CAPÍTULO XXII
ES DIFICIL DECIR ADIOS
Traducido y editado por: Patricia Pinto
Me despierto
con Anastasia entre mis brazos.
_ ¡No! Gime en
sueños. ¡No! No te vayas
Christian, murmura.
Love Story - Taylor Swift
_ Hey, hey...
digo frotando su cabello, tratando de calmarla. Ella se relaja bajo mi tacto. Es de noche. Puedo ver las luces de la ciudad desde
las ventanas descubiertas. Encuentro que mis brazos y mis piernas
están alrededor de Anastasia, la reclamo
incluso dormido.
_ ¡No te vayas
por favor! Tengo miedo. Christian te amo... ella gime y se
estremece en su sueño. Le beso el
pelo, cerrando los ojos. Es el
mejor sonido que he escuchado desde que ella lo dijo por primera vez ayer en su
sueño. Pero, sin embargo, tengo
miedo de escuchar eso. Me siento intimidado
en lo más profundo. Gracias a
Dios, ella está dormida. Yo no
creo poder manejar esto si me lo dice despierta. Yo no puedo ser amado. No debería ser amado. Estoy jodido. Sucio. Indigno...
_ No puedo...
continúa con una ingesta de suspiro tembloroso, su brazo se extiende a una
persona invisible en la oscuridad.
_ Bebé... le
susurro al oído, no voy a ninguna parte... le digo tratando de tranquilizarla. No me
dejes, te necesito... le susurro. Ella
suspira en sueños. Nunca... dice a la deriva.
_ Nunca, ¿qué? ¿Nunca
qué nena?
_ Nunca te dejaré Christian, murmura apenas audible, pero esa sola frase me da la mayor paz y tranquilidad que he tenido en toda mi vida. El conocimiento del hecho de que ella me quiere y ella no me dejará me consuela, me relaja, como si una tonelada de carga se ha levantado de mis hombros. Tengo miedo de esta mujer que me toma por sorpresa, incluso en sueños. Mi reloj marca las 5:16am tengo que levantarme para hacer ejercicios, es una rutina para mí y tengo un largo día por delante. La miro aun dormida. Podría verla durante horas. ¡Ella me ama! Estoy más allá que eufórico. Me encantaría que me lo dijera de verdad. ¡No! No podría escucharlo. Tengo demasiado miedo con la idea. No soy digno de ella... o de su amor. Soy un hijo de pura jodido y retorcido. No soy digno de nada. Ciertamente no de los gustos de ella, pero yo soy un hombre egoísta que ahora desea tener a este ángel que estoy sosteniendo en mis brazos. Cuan afortunado me siento de tenerla. Me muevo con cuidado, apartando mis brazos lejos de ella. Tengo que ir a trabajar. Quiero seguir viéndola en su sueño pacífico. Pero cuando muevo mis brazos lejos de ella, cambia su cuerpo y se vuelve hacia mí, me busca en la oscuridad. ¡Se siente atraída a mí también! ¡Qué consuelo es saber eso! ¡Ella tiene mi corazón tirando de una cadena!
Poco a poco me
alejo de la cama, mirándola en la penumbra, con la única iluminación que proviene
de la ciudad que se asoma a través de mis ventanales. Ella es hermosa. Encantadora. Cautivante. Voy a mi armario y me pongo mis
sudaderas de entrenamiento. Me
voy a la cama y chequeo a Anastasia por última vez antes de salir para el
gimnasio.
Cuando llego a
la planta baja para hacer ejercicio, Taylor ya está ahí. Él me mira con recelo, y se da cuenta
de mi actitud calmada, y continúa su entrenamiento al reconocer mi presencia.
_ Buenos días,
señor, dice educadamente. Asiento
con la cabeza como respuesta. Buenos
días.
Entrenamos a lo
largo de una hora. Corro, levanto
pesas, y nado. Regresamos a mi
ático. Tomo mi ducha. Me pongo los pantalones negros y mi camisa
blanca. Entro en la cocina. La
señora Jones ya está ocupada en la cocina.
_ ¿Quiere su desayuno
en este momento, señor?
_ No en este
momento señora Jones. Voy a trabajar un poco. La señorita Anastasia Steele está
aquí. Ella prefiere el té
Twinings Inglés en lugar de café. Voy
a tomar un poco de café ahora.
