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Tuesday, September 30, 2014

Libro III - Capítulo VII: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA

CAPITULO VII
EL CLUB DE LAS ALTURAS


Un estruendoso aplauso se oye por todas partes después de que terminamos de cantar. Mi mirada sigue bloqueada con la de mi preciosa novia. Sting me estrecha la mano y yo hago mi camino hacia Anastasia. Ella se acerca tímidamente y estrecha la mano de Sting.  

_ ¡Felicidades, señora Grey! dice educadamente.

_ ¡Estoy sin palabras! Este fue... se detiene y me mira con asombro, admiración y  amor  ¡el mejor regalo de mi vida! dice.

_ ¡Gracias!

_ Bueno, entonces señora Grey, ya que esa canción fue un regalo de su marido, voy regalarle una hermosa canción para una hermosa mujer, dice sonriendo y los celos de pronto me tocan, así que agarro a mi mujer y la llevo hacia la pista de baile.  

_ Sr. Grey, estoy más enamorada de usted ahora de lo que he estado nunca. Esa canción... dice con los ojos medio llorosos y una sonrisa satisfecha, es el mejor himno del acosador que de alguna manera te combina. ¡Te quiero mucho! Susurra.

_ Señora Grey, nuestro objetivo es complacer, le contesto sonriendo.

Sting comienza a cantar "Fields of Gold" y bailo con Anastasia como si no hubiera mañana completamente enamorados. 

Sting – Fields of Gold

Sting se va después de la segunda canción y la orquesta se hace cargo de tocar nuestras canciones favoritas.

El Maestro de Ceremonia anuncia que la comida se servirá y nos dirigimos a nuestras mesas. Elliot se sienta a mi lado, a mi derecha. Se pone de pie, se aclara la garganta, y golpea su copa con el tenedor.


_ ¿Me pueden prestar su atención por favor?   Le pregunta a la multitud en voz alta. Todas las voces se callan y todos vuelven la mirada hacia Elliot.

_ ¡Buenas noches, señoras y señores! Gracias por soltar sus tenedores y prestarme atención. Me gustaría agradecer en este momento a mi madre la Dra. Grace Travelyan-Grey y a mi hermana Mia, por organizar esta magnífica boda.  

Elliot levanta su copa para brindar, y dos camareros nos traen dos tazas de té, servidas de un Bollinger, los ojos Anastasia de abren mirándome con sorpresa.


Mientras los invitados se están preparando para oír a Elliot, me apoyo en el oído de Anastasia y susurro lascivamente ¡Nada como un buen Bollinger servido en tazas de té! Y le doy mi mejor sonrisa. Ella no deja de sonrojarse, incapaz de apartar sus ojos de mí y eso me encanta. 

_ Bollinger Grande Année Rosé 1999, una excelente cosecha, responde ella reflejando mis palabras cuando nos bebimos el Bollinger en las tazas de té en su apartamento.

Los ojos de Elliot miran las tazas de té y luego se encoge de hombros y sigue con su discurso.

 _ Debo decir que las damas de honor están absolutamente impresionantes, solo eclipsadas y con razón, por la novia de mi hermano, Ana. Estoy seguro de que estarán de acuerdo conmigo señores, que hoy es un día triste para los solteros porque otra belleza sale de la lista. Su pérdida es una ganancia para mi hermano.

_ He tenido la suerte de ver como la relación de Ana y Christian ha evolucionado desde el principio. Nunca olvidaré el día, o más bien la noche que la conocí, dice él y yo me tenso de inmediato. ¿Será capaz de decir que Ana estaba borracha?  

_ Por cierto fue la noche que conocí a mi hermosa novia Kate, que es la mejor amiga de Ana y su dama de honor hoy. A pesar de que yo puse los ojos sobre Kate esa noche, dice mirando a Kate con amor, lujuria o una combinación de las dos, continúa, me di cuenta de inmediato de que mi hermano estaba locamente enamorado de Ana, por el cuidado y la ternura con que la trató esa noche, yo nunca lo había visto así antes. Y no lo puedo culpar. ¡Ana es increíble! Ella no solo es hermosa, sino que también es inteligente, de carácter fuerte y compasiva, lo que es más, su amor por mi hermano es evidente en cada movimiento y cada mirada, que crean un fuerte campo gravitatorio con su propio sistema solar. Ellos están cautivados el uno con el otro.

_ ¡Bueno, dicen que los peores cinco minutos  del novio, es cuando oye el discurso del padrino en su boda y los peores cinco minutos de la novia, vienen más tarde en la noche! El dice y la sonrisa se oye alrededor. Quien haya dicho esto, se nota que no conoció a mi hermano y a mí. Elliot dice sonriendo y me guiña un ojo, ya que algunos de los invitados comienzan a silbar. Anastasia se pone roja y yo me le quedo mirando impasible y el sonríe más. 

_ Pero hoy es el día del amor. Y por la forma en que mi hermano y mi nueva hermana no se pueden quitar los ojos de encima, se nota que se ganaron el gran premio de su vida, porque están completamente enamorados. No he visto a dos personas tan enamoradas como ellos, por lo que me gustaría que cuando yo decida casarme algún día, esté tan feliz como mi hermano hoy.

_ ¡Señoras y señores, les presento a la pareja perfecta! Ana se ve impresionante esta noche. De hecho, toda la boda se ve hermosa. ¿No parecen de revista? Christian no está nada mal tampoco, dice y me guiña el ojo de nuevo sonriendo. Entonces su rostro se torna serio y añade, ¡He aquí a mi hermano Christian con su esposa y mi nueva hermana, Ana! ¡Que el resto de sus vidas se llene de alegrías, amor y mucho sexo caliente!  Y termina su discurso con una gran sonrisa y levanta su copa y bebe un sorbo entre los fuertes aplausos.

La comida está excelente, la experiencia de Mia en la cocina francesa es evidente, pero quiero omitir el plato principal y sólo llegar postre. Mi esposa está simplemente demasiado deliciosa. No puedo quitar mis ojos de ella. Comemos y bebemos nuestro Bollinger en las tazas de té, y muy pronto es hora de cortar el pastel. ¡Para mi sorpresa, hay un pastel para el novio con forma de Charlie Tango! Que Anastasia mandó a hacer para mí.   Pero la torta principal es una obra maestra. Es un pastel de chocolate decorado en plata y blanco, y una cinta de color gris plateado con forma de lazo atada en el segundo nivel del pastel. Miro a Anastasia lascivamente, mi mirada está caliente, oscurecida, y ella se sonroja. Cortamos el pastel  y ella me da de comer el primer bocado. Yo solo tomo la mitad y luego me acerco a ella para darle la otra mitad. Nuestros labios se tocan para compartir el pastel y la beso castamente. Lo gritos y silbidos no se hicieron esperar por parte de los huéspedes. ¡No puedo resistirme para declararles a todos que ella es mi mujer!  


Tengo mentalmente todo nuestro programa de bodas, así que cuando quiera, puedo llevarme a la novia lejos. La fiesta está ahora en pleno apogeo. Quiero bailar con mi esposa y la mitad de los hombres invitados también quieren bailar con ella. Es una perspectiva que estoy deseando que no llegue.

