CAPITULO XIII
Incendio premeditado
Abro los ojos con las primeras luces del
día y me encuentro envuelto alrededor de Anastasia como la bandera de la
victoria. Disfruto viendo a mi
esposa dormir, la forma en que su cuerpo busca el mío incluso dormida,
acurrucándose hacia mí aunque esté acalorada. Yo no soy diferente a ella. Mi cuerpo busca el
de ella día y noche, dormido o despierto. La sostuve entre mis brazos no sé por
cuanto tiempo, hasta que decidí a regañadientes levantarme, darme una ducha y
afeitarme para enfrentar el día.
Estoy frente al espejo con una toalla
alrededor de mi cintura, mientras me coloco espuma de afeitar en la cara.
Cuando voy a comenzar con la tarea de afeitarme, Anastasia entra al cuarto de
baño. Verla aquí me ilumina inmediatamente.
_ Buenos días, señora Grey, le digo en
broma.
_ Buenos días para ti, dice sonriendo.
Levanto la barbilla para comenzar y paso la máquina de abajo hacia arriba en
una larga carrera y hago varios movimientos, cuando bajo mi labio superior para
afeitarme entre el espacio del labio y la nariz, observo por el espejo que ella
está imitando mis movimientos. Me
doy vuelta y sonrío con la mitad de la cara afeitada.
_ ¿Está disfrutando del espectáculo?
Pregunto.
_ Uno de mis momentos favoritos, murmura
ella con los ojos brillantes como si yo soy el espectáculo más emocionante que
nunca ha visto. Me inclino y la beso con rapidez frotando crema de afeitar en
su cara.
_ ¿Debería hacerlo por ti de nuevo? Le
susurro lascivamente y levanto la máquina recordándole la experiencia muy
agradable que fue afeitar su agradable sexo, que nos condujo a resultados
satisfactorios.
_ No, ella frunce los labios tratando de
ponerse de mal humor, pero fallando miserablemente. La próxima vez me haré la
cera, dice.
_ Pero eso fue divertido, le digo con
maldad. Realmente lo fue. Me caliento sólo de pensarlo.
_ Quizás para ti, responde medio brava,
pero no me puede engañar, ella amó cada segundo de las secuelas.
_ Creo recordar
que después fue muy satisfactorio, le digo y me volteo para continuar con mi
afeitado. Ella mira sus manos sonrojándose. Esta es nuestra luna de miel, yo no
quiero que se sienta tímida y mucho menos conmigo.
_ Hey, sólo estoy bromeando. ¿No
es eso lo que los maridos que están perdidamente enamorados de sus esposas
hacen? Digo volviéndome hacia ella. ¿Qué
está pensando? ¿Está molesta
al respecto? Trato de
descifrar su expresión, el temor siempre presente en la parte de atrás de mi
cabeza se asoma diciéndome que ella puede ser infeliz por algo. Pero, su
expresión cambia a una de juguetona.
_ Siéntate, murmura.
¿Qué? ¿Qué está
tratando de hacer? Ella suavemente
me empuja hacia el taburete del baño. Confundido, me siento, tratando de
entender lo que quiere hacer, o por qué ella quiere que me siente medio
afeitado. Ella me quita
la máquina de afeitar de mi mano ¡Oh mierda! ¡Me quiere afeitar!
_ Ana, le digo en un tono de
advertencia. Ella se inclina
y me besa en respuesta.
_ ¡Venganza señor Grey! susurra.
¿Puedo confiar en ella con una navaja en
la mano? Ella no pudo ni
siquiera afeitarse por sí misma correctamente. ¿Podrá afeitarme tan cerca de mi
yugular?
_ Ojo por ojo, señor Grey, dice
confirmando mis pensamientos. ¿En serio señora Grey? Me quedo
mirando a mi esposa con incredulidad, pero divertido.
_ ¿Sabes lo que estás haciendo? Le
pregunto en voz baja. Ella niega con
la cabeza lentamente a propósito, tratando de enseriarse. Bueno, señora
Grey, si me voy a morir, bien podría ser en sus manos. Cierro los
ojos y sacudo la cabeza, inclinándome en total rendición.
Su mano izquierda se mete en mi cabello
húmedo por la frente y me sostiene con fuerza para mantenerme quieto. Cierro
firmemente los ojos e inhalo profundamente. Siento el suave toque de la hojilla, entonces
ella pasa suavemente la máquina como una caricia desde mi cuello hasta mi
barbilla. Siento el frescor del aire al salir de mi rostro la espuma. Suelto el
aliento que tenía sostenido.
_ ¿Crees que te iba a hacer daño? Me
pregunta en voz baja.
_ Nunca sé lo que vas a hacer, Ana, pero
no, no intencionalmente, respondo con sinceridad.
Siento la navaja corriendo por mi cuello
de nuevo.
_ Yo nunca te haría daño intencionadamente
Christian, ella murmura. Al oír la
verdad en sus palabras, abro los ojos, y la abrazo mientras ella corre
suavemente la navaja sobre mi mejilla otra vez.
_ Lo sé, le
respondo y le doy mi mejor ángulo para que termine de afeitarme. Dos pases de
la máquina más y listo. Terminó el trabajo.
_ Todo hecho, y ni una sola gota de sangre
derramada, ella sonríe con orgullo.
Mientras la miro, la encierro en la
cautividad de mis piernas y nuestros cuerpos al tocarse crean una melodía. Paso
mi mano por sus piernas de abajo hacia arriba empujando su camisón. La atraigo
y la hago sentarse a horcajadas sobre mí. Sus manos rodean mi cuello para
mantenerse en equilibrio. Está tan cerca, que nuestros rostros no están a más que dos centímetros de distancia.
_ ¿Puedo llevarte a algún lugar hoy?
_ ¿No vamos a tomar el sol? Pregunta ella
arqueando la ceja. Paso la lengua
por mis labios con nerviosismo, porque sé que no será capaz de tomar el sol
para el resto de nuestra luna de miel.
_ No. Pensé que tal
vez prefieras algo más.
_ Bueno, ya que me has cubierto de
chupones y efectivamente dado al traste con eso. ¿Por qué no? Dice ella con acritud que
ignoro.
_ Es lejos, pero vale la pena una visita
por lo que he leído. Mi papá
recomienda que la visitemos. Es una aldea montañosa
llamada Saint Paul de Vence. Hay algunas
galerías allí. Pensé que podríamos escoger algunas pinturas o esculturas para
la nueva casa, si encontramos algo que nos guste.
Ella inmediatamente se inclina hacia atrás
y me mira inquisitivamente.
_ ¿Qué? Pregunto confundido.
_ No sé nada de arte, Christian, responde
ella en voz baja.
Me encojo de hombros y sonrío con cariño.
_ Sólo vamos a comprar lo que nos gusta. Esto no es para
invertir, respondo. Sus ojos se
ensanchan.
_ ¿Qué? Pregunto de nuevo incapaz de
descifrar su expresión facial. Ella niega con la cabeza en respuesta.
_ Mira, sé que sólo nos dieron los planos arquitectónicos
el otro día, pero no hay nada de malo en mirar la ciudad, es un lugar antiguo
medieval, le digo. En el peor de los escenarios no
compramos nada y hacemos un poco de turismo nada más. Ella frunce el
ceño y me mira molesta incluso. Ah, es tan
difícil de comprenderla a veces. Me
gustaría que fuera más explícita.
_ ¿Y ahora qué? Exclamo. Sacude la
cabeza dispuesta a no decir lo que está pensando. Nunca he
experimentado esto antes. Tuve todo lo que quería incluyendo
respuestas. ¡Oh mierda! Tal vez está molesta por la follada castigo.
_ ¿Todavía estás molesta por lo que hice
ayer? Le pregunto. Suspiro metiendo mi cabeza en uno de mis lugares favoritos
en el mundo: sus pechos.
_ No. Tengo hambre,
murmura. Ella se pone de
mal humor cuando no come. ¡Por supuesto!
_ ¿Por qué no lo
dijiste? Me paro inmediatamente para irnos a comer.