_ Sí señor. Prepararé el té, una vez que se
despierte. Tengo su café listo,
dice entregándome una taza de café recién hecho.
_ Gracias
señora Jones, le digo mientras me tomo mi café.
_ Si la señorita
Steele pregunta, voy a estar en mi oficina trabajando, le digo.
_ Sí, señor,
responde con cortesía.
Camino a mi
estudio y Taylor está presente para informarnos de las actividades del día.
Repasamos el calendario y él vuelve a su oficina. Abro y verifico mis correos
electrónicos. Hay un mensaje de mi mano derecha Ros acerca de una empresa que
estamos debatiendo si es rentable o la liquidamos. Ella me envió los libros de contabilidad
de Pérdidas y Ganancias y es lamentable. La
llamo para discutir más a fondo.
_ Señor Grey
dice saludándome.
_ Ros, ¿qué
pasa con la cuenta de resultados de la empresa que hemos adquirido el año
pasado? ¿Por qué las ganancias no
son buenas por cuarto trimestre consecutivo?
_ Es el
economista. La empresa ya venía
mal y desde el momento en que la hemos adquirido, ha mostrado una ligera
mejoría, pero no lo suficiente para recuperarse de las pérdidas.
_ Entiendo lo
de la leve mejoría de la que estás hablando, pero no es suficiente. A menos que
P&L mejore, no me interesa mantenerla Ros. No vamos a llevar ese peso
muerto, le digo.
_ Sugiero que
implementemos algunos cambios y quizás reemplazamos el CFO. Tengo a alguien en mente que podría
ser capaz de levantarla en poco tiempo, pero no será suficiente con lo que
hemos invertido, nos puede costar un poco más de dinero… dice, mientras le
interrumpo.
_ Mira, yo no
necesito ninguna excusa con patas cortas. Nos
está costando demasiado dinero. Haz que Marco me llame.
_ Sí, señor. Además, Barney quería saber lo que
piensa del prototipo, o si usted tiene alguna sugerencia para una mejora.
_ Sí, dile a
Barney que el prototipo se ve bien, aunque no estoy seguro acerca de la
interfaz.
_ ¿No te gusta
la interfaz? Viene con altas
recomendaciones de nuestros ingenieros, dice ella.
_ No, es sólo que
falta algo... De hecho, él y su
equipo, podemos intercambiar ideas...
_ Bien. Ya sabes que yo no soy muy técnica, pero es
preferible dejar tus inquietudes con el equipo de ingeniería. Si no hay nada
más, le digo a Andrea para reprogramar las reuniones para la tarde.
_ Está bien. Ponme de nuevo a Andrea.
Siento una
mirada sobre mí. La mirada de
Anastasia. La electricidad
palpable. Ella está aquí, en la
habitación. Levanto la vista y la
veo. Al verla me crece una
sonrisa lenta y sexy en mi cara. Ella me mira, sin palabras. Ella toma una respiración temblorosa,
como si dejó su cordura en la puerta. Continúo
mi conversación con Andrea, pero mis ojos están fijos en Anastasia, sin dejar
de mirarla. Esta es la mirada que me hace sentir completamente vivo...
I’m Alive by Celine Dion
_ Andrea. Elimina las reuniones de esta mañana,
pero dile a Bill que me llame. Voy
a llegar a las dos. Tengo que
hablar con Marco esta tarde, por lo menos media hora...
_ Barney necesita
hablarle señor. ¿A qué hora lo
ponemos? Dice Andrea.
_ Programa a Barney
y su equipo después de Marco, o tal vez mañana, y encuentra tiempo para yo ver
a Claude cada día de esta semana...
_ ¿Cuándo le gustaría
ver al Dr. Flynn señor?
_ Dile que espere... Yo confirmo esta tarde.
_ Sobre el
envío al Darfur. ¿Desea alguna
publicidad?
_ Oh .. No, no quiero publicidad para
Darfur... digo.
_ Sam dice que
puede haber algunos problemas con el envío.
_ Dile a Sam
que lidie él con eso..., le digo irritado. ¿Tengo que pensar en todo?
_ ¿Recuerda el
próximo evento al que está invitado, señor?
_ No... ¿Cuál evento?
