CAPITULO III
TU ERES LO UNICO QUE QUIERO
All I Want Is You - U2
Cuando golpeo
la puerta al salir del cuarto de juegos, camino con pasos enérgicos hasta mi
dormitorio. La Sra. Jones está en la cocina haciendo la cena y de pronto ella
se voltea.
_ Sr. Grey la
cena estará… al darse cuenta que estoy desnudo se tapa los ojos girando de
pronto la cabeza. Tratando de ganar un poco de compostura y aclarándose la garganta,
dice –Oh querido– con voz aguda y veo la
expresión sorprendida de Taylor que está de pie en la sala. Él se endereza y
con voz enérgica doce –¡Gail!– y asiente con la cabeza para pedirle que salga
de la habitación. Ella sale rápidamente.
_ ¿¡Qué!?! Miro
con enojo a Taylor.
_ Nada, señor,
dice sacudiendo ligeramente la cabeza, medio molesto y medio riendo.
Entro en mi
habitación aún enojado... más allá de enojado. Furioso y loco camino alrededor
de la habitación. Salgo de nuevo de la
habitación. Taylor se sorprende una vez más al verme desnudo, pero está vez no
le importa.
_ ¡Taylor, llama
a Claude! Sesión de tres horas,
en mi gimnasio. Dile que lo
espero en media hora, le ordeno y me devuelvo a la habitación sin esperar
respuesta.
Entro en la
ducha y abro el grifo en su totalidad, para que el agua salga con fuerza y
entro debajo de ella. El chorro de agua helada sacude mis sentidos y me hace
calmar el fuego que me consume por dentro. Poco a poco el agua se calienta y
relaja mis músculos tensos. Tomo
el champú y empiezo a lavarme el pelo con velocidad. ¿Por qué no me obedece? ¿Por qué es tan difícil para ella aceptar
que yo sólo estoy tratando de protegerla? Estoy
debajo del agua con los ojos cerrados, dejando que el champú corra por mi
espalda en riachuelos. Siento sus dedos lentamente tocando la
parte de atrás de mi brazo poniéndome tenso.
_ Christian, no
seas así, dice en voz baja. No digo nada y me quedo con los ojos
cerrados.
Mi otro brazo
llega hasta su mano y le digo –No lo hagas–
y le quito la mano para romper su
conexión conmigo. Todavía estoy
jodidamente loco. ¡Mierda! Sé que es desobediente... mucho. Sé que es refrescante para mí con sus
formas ingeniosas, pero al infierno, ¡esto es el matrimonio! Ella debería saberlo mejor. ¿Qué más quiere eliminar de los votos? Me doy la vuelta y su rostro se ha
caído; esta herida. ¡Mierda! Eso no es lo que quiero. Quiero que me entienda.
_ Christian,
¿por qué esto es un gran problema para ti?
Me pregunta en voz baja.
_ ¿Me estás
jodiendo, Anastasia? Digo encerrándola en su lugar con mi mirada ardiente. Estoy
respirando por la nariz, como un toro furioso.
_ ¿Tienes
alguna idea de la finalidad de los votos en una boda y lo que me estás negando?
_ ¡¿Qué te
estoy negando?! Me pregunta como si yo le di una bofetada.
_ Los votos se
derivan del contrato matrimonial, eso significa que hay derechos y
responsabilidad conferidos en él.
_ Christian,
estoy segura que debes darte cuenta de que los derechos y responsabilidades no
se limitan a unas pocas palabras que las parejas dicen durante la ceremonia de
matrimonio. Creo que las parejas
adquieren miles de derechos como consecuencia del “contrato matrimonial” dice
haciendo comillas en el aire, y no hay manera posible de cubrir todos ellos
durante una ceremonia. Estoy segura
que es mucho más largo que tu contrato de sumisión, dice ella.
Me esfuerzo por
reprimir una sonrisa. Tengo que
concentrarme y aferrarme a mi ira y no ceder a sus encantos.
_ Quiero decir,
creo que podemos declarar nuestro amor y respeto mutuo y cuidarnos el uno al
otro, no importa cuál sea la circunstancia. Es
por eso que quería escribir nuestros propios votos. Porque somos únicos. Somos como la talla única, encajamos en todo,
dice mirándome con expectación.
Ella está tratando de desviarme de mi
objetivo. Ella es muy buena en eso, cada vez que le digo algo en lo que no
estoy de acuerdo, ella busca la manera de distraerme. Pero no va a funcionar
esta vez.
_ ¿Dime
Anastasia, eso de que somos talla única es porque tienes la intensión de
eliminar algo más de los votos? Quiero saber... La miro con una mirada
impasible, no siento nada pero…
_ ¿Qué quieres
decir? Me pregunta a la defensiva.
_ Me refiero a que
los votos son simples: Todo lo que tienes que decir es Yo, Anastasia Rose Steele, te tomo a ti, Christian
Trevelyan-Grey, para ser mi legítimo esposo en matrimonio, para honrarte y
respetarte desde hoy en adelante, en las buenas y en las malas, en la riqueza y
en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte, apreciarte,
obedecerte, hasta que la muerte nos separe, de acuerdo con la santa palabra de
Dios. Quiero saber, ¿qué otras palabras,
en estos votos te ofenden? “en las buenas y en
las malas” o podría ser “en la riqueza y en la pobreza”... o esta, “en la salud
y en la enfermedad” ah está “para
amarte” también está “hasta que la muerte nos separe” Le digo con mi mirada oscura. Cierro la distancia entre
nosotros atrapándola en la pared de la ducha con las manos firmemente colocadas
al lado de sus hombros, casi tocándola, tan cerca, tan caliente, tan deseoso,
sin embargo, muy distante.
_
Dime Ana, le susurro cerca de su oído... ¿Hay una fecha de vencimiento de tu
amor? Yo quiero saber, le digo tratando de ocultar mi rabia, mis ojos están
demasiado oscuros por la pasión y la proximidad.
_
¡Te estás portando como un culo Christian! Dice herida tratando de alejarme con
sus palmas firmemente colocadas en mi pecho, pero no voy a ceder.
_
¡Lo sé! ¡Soy
peor que un culo! ¡Soy
un hijo de una puta jodido! ¿Es
por eso que no quieres decirlo? ¿No
me encuentras digno como para obedecerme? ¡Créeme
nena, tomaré lo que estés dispuesta a darme, pero me estás torturando por
dentro! ¿Por qué Ana? La miro suplicante. ¿Por
qué no me aceptas en todas las formas que soy? ¿Eres la única que puede escoger y
elegir?
Ella
me deja de empujar, la ira y el dolor son reemplazados por la preocupación. Sus
manos se extienden hasta mi cara acariciando, mi maldito cuerpo es tan en
sintonía con su toque que me encuentro inclinándome a su caricia y cierro los
ojos.
_
¡Christian, no es acerca de ti! Se
trata de mí. Mis ojos ardientes se abren por completo. Doy unos pasos hacia
atrás para mirarla con incredulidad.
_
¡Joder, Ana! ¿Cómo no podría ser por mí? ¿No
te casas conmigo? Entonces,
¿cómo puede ser por ti?
Ella
da un paso lento hacia adelante y yo levanto mis manos para detener su
proximidad. Ella suspira y trata de ocultar su dolor.
_
Christian, esto es acerca de mí, acerca de mantener mi individualidad. Tú
eres... ¡tú sabes lo que eres! Un
megalómano siempre a cargo, siempre en control, siempre obstinado... Y me
encanta eso de ti, pero por otro lado, se trata de mí,
dice colocando su mano derecha firmemente entre sus pechos.
_
La chica que te enamoraste tiene opiniones propias. Quiero complacerte, pero
quiero ser yo. ¿No puedes aceptarme como soy?