**** ❦ ♡ ❧ *****
Cuando lleguemos a Saint Paul de Vence,
siento alivio al ver a mi esposa completamente sorprendida con el pueblo. El pueblo es
una de las ciudades medievales más antiguas de la Riviera francesa situado en
una colina. Está lleno de
historia, cuenta con un paisaje exquisito, y hay abundantes cantidades de
galerías de arte moderno. Anastasia está
completamente extasiada. Caminamos
tomados del brazo, mientras su mano está en el bolsillo trasero de mis
pantalones cortos. Taylor y
Philippe están caminando detrás de nosotros a una distancia casual. Los ojos de
Anastasia se posan en tres ancianos jugando petanca en una plaza arbolada.
La plaza está llena de espectadores, tanto
los lugareños y los turistas por igual. No me gustan
las multitudes, y tampoco le gustan a Taylor. Así que, yo
suavemente la saco de la plaza y nos vamos hacia los pequeños callejones de
época medieval. Llegamos a un patio con hermosas fuentes de piedra, esculturas
antiguas y modernas, y pequeñas boutiques y tiendas.
Una galería de fotos me llama la atención a
primera vista. Es una
exposición y venta de fotos eróticas. Me
distraigo por un minuto. Me quito las gafas y comienzo a examinar las
imágenes. Las obras pertenecen a una artista llamada
Florence D'elle. Las fotos son
de mujeres en varias poses eróticas. Algunas se
parecen a las que le he tomado antes a mis sumisas.
(Las imágenes
de arriba son por Florencia D'elle)
_ No es exactamente lo que tenía en mente,
Anastasia murmura después de que ella me observa examinando las fotografías.
_ Yo tampoco, le contesto, sonriéndole
después de notar sus celos. Tomo su mano y
nos vamos a la siguiente galería. Este artista ha
pintado el arte figurativo, como frutas y verduras y los colores son muy vivos.
_ Me gusta ese, murmura Anastasia, y puedo
escuchar el alivio en su voz. Me recuerdan cuando
cortaste las verduras en mi departamento, dice con voz risueña de niña.
Recuerdo ese tiempo muy bien. De hecho me acordaré de él hasta el día de mi
muerte. Fue el día en que tuve devuelta a mi chica de nuevo en mi vida. Trato y
fallo miserablemente al ocultar mi diversión.
_ Pensé que lo había hecho bien, murmuro.
No lo hice tan rápido de todos modos, le digo mientras la acerco a mí con un
abrazo. Tú me estabas distrayendo. ¿Dónde lo pondrías? Le pregunto para ver si
se decide por la pintura.
_ ¿Qué? Me pregunta asombrada.
Yo acaricio su oreja con mi nariz.
_ Las pinturas, ¿dónde las pondrías? Le
pregunto bajito y le muerdo el lóbulo de
su oreja. Ella presiona sus piernas y las junta.
_ Cocina, murmura con voz entrecortada.
_ Hmm... Buena idea, señora Grey,
respondo. Cuando
Anastasia se da cuenta del precio, ella jadea.
_ Cinco mil euros cada uno, susurra. ¡Son muy caras!
_ ¿Y? La acaricio de nuevo. Quiero poner el
mundo a tus pies. Tienes que
acostumbrarte a ello Ana.
Yo no quiero que le falte nada. Me siento
feliz cuando puedo hacerme cargo de ella también y satisfacer todos los deseos
de su corazón. Camino a la oficina de ventas donde una mujer joven vestida toda
de blanco está de pie y con la boca abierta. Conociendo
Anastasia sé que está observando la reacción de la empleada y casi puedo imaginármela
volteando los ojos en respuesta por ver como la mujer me come con los ojos. De
alguna manera, saber que ella se pone celosa por mí, me hace feliz. Pago por
las pinturas y abandonamos la tienda.
Saint Paul de Vence está en la Riviera
francesa. El pueblo se construyó
alrededor de la vieja iglesia de Saint Michel du Puy y el castillo está en la
cima de la colina. Así fue como,
se desarrolló una posición defensiva militar del castrum de San Pablo.
Llevo a Anastasia al Hotel Le Saint Paul
para almorzar. Desde el patio del restaurante
del hotel se puede ver la hermosa vista de la campiña. Las mesas están
colocadas estratégicamente alrededor del
patio de piedras cubiertas con sombrillas y adornadas con flores naturales
recién cortadas. Los antiguos muros de piedra están cubiertos de una exuberante hiedra verde apiñada con
flores de colores vivos y las colinas
están salpicadas de girasoles que forman un mosaico fascinante. Las casas de
campo francesas se entremezclan en este hermoso paisaje. Hay un buen tiempo y el mar Mediterráneo que
se ve a distancia lanza destellos de color turquesa. Anastasia está mirando a
lo lejos, perdida en sus pensamientos. No quiero sacarla de sus ensueños.
_ Me preguntaste por qué te trenzaba el
cabello, le digo suavemente, sintiéndome culpable. Algo en mi tono la alarma y
se voltea inmediatamente.
_ Sí, responde ella con los ojos muy
abiertos.
_ La perra drogadicta me dejaba jugar con
su cabello, creo. No sé si es un recuerdo o un sueño, le digo. La miro con ojos
profundos, pero mis emociones están mezcladas. Yo no quiero recordarme de la
puta. No en estos momentos.
_ Me gusta que juegues con mi pelo, dice
con voz vacilante. No estoy seguro
de si lo dice de verdad.
_ ¿De verdad? Yo sondeo más.
_ Sí, dice con sinceridad. Se apoya en el
respaldo de la silla y agarra mis manos. Creo que amabas a tu madre biológica
Christian, dice mirándome. Me doy cuenta que mis ojos se abren mucho. No quiero
pensar que amaba a esa puta. Ella no me amó. ¿Por qué iba yo
a amar a una mujer que no me amó ni
me protegió? Estoy
confundido. ¿Y si hay algo de verdad en lo que me dice? ¿Y si realmente amaba a la puta morena? No quiero que
sea verdad. ¡Ella no me
protegió... en absoluto! Yo fui indigno de su amor. ¿Cómo
puedo amarla?
Miro nuestras manos entrelazadas y el
miedo nace de nuevo en mí. Me siento como de cuatro años otra vez.
_ Di algo, susurra Anastasia, porque el
silencio hace que las tormentas aumenten en mi interior. No quiero hablar de
esto ahora. No en mi luna de miel. No quiero ir a ese territorio. Es demasiado
oscuro y profundo. No voy a arrastrar a Anastasia conmigo. Lo hecho, hecho está
y ya se acabó.
Libero la mano de Anastasia, y me levanto.
_ Vamos, le digo.
Una vez que estamos en la calle, suspiro
lentamente y miro alrededor de las calles estrechas alineadas con los edificios
de piedra. Me obligo a
centrarme en el ahora, en mi luna de miel. Finalmente tomo la mano de Anastasia
y la entrelazo con la mía.
_ ¿A dónde quieres ir? Pregunto.
Oigo Anastasia soltar el aliento,
aliviada. Se encoge de hombros.
_ Me alegro de que me estés hablando, dice
ella.
_ Sabes que no me gusta hablar de toda esa
mierda. Está hecho.
Terminado, le digo en voz baja.
Cuando esos recuerdos llegan a la
superficie, no me hace ningún bien. Me arrastra
hacia abajo a lugares en donde no quiero estar. Ha pasado un largo tiempo. Tengo que esconderlos
y no dejar que surjan de nuevo. Ahora, ella está
silenciosa y contemplativa. Ella no es el tipo
de mujer que se da por vencida fácilmente. ¿Qué estará
pensando?
La miro divertido y desconfío de su
expresión, porque sé que siempre hay algo que se está gestando bajo esa hermosa
cabeza. Yo no sé lo que
es. Pero sé que
puede ser algo que me dé vida y emoción o un infarto. Niego con la cabeza y meto
a mi esposa debajo de mi brazo, trayéndola tan cerca como sea posible de mí.