La primera canción después de picar el pastel es  “I’ll Always Love You.”

(I'll Always Love you - Taylor Dayne)

Susurro las palabras en su oído:

Yo siempre te amaré por el resto de mis días 
Tú has ganado mi corazón y mi alma 
Con tus maneras dulces y sexys 
Tú me diste esperanzas cuando yo necesitaba a alguien cerca 
Tú me traes la felicidad todos los días de cada año 
Yo siempre te amaré por todo lo que eres 
Tú has hecho mi vida completa 
Tú eres mi estrella de la suerte 
Tú eres la que he estado buscando 
Tú eres mi todo 
Dime quién podría pedir más 
Y yo siempre te amaré 
Cariño, esto no tendrá fin 
Te necesito a mi lado, nena 
Tú eres mi amante, mi amiga 
Mi amiga 
Entró a mi mundo un sentimiento que nunca había conocido. 
Y llenas mi corazón con un amor dispuesto a llamar al mío propio. 
Y yo siempre te amaré 
Tú sabes lo que debes hacer. 
Tú puedes contar conmigo para siempre y 
Voy a cuidar bien de ti. 
Yo siempre te amaré 
Estoy tan feliz de que seas mía 
Yo siempre te amaré, sí 
Hasta el final de los tiempos


Los ojos de Anastasia rebosan de lágrimas, y ella se esfuerza mucho para no llorar. Finalmente, ella se las arregla para sonreír en medio de grandes lágrimas.

_ Nena, no llores. Este es nuestro día. Ahora eres completamente mía y yo soy tuyo, le susurro.

_ ¡Te amo Christian, yo siempre te amaré! Declara.

_ Prometo amarte todos los días de mi vida, Ana.

_ Se supone que es mi siguiente línea Sr. Grey, dice ella sonriendo.

_ ¿Quiere decirlo ahora señora Grey? Bromeo.

_ ¿Me permite?  Dice una voz familiar. Es José. Puedo permitirle un baile con Anastasia.

_ Por supuesto, le respondo y dejo a Ana con su amigo, aunque de mala gana.

Flynn se me acerca, y lo veo observando a Anastasia que baila con José.

_ ¡Felicidades Christian! Es una alegría verte eufórico y tan feliz...  dice sonriendo.

_ Gracias John, le contesto.

_ Sr. Grey, Taylor se me acerca furtivamente, y me mira fijamente. Aunque su mirada es impasible, sé que hay un problema. Un problema grande.

_ Discúlpame un momento, John, le digo con una sonrisa tensa y me voy con Taylor. 

_ ¿Qué pasa? Pregunto una vez que nos encontramos en un rincón relativamente tranquilo y fuera del alcance de otros oídos.

_ La Sra. Lincoln está fuera, y ella insiste en hablar con usted, dice nerviosamente.

_ ¿Qué carajo? ¡No creo esto!

_ Sé que usted tiene instrucciones estrictas sobre quién puede y no puede entrar, señor. Pero, pensé que usted necesitaba saberlo.

_ ¡No voy a hablar con ella el día de mi boda, ni en ningún momento cercano!

_ Soy consciente de ello, señor. Puedo despedirla, pero ella me dio una nota para que se la diera, me dice y discretamente me la entrega.

Miro a Taylor con enojo antes de tomar la nota.

Christian

Sé que no quieres verme. Pero quiero intentar. Tú y yo tenemos una historia en común y hemos sido amigos durante mucho tiempo. Así que quiero desearte la mejor de la suerte y toda la felicidad que te mereces en tu matrimonio. Pero si las cosas no salen bien, quiero que sepas que aún estoy aquí para ti. Yo siempre estaré ahí para ti. No me iré hasta que respondas.

Elena

¡Mierda! ¿Ella no se irá hasta que reciba una respuesta? No voy a hablar con ella dejando a mi esposa aquí sola con los demás, o enviarle una nota escrita. No voy a llamarla tampoco. Ella no puede escribir las reglas que definan cómo me comporto. Me dirijo a Taylor y le ordeno.

_ Quiero que vayas fuera y hables con ella. Dile que el Sr. Grey está ocupado construyendo su futuro con su esposa. Que él no está interesado en recordar su pasado con ella. En caso de que tenga problemas para encontrar su camino a su casa, uno de los guardias de seguridad estaría más que feliz de indicarle el camino y si no lo entiende, con gusto la escoltará hasta su casa, le digo. El fantasma de una sonrisa se cruza por la cara de Taylor y aparece como un dejo de orgullo.

_ Estaré más que feliz de entregar el mensaje, señor, responde, y rápidamente se va.

La música cambia y yo a propósito hago mi camino de regreso hacia Anastasia y José.

_ Ya se terminó José, le digo con una pequeña sonrisa, pero con mi tono que se entiende. Ella es mi chica y quiero bailar con ella. José sonríe y asiente con la cabeza.

_ Sr. Grey te he extrañado, Anastasia susurra y engancha mi aliento.

_ Sra. Grey yo también, le digo y giramos alrededor de la pista mientras suena la canción  “Save the Last Dance for Me”

 Save the Last Dance For Me - Michael Buble

Mis padres, la madre de Kate y Ray, y muchos de nuestros amigos y seres queridos están bailando y sonriendo. Mi hermano y Kate se acercan para felicitarnos una vez más.

_ ¡Felicidades bro! Nunca pensé que este día iba a llegar. Pero claro, no había conocido a Ana. ¡Estoy tan feliz por ti hombre! dice acariciando mi hombro, y me da otro abrazo de oso. Kate se encuentra junto a Ana y ella la mira con ceño fruncido. ¿Por qué tiene el ceño fruncido? Anastasia se ve más allá de hermosa. Ella se ve angelical. Elliot sigue hablando de alguna otra mierda, pero no me puedo concentrar en lo que dice porque estoy pendiente de lo que está pasando entre Anastasia y Katherine, así que me acerco un poco.

_ Oye, esto se supone que es el día más feliz de tu vida, la regaña. ¿Hay algo que te molesta Anastasia?
_ Es… oigo a Anastasia susurrando.  ¿Por qué entonces la trituradora de bolas piensa que ella está molesta?

_ Oh, Ana, ¿qué pasa? ¿Estás viendo a tu madre y a Ray?   Ella le pregunta, y desde mi visión periférica veo a Anastasia haciendo un guiño tristemente.

_ Ellos están felices, señala Kate. Volteo a mirarlos y ellos se están riendo y hablando mientras están bailando. Están felices, como dos orgullosos padres que ya no están juntos. ¡Oh mierda! Eso es lo que está pensando.

_ Más felices separados, susurra.

Elliot está susurrando algo y tirando de mi brazo para llevarme con él, como si me preguntara algo, pero yo no lo oiría así tuviera un alta voz porque estoy decido a escuchar la conversación de Ana con Kate.

_ ¿Estás dudando? Katherine le pregunta con alarma en su voz, y mis ojos se amplían y me pongo rígido de inmediato.

_ No, no en absoluto. Es que... yo lo amo mucho, responde ella. Vendrá un "pero"  después de esa frase.