Paso
mis dos manos por el pelo mojado, suspirando completamente exasperado. Mentalmente cuento. Diez...
nueve... ocho... siete... seis... cinco... cuatro... tres... dos... uno...
_
Todo lo que estoy pidiendo es justo que consideres lo que estás diciendo Ana. Eso
es todo lo que pido, le digo con mi mirada suplicante, desnuda, no tenía ni
idea de que era capaz de suplicar.
_
Tengo una sesión programada con Claude. Vas a cenar sola, le digo y me
salgo de la ducha tomando una toalla.
_
¡Oh! Dice. Voy
a ver a tu madre y a tu hermana. Ellas
querían darme algunas ideas, dice en un murmullo.
Me
volteo con la velocidad de un rayo.
_
¿Cuándo ibas a decirme?
_
Ahora mismo, dice lentamente. Tu
hermana llamó y dejó un mensaje cuando estábamos... uhm, en la sala de juegos. Suelto
una bocanada de aire.
_
Come antes de irte y no vas a conducir, Sawyer que te lleve, le ordeno.
_
Uhm... lo de la cena... ella comienza a hablar y yo sé que ella no quiere comer.
_
¡Ahí está! Le digo con fuerza y apunto un dedo acusador hacia ella. De eso es
lo que estoy hablando Anastasia. Nunca escuchas a pesar de que las cosas que
hago son por tu bien, porque tú no estás dispuesta a hacerlas.
Ella
suspira enojada.
_
¿Ha terminado, señor Grey? Dice poniendo sus manos en las caderas. Esas
caderas calientes, los codos levantados y los hombros echados hacia atrás como
una fiera, la posición que toma hace que sus pechos se levanten en señal de
protesta y un ligero escalofrío hace que sus pezones se endurezcan. Niego con
la cabeza pasa quitar mi mirada de su cuerpo, necesito centrarme. Mi puta polla
está a punto de traicionarme con un saludo deliberado. Anastasia trata de
ocultar su sonrisa pero su mirada me dice que no va a ceder y trata de
centrarse en su ira.
_
Tu madre y tu hermana que están trabajando en la planificación de nuestra boda,
me pidieron que fuera a hacer una degustación. Contrataron una empresa de
catering que llevará la comida a casa de tus padres. Si como ahora, no voy a
ser capaz de disfrutar plenamente de la comida, y posiblemente con el estómago
lleno no pueda distinguir la comida que voy a escoger. No estoy tratando de
desafiarte. Pero no me dejar hablar y esto es lo que estoy tratando de decirte. Si
te obedezco 100% de todas las veces que me ordenas como ahora, “come antes de
irte” entonces no voy a ser capaz de tomar una buena decisión. Tienes
que confiar en mi juicio también. ¿Podemos
al menos ponernos de acuerdo en eso? Me
pregunta.
Suelto
la respiración que ni sabía que la tenía contenida.
_
Llévate a Sawyer contigo... Voy a entrenar y después tengo un montón de trabajo
para ponerme al día. Llámame
cuando estés lista para regresar, le digo y camino hacia mi armario para
vestirme rápidamente con mi ropa de deporte. Estoy
demasiado estresado. ¡Mierda! ¡Ella
no va a obedecer! ¿Cómo
puedo hacerla cambiar de opinión? ¿Puede ser realmente mía si ella no me
obedece? ¡La quiero de cada
jodida manera posible! Anhelo que
ella me pertenezca. ¿Si ella no
recita completamente todas las palabras de los votos matrimoniales, no es nulo
de alguna manera? ¡Mierda! ¡Me estoy volviendo loco! Ella aparece en la puerta del armario
parcialmente vestida, con unos shorts negros, y un sujetador de encaje. ¡Mierda! ¡Cómo me gustaría darle una lección de
obediencia! Mejor me voy… Quiero
estar cerca de ella ahora, pero no puedo. ¡Tengo
que salir de aquí! Ella observa
todos mis movimientos. Quiere
decir algo... pero duda.
_ ¿Christian?
_ ¿Qué? Chasqueo hacia ella y al instante me
arrepiento. Estoy demasiado
nervioso. Ella puede sacarme de
quicio con una palabra o una mirada. Suavizo
mi mirada ¿Dime Ana?
_ ¿No te gustaría
probar la comida que se servirá en nuestra boda?
_ Tengo asuntos
urgentes, esta noche. Sé que tú, mi madre y mi hermana serán capaces de tomar buenas
decisiones. Confío en tu juicio. Voy a tener que pasar este detalle, le contesto.
_ Pero…
_ ¡Ana, yo sólo
quiero que…! ¡No me importa si decides servir queso, galletas y té! Bueno, me
gustaría escoger el vino, pero… esta noche no es una buena noche para mí.
Simplemente ha sido un día estresante. Ve y diviértete. Pero asegúrate de llamarme
antes de salir y no te quedes hasta tan tarde.
_ Yo no estoy
brava, dice en un tono suave.
_ Anastasia, no
estoy bravo. Estoy furioso. ¡Todo lo que te estoy pidiendo es decir una puta
palabra y no lo harás!
_ Es una gran palabra
Christian. ¡No la voy a decir!
_ ¡Tú no estás
en el infierno!
_ En ese caso Christian,
te veré después de que le saques la mierda a Claude Bastille, porque yo no
quiero estar en el lado receptor de ese enojo. ¡Me tengo que ir! dice y se da
la vuelta con rabia.
_ ¿Por qué me
estás dando la espalda?
_ ¿No lo sabes
Sherlock? ¿No te puedes dar cuenta de eso? En caso de que no lo hayas notado,
no soy tu sumisa, y yo no voy a firmar como una sumisa, porque decir esa
palabra siempre disparará tus pensamientos. ¡Quiero ser tu mujer, no tu sumisa!
_ ¡A la mierda,
Anastasia! ¡Tú nunca has sido mi sumisa! No vas a ser mi sumisa. ¿Cómo te puedo
explicar eso? Tengo que tener el control. ¡Tengo que saber que estás a salvo!
Tengo que saber que vas a tomar suficientes precauciones y escuchar las mías
por tu bienestar. ¿Cómo puedo cuidarte si nunca me escuchas ni me obedeces? ¡Tú
nunca lo haces! ¡Me siento impotente! Pronuncio agotado.
_ Hablaremos de
esto cuando estés más racional Christian.
_ Anastasia...
le digo en voz suave... demasiado suave como para no ser confundida con otra
cosa que no sea cólera. Realmente, realmente quiero llevarte sobre mis
rodillas, y castigarte... le digo.
Ella me mira
con un poco de aprensión y un poco de anticipación, pero niega con la cabeza
decidiendo algo que no estaba esperando.
_ Bueno, señor
Grey me encantaría que disfrutáramos tú y yo... pero cuando te hayas calmado,
volveremos a hablar, dice y se va.
¿Qué demonios
ha pasado? Esta mujer, mi mujer,
la dueña de mi corazón y mi alma dice menos de dos oraciones y mi puto mundo
está al revés, y yo soy incapaz de saber de qué manera enderezarlo. ¡Mierda! ¡Estoy perdiendo el control y aún no
estamos casados! ¡Mierda! ¿Dónde diablos está la Bastille?
Salgo a la sala
donde Taylor está esperando, y parece que me va a entregar malas noticias. Creo
que ya he llegado a mi límite hoy.
_ Sr. Grey, Bastille
está fuera de la ciudad... comienza.
_ ¿Qué? Le grito. Me paseo alrededor de Taylor
incomodándolo y me detengo justo frente a él.
_ ¿Dónde
diablos está?
_ Está visitando
a su hermana. Hoy no es un día habitual para su entrenamiento. Él está ya en
camino de vuelta, pero le tomará cerca de tres horas o un poco menos... Si lo
desea, señor, él vendrá en tres horas.