Caminamos a través de los turistas hacia donde Philippe dejó el coche. Anastasia
mete la mano en el bolsillo trasero de mis pantalones cortos, apretando mi
nalga. Su gesto íntimo
me hace feliz.
Antes de llegar al coche, veo una pequeña
boutique donde venden joyería fina. Miro la vidriera y veo algunas piezas
hermosas que se están vendiendo. Quiero que mi esposa tenga una de ellas.
Agarro su mano libre y en su muñeca hay una línea roja de las marcas que
dejaron las esposas. Paso mi pulgar por encima de la marca. Viéndolo de esta
manera me hace sentir como una mierda. La marqué. No quiero hacerle
daño a mi esposa. Tengo que
compensar esto.
_ No duele, Anastasia dice en un tono
tranquilizador.
Me giro a su alrededor y tomo la otra
mano. Las marcas están tapadas por la correa del reloj que le di en Londres.
Examino ambas manos y la visión es peor de lo que pensaba. ¡Soy un marido de
mierda! ¿En algún momento pensará que no sirvo para ella? Libero sus manos y le
levanto la barbilla para escudriñar su expresión. ¿Tendrá
resentimiento hacia mí? ¿Me odiará? La idea me está
torturando el alma. Me duele interiormente
herir a mi esposa.
_ No me duelen, repite. Yo sostengo sus
manos hasta mis labios y beso el interior de sus muñecas en tono de disculpa.
_ Vamos, digo y entramos a la tienda.
Elijo una hermosa pulsera de platino para
ella. Cuando doy mi
tarjeta para pagar los quince mil euros del valor de la pulsera, los ojos del vendedor
se ensanchan y se oscurecen medio celoso. ¿Cuál es su
problema? ¡Mi esposa vale
cada centavo! Atraigo a Ana más cerca de mí.
_ Aquí, le digo. La pulsera es
una pieza exquisita con filigrana de delicada manufactura en forma de pequeñas
flores con diamantes en su corazón. Es muy fina y hermosa; apropiada para ella. La coloco
alrededor de su muñeca e inmediatamente tapa las marcas que están en su muñeca.
_ Eso está mejor, me quejo, un poco aliviado.
_ ¿Mejor? Susurra, mirándome a los ojos.
_ Sabes por qué, le contesto con
incertidumbre. Me siento muy
mal por haberla marcado. Me está
comiendo.
_ Yo no necesito esto, dice sacudiendo la
muñeca y la pulsera se mueve.
_ Yo sí, le digo con toda mi honestidad. Tengo que
rectificar mis caminos.
_ No, Christian, tu no. Ya me has
dado mucho. Una luna de miel mágica, Londres, París,
Cote D'Azur... y tú. Soy una chica
muy afortunada, susurra.
Ella derrite de mis entrañas.
_ No, Anastasia, yo soy un hombre muy
afortunado, respondo.
Nunca imaginé que iba a encontrar a
alguien con la que pudiera tener este tipo de intimidad. Dejarme tocar y
compartir en mayor medida mi pasado, mis demonios personales y nunca pensé que
me gustaría, que sentiría esta pasión. Jamás pensé que algo de esto fuera
posible. Y aquí está, delante de mí. A veces pienso que voy a parpadear y se ha
ido, o desaparecido y que todo lo que estoy viviendo es un sueño.
_ Gracias, dice ella y se estira de
puntillas, poniendo sus brazos alrededor de mi cuello y me besa, tomando mi
aliento.
_ ¿Gracias por qué? Pregunto sonriendo una
vez que nos liberamos de nuestro beso. Se encoge de hombros
con un brillo en sus ojos.
_ Por ser mío, responde ella sonriendo.
**** ❦ ♡ ❧ *****
Finalmente regresamos al Mercedes. Es de tarde en
la Riviera francesa. Miro por la
ventana, observando los girasoles que se mueven con la brisa en el campo. No puedo
deshacerme de este sentimiento de mierda. He marcado a Anastasia. Le hice daño. A todas
mis sumisas las marqué, me gustaba hacerles eso. Mostraba mi dominio sobre
ellas. Yo era el Maestro y debían someterse a mí. Su mal comportamiento no lo
toleré nunca y con rapidez trataba el asunto, castigándolas con varios métodos.
Pero Anastasia no es mi sumisa. Ella es mi
esposa y yo la amo y pensar que la marqué de esa manera es aborrecible,
sobretodo sabiendo que le desagrada. Ella me
saca de mis pensamientos apretando mi mano. Me volteo a verla y suelto su mano
para acariciar su rodilla. Anastasia está usando una corta falda azul
y blanco y una camisa azul sin mangas ajustada.
Mi mano se desplaza hasta la rodilla, y de
repente quiero comprobar si sus tobillos están marcados también. Con mi toque
persistente, siento que el aliento de Ana de congela. Agarro un tobillo y monto
su pierna encima de mi regazo, forzando a Ana a girar sobre su trasero y
ponerse frente a mí.
_ Quiero que el otro también, le digo en
voz baja.
Los ojos de Anastasia viajan a la parte
delantera del coche donde Philippe y Taylor mantienen sus ojos en la carretera
como los profesionales que son. Ella coloca la otra pierna en mi regazo y yo
presiono el botón de privacidad subiendo la ventana. Ahora estamos en nuestra
pequeña burbuja y en una intimidad familiar.
_ Quiero ver tus tobillos, le explico
tranquilamente. Al ver las
marcas bajo las correas de las sandalias me aflijo. Yo froto
suavemente el pulgar sobre su empeine derecho, y ella se retuerce. Ella es muy
delicada; su respuesta me
hace sonreír. Deshago la correa del calzado y lo dejo caer al suelo. Acaricio
sus tobillos y al ver las marcas evidentes me hace sentir como una mierda otra
vez. Miro por la ventana sin ver. Cuando me desafía, me hace perder el control
y quiero castigarla, pero luego me siento como una mierda.
_ Oye… ¿Qué esperabas?
Anastasia me pregunta en voz baja. Volteo mi
mirada hacia ella y me encojo de hombros.
_ No esperaba
sentirme como me siento mirando estas marcas, le confieso.
Collide - Howie
_ ¿Cómo te sientes? Pregunta.
Con los ojos desolados la miro fijamente.
_ Incómodo, resumo mis sentimientos en un
murmullo.
Anastasia se desabrocha inmediatamente el cinturón de
seguridad y se acerca
más a mí; sus pies están
todavía en mi regazo. Ella se acerca
tanto como sea posible que sus piernas quedan flexionadas. Sospecho que está
intimidada por Taylor y Philippe. Toma mis manos y finalmente habla.
_ Son los chupones lo que no me gustan,
dice en un susurro. Todo lo demás...
lo que hiciste… dice bajando la voz con complicidad, con las esposas… eso me
gustó. Bueno, más que
disfrutarlo... fue alucinante. Puedes
hacerme eso otra vez, en cualquier momento. Y su declaración es como una
inyección de adrenalina.
Me muevo en mi asiento para mirarla
directamente, ver su expresión facial, y sentir la verdad en su declaración.
_ ¿Alucinante? Pregunto.
_ Sí, responde ella sonriendo.
Flexiona los dedos de sus pies descalzos
en mi creciente erección. ¡Mierda! Estamos en el
asiento trasero del coche acompañados y mi esposa caliente está sentada junto a
mí ¡acariciando mi polla! Una inhalación
brusca llena mis pulmones y abro mis labios.
_ Realmente debe usar el cinturón de
seguridad, señora Grey, digo en voz baja, pero su cercanía es algo que no
quiero dejar ir. Siento que mi
Blackberry vibra en mi bolsillo, y miro mi reloj. Sólo puede ser una
emergencia del trabajo, porque todavía no es hora laborable en Estados Unidos.
Deben ser como las cinco de la mañana allá. Agarro mi celular y miro quien
llama.
_ Barney, contesto.
Anastasia intenta quitar los pies de mi
regazo, pero mis dedos aprietan sus tobillos firmemente.
_ Sr. Grey. Mi disculpas
señor. Tengo que informarle que hubo un incendio en la sala de servidores muy
temprano esta mañana, dice en un suspiro.