_ Ana, es obvio que él te adora. Yo me di cuenta de que es una relación un poco convencional, pero puedo ver lo feliz que ambos se han sentido este último mes, le dice tranquilizándola y apretándole la mano. Además, ella sonríe, ya es demasiado tarde. Te irá bien Ana y si te toca un pelo de la cabeza, va a tener que responderme a mí. Anastasia se ríe y Katherine le da un fuerte abrazo.

Bueno, esa conversación ya está larga.

_ Así que, ¿qué piensas Christian? pregunta Elliot.

_ ¡Bueno, grande, maravilloso! Hablo contigo más tarde y me voy a buscar a Ana.

 _ ¿Eh? ¿Quieres decir que está bien que los chicos de seguridad se vayan cuando estoy trabajando?

_ Elliot, no puedo hablar contigo hoy de eso, sé razonable, le digo y me alejo. 

Cuando miro fijamente a Katherine, ella me da una mirada de “Sé dónde vives Grey” me mira y me sonríe.  La miro fijamente con una mirada que dice: ¡Estoy aquí para quitarte a mi esposa, así que vete a la mierda! Elliot camina para unirse a Ethan y José.

Pongo mis brazos alrededor de la cintura de Anastasia y le susurro "Hola bebé" y la beso en la sien.

_ Kate, la saludo tratando de ser menos formal, pero mi voz todavía sale formal,  por su comportamiento no tan lejano.

_ Hola de nuevo, Christian. Me voy a encontrar con su padrino, que pasa a ser el mío también, dice ella sonriendo.

No he sido capaz de apartar los ojos de Anastasia. Lo único que está en mi mente es simplemente quitar su vestido lentamente y sin prisa y hacer el amor con ella en mi jet, para tener otra primera vez para los dos.

_ Es hora de irnos, murmuro en su oído.

_ ¿Ya? ella me pregunta sorprendida. Esta es la mejor fiesta en donde he estado y en donde no me importa ser el centro de atención, dice ella girando dentro mi brazo hacia mí. 

_ Te la mereces nena. Y te ves genial, Anastasia. No puedo contenerme.

_ ¿De verdad? ella responde tímidamente haciéndome sonreír. Ella es tan caliente, y  es toda mía. 

_ Este hermoso vestido que te envuelve, le digo.

_ ¿Esta cosa vieja? ella murmura sonrojándose mientras pasa su dedo por el delicado borde de encaje de su vestido de novia. Ella se vería absolutamente hermosa en un saco de papas, pero el vestido la hace ver impresionante, de hecho se me hace agua la boca. Creo que ya esperé el tiempo suficiente sin quemarme. Me inclino y la beso de nuevo.

_ Vámonos. Yo no quiero compartirte más con toda esta gente, le digo con voz desenfrenada. Ella me mira sorprendida.

_ ¿Podemos abandonar nuestra propia boda?

_ Bebé, es nuestra fiesta y podemos hacer lo que queramos. Ya picamos el pastel y ahora mismo me gustaría llevarte lejos y tenerte para mí solo, le digo y ella me recompensa con mi sonido favorito: su risita.  

_ Tú me tienes para toda la vida Sr. Grey, responde ella.

_ Estoy muy contento de escuchar eso, señora Grey, le digo acariciándola. Y somos interrumpidos por mi abuela.

_ ¡Oh, ahí están los tortolitos! Christian, querido, ¿bailarías con tu abuela? Me pregunta. Aunque me encantaría irme, mis años de largos modales se apoderan de mí.

_ Por supuesto, abuela.

_ Y tú, bella Anastasia, ve y haz a un anciano feliz; baila con Theo. Anastasia se ve confundida.

_ ¿Theo, señora Trevelyan?

_ El abuelo Trevelyan. Y creo que debes llamarme abuela de ahora en adelante, ustedes dos seriamente necesitan trabajar en mis bisnietos. No voy a durar mucho tiempo, dice ella, para mi horror. ¿Niños? Pasarán muchos, pero muchos años. Mínimo diez.

_ Vamos abuela, la tomo la mano para llevarla a la pista de baile antes de que comience a presionarnos con lo de los hijos. ¡Uff me estremecí!

Me las arreglo para mirar de nuevo a Anastasia, aún haciendo pucheros acerca de la extraña petición de mi abuela y volteo los ojos. 

_ Luego nena, me quejo. Cuando me pongo a bailar con mi abuela, me doy cuenta de que José se acerca a Anastasia y él está hablando serio con ella. ¿Qué diablos es lo que quiere? No puede hacerle proposiciones el día de nuestra boda ¿verdad? Frunce el ceño cuando Anastasia dice algo y luego sonríe. Anastasia hace su camino hacia mi abuelo. No puedo esperar para que esta maldita canción se acabe. Yo la quiero demasiado. Cuando la canción termina, mi abuela quiere hablar conmigo. Una vez más.

_ Cariño, estoy muy contenta al ver que te casaste. ¡Muy feliz de verdad! ¡Pero no estoy bromeando sobre los bisnietos! Me gustaría verlos antes de morir, dice casi regañándome. ¡Dios no otra vez!

_ Bueno, abuela, yo tengo la esperanza de tener primero la luna de miel, le digo mientras le beso la mano. ¿Qué te parece si te llevo de nuevo con el abuelo?

_ Eso estaría bien. ¡Eres un buen chico! Tú serás un marido guapo para Ana. Estoy más que feliz de formar parte de tu boda, dice ella y sonrío mientras la regreso al cuidado de mi abuelo.

Anastasia está de pie junto a las puertas francesas, y ella está viendo la puesta de sol que está pintando un cielo naranja al otro lado de la bahía. Es una imagen que no tiene precio. Pero, ahora mismo, no quiero admirar el cielo, lo que quiero es quitarle ese vestido y hacer el amor con ella.

_ Vamos, le insto tan pronto como mis pies llegan hasta ella.

_ Me tengo que cambiar, dice agarrando mi mano para llevarme con ella. Yo frunzo el ceño. No quiero que ella se quite el vestido. Pensé que ya estaba claro que soy yo quien se lo quiere quitar. Yo la jalo hacia mí, deteniéndola en seco.
_ Pensé que querías ser el que me quite este vestido, dice ella confundida. ¡Oh! Mis ojos se iluminan de emoción.

_ Correcto, dije sonriéndole lascivamente. Pero no te voy a desnudar aquí. No nos podremos ir hasta… no sé… Si tuviera que quitarle el vestido  aquí, me gustaría follar, y yo no lo voy a hacer aquí. Quiero que la primera relación sexual como una pareja de casados sea a 35.000 pies de altura. Tenemos que celebrar otra primera vez.

Anastasia se pone roja inmediatamente, entiendo claramente lo que le quise decir.

_ Y tampoco te quites el peinado, le digo.

_ Pero... dice, y la corto.

_ Sin peros, Anastasia. Estás preciosa. Y quiero ser yo el que te desnude, le recuerdo con mis ojos oscuros  y con intención carnal. Ella frunce el ceño.

_ Empaca tu ropa de viaje, le ordeno. Taylor tiene tu maleta principal.  