_ Es un baile
ofrecido por la
Asociación Americana de Constructores Navales el próximo
sábado.
_ ¿El próximo
sábado? ... Un momento. Digo.
_ ¿Cuándo vas a
estar de vuelta de Georgia? Le pregunto a Anastasia.
_ El viernes
ella responde.
_ Voy a
necesitar una entrada extra porque tengo una cita..., le digo.
_ ¿Perdón,
señor? ¿No sabía que usted tenía
una cita?
_ Sí Andrea, eso
es lo que he dicho, una cita, la señorita Anastasia Steele me acompañará.
_ Pido
disculpas señor. Yo no oí bien. ¿Algo
más señor?
_ Eso es todo,
le digo y cuelgo. Mis ojos se van
hacia Anastasia.
_ Buenos días
señorita Steele.
_ Señor Grey,
dice ella con timidez.
Ella está
congelada en su lugar. Camino
alrededor de mi escritorio y me paro frente a ella. Me toca suavemente la mejilla con el
dorso de los dedos.
_ Yo no quería
despertarte, te veías tan tranquila. ¿Has
dormido bien?
_ Me siento muy
bien descansada, gracias. Sólo
vine a saludar antes tomar una ducha, dice ella. Ella me mira y me inclino para besarla
suavemente. En ese instante, ella
lanza sus brazos alrededor de mi cuello, y sus dedos se retuercen en mi pelo todavía húmedo. Ella empuja su cuerpo contra el mío al
ras, y me devuelve el beso con fervor, con pasión. Ella me quiere... ahora mismo. Su ataque me toma por sorpresa, pero,
también es una bienvenida. Después
de un rato, yo respondo con un gemido que sale de mi garganta. Mis manos se
deslizan en su pelo, y abajo hasta su espalda, ahuecando su trasero desnudo
mientras mi lengua explora la suya. Me
hecho un poco hacia atrás con mis ojos
entrecerrados.
_ Bueno,
Anastasia, parece que dormir te hace bien, me quejo.
_ Yo sugiero
que vayas a tomar tu ducha, o te pondré sobre mi escritorio ahora, le digo.
_ Elijo el
escritorio, susurra con ganas. Me
quedo mirándola desconcertado por un pequeño segundo.
_ Tienes gusto por esto, ¿no señorita Steele? Te estás volviendo insaciable, murmuro.
_ Sólo tengo
gusto por ti, susurra, y me desarma por completo. Mis ojos se agrandan y se oscurecen
con el deseo mientras mis manos amasan su trasero desnudo.
_ Claro que sí,
sólo por mí, le gruño a mi mujer, y de
repente, con un movimiento fluido, paso mi brazo sobre mi escritorio
esparciendo todo su contenido, planos y papeles cayendo en el suelo. La tomo en mis brazos y la acuesto
sobre él.
_ Lo quieres,
lo tienes nena, murmuro, sacando una paquete de condón del bolsillo de mis
pantalones mientras me los desabrocho. Me
pongo el condón rápidamente y la miro. Joder tengo que estar preparado
para esta chica, porque con ella se junta el hambre con las ganas de comer.
_ Por supuesto,
espero que estés lista, yo respiro con una sonrisa lasciva. En ese instante entro, llenándola
mientras mantengo sus muñecas firmemente a su lado, y me propongo a empujar
profundamente en ella. Ella grita
de placer. Está tan húmeda ya.
_ ¡Cristo, Ana! Estás tan lista, le
susurro de admiración.
Ella envuelve
sus piernas alrededor de mi cintura y se aferra a mí de esa manera, me quedo
mirándola fijamente, con los ojos brillando de pasión y posesión por esta mujer. Ella es mía, y ella me
quiere y me lo afirma de nuevo. Me
agrada. Comienzo a moverme y a coger
impulso. Empujo profundo y duro y
ella grita de placer. Es pura
lujuria, puro deseo carnal... y algo más
debajo de todo este exterior que represento. Algo
que viene de mi interior. Me
muevo y me muevo, deleitándome en la sensación de mi mujer. Mis labios se separan y mi respiración
se incrementa a medida que me acerco a mi pico. Retuerzo mis caderas girando y veo que
ella también está disfrutando de la sensación de saciedad.
