidiéndole que traiga su vino.   El camarero del hotel nos lleva al comedor íntimo.  Me siento frente a Anastasia. Ella finalmente me ve por debajo de sus pestañas y se muerde el labio.

_ No te muerdas el labio. Levanta la vista sorprendida. He ordenado  nuestra comida. Espero que no te moleste, le digo.

_ Está bien, ella asiente. Su aceptación por último me da un suspiro bien merecido de alivio. Ella puede ser susceptible.

_  Ahora, ¿dónde estábamos?

_ En el meollo de la cuestión, ella responde automáticamente tomando un sorbo de su vino.

_ Sí, tus dudas,  le digo sacando una copia de su e-mail de mi bolsillo.

_ Cláusula 2. Estoy de acuerdo. Es para beneficio de ambos, lo redactaré de nuevo. Ella me mira sin parpadear. Opta por tomar otro sorbo de su vino como para buscar el valor que perdió afuera.

_ En cuanto a mi salud sexual; todas mis parejas anteriores han tenido análisis de sangre y me realizo pruebas periódicas cada seis meses por todos los riesgos de salud que mencionas. Todas mis últimas pruebas están limpias. Nunca he tomado drogas soy vehementemente anti-drogas. De hecho tengo una política de no tolerancia en mi empresa, e insisto en hacer  pruebas de drogas al azar. Su boca se abre con una cara sorprendida como si quisiera decirme que soy un verdadero fanático del control. Y nunca me he hecho una transfusión de sangre, ¿Eso responde a tu pregunta? Ella asiente impasible.

_ La cláusula siguiente es lo que te había dicho antes. Puedes irte en cualquier momento Ana. No te voy a detener, le digo a pesar de que sé que no es cierto, sin embargo si así lo decides, eso es todo, para que lo sepas. Le digo mirándola a los ojos.

_ Está bien, contesta firme y por un momento me siento que la voy a perder.


_ Espero que te gusten las ostras, le digo en voz baja, cuando llega nuestro primer plato.  Ella me dice que nunca las ha probado.

_ ¿En serio?  Bueno, lo único que tienes que hacer es acercarla a tu boca y tragarla. Creo que puedes manejar eso, le digo recordando sus habilidades orales. Ella se pone carmesí.   Sonrío mientras vierto un chorro de jugo de limón en mi ostra y la pongo en mi boca. Entonces la animo a hacer lo mismo.

_ ¿Así que no lo mastico? Ella pregunta tan inocente. ¡Me encanta eso de ella! Cuando ella habla así, todo desaparece, toda la mierda, toda la preocupación, simplemente Anastasia y yo.   
_ No, Anastasia, le contesto con un brillo en los ojos. Se muerde el labio de nuevo. ¡Joder que mujer! ¿Está tratando de quemarme? Le doy una mirada de advertencia. Ella me copia y vierte un chorro de jugo de limón en su ostra, y se la traga. Se lame los labios hermosos haciendo que mi polla pegue un brinco.

_ ¿Y bien? Le pido su opinión.

_ Voy a probar otra, ella responde secamente.

Estoy tan orgulloso de ella. Ella está abierta a probar cosas nuevas y está dispuesta a aprender y a disfrutar de ellas. Me da esperanzas de un nosotros.

_ Buena chica, me encuentro respondiendo con orgullo.

_ ¿Elegiste esto deliberadamente? ¿No son, conocidas por su cualidades afrodisíacas? dice ella.

_ No, le respondí con honestidad, son el primer plato en el menú, además no necesito un afrodisíaco cerca de ti, creo que ya lo sabes y creo que reaccionas de la misma forma que yo. Así que ¿en donde estábamos? Ah, sí, me obedeces en todo. Sí, quiero que hagas eso. Necesito que hagas eso. Piensa en ello como las reglas del juego, le digo. Tengo que tener el control. Ella es demasiado desafiante y esta es la única manera que sé cómo manejarnos.

_ Christian... ella me mira con miedo, me preocupa que me vayas a hacer daño.

_ ¿Hacerte daño cómo? Estoy sorprendido por su preocupación. 

_ Físicamente, dice ella, pero su mirada me dicen más.