_ Está bien, dice ella curiosa. Le sonrío. Ella está en llamas por saber hacia dónde vamos. Trató de sacármelo, incluso mandó a mi hermana y a Kate para ver si tenían éxito, pero fue en vano. Seguirá siendo un secreto hasta que yo decida que debe saberlo.

Se vuelve hacia su madre y hacia Katherine y habla con ellas. Veo a mi madre ir y darle un abrazo.   Taylor viene cerca. Yo asiento con la cabeza indicando que quiero hablar con él en privado.

_ ¿Entregaste el mensaje?

_ Sí, señor. Lo hice.

_ ¿Y? Pregunto impaciente.

_ Estaba molesta, pero se fue por su propia voluntad. La señora Grey, dice, y cuando me ve preocupado asumiendo que es Anastasia, se corrige a sí mismo. Su madre, debe haber oído que había alguien no invitado afuera. Ella quería venir y saber quien era, pero nos aseguramos de que no se acercara y que nos dejara encargarnos de todo, dice él y siento un alivio.

_ En pocas palabras, señor, se fue sin armar ningún incidente, me explica dándose cuenta que hay otros oídos a nuestro alrededor. Asiento con la cabeza.

_ ¿Está todo lo del viaje listo? 

_ Sí, señor. Todo está listo.

_ ¿Y el coche?

_ Todo listo, señor. El avión ya tiene gasolina y listo para partir. La tripulación ya está a bordo. Sólo están esperando por los pasajeros.

_ Estaciona la SUV en la parte delantera. Nos iremos en breve.

_ Como usted diga señor, responde rápidamente y hace su camino a la estación de servicio de aparcacoches. Me dirijo a la casa para encontrar a mi esposa, y allí ella está hablando con su madre y su padrastro, radiante y espectacular. Oigo a Carla recordando.

_ Y tu ayudaste a criarla y hacerla crecer Ray, dice con nostalgia.   

_ Y amé cada minuto. Haces un infierno de novia Annie, el dice. ¡Cuánta razón tiene!

_ Oh, papá… murmura Anastasia, tratando de empujar un sollozo cuando se abrazan. No quiero que mi mujer esté llorando en lo que debería ser el día más feliz de su vida. Mi meta principal en la vida es hacerla feliz. Estoy a su lado inmediatamente. Cuando Ray le libera de su abrazo, él me estrecha la mano calurosamente.

_ Cuida de mi niña, Christian, dice con una voz ronca.

_ Tengo la intención, Ray. Carla digo aviniendo y besándola en la mejilla. Mi madre y mi padre ya saben que nos vamos y los huéspedes han formado un arco humano para que pasemos a través de ellos para llegar a nuestro coche. Tomo la mano de mi esposa con la mía, y me vuelvo a ella para preguntarle: ¿Lista?

_ Sí, ella responde. Entre gritos de buena suerte y felicitaciones de los invitados, nos duchamos con arroz. Mis padres están en el extremo del arco.

_ ¡Felicidades, hijo! Dice mi padre tirando de mí en un abrazo. Mi madre está en su modo habitual “estoy-tan-feliz-que-no-paro-de-llorar” y ella frota sus ojos con su pañuelo cuando nos abrazamos y le doy un beso. Finalmente llegamos al Audi y Taylor está esperando para llevarnos al aeropuerto inmediatamente. Cuando llego a la camioneta, abro la puerta para Anastasia. Ella se da la vuelta y lanza su ramo de rosas blancas y rosadas al grupo de mujeres que están esperando y mi hermana salta y la atrapa. La competitividad es un rasgo familiar Grey ¿qué puedo decir? Nos gusta ganar. Mia levanta el ramo en señal de triunfo y sonríe lo más que puede. 

Anastasia se desliza dentro de la camioneta mientras le está riendo a mi hermana, y recojo el dobladillo del vestido de mi esposa. Una vez que está en la camioneta,  me vuelvo a la multitud reunida.

_ ¡Gracias a todos por venir y ayudar a hacer este día el más memorable de nuestras vidas! Nos veremos cuando volvamos, le digo y me despido de los invitados.

_ ¡Felicidades señor! Dice Taylor mientras me sostiene la puerta.

_ Gracias, Taylor, contesto sonriendo. Cuando finalmente entramos al vehículo hacemos nuestro largo camino para salir de casa de mi padres directo al aeropuerto. ¿Qué más feliz puede ser un hombre? Agarro la mano de Ana y beso sus nudillos.
_ ¿Hasta ahora todo bien, señora Grey? Pregunto.

_ Hasta el momento todo maravilloso, Sr. Grey. ¿A dónde vamos? Ella siempre curiosa.

_ Al Sea-Tac, le respondo con una sonrisa. Yo quiero que sea sorprendida. Ella me mira inquisitivamente ardiendo de curiosidad.

Cuando Taylor nos hace pasar por la puerta de seguridad y luego llegamos a la pista de aterrizaje, Anastasia ve nuestro jet. Está claramente marcado con las siglas de la empresa GREY INTERPRISES HOLDING, Inc.



Ella se vuelve hacia mí y me reprende.

_ ¡No me digas que estás haciendo de nuevo mal uso de los activos de la compañía!

_ Oh, eso espero, Anastasia, contesto sonriendo.

Taylor deja la SUV al pie de las escaleras que conducen hasta el avión y salta fuera del vehículo para abrir mi puerta.

_ ¿A qué hora es tu vuelo? le pregunto. Él no va a viajar con nosotros. Quiero tanta privacidad como sea posible, además Taylor debe llegar a Londres primero que nosotros para tener toda la seguridad dispuesta para cuando lleguemos.

_ Dentro de unas dos horas señor. Sawyer se lleva la SUV.

_ Nos vemos en Londres, entonces.

_ Buen viaje, señor.

_ Igual tú Taylor, le digo y abro la puerta y apoyándome en ella,  levanto a Anastasia de una vez en mis brazos. Tengo la intención de atravesar cada umbral con ella cargada.   

_ ¿Qué estás haciendo? Me grita.

_ Te estoy llevando a través del umbral, contesto.

_ Oh, ¿No se supone que eso se hace en la casa? dice sorprendida.

La llevo por las escaleras sin esfuerzo y atravesamos el umbral del avión. Taylor nos sigue con la maleta de equipaje de mano. Después se va y regresa para darle el auto a Sawyer ya que él tomará su vuelo con British Airways. Stephan nos saluda con su uniforme.

_ Bienvenido a bordo, señor, señora Grey, dice con una amplia sonrisa.

Bajo a Ana y estrecho la mano de Stephan, a su lado está la primera oficial Beighley.

_ Felicitaciones a los dos, dice Stephan.

_ Gracias, Stephan. Anastasia, ya conoces a Stephan. Él es nuestro capitán hoy, y esta es la primera oficial Beighley. Ella se sonroja mientras las presento y pestañea rápidamente. Anastasia inmediatamente se da cuenta que es una morena y la mira detalladamente. Pero ella no tiene nada que temer. No tengo ojos para nadie sino para ella. Miro Anastasia tranquilizador.

_ Encantada de conocerla, brota Beighley. Anastasia finalmente le sonríe.

_ ¿Todos los preparativos completos? Le pregunto. 