_ Tres horas...
Tres días... ¡Tres putas horas! No
se si voy a tener un ataque al corazón o un ataque de pánico. Mi corazón late con fuerza, me duele
el pecho, y es cada vez más difícil respirar. Siento
un hoyo espantoso en el estómago.
Anastasia
sale con su vestido color ciruela que me
gusta tanto y que abraza sus curvas en todos los lugares correctos.
_ ¡Sawyer! Yo lo llamo y viene a la sala de
estar.
_ Lleve a la
señorita Steele a la casa de mis padres. Llámame cuando llegues allí, y me mandas
un texto cuando te vengas.
_ Sí, señor,
responde.
_ Chao Christian,
te veré esta noche, dice y me da un casto beso justo en la esquina de mis
labios. Cuando ella está caminando
para irse, yo la tomo de la muñeca y la atraigo con fuerza hacia mí y la pego
al ras de mi cuerpo. Tomo su rostro entre mis manos y la beso apasionadamente.
Odio la distancia entre nosotros. Yo no soy dado al afecto en público, pero
quiero realmente que ella sepa que es mía, que yo quiero que ella sea mía de
cualquier manera posible. En el momento en que termino el beso los dos nos
quedamos sin aliento.
_ Uhm... dice
ella sonrojándose como un tomate, te veré más tarde esta noche.
_ Sí. Voy a
trabajar hasta tarde.
(Te amo y te odio - Orgullo y prejuicio)
Ella y Sawyer
desaparecen en el ascensor y las puertas se cierran.
_ Estoy
corriendo a donde Flynn, le digo a Taylor sin preámbulo.
_ Si me da dos
minutos me uniré a usted. Pero, insisto en que me deje conducir, señor.
_ Taylor,
necesito estar en movimiento, quiero correr.
_ Voy a correr
con usted señor.
_ ¡Prefiero
estar solo Taylor!
_ Sr. Grey, los
paparazzi han acampado diez millas a la redonda del Escala y han estado vigilando todo el derredor
de nuestra ruta regular, si le echan un vistazo a usted o la señorita Steele…
Ya hemos tenido dos encuentros hoy, altamente sugeriría que me deje conducir señor,
o al menos correré con usted.
_ ¡Muy bien! ¡Date
prisa! Le digo como un niño caprichoso.
Taylor no es
nadie si él no demuestra que es un hombre eficiente. Sin perder una palabra más de
discusión, se da la vuelta y corre a su habitación para cambiarse. Saco mi Blackberry y marco a Flynn.
_ Buenas tardes
Christian, responde el teléfono en el segundo tono.
_ Flynn, necesito
verte en tu oficina. Nos vemos en veinte
minutos.
_ Bueno,
Christian, tienes suerte de que no he salido de mi oficina aún. Déjame llamar a
mi esposa para decirle que voy a llegar tarde, porque esta no es una sesión
programada.
_ Bien, le digo
y cuelgo.
Cuando voy
hacia el vestíbulo Taylor llega.
_ Sr. Grey,
vamos a hacer una ruta diferente hacia la oficina del Dr. Flynn. Sawyer tuvo
que eludir algunos paparazzi mientras conducía... dice y yo lo corto.
_ ¿Está bien la
señorita Steele?
_ Sí, señor nada
que no pudiera manejar. Sugiero que tomemos la salida de la parte de atrás. No
hay tantos como esta mañana y su charla con la prensa esta tarde dispersó la
multitud más grande. Estos que
quedan son probablemente los últimos, dice mientras yo me voy adelantando.
*****
Salimos de Escala
por la puerta de entrega, y corremos a la oficina de Flynn. Estoy tan jodido que estoy corriendo
más rápido que Taylor, que parece un galgo cuando lo hace. Mi mente está
pensando diversos escenarios de cómo hacer que Anastasia entre en razón y diga
que me va a obedecer. ¡El castigo está totalmente fuera de escena! Yo no quiero
que se vaya y me voy a sentir como una mierda si la lastimo. ¡Mierda! ¡Ella es
más terca que una mula! ¡Me patea el culo mentalmente, todo el jodido tiempo! Me detengo en seco y Taylor se acelera
diez pasos más para detenerse de frente a mí.
_ ¿Está todo
bien, señor?
_ Sí, le
contesto con aire ausente.
No he intentado
todo todavía. Ella no se me puede
resistir. Tampoco puedo
resistirme a ella, pero yo tengo más control sobre mis deseos. ¿Cómo puedo castigarla en la cama? ¿Negarle
el orgasmo? Es una herramienta
estándar. Ella me desea tanto como yo la
deseo ¿Negarle el sexo? Ella inicia sexo conmigo tan a menudo como yo lo hago
con ella. Eso es algo en el que no tenemos problemas. Sería un día frío en el
infierno si alguien se atreve a mantenerme lejos de su cuerpo. Negarle el sexo
sería una tortura para mí. ¡Estaría arañando mi propia piel de mierda! Tal vez
Flynn tenga algunas respuestas. O no…
Cuando llegamos
a la oficina de Flynn, Taylor abre la puerta de su exuberante oficina. Su secretaria ya se ha ido a casa. John sale de su oficina con un traje
casual.
_ Hola
Christian.
_ John, le
respondo.
_ Taylor,
asiente con la cabeza hacia él saludándolo con una sonrisa cálida.
_ Buenas tardes
Dr. Flynn, responde Taylor con una cara impasible.
_ Bueno,
¿Entramos Christian? Dice señalando el camino a su oficina con la mano
extendida.
_ ¿Qué te trae
por aquí esta tarde Christian? Me pregunta una vez que entramos en su despacho,
y él cierra la puerta detrás de mí.
_ ¡John, me estoy
cayendo a pedazos aquí! Empiezo.
_ Ya veo... ¿inquietudes
por la boda? ¿Dudas? ¿Problemas en casa? Necesito un poco de datos.
Me paseo
alrededor de su oficina y la mirada de John sigue pacientemente mis
movimientos. Estoy respirando con
dificultad. Finalmente me detengo
y apoyo ambas manos sobre la cubierta de
cuero que está encima del escritorio.
Tomo un buen
trago de aliento llenando mis pulmones como si no tuviera suficiente.
_ ¡Anastasia no
me quiere obedecer! Él me mira con paciencia.
_ Detállame… dice con sencillez, como si él no
me conoce.
_ ¡Los
putos votos matrimoniales! ¡Ella
no va a decir en la boda los votos tradicionales! ¡Ella quiere escribir sus propios
votos!
_ ¿Por qué ves
esto como algo tan malo?
_ ¿Me estás
jodiendo?
_ Yo no jodo a
nadie en esta oficina Christian. Tú
sabes eso, dice ignorando mi pregunta.
_ El control es
muy importante para mí. Lo
necesito, y ¡Dios sabe que ella lo necesita! No
tiene sentido del instinto de conservación cuando se trata de su bienestar. ¡Me aterra! ¡Estoy teniendo ataques de pánico! ¡Pensé que era un accidente
cerebrovascular o un ataque al corazón, algo así! Ella me hace sentir impotente. Me siento como un animal salvaje
enjaulado, le explico.
_ ¿Sientes que
te limita? Me pregunta y yo resoplo. Yo
peso los matices de la palabra en mi cabeza.
_ Lo que yo
siento es un enorme deseo de protegerla. Lo
que siento es que cuando voy en una dirección,
ella puede ir conmigo o no sé en qué dirección va.
_ Si ella dice
que te va a obedecer ¿Crees que va a fortalecer tu matrimonio con Anastasia? Me
pregunta.
_ ¿Estás
bromeando? ¡Voy a protegerla
mejor! Sabré que está a salvo,
porque voy a saber qué hacer...
_ ¿Esa es la
razón o es porque crees que ella no sabe protegerse a sí misma? Me pregunta.