_ ¿De verdad crees que yo haría eso? ¿Traspasar cualquier límite que no puedas tomar?

_ Pero me has dicho que le hiciste daño a alguien antes.

_ Sí lo hice, pero eso fue hace mucho tiempo.

_ ¿Cómo le hiciste daño?

_ La suspendí del techo en mi cuarto de juegos. De hecho esa es una de tus preguntas, la suspensión, para eso son los mosquetones, el juego de la cuerda, una de las cuerdas fue atada muy fuerte. Ella alza su mano indicándome que no quiere escuchar más.

_ No quiero saber más. ¿Así que no me suspenderás entonces?

_ No, si no quieres. Esto puede ser un límite duro.

_ Está bien, ella da un suspiro de alivio. Estaba claramente aterrorizada.

_ Así que obedecer ¿crees que puedas manejar eso? Por favor, le ruego en mi interior. Necesito esto. Tengo que tener el control.

_ Podría intentarlo, susurra.

_ Bien, sonrío y doy un suspiro de alivio. Ahora el plazo. Un mes de plazo en lugar de tres es muy poco tiempo, especialmente si quieres un fin de semana lejos de mí. No creo que pueda estar lejos de ti tanto tiempo, apenas y puedo manejarlo ahora. Le digo con honestidad. Su expresión cambia a una de asombro. 

_ ¿Qué dices, si tomas un día de fin de semana y a cambio me das una noche entre semana?

_ Está bien, susurra.

_ Y por favor, probemos durante tres meses, sino te parece entonces puedes irte en cualquier momento. Le pido.

_ ¿Tres meses? Dice como si las palabras le están dejando un sabor amargo en la boca. Ella se ve alterada. Ella toma otro sorbo de su vino con un gesto nervioso. Toma otra ostra para llenar tal vez el silencio que cae entre nosotros.

Continúo.

_ Sobre el asunto de la posesión. Eso es solo una terminología y se remonta al principio de obediencia. Es para lograr entrar en el estado de ánimo adecuado, para entender de donde vengo. Y quiero que sepas que tan pronto entres a mi cuarto como mi sumisa, haré que te guste. Tienes que aceptar  eso por voluntad propia. Es por eso que tienes que confiar en mí. Te follaré en cualquier momento de la manera que quiera… en cualquier lugar que quiera. Te disciplinaré porque cometerás errores. Te entrenaré para complacerme. Pero sé que no has hecho esto antes. Inicialmente lo tomaremos con calma y yo te ayudaré. Construiremos diversos escenarios. Quiero que confíes en mí, pero sé que tengo que ganarme tu confianza y lo haré. El “o de otra manera” Es para ayudarte a introducirte en el tema, significa que todo vale. Le digo con pasión porque estoy concentrado en lo que quiero. Ella solo sigue mirándome sin decir una palabra. 

_ ¿Sigues conmigo? le susurro caliente porque toda esta conversación me tiene con la madre de las erecciones.

Cuando el camarero se acerca de nuevo, le pregunto si ella quiere más vino, pero ella opta por el agua con gas ya que ella va a manejar.

_ Estás muy callada Anastasia, le susurro.

_ Estás muy hablador. Sonrío.

_Disciplina. Hay una línea muy fina entre el placer y el dolor Anastasia, son ambas caras de la misma moneda, no existe uno si el otro. Puedo mostrarte que tan placentero puede ser el dolor. No me crees ahora, pero a esto es lo que me refiero con la confianza. Habrá dolor pero no hay nada que no puedas manejar. Una vez más todo se reduce a la confianza ¿confías en mí Ana? Le pregunto con intensidad.

_ ¡Ana!

Ella me mira cuando lo llamo por su nombre.

_ Sí. Responde espontáneamente. ¡Ella confía en mí! Me siento aliviado.

_ Está bien, el resto son sólo detalles.

_ Detalles importantes, replica.

El camarero vuelve a emerger con la comida: bacalao negro, espárragos, puré de papas con salsa holandesa. Espero que le guste la comida.

_ Hablando de comida, ¿la comida es un tema de discusión? Le pregunto.

_ Sí, responde inmediatamente.

_ ¿Puedo modificarlo diciendo que comerás al menos tres veces por día?