_ Sí, señor. Tenemos todo claro. El tiempo estará bueno de aquí hasta Boston.

_ ¿Turbulencia?

_ No antes de Boston. Hay un frente climático sobre Shannon que podría hacernos el camino difícil.

_ Ya veo. Bueno, espero dormir todo ese trayecto, le digo con total naturalidad. En realidad voy a estar tirando muchísimo y durmiendo menos. Pero no es de su incumbencia.

_ Nos ponemos en marcha señor. Los dejaremos al cuidado de Natalia su auxiliar de vuelo.

Me doy la vuelta y miro a Natalia que es una morena, eso le molesta a Anastasia. 

_ Excelente, le digo. Tomo la mano de mi esposa que ha estado sobando el mobiliario del avión. Yo la llevo a uno de los asientos de cuero. Ella mira a su alrededor otra vez. El avión es grande. Hay 12 asientos y un dormitorio y una oficina aquí. Puedo hacer todos mis negocios en mi jet; pero durante este viaje, no tengo la intención de hacer nada de eso.

_ Siéntate, le ordeno. Mientras ella toma su asiento, me quito mi chaqueta, y deshago los botones de mi chaleco. Nos sentamos en asientos individuales cara a cara con una pequeña mesa pulida entre nosotros.

Natalia viene con el  Bollinger en copas de champán.


_ Bienvenido a bordo, señor, señora, y felicidades, dice ella.

_ Gracias, le respondo y ella sonríe. Ella se retira de nuevo a la cocina.

_ De aquí a una vida feliz de casados Anastasia, le digo levantando mi copa para brindar.

_ ¿Bollinger? Pregunta.

_ El mismo.

_ La primera vez que bebí esto, estaba servido en tazas de té, dice sonriendo.

_ Recuerdo muy bien ese día. Tu graduación.
_ ¿Es por eso que lo bebimos en tazas de té durante nuestra boda? Pregunta.

_ ¡Sí! le respondo para calibrar su reacción.

_ Fue mucho más… dice pensando la palabra adecuada para expresar sus sentimientos. Me sentí muy apreciada por recordar un detalle como ese. Yo simplemente suspiro…  La veo tan hermosa.

_ Nuestro objetivo es complacer, señora Grey, le respondo.

_ ¿A dónde vamos? Pregunta curiosa.

_ Shannon, le respondo. No puedo esperar para mostrarle todos los lugares que ella anhela ver en Europa. Estoy mareado de la emoción.

_ ¿En Irlanda? ¡Vamos a Irlanda! Ella grita con los ojos muy abiertos.

_ Para abastecernos de combustible, le digo casi con burla.

_ ¿Entonces? Ella sondea impaciente. Sonrío lo más que puedo. Ella está muy entusiasmada por saber los lugares que vamos a visitar. Niego con la cabeza manteniendo el secreto.

_ ¡Christian! Ella reprende con impaciencia.

_ Londres, finalmente le respondo, mirándola fijamente, para ver su reacción. ¿Estará feliz? A ella se le corta la respiración y se enciende como un árbol de navidad. Respira con dificultad completamente eufórica.

_ Luego de París, le digo mirándola sin pestañear. Su boca se abre, los ojos muy abiertos, y su corazón palpitando. Ella se ve sorprendida y alegre, todo al mismo tiempo.

_ Después al sur de Francia.

_ Eh... se le escapa de sus labios un chillido.
_ Yo sé que siempre has soñado con ir a Europa. Quiero hacer que tus sueños se hagan realidad, Anastasia, le digo en un tono suave.  Quiero darle al mundo. Mostrarle todo. Compartir mi vida con ella.

_ Tú eres mi sueño hecho realidad Christian.

_ Lo mismo digo, señora Grey, le susurro. Ella es mi posesión más preciada. Lo más importante en todo el universo para mí.

_ Abróchese el cinturón ahora, señora Grey, le digo con voz autoritaria y ella inmediatamente obedece. Mientras el avión sale a la pista, nos tomamos nuestras copas de vino y nos sonreímos como un par de niños muy felices. Cuando el avión está en el aire, Natalia nos sirve más champán y prepara nuestra cena que consiste en salmón ahumado,  perdiz asada con ensalada de judías verde y papas dauphinoise. Una vez terminada la cena, Natalia pregunta por los postres. Por supuesto que le dije que no. El postre que deseo no está en el menú del jet, sino  sentada frente a mí.

_ No, gracias, Anastasia responde sin romper su mirada con la mía. Ella está pensando lo mismo que yo. Mis labios se curvan en una sonrisa lasciva secretamente reservada sólo para ella. Natalia asiente con la cabeza y se retira.

_ Bien, había planeado tenerte a ti como postre, le digo. Ven. Me pongo de pie y le ofrezco mi mano a mi esposa.

_ Hay un baño aquí, le digo apuntando hacia una puerta y llevándola a través del pasillo hacia la habitación.  

_ Pensé en pasar nuestra noche de bodas a treinta y cinco mil pies de altura. Es algo que no he hecho antes, le digo mirándola con ojos lujuriosos. Ella parpadea varias veces incapaz de pronunciar una sola palabra. Entramos en la habitación y cierro la puerta de la cabina.

_ Pero primero, tengo que sacarte este fabuloso vestido, le digo con una mezcla de amor, deseo carnal. Su pecho se eleva hacia arriba y abajo en una sucesión rápida, completamente deseosa.

_ Date la vuelta, le ordeno con autoridad. Esto es demasiado para mí, estoy más allá del éxtasis. Ella asiente ligeramente con la cabeza y hace lo que le pido. Mis manos se mueven lentamente de su cuello hasta su pelo. ¡Ella es mi esposa! ¡esposa! Mía… Completa y legalmente. Trago saliva, y empiezo a hacer mi trabajo. Voy quitando una a una las horquillas de su cabello que caen libremente sobre sus hombros, su espalda y sus pechos.  Sorprendentemente se las arregla para permanecer inmóvil. 

_ Tienes un cabello hermoso Ana, le susurro en su oído. Mi aliento acaricia su mejilla y mis labios apenas tocan su cara.

Después de quitar todas las orquillas, meto mis dedos en su cuero cabelludo y comienzo a masajear suavemente, para relajarla. Ella cierra los ojos, e inclina su cabeza hacia mis manos. Mis dedos viajan hacia abajo y tiro suavemente de su pelo, haciendo que incline su cabeza para exponer su garganta.

_ Eres mía, le digo en su oído, y rozo con mis dientes el lóbulo de su oreja. Ella gime.

_ Silencio… la reprendo. Aparto el cabello y recorro con mi dedo la parte superior de su vestido de hombro a hombro, siguiendo el sendero del encaje. Un escalofrío pasa a través de su cuerpo. Beso su espalda deliciosa. Su piel tan suave.

_ Tan hermosa. Hoy me has hecho el hombre más feliz del mundo, le digo para que sepa lo que hay dentro de mi corazón. Y poco a poco desabrocho cada botón hasta el final de su espalda. Te amo tanto Ana, quiero estar dentro de ti. Eres mía…

Cierra los ojos e inclina su cabeza hacia atrás completamente hipnotizada.  Esta interacción nuestra es única. Estamos en nuestra burbuja cuando se trata de entregarnos.