_ ¡Sí!
_ Ya veo. ¿Ha tenido alguna vez algún tipo de
accidente? ¿Ha tomado riesgos que
son perjudiciales para su bienestar?
_ No creo que haya
tenido algún accidente, le respondo. Una vez bebió en exceso y... hago una
pausa para no hablarle sobre eso. Pero hay otras cosas. Esta mañana la dejé en
su oficina y le dije expresamente que no abandonara el edificio y lo primero
que hace es salir a una tienda a comprar comida con Sawyer en donde un
paparazzi le tendió una emboscada en el baño de damas. Si me hubiera escuchado
se podría haber evitado todo esto. ¡Ella estaba tan frenética como yo!
_ Sí, pero lo
que hizo fue ir a una tienda para conseguir algo de comer sin duda no es algo
fuera de lo común. La gente hace
eso todos los días. ¿Por qué es
la seguridad de ella una gran preocupación para ti Christian?
_ ¿No es la seguridad
de tu esposa una preocupación para ti? Le devuelvo la pregunta de nuevo a él.
_ Una familia
es siempre una preocupación, Christian. Pero
mi esposa es una mujer adulta. Ella sabe qué hacer. Tengo que darle esa confianza. A veces las mujeres son más fuertes de
lo que nosotros nos imaginamos.
_ Tú no entiendes...
Digo y me siento en la silla de cuero, inclinando los codos sobre las rodillas y tomo mi cara
entre mis manos. Siento que la
avalancha de pensamientos me pesa y me da un dolor de cabeza.
_ ¡La amo
demasiado! Más que a mi propia
vida. No puedo soportar la idea
de vivir en un mundo donde no exista porque no pude protegerla adecuadamente. Mi vida es complicada, John. Más complicada que la tuya y que un
montón de personas. Lo que tenía antes
de que ella apareciera en mi vida era simple y sin complicaciones. Ahora voy como un avión 747 lleno de mierda a
lo que ella tiene que hacerle frente. Puede ser mi pasado el que la dañe. Ya
sucedió. Leila casi… dejo escapar sin terminar la frase, tú sabes mejor que yo,
ya que la estás tratando.
Él asiente con
la cabeza aceptando lo que le digo, pero no del todo.
_ Christian, te
has aislado a ti mismo del mundo que te rodea y tienes capas sobre capas para
mantenerte a esa distancia. Deseas
incluir a Anastasia en esa burbuja y protegerla, resume.
_ ¡Sí! Suspiro.
_ Sin
embargo... añade, eso sería excluirla de un mundo del que ella ha formado
parte.
_ ¡Quiero ser
su mundo! Exclamo.
_ Una jaula de
oro. Pero, ¿crees que eso es lo
que quiere?
Mis ojos se
agrandan con un temor incontenible. Parpadeo
para borrar esos pensamientos.
_ Ella dijo que
me quiere, repito en voz baja.
_ Ella te quiere
Christian, al hombre. No al Christian
de la jaula. ¿Cuál sería un punto
medio para la felicidad de los dos?
_ ¡No hay
término medio! Si tengo que
protegerla y cuidarla, tiene que ser a mi manera.
_ Bueno, dado
el hecho de que estás aquí, me imagino que ella no está aceptando tus términos,
Christian. Por lo tanto, un
término medio es una necesidad. Entonces,
dime, ¿cómo te puedes comprometer?
_ Yo no creo
que pueda... No cuando se trata de ella. No
puedo perderla.
_ Christian, dice
en voz baja, pero casi reprendiéndome. No
puedes controlar el mundo en que vives.
A pesar de que tiene capas y capas de protección, te has dado cuenta de que las
cosas suceden sin nuestro control. Hay
un límite razonable cuando se trata de las personas que amamos. Porque si presionas demasiado, te
convertirás en dominante, y puedes asfixiarla. Y acabarías con el propósito de mantenerla
feliz en tu vida.
Yo sé que eso
es verdad. Cualquier cosa que
pudiera sacarla de mi vida, o hacer que se aleje de mí, me mataría. Es como si apretaran mis agallas firmemente
y no pudiera respirar. Cierro los ojos tratando de disminuir el
dolor, mis manos se cierran en un solo puño en mi regazo.
_ Me odiaría a
mí mismo si yo la alejo. ¿Qué
debo hacer, John? ¿Cómo la
protejo?
_ Vamos a
encontrar las respuestas juntos. Pero
déjame preguntarte esto primero. ¿Qué es
lo que te molesta de lo que ella ha escrito en los votos? ¿Sabes lo que
escribió? ¿No te gusta?
_ Yo no los he
visto... No todavía. No sé si
ella los ha terminado, o todavía está trabajando en ello. Ella sólo me lo sugirió
hoy.
_ Christian,
vamos a examinar otra cuestión apremiante que ninguno de nosotros ha mencionado
hoy. Además de tus preocupaciones
sobre su seguridad, lo que veo aquí es monumental y creo que puede haber una
razón en tu subconsciente, una que no has pensado mucho.
Lo miro
entrecerrando los ojos. Él sabe
que yo sé lo que está pensando.
_ ¿Quieres a
Anastasia como una sumisa?
_ No, yo no… Le
doy una respuesta honesta. Ya no. Yo sé que ella no quiere eso y algo que ella
no quiera es como la peste bubónica para mí. Haría cualquier cosa para evitarle
un malestar; pero ella tendrá lo
que quiere y me gustaría tener mi propia manera de hacerla feliz y cumplir sus
deseos. Y el hecho de que he explorado cosas con ella, que nunca me habían
pasado, ya sabes, incorporó el amor al sexo y ahora su toque… me encuentro
anhelando esos sentimientos como un hombre hambriento en medio de un banquete. Ella
me hizo saborear las emociones, los deseos y la pasión que no sabía que existían. Todo fue posible gracias a ella. ¡Sentí el puto nirvana! Y ella está más que dispuesta a
acomodarme y ama mi sexo pervertido... Le digo sin poder dejar de escapar una
sonrisa.
_ Está bien...
dice haciendo una pausa. ¿Crees
que alguna de tus sumisas dentro de las limitaciones de tu contrato pudo haber
logrado esto contigo?
_ ¡Nunca! Respondo.
Pero esto también trae otra preocupación que tengo: ella es única en su
especie. Ella no tiene precio. Ella no tiene parangón. Si la pierdo, me pierdo, le digo con
fervor. ¿Alguien no protegería
algo tan invaluable? Pregunto sin pestañear.
_ Sí, pero hay
que observar las limitaciones con las personas. No son artefactos. Tú debes trabajar dentro de sus rasgos
de carácter. Anastasia es una
mujer vivaz. De carácter fuerte,
como tú. Acostumbrada a tomar sus
propias decisiones. Y según tu mismo has dicho, ella te ama
incondicionalmente. Hay una lista
de rasgos de carácter que componen a Anastasia. Al final te pregunto, si todo lo que
ella está llevando al matrimonio, su amor, su carácter, su manera de ser, aceptándote
tal cual como eres ¿No es suficiente para que vivas? ¿La quieres menos si ella
te desobedece?
Mi corazón se
detiene por algunos segundos con el impacto de sus palabras.
_ La quiero de
todas las formas y de la manera que esté dispuesta a tenerme. Pero no puedo
deshacerme de este miedo en mí que corroe mi alma, tengo un hoyo en mi estómago
y no dejo de pensar respecto a eso. ¿Cómo puedo dejar esto? ¡Tengo que tener el control! Pero, no puedo vivir sin ella, incluso
en un caso hipotético, me hundo en la silla de nuevo.
_ Christian,
todos estos años, tú has aprendido de malas maneras a través de Elena, tener el
control de todo lo que te rodea. En los negocios eso es viable. En las
relaciones personales sin embargo, si excedes el límite, entonces estás
entrando en los límites duros, dice.
