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Saturday, November 16, 2013

Libro I - Capítulo XIV: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA


CAPITULO XIV
Tomar Posesión

 Traducido y editado por: Patricia Pinto


El aire está un poco frío esta noche, pero en la forma en que me estoy sintiendo en este momento, yo ni siquiera necesito ponerme mi chaqueta de cuero. Pero los años de hábito de cuidarme sacan lo mejor de mí, así que estoy de pie con una botella de champán en la mano y con mi chaqueta puesta.  Llamo a la puerta con un entusiasmo que no puedo ocultar. Ella abre la puerta. Mi corazón tartamudea cuando la miro a los ojos. Verla es como conseguir un pedacito del cielo.

Heaven - Frank Sinatra

_ Hola, dice ella con timidez. Su mirada me dice que ella me aprueba.

_ Hola, le digo. Ella abre la puerta un poco más, y me invita a pasar.

_ Entra por favor.

_ Si me permites, digo divertido. Pensé que podríamos celebrar tu graduación, le digo mientras alzo mi mano y le muestro la botella. Nada le gana a un buen Bollinger.

_ Interesante elección de palabras, responde Anastasia.

_ Me gusta mucho tu ingenio Anastasia, le digo.

_ Oh Christian, hemos guardado todo. Sólo tengo  tazas de té. ¿Eso serviría? me pregunta

_ ¿Tazas de té? Suena bien para mí,  le digo. Se dirige a la cocina a buscar las tazas de té.

Cuando entro en la cocina, me encuentro un paquete marrón sobre la mesa de café con una nota adjunta a la misma. Reconozco lo que es, porque el escrito se parece al que le hice con los libros.

“Estoy de acuerdo con las condiciones Ángel, porque tu sabes mejor cual es mi castigo, solo no lo hagas más difícil de lo que pueda soportar”

Cuando ella regresa,  me encuentra mirando el paquete.

_ Esto es para ti, dice ella con ansiedad.

_ Hmm, pensé lo mismo. Cita muy acertada. Mis dedos trazan la escritura. Levanto la vista hacia ella. Pero pensé que era D'Urberville, no Ángel. Te decidiste por la degradación, le digo con una sonrisa depredadora. Confío en ti para encontrar algo tan apropiado.

_ Pero, también es una súplica, susurra.

_ ¿Una súplica? Estoy sorprendido, pero lo entiendo. ¿Para que me lo tome más despacio contigo? Les pregunto en voz baja. Ella asiente con la cabeza.

_ Anastasia, compré esto para ti, le digo tratando de no mostrar mi dolor. Quiero que acepte mis regalos. Yo no sé por qué tengo esta necesidad de cuidar de ella. Lo tomaré más despacio contigo si los aceptas.

_ Christian, es difícil para mí aceptarlos. Son demasiado caros, dice ella con fervor.

_ ¿Ves? De esto es de lo que te estaba hablando, me desafías. Quiero que los tengas y este es el final de la discusión. Es muy simple. No tienes que pensar en esto. Como una sumisa deberías estar simplemente agradecida por ellos. Aceptas lo que te compro porque me complace hacerlo.

_ Christian, yo no era tu sumisa cuando los compraste para mí, susurra.

Me preocupa que ella pudiera estar cambiando de opinión. No puedo aceptar eso.

_ No… pero has aceptado Anastasia. Ella da un suspiro. Su mente está tramando algún plan y puedo verlo en su rostro.

_ Entonces  ¿Son míos para hacer lo que quiera? Estrecho mis ojos sabiendo que tiene un As bajo la manga, pero concedo.

_ En ese caso, me gustaría donarlos a una organización benéfica que trabaja para Darfur, ya que pareces estar comprometido con ello. Podrían subastarlos.  

Desde que le di los libros, tratando de llegar a ella a través de ellos, ha querido devolverlos. Estoy disgustado. Ella encuentra lagunas en mis reglas, incluso algo tan simple como aceptar un regalo que le doy, así ella no lo quiera. Me siento herido.

_ Si eso es lo que deseas, le digo. Mi disgusto se muestra en mis labios que los tenso como la cuerda de una guitarra. Ella nota mi decepción.

_ ¡Muy bien! Voy a pensar en ello, dice.

_ Anastasia, no pienses por favor. No sobre esto, le digo en voz baja. Los dos estamos tensos ahora. Ella mira hacia abajo a sus dedos. Lo hace siempre, mucho. Sobre todo cuando es tan tímida así. Hay algo que me tira hacia ella. Extiendo mi mano y subo su barbilla, mirándola a los ojos con una expresión seria. Quiero cuidar de ella, quiero hacer cosas por ella, quiero comprar sus cosas, atenderla. Yo quiero que ella se acostumbre a eso. ¡Yo me ocupo de lo que es mío!

_ Anastasia, te voy a comprar un montón de cosas. Tienes que acostumbrarte a ello. Soy un hombre muy rico y puedo permitírmelo, le digo cuando me inclino hacia abajo y le planto un casto beso en los labios. Por favor bebé, le digo cuando la libero.