_ Mía, le susurro de nuevo. Poco a poco saco su vestido por sus brazos, y finalmente cae a sus pies.

_ Date la vuelta, le susurro. ¡Dios mío! Ella está impresionante. Yo suspiro con fuerza. Tiene puesto un corsé apretado color rosa con ligueros, unas pantys de encaje y unas medias de seda blancas. ¡Dios todopoderoso! ¡Esta mujer es mía! ¿Qué he hecho para merecerla?  Mis ojos están fijos en ella. Sin pestañear, escaneo su cuerpo y mi libido ya está por las nubes.

_ ¿Te gusta? ella susurra completamente sonrojada. ¿Puede una mujer estar más caliente?

_ Más que eso, nena. Te ves sensacional. Dame. Le digo extendiendo mi mano para ayudarla a salir de su vestido.

_ No te muevas, me quejo sin quitarle la mirada de encima. Paso mis dedos por sus pechos siguiendo la línea del corsé. Siento como sus pechos suben y bajan por su respiración entre cortada, ¡qué tentador! Me detengo y giro mi dedo índice en el aire. Quiero verla completa.  Ella gira sin chistar.

_ Detente, le digo mientras ella está frente a la cama, de espaldas a mí. Paso mis brazos como serpiente alrededor de su cintura, tirando de ella hacia mi erección. Yo beso su cuello y mis manos viajan hasta sus pechos acunándolos y hago círculos con  mis pulgares sobre la tela de su corsé, sintiendo como sus pezones se endurecen.

_ Mía, le susurro.

_ Tuya… ella me contesta.  

Mis manos se desplazan hacia su estómago, sobre su vientre, y hacia los muslos, y mis pulgares finalmente encuentran su sexo, rozándolo. Ella da un gemido silencioso. Mis dedos se deslizan por sus ligas, y desengancho con facilidad los dos al mismo tiempo.

_ Mía… le repito mientras paso mis manos rozando su sexo hasta llegar a sus deliciosas nalgas.

_ ¡Ah! Un gemido se le escapa.

_ Silencio…

Dejo que mis manos viajen hasta sus muslos y desengancho el liguero. Luego me acerco a la cama y levanto el cobertor.

_ Siéntate, le ordeno suavemente. Ella inmediatamente lo hace y yo quito cada uno de sus zapatos de novia. Deslizo lentamente mis manos por su pierna izquierda y lentamente bajo la media y hago lo mismo con la otra.

_ Esto es como desenvolver mis regalos de Navidad, dije sonriendo, mirándola.

_ Un regalo que ya tenías... contesta. Yo frunzo el ceño ante su respuesta.

_ ¡Oh, no, bebé! Esta vez es realmente mío, le respondo.

_ Christian, he sido tuya desde que dije que sí, dice mientras se me acerca y coloca sus delicadas manos en mi cara. Soy tuya. Siempre voy a ser tuya, esposo mío. Ahora, creo que llevas demasiada ropa, dice besándome. Y mi sangre hierve y cada célula de mi cuerpo responde de inmediato a sus caricias y a sus palabras. De pronto le devuelvo el beso y tomo su cabeza entre mis manos y me levanto enredando mis manos en su cabello.

_ Ana… mí Ana, le digo mientras mi lengua invade su boca.



_ La ropa… ella susurra en mi boca y empuja mi chaleco por la espalda, y yo de mala gana la libero. Me tomo un momento para admirar a mi esposa.

 _ Déjame, por favor, dice en voz baja para persuadirme.

Me siento de nuevo sobre mis talones y ella agarra mi corbata gris plata y poco a poco me la quita. Levanto la barbilla para que ella pueda liberar el primer botón de mi camisa y luego se mueve hacia mis puños. Yo llevo los gemelos grabados con una A y una C que son nuestras iniciales.  Es un regalo de bodas que me dio después de que bautizamos la habitación del pánico hace dos noches. Ella me las quita y yo las tomo en un puño y las beso antes de meterlas en el bolsillo de mi pantalón.


_ Sr. Grey, que romántico, observa.

_ Para usted señora Grey,  corazones y  flores siempre. 

Anastasia toma mi mano y ella la mira y luego besa mi anillo de bodas. Es tan caliente además de ser un gesto de amor. Cierro los ojos en éxtasis puro y gimo.  

_ Ana… le susurro con intenso deseo por ella, su nombre es una letanía en mis labios. Ella llega hasta el segundo botón de mi camisa y lo desabrocha y planta un beso en mi pecho cada vez que abre un botón, reflejando mi acción anterior con ella.

_ Tú. Me. Haces. Muy. Feliz. Te. Amo.  Su declaración hace que gima de placer puro y en un rápido movimiento la tomo por la cintura, poniéndola en la cama y caigo sobre ella. Mis labios capturan los suyos y mis manos sostienen su cabeza manteniéndola en su lugar. Nuestras lenguas bailan un dulce tango, deleitándonos el uno al otro. No puedo tener suficiente de ella. Me incorporo bruscamente quedándonos sin aliento.

_ Eres tan hermosa... esposa, declaro mientras corro mis manos por sus piernas y le agarro el pie izquierdo.

_ Tienes unas piernas tan bonitas. Quiero besar cada centímetro de ellas. A partir de aquí, le digo y presiono mis labios contra su dedo gordo del pie y mis dientes lo muerden suavemente. Sus ojos ruedan y ella da una pequeña convulsión. Mi lengua pasa por su empeine y mis dientes raspan por su talón y su tobillo. Le doy suaves besos húmedos hasta el interior de la pantorrilla y ella se retuerce.  

_ Tranquila señora Grey… la regaño y rápidamente la volteo sobre su estómago y mi boca continúa probándola, en sus nalgas, los muslos, sus piernas. Ella no deja de gemir y suplicar.

_ Por favor...

_ Quiero desnudarte nena, le digo y poco a poco voy quitando su corsé, un gancho a la vez, no tengo prisa. El corsé finalmente queda abierto sobre la cama debajo de ella y mi lengua aprovecha para saborear su espalda completamente desnuda.

_ Christian, por favor, ella ruega más.

_ ¿Qué quiere, señora Grey? Le pregunto en voz baja y sensual cerca de su oído, con mi erección dura contra su culo.  

_ A ti, responde ella con voz entrecortada.

_ Y yo a ti, mi amor, mi vida... susurro, y la volteo rápidamente sobre su espalda. Me levanto para desligarme de mis pantalones y mis boxers, mi erección está creciendo y lista para tomarla. ¡La quiero ahora! Quito sus bragas y miro hacia su sexo.

_ Mía…

_ Por favor, me ruega, haciéndome sonreír escabrosamente.

Cuando me arrastro de vuelta a la cama, dejo rastro de mis besos por su pierna hasta llegar a la cúspide de sus muslos, abriendo sus piernas para completar la maravilla que estoy a punto de saborear.

_ Ah... esposa mía, me quejo. No puedo tener suficiente de esa palabra. ¡Mi mujer! ¡Ella es mi esposa! ¡Solo mía! Ella cierra los ojos y se entrega a mi lengua conquistadora. Sus manos hacen un puño en mi pelo y sus caderas se balancean en mi boca al ritmo de mi lengua. Yo sostengo sus caderas para aquietarla.