_ ¡NO!, dice con vehemencia y con firmeza.

_ Necesito saber que no pasarás hambre Anastasia, le digo preocupado.

_ Tendrás que confiar en mí, responde y me desarma por completo. La miro y sí, confío en ella. La idea me relaja.

_ Buen punto señorita Steele, acepto lo de la comida y el sueño.

_ Quiero saber por qué no puedo mirarte, dice ella.

_ Es una cosa de dominación/sumisión.  Ya te acostumbrarás a ello. Ella me mira incrédula.

_ ¿Por qué no puedo tocarte? ¿Cómo le puedo explicar que estoy jodido?

_ Porque no puedes, le digo con firmeza.

_ ¿Es por la señora Robinson? Ella pregunta sorprendiéndome.

_ ¿Por qué piensas eso? Le pregunto. ¿Crees que me traumatizó? Ella asiente con la cabeza.

_ No Anastasia, ella no es la razón. Además, ella no aceptaría toda esta mierda. Ella pone mala cara.

_ Entonces nada que ver con ella… dice con un tono de pregunta.

_ No, además no quiero que te des placer a ti misma.

_ Sólo por curiosidad ¿por qué? Quiere saber. Pues con gusto se lo digo.

_ Por que quiero todo tu placer, me inclino con pasión y con voz decidida. Y es la verdad, la quiero solo para mí.

_ Te he dado mucho en que pensar ¿no? le digo.

_ Sí, ella está de acuerdo.

_ ¿Te gustaría hablar ahora de los límites suaves?

_ No durante la cena, dice ella haciéndome sonreír. 

_ ¿Escrupulosa?  le susurro. 

_ Algo así…

_ No has comido mucho. 

_ En realidad, he tenido suficiente, dice con sentido. Pero yo sé lo que comió. Tengo un inventario mental de eso. Tres ostras, cuatro bocados de bacalao, un tallo de los espárragos, y nada más. Cuando se lo digo ella se ve sorprendida que yo recuerde todo lo que ha comido.

_ Me dijiste que podía confiar en ti, la miro aprensivo.  

_ Christian  no todos los días tengo una conversación como esta, dice ella con fervor. Esa no es suficiente razón para mí. Ella necesita mantenerse saludable.

_ Yo quiero que estés en forma y saludable Anastasia, le digo.

_ Lo sé, murmura, con aire ausente. Cierro los ojos y respiro profundamente, y cuando los abro, mis ojos están llenos de deseo.

_ En este momento Anastasia, lo único que quiero hacer es sacarte ese vestido, le digo con voz ronca. Ella traga. Su cuerpo cambia. Puedo ver el deseo en ella también. 

_ Eso no sería una muy buena idea, murmura en voz demasiado baja. No hemos pedido el postre ella dice.

_ ¿Quieres postre? Le pregunto incrédulo.

_ Sí, susurra. 

_ Tú podrías ser el postre. Le digo sugestivamente. ¡Dios! La quiero tener esta noche. Cuando ella está sentada delante de mí en ese vestido morado, con ese pelo, las piernas, y esos labios, retorciéndose, recordándome cómo ella se retorció con mi tacto, y la capacidad de respuesta que me da. Cuando estoy cerca de ella, me vuelve loco. Me voy a salir con la mía, ella está tan cerca pero tan lejos. La necesito ahora mismo.

_ No estoy segura de ser suficientemente dulce, susurra. ¡Oh, no estoy de acuerdo señorita Steele, te he probado, y tú eres la cosa más dulce que he tenido! 

_ Anastasia eres deliciosamente dulce, lo sé.  

_ Christian usas el sexo como un arma, eso no es justo, susurra con la mirada fija en sus pequeñas manos. Luego levanta sus hermosos ojos azules y me ve. Su mirada me sorprende. Ella puede ver a través de toda la mierda que me rodea. Ella puede ver el verdadero yo. Mis cejas se disparan por la sorpresa. Tomo una actitud pensativa. Tiene razón, por supuesto.
_ Tienes razón Ana, dije mirándola. Uno utiliza cualquier herramienta que esté a su disposición. Eso es lo que conozco. Es mi herramienta, mi arma, mi tesoro, mi arsenal. Pero eso no cambia lo mucho que te deseo aquí y ahora, digo con toda mi pasión. Mi mirada nunca la abandona y sé que ella siente lo mismo. Esto me da una idea.

