Saturday, July 26, 2014

Libro III - Capítulo II: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA

~ La Nueva vida ~
En ese libro, que es mi memoria. . . 
En la primera página, 
Está el capítulo cuando te conocí por primera vez  
aparecen las palabras. . . 
Aquí comienza una nueva vida
Dante Alighieri

CAPÍTULO II


Antes de que Taylor se ponga en camino para irnos, mi Blackberry zumba, una vez más. Es mi madre. Yo suspiro exasperado, y contesto el teléfono.

_ Hola mamá, le digo en voz baja.

_ Christian... dice con voz extraña. Estoy alerta inmediatamente.

_ ¿Qué pasa madre? Pregunto en un tono más alto. ¡Este día está cada vez se pone mejor y mejor!

_ Te llamó para disculparme, hijo. Tu padre me contó lo que hizo y después de lo de ayer, yo no pensé que iba a meter su nariz de nuevo. ¡Lo siento mucho hijo! Nos encanta Anastasia. Tanto tu padre como yo la adoramos. Sólo estamos molestos… bueno ya sabes por lo que realmente estamos molestos.

_ Lo sé mamá, aprecio lo que haces y entiendo tus motivos. ¿Podemos hablar de esto en otro momento?

_ No, no puedo esperar, dice con firmeza. Por favor dame un poco de tiempo. Sabes que no quiero imponerme, pero yo no quiero que tu padre y tú, tengan una disputa tan cerca de la boda.

Decido devolverme a mi oficina y atender a mi madre. Le hago señas a Taylor para que espere. No quiero que nadie escuche la conversación entre mi madre y yo y esto podría tardar.
_ Está bien, te escucho, le digo.

_ Nunca lo había visto tan molesto contigo, ni con ninguna otra persona como lo estuvo el sábado. Ni siquiera cuando te retiraste de Harvard. Estaban molestos en esa época y recuerdo no haberte visto durante semanas sino meses. No quiero que eso se repita. No quiero que Ana pague por las consecuencias de Elena. Eso es lo que principalmente le molesta y el hecho de que estuviste con ella durante más de ¡seis años!  

_ Madre, yo no quiero hablar de Elena contigo ni con nadie. Es un hecho. Está en el pasado. No se puede cambiar. ¡Vamos a dejarlo! Le digo con la ira creciente en mí.

_ No va a cambiar lo que te hizo, y el hecho de que te he fallado como madre. No puedo estar de acuerdo contigo. Todavía estoy enojada porque tu padre y yo pudimos ayudarte. En lugar de eso… hace una pausa para ahogar un sollozo, luego se recompone. Acuérdate por un minuto como se puso tu padre cuando dejaste Harvard. Sabes lo que nos importa la educación a los dos. Cuando dejaste caer esa bomba sobre nosotros, mientras la mayoría de la gente daría hasta un brazo para ser aceptado. Te fuiste un año antes de graduarte, y en tu temprana edad me dijiste que estabas comenzando tu propio negocio en telecomunicaciones sin ninguna experiencia y sin dinero. Te recuerdo caminando por la puerta con mi corazón roto en mil pedazos, y tu padre por primera vez perdió la calma, y te dijo que no conseguirías nada sin una profesión. En aquel momento él estaba tratando de ser un buen padre, estaba siendo protector con su hijo, tratando de hacerte entrar en razón con la mejor manera que sabía. Lo que hizo hoy, aunque inaceptable, fue hacer lo mismo. Proteger a su hijo. Ahora está mal, mortificado, y yo no tenía ni idea de que iba a hacer eso, y sinceramente está arrepentido por eso.  ¡No tenía ni idea, Christian! Porque no lo hubiera dejado. Has hecho un trabajo maravilloso con tu negocio, y sé que tienes la misma determinación con Ana. Nos damos cuenta de que sabes como distinguir los errores y de que no vas a echarte para atrás en lo que crees firmemente. Respetamos y honramos a ese hijo. Así que por favor no te enfades con tu padre. Ya he hablado con él y está molesto consigo mismo. Él es un buen hombre Christian y te ama con todo lo que tiene. Ahora que has encontrado el amor de tu vida, algún día llegarás a comprenderlo cuando te conviertas en padre.

Al final me hace estremecer, eso de tener hijos espero que no suceda en un muy largo tiempo.  

_ Por extraño que te parezca mamá, no estoy enfadado con papá. Bueno… no tan enojado como debería ser. Tenía la sensación de que todo esto tenía algo que ver con Elena, y no con Anastasia, pero sin embargo, quiero que todos entiendan claramente lo siguiente: Yo no quiero que Anastasia firme nada más que su certificado de matrimonio conmigo y ya ese tema está cerrado, le digo en un tono firme para que entiendan de una vez que esa es mi decisión. Lo único que me tiene molesto, no fue que papá quisiera convencerme para expresar sus preocupaciones. Lo que me molestó fue que trajera a un extraño para discutir eso. Eso es una invasión a mi privacidad. No solo la mía, sino la de Ana también. Y yo tengo que protegerla de eso. Una vez que nos casemos ella va a estar expuesta a todo tipo de mierda que me rodea por lo que soy. Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para protegerla de eso. ¿Tengo que añadir a mi familia en esta lista? ¡Espero que entiendan mi preocupación mamá! Me merecía que mi padre me gritara ayer. Que su molestia se limite a mí, pero no tiene que castigar a mi novia por mis deficiencias. Ahí es donde quiero que todo quede claro.