_ Me hace sentir barata, susurra exasperándome. Me paso la mano por el pelo.

_ Anastasia. No vuelvas a decir eso. No deberías. No hagas juicio morales vagos sobre ti, basada en lo que otros puedan pensar. No desperdicies tu energía. Solo es porque tienes reservas sobre nuestro acuerdo, eso es perfectamente natural. No sabes en lo que te estás metiendo.  

Ella frunce el ceño, se pierde en sus pensamientos. Oh no... ella está pensando demasiado otra vez y captura su labio entre sus dientes. Extiendo la mano ahuecando su barbilla y libero su labio. Hey, para esto, ¿de acuerdo? No hay nada en ti que sea barato. No quiero que pienses eso. Solo compre unos libros viejos que pensé que significarían algo para ti. Eso es todo, le digo con afecto. Tomemos un poco de champán. Ella me sonríe de nuevo  y el sol está en su cara.

_ Eso está mejor, le susurro. Cuando abro la botella y vierto un poco de champán en su taza, se sorprende por su color.

_ ¡Christian, es de color rosa!, dice con los ojos abiertos, asombrada. Y esa es una de las cosas que me gusta de ella. No sé cómo va a reaccionar o responder a cualquier cosa que hago, simple o compleja.

_ Sí, es Bollinger Grande Année Rosé 1999, una excelente cosecha, le digo.

_ Una gran cosecha  en tazas de té, añade haciéndome sonreír.

_ Sí, las tazas de té son una excelente opción. Felicitaciones por tu grado Anastasia, digo levantando la taza de té a la de ella, que tintinean.

_ Gracias, dice y agrega: ¿Deberíamos repasar los límites suaves? Lo que me hace sonreír.  Ella se sonroja. Tomo su mano y la llevo hasta el sofá.

_ Siempre tan impaciente le digo, tirando de ella a mi lado.

Pero primero quiero que tome un poco de champán. Porque, ella siempre está tan cerrada y yo quiero que esté abierta y expresiva conmigo, ella tiene que aflojar un poco. Como dicen en América, “In vino veritas” que significa “en el vino está la verdad”

_ Tu padrastro es un hombre muy taciturno,  digo para sorprenderla.

_ Aun así, lograste tenerlo comiendo en tu mano,  ella responde.

_ Eso es sólo porque yo sé  de pesca, le digo.

_ Sí, yo te iba a preguntar eso. ¿Cómo supiste que era bueno en la pesca o incluso que a él le gustara la pesca? Ella pregunta curiosa.

_ Tú me lo dijiste en la cafetería, le digo para sorprenderla aún más. Me encanta hacer estas notas mentales, uno nunca sabe cuando las va a necesitar. Ella parece satisfecha de que la escucho cuando habla. Ella no recuerda habérmelo dicho, pero está contenta de que yo lo recordé. Me pregunta si probé el vino en la graduación. Yo le digo, sí, pero era desagradable.

_ Cuando lo probé, me acordé de ti, dice ella. ¿Cómo llegaste a saber tanto de vinos?

_ No es que sepa mucho de vinos. Sólo sé lo que me gusta, le digo. Lo mismo ocurre con todo lo demás en mis gustos particulares. Sólo sé lo que me gusta. Su taza está casi vacía. Extiendo la botella  animándola a tener un poco más. Ella la sostiene y la lleno completa.   Hablamos de su traslado a Seattle. Quiero que el champán haga lo suyo para tener tiempo para trabajar. Ella me dice que el día siguiente es su último día en el trabajo. La semana está casi terminando, y ni rastro de que ella tenga un Blackberry, no podré localizarla. Tengo que poner a Taylor a que se apure, debe ser entregado mañana.

_ Realmente me encantaría ayudarte con la mudanza, pero mi hermana Mia está regresando de París y se supone que debo recogerla en el aeropuerto. Pero he oído que Elliot está listo para darles una mano durante la mudanza.

_ Sí, nos va a ayudar. Kate está muy entusiasmada con eso, responde. La idea de que Kate “la trituradora de  bolas” y mi hermano Elliott estén juntos es un poco inquietante. Niego con la cabeza, extraña combinación. ¿Quién lo hubiera pensado?

_ Entonces ¿Qué harás para el trabajo en Seattle? Le pregunto a la espera de que el vino haga su magia. Pero la respuesta que obtengo me sorprende.

_ Tengo un par de entrevistas para pasantías, dice ella. Entrecierro mi mirada y este poco de información extrañamente me molesta. ¿Por qué soy el último en saberlo?

_ ¿Cuándo ibas a decirme sobre eso?

_ Lo acabo de hacer, ella responde sorprendida. Taciturna como su padrastro. Es por eso que tengo el champán. Necesito tener unas palabras abiertamente, ella tiene que aflojar. Estrecho mis ojos hacia ella y le pregunto: ¿Dónde?

_ En un par de editoriales, dice vagamente.

_ ¿Eso es lo que quieres hacer? ¿Algo en el mundo editorial? Ella asiente.

_ ¿Y bien? Le pregunto.

_ Bien, ¿qué? responde.