_ ¿En la sala de servidores? Pregunto con
total incredulidad. ¿Se activó el
sistema de supresión de fuego? Pregunto. Es un sistema
muy caro, que él mismo me pidió que contratáramos recientemente.
_ Sí, señor, y funcionó muy bien. Inmediatamente se
suprimió el fuego.
Al oír la palabra fuego, Anastasia baja
sus pies y se pone nerviosa a juguetear con su brazalete, yo dejo que los baje.
Aprieto el botón de pantalla de privacidad. Necesito que
Taylor escuche esta noticia también.
_ ¿Algún herido? Pregunto.
_ Ningún lesionado señor, no hay daños de
que hablar.
_ ¿Cuándo?
_ Hace una hora. La línea de
emergencia se activó inmediatamente, y llamó a mi teléfono. Llegué a Grey House
lo más rápido que pude y me aseguré de que todo estuviera controlado. Miro mi reloj
otra vez, y me paso la mano por el pelo exasperado. No es hora de
que esté la oficina con empleados, bueno de hecho solo el personal de seguridad
y el equipo de limpieza.
_ ¿Quiere que el señor Welch informe al departamento
de bomberos o la policía? Y sólo para
enfatizar una vez más, el fuego ha sido suprimido inmediatamente por el nuevo
sistema.
_ No. No a los
bomberos ni a la policía. No todavía, le
digo. Veo a Taylor que
se voltea para escuchar la conversación.
_ Welch y su equipo han estado aquí desde la
segunda alarma del teléfono. Están cuidando de todo; comprobando
registros, revisando el video de seguridad, a los empleados que estaban de
guardia, y a cualquiera que haya tenido acceso al edificio. No está dejando salir
a nadie hasta que se les interrogue. Está tratando
la escena como un atentado y el equipo forense ya está aquí recopilando pruebas
y tratando de conseguir alguna huella.
_ ¿Sí? Bien.
_ Aparte de lo que le he informado, señor,
no hay más nada que decir. Está muy
reciente todo y aún no hay evidencias de nada. Tan pronto como Welch me permita
pasar, revisaré la sala de servidores. Haré un informe de los daños señor.
_ Bien. Quiero un
informe detallado. Y un resumen
completo de todos los que tuvieron acceso en los últimos cinco días, incluyendo
el personal de limpieza. Localiza a Andrea y dile que me llame.
_ Lo haré, señor. El nuevo
sistema contiene argón y minimizó el daño tal como le dije que lo haría. Se
hizo una gran inversión inicial, pero nos hemos ahorrado millones de dólares en
daños colaterales. Fue una muy buena inversión, señor. Me siento bien
de que usted accedió a que se instalara.
_ Sí, el argón fue muy eficaz, vale su
peso en oro.
_ Tan pronto como termine el informe se lo
enviaré señor. Aún es demasiado pronto para comenzarlo.
_ Me doy cuenta de que muy temprano…
_ ¿Me podría dar cuatro horas?
_ No. Envíame un email
en dos horas... respondo con firmeza.
_ No va a ser detallado señor, cuatro
horas me permitirían reunir toda la información, dice, pero lo interrumpo.
_ No, necesito saber.
_ Muy bien, señor. Voy a hacer mi
mejor esfuerzo para ofrecerle la información más completa que tenga.
_ Gracias por llamarme, le digo y cuelgo.
Siento los ojos ansiosos de Anastasia, y
la mirada decidida de Taylor hacia mí. Marco el número
de Welch.
_ Welch... responde al segundo repique.
_ Sr. Grey, estoy en Grey
House, señor. Todo está bajo
control, dice en un tono tranquilizador.
_ Bueno...
_ Déjeme obtener un poco más de
información y luego le daré todos los
datos recogidos hasta el momento, en una hora.
_ Una hora entonces…
_ Estamos sacando los servidores para
almacenarlos en otro lugar hasta que el equipo complete la investigación. Yo
recomendaría mayor seguridad en el nuevo sitio.
_ Sí, de acuerdo...
_ ¿Por cuánto tiempo? Pregunta.
_ Veinticuatro siete en la tienda de datos
fuera del sitio…
_ Ya estoy en eso señor. Voy a hablar
con usted en una hora después, dice.
_ Bien,
le respondo y cuelgo.
_ Philippe, tengo que estar a bordo en una
hora, le ordeno.
_ Monsieur, responde y acelera.
Miro a Anastasia y ella se ve preocupada. Pongo mi
cara como si nada grave está pasando y borro toda la preocupación.
_ ¿Algún herido? Me pregunta en voz baja. Niego con la cabeza.
_ Muy pocos daños, le contesto. No te
preocupes por esto. Mi equipo está
en eso, le contesto. Sus ojos se
agrandan con miedo en su cara. Me acerco
a ella y la tomo de la mano y la aprieto
para tranquilizarla. Yo soy el jefe,
el director general, el comandante de mi nave. Anastasia no
tiene que preocuparse por esto en absoluto.
_ ¿Dónde fue el fuego?
_ En Sala de Servidores.
_ ¿En Grey House?
_ Sí, le respondo dándole tan poca
información como sea posible para evitar preocuparla.
_ ¿Por qué hay tan poco daño?
_ La sala de servidores está equipada con
un sistema de extinción de incendios de técnica de supresión.
Ella asiente con la cabeza imperceptiblemente,
en silencio, preocupada y molesta.
_ Ana, por favor... no te preocupes, le digo
en un tono tranquilizador.
_ No estoy preocupada, dice mintiendo. Ella no es muy
buena mintiendo. Ella está
demasiado preocupada, demasiado molesta por eso. Estoy
preocupado por lo mismo. Primero Charlie
Tango, y ahora esto. Tengo que
llegar al fondo de todo y pronto.
_ No sabemos a ciencia cierta si fue un
incendio provocado, digo expresando su preocupación y ansiedad. Su mano llega
inmediatamente a su garganta sintiendo miedo. Ella está
aterrorizada. Lo que me
preocupa es quien está haciendo esto. Quien esté tratando de hacerme daño,
podría tratar de hacerle daño a ella, y ella es mi mundo. Si alguna vez
llegan a ella, me gustaría simplemente morir. Tengo que
averiguar y solucionar ya.
**** ❦ ♡ ❧ *****
Tan pronto como llegamos a bordo del
barco, asiento con la cabeza a Taylor para que me acompañe e informarle sobre
el incendio de la Sala de Servidores en Grey House. Una vez que le informo él habla.
_ ¿Alguna cosa que se pueda hacer en este
momento señor?
_ No, yo voy a hablar con Welch en pocos
minutos. Es mejor que mantengas
un ojo en la señora Grey por si quiere ir a la ciudad. Que coordine contigo, le
digo y lo despido.
Me encierro en el estudio en conferencia
con Welch.
_ ¿Qué han encontrado hasta ahora?
_ Los resultados preliminares no señalan
nada, señor. Los detalles
son vagos. He visto los
videos de seguridad. Y la película
muestra a un individuo no identificado en ropa deportiva y con gorra de béisbol
dentro de la sala de servidores. Ese hombre de mierda no debería estar ahí.
Aunque podría ser una mujer, eso no lo hemos descartado todavía.
_ Quiero que me contestes con la verdad.
¿Crees que esto no fue un accidente? ¿Alguna subida de tensión de energía, una
avería en alguna batería de los servidores, una sobrecarga de datos, algún
problema técnico?
_ Sr. Grey,
actualmente estamos recopilando los datos. Hemos hablado
con Barney, porque él quiere comprobar todas las computadoras, anular cualquier
problema técnico. Nos dijo que ninguna alarma técnica se prendió. Si fuese algo
técnico, se habría creado un registro de errores, lo cual no sucedió. Barney ya
se ha conectado con los servidores y verificó todo. Él está ahí
junto con uno de los miembros de mi equipo y están revisando todo. Estamos
seguros de que por nuestros equipos no fue.
La confirmación de Welch hace que se me
caiga el alma.
_ ¡Mierda!
_ En pocas horas tendré más evidencia.