_ Yo sé cariño, y estoy de acuerdo contigo en lo que se refiere a Ana. Pero estoy de acuerdo con tu padre acerca de Elena. Tu padre siente que te ha fallado como padre. No tienes idea de lo atormentador que es ese sentimiento. Ambos nos sentimos que no pudimos protegerte, dice con la voz quebrada.

_ Mamá, nada de eso fue su culpa. ¡Nada de eso! Así que, por favor, olvídate ya, sucedió y pasó. Son más de las... le digo, pero ella me interrumpe.

_ ¡No, Christian! Espérate. Dame un poco de espacio para llorar... Estoy enojada conmigo misma, enfadada con tu padre, enojada con todos ustedes por diferentes razones, pero todo se reduce a Elena. Pero Ana es buena para ti. Ella te hace feliz, y te ama. ¡No sabes lo feliz que estoy viéndote feliz y enamorado! ¡Te mereces ser feliz! Así que, no te enfades con tu padre, y no nos castigues alejando a ana de nosotros, por favor, dice entre llantos.

Estoy sorprendido con su lamento.

_ No, claro que no, mamá. Sólo que después de la charla que tuvimos ayer… ¿y entonces? ¿Cómo a papá se le ocurre hacerle una especie de emboscada Ana hablándole de un acuerdo prenupcial que ni yo se lo he comentado? ¡Sólo de pensarlo me hace enojar! No quiero que vuelva a ocurrir. Anastasia va a ser mi esposa. ¿Cómo habrías reaccionado si tu suegro te trata de esa manera? Mamá, yo sé más que la mayoría de la gente, que vivimos en un mundo cínico. Pero, por algún milagro, he conocido la otra mitad de mi alma, mucho más que la mitad. Eso representa Ana para mí. Y voy a hacer cualquier cosa para fortalecer nuestra unión y no debilitarla.

_ Te entiendo completamente cariño. Tu padre ha sido abogado durante muchos años, y ha visto situaciones inimaginables con personas muy honradas. El está viendo la situación desde afuera como un abogado lo haría y tal vez se excedió un poco…

_ ¿Un poco de mamá?

_ Está bien, por mucho. Él cuida de ti a su manera y no estoy de acuerdo con él. Pero a su entender tú estás aportando una gran cantidad de dinero al matrimonio y ella no tiene ninguna ventaja económica, dice ella y yo resoplo con su respuesta.

_ Míralo de esta manera madre: Cuando me viste la primera vez, yo era un muerto de hambre, un niño desnutrido, sucio, hijo de una puta drogadicta que fue abusado por su chulo. No hay nada más bajo que eso. ¡Pero me adoptaste mamá! Lo hiciste. Y yo no digo que he sido suficiente para ti, ¡pero me salvaste la vida! ¡Lo hiciste, mamá! Sin mirar dentro de mí, sin mirar los tipos de problemas que te podía traer, por lo jodido que estoy. He trabajado duro. Muy duro para amasar fortuna y he tenido éxito en los negocios. ¿No es mi decisión escoger con quien compartirlo? Financieramente ella no puede traer nada al matrimonio, pero, no me importa nada de eso. Soy muy bueno para hacer dinero. Lo que ella me está dando es todo de sí misma, su amor, su capacidad de ver a través de mí, su capacidad de perdonar. Desde entonces hemos estado juntos, ha llegado a mi vida como....  hago una pausa, es casi como  una confesión. ¿Se puede poner un precio a eso?

_ Puedo ver la diferencia. Sé que has cambiado para bien desde que ella está cerca de ti. Estoy completamente asombrada con Ana, ella dice y su respuesta me ablanda el corazón.

_ Ella es mi vida, mamá. La amo más que a mí mismo. No sé lo que haría sin ella, le digo al tragar.

_ Ella es una buena chica. La quiero entrañablemente por amarte. Te mereces ser amado, incondicionalmente. Voy a hablar con tu padre. Trata de ser un poco indulgente, por favor, Christian. ¿Podrías hacer eso por mí, cariño? Lo que hizo es porque él te ama, y ​ siente que te ha fallado. Se siente mal por eso. En algún momento haces algo, o no lo haces y quisieras retroceder el tiempo y arreglar las cosas, pero ya no se puede y no se podrá medir el daño que te causó porque ya el mal está hecho. ¿Puedes tratar de entender y ser amable con él?

_ Entiendo más de lo que puedes imaginar madre. Yo haré todo lo posible, pero por favor, dile que deje a Anastasia fuera de esto. No voy a negociar nada cuando se trata de ella. Él puede estar enojado conmigo, pero tiene que  dirigirse a mí no pagarla con ella. Quiero que mi límite sea respetado.