_ Christian… ella gime.

_ Todavía no nena, le digo y mi lengua se sumerge en su ombligo.

_ ¡No! Ella protesta haciéndome sonreír.

 Ah, pero vamos a mi ritmo. Yo estoy en control.

_ Que impaciente señora Grey. Tenemos tiempo hasta que aterricemos en la Isla Esmeralda, le recuerdo. Me muevo hasta sus pechos y con mis labios tomo su pezón izquierdo y lo chupo, mientras la miro con lujuria.

_ Esposo… Te deseo por favor…

Su manera de rogar es como un canto de sirena para mí. La quiero mucho. Quiero reclamar a mi esposa. No puedo esperar más tampoco. Me cierno sobre ella, mi cuerpo cubriendo el suyo, mi peso descansado sobre mis codos. Corro mi nariz con la de ella y sus manos llegan hasta mi culo.  

_ Sra. Grey… esposa… nuestro objetivo es complacer, le digo cuando mis labios rozan los de ella. Te amo.

_ Yo también te amo…

_ Ojos abiertos. Quiero verte.

_ Christian... ah... ella grita cuando yo lentamente centímetro a centímetro entro en ella.


_ Ana… Ana… respiro y empiezo a moverme lentamente. Ella arquea la espalda, cuando mi polla está llenándola completamente. Gime. Sus ojos abiertos, encontrándose con los míos. Me retiro lentamente y, a continuación, me hundo en ella una vez más. Mi boca se afloja y un ah... silencioso se forma en mis labios. Mi reacción ante ella hace que agarre mi culo con fuerza y se empuja para coger ritmo.

_ Lento, primero nena, quiero saborear a mi esposa, le digo con los ojos ardientes.

_ Esposo por favor… te deseo… ahora…

 _ Me quieres… me tienes nena, le digo y acelero mi ritmo. Ella se encuentra conmigo en cada empuje. Nuestro amor y nuestra pasión calientan nuestros cuerpos, adorándonos uno al otro y yo sigo entrando y saliendo cada vez más rápido. Siento el apriete familiar de su sexo en mi polla como si quisiera ordeñarme y ella detona en un orgasmo gritando mi nombre y empujando sus caderas hacia mí. De inmediato me dejo ir vaciando todo lo que tengo en ella después de sumergirme unas tres veces más.

_ ¡Ana! Gritó cuando me vengo y me dejo caer sobre su cuerpo.  

_ Mi esposa, mi mujer... mi vida, le susurro. Ella es mi todo. Yo la quiero mucho, tanto que me duele.

Y qué puedo decir, los dos somos insaciables cuando se refiere al sexo, así que bautizamos este espacio tanto como nos fue posible, hasta que ella  lentamente cayó en un sueño profundo. La observo mientras duerme. ¡Esta es mi esposa! Esta es otra primera vez juntos. Poco a poco la beso, tratando de no despertarla. Mis brazos y mis piernas se ciernen sobre ella como una bandera de la victoria y me duermo a su lado completamente saciado.

*****

_ Anastasia, quiero mostrarte la habitación del pánico. Quiero que conozcas muy bien esta sala, porque si hay una emergencia es aquí en donde tienes que estar.

Ella gime una respuesta.

_ Pensé que el apartamento lo aseguraron muy bien después de… bueno tú sabes… dice recordando a Leila.

_ Anastasia, no quiero tener posibilidades en lo que respecta a tu seguridad, le digo deliberadamente. Quiero que me prometas que si hay una emergencia vas a utilizar esta habitación sin ningún tipo de quejas ni reparos, ningún argumento ¿entiendes?

_ Uhm, está bien.

_ ¿Está bien? Parpadeo afincando mi pregunta.

_ Está bien, ella asiente con la cabeza para tranquilizarme.

_ Quiero tu palabra señorita Steele... le digo mientras mi mirada se estrecha con la de ella. Ella voltea los ojos.

_ Si hay una emergencia y me dicen que entre a esta habitación, entraré hasta que sea seguro salir, dice ella recitando.

_ Oh señorita Steele, escucho un sarcasmo en su voz, ¿y me acabas de voltear los ojos? Le pregunto con una sonrisa licenciosa, mis ojos oscureciéndose.

El aliento se le engancha, y ella  traga.

_ Claro que sí, señor Grey. ¿Qué vas a hacer al respecto?  Pregunta.

_ Señorita Steele, no tengo el hábito de revelar mis planes. Vamos, le digo sosteniendo su mano. Ella la toma y me sigue hasta nuestro dormitorio.

_ Espera aquí. No te muevas, digo levantando mis cejas y la dejo en la habitación. Rápidamente me dirijo a la sala de juegos, y agarro uno de nuestros juguetes favoritos y regreso a la habitación en donde ella está de pie esperando por mí.

_ Abre la boca Anastasia, le ordeno. Sus ojos se oscurecen al ver lo que estoy sosteniendo en mi mano. Su respiración se incrementa, y su delicioso labio es atrapado por sus dientes.  

_ No te muerdas el labio. De lo contrario esto será demasiado rápido y ninguno de los dos quiere eso, le digo en tono lujurioso.

Ella abre su boca, donde deposito las bolas de plata. Su mirada nunca deja la mía. La atraigo hacia mí para abrazarla y mis manos acarician lentamente su trasero y poco a poco levanto la falda de su vestido blanco de tirantes de primavera. Ella ahoga un gemido enterrando su cabeza en el hueco de mi cuello.


_ Shh… le digo

Flexiono un poco mis rodillas y rozo mi polla ya creciente en su sexo varias veces mientras mis manos aprietan suavemente sus nalgas. Con facilidad meto un dedo en su sexo y ella  está excitada y empapada. Mi aliento silba lentamente.

_ Estás lista para mí nena… murmuro. Abre la boca y dame las bolas, le digo con una media sonrisa. Vamos hacia la cama. Ahora agáchate, separa las piernas y agárrate los tobillos, le ordeno y ella obedece sin chistar.

Subo la falda hasta la cintura y muevo sus bragas hacia un lado. Sumerjo un dedo en su sexo cálido y húmedo e inserto otro dando movimientos circulares para finalmente localizar ese punto dulce en la pared frontal de su vagina y la estimulo. Entonces inserto las bolas una a una en su sexo y coloco las bragas en su lugar. Por último froto sus nalgas y le doy una palmada suave en su sexo para que las bolas de plata hagan su movimiento y ella grita de emoción. 

_ Lo tendrás, le digo sabiendo que ella quiere más y la levanto.

_ Vamos. Quiero que te familiarices con la habitación del pánico.

Tirando de ella tras de mí, voy con pasos enérgicos para que las bolas se pongan en movimiento y estimulen su interior. Las bolas de plata son un buen artilugio sexual, uno de los mejores juguetes que se ha inventado desde los tiempos antiguos y fueron utilizadas por las geishas para tener un orgasmo explosivo.

Me detengo delante de la habitación de pánico.