_ ¿De la huella parcial del Charlie Tango,
alguna coincidencia?
_ Ninguna coincidencia hasta el momento
señor. Todavía estamos recopilando pruebas. Es muy pronto para una
coincidencia. Esa es una de las cosas que estamos buscando aquí: otra huella. Pero, es muy
plausible que el asesino usara guantes y seguro no dejó una huella en esta ocasión.
Vamos a recoger las huellas de todos los empleados, para ver si alguna
coincide. Comprobaremos el paradero de cada uno en el momento del incidente e
iremos descartando sospechosos. Empezaremos por los empleados que tienen acceso
a la sala de servidores.
_ ¿No ha generado Barney algún informe
todavía?
_ Está trabajando en ello señor y se lo
enviará inmediatamente termine. No hay ningún daño que se haya causado por el
fuego. En esta sala el fuego se apagó
automáticamente. Así que todos los datos aún están protegidos. Todo
estará en orden en breve.
_ ¿Ha llegado Andrea al trabajo?
_ Sí, señor. Le
informaré que lo llame.
_ Welch, no quiero ninguna participación
de la policía hasta que confirmemos que el incendio fue provocado. Quiero mi
propio investigador en la escena.
_ Él estuvo en Seattle recientemente con el
incidente de Charlie Tango, y luego salió del país. No sé si puedo
encontrarlo ahora, pero lo intentaré.
_ Quiero que hagas algo mejor que eso.
Quiero que lo encuentres inmediatamente.
¡Quiero al sospechoso capturado ayer!
_ ¡Sí, señor!
_ Quiero aumentar la seguridad para mis
padres, mi hermano y hermana, 24/7. Y quiero una
seguridad adicional dispuesta para mi esposa. Búscate a
un personal femenino. Quiero a alguien que sea capaz de entrar al baño con ella
si es necesario que lo haga. Coordina con Taylor y mantenlo informado.
_ ¿Eso es todo, señor?
_ ¡No! Quiero que los
servidores en SIP sean revisados, la seguridad se tensó, quiero un personal establecido ahí. Nadie pasea en SIP sin mi
conocimiento.
_ Sí, señor.
_ Quiero que compruebes el paradero de la
señora Lincoln, y de Leila Williams en el momento del incidente, o los que estén
cerca de ellas.
_ Me he tomado la
libertad de iniciar esa investigación, señor.
_ Bien, hago una pausa. ¡Dile a Andrea
que me llame ahora!
_ Como usted diga, señor, y colgamos.
Todavía estoy hirviendo de la ira, ansioso y asustado, no por mí sino por
Anastasia.
Cuando estoy revisando mis mails, Andrea
llama.
_ Buenas tardes, señor Grey, ella saluda
en su comportamiento profesional habitual.
_ Andrea, quiero que me digas lo que sabes
sobre el incendio.
_ Yo no estaba aquí
cuando ocurrió, señor. Barney me llamó
y me vine al trabajo tan pronto como pude. Ahora esto es un caos ordenado. El
equipo de Welch está investigando desde la entrada, hasta la sala de
servidores, tratando de conseguir alguna huella. Otro grupo está revisando a
los empleados, mientras que otros revisan los videos de vigilancia.
_ ¿Dónde está Ros?
_ Su asistente me informó que ella está
ayudando a Welch a supervisar la investigación. Una alarma
también se reflejó en su teléfono, y ella llego igualmente de rápido.
Oigo un golpe en la puerta de mi estudio. Levanto la
cabeza y Anastasia entra en la oficina.
_ Un momento por favor, murmuro con
expresión seria. Levanto la vista hacia Anastasia cortésmente expectante. Ella está de
pie en la puerta, tímida al principio, luego me da una amplia sonrisa.
_ Me voy de compras. Me llevo a uno de
seguridad conmigo.
_ Claro, vete con uno de los gemelos y con
Taylor también, le respondo. Ella asiente
con la cabeza, y se queda allí esperando algo.
_ ¿Algo más? Pregunto. Necesito terminar
todas estas llamadas para luego volver con ella. Quiero resolver este problema
ya.
_ ¿Puedo ofrecerte algo? Me pregunta en
voz baja. Le sonrío en
respuesta. Mi bebé siempre pensando en mí. No, cariño, estoy bien. La tripulación cuidará
de mí, le respondo.
_ Está bien, dice ella con voz
entrecortada. Entonces ella
se pasea hacia mí, y camina detrás del escritorio, se inclina y planta un beso en mis labios, me
sorprendente y me despierta.
_ Andrea, te llamo de vuelta, murmuro y
cuelgo. Pongo el teléfono sobre la mesa y
abrazo a Ana para darle el beso que se merece: apasionado, caliente y deseoso,
vertiendo todo mi amor, preocupación y angustia. Cuando la libero, estoy
totalmente excitado y listo para follar. Si no tuviera esta emergencia en Seattle,
que pudiera afectar a Anastasia, abandonaría todas estas llamadas y me llevara
a Anastasia a mi suite y perderme en ella. Pero esto tengo que resolverlo.
_ Tú me estás distrayendo. Tengo que
resolver esto, así podré volver a mi luna de miel, le digo pasando mi dedo por
la cara y su barbilla. Ella se me queda mirando.
_ Bueno. Lo siento,
responde ella disgustada.
_ Por favor, no se disculpe, señora Grey. Me encantan tus
distracciones, le digo besando la comisura de su boca. Quiero que mi esposa
esté feliz y esta es nuestra luna de miel. Una vez que encuentre al hijo de
puta que está interrumpiendo nuestras vidas, voy a hacer que se arrepienta del
daño que trató de hacernos.
_ Ve y gasta algo de dinero, le digo y la
libero.
_ Lo haré, responde ella, sonriendo, y
sale de mi estudio.
Llamo a Andrea de nuevo ansioso por
resolver este problema. Cuando llevo como diez minutos
hablando con Andrea, oigo el sonido de la moto de agua. Es evidente que Taylor
no va a tomar el Jet Ski, ni ningún miembro de la tripulación. La única que lo puede hacer es Anastasia.
¡Joder están montando la moto!
_ ¡Andrea, luego te llamo! Y cuelgo
inmediatamente, corriendo por las escaleras hasta llegar a la cubierta con mi
celular en la mano. Cuando llego veo a mi esposa rondando el yate en la moto.
¡Por lo menos lleva chaleco salvavidas! Doy un suspiro de horror con el corazón
en mi garganta. Ella me ve en la cubierta y suelta uno de las manillas y agita
su mano hacia mí con entusiasmo.
_ ¡No te sueltes de la moto! Le grito,
pero ella no me escucha y sigue saludándome. El personal de seguridad está como
idiota atrapado en medio del mar esperando que ella termine su divertido viaje.
Llamo a Taylor.
_ Sí señor Grey, responde.
_ ¡Taylor! ¿Qué diablos hace
la señora Grey manejando el Jet Ski? Pregunto con los dientes apretados.
_ Uhm... tartamudea. La Sra. Grey me
dijo que usted le dio el permiso, responde en un tono avergonzado.
_ Bueno, no le he dado ningún permiso. ¡No puede
usar la moto si no estoy montado con ella! ¿Está claro?
_ Perfectamente claro, señor, dice.
_ ¿Le enseñaste cómo usarla? ¿Cómo detenerse?
_ Sí, señor lo hice.
_ Estoy conciente de que eres el único
responsable de traerla de vuelta en una pieza sana y salva, grito y cuelgo. Voy a la
sala de control buscando al Capitán.
_ Necesito un par de binoculares, digo y extendiendo
mi mano.
_ Por supuesto señor, dice, y me da el par
que ha estado usando. Voy corriendo a
la cubierta de nuevo, y veo el Jet Ski llegar al muelle y a Taylor ayudándola a
bajar de la moto de agua y habla con ella. Una vez que está en tierra marco su
Blackberry.
Con los binoculares casi pegados a mis
ojos, veo que toma el Blackberry de su bolso y contesta el teléfono.
_ Hola, me dice con voz tranquila, y con
un solo saludo el alivio me inunda.