_ ¿Puedes
considerar la obediencia como un límite
duro de ella? Me pregunta y yo parpadeo.
_ John,
prefiero pensar en eso como su límite suave y ver cómo podemos trabajar
alrededor de eso. Ella obedece en
el dormitorio; de hecho, ella más
bien disfruta inmensamente, solo quiero ampliarlo a otras áreas de nuestra
relación, le digo con petulancia.
_ Hazlo en un
grado aceptable. Pero claro, yo
no soy tu socio en esta relación. Anastasia
lo es. Ella sería la mejor opción para darle esta información. Ahora tienes un punto de partida. Esta es la primera relación real que
tienes, Christian. Ella no va a
comportarse de la manera como tus sumisas lo hicieron, dice y yo resoplo.
_ Tus sumisas
te daban lo que tú les exigías. Pero la alegría que esta relación libre te da,
es dada de buena gana. No le has ordenado a que te la dé. Ella quiere que la
tengas de su parte, y ella pide lo mismo, me explica.
_ John, si fuera
posible, me gustaría fusionarme con ella todo el tiempo. No sólo es el sexo. Quiero estar en
contacto todo el día con ella. Abrazarla, besarla, tocarla, envolverla en mis
brazos. Protegerla de cualquier hijo de puta que la vea, le digo con fervor. Porque solo follar no es
razón suficiente. Sus palabras son capaces de acariciar mi alma. Es como si se
metió en mi corazón. Al mismo tiempo es capaz de herirme, me marca, me prende
en fuego abrazador de adentro hacia afuera. Nunca hemos tenido problemas con
entregarnos físicamente. Dios sabe que en ese aspecto estamos completamente
satisfechos, pero siempre voy a tener esa aguda punzada en mi costado de querer
tenerla segura. Es una sensación que no puede desaparecer tan fácilmente.
_ También
puedes poner en tus votos, que tú te comprometes a protegerla. Habla con ella y
comprométete. No me gusta el sonido de
esas palabras.
Me levanto de
mi asiento y exhalo fuertemente.
_ No puedo aún
John. No estoy listo, le digo. Cuando me dirijo a la puerta para
despedirme me doy la vuelta. ¿Cómo va el progreso de Leila?
_ Ella va muy
bien. Sigue las instrucciones, está tomando su medicación y muestra interés en
algunas clases de arte.
_ Bien, le digo
con aire ausente. Quería saber.
_ Ah, ella
quiere hablar contigo. Le dije
que con eso está retrocediendo en su progreso. Pero le dijiste que cualquier
cosa que quisiera contigo pasara a través de mí.
_ ¿Por qué
diablos iba a querer verme?
_ Ella no me
dijo.
_ ¡Yo no quiero
verla! No le he perdonado que
haya puesto una pistola en la cabeza de Anastasia. Ella tiene que permanecer en las
instalaciones de atención mental, hasta que esté lo suficientemente bien como
para viajar con su familia en Connecticut. Yo
no la quiero en la costa oeste, y mucho menos cerca de Anastasia. ¡Ni ahora ni nunca! Una vez que ella esté suficientemente
bien como para viajar, le pago el pasaje, atención médica y educación si
necesita. Pero mi condición es que nunca estará cerca de Anastasia. ¡Nunca!
_ ¿Quieres
hablar con ella o verla? Ella me
pregunta por ti cada vez que la veo.
_ ¿Para qué
mierda John? Me importa un carajo
que ella quiera verme. Tengo a Anastasia
en mi vida. Yo no voy a poner en
peligro mi relación con Ana porque Leila está jodida y quiere verme. Estoy haciendo lo que tengo que hacer
por ella, pero a cambio ella tendrá que seguir adelante sola.
_ Muy bien, le digo
tus términos, Christian. Y no
dejes de hablar con Ana.
_ Haré lo que
pueda, John, le digo suspirando, y salgo; Flynn
me sigue al verme en la puerta. Taylor está esperando.
_ Bastille
llegará al gimnasio, en la siguiente media hora, señor. ¿Quiere el entrenamiento?
_ Sí, y corremos.
*****
_ ¡Vete a la
mierda Grey! Eres un luchador de
máximo nivel, pero algo está fuera de lugar hoy. Estás agresivo, pero no estás
concentrado. ¡Necesito tu mente aquí y ahora! Nunca debes abandonar tu ático
sin tu cerebro pegado a la cabeza. ¡Vamos hombre! Te he dado en el culo siete
veces en… dice mirando su reloj, veintiséis minutos. Tienes el aspecto de un
niño de diez años que cualquiera puede patear. ¡Muévete! Bastille me regaña.
(Claude Bastille)
_ ¡Vete a la
mierda Bastille! Le respondo.
_ Me encantaría
Grey, pero no me balanceo como tú, dice tratando de aligerar el ambiente y se
detiene. Esto es lo que vamos a hacer. Vamos
a hacer un circuito de acondicionamiento ya que si sigo golpeándote el culo, no
te vas a curar para tu luna de miel. No quiero que tu prometida me regañe
porque dañé tu cuerpo de niña. Vamos a comenzar con ejercicios de baja
repetición. Flexiones seguidas de lanzamiento
de golpes y patadas laterales. Vamos a ir con 10, 10, 10 y luego improvisar
sobre la marcha. Cuando me dirijo
hacia las barras dice, no, tengo una idea diferente en mente. Ve a la cinta de
correr y le pones la velocidad más alta y la inclinación más alta que puedas
soportar. La quiero a una velocidad tan alta de manera que no puedas mantener
ese ritmo por más de 30 segundos.
_ Estoy en eso,
le digo decidido.
_ Termina y
haces Spring durante 20 segundos ¡Ve! ¡Ve! ¡Ve! Me dice con apuro.
_ Ahora salta sobre
tus pies a ambos lados por veinte segundos y descansas durante diez segundos,
luego lo haces de nuevo durante veinte segundos y descasas por diez. ¡Esto en
una repetición de diez sprints cortos!
_ ¿Método TABATA?
_ ¡Exactamente! ¡Ve! Salto, sprints en la caminadora
durante veinte segundos, y luego descanso durante diez segundos en repetidas
sucesión. Sin ningún tipo de parada, después de completar los intervalos TABATA
él escogió que los próximos dos ejercicios sean entrenamiento con pesas. Ata rápidamente 60 libras de cadenas
alrededor de mí.
_ ¡Haz diez
Grey! Me ordena.
_ ¡No te
detengas Grey! Quiero ver tus hombros por encima de las barras. Rodillas
dobladas. ¡Levanta esas piernas! ¡Mantenlas
ahí arriba por dos segundos! Cuatro...
cinco... seis... siete... ocho... nueve... diez ¡abajo! ¡Quítate las cadenas!
Me quito el
encadenado de mi torso.
_ Ahora toma la
pelota de medicina. ¡Corre con la pelota Grey! Me ordena mientras hago mi
camino y tomo rápido la bola. ¡Me estoy volviendo viejo aquí Grey Apúrate!
¡Pelota por encima de la cabeza! ¡Levántala!
Asegúrate de pararte sobre los dedos de tus pies como si fueras Kobe Bryant y tienes que lanzar un triple,
excepto que vas a golpear la pelota con todo lo que tienes.
_ ¡Grey Velocidad, velocidad! Eso es todo. ¡Siete... ocho, nueve, diez!
_ ¡Vamos a
trabajar los brazos, Grey! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Eso es todo! ¡Empuja tan lejos como puedas! ¡Vamos a ir con dos series de diez! ¡Arriba, abajo! ¡Arriba, abajo! ¡Arriba, abajo! Él me empuja con
fuerza.