_ Si hay una emergencia por cualquier razón, quiero que entres en esta habitación, le digo mirándola directamente a los ojos y acariciando su cabello. Hay tres cerraduras diferentes. Está el escáner de retina, la huella digital y los códigos numéricos. Y hay unas llaves que solo la utilizarán las personas autorizadas. Pero si tú estás dentro, para mayor seguridad, debes introducir el código además de los de afuera, le digo mientras la tomo de la mano y entramos a la habitación.  

_ Presiona este botón rojo bebé, y le señalo el teclado en la pared. Ella hace lo que le digo y la puerta se cierra inmediatamente de golpe, sorprendiéndola y haciéndola saltar.  Mi teléfono recibe inmediatamente un mensaje de texto. Lo saco y reviso.

* Activada la habitación del pánico *

Le muestro el mensaje.

_ Si por alguna razón entras aquí, lo sabré Anastasia, le digo.

_ ¡Oh! ¿Cómo vamos a salir?  Pregunta.

_ No saldremos hasta que hayamos explorado este cuarto, le explico con mi dedo índice en su barbilla. Ella se inclina automáticamente con mi tacto.

_ Creo que necesitas unos azotes por ponerme los ojos en blanco y soltar tu sarcasmo cuanto te estoy hablando de algo serio. ¿No le parece señorita Steele? Le pregunto en voz baja pasando mi dedo por su rostro. Ella asiente enfáticamente con anticipación y aumentando su respiración. Me dirijo hacia el equipo de música escondido y coloco  Flower Duet por Lakmé.  

_ Hay un sofá en esta habitación, vamos, y tiro de ella. Me siento en el sofá y la pongo en mi regazo. Subo el vestido hasta su cintura y sus bragas las bajo hasta sus rodillas. Meto la palma de mi mano en su sexo y froto su clítoris, ella da un gemido profundo.

The Flower Duet – Lakmé

_ Shhh... Nena…

Mientras mi mano derecha está en un movimiento rítmico, con la mano izquierda le pego en sus nalgas. Ella grita y gime al mismo tiempo. Saco mi mano de su sexo y le aterrizo una nalgada entre los muslos y sus nalgas, para que las bolas suban y hagan su trabajo.  Creo un patrón de nalgadas, una en cada mejilla de su trasero y otra entre los muslos y su sexo. Luego froto suavemente su trasero para estimular el flujo de sangre. Las nalgas es una zona erógena privilegiada. Los nervios se encuentran enterrados en una capa de grasa y requieren de estimulación para desencadenar una excitación sexual, pero hay que hacerlo correctamente.

_ ¡Ah… por favor Christian! Ella suplica después de la novena palmada. Ella está completamente estimulada. Sus nalgas tienen una agradable sombra de color rosa. Las nalgadas crean una respuesta fisiológica de la sangre en su sexo y áreas cercanas, psicológicamente hablando es como si acariciara y besara su sexo.

El que Anastasia se rinda ante mí sexualmente, me da confianza y eleva mi libido a las nubes. Me dan ganas de follarla toda una semana completa.

_ ¡Christian, por favor fóllame! Ella grita y saco las bolas hasta llevarla al borde del orgasmo. Le quito sus bragas y rápidamente nos  levantamos para despojarme de toda mi ropa.

_ Anastasia, te voy a levantar y quiero que me rodees con tus piernas. La  levanto con facilidad y poco a poco me hundo en ella. Su peso cae sobre mí y mi polla encuentra su punto más profundo. Con una mano la sostengo u con la otra bajo los tirantes de su vestido liberando sus pechos.

_ ¡Muévete! Le ordeno y ella comienza a subir y bajar sobre mi polla.  

_ ¡Lento, bebé!

_ ¡No! ¡Quiero que me folles duro! Dice con un aumento de su respiración. Me encanta estar a cargo de ella, y yo sólo estoy empezando a aprender que de vez en cuando, ella es la que se quiere hacer cargo y es tan sexy que me lleva al infierno.

La voz incorpórea de Taylor se escucha en el altavoz de la habitación.

_ ¿Sr. Grey? ¿Las puertas no abren señor? ¿Necesita ayuda para salir? Volteo los ojos y trato de callar los gemidos de Anastasia. Me incorporo para tratar de responder lo más rápido y sereno posible. Pulso el botón del intercomunicador para contestar.

_ No necesitamos ayuda Taylor. Estoy familiarizando a la señorita Steele con la habitación del pánico. Ella debe aprender a usarla sola.

_ Sí, señor, responde.

_ Eso es todo Taylor y lo despido.  

Cuando Anastasia coge su ritmo de nuevo, siento la acumulación en la ingle. Ella va hacia abajo y yo entro hasta la empuñadura. Cuando rebota de nuevo, capturo sus labios con los míos. Mi lengua lanzándose en su boca, explorando, amando. ¡Mierda esto es el cielo! Ella está libidinosa, sus senos rebotan en mi pecho, su pelo alborotado y se mueve con frenesí, como si no hubiera mañana.


_ ¡Christian! ¡Christian!  Grita mi nombre cuando siento  ese agarre familiar de su sexo. Se aferra a mi cuello gimiendo y gimiendo hasta decir una interpretación incoherente de mi nombre y yo me vacío en ella, marcando a mi mujer en la única superficie que no habíamos bautizado de la casa.

Cuando nos bajamos de nuestro éxtasis, la acomodo en el sofá y nos limpiamos. Finalmente me inclino y la beso largo.

Ya en nuestra habitación y después de hacer de nuevo el amor, ella me sorprende con un regalo.

_ Te amo Anastasia. No creo que pueda llenarme nunca de ti. Estamos entrelazados en cuerpo y alma nena.  

_ Es curioso lo que dice señor Grey. Tengo algo para ti.

_ ¿En serio? Le digo sorprendido. Sus regalos son geniales. Ella siempre atenta y especial. Toma una pequeña caja de la mesa de noche y me la entrega. Levanto mis cejas y la miro.

_ Bueno, ábrelo Sr. Grey, dice sonriendo.

_ Sí, señora, le respondo.

Dentro de la caja hay un par de gemelos grabados con las letras A y C entrelazadas. Cuando la miro, me está mirando expectante y se encoge de hombros con indiferencia.

_ ¿Te gusta?

_ ¡Más que eso cariño! ¡Me encanta! ¡Son perfectos! Le respondo. Ella es perfecta.




1 comment:

Unknown said...

Por dios como le haces Emine, que capitulo tan espectacular, el matrimonio perfecto, lo que paso con Elena genial, aunque fue muy descarada y arriesgada donde le hubiera salido Grace, la saca del pelo, y hubiera sido genial, esa bruja merece que alguien la ponga en su lugar, el viaje increíble, el lujo extremo, eso es vida. y luego el sexo wawww increíble, y lo de la habitación del pánico fue muy bueno, creo que tu investigas a fondo, escribes con mucha propiedad y eso es lo que hace que tu fic sea espectacular, gracias, nunca me canso de decírtelo. y tu mi amiga del alma Patricia eres admirable, que barbara hasta las canciones traduces, eres la mejor amiga, te felicito, gracias mil te quiero muchísimo, y lo sabes, un besote madre.