_ Me aseguraré de que no vuelva a suceder querido. Pido disculpas por lo de ayer y hoy. ¿Quieres que llame a Ana para disculparnos?

_ No, mamá. No quiero que ella se enterare de lo de hoy. Ella se va a sentir muy mal. No quiero que este incidente impacte negativamente en mi relación con ella. De hecho, por favor asegúrate de que nadie en la familia se entere. Ni Mia, y definitivamente ni Elliot; él se lo dirá a su novia, y ella va a decirle. Yo no quiero que ella me deje porque piense que ustedes piensan mal de ella, le digo con una voz apenas controlada.

_ Me siento mal... por lo de ayer y de hoy. Realmente te amo hijo. Incluso los padres cometen errores. Sólo dale un poco de tiempo para recuperarse de Elena. Ha sido un shock. Él no ha sido el mismo desde el sábado por la noche y  yo tampoco, pero yo no le digo eso. No es fácil saber que una puta amiga tuya, independientemente de cómo tú lo veas, haya seducido a tu hijo a los quince años de edad. Y Christian… nosotros no pensamos mal de Ana, que te quede claro.

_ Esta bien mamá.

_ Y Christian, estoy feliz de que tú y Ana hayan decidido hacer la boda aquí. Mia y yo tendremos mucho por planificar y vamos a robarte a Ana por este mes, porque necesitaremos de su ayuda.  

_ Está bien mamá, tienes que arreglar eso con ella. Traten de no llevársela demasiado tiempo, le digo con burlas.

_ Voy a hacer lo que pueda querido. Bueno ahora voy a dejar que te vayas. Te quiero hijo.

_ Yo también te quiero, mamá.

_ Por favor, sé indulgente y no esfuerces tu relación con tu padre en un momento como este. Está muy molesto y confundido. Conozco a tu padre y nunca lo había visto así.

_ Lo tendré en cuenta la mamá. Gracias, le digo y cuelgo.

Lanzo el Blackberry en mi escritorio y dirijo mis dos manos por mi pelo mientras me hundo en la silla de cuero que protesta por mi peso. Mis pensamientos se remontan al día de ayer. Se suponía que iba a ser solo un desayuno en casa de mis padres, pero mi madre no pudo mantener la boca cerrada y le contó a mi padre lo de Elena.  Cuando llegamos a la casa, la mirada de mi papá estaba humeante como el Old Faithful, pero se las arregló para levantar una sonrisa al saludar a Anastasia.

Mia y mi mamá me arrebataron efectivamente a Anastasia para hablar de nuestra boda y yo me quedé de pie con mi papá.

_ Tengo que hablar contigo Christian. Sígueme a mi estudio por favor, me dijo sin siquiera darme la oportunidad de decir no. Anoche tuvimos una charla acerca de lo de Elena, después que mi mamá se lo contó. Me pregunto si será acerca de lo mismo. Camina en dirección a su estudio dejando la puerta abierta para que yo entre, igual que el director de una escuela a punto de reprender a un alumno. Cierra la puerta una vez que yo he entrado.

Nos miramos el uno al otro durante un largo minuto. Su mirada enojada, furiosa, incluso con una ansiedad apenas contenida, la mía impasible, mi máscara de indiferencia sale en su lugar firmemente, inflexible.

_ Tu madre estaba ayer tan angustiada como yo, y no puedo culparla. No hemos podido dormir en toda la noche. Yo siempre me he preciado de ser un hombre sano, responsable y educado, con los pies bien puestos sobre la tierra. Me has hecho sentir increíblemente estúpido como jamás me había sentido. ¡Un tonto!

Eso no era lo que yo esperaba que mi padre dijera. ¿Qué le puedo decir?

_ ¿Estúpido? ¿Cómo? ¿Por qué?

_ Porque me engañaste cuando tenías quince años y lo ocultaste de nosotros. Se han aprovechado de ti en nuestras propias narices y nosotros… yo, debí haberme dado cuenta. ¡Eras solo un niño! Me siento mal por no protegerte hijo por no brindarte ayuda. Estoy enojado contigo, incluso más que cuando dejaste Harvard. Al menos pudiste venir a mí… No sabía que me odiabas tanto como para ni siquiera pensar que yo podía ayudarte.

_ ¿Qué? ¡No! ¡Papá no!

_ Si no fuera por la insistencia de tu madre que se puede dañar tu reputación, hubiese presentado cargos contra esa perra en este instante. Nada de lo que digas o dejes de hacer le quitará el dolor a tu madre. El que Elena Lincoln te hiciera daño, es hacernos daño a nosotros y mucho más a tu madre. ¡Nadie le hace daño a mi hijo y a mi esposa y se sale con la suya!

_ ¡Papá! Eso está en el pasado. No me detuve. Yo pude dejarlo. Yo soy tan culpable como Elena.

_ ¡Tú eras un niño!

_ ¡Yo fui un niño, los primeros tres años! ¡Esto duró seis! A los veintiún años se terminó.