_ Sigue
adelante Grey, ¡si no estás respirando con fuerza, y tus piernas no están
destrozadas, no estás haciendo las cosas
bien! ¡Vamos hombre! Me obliga, y eso es bueno, porque me centra en la tarea en cuestión. Puesto que son de corta duración, no
tengo tiempo para ocupar mi mente con nada más. Sólo el ejercicio.
_ ¡Cinco
segundos de espera, diez veces, Grey! ¡Piernas
en el banco, codo y antebrazo en el tatami! ¡Mantén
la cintura en tierra! ¡El brazo
derecho en tu cintura! ¡Mantén la
respiración! ¡Cinco! ¡Cuatro! ¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ¡Ahora baja la cadera! ¡Buen trabajo! Repite el ciclo diez veces.
_ ¡Ahora del
otro lado sin bajarte, Grey! ¡Brazo
izquierdo en la cintura! ¡Buen trabajo! ¡Nueve! Y ¡diez! ¡Al banquillo, ahora, ahora, ahora! ¡Treinta estocadas con las mancuernas! Me empuja a la siguiente tarea sin dejarme un
segundo para pensar. Tengo treinta libras colgando de cada mano y hago una
serie de golpes con las pesas.
_ ¡Vamos Grey! ¡Con fuerza! ¡Pecho arriba Grey! ¡Cuida
tu postura! ¡Inhala, exhala! ¡Ahora diez golpes en la otra
dirección Grey! ¡Buen trabajo! Baja las mancuernas. ¡No te detengas!
Ve al banco rectangular para trabajar sobre él. Sube una pierna y baja la otra,
¡mantén una pierna recta mientras tengas la otra doblada! ¡Uno Grey! ¡Dos! ¡Vamos, Vamos!
¡Arriba abajo! Esto no es velocidad Grey ¡Esto es poder! ¡Iremos con veinte!
Una vez que he
terminado el ejercicio me ordena el siguiente.
_ ¡Ahora, a las
bicicletas! ¡Pedalea muy rápido
durante un minuto! ¡Descansas 30
segundos y repites! ¡Haz 10 repeticiones con este ciclo!
Cuando he
terminado con la bicicleta, estoy respirando con dificultad, pero nada que no
pueda manejar.
_ Grey, vas a
correr la longitud del gimnasio. Vamos
a empezar con unas 100 yardas de carrera, luego harás 20 flexiones de brazos,
luego corres 80 yardas y haces 20 abdominales. Iremos con intervalos hasta
llegar a 20 yardas. ¡Ahora corre!
Para el momento
en que he terminado con los ejercicios anaeróbicos, estoy sin aliento.
_ ¡Ahora, que
estás centrado, Grey! Hidrátate y vamos
a ver que puedes hacer en el tatami.
Cuando me las
arreglo para tener a Bastille tendido en el suelo, él trata de zafarse, pero yo
pongo mi brazo debajo de su cuello y a través de la axila lo bloqueo con mi
otro brazo y lo agarro bien duro. Cuando se trata de resistirse, levanto mis
caderas y subo una de mis piernas para
bloquearlo más y apretar tanto como sea posible. Entonces tuerzo mis caderas
para obtener la mayor cantidad de fuerza y ruedo hacia mi lado, lo tengo
completamente bajo mi control, y toca el tatami. Si no lo hubiese hecho puede perder el
conocimiento en cuestión de minutos, ya que el estrangulamiento anaconda
interrumpe el flujo de sangre al cerebro.
_ ¡Buen
trabajo, Grey! ¡Finalmente
lograste centrarte! No está mal
para un hombre cuyo cerebro aún está en otro lugar.
Yo ignoro el
comentario de mierda con una mirada impasible.
*****
Me he duchado y
secado y puesto mis pantalones de pijamas con una camiseta, para irme a
trabajar a mi oficina. Compruebo la hora. No hay llamadas telefónicas ni ningún
mensaje de texto. Ya han pasado cuatro horas desde que Anastasia se fue a casa
de mis padres. ¿Cuánto tiempo tardará en degustar la comida? ¿Cuánto tiempo se
tarda uno en probar una comida? Mi mano va a tomar el teléfono, pero me detengo.
Quiero que ella me llame. Me obligo a repasar informes y a analizar números
cuando finalmente me llama.
_ Hola, dice
con su voz suave de niña. Esa simple
palabra simplemente tira las cuerdas de mi corazón.
_ Hola, le
respondo con voz profunda y no digo nada más.
_ Sawyer va a
llevarme de vuelta en este momento, dice haciendo una pausa.
_ Está bien, le
contesto en un murmullo.
_ ¿Todavía estás
enojado conmigo? Me pregunta en un tono suave. Suspiro.
_ Tal vez...
_ Umm, dice
ella, en tono suave, pero por esa sola palabra ella sabe que me ha decepcionado
y a mi se me rompe el corazón.
_ Te veré en
casa, entonces... responde en un
susurro.
_ Está bien… le
contesto, queriendo decir tanto y sin poder decir nada. ¡Actuando como un maldito adolescente!
_ Te quiero
Christian, dice haciéndome temblar hasta la médula. Cierro los ojos y dejo que las
palabras penetren en mi alma. Estoy
ansioso por sus palabras, por su toque, sólo... la ansío a ella.
Hungry Eyes
(Orgullo y prejuicio)
_ Lo sé, es
todo lo que puedo decir en un suave murmullo. Yo
quiero decirle que la quiero más de lo que las palabras pueden expresar.
Que la amo más que a mí mismo y que a cualquier persona que haya estado en mi
vida. ¡La amo tanto que me duele pensar en ello! Y sin embargo, lo que único
que se me ocurre decirles con su declaración de amor es “lo sé” ¡Mierda
jódanme!
Ella suspira.
_ Te veré
pronto, entonces, Christian.
_ Está bien, le
respondo como un disco rayado. Ella
no cuelga, permaneciendo en la línea.
_ Adiós Christian.
_ Adiós, Ana.
Mi maldito corazón
me duele cuando ella finalmente cuelga.
¡Una puta
palabra, Ana! ¡Una palabra! ¿Qué tan difícil podría ser que la
diga? ¿No soy digno de ella?
Empiezo
repasando los informes que Alex Pella ha hecho, pero mi mente no está en ello.
Mis oídos están prestando atención a la espera de sus pasos en el apartamento. El
zumbido del teléfono me sobresalta, porque no hay otro ruido.
_ ¿Sr. Grey? Habla Welch.
_ Sí, le digo,
con el ceño fruncido.
_ Yo quería
discutir el informe del Sr. Pella y darle algunas de nuestras conclusiones.
¿Tiene tiempo señor?
_ Adelante, le
contesto.
_ Quería
eliminar a algunos sospechosos de la pequeña lista de los ex socios de
negocios. Cada uno está fuera de la ciudad en sus actividades y después de su accidente nos
dieron a entender que no tenían nada que
ver con eso, o no tenían conocimiento del mismo.
_ ¿Qué pasa con
Elena Lincoln y su novio? Pregunto.
_ Los dos están
limpios señor.
_ ¿Sin ninguna
sombra de duda?
_ Sí, señor,
dice con certeza. El novio estaba
en California en ese momento, y ella estuvo trabajando todo el día y el día
anterior. He confirmado con
personas que estaban con ella e informaron que la vieron atendiendo a su lista
de clientes.
_ ¿Qué pasa con
el Sr. Lincoln? Pregunto a regañadientes.
_ Él estaba en
la ciudad, estaba trabajando. Mucha
gente confirmó verlo todo el día en su lugar de trabajo. Pero eso no significa nada. Él mismo no lo haría, si fuera él. Así que lo mejor que podemos hacer es
localizar al dueño de esa huella parcial que encontramos y averiguar si trabaja
solo o con otra persona.