_ Hola, le contesto.
_ Voy a volver en el bote. No te enojes,
dice ella de inmediato sorprendiéndome. Yo me imaginaba que iba a discutir
conmigo. Jadeo atónito.
No puedo encadenar una frase coherente.
_ Umm… solo puedo decir.
_ Fue muy divertido, sin embargo, ella
susurra, completamente eufórica. ¿Quién soy yo
para quitarle su diversión? Es nuestra luna de miel y tengo que quedarme aquí
tratando de resolver un problema de trabajo. Suspiro.
_ Bueno, lejos de mí restrinja su
diversión señora Grey. Solo ten cuidado por favor, le contesto con alivio.
_ ¡Lo haré! ¿No
quieres algo de la ciudad? Me pregunta toda alegre.
_ Sólo que regreses en una sola pieza.
_ Voy a hacer mi mejor esfuerzo para
cumplir, Sr. Grey, dice ella.
_ Me alegro de oírlo, señora Grey.
_ Nuestro objetivo es complacer, ella
responde con una risita hasta hacerme sonreír. Uno de los
mejores sonidos del mundo para mí es su risa. Oigo otra
llamada entrante, y esta vez se trata de Ros.
_ Tengo otra llamada. Nos vemos bebé,
le digo odiando el hecho de que tengo que colgar.
_ Nos vemos Christian, responde ella y yo
cambio la línea.
_ ¿Sr. Grey?
_ Ros...
_ Llamé para ponerte al día con los
acontecimientos. Pero sé que estás de luna de miel, así que voy a informarte
sobre lo que es nuevo y luego te enviaré un email. Así podrás evaluar todo.
Cuando Ros comienza a hablar, de vuelta al
estudio, oigo que mi teléfono vibra con
un nuevo correo.
____________________________________________________________________
De: Anastasia Grey
Asunto: Gracias
Fecha: 17 de agosto
2011 16: 54
Para: Christian Grey
Por no ser tan gruñón.
Por no ser tan gruñón.
Tu amorosa esposa.
XXX
Creo que fue
Taylor quien tuvo que manejar la peor parte de mi mal humor. Otro correo electrónico llega y es de
Barney esta vez con los informes preliminares. Echo un vistazo por encima de
todo rápidamente y luego vuelvo al mensaje de Anastasia y escribo una respuesta
para ella.
____________________________________________________________________
De: Christian Grey
Asunto: Tratando de
mantener la calma
Fecha: 17 de agosto
2011 16:58
Para: Anastasia Grey
De nada.
Regresa en una
sola pieza.
No es una
petición.
X
Christian Grey
Gerente General
y marido sobre protector Grey Enterprises Holdings
Inc.
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
Paso la mayor
parte de la tarde en el teléfono y en los correos. Ya han pasado
varias horas desde que Anastasia se fue y me parece oír que la lancha llega. Reviso los
informes iniciales de los empleados que fueron interrogados. Suena mi
Blackberry.
_ Grey, respondo.
_ Habla Welch señor. Ahora tengo la
confirmación de que el ataque fue en realidad un incendio provocado.
A pesar de que
lo sospechaba, siento que el mundo se derrumba a mi alrededor. Me siento como
si me hubieran dado un puñetazo.
_ ¿Señor? Me
pregunta sobre mi silencio.
_ Te estoy
escuchando, le digo secamente.
_ Ya hablamos
con cada uno de los empleados que tiene acceso a los servidores. Solo hay una
persona en el video y esa persona no trabaja en Grey House.
_ ¿Qué más? Pregunto
con los dientes apretados.
_ Eso es todo
lo que tengo por ahora. Lo voy a
actualizar a medida que salga más información. Hasta ahora eso es solo lo que
podemos confirmar.
_ Me pondré en
contacto contigo, le digo y cuelgo. De repente yo
extraño a mi esposa. Tengo que encontrarla, abrazarla y amarla. Mi cabeza
está dando vueltas… ¿Y si…? No puedo ni siquiera pensarlo. ¿Y si quieren llegar
a mí a través de ella? Yo mataría a esa persona pedazo a pedazo.
¡Tengo que
encontrar a mi esposa! Me dirijo a
nuestro camarote. La encuentro arreglando
un paquete de regalo. La miro
fijamente durante un largo momento. Me doy
cuenta de que ella está aquí. Ella está aquí... Ella está aquí...
Respira Grey...
_ Te fuiste un
largo rato, digo en voz baja. Anastasia se
sobresaltó al oír mi voz. Cuando ella me
mira, puedo ver que ella está emocionada acerca de algo. Su actitud me
distrae momentáneamente de los acontecimientos del día. Mis ojos están
puestos en ella con toda su intensidad.
_ ¿Todo bajo control en tu oficina? Pregunta ella
tentativamente.
_ Más o menos,
le contesto frunciendo el ceño con disgusto porque esto está sucediendo en
nuestra luna de miel.
_ Hice un par
de compras, murmura.
_ ¿Qué
compraste? Pregunto.
_ Esto, dice
ella poniendo su pie en la cama, mostrando su nueva tobillera.
_ Muy bonito,
le digo, caminando hacia ella, y toco las campanillas que cuelgan. Me doy
cuenta de la marca roja en su tobillo y mis dedos pasan a lo largo de ella. Un escalofrío
recorre su cuerpo.
_ Y esto, dice
ella tendiéndome una caja.
_ ¿Para mí?
Pregunto sorprendido. Me compró un
regalo. Ella asiente
con la cabeza tímidamente. Tomo la caja en
mis manos y la sacudo. Sonrío lo más
amplio posible. Mi bebé pensó
en mí. Me hace sentir
querido. Me siento a su
lado en la cama, agarro la barbilla de Anastasia y la beso.
_ Gracias, le digo,
encantado.
_ Todavía no lo
has abierto.
_ Me va a
encartar independientemente de lo que sea. No consigo muchos regalos, le digo
mirándola, con los ojos brillando de adoración.
_ Es difícil
comprarte cosas. Lo tienes todo.
_ Te tengo a
ti, le digo. Ella es mi
mejor valor, lo más amado y adorado que tengo.
Inmediatamente
arranco la envoltura de papel, y revelo la caja. Es una cámara.
_ ¿Una Nikon?
Le pregunto con una expresión de desconcierto. ¿Por qué ella
quiere que yo tenga una cámara profesional?
_ Sé que tienes
tu cámara digital, pero esto es para... umm... retratos y cosas por el estilo. Viene con dos
lentes.
¿Por qué una cámara profesional? Parpadeo,
completamente confundido. No entiendo el
significado de este regalo especial.
_ Hoy en la
galería te gustaron las fotografías de Florencia D'elle. Y recuerdo lo
que dijiste en el Louvre. Y, por supuesto,
también estaban esas otras fotografías, dice medio apenada. Claramente se está
refiriendo a las fotos que tomé de mis sumisas. ¡Mierda! Mis ojos se abren.
Ella quiere que tome fotos de ella. ¡Imágenes eróticas! ¡Yo no puedo hacerle eso a ella! Ella es mi
esposa. Eso sería degradarla
y no puedo… no debo hacer eso.
_ Pensé que
podrías, umm... sacar fotografías de mí…
¡Mierda!
_ ¿Fotografías?
¿De ti? Pregunto boquiabierto. Nunca podré
poner a mi esposa en esa posición. Esas imágenes
no fueron hechas por placer.
Ella asiente
con la cabeza en respuesta; está ansiosa y
nerviosa. Ella me mira
con las pupilas dilatadas. No sé qué
decir. Esta es la
mujer que amo. Esta es mi
esposa. No podré tomar
fotos de ella sin recordar por qué las he tomado antes. Trago y miro hacia la
cámara, completamente desconcertado. Con aire
ausente paso mis dedos trazando las líneas de la imagen de la cámara en la
caja. Necesito saber por qué ella quiere que yo haga esto. ¿Será porque
ella piensa que podría preferir a las sumisas? ¿Es porque ella
piensa que yo quiero que se comporte como ellas?