_ ¿A los veintiuno? Me pregunta con escepticismo. ¿Estás seguro de eso? Por lo que tu madre oyó en la discusión con Elena parecía que todavía había algo entre ustedes. Como si ella sentía algo por ti.

_ ¿Sentimientos? Ella no siente padre. ¡Fue sólo follar! Y se acabó. Ha pasado mucho tiempo. Fue un error que yo no voy a repetir otra vez.

_ ¿Qué pasa con Anastasia?

_ ¿Qué pasa con ella? Pregunto con aprensión.

_ ¿Es otro de tus errores?

_ ¿Qué diablos quieres decir? Gruño dando un paso adelante hacia mi padre de forma automática. Él no vacila. Se mantiene firme en su terreno.

_ ¿Cuánto tiempo la tienes conociendo? ¿Cinco minutos? Y piensas casarte con ella. Me parece una gran chica, no me malinterpretes. Pero ¿Lo pensaste suficiente? El matrimonio no es para cometer un error de seis años y luego se termina como lo de Elena.

_ ¡No sabes nada de ella!
_ No, pero creo que me he familiarizado con la manera de como eliges a las mujeres, dice y me hace perder la calma.

_ ¿Mi elección por las mujeres? ¿Qué diablos sabes tú de eso? ¡Estamos hablando de una mujer que me sedujo a los 15! ¡No te atrevas a poner a Anastasia en la misma categoría que Elena! ¡Amo a Anastasia y ella me ama!

Mi papá se pasea alrededor y se detiene justo en frente de mí.

_ Está bien. Te creo hijo, no dudo de eso. Ahora te pregunto ¿Sí ella realmente te ama, puede firmar un acuerdo prenupcial? Esto te protegerá…

_ ¡Diablos papá! ¡Esta conversación ha terminado! Me volteo para acercarme a la puerta.

_ ¡No se te ocurra cruzar esa puerta! ¡Eso es lo que siempre haces! ¡No enfrentas tus problemas! Grita. Justo cuando estoy llegando a la manilla de la puerta mi madre la abre por el otro lado con una cara de nadie-jode-comigo.

Ella cierra la puerta detrás de ella y la bloquea metiendo la llave en su bolsillo.

_ ¡Ustedes dos se sientan! ordena en un tono que no es de juegos.

_ Querido, lo siento... ¡Siéntate Carrick! Ella se le queda mirando y de mala gana ambos lo hacemos refunfuñando como un par de adolescentes.

_ ¿Qué está pasando aquí? Ambos nos mantenemos obstinadamente en silencio.

_ ¿Christian? Se voltea hacia mí. Me encojo de hombros, sin decir nada.

_ ¿Carrick? Le pregunta a mi papá, y él se cruza de brazos frente a ella en un gesto defensivo, recostándose en su silla, sin mirar a nadie en particular.

_ Eso es lo que pensé. Bien, los hombres Grey… Ninguno sale de esa habitación hasta que me digan que está pasando entre ustedes dos. ¿Esta es la segunda parte de la conversación acerca de Elena, Carrick? ¿De eso se trata la discusión?

_ Lo es, pero la discusión no se trata de Elena, responde mi padre en un tono firme, pero suave.

_ ¿De qué se trata entonces? Le pregunta. Él no dice nada.

_ ¿Christian? Se vuelve hacia mí preguntado. Yo no digo nada.

Mi madre se pone las manos en las caderas.

_ ¡Carrick! El sofá de la sala de abajo tiene tu nombre sobre él si no me dices lo que está pasando entre tú y nuestro hijo, le grita con amenaza. En mi mente me da risa, no me imagino durmiendo en la sala por alguna discusión con Ana. 

_ Es sobre esto, dice mi padre y le muestra un documento que bien podría ser la primera edición de Orgullo y Prejuicio. Mi boca se abre por la insolencia ¿Es arrogancia o ego herido de padre?

_ ¿Has redactado todo este documento? ¡No lo puedo creer! ¿En qué momento lo hiciste?

_ Ayer por la noche... Después de que habláramos, dice con la cabeza colgando.

Mi madre mira el documento, y su cabeza se mueve bruscamente para mirar a mi padre.

_ ¿Por qué hiciste esto Carrick? ¡Este es nuestro hijo!

_ ¡Sí, y nuestro hijo ha sido aprovechado por mujeres antes!

_ ¡Una mujer! ¡Maldita sea! ¡No pongas a Anastasia en la misma categoría de Elena! ¡Al diablo con eso, me voy! ¡La llave madre!

_ Siéntate, Christian, mi madre dice suavemente, incluso herida. Me siento.

_ Carrick, no fue Anastasia la que abusó de Christian. Fue Elena. Anastasia es otra víctima en todo esto. No debió ser fácil para ella saber que su prometido había sido… abusado por una corruptora de menores. Y el hecho de que la invité a la fiesta de cumpleaños de Christian… la noche en que anunciaban su compromiso. ¡Pobre chica! ¡Qué debe pensar ella de mí! ¡Ella tuvo que soportar a Elena y mantener las apariencias con nosotros! Y lo que es peor,  Elena se lo estaba restregando en la cara. ¡Dios!