_ Quiero probar algo, le digo en voz baja. Ella frunce el ceño, a la defensiva. Poco a poco me inclino, y en voz baja y seductora le digo: Si fueras mi sumisa, no tendrías que pensar en esto. Sería muy fácil. Todas esas decisiones, ese desgaste… ¿Qué es lo correcto para hacer? ¿Debería suceder aquí? ¿Puede pasar ahora? No tendrías qué preocuparte por ningún detalle. Eso es lo que yo haría como tú dominante. Y ahora sé que me quieres Anastasia. Una mirada de sorpresa cruza por su rostro. Ella quiere saber cómo me di cuenta.

_ Puedo saberlo porque… tu cuerpo te delata, estás ruborizada, estás presionando tus muslos y tu respiración ha cambiado.


_ ¿Cómo sabes  de mis muslos? Me dice incrédula.

_ Sentí el movimiento del mantel y es una suposición calculada basada en mis años de experiencia ¿tengo razón o no? Le digo y ella devuelve su mirada a sus manos.

_ No he terminado mi bacalao, responde con timidez.

_ ¿Prefieres ese bacalao frío que a mí? Le digo haciéndome el idiota. Ella me mira y yo la miro con el mismo deseo.  

_ Pensé que te gustaría que acabara mi plato, dice ella.

_ En este momento señorita Steele, no puedo decirte ni una mierda por tu comida. ¡No se da cuenta que me estoy quemando por ella! ¡Que me está torturando! tengo que tenerla. Yo sé que ella me desea... ¿Por qué se me va a negar?

_ Christian no juegas limpio, susurra. ¡Eso lo sé! Pero así es como funciono, es mi naturaleza.

_ Lo sé, nunca lo hago. Ella no entiende que yo soy el dueño de este juego, yo sé como se juega y he aprendido muy bien. Y ella es tan inocente y con tan poca experiencia, que ella no será capaz de resistirse a lo que tengo que ofrecerle. ¡Ahora mismo, yo la quiero follar, la llevaría sobre la mesa si acepta! Ella frunce el ceño y sus párpados ligeramente campanean sus ojos. Seguro que viene a la ofensiva. Entonces coge un espárrago y luego lentamente y deliberadamente se muerde el labio y me mira. Luego se lleva el espárrago a su boca y lo chupa. Mierda me está tratando de sacar de quicio. Intentando cambiar el juego. Por supuesto mis ojos se abren y mi polla pega  un brinco.

_ ¿Qué estás haciendo Anastasia?, le digo con los dientes apretados. Ella sonríe dulcemente, y chupa con la punta de su boca diciendo: Estoy comiendo mi espárrago. Mi erección se dispara y ahora trago. Ella va a hacer que convulsione sin siquiera tocarla. Me muevo en mi asiento para dar más espacio a mi creciente erección.

_ Yo creo, le susurro inclinándome hacia adelante, que estás jugando conmigo, le digo. Como siempre lo hace. Ella revolotea sus pestañas, y me mira inocentemente, como una niña buena y dice ella cortésmente, _Estoy terminando mi comida, señor Grey.

El maldito camarero entra justo en ese momento, mirándome. Estoy enojado por la intrusión y él lo sabe. Pero yo le hago un gesto para que pueda recoger los platos. La estoy anhelando. Me muero de deseo y estoy a punto de arder. Tendré que tenerla aquí, o llevarla a mi suite. No creo que llegue hasta la suite. ¡Yo podría reclamarla en el ascensor!  El camarero sigue ahí y le pregunto si desea algún postre.

_ No, gracias Christian, dice cortésmente y rompe por completo mi corazón cuando me dice que se va.

_ Creo que debo irme. ¡No, no! ¡Esta escena la he soñado!  

_ ¿Irte? ¿Por qué? Soy incapaz de ocultar mi asombro y sorpresa. El camarero sale disparado de la habitación al ver la reacción en mi cara.

_ Sí, sólo me tengo que ir. Mi deseo por ella está saliendo de mis poros, estoy tan desesperado por ella.