Ella cierra los
ojos y arquea la espalda para mí cuando su pico también se está acercando. Mis movimientos
van en aumento y ella gime en voz alta con la sensación que irradia sobre su
cuerpo. Empujo más rápido y más
duro en un ritmo constante. Todo
su cuerpo se está moviendo junto con mis movimientos y siento la rigidez de sus
piernas a mi alrededor mientras ella
está tratando de aferrarse a la sensación.
_ Vamos nena
dámelo, le susurro con los dientes
apretados y mi necesidad la envía sobre el borde. Ella grita cuando llega a su clímax y
me estrelló contra ella cuando llego al mío y finalmente en mi mejor momento
tirando de sus muñecas, me hundo sin decir nada sobre ella. Estoy completamente tomado. Ella me barre y pierdo mi razón. Cambia mis planes. Pierdo el control. Cuando estoy cerca de ella, yo no quiero nada, ¡solo a ella!
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_ ¿Qué demonios
me estás haciendo Ana? Respiro cuando acaricio su cuello. Me seduces por
completo. Tienes una magia muy poderosa.
Libero sus
muñecas y ella pasa los dedos por mi pelo mientras aprieta sus piernas
alrededor de mí.
_ Yo soy la
seducida, susurra. Levanto la
vista perplejo y alarmado. De repente
tengo este torrente de emociones de amor por ella, y eso me asusta. ¡No estoy familiarizado con esto! ¡Yo no sé cómo manejarlo! Esto no está bien. No es para mí... ¡No puedo amar! Ella es muy inocente, y yo no quiero que
ella salga herida por mí. Pero
maldita sea la quiero. El lado
egoísta de mí me dice que ella es mía en todos los sentidos de la palabra. Pongo mis manos en ambos lados de su
cara y mantengo la cabeza en su lugar.
_ Tú. Eres.
Mía. Le digo afincándome en cada palabra. ¿Entiendes? Le digo ardientemente.
Pero también es mi súplica por ella. Quiero
que se quede conmigo. Que no se
vaya. Que no me deje. El sentimiento que tengo por ella está
haciendo estragos en mi corazón en estos momentos. Estoy completamente dividido entre lo
que sé, lo que es seguro, y los deseos de mi corazón...
_ Sí, tuya,
ella susurra devolviéndome la mirada. ¿Cómo
puedo soportar estar lejos de ella casi una semana?
_ ¿Estás segura
de que tiene que ir a Georgia? Le pregunto. Ella
asiente con la cabeza lentamente. No
quiero presionarla y hacer que corra lejos de mí. Cierro mis emociones y miro hacia
abajo, dando a luz a mi rostro impasible que me tomó años formar. De pronto me retiro de ella, y ella se
estremece.
_ ¿Estás
adolorida? Pregunto inclinándose sobre
ella.
_ Un poco,
confiesa. Sonrío, eso es bueno. Yo la hice de esa manera y yo la he
reclamado. Ahí es donde he estado. Haría
bien en recordar eso.
_ Me gustas adolorida,
le digo con pasión en los ojos. Te
recuerda en donde he estado y que sólo yo he estado ahí. ¿Voy a tener suficiente de ella?
Le agarro la
barbilla y la beso con fuerza y luego la ayudo a ponerse de pie, toma mi mano y
se para. Ella mira la envoltura del condón que está a su lado y
murmura _Siempre preparado. Me quedo mirando el paquete vacío que está
sosteniendo en sus manos.
_ Un hombre
puede esperar Anastasia, incluso soñar y a veces, sus sueños se vuelven
realidad. Ella se ve confundida. Yo
soy un hombre que ni siquiera tenía orígenes humildes. Desde el mismo segundo
en que fui concebido, estaba jodido. Una
madre que fue una puta adicta al crack, un padre que fue uno de sus clientes lo
más probable, y los constantes abusos de su proxeneta y ella estaba demasiada
envuelta en sus propias penas para ser una verdadera madre. Además de eso se suicidó dejándome con
su cadáver durante cuatro días. Hasta que
la Dra. Grace
Trevelyan-Grey con su delantal angelical de médico decidió adoptarme... Incluso entonces, yo fui indigno para
esa familia perfecta. Indigno de
su amor y afecto, indigno de lo que me otorgaron. Yo no tenía nada que ofrecer. ¿Cómo puede un niño contaminado caber
en una familia de ángeles? Yo nunca fui
suficiente para estar a su altura.