La cara de mi padre cambia, ahora se siente culpable y disgustado.

_ Lo sé. Me siento... me siento mal… confundido… me siento viejo... Sacaron la alfombra de un solo golpe bajo mis pies y ahora siento esto… Esta horrible sensación de ¿qué pude hacer que no hice?… Cómo no me di cuenta… debí ser capaz de proteger a mi hijo Grace. Yo debí haberlo sabido.  Ahora, estoy tratando de compensar... Estoy tratando de hacer lo correcto por mi hijo. Estoy tratando de ver lo que él no se da cuenta. Ana es una gran chica. ¡Una chica maravillosa! Es lo mejor que te ha pasado Christian, añade mirándome a los ojos.

_ Pero este es un mundo cínico, hijo. Debes saberlo. Las buenas cosas se pueden amargar muy rápido en un abrir y cerrar de ojos. Tú te has aislado del mundo por tu propia cuenta, pero yo lo veo día a día en el juzgado. Si ella realmente te ama, ella querría cuidar de tus intereses también, dice con fervor.

_ ¡Carrick ya es suficiente! Dice mi madre, sin que él pueda emitir una palabra más.

_ El tema está cerrado. Esto es algo que tienen que decidir ellos. No es asunto nuestro.

_ Pero, Grace...

_ ¡Va a ser un día frío en el infierno si alguna vez discutes esto con ella! le digo y me pongo de pie.

_ ¡Muy bien! Mi padre contesta levantando sus manos en un gesto de derrota. Sé que cuando estoy en inferioridad numérica y yo nunca apostaría en contra de tu madre. Pero, por favor hijo, sólo considerarlo. Estoy preocupado por ti.

_ Papá... Por favor déjalo ya.

Suspira y no dice nada.

_ Hombres testarudos los Grey, dice mi madre. Nos toma de la mano y salimos. ¡Vamos! Hay un maravilloso desayuno que nos espera y el resto de la familia va a venir a buscarnos.

Pensé que él se había olvidado del tema a la hora del desayuno.

*****

Todo iba bien hasta después del desayuno cuando Mia gritó sin saber lo que había ocurrido antes.

_ ¡Mira esto! Se aventuró demasiado efusiva poniendo su portátil sobre la mesa de la cocina en frente de toda la familia. Hay un artículo en el sitio Web de chismes del Seattle Nooz sobre tu compromiso Christian, dice para que todo el mundo oiga.

Mi madre se sorprendió porque fue la mañana de nuestro anuncio tan sólo a los familiares y a amigos cercanos.

_ ¿Tan pronto? Dice mi madre. Pero recordando lo que pasó entre mi padre y yo hace menos de una hora ella frunce la boca y me frunció el ceño por ser tan obvio. Pero mi hermana que es totalmente ajena al infierno que acabamos de vivir, continuó leyendo el blog en voz alta.

_ Nos han llegado comentarios aquí a The Nooz que el soltero más codiciado de Seattle, Christian Grey, finalmente ha sido atrapado y suenan campanas de boda. ¿Pero quien es la muy afortunada señorita? The Nooz está a la cacería. Pero apostamos a que tendrá un cojonudo acuerdo prenupcial.

Mia se rió y tuve que lanzarle una mirada de hielo para detenerla porque Anastasia parecía que le hubieran dado una golpe. Ella me mira con aprensión y yo niego con la cabeza hacia ella pronunciando un “No” pero mi papa tuvo que abrir la boca sacando a la luz nuestra conversación como si no le hubiésemos puesto fin esa mañana.

_ Christian, me dice suavemente tratando de persuadirme.

_ No voy a discutir esto de nuevo, le digo.

¡Joder! ¡Que no soy un chico de quince años ya! Luego se vuelve a Anastasia, nervioso, abriendo la boca para decirle algo. Tuve que cortar de raíz.

_ ¡No habrá acuerdo prenupcial! Le grito. 

¡De todas las personas, que me joden tiene que ser mi padre el que me dé un infarto! Apenas me contengo y devuelvo mi mirada para seguir leyendo las noticias financieras del periódico. Siento la mirada de todo el mundo sobre mí y Ana. Lo que hace que ella se incomode y hable.

_ Christian, dice en un tono suave. Firmaré cualquier cosa que tú y el señor Grey quieran. Por supuesto que lo hará. Ella me ama y yo la amo, pero eso no está  en discusión. No quiero ninguna barrera entre nosotros. Ningún contrato que no sea el del matrimonio, no es el tipo de intimidad que quiero con ella.

_ ¡No! Le grito enojado.

_ Es para protegerte, continúa.

_ Christian, Ana, creo que deben discutir esto en privado, mi madre dice amonestándonos a los dos y mirando a mi papá y a Mia.

_ Ana, esto no es acerca de ti, mi padre murmura un poco disgustado, tratando de tranquilizarla. Y por favor llámame Carrick.