 _ Ambos tenemos la ceremonia de graduación mañana, dice con timidez. Me levanto inmediatamente.

_  Yo no quiero que te vayas.

_ Por favor, Christian, tengo que hacerlo, responde. 

_ ¿Por qué? ¿Por qué me deja? Tengo miedo. Recuerdo esta escena, es la pesadilla más horrible que he tenido.
 
_ Porque me has dado mucho en qué pensar, necesito algo de distancia, afirma mirando sus manos.

_ Si quisiera podría hacer que te quedaras. La amenazo como hice en mi sueño.

_ Sí, podrías fácilmente, pero no quiero que lo hagas. Ella me mira suplicante, ella me desea también, ¿por qué se niega? Estoy exasperado. Me paso la mano por el pelo. Con la intensidad de los dos últimos días que he tenido sin ella, y esa sesión que tuve con John esta mañana.

_ ¿Sabes? cuando llegaste a mi oficina para entrevistarme, todo era “sí señor” “no señor” Creí que eras una sumisa completamente natural. Pero francamente Anastasia no creo que tengas un hueso de sumisa en tu delicioso cuerpo. Estoy tenso. ¿Quiero seguir persiguiéndola? 

_ Puedes que tengas razón Christian. Y me doy cuenta que ha tomado una decisión. ¡Mierda quiero tener una oportunidad con ella! ¿No se da cuenta lo mucho que la deseo?

_ Anastasia, quiero tener la oportunidad de explorar esa posibilidad, murmuro. Una gran cantidad de emociones cruzan a través de su cara. ¡Yo sé que ella me desea! Yo sé que ella no puede estar delante de mí,  porque sabe que la atracción es inevitable, ineludible, que no vamos a ser capaces de mantener las manos fuera de nosotros. Pero, sin embargo, ella está optando por correr. Ella debe querer más. Soy capaz de leer su comportamiento. La miro y acaricio su mejilla y el labio inferior que tanto quiero.

_ No sé de otra manera Ana, este soy yo, es lo que soy, susurro con fervor.

_ Lo sé, dice con una mirada triste en su rostro. Otro momento de mi sueño.

Me inclino para besarla. La quiero mucho, me estoy quemando por dentro. ¡Soy un hombre en llamas! La miro buscando su aprobación, su permiso. Ella corta nuestra distancia para acercar nuestros labios y empiezo a besarla. Sus manos viajan hacia mi cabeza enredándose en mi pelo, tratando de fusionarse conmigo. Mi mano se desplaza a la nuca y la otra hacia su espalda y estamos completamente uno contra el otro. Nuestras bocas y labios explorándose, abiertos, jadeando, retorciendo nuestras lenguas y acariciándonos. Nos hacemos uno con el beso y la pasión aumenta. ¡La quiero! La necesito. Tengo que tenerla. Ella simplemente no se puede ir.

_ ¿No puedo convencerte de que te quedes? Respiro entre el beso.


You Give Me Something - James Morrison

_ No, dice con firmeza. 

_ Por favor, pasa la noche conmigo.  

_ ¿Y no tocarte? No.

_ Chica imposible. Le digo mientras la suelto y veo una expresión diferente en ella.  _¿Por qué creo que estás diciéndome adiós? He soñado esto. ¡He tenido este momento antes! ¡Ayer por la noche! ¡Y murió aquí! Mi nivel de ansiedad aumenta. 

_ Porque me voy ahora mismo, dice ella pero no me convence.

_ No es eso lo que quiero decir y lo sabes. Cierra los ojos, respira con profundidad. ¡Oh Dios, ayer por la noche! ¡He soñado este momento anoche!

_ Christian tengo que pensar esto, no sé si pueda tener  la clase de relación que quieres, me dice.   Cierro los ojos. No quiero volver a pensar en ayer por la noche. No voy a perseguirla. La quiero viva. Viva, respirando, feliz. Presiono mi frente contra la de ella, y los dos nos tranquilizamos. Le beso  la frente, profundamente inhalo su aroma que huele divino, tratando de memorizar ese olor, para recordarla.  Finalmente la libero y doy un paso atrás.