Soñé querer llegar a ese estado... para encajar entre
ellos de alguna manera.
Dream On by Aerosmith
Trabajé
excepcionalmente duro. Trabajé lo
más duro posible. Aprendí todo lo
que pude. Luché con todas mis fuerzas
para llegar a donde estoy. Permanecí
concentrado y en control. De
alguna manera, con una gracia desconocida soy indigno de ellos, pero estoy
aquí... en presencia de esta mujer angelical que tiene sentimientos por mí. El temor que siento que ella me deje
es inmenso. Que de alguna manera
yo podría hacerla correr lejos de mí es lo más insoportable.
_ Así que, en tu
escritorio ¿ha sido un sueño? Me pregunta secamente con humor. Sonrío una enigmática sonrisa que sólo
permanece en mis labios sin llegar hasta mis ojos. Por supuesto, esta no es la primera
vez que he tenido sexo en mi escritorio. Lo
he tenido en numerosas ocasiones. Pero
con Anastasia es diferente. Porque
ella es diferente. Su cara cambia
con mi expresión. Ella se pone
incómoda, incluso celosa.
_ Será mejor
que me vaya a tomar la ducha, dice ella tratando de hacer un movimiento para conseguir
más de mí. Yo no quiero que ella
huya de mí. Es insoportable. Paso la mano por mi pelo exasperado. Pero tengo que estar lejos de su
tirón.
_ Tengo un par
de llamadas que hacer. Me reuniré
contigo en el desayuno una vez que hayas terminado con tu ducha. Creo que la señora Jones ha lavado tu
ropa de ayer. Están en el armario,
le digo. Ella se ve sorprendida.
_ Gracias,
murmura.
_ De nada, le
doy mi respuesta automática. Ella
me da una mirada extraña.
_ ¿Qué? Pregunto
_ ¿Qué pasa? Re
pregunta ¿Cómo hace eso?
_ ¿Qué quieres
decir?
_ Bueno... estás siendo más raro de lo normal.
_ ¿Me
encuentras raro? Pregunto tratando de reprimir una sonrisa. Ella se sonroja por supuesto.
_ A veces,
responde ella. La miro
especulativamente.
_ Como siempre,
estoy sorprendido por usted, señorita Steele, digo. Ella hace esas cosas como el
inesperado regalo del sexo escritorio, o me reprende a su manera.
_ ¿Te sorprendí
cómo? Pregunta.
_ Digamos que fue
un placer inesperado.
_ Nuestro
objetivo es complacer Sr. Grey, dice ella devolviéndome mis propias palabras,
inclinando la cabeza hacia un lado.
_ Y lo haces,
le digo. Comienzo a inundarme de
esa emoción de nuevo que me pone incómodo, porque me hace perder el control. Su
proximidad es… inquietante.
_ Pensé que ibas
a darte una ducha, le digo tratando de bloquear esta emoción.
_ Sí... eh, te veré en un momento, dice ella y
deja mi estudio toda confusa.
Cuando sale de
mi estudio, me hundo de nuevo en mi silla. Sostengo
mi cabeza entre las manos tratando de entender esto, al aquí y ahora. Necesito
recoger mis sentidos y mis ingenios. Ella
me desarma por completo. Pero no
es sólo eso. Yo respondo a ella
de una manera tal que es como un planeta que se tira en la órbita del sol. No veo nada más que por ella. No me veo en ningún otro lugar sin
ella. La única manera de escapar
brevemente de este encanto es tener un poco de distancia. Pero cuando pienso en la distancia entre
nosotros, me duele. Es mi enigma. Niego con la cabeza, tratando de
ocuparme en otra cosa. Recojo los
planos que arrojé al suelo y pongo más atención a mi tarea.
Por fin puedo
volver a mis llamadas telefónicas para ordenar el horario de trabajo de esta tarde. Escribo notas para la sesión de lluvia
de ideas para el prototipo que estamos diseñando. Antes de darme cuenta, han pasado casi
treinta minutos desde que Anastasia
salió de mi estudio. Ella ya debe
haber tomado su ducha y ya estará lista
para el desayuno.
Voy de mi
estudio a la cocina y oigo a la señora Jones preguntándole a Ana si quiere su
té ahora.