¿Por qué coño sigue con el tema? Yo sólo lo miro con frialdad, mi rabia se centra en él exclusivamente. ¿Está tratando de arruinar mi relación con Ana? ¡Que pare con esto ya!

Mi madre, Mia y Katherine comienzan a acomodar la mesa después del desayuno mientras hablan  sobre el fascinante mundo de la salchicha vs. tocino. El buen humor de Anastasia se ha ido y pierde su mirada entre sus dedos nudosos. Lo que temía, porque justo no quería que se enterara de esta conversación. Ella debe pensar que mis padres la creen una caza fortunas, cosa que no es cierta. E incluso si así lo fuera, esa mierda ni me importa. ¡Yo la conozco! Eso es lo que importa. Estamos sentados uno junto al otro y ella deriva su mirada a la distancia, pensativa. Me acerco y tomo su mano con la mía.  

_ Detente, le digo con fervor. Ella voltea su cara para encontrarse con mi mirada. Ignora a mi padre. Él está realmente enojado por lo de Elena. Esas cosas estaban dirigidas a mí. Desearía que mi madre hubiese mantenido la boca cerrada, le digo en un susurro que sólo ella puede escuchar.

_ Él tiene un punto, Christian. Eres muy rico, y yo no estoy trayendo nada a nuestro matrimonio más que mis préstamos estudiantiles.

¿Nada? Ella es todo lo que quiero, todo lo que necesito. No me importa que no tenga dinero. Tengo un montón de esa mierda. Lo que es mejor, yo sé como hacerlo. Anastasia, por otro lado es mi lugar seguro.  Ella es la dueña de mi corazón. Ella es la que me hace vivir. Ella no tiene rival, es sin igual. Eso la hace invaluable. Sin ella, no tengo nada.

_ Anastasia, si me dejaras, también podrías llevártelo todo. Me dejaste una vez antes. Yo sé lo que se siente.

_ Eso fue diferente, susurra. Pero... quizás quieras dejarme tú, dice con una mirada escalofriante.   Resoplo y niego con la cabeza en un disgusto fingido.

_ Christian, tú sabes que yo podría hacer algo excepcionalmente estúpido, y que... ella mira de nuevo hacia sus manos nudosas, retorciéndose como si la apuñalaron, su rostro cayendo. No puedo soportarlo. Mi padre sabe cómo enredar las cosas.

_ Detente. Detente ahora. El tema está cerrado, Ana. No vamos a discutirlo otra vez. No habrá acuerdo prenupcial, ni ahora ni nunca.  La miro fijamente para que entienda que ya tomé la decisión y me vuelvo hacia mi madre.

_ Mamá, ¿podemos hacer la boda aquí? Y por supuesto escucho el grito encantado de mi madre. Y la mirada de Ana se suaviza al darse cuenta que mi madre está contenta.

Y en el momento en que regreso de mis pensamientos, lo único que quiero hacer es estar con mi chica. Pero en primer lugar, verifico mi correo electrónico:
_____________________________________________________________
De: Anastasia Steele 
Asunto: Soñando despierta... 
Fecha: 20 de junio 2011 15:07 
Para: Christian Grey

... Con flores de prado y tú y tus manos y tu lengua, en una casa de botes con luces tenues y paredes rústicas. Echándote de menos.

Tu prometida

A x
____________________________________________________________

¡A la mierda la respuesta! La voy a llevar a casa ahora mismo.

Salgo de mi oficina, donde Taylor está esperando impasible.
_ ¿Listo, señor? Me pregunta.

_ Sí, le contesto. Él ni siquiera tiene que preguntar a dónde vamos. Él lo sabe.

Marco el teléfono de Anastasia en el camino.

_ Hola Christian, ella contesta el teléfono.

_ Pediste mi atención y ya la tienes nena. Empaca tus cosas, voy a ir a buscarte.

_ ¿Qué? Todavía me falta una hora de trabajo, responde ella.

_ Bueno, según mi reloj, el tiempo en el trabajo se ha acabado.

_ No le he preguntado a mi jefe, si...

_ El jefe del jefe de su jefe dice que puedes salir. De hecho él insiste en que-no-será-convencido-de-lo-contrario, le digo con mi voz más seductora.

Lo cierto es que la necesito. He tenido un día de mierda. Muchas cosas se están saliendo de mi control, y es algo que odio. Tengo que tener el control. Anastasia es mi lugar seguro, ella me da paz y tranquilidad. Ella despierta sentimientos en mí que no sabía que existían. El hecho de que algunos hijos de puta están por ahí afuera para matarme, confirma lo que sospeché desde un principio y eso me está volviendo loco. Pero sospechar y saberlo son dos cosas diferentes. Ahora, lo sé. ¡Y la mierda que mi papá sacó hoy! Puedo manejar el choque de trenes derivado de mi propia mierda, ¿pero el de mi propia familia? ¡Joder! ¡Denme un descanso!

_ Christian, tengo trabajo… la corto.