_ Como usted quiera, señorita Steele, le digo. Te acompañaré hasta el vestíbulo. Ella habló en sus términos, y yo hablé en los míos. Yo no hago el amor y tampoco doy "más". Puede que tenga razón. Esto no puede ser para mí, o para ella. La tomo de la mano y le pido el ticket de su auto. Ella busca en su bolso y me lo da.

_ Gracias por la cena Christian, murmura.

_ Es un placer como siempre señorita Steele,  le digo, pero mi mente está disparando todos los pistones. ¿Quiero que se vaya? ¿Qué se quede sólo esta noche? ¿Qué hago? ¿A quién carajo estoy engañando? “Toque”, ese es mi límite. ¿Cuándo a mí, Christian Grey, se me ha hecho difícil un desafío? No está en mi naturaleza. No voy a dejar que se me escape. Los contratos siempre pueden ser renegociados.

Ella levanta la vista hacia mí, como si ella me está mirando por última vez, como si nunca va a verme de nuevo. ¡Ella lo siente también! ¡Ella me quiere! ¡Tenemos que arreglar esto! ¡Tenemos que trabajar! ¡Mi corazón se está rompiendo en mil pedazos! Me muero cada segundo pensando que se va a ir. Incluso la idea de no olerla, oírla, es como una puñalada en mi corazón oscuro. Mi mirada se encuentra con la de ella, intensa, ardiente.

_ Vas a mudarte este fin de semana a Seattle. Si tomas la decisión correcta ¿puedo verte el domingo?  Le digo, vacilante. Esta es la primera vez que tengo un desliz sobre mi control.

_ Ya veremos. Tal vez, ella respira. Siento alivio por un segundo, con la conciencia de que ella tendrá la mente abierta. Pero ella está temblando en su vestido.

_ Anastasia, hace frío ahora, ¿no tienes una chaqueta? le pregunto.

_ No. Me quito la mía y se la pongo.

_ No quiero que te enfermes. Veo por un momento que cierra los ojos y aspira el olor de mi chaqueta. Mi corazón da un vuelco. ¡Ella me quiere  también!

Entonces me da la sorpresa de mi vida cuando el valet trae su auto. ¡Es la VW de mierda de mi sueño! Mi boca se abre en shock sorprendido.

_ ¿Es este tu coche? pregunto horrorizado. Aún, contrariado como estoy con su partida,  no puedo dejar de pensar que ese auto es una mierda. ¿Está apto para circular?

_ Sí, dice ella. Y un sentimiento de miedo me recorre.

_ ¿Te llevara hasta Seattle?

_ Sí, lo hará.

_ ¿Sin peligro?

_ Por supuesto, dice exasperada. De acuerdo es viejo, pero es mío y apto para circular, mi padrastro lo compró para mí.

Puedo rectificar esta situación fácilmente. Ella no necesita viajar en esta basura, ¡es una trampa mortal! Me preocupo por ella, incluso si ella no se queda conmigo.

 _ Oh, Anastasia, creo que podemos hacer algo mejor que esto.

_ ¿Qué quieres de decir? dice mientras ella se percata a qué me refiero. Lo leo en sus ojos: “no me vas a comprar un coche” la remedo en mis pensamientos. Qué poco me conoces nena, no querrás desafiarme con esto, siempre me salgo con la mía.

_ Ya veremos, le digo con fuerza. Abro la puerta del conductor para que entre. Ella tiene que quitarse sus zapatos porque apenas tiene espacio entre los pedales y el piso. Mis ojos se oscurecen con preocupación. Este pedazo de mierda no esta apto para circular. Si hubiera firmado el documento no dejaba que se fuera en esta trampa. Pero me ha atado las manos dejándome indefenso.

_ Maneja con cuidado, le digo en voz baja.

_ Adiós Christian, dice con voz desesperada. Parecía herida y rota y yo también. ¿Qué coño pasó aquí? Estuve a punto de follarla en la mesa y de pronto se me escapó de las manos. No puedo sacarla de mi mente. Mis manos corren por mi cabello con doble desesperación, mientras observo que se va en ese cacharro a distancia.