_ Oh, vamos Anastasia, no te hagas la obtusa ¿cuáles editoriales?  

_ Las más pequeñas, murmura. Ella no quiere que yo sepa. ¿Por qué?

_ Anastasia, ¿por qué no quieres decirme?

_ Yo no quiero tu influencia indebida Christian, murmura haciéndome fruncir el ceño. Ella me mira con sus ojos azules y examina mi expresión. Oh, creo que eres tú quien está siendo obtuso ahora, dice cambiando  mi estado de ánimo y me hace reír.

_ ¿Yo soy obtuso?  Bebe champaña y vamos a hablar de estos límites, le digo. Ella bebe hasta la última gota de su champán y cuando le pregunto si ella quiere más, ella lo hace. Estoy contento. Sé que es un hecho de que ella se pone locuaz cuando bebe. Su bebida hizo que me llamara la primera vez, cuando fui a rescatarla del aspirante a violador. Pero acabo de recordar que ella también vomitó por todo el patio y el lecho de flores porque no comió.

_ ¿Has comido hoy?

_ ¡Sí! Ella me voltea los ojos. Tuve una comida de tres platos con mi padrastro, dice ella con petulancia.

¡Oh baby! ¿Me acabas de torcer esos bellos ojos a mí? Me inclino y la tomo de la barbilla, mirando fijamente sus ojos, respiro para que mi amenaza sea sincera.

_ La próxima vez que me pongas los ojos en blanco, te pondré sobre mis rodillas. Es una promesa.

_ Oh, ella respira. Es un gemido que se le escapó.

_ Oh, la imito. Estoy más que emocionado que comience el juego.

 _ Así comienza Anastasia, le digo. Lleno su taza otra vez y ella se la toma de un tiro mirando hacia mí.

_ ¿Tengo tu atención ahora? Le pregunté. Ella asiente con la cabeza.

_ Quiero que me respondas, le digo con firmeza.

_ Sí, tienes mi atención, murmura.

_ Bien entonces, le digo, los actos sexuales. Hemos hecho la mayor parte de éstos, dije mirando la lista de límites blandos. Ella se acerca a mí en el sofá y mira hacia abajo la lista. Me gusta su proximidad. ¡Mucho!

Buscamos en los límites blandos lo que es aceptable para ella, la mayoría de los cuales hemos hecho ya. Cuando ella mira  la lista, cierra los ojos como si estuviera disgustada con lo que estamos viendo.

_ Ningún tipo de puño. Dice con firmeza.

_ Está bien, asiento, ¿alguna otra cosa que quieras objetar?
_ No estoy muy interesada en la penetración anal tampoco dice ella. Oh no, no bebé, no con ese trasero que tienes.

_ Estoy de acuerdo con el fisting, le digo, pero yo realmente, realmente amaría reclamar su trasero rosado y redondo Anastasia. Pero, tenemos que esperar para eso de todos modos. Además es algo en lo que no podemos simplemente sumergirnos. Tu trasero necesita entrenamiento.

_ ¿Entrenamiento?

_ Oh sí, necesita una preparación cuidadosa. La penetración anal puede ser muy placentera, confía en mí. Pero si lo intentamos y no te gusta, no tenemos que volver a hacerlo. Le sonrío.

Ella estrecha su mirada con duda de que podría ser divertido. 

_ ¿Has probado eso antes? Me pregunta.

_ Sí, le respondí. A ella se le corta la respiración. 

_ ¿Con un hombre?

_ No. Nunca he tenido relaciones sexuales con un hombre. No es lo mío, respondo con sinceridad. Ella parece un poco aliviada.

_ Con su... hace una pausa con disgusto, ¿la señora Robinson?  La miro y veo la envidia detrás de sus ojos.

_ Sí, le digo, y sigo adelante. 

_ Muy bien. Tragar semen.  Recuerdo que tienes una A en eso, le digo y se retuerce. Entonces ¿tragar semen está bien? Toma más champán como si le dará un coraje que está tratando de conseguir a través de esta discusión. Ella podría necesitar más  valentía, para dar el siguiente paso.

_ Sí.

_ ¿Más champán?

_ Sí, por favor, dice y extiende su taza.

Bajamos a la lista de juguetes sexuales. Cuando lee tapón anal en la lista, abre los ojos como platos y  arruga la nariz.

_ ¿Tapón anal?  ¿Hace lo que creo que hace? Ella pregunta con disgusto.

_ Sí. Y sirve para la penetración anal. Entrenamiento. Ella mira a la lista.

¿Es el uso de juguetes sexuales aceptables para la sumisa?

·        Vibradores
·        Consoladores
·        Tapón anal
·        Otros

Ella me mira y me pregunta: ¿Qué significa otros?

_ Bolas, huevos, ese tipo de cosas.

_ ¿Huevos? ¿Qué quieres decir con huevos? me pregunta ansiosa.

_ No es lo que piensas. No son verdaderos huevos, le digo riendo. Su ignorancia es adorable.