_ Por favor,
responde ella.
_ ¿Desea algo
de comer?
_ No, gracias,
Anastasia responde para mi disgusto.
_ Por supuesto que
vas a comer, le digo mientras camino a
la cocina. A ella le gustan
panqueques, tocino y huevos, señora
Jones.
_ Sí señor
Grey. ¿Qué le gustaría señor?
_ Tortilla por
favor y un poco de fruta, le respondo mientras mi mirada se fija en Anastasia. Estoy en su tirón de nuevo, dentro de
su órbita.
_ Siéntate le
ordeno apuntando a uno de los taburetes
de la barra.
Ella se sienta
y tomo el asiento junto al de ella.
Me inclino y le
susurro, ¿Has comprado tu billete de avión?
_ No, lo voy a
comprar cuando llegue a casa por Internet, ella responde. Si ella esperó tanto tiempo, tal vez
ella no tiene el dinero necesario para comprarlo ¿Por qué no pensé en eso antes?
Me apoyo un
poco más y quiero preguntarle si necesita dinero para la compra del boleto. Pero conociéndola con la recepción de
regalos, me estoy quedando sin opciones para preguntarle. Froto mi barbilla pensando.
_ ¿Tienes el
dinero para el boleto? Pregunto finalmente.
_ Sí, dice ella
con una paciencia fingida como si estuviera hablando con un niño que la molesta.
Levanto una ceja para reprenderla y ella de inmediato se corrige.
_ Sí, lo tengo. Gracias.
Pero, yo no
quiero que viaje en clase turista si puedo evitarlo. Tengo un jet que puede usar. Yo haría
cualquier cosa por ella, poner todo lo que poseo a sus pies... si ella supiera.
_ Tengo un jet.
No está programado para ser utilizado durante tres días, está a tu disposición
si así lo deseas.
Ella abre la
boca a sorprendida. Un destello
de emociones pasa a través de su cara. Ira,
sorpresa, diversión, choque. Finalmente
ella se las arregla para suprimir todo eso.
_ Ya hemos
hecho un serio abuso de la flota de la aviación de tu empresa. No me gustaría volver a hacerlo.
Me siento
dolido con su rechazo. Puedo
hacer lo que quiera con lo que tengo. Ese
es el punto de tener la compañía toda para mí. He trabajado muy duro para hacer lo
que quiero.
_ Es mi empresa,
es mi avión, le digo, sin ser capaz de mantener mi voz herida. ¿Por qué siempre se niega a que la cuide?
_ Gracias por
la oferta. Pero, sería mucho más
feliz si tomo un vuelo de línea regular. Le estrecho mis ojos, pero quiero
también escoger con cuidado mis batallas. Estoy
tratando de no ser dominante. Así
que, no digo nada más sobre el tema. Tal
vez pueda actualizar su vuelo por lo menos.
_ Como quieras,
digo suspirando. ¿Tienes que
prepararte para tus entrevistas?
_ No, responde.
_ Bien. ¿Todavía no me vas a decir cuáles son
las editoriales? Le pregunto.
_ No, responde
ella con una sonrisa.
Mis labios se
aprietan en respuesta. Todavía
puedo averiguarlo.
_ Soy un hombre
de recursos señorita Steele.
_ Soy
plenamente consciente de eso Sr. Grey. ¿Vas
a rastrear mi teléfono? Me pregunta con una cara completamente inocente. ¡Claro
que voy a hacerlo!
_ En realidad
voy a estar muy ocupado esta tarde, así que encargaré a alguien para hacerlo, le
digo sonriendo. Ella piensa que
estoy bromeando, pero todo lo que concierne a Anastasia, no es para bromear.
_ Si puedes
prescindir de alguien para hacer eso, es porque tienes exceso de personal, afirma
con serenidad.
_ En ese caso,
voy a enviar un correo electrónico al director de recursos humanos y haré que
revise nuestro número de empleados, le digo tratando de reprimir una sonrisa.
Después de servirnos
el desayuno, la señora Jones nos deja para darnos algo de privacidad. Anastasia
finalmente alcanza a preguntarme algo que seguro no sabe como abordar el tema.
_ ¿Qué
pasa Anastasia? Le pregunto.