_ Anastasia, solo hay un mes para planificar nuestra boda, y hay mucho por hacer. Estoy sorprendido de que soy yo el que te lo recuerde. Pensé que las chicas planeaban su boda desde que eran niñas o algo así, le digo para convencerla.
_ ¡Oh! Sí es así...

_ No creo que tengas que estar trabajando tiempo completo, al menos hasta que lleguemos de nuestra luna de miel. Este va a ser un mes ocupado. Y además es una hora hoy. Pensé que te gustaría pasar más tiempo conmigo, le digo en voz baja.

_ ¡Yo quiero Christian! Yo quiero… Christian, pero…

_ No hay peros Anastasia. Estamos a la vuelta de la esquina. Empaca tus cosas. Que Dios me ayude, si no sales te voy a llevar en mi hombro delante de tus colegas como un Neanderthal con una gran palmada en ese delicioso culo.

_ ¡No te atreverías!

_ Oh, nena, no me tientes. Usted sabe que yo lo haría. No quiero que me desobedezca, hoy no. Mi mirada se encuentra con la de Taylor en el espejo retrovisor. Él se divierte un poco.

_ ¡Muy bien! Voy a estar fuera del edificio en pocos minutos. Espérame. No hay necesidad de sacarme...  dice exasperada. Un mes más... Un mes más... Un mes más... Canto en mi mente. Es mi mantra ahora. Una vez que estemos casados, ella tendrá que obedecerme inmediatamente. No tiene que estar de acuerdo conmigo en algo tan simple como que ella viene a casa conmigo. Ella prometerá obedecerme. Y si no obedece, le recordaré la promesa que hizo ante Dios y todos los seres queridos. O voy a tener la diversión de azotarla para rectificar la situación. De cualquier manera es ganar-ganar. Me siento más relajado. Taylor da la vuelta en la esquina y estaciona delante de SIP.

_ Señor, hay algunos fotógrafos que esperan afuera. ¿Me estaciono por la puerta trasera, para que la señorita Steele salga por ahí?

_ No, Taylor, porque si no nos ven juntos ahora, van a seguir rondando detrás de ella. Vamos a darles lo que quieren y cortar esto de raíz. Dile a Sawyer que nos siga en el coche de la señorita Steele. Taylor frunce el ceño, pero no dice nada.

Tan pronto como veo a Anastasia salir del edificio, salgo del coche, y camino hacia ella con pasos rápidos. Taylor salta rápidamente del coche y corre detrás de mí. Se pone más ansioso cuando hay multitudes desconocidas que no sabe cómo van a reaccionar. Cuando los periodistas me ven, las cámaras comienzan a parpadear en ambas direcciones. Anastasia parece un ciervo en medio del bosque eclipsado por las luces, pero llego rápidamente y con una sonrisa tranquilizadora la tomo en mis brazos. Cuando su mirada se bloquea con la mía, ella se relaja y tomo su mano, dándole una sonrisa reservada sólo para ella, tranquilizándola, implorándole que confíe en mí y que deje hacerme cargo de esto. Ella entiende y me da una sonrisa deslumbrante.

Paso mis brazos como serpientes alrededor de ella de manera protectora, una mano está en la parte baja de su espalda y la otra sujetando suavemente su nuca. Me acerco a sus labios con un beso cerrado. La conexión de nosotros dispara todas nuestras terminaciones nerviosas y cursos de electricidad corren a través de mi cuerpo, es una energía que nos une. Mi lengua se desliza dentro de su boca, acariciando la suya y ella inmediatamente se relaja y se activa. Pero no quiero que otros vean lo apasionados que nos ponemos y saco mi lengua a regañadientes. Puedo oír los silbidos detrás de nosotros y finalmente sellamos nuestra conexión con un casto beso.

_ ¡Sr. Grey! ¡Sr. Grey! ¡Felicidades señor! Soy del Seattle Times. ¿Podría presentarnos a su prometida por favor?

_ ¿Cuál es tu nombre? le pregunto, él está demasiado dispuesto a responder.

_ Soy Andy Ritter.

_ Andy, esta es mi prometida, Anastasia Steele. Anastasia le da sonrisa tímida con mi brazo alrededor de ella, y ella me abraza de manera posesiva que no escapa de la atención de los fotógrafos y  toman más fotos en rápida sucesión. Anastasia está rígida con toda la atención, pero yo la tengo de tal manera que nadie pueda llegar a ella sin pasar primero a través de mí.

_ ¡Sr. Grey! ¡Señorita Steele! Del Seattle Nooz aquí. ¿Podemos hacerle una pregunta?

_ Usted la acaba de hacer, le contesto.

_ Nuestros lectores quieren saber sobre el acuerdo prenupcial, dice y Anastasia se pone más rígida.

_ ¿Qué quieres saber de eso? Pregunto impasible.

_ Lo que está escrito en él, señor.

_ ¿Por qué habría de preocuparte? Pregunto deliberadamente, señalando su anillo de bodas.

_ Debido a que nuestros lectores quieren saber.