_ Estoy muy contenta de que me encuentres divertida, ella dice sintiéndose herida. Eso me detiene en seco y dejo de reír, tratando de mantener el humor en mi cara, pero soy rápido para disculparme por mi error. La última cosa que quiero hacer es herir sus sentimientos.

_ Me disculpo señorita Steele, la miro. Ella todavía se ve herida. La miro, lo siento mucho Anastasia,  deseando que ella me crea. Ella me devuelve la mirada.

_ ¿Tienes algún problema con los juguetes?

_ ¡No! Me escupe.

_ Anastasia. Realmente, lo siento, créeme.  No quería herir tus sentimientos. Nunca he tenido esta tipo de conversación con tanto detalle con nadie antes. Es sólo porque eres muy inexperta. Lo siento... ¿bien? Esta vez mi cara es sincera y seria. Su cara se calienta con mi sinceridad. Entonces nos movemos en el tema de la esclavitud. Ella ya ha puesto la suspensión como su límite duro. Ya que ella estará conmigo sólo por períodos cortos de tiempo, no hay necesidad de probar cosas que tendrán mucho tiempo para recrearse. Ella pasea sus ojos en la lista de la esclavitud. Sus ojos se estrechan cuando se da cuenta de un elemento de la lista y le pregunta.

_ Por favor, no te rías de mí, pero ¿qué es una barra de separación? No me gusta decirlo dos veces. Yo ya me he disculpado sinceramente con ella, ¿por qué  duda de mí? No me gusta que dude.

_ Anastasia, ya me he disculpado en dos ocasiones. Prometo no reírme. Me quedo mirándola. Por favor, no me obligues a hacerlo de nuevo, le digo con la advertencia en mi mirada. Ella visiblemente se contrae de nuevo con mi mirada, y la suya me que dice que soy un “mandón”

_ La barra de separación se utiliza para amarrar los tobillos y/o muñecas. Son realmente divertidas, le digo. Ella se ve dudosa, pero toma mi palabra como buena.

_Está bien... sobre amordazarme... He estado preocupada por si no pudiera respirar. Creo que no quiero eso, dice aguantando el aliento. Yo sé de eso de primera mano.

_ Yo también estaría preocupado por eso. No te quiero asfixiar, le digo.

_ ¿Cómo  utilizo la palabra de seguridad, si estoy amordazada de todos modos? Esto me hace pensar. Yo no quiero llegar tan lejos con ella, que se vea en la necesidad de utilizar la palabra.

_ En primer lugar Anastasia, espero que nunca tengas que utilizar palabras de seguridad. Pero una vez que alguien está amordazado, da señales de mano que se utilizan por las palabras de seguridad. Ella parpadea con mi relato.

_ Todavía estoy nerviosa sobre el amordazamiento, dice ella con disgusto.

_ Está bien. Lo tendré en cuenta y tomo nota de ello. Entonces ella me mira como si una bombilla se le hubiese prendido en la cabeza, con mucha intensidad en su cara.

_ ¿Te gusta atar a las sumisas para que no puedan tocarte? Ella me deja atónito. Se dio cuenta rápidamente de mi mierda.  La miro sorprendido, con los ojos muy abiertos.

_ Esa es una de las razones, le digo en voz baja.

_ ¿Es esa la razón por la que ataste mis manos?

_ Sí. Le digo, cayendo en un silencio.

_ ¿No te gusta hablar de eso? observa.

_ No, no me gusta. ¿Quieres otra copa? Te está haciendo valiente y necesito saber lo que sientes respecto al dolor.

Sus ojos se abren. Debo renovar su taza de té y ella toma un sorbo.

_ ¿Cómo te sientes acerca de recibir dolor? Pido mirándola expectante. De repente se pone tímida y se lleva el labio entre sus dientes. Te estás mordiendo el labio, le recuerdo oscuro. Ella libera el labio de inmediato y se ruboriza mirándose las manos.

_ ¿Fuiste castigada severamente de niña?

_ No, responde.

_ Ya veo, le digo, así que, en pocas palabras,  ¿no tienes ninguna referencia en lo absoluto?

_ No, responde. Mi mirada se suaviza.

_ No es tan malo como piensas. Tu imaginación es tu peor enemigo en esto, le susurro.

_ ¿Tienes que hacerlo? Pregunta.

_ Sí, le respondo con firmeza.

_ ¿Por qué?

Es porque soy un hijo de puta jodido, me digo a mí mismo. Todo va con el territorio Anastasia. Es lo que hago. Puedo ver que estás nerviosa por ello. Vamos a repasar los métodos, le digo. Cuando ella mira la lista, sus ojos se abren y captura su aliento.

·        Nalgadas
·        Palmadas
·        Azotes
·        Palmetazo
·        Mordidas
·        Abrazaderas de pezones
·        Pinzas genitales
·        Hielo
·        Cera caliente
·        Otros métodos de dolor

  
Ella palidece una vez que se pasea a través de los elementos de la lista.

_ Bueno dijiste no a las pinzas genitales, eso está bien, es el castigo que más duele. Podemos trabajar en eso.

_ O no hacerlo nunca, susurra.  