Me doy la vuelta y tengo el impulso de correr a mi habitación, pero me las arreglo para mantener mi rostro impasible y poco a poco camino lento hacia los ascensores. Presiono el botón de llamada. Y su recuerdo aún está fresco aquí en este ascensor, una vez más. Ella me está desafiando, ella  está jugando su propio juego, ¡y me gusta demasiado! ¡La quiero más de lo que siempre quise algo en mi vida! ¿Qué es eso?

Me siento desconcertado. Todavía no me puedo creer que no estemos follando esta noche. Me voy directo a mi ordenador portátil. Le  escribo un mensaje. Quiero saber por qué se fue, por qué no se quedó a pesar del deseo que teníamos, la necesidad de estar juntos.

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De: Christian Grey 
Asunto: Esta noche 
Fecha: 25 de mayo 2011 22:02 
Para: Anastasia Steele


No entiendo por qué huiste esta noche. Sinceramente espero haber contestado a todas tus preguntas. Sé que te he dado un acuerdo enorme para contemplar y espero fervientemente que le des a mi propuesta una consideración. Quiero que esto funcione. Vamos a tomar las cosas con calma. Por favor confía en mí.

Christian Grey
Gerente General de Grey Enterprises Holding Inc.
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Tengo que encontrar una manera de convencerla. ¿Cuándo he huido de un desafío? Yo sólo quiero estar con ella. Este hecho no va a cambiar. Entonces la pregunta es ¿Voy a llegar a estos extremos por una mujer? La respuesta es un rotundo SÍ. Nunca he querido tanto algo. Sé que tiene temores. Pero es sólo porque ella no sabe el placer que le voy a dar. ¿Cómo puedo convencerla? Mi pesadilla casi se hizo realidad. La pregunta del Dr. Flynn viene a mi mente ahora: ¿Deseas poseerla? Es difícil de poseer, casi imposible. Pero quiero poseerla. Reclamar su cuerpo y alma. Pero, ¿cuánto estoy dispuesto a ceder? Y viene esa palabra otra vez: "compromiso". ¿Puedo cambiar los límites de mis reglas para dar cabida a un compromiso para ella? Tal vez pueda probar.  ¿Qué va a hacer ella por mí? ¡Estoy rompiendo todas mis reglas por una mujer joven e inocente! La idea de que ella se vaya, que esté con otra persona, enamorada de otro, manteniendo sexo con otro, ese pensamiento me está matando.

Me paseo ida y vuelta en mi suite. Exasperado, frustrado sexualmente, se negó, me desafió, negoció, bueno aunque estoy todavía negociando. Esta mujer, que su única experiencia sexual ha sido conmigo, que no ha  tenido novios reales, incluso me atrevo a decir que casi nadie la ha besado, tiene la habilidad innata de confundirme. ¡A mí! ¡A Christian Grey! ¡Soy yo quien me niego a otras! ¡Soy yo el que somete a los demás! La graduación es mañana, y es un día crucial, ella tiene que decirme. Tengo que convencerla. Estoy esperando su respuesta. Quiero asegurarme de que ha llegado a casa segura. Y le mando un texto: *¿llegaste ha salvo?* 10 minutos esperando una respuesta y nada, le envío otro: *Llámame* y espero y espero. No hay respuesta. La llamo. No responde. Marco de nuevo y nada. Estoy nervioso. No debí dejarla ir. O debí haberla seguido a su casa para asegurarme de que ella llegó bien. ¡No! Eso me lleva de vuelta a la pesadilla. Decido enviarle otro mensaje de correo electrónico:
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De: Christian Grey 
Asunto: Esta noche 
Fecha: 25 de mayo 2011 23:59 
Para: Anastasia Steele


Anastasia me preocupa no saber cómo llegaste. Quiero saber si estás bien.
Christian Grey 
Gerente General de Grey Enterprise Holdings Inc.
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Me quedo un poco más de tiempo para pulir el discurso que tengo que dar en la graduación de mañana. Espero que Anastasia conteste el correo electrónico o el mensaje de texto, pero no consigo nada. La llamo una última vez antes de irme a la cama preocupado. Ella no responde. ¿Estará bien? ¿Habrá llegado a su casa o ella simplemente me está ignorando?  Mi deseo se acumula aún más por ella. Los pensamientos de ella están siempre presentes en la vigilia y el sueño. ¡Cómo me confundes Ana! Entro al dormitorio,  me cambio y me quedó solo con mis boxer y me tumbo en la cama mirando el techo pensando en ella y mi sueño llega.