_ ¿Por qué
crees que quiero esto? Pregunto preocupado.
_ ¿No lo
quieres?
Tomo una
respiración profunda inestable.
_ Para mí, las fotos
como esas han sido una póliza de seguros Ana. Sé que he deshumanizado a las
mujeres por mucho tiempo, le digo.
_ Y piensas que
tomarme fotos a mí es umm… ¿deshumanizarme? Me pegunta con su cara tan blanca
como un fantasma.
Estoy
desgarrado. No sé
exactamente por qué ella quiere esto, pero el significado de esas fotos representan
para mí algo con lo que no quiero asociar a mi esposa. Yo arrugo los ojos.
_ Estoy tan
confundido, le digo en un susurro. Cierro los
ojos. Si tomo esas fotos
de Ana ¿Dónde nos llevaría? ¿Qué diría de mí como esposo? Sé que la posición de
sumisa no es algo que ella quiere y eso es lo que esas imágenes representan.
Cuando abro los ojos otra vez soy cauteloso.
_ ¿Por qué
dices eso? Susurra con pánico en su voz.
¿Por qué? ¡Porque ella lo
odiará! Puede que sólo
quiera hacerlo, porque en su mente siente que no es lo suficientemente buena
para mí, o ella piensa que a mi me gustaría hacerle eso. Esas cosas podrían
hacerla correr lejos de mí y yo nunca correría ese riesgo. ¡No con ella!
Incluso dejarla marcada por perder el control me tiene mal.
Me encojo de
hombros respondiendo a su pregunta, y no puedo dejar de mirar hacia abajo hacia
las marcas que le dejé en sus muñecas.
_ ¡Christian,
esto no importa! Dice ella levantando su muñeca. El brazalete se
desliza hacia abajo revelando la roncha roja ahora decaída, y la visión me
apuñala una vez más en el interior.
_ Me diste una
palabra de seguridad ¡Mierda! Fue divertido… lo disfruté. Deja de meditar sobre
ello. Me gusta el sexo duro, ya te lo he dicho antes, dice sonrojándose tanto
como puede.
Miro su rostro,
su expresión, sus ojos, escrutando su significado. ¿Qué quiere
decir esto? ¿O es sólo que está de calmar mi ego? Yo continúo
evaluándola.
_ ¿Es por el
fuego? ¿Crees que está
conectado de alguna manera con Charlie Tango? ¿Es por eso que
te preocupa? ¡Habla conmigo,
Christian! ¡Por favor!
Los tornados se
están gestando dentro de mí. Tormentas
emocionales que azotan mi cordura. ¡Sí! Tengo miedo de
que alguien pueda llegar a mi esposa, porque quieran hacerme daño. Tengo miedo
de que yo sea el motivo. ¡Ayer le hice daño! Yo he deshumanizado a mujeres. Yo
no quiero que mi esposa sea una de ellas. ¡Estoy jodidamente asustado! Soy un
hombre acostumbrado a tener el control en todo, y no tener ningún control sobre
estos eventos que me están asustando. ¡La amo tanto,
yo no sé lo que haría si alguien fuera a hacerle daño!
_ No sobre analices
esto Christian, me regaña en un tono
tranquilo. Ella llega hasta
mi regazo, y tomando la caja, la abre. La miro con los
ojos pasivos. Me tiene en sus
manos, y estoy hipnotizado por sus simples movimientos. Quita la tapa
de la cámara, y me apunta. Ella presiona
el botón, y lo mantiene presionado. Puedo escuchar
el obturador capturar mi imagen en rápida sucesión. Ella toma un
mínimo de diez fotos de mi expresión de alarma.
_ Te voy a deshumanizar
entonces, murmura, al pulsar el disparador. Ella sigue tomando
fotos hasta que hago una mueca de una sonrisa. Trato de sonreír mientra ella
sigue tomando fotos. Finalmente me decido a posar para ella, y hago un puchero
apropiado para un humor juguetón. Ella toma mi
foto, y se ríe. Su risita
levanta mi estado de ánimo.
_ Pensé que era
mi regalo, señora Grey, murmuro en tono malhumorado, burlándome de ella.
_ Bueno, se
suponía que era divertido, pero aparentemente es un símbolo de opresión para
las mujeres, dice continuando con las fotografías ahora a cierta distancia de
mí. Ella se acerca
y trata de capturar una imagen más cerca mi cara.
_ ¿Quieres ser
oprimida?
_ No. No oprimida,
murmura ella hacia mí, sin dejar de tomar fotos.
_ Puedo
oprimirla mucho tiempo señora Grey, la amenazo como un depredador.
_ Sé que
puedes, señor Grey. Y lo hace, con
frecuencia.
¡Oh, mierda! ¡Que hago! Mi cara se cae. ¿Qué estoy
haciendo mal con mi esposa? ¿Soy un marido
de mierda? Anastasia baja
la cámara, y sólo se me queda mirando, exasperada.
_ ¿Qué pasa,
Christian? Ella sondea. Niego con la cabeza, sin decirle nada. Vuelve a subir
la cámara y comienza a tomar fotos de nuevo.
_ Dime, dice
con insistencia.
_ Nada, le
contesto, pero esta vez, con un rápido movimiento la acuesto en la cama. Me
siento a horcajadas sobre ella en una de mis posiciones favoritas para
follarla.
_ ¡Hey!
Exclama, y sigue tomando más fotos de mí. Le quito la
cámara y comienzo a tomar fotografías de ella y tomo un sinnúmero de fotos.
_ Entonces
¿Usted quiere que le tome fotos señora Grey? Le pregunto en un tono divertido. Bueno, para empezar, nena, creo que te
debes estar riendo y comienzo a hacerle cosquillas sin piedad. Ella chilla y
se ríe debajo de mí. Intenta alcanzar
mi muñeca pero es un esfuerzo infructuoso para detenerme. Me encanta
cuando ella lucha conmigo. Es una de mis
fantasías. Cuando ella se
retuerce debajo de mí, cuando ella se defiende, ¡me vuelve completamente loco! Mi sonrisa se
ensancha, y renuevo mis esfuerzos con el cosquilleo al mismo tiempo que sigo
sacando fotos.
_ ¡No! ¡Alto! Grita.
_ ¿Estás
bromeando? Gruño. Pongo la cámara
a un lado de nosotros en la cama, para poder hacerle cosquillas con ambas
manos.
_ ¡Christian! Ella balbucea y jadea protestando. Nunca le había
hecho cosquillas y es muy divertido tenerla debajo de mí de esta manera; riendo
y luchando, simplemente feliz. Ella trata de empujar con ambas manos, pero yo
soy inflexible y disfruto de nuestra alegría.
_ ¡Christian
para! Suplica, y de repente me detengo. Agarro sus dos
manos y las mantengo pegadas de la cama a ambos lados de su cabeza y solo me
acuesto sobre ella. Ella está jadeando sin aliento, toda sonrojada y la forma
en que se ve en este momento me hace feliz. ¡Estoy excitado! Mi respiración es
reflejo de la de ella. ¡Me encanta esta mujer! ¡La adoro! ¡Quiero adorar todo
su cuerpo!
_ Eres. Tan.
Hermosa, le digo sin aliento.
Ella se me
queda mirando. No puedo dejar de sentirme atraído por ella. Quiero perderme en
su cuerpo. Quiero hacer el amor con ella. Me inclino hacia abajo y cerrando los
ojos la beso completamente enamorado. Libero sus manos y mis manos pasan
alrededor de su cabeza enredando su cabello en mis dedos. La abrazo suavemente
para mantenerla en su lugar y empiezo a besarla con dulzura y ternura. La beso
largo y devotamente, cuidándola; pero ella mueve su cuerpo para exigir más de
mí y sus labios y su lengua responden a mi beso. Nuestro beso se transforma en
uno carnal devorándonos el uno al otro. Mi lengua se sumerge en su boca
capturando la suya con ganas de poseerla completamente. Inhalo fuertemente y
gimo. Ella es mi perdición. Ella me altera completamente.
_ Oh, qué me haces…
me quejo.