No, no... Tengo que tener esto. Tengo que tener presente el dolor.  Alimenta el monstruo jodido en mi interior. 

_ Esto es parte del trato nena,  pero vamos a trabajar en todo esto. No te voy a empujar demasiado Anastasia, le digo.

_ Esta cosa del castigo es lo que más me preocupa, dice en voz baja. Me alegro de que me dijera eso, porque podemos trabajar hasta ciertos castigos, o dejarlo fuera por el momento.

_ Bueno, me alegro de que me lo digas. Vamos a mantener los castigos fuera de la lista por el momento. A medida que te sientas más cómoda con esto, vamos a aumentar la intensidad, pero empezaremos lento, le digo tratando de apaciguar su preocupación.

Traga saliva, escéptica. Me inclino hacia delante y la beso en los labios.

_ No, fue tan malo, ¿verdad? La única respuesta que pudo reunir fue un encogimiento de hombros.

_ Mira hay una cosa más que quiero hablar y luego te llevaré a la cama, le digo con mi mirada intensa.

_ ¿Cama?  Me pregunta y parpadea rápidamente, con un rubor en la cara.

_ Vamos Anastasia, hablar de esto me hace querer follarte hasta la próxima  semana, debe estar teniendo algún efecto en ti también. Y ella comienza a retorcerse en su asiento, lo cual me complace enormemente.

Tonight - Enrique Iglesias

_ ¿Ves? Además, hay algo que me gustaría probar.

_ ¿Me va a doler? Pregunta.

_ Deja de ver el dolor en todas partes. Es más sobre el placer. ¿Te he hecho daño hasta ahora?

_ No, contesta de inmediato.

_ Bien. Entonces mira,  el día de hoy en la universidad, estábamos hablando sobre querer más. Hago una pausa.  Nunca he hecho esto antes. Nunca he encajado. ¿Quiero esto ahora? Ella está media ansiosa de mirarme. 

_ Fuera del tiempo en que seas mi sumisa, podríamos intentar… No sé si funcionará, no sé si podremos separarlo todo. Podría no funcionar, pero estoy dispuesto a intentarlo. Tal vez una noche a la semana, no sé.

La conmoción en su cara no puede negarse. Aprovecho su silencio mientras abre su boca y añado. Tengo una condición.  

_ ¿Qué? Respira, deseosa de aceptar cualquier cosa, por más.

_ Que amablemente aceptes mi regalo de graduación.

_ Oh, ella responde, cuando la cara se le cae.  Extiendo mi mano hacia ella y murmuro, ven, se levanta, y la llevo conmigo. Tomo mi chaqueta y la pongo sobre sus hombros. Caminamos fuera. Estoy ansioso por ver su reacción cuando vea su Audi compacto de dos puestas.

_ Es para ti. Feliz cumpleaños, murmuro, tirando de ella en mis brazos y besando su pelo. Doy un paso atrás y miro su cara. Una gran cantidad de emociones cruzan a través de ella. Feliz, sorprendida, enojada, desesperada, confundida... Ella está pensando demasiado de nuevo. Tomo su mano con la mía y la guía hacia su nuevo coche.

_ Anastasia, el Escarabajo ya estaba viejo y francamente peligroso. Yo nunca me perdonaría si algo te sucediera cuando es tan fácil para mí arreglarlo.

Quiero que sea feliz. ¿Es mucho pedir? Quiero poner todo frente a sus pies... ¿Por qué ella me quiere negar eso? La miro, pero ella sigue tímida, con la cabeza baja, luego mira al Audi rojo.

_ Se lo comenté a tu padrastro. Estuvo de acuerdo con esto, le digo. Se vuelve hacia mí con horror, mirándome.

_ ¿Se lo mencionaste  a Ray? ¿Cómo pudiste? De pronto está tan enojada que apenas puede pronunciar las palabras. Se nota mortificada.  

_ Es un regalo Anastasia. ¿No puedes simplemente decir gracias? Digo exasperado.

_ ¡Pero Christian, sabes que es demasiado!

_ No para mí no lo es. No para la paz de mi mente.

Ella frunce el ceño, sin saber qué decir. Se vuelve hacia el coche, y luego se vuelve hacia mí.

_ Estoy feliz que me prestes esto al igual que la computadora portátil. ¡Es tan condenadamente difícil que acepte algo! Suspiro pesadamente.

_ Está bien, es un préstamo, le digo con cautela. Un préstamo indefinido.

_ No indefinidamente, solo por el momento. Gracias.  Dice  haciéndome fruncir el ceño. Entonces ella hace algo inesperado y muy dulce. Me besa brevemente en la mejilla y  dice: Gracias por el coche señor. Con este gesto, ella hace caer toda mi guardia y eleva  mi pasión como un cohete. La cojo de repente, y la levanto contra mi cuerpo con una mano sosteniendo su espalda, y la otra enredada en su cabello.
  
_ ¡Eres una mujer desafiante Ana Steele! Y la beso con toda mi pasión reprimida, obligándola a abrir sus labios con mi lengua. Su pasión está al mismo nivel que la mía y ella devuelve mi beso con toda su pasión, empujándose encima de mí.  Estoy listo para prender esta mecha  y listo para tomarla allí mismo, en el estacionamiento de su edificio de apartamentos.