*El fotógrafo la envuelve alrededor de su cintura y la aferra a su cuerpo. Es irritante y desagradable. Estrecho mis ojos y le pregunto con fervor ¿por qué él Ana? Ella responde de inmediato. Porque él está dispuesto a darme más. ¡Ella no necesita tu dinero ni tu perversidad sexual idiota! Me grita el fotógrafo. No le hago caso. ¿Qué es lo que quieres Anastasia? ¡Dime! Más de lo que estás dispuesto a darme Christian. Más que el sexo, más que el dolor y el placer, más que ser un dominante para poseerme. Quiero un novio que me ame.  ¿Y crees que este pedazo de mierda puede amarte como lo hago yo? Le pregunto. Los ojos de él se abren y me mira con rencor, listo para matarme. Luego gruñe: Por supuesto que la quiero idiota, ¿Qué es lo que le vas a ofrecer que no sea una dosis concentrada de miseria? Yo lo ignoro. Me dirijo de nuevo a Anastasia, agarrando su brazo, deseando que ella se venga conmigo. ¡Tú no me das más Christian! ¡Tú solo quieres mi cuerpo y eso no es suficiente para mí! ¿Quieres corazones y flores? Le pregunto. Sí, y quiero más amor, susurra, porque te amo. Pero tú no estás dispuesto a rectificar. Su declaración es mi perdición.  Me encuentro mudo sin poder decirle ni una palabra, hasta que le grito: ¡El no te amará tanto como yo en un solo día! ¡Nadie puede amarte como yo y menos este pedazo de mierda! Le digo exasperado. Entonces ¿por qué no me lo demuestras?, dice mirándome con sus grandes ojos azules. La tomo en mis brazos y la beso, un beso que todo lo consume. *



Crazy Love - Michael Buble 


3 comments:

Unknown said...

que tremenda sorpresa no tienes ides de lo contenta que me puse cuando vi los nuevos capitulos traducidos, me encantaria conversar contigo, saber que haces, waw que genial, hay muchas interesadas en este fic pero ya traducido, y de hoy en adelante me voy a dedicar a avisarles a las fanaticas de esta historia contada por Emine que dicho de paso me parece fenomenal,sobrepaso a E.L JAMES es mas explicita, mas romantica mas detallista, y eso que la he leido con la traducion del computador que no es muy agradable, de nuevo mil gracias. un beso.

Patsypath said...

Hola Fanny! Yo soy Patricia la que tradujo a Taylor!! Esta historia también me ha enganchado, es fenomenal. Emine ha hecho un gran trabajo y al ver que no continuaban con la traducción, me ofrecí y ella con gusto ha aceptado. La otra chica ha estado muy ocupada con sus clases de universidad, pero estoy segura que cuando tenga tiempo, se unirá de nuevo a la traducción y la terminaremos juntas. Trataré de ir traduciendo un capitulo por semana. Saludos.

Unknown said...

Nancy Fica Soto excelentw como todos los demas Emine ya espero el proximo
Ayer a las 12:08 · Me gusta

Daniela Avellaneda Muy bueno...me enganché totalmente con esttos capítulos
22 h · Me gusta

Leidy Diana Bedoya Emine gracias por regalarnos estos maravillosos capítulos... cada vez me enamoro mas de Christian...
22 h · Me gusta

Teresa Dahlin Me encanta!!mas capitulos por favor.....
20 h · Me gusta

Tai Tafur Podrían darme el link del primer capítulo
20 h · Me gusta

MarjoreAle MendOri woooow quedé extasiada! mas! mas! EMINE por favor!
17 h · Me gusta

Clotilde Eugenia Arellano Mtz Awww! Los leo y revivo la emoción de cuando leí por primera vez la trilogía
17 h · Me gusta

Maggie Sanchez c.... cr.... cre.... creoooooo que me desmayoooooo!!!!!
17 h · Me gusta

Encarna Hernández Gracias por tantos capitulos maravillosos Fanny
40 min · Me gusta
Fanny Rebellon