_ Sabes, nunca
me dijiste por qué no te gusta que toquen. Ah, eso. Porque es un tema que trato de evitar
a toda costa. No la voy a llenar de mi
mierda. Ella mira hacia otro lado preocupada.
_ Ya te he
dicho más de lo que le he dicho a nadie Anastasia, respondo en voz baja. No me gusta hablar de esos temas,
porque me lleva a una época en la que no podía hacer nada, y no tenía control
sobre lo que me pasó a mí, ni a mí alrededor. Estoy
demasiado lejos de ese tiempo, y yo no quiero refrescar los recuerdos horribles de nuevo que
a menudo me visitan de noche en mis sueños.
Ella finalmente
niega con la cabeza, como para despejarse de sus pensamientos.
_ ¿Vas a pensar
en nuestro arreglo mientras estés fuera?
_ Sí, ella
responde con honestidad. Ella me
mira. Esos ojos... Estoy perdido en ellos.
_ ¿Me echarás
de menos? Quiero saber si ella me necesita como yo a ella.
Ella mira hacia
mí de nuevo sorprendida por mi pregunta. ¿Por qué está sorprendida, acaso no se da
cuenta que la voy a echar de menos?
_ Sí, responde
ella y no veo nada más que la verdad en su respuesta. Un alivio pasa completamente sobre mí.
_ Te voy a
extrañar demasiado, más de lo que te imaginas, yo respiro. Voy
a pasar un mal momento estando separado de ella. Su mirada se calienta con mi respuesta. Yo quiero que ella vea lo difícil que se
me hace tratar de conocerla siquiera la mitad. Le acaricio la mejilla y me agacho
para besarla suavemente.
No quiero
dejarla ir, pero ella tiene que llegar a su apartamento para reservar su vuelo,
y prepararse para sus entrevistas, y hacer maletas para partir mañana. La voy a extrañar mucho.
_ Anastasia,
quiero que te lleves tu MacBook y tu Blackberry. Y esto no es una petición, le digo con
fervor. No puedo soportar no
estar en contacto con ella por tanto tiempo. Si
ella no está aquí, tengo que tener algo tangible, alcanzable, al menos,
escuchar su voz, o leer sus palabras.
_ Está bien,
dice ella, sin un argumento que me plazca.
_ Tengo que ser
capaz de mantenerme en contacto contigo en todo momento, le digo. No es sólo mi necesidad de
controlarla, o porque soy su dueño. Tengo
que cumplir con el sentimiento de conexión con ella. No puedo soportar que esté cortado ni
siquiera por unos pocos días. La
idea se me hace demasiado dolorosa.
Ella finalmente
recoge sus cosas para irnos, y se está despidiendo de mí aquí.
_ Te voy a
acompañar hasta tu coche.
_ No es necesario
que hagas eso Christian, dice ella haciéndome fruncir el ceño.
_ Yo no lo hago
porque tengo que hacerlo, lo hago porque quiero hacerlo, le contesto. ¡Caray! ¿No puedo incluso acompañar a mi mujer
hasta su coche? Tomo su mano y
golpeo el ascensor y las puertas se
abren. Comienzo a pensar demasiado. ¿Y
si ella se va a poner una distancia entre nosotros? No es sólo una distancia física, sino
también una distancia emocional, ¿Si va a buscar otras posibilidades románticas? El pensamiento me está matando. Diablos, ya siento que este espacio
entre nosotros es demasiado.
It’s Now or Never by Elvis Presley
Su ojos se
abren con mi declaración, pero ella llega y toca mi cara, cuando cierro los ojos
para perderme en ella, capta mis labios inclinándose sobre los dedos de sus
pies, y respondo con un gemido profundo
y la beso con todo lo que tengo, nuestras lenguas hacen piruetas mientras pongo
una mano en su nuca y otra en su culo delicioso y la atraigo hacia mí para que
sienta mi erección.
_ Voy a echar
de menos... esto, le digo en sus
labios, y ella gime.
Las puertas del
ascensor se abren, y yo tomo su mano en la mía, y caminamos hacia su auto. ¿Cómo voy a hacer una semana sin ella? Distraerme. Volar, navegar, nada será bueno
si ella no está aquí.
_ Vuelve pronto,
le digo con suspiro
_ Lo haré... dice y sonríe.