_ Está bien. Quiero que revises la lista de nombres
de los responsables con acceso a Charlie Tango y me la mandes.
_ Ya la tengo
señor. Se la voy a enviar por
correo electrónico.
_ Quiero que lo
primero que hagas mañana es llamar a Andrea y revisar la agenda para que te
reúnas conmigo, alguien tendrá que responder por esta falta de seguridad
inaceptable.
_ Sr. Grey, yo personalmente investigué. La
falta de seguridad y el acceso a Charlie Tango fue increíblemente fácil. No es porque las reglas no estén escritas,
sino porque la gente no está haciendo su trabajo. Le voy a enviar imágenes y un informe
que resume mis resultados en pocos minutos. Yo
ya les he reclamado la falta y están apretando la seguridad y el acceso a los
aviones de GEH.
_ ¡Un día más
tarde, con un dólar menos Welch! ¡Quiero
algunas cabezas rodando por la cagada que casi me costó a Ros y a mí la vida! ¡Quiero todo el informe a primera hora
de la mañana!
_ Sí, señor. Llamaré a Andrea para programarla.
_ ¿Algo más?
_ Eso es todo
por ahora, señor. Todavía no he
terminado de revisar en detalle el informe del Sr. Pella.
_ Actualízame
cuando lo hagas. Quiero mayor seguridad para mi familia y aquí en Escala
también. Envíame un mensaje con la lista de nombres, de qué agencia vienen,
mándale copia a Taylor y coordina con él, le digo antes de colgar.
Me hundo en mi
silla. Un lunático está en detrás
de mí, y muy probablemente detrás de
Anastasia. ¡El que el Paparazzi la haya emboscado en un baño público, me tiene
hasta los cojones, por el amor de Dios! ¡Estoy
haciendo todo lo posible para tratar de proteger a mi mujer, y ella no quiere
cooperar! ¡Mierda! ¡Ella no va a obedecer! Si
me arrancara el corazón sería menos angustioso.
Exasperado
vuelvo a mi trabajo.
*****
Mi puerta se
abre lentamente. Anastasia camina
con pasos vacilantes y cierra la puerta detrás de ella. Mi mirada se pone la máscara de
tranquilidad sin regalar nada. No
parpadeo. Ella entra en la
habitación y la distancia entre nosotros parece que fueran millas.
_ Ya regresé,
dice simplemente. Te he traído algo,
añade y me doy cuenta que lleva un plato en la mano por primera vez. Ella tímidamente da unos cortos
pasos, como si se dirige hacia un animal salvaje. Coloca el plato en la mesa
como si estuviera haciendo una ofrenda. Sus
manos se retraen lentamente. No
parpadeo.
_ ¿Te gustaría
vino para probar este marisco? Me
pregunta.
_ Sí, le
respondo con anhelo. Ella asiente
con la cabeza lentamente.
_ Está bien. Voy a traerte una copa, susurra.
Ella se vuelve
a ir y la llamo.
_ ¿Ana? Ella se
voltea para mirarme expectante. Niego
con la cabeza.
_ Vino blanco,
le digo y me pateo mentalmente. “Dí algo, estúpido” Me reprendo a mi
mismo. Ella se voltea y sale del estudio. Me siento solo sin tenerla cerca de
mí. Jodidamente solitario y miserable. Y yo soy tan terco. Es una simple palabra, no obstante una palabra importante. Pero me
doy cuenta que ninguno de los dos vamos a ceder ni un ápice.
Ella regresa
con una copa de vino blanco.
_ ¿Comes
conmigo? Pregunto con esperanza.
_ No, yo ya
comí... mucha comida y vino en casa de tus padres. No creo que quieras que beba
demasiado. Ella clava su mirada en la mía, cada uno con el anhelo de tenernos, pero
no pasa nada por nuestra terquedad. Es tarde. Me
quiero ir a la cama. ¿Vienes? Pregunta con expectación.
_ Tengo que
trabajar. Tengo mucho trabajo
para ponerme al día, le digo en voz baja, todavía sin parpadear, mi corazón
siente el muro que estamos erigiendo entre nosotros. Ninguno está dispuesto a
dar marcha atrás. Las palabras
quedan sin decir. Ella está de
pie en el estudio con torpeza. Finalmente
decide ir en contra de alguna emoción conflictiva en su cabeza y camina hacia
adelante y castamente me besa y me deja congelado durante unos segundos, pero
me las arreglo para responder a la acusación que pasa a través de nuestra
conexión. Nuestros cuerpos nos
traicionan. Yo la atrapo en mis
brazos y la abrazo con fuerza, sintiendo su calor y aspiro su olor, por fin le
beso la parte superior de la cabeza.
_ Vete a la
cama ahora, nena. Voy a tener que
trabajar un poco más.
_ Ven a la
cama, ella me pide y yo quiero. ¡La quiero
tanto! Pero temo ceder a lo peor; castigarla con el sexo y no me quiero dejar llevar.
Mis ojos se abren en respuesta, y sacudo la cabeza.
_ Tengo mucho
que hacer. No puedo esperar. Tenemos un mes corto y quiero terminar
esto, le digo indicándole la pantalla de mi ordenador.
Ella asiente
con la cabeza, pero la mirada de dolor está allí en sus ojos.
_ Está bien,
dice en un susurro, y mientras ella se aleja, la mano que estaba en la mía
lentamente la aleja de mí, sintiéndome despojado.
Celine Dion -
Falling Into You
Me quedo en mi
oficina otras cuatro horas de trabajo duro; no
tengo sueño. Cuando por fin me voy a mi habitación, me dirijo lentamente a la
lámpara de la mesa lateral. Agarro una silla y me siento para ver el sueño de
Anastasia. Ella se ve tan
inocente, tan encantadora; sus labios entreabiertos, su pelo derrapado en su almohada. Ella respira una y otra vez. Su mano
está extendida al lado de mi cama como si fuera a encontrar algo que le falta.
Una conexión… Ella rueda y no encuentra lo que está buscando en su sueño, ella
gime como si le doliera. Oigo una
llamada suave de mi nombre, apenas audible. ¿Está
despierta? Me acerco y sus ojos
están cerrados. Pero ella me está
buscando en su sueño. Ella se
vuelve automáticamente a mi calor. Estamos
atraídos el uno al otro, incluso en sueños, y estamos jodidos el uno sin el
otro. Me quito la camisa y lentamente
entro con facilidad a la cama tirando de ella en mis brazos, y, finalmente, por
primera vez durante todo el día, me siento completo.
*****
**Está oscuro. No puedo ver nada. No puedo sentir mi camino. No hay ninguna luz, no hay sonido,
nada… Es un profundo abismo. Mi corazón late con fuerza. Ella está aquí. Yo sé que ella está aquí.
_ ¡Christian, ayúdame! Le oigo.
_ ¿Dónde estás Ana?
_ ¡Estoy aquí! ¡Ayúdame! Ella grita. No sé cual es el camino correcto para
llegar a ella. Corro a toda velocidad para la voz se va alejando.
_ Ana, ¿dónde diablos estás? ¡Háblame! ¡Déjame encontrarte!
Todo lo que escucho es un grito que me hiela
la sangre. Mi nombre entrelazado
en un ahogo desgarrador, rasgando mi
alma.
Hay una luz tenue en la distancia. Tan tenue, que no parpadeo o la
perderé. No me atrevería a parpadear. Tengo que concentrarme. Llego a una puerta sucia que había tenido
días mejores. El olor... Conozco ese olor. Es
penetrante, desagradable. Sale
por la puerta, tomando una forma. Apesta como... la muerte.