_ Anastasia, estoy tomando todo mi autocontrol para no tomarte sobre el capo del coche en este momento, solo para demostrarte que eres mía, y que si quiero comprarte un coche de mierda, te lo compro y listo. Ahora ve adentro y desnúdate. Y le doy otro beso fuerte transformando mi ira en una energía sexual cruda.

Agarro su mano y prácticamente la arrastro de vuelta a su apartamento, hago mi camino directo a su dormitorio con Anastasia a cuestas. He estado esperando lo suficiente todos estos días y estoy listo para reclamar lo que es mío de una vez por todas. Enciendo la lámpara sobre la mesa y me quedo mirándola por un momento.

_ Por favor, no te enfades conmigo, ella susurra con su mirada de bebé. ¿Tiene alguna idea de qué tipo de tornado provoca su mirada en mí? Le doy mi mirada pasiva en virtud de la cual puedo ocultar todas las emociones. Mis ojos son fríos y calientes. Yo no digo nada. Apenas puedo contenerme de abalanzarme sobre ella en este momento.

_ Lo siento mucho por el coche y los libros, dice mirando a otro lado. Todavía estoy en silencio, todavía luchando con mis emociones. Es sólo que me asustas cuando te enojas. Respira finalmente mirándome.

Yo no quiero que sienta miedo de mí. Cierro los ojos para encontrar mi centro, sacudo la cabeza como para sacudir lejos la nube emocional en mi cabeza. Cuando finalmente abro los ojos, la veo mirándome fijamente y  suavizo mi mirada. Respiro hondo y trago. Ella está irresistible en este momento, y quiero que centrarme en ella y no en la rabia que siento.

_ Date la vuelta, le susurro. Quiero sacarte ese vestido.  

She's So High - Tal Bachman

¡Por último un movimiento obediente de su parte! Se da la vuelta sin decir nada. Me muevo hacia ella, recojo su pelo hacia arriba y lo coloco sobre el lado derecho del hombro. Puedo oír su corazón latiendo como las alas de un colibrí tratando de escapar de su pecho. Pongo mi dedo índice en la nuca de su cuello y poco a poco arrastro mi dedo sobre su espalda. Me encanta su cuerpo, me encanta  la forma como le queda este vestido.

_ Me gusta mucho este vestido, murmuro. Me gusta ver tu piel sin defectos.

Cuando mi dedo llega a la parte superior de su vestido a mitad de su columna, lo engancho y tiro de ella hacia mi cuerpo lo que la hace dar un paso atrás al ras de mí. Me inclino hacia ella y aspiro el dulce olor de su cabello. Es como estar en el cielo.

_ Hueles divino, Anastasia. Tan dulce, le digo mientras arrastro mi nariz hacia abajo más allá de la oreja, pasando por el cuello y el hombro dándole suaves besos sensuales.  Su respiración se vuelve superficial y rápida, con el cuerpo lleno de expectativas. Mis dedos localizan la cremallera de su vestido y lentamente lo bajo con facilidad, mis labios besando y chupando por todo el camino a través de su hombro. Ella está tan deseosa que se retuerce bajo mi toque lánguidamente.

Tu. Vas. A. Tener. Que. Aprender. A. quedarte. Quieta. Susurro mientras beso alrededor de su nuca. Tiro del amarre del cuello de su vestido y cae tentadoramente a sus pies. ¿Sin sujetador? ¡Oh Dios!

_ ¿Sin sujetador señorita Steele? ¡Lo apruebo! Mis manos se extienden alrededor de sus pechos y toco sus pezones que se endurecen con el contacto de mis dedos. Me inclino y murmuro contra su cuello.

_ Levanta tus brazos y ponlos  alrededor de mi cabeza. Ella obedece y sus pechos se levantan y los empuja hacia a mis manos, los pezones están duros. Sus dedos se enredan en mi pelo y tiran de él con cuidado mientras ladea su cabeza dándome acceso a su cuello. ¡Es tan jodidamente caliente!

_ Mmm... Murmuro detrás de su oreja y empiezo a extender sus pezones mientras sus dedos reflejan mis acciones dentro de mi cabello. Se está poniendo demasiado caliente para contenerme.

_ ¿Debo hacerte venir de esta manera? Le susurro por lo que ella arquea la espalda en señal de aprobación.

_ ¿Te gusta esto, verdad señorita Steele?

_ Mmm…, dice.

_ Dime, le pregunto continuando con mi tortura sensual, tirando de sus pezones suavemente.

_ Sí, ella respira.

Tiempo para educarla, Sí, ¿qué? le pregunto...

_ Sí, señor, responde.

_ Buena chica, le digo apretando con fuerza haciéndola convulsionar con una sacudida de placer/dolor dejándola jadeante. Mi erección está dura y empujando detrás de ella. Ella gime más fuerte y al tiempo tira de mi pelo con más fuerza.