Mi sentimiento
es crudo y carnal. Quiero dejarle claro que ella es mía y que yo soy de ella. Me
muevo rápidamente presionándola contra el colchón, nuestros cuerpos rozando el
uno al otro. Siento como mi pene presiona su sexo. Paso la mano por su cuello
hasta llegar a su barbilla besándola y con la otra mano, paso el contorno de
sus pechos, de su cintura, sus caderas, sus nalgas. ¡Es toda mía! Es una
sensación de electricidad que recorre todo mi cuerpo, que me da un placer
indescriptible. Ella jadea y soy correspondido con sus manos en mi pelo, ella
devolviendo cada caricia, cada movimiento. Meto mis piernas entre las suyas
apartándolas y le levanto una rodilla. La longitud de mi erección está luchando
por salir contra mis pantalones y contra ella. Me trago sus gemidos y sus
jadeos, alimentándome de ella, absorbiéndolo todo. El deseo que siento por ella
es abrumador. La necesito más que mi próximo aliento en este momento. No es sólo un deseo. Es una
necesidad de ella. No puedo vivir
sin estar dentro de ella. Así es como me
comunico. Así es como
expreso mi amor, mis preocupaciones, mis deseos, mis miedos, mi rabia, mi
pasión, y todas mis emociones juntas. Este soy yo,
Christian Grey, en crudo.
Anastasia me besa con la misma pasión y
sentimiento, sigue retorciéndose, frotando su sexo con el mío, sus manos en mi
pelo, devorando mi lengua, con la conciencia de que la necesito.
En un instante,
me detengo, me pongo de pie y la saco fuera de la cama, quedando parada delante
de mí completamente aturdida. Deshago el botón de sus pantalones cortos y me
arrodillo rápidamente bajándolos por sus hermosas piernas junto con sus
bragas. Y ante de que pueda inhalar su
próximo aliento la acuesto de nuevo en la cama. Desabrocho mi bragueta y me
hundo en ella sin preámbulo. ¡Tan exquisita, tan resbaladiza, tan húmeda para
mí! Ella grita con
la sensación de saciedad, pero no puedo parar. Mi aliento
silba fuera de mis dientes apretados.
_ ¡Sííí! Es lo
único que puedo decir.
Estoy en mi
lugar favorito, dentro de ella, profundo. Giro mis caderas y salgo para
profundizar más, ahora entro hasta la empuñadura. Me quedo
quieto; mi pene enterrado profundamente dentro de ella, marcándola como mía, sintiendo
sus profundidades. Me encanta cuando la cabeza de mi pene toca cada ondulación,
cada fibra de su sexo. Ella gime en respuesta.
_ Te necesito,
gruño; mi voz es ronca
y baja. Pero también es
mi súplica hacia ella. Yo simplemente
no puedo vivir sin ella. Paso mis dientes
sobre su mandíbula, mordiendo y chupando en el camino. Entonces la
empiezo a besar de nuevo, esta vez más fuerte. Anastasia
envuelve sus piernas alrededor de mi culo, me acuna, tirando de mí hacia ella, y
me sostiene duro, invitándome a llenarla más. Me quiere dar y tomar todo. La sensación de
su sumisión a mi cuerpo es embriagadora. Se apodera de
mi mente y comienzo a moverme como un loco desesperado, a un ritmo
enloquecedor.
Empujo más y
más profundo en ella, pero lo que busco no es solo la liberación de nuestros
cuerpos, sino también de nuestros miedos, emociones, deseos y esa conexión
fantástica que tenemos. Ella gime en voz alta, jadeando y yo estoy gruñendo en
su oído. Ambos acoplados a nuestro ritmo, encontrándonos con cada empuje.
Siento como los músculos internos de Ana, aprietan alrededor de mi polla, como
succionando, llevándome a la dulce delicia que buscamos. Nuestra respiración es dura y profunda.
Ella está en
combinación conmigo, ambos escalando abrumadoramente, gimiendo a puntos de
llegar a la meta.
_ Vente
conmigo, Ana, le pido jadeando y llevándola al borde. Ella cierra los ojos
lista recibir su orgasmo, pero la
necesito aún más.
_ Abre los
ojos, necesito verte, le pido con urgencia.
Sus ojos se
abren y su mirada se conecta con la mía. Me encanta cuando se corre. ¡Me siento
triunfante! Ella grita y arquea su espalda cuando su orgasmo es inminente, lo
que hace que yo me rinda ante ella.
_ Oh, Ana, exclamo,
y simplemente me dejo ir dentro de ella, dejando hasta la última gota de mi
ser. Colapso en su cuerpo saciado y satisfecho y la abrazo con fuerza. Ruedo en
la cama sin romper nuestra conexión hasta que ella queda sobre mí y yo me
aferro firmemente a ella. Ella besa mi pecho a través de mi camisa y puedo
sentir su mirada a pesar de que tengo los ojos cerrados.
La amo, y tengo
miedo de que por mi culpa alguien pueda ser capaz de hacerle daño.
_ Dime,
Christian, ¿qué está mal? Me pregunta en voz baja, ansiosa. Yo no digo
nada. ¿Cómo puedo expresarle mis temores? ¿Cómo una
palabra puede decirle la profundidad de mi amor por ella y cuan grande es el
abismo que sostiene mis miedos? No puedo expresarlas. Temo que si lo digo en
voz alta, podría convertirse en realidad. Nunca puedo correr ese riesgo. Yo
apenas la tengo en mis brazos con fuerza, y aspiro su olor, manteniéndome
dentro de ella, tratando de sentir todo lo que pueda. Ella es mi lugar seguro. Ella está en
casa. Ella es todo. Ella
es mi sol. Ella es mi vida.
Christina Perri - Arms
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Hay que buen capitulo ya extrañaba esta historia
ReplyDeleteno imaginan cuanto extrañaba los capitulos magnifico y magico como siempre mi christian grey con sus miedos y ternura absolutamente adorable muchas gracias
ReplyDeleteamo la historia la extrañaba mucho muchas gracias adoroa gry sus miendo y su pasion
ReplyDeleteno imaginan cuanto extrañaba los capitulos magnifico y magico como siempre mi christian grey con sus miedos y ternura absolutamente adorable muchas gracias
ReplyDeleteGracias Patricia por volver te adoro, se extrañaba muchísimo, Emine que decir eres fantástica. Andrea Argentina.
ReplyDeleteMaravillosa luna de miel, lastima que fue empañada por el incendio. Cristian no se hasta cuando siente tantos temores, se que sabe el peligro que corre Ana, pero sobre todo es su inseguridad respecto al amor de Ana por el, aveces duda. Pobre teylor tremendo regaño el que se lleva, ahi Ana fue maluca ella conoce a su esposo y sabia de antemano se reacción. Me encanta cada vez que grey hace el amor con Ana, es muy intenso y romántico y su adoración por Ana es increíble. Gracias Emine capitulo bellisimo y mi querida amiga Patricia mil gracias, me alegro que te acordaras de nosotras, un besote y espero que ya este muy bien de tu dedo.No vuelvas a abandonarnos por tanto tiempo madre.
ReplyDeleteMaravillosa luna de miel, lastima que fue empañada por el incendio. Cristian no se hasta cuando siente tantos temores, se que sabe el peligro que corre Ana, pero sobre todo es su inseguridad respecto al amor de Ana por el, aveces duda. Pobre teylor tremendo regaño el que se lleva, ahi Ana fue maluca ella conoce a su esposo y sabia de antemano se reacción. Me encanta cada vez que grey hace el amor con Ana, es muy intenso y romántico y su adoración por Ana es increíble. Gracias Emine capitulo bellisimo y mi querida amiga Patricia mil gracias, me alegro que te acordaras de nosotras, un besote y espero que ya este muy bien de tu dedo.No vuelvas a abandonarnos por tanto tiempo madre.
ReplyDeleteSúper bueno capítulo empañado x los acontecimientos ocurrido a pesar de eso tiene miedo de q le pase algo a. Ana extrañabsa sus capítulos grax emine y pathy
ReplyDelete