Apretones de agonía llegan a mi corazón y
las lágrimas llegan a mis ojos, tengo los puños apretados a los lados. La
puerta está casi caída, colgando de las bisagras. Estoy respirando con dificultad, mi
corazón está en mi garganta y late con fuerza, tratando de salir de mi pecho. Entro y miro a mi alrededor en la
penumbra. El olor me atrae como
las manos del diablo, tan fuerte. Se
une con el miedo y la maldad. Es
el olor apestoso de sangre y dolor. Tengo miedo de llamarla. Me temo que no va
a contestar. ¡Estoy aterrorizado! Huelo su perfume, su marca de mujer,
su perfume natural, con olor a especies dulces, a aire libre, a frescura... y sangre.
_ ¿Ana? Le susurro. ¡Ana,
háblame bebé! Yo estoy aquí...
Estoy aquí, Ana. Respóndeme, nena. No responde. Mis ojos desconcertados miran a su
alrededor.
Luego la encuentro. Su cuerpo tiene una costra de sangre,
está desnuda en el piso de concreto sucio. Su
espalda y su pecho tienen cortes de latigazos. Su cabello está enmarañado de sangre
y sucio. Tiene la cara magullada. Su
cuerpo sin vida ha sufrido un dolor inimaginable. Un grito llega a mis oídos que no
reconozco. Oh... Soy yo. Yo soy el que grita con agonía,
cayendo de rodillas, sosteniéndola con fuerza en mis brazos y balanceándome
adelante y atrás.
_ ¿Qué le parece? Pregunta una voz desconocida. Se vuelve más y más fuerte aún.
_ ¿Qué le parece, maestro? Pregunta la voz
de Leila con una cara borrosa. La
cara se desplaza lentamente, con ondulaciones y cambios.
_ ¿Cómo te gusta, Christian? Te salvé de la puta cazadora de fortunas.
Podrás agradecerme más adelante, dice la voz que luego cambia al rostro de
Elena. Su gran látigo de cuero la adorna y golpea las piernas sin vida
de Anastasia.
_ ¡Basta! ¡Detente! ¡Déjala en paz! Ella se ríe y la cara ondea
una vez más.
_ ¿Cómo te sientes Christian Grey cuando
alguien folla a tu mujer? Dice el rostro retorciéndose cambiando a Lincoln en
la bruma. Inclina la cabeza examinando
las heridas con orgullo y una mirada de satisfacción. Tengo que decir que he
disfrutado el castigo. Fue una buena chica, gritando cuando yo quería que
gritara, exactamente en el tono correcto cuando me la follaba. ¿Te duele mucho?
Estoy tratando de desgarrar tu alma, dice con voz melodiosa, completamente
satisfecho de sí mismo.
Trato de proteger el cuerpo sin vida de
Ana, cada vez más frío. ¡No puedo
hacer nada para que viva! Yo
grito y la abrazo con más fuerza.
Las caras cambian rápidamente con un
cuerpo desconocido, finalmente, emerge la cara del proxeneta.
_ ¿Qué te parece ahora, hijo de puta? Tú la mataste. ¡Igual que mataste a tu madre! ¡Eres
un asesino! ¡Eres un asesino! Eres.
Un. Asesino. ¡Solo mereces su cadáver! La voz hierve con
veneno, su aliento apestoso a cerveza barata y cigarrillos.
_ ¡Mira, lo que tenemos aquí! La putita de tu madre. ¡Ahí está! Señala a otro cuerpo sin
vida. ¡Es mejor que llegues a
ella! ¡Se está poniendo fría demasiado
rápido! Dice con su cara que se distorsiona de una forma amenazante. ¿Qué coño has hecho con ella? ¡Esa jodida perra loca! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Fuera del camino pedazo de
mierda! Me grita y me da patadas, y de
repente estoy indefenso y herido...
_ ¡No! ¡No! ¡No! ¡Mami!
Es su cuerpo sin vida tirado en la alfombra verde sucia. ¡Quiero a mi mamá! Estoy aquí y no estoy aquí. Me miro a mí mismo. A un niño sucio no querido y a la
mujer policía con mi frazada a la distancia.
_ ¡Mami! Corro hacia ella y unas grandes
manos me detienen por los hombros con la cara del proxeneta.
_ ¡Es mejor que elijas bien pedazo de
mierda! Dice el chulo. ¿Quien
será? ¿El cadáver de tu mamá o el
cadáver de tu amante? ¿Con cual
te vas a quedar? Me susurra amenazante,
burlándose de mí.
Corro entre dos cuerpos en un abismo
incapaz de salvar a ninguno de ellos. Veo
las caras que dan vuelta alrededor del cuerpo de Ana. ¡Todo tipo de caras! Elena, Leila, el proxeneta, Lincoln... rostros desconocidos. ¡Tratando de reclamarla como suya! ¡Ellos quieren llevarla lejos de mí!
_ ¡No! ¡No! ¡No! ¡Déjala
en paz, carajo! ¡Ella es mía! Yo
protejo el cuerpo sin vida con el mío. Las lágrimas fluyen libremente por la
agonía que rasga mi corazón y mi alma.
(Unbreak My
Heart - Toni Braxton)
_ ¡No te mueras nena! ¡No te vayas! ¡Te quiero mucho! ¡No me dejes! Las lágrimas brotan por su propia voluntad. ¡Llévame también, Ana! No puedo vivir sin mi corazón. No
puedo vivir sin mi alma, me duele enormemente. Ella no me escucha ni responde. ¡Mi nena está muerta! Yo grito de agonía. ¡Quiero morirme también!**
_ ¡Christian! ¡Christian! ¡Es su voz! ¿Es del cielo? Ella suena urgente, alejándome de las
profundidades de mi desesperación. Estoy
aquí, Christian. Estoy aquí, me
sacude.
Mis ojos se
abren, nublados por las lágrimas y se me hace difícil ver. Ella se inclina sobre mí, agarrando
mis hombros, me sacude, su cara también está con angustia, y sus hermosos ojos
azules abiertos llenos de lágrimas.
_ Ana, le digo
incrédulo en un susurro sin aliento. Siento que tengo la boca amarrada. Tú
estás aquí. Estás bien, pronuncio
incrédulo.
_ Por supuesto que
estoy aquí.
_ Tuve una
pesadilla... digo sin aliento.
_ Lo sé. Estoy aquí. Yo estoy aquí, dice tranquilizándome.
_ Ana, respiro su nombre como un talismán contra la
pesadilla que asfixia mi alma, el miedo me está matando por dentro.
_ Shhh estoy
aquí, dice y pasa sus brazos alrededor de mí, y sus piernas me acogen, su calor
dándome vida, obligando a los demonios de mi pesadilla irse. Ella es mi vida, es mi sol; ella es mi todo. No puedo existir sin
ella.
_ Ana, por
favor, no vamos a pelear, le digo con voz ronca, abrazándola tan fuerte como
puedo. Con la cálida sensación de
tenerla.
_ Está bien, está
bien, me susurra mientras me planta dulces besos en mi pecho donde ha escondido
su cabeza debajo de mi barbilla.
_ Los votos. No obedecer, yo puedo hacer eso. Encontraremos un camino, le digo. Estoy contento de que ella esté viva. No me importa que ella no me obedezca. ¡Yo sólo la quiero a ella!
_ Sí. Lo haremos. Siempre encontramos una manera,
susurra y desciende hacia mí sellado mis labios, para silenciarme y traerme de
nuevo a la vida. Me doy la vuelta sacando la camiseta de su cuerpo en un
movimiento rápido para fusionar nuestros cuerpos.
1 comment:
Waw que intensidad la de Cristian, que manera de pensar tan extraña y todo por una palabra OBEDECER que manía, pero tan bello con su gran amor, es conmovedor, y Ana muy bueno que tenga su carácter echa la pendeja, muy buen capitulo Emine mil gracias, y Patricia gracias por ti dedicación eres fabulosa te quiero amiga, un beso.
Post a Comment