_ No creo que estés lista para venirte todavía, le susurro y aún mis manos siguen con las caricias. Le muerdo el lóbulo de la oreja, tirando de él. Además, me has disgustado, le digo. Tal vez, no voy a dejar que te corras  después de todo.

Mis dedos continúan acariciando, torciendo, amasando sus pezones. Ella mueve su trasero de lado a lado contra mi erección, su deseo me hace sonreír, siempre está caliente para mí.

Mis manos se mueven hacia sus caderas. Empujo mis dedos pulgares contra la tela de sus bragas rompiéndolas y las lanzo directo a sus pies para que las pueda ver. Muevo mis manos hacia su sexo desde atrás y deslizo mi dedo y me doy cuenta que mi hermosa chica está jugosa y lista para mí.

_ Oh, sí. Mi dulce chica ya está lista, respiro y la giro para quedar frente a frente. Ella me pone condenadamente caliente y su mirada me quema. 

The Way You Make Me Feel - MJ and Britney Spears

Meto mi dedo en mi boca y chupo. Sabes tan bien señorita Steele, le digo suspirando. 

_ Ahora desnúdame, le digo en voz baja mirándola con los ojos entrecerrados. Ella mira hacia abajo a sus zapatos de tacón alto. Y entiendo que no sabe cómo hacerlo. Sé que es su primera vez.

_ Puedes hacerlo. La animo suavemente. Ella parpadea rápidamente, sin saber por dónde empezar. Sus manos se extienden a mi camisa, pero yo las sostengo y muevo mi cabeza en negación. Con picardía le sonrío.

_ No, no... dije sacudiendo la cabeza. La camisa no, es posible que necesites tocarme para lo que he planeado. Tomo una de sus manos y la pongo en mi erección.

_ Este es el efecto que causas en mí, señorita Steele. Ella, en respuesta jadea y flexiona los dedos alrededor de mi erección.

_ Quiero estar dentro de ti. Quítame los pantalones. Tú estás a cargo. Su mandíbula se abre en respuesta.

_ ¿Qué vas a hacer conmigo? Bromeo.


Ella pone buena cara, y me empuja hacia la cama, haciéndome reír cuando caigo. Ella me mira como si hubiera ganado una importante batalla. Da un tirón a uno de mis zapatos y luego saca los calcetines, pero su emoción, y sus problemas de coordinación, la hacen  un poco torpe y para mí es mucho más caliente. Repite el proceso en el otro pie. Estoy lleno de deseo por ella hasta el borde. ¡Finalmente conseguí que me acepte! Me siento victorioso. Ella se arrastra hacia arriba en la cama con las manos en mis rodillas, sus pechos están muy cerca y ella se sienta a horcajadas sobre mí para desabrochar mis pantalones vaqueros. Desliza sus dedos debajo de mi cintura. Sus dedos rozan mi vello púbico. Su toque no sólo me emociona sino que también me da un descanso celestial. Una paradoja. Cierro los ojos y flexiono las caderas con su toque.

_ Vas a tener que aprender a mantener quieto señor Grey, me regaña, tirando del pelo debajo de la cintura. Esa reprimenda engancha mi aliento, y sonrío hacia ella.


_ Sí, señorita Steele, me quejo, mis ojos son brasa de pasión por ella. Me estoy conteniendo demasiado, esta espera me está matando, tengo que tenerla. De lo contrario voy a explotar.

_ En mi bolsillo, agarra el condón. Le digo en voz baja impaciente.

Ella mete su mano en el bolsillo lentamente, buscando, moviéndose a mi alrededor y su tacto crea un pico de éxtasis. Yo abro la boca involuntariamente con placer. Finalmente saca los dos paquetes de preservativos y los pone sobre la cama cerca de mi cadera. Sus dedos alcanzan con impaciencia el botón de mi cintura lentamente.

_ Estás tan impaciente, señorita Steele, murmuro, feliz de saber. Ella baja la cremallera. Trata de un tirón bajar mis pantalones, pero mi trasero está firmemente en la cama, ella es incapaz de sacarlo. Se muerde el labio con frustración disparando mi deseo sexual. Ella frunce el ceño. Inclina sus pechos y es una visión hermosa mientras mantiene el labio en cautiverio. ¡Me tiene al borde!

_ No puedo mantenerme quieto si te vas a morder el labio. A continuación arqueo la pelvis para que ella pueda sacar el pantalón y de un solo tirón arrastra los calzoncillos también, liberando mi erección. Le doy una patada a la ropa enviándola al suelo. Parece a un niño en la mañana de Navidad con sus regalos favoritos ante ella. Estoy más que satisfecho con su reacción.

_ Ahora, ¿qué vas a hacer? Respiro con deseo. Ella toca mi erección con suavidad y su toque llega como electricidad que me hace sacudir y mi boca se ensancha en forma de O. Mira mi erección con ganas y baja su cabeza dejando que su cabello caiga como cascada y me chupa ¡duro!  Cierro los ojos con placer.

_ ¡Cristo Ana con calma! ¡Estoy listo para venirme y yo no quiero, yo quiero follarla!

_ Para Ana para, no quiero venirme. Ella se ve decepcionada de alguna manera.

_ Bebé, tu inocencia y tu  entusiasmo me desarman, jadeo. Tú, arriba... eso es lo que tenemos que hacer, le digo. Le doy uno de los preservativos. Toma, pon esto.

Ella rompe el paquete y lo sostiene en su mano.

_ Aprieta la parte superior y luego ruédalo. No quieres nada de aire al final de esa mierda.  Le digo jadeando. Ella se concentra como una estudiante que está trabajando en un nuevo proyecto por primera vez y con mucho cuidado, y poco a poco lo rueda hasta abajo, me está matando en el proceso. Yo voy a explotar con sólo mirarla.

_ Cristo, Anastasia, me estás matando aquí, me quejo. Mira a mi longitud y también ella se despierta, lamiéndose los labios involuntariamente.

_ Ahora, murmuro, quiero estar enterrado dentro de ti.  Ella se queda mirando hacia mí, intimidada, y de pronto me siento, así que estamos cara a cara.

_ De esta manera y rodeo con una mano sus preciosas caderas levantándola ligeramente y muy poco a poco y con facilidad me entierro en ella. Está tan resbaladiza, tan suave, tan apretada.

Ella gime a lo largo de mi entrada y su boca se abre con sorpresa por la dulce sensación que mi cuerpo le proporciona. Oh… por favor… susurra con placer.  

_ Así es cariño  siénteme completo, gruño cerrando los ojos. Me empujo hasta el fondo, hasta la empuñadura y la mantengo en ese lugar durante un tiempo para saborear la sensación de estar dentro de ella. ¡Quiero hacer mi reclamo, mi poder, mi mujer encima de mí! ¡Ella es mía! Digo interiormente.

_ Es profundo de esta manera, murmuro. Flexiono mis caderas y las hago girar y ella gime de placer.

_ Una vez más, susurra, me hace sonreír. Nuestro objetivo es complacer, bebé…

Ella gime de placer aún más fuerte y echa la cabeza hacia atrás, su hermoso cabello cayendo abajo. Poco a poco me hundo de nuevo en la cama.

_ Ahora, te mueves, Anastasia, arriba y abajo, como quieras. Toma mi mano, le digo con voz entrecortada y ronca. Ella agarra mis manos y estamos conectados en muchos puntos. Sube suavemente sobre mí y vuelve a bajar en repetidas ocasiones. Me arden los ojos con anticipación salvaje. Mi respiración está entrecortada igual que la de ella. A medida que se mueve levanto mi pelvis para sincronizar los movimientos y crear nuestro propio ritmo. Arriba, abajo, arriba, abajo... una y otra vez. Ella jadea duro, y estoy a punto de explotar. Nuestros cuerpos bailando su propio tango. Tengo una maravillosa mujer frente a mis ojos. Ella está despertando en mí sentimientos que no conocía. Esto es una realización absoluta: ¡No podré vivir sin ella! Ella es mía y en este momento me lo está diciendo, amándome. Nunca he sido amado antes, sino por ella. Al verla llegar a su pico, la tomo por las caderas y cerrando mis ojos me inclino con la mandíbula tensa llegando en silencio a un orgasmo intenso, lleno de emociones desconocidas. 

Se desploma sobre mi pecho, abrumada. Cruzamos la línea entre hacer el amor y follar. Estoy en una zona gris ahora. ¿Quiero volver a lo de antes? ¿Podré volver?  

I'm Yours - Jason Mraz





4 comments:

Unknown said...

Amiga ayer escribi un comentario y no salio quien sabe que paso, te confieso que no soy muy ducha en esto de la internet, aprendo en el camino amo este cap. ese sentido de intimidad es increible sobre todo ver la transformaion de cristian, aun no entiendo como hay personas que no les gusta esta historia gracias patricia igualmente a emine un beso.

Anonymous said...

GRACIAS POR ESA VERSION cHRISTIAN ES INCREIBLE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Anonymous said...

ADORO ESTA VERSION CHRISTIAN ES INCREIBLE!!!!!!!!!!!!!!!!!

Unknown said...

Nancy Fica Soto muy bueno como siempre Emine
22 h · Me gusta

Leidy Diana Bedoya ufff... gracias Emine... mil emociones me haces vivir.... y Patricia gracias por tu trabajo...
21 h · Me gusta

Pao Flores Excelente chicas, gracias
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Maureen Marin Porras .me enamore gracias
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Sandy Santana Gracias por capitulo..hermoso como.los anteriores
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Jeannifer Pino Arce Simplemente maravilloso !
Gracias
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Teresa Dahlin Como siempre, me encanta!!!
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Cindy Zamudio Oh!! Mi Dios que hombre tan bello,,,,gracias a Emine,,como siempre es un placer leer lo que escribes..muack!!!!
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Maga Collado Espaillat No los he podido leer, pero los tengo pemdiente
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Noelia Palma Fuentes Genial
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Piedad Garcia Mendoza Te hace querer leer de nuevo los libros una y otra vez