_ Me parece bien, pero dime el nombre de tu esposa, digo haciendo que Anastasia se voltee para mirarme.

_ Uhmm. Marilyn.

_ ¿Lo hizo Marilyn  antes de que ustedes dos se casaran?

_ Uhm, no. Pero yo no tengo sus considerables activos señor, dice casi en tono burlón.

_ ¿Por qué no? ¿No trabajas lo suficientemente duro? ¿Cómo crees que tus ingresos son menos importantes?

_ ¿Señor?

_ ¿No quieres decirme cómo gastas tus ingresos?
_ No, porque no es interesante. El suyo  lo es, dice con desprecio. Así que ese es su juego. Entrecierro los ojos hacia él y enfoco.

_ Pero, estoy muy interesado en saber cómo te gastas el tuyo. Igual mi prometida. ¿No es así, cariño? Le pregunto a Anastasia, y ella asiente con la cabeza siguiéndome el juego. Ella me conoce. ¡Buena chica! Dime, esposo de Marilyn, ¿cómo gastas tu dinero, qué haces con él, cuánto crees que deben obtener cada uno por su divorcio? Él se mueve incómodamente bajo mi mirada directa.

_ Es privado, señor.

_ ¿Tu vida es privada, pero la mía no lo es? ¿Acaso no tengo el mismo derecho que tú? Le pregunto puntualmente, pero mantengo una deslumbrante sonrisa en mi rostro, y luego me dirijo al resto de los periodistas. Estoy encantado de responder a las preguntas, siempre y cuando mi novia y yo no seamos acosados, o nuestra privacidad invadida. Tengo el mismo derecho que todo ciudadano, mi derecho a la privacidad igual que todos ustedes. Aprecio que hayan venido a tomarse un tiempo y conocer a mi preciosa novia. Estoy más que feliz de presentárselas, pero yo no quiero que ninguno venga a invadir su privacidad o la asusten. Eso solo los llevará a un juicio, en vez de a una agradable charla. Mi oficina de Relaciones Públicas, emitirá un comunicado más tarde en la noche. Sin embargo como pueden darse cuenta la señorita Steele y yo, hemos trabajado toda la tarde y simplemente nos queremos ir. Gracias a todos por venir.

_ ¡Sr. Grey! Grita un reportero  ¿Qué hace la señorita Steele?

_ Ella está de pie aquí. ¿Por qué no se lo preguntas? Respondo tranquilizando a Anastasia con mi agarre bien apretado.

_Disculpe señora. Señorita Steele, Randy Harford del Tribune. ¿Qué trabajo hace para  SIP?

_ Soy editora aquí, responde ella.

_ Gracias señora, dice sonriendo hacia ella en respuesta a su sonrisa tímida. Joder, ella tiene otro admirador. Yo asiento con la cabeza y camino hacia el SUV mientras mantengo a Anastasia bajo el brazo. Oímos los flashes detrás de nosotros.

_ ¡Dale un beso! Alguien grita detrás.

_ ¡Con mucho gusto! Y tomo a Anastasia y la beso fuerte. Cuando los dos nos quedamos sin aliento, la levanto y la ayudo a entrar  a la camioneta y sigo detrás de ella mientras Taylor cierra la puerta detrás de nosotros.

_ ¿Qué fue eso? Nunca muestras afecto en público de esa manera, me pregunta desconcertada.

_ Para darles algo que imprimir, me importa tu seguridad, y quiero evitar que te molesten en un futuro. Lanzándoles un hueso para roer, solo eso.

_ Ah, responde ella.

_  ¿Que tal tu día? Pregunto.

_ Ocupado. Leí un montón de manuscritos y tuve una reunión con otro editor y ahora me voy a casa contigo, dice sonriendo.

_ ¿Y usted señorita Steele que almorzó? Ella se sonroja inmediatamente y… ¡Mierda! No ha comido, porque ella no contesta.

_ ¿Anastasia? Le insisto.

_ Un sándwich y un poco de té.

_ ¡Ana! No puedes simplemente pasar el día entero solo con un sándwich, le digo mientras mi mirada se oscurece.

_ No me dio apetito después de lo de esta mañana Christian, responde ella con petulancia.

_ ¡Anastasia, no entiendo por qué me desafías en cada esquina! Quiero que comas. ¡Todavía no has recuperado el peso perdido!

_ Me gusta ser delgada, replica.

_ Me haces sentir culpable cuando no comes, me haces sentir como que no puedo cuidar de ti. ¡Que no dejarás que me ocupe de ti!

_ ¡Oh, Christian, es sólo una comida! ¡Realmente tienes que superarlo!

Entrecierro mis ojos con ella. 

_ Tú sabes que todavía puedo ponerte en mis rodillas, le digo sombríamente. Nerviosa, echa un vistazo en la parte posterior de la cabeza de Taylor.

_ ¡No te atreverías aquí! Susurra. Llego a ella y rápidamente desabrocho el cinturón en un segundo y la pongo sobre mis rodillas y le doy una nalgada en su hermoso culo.  

_ ¡Oww! Ella grita más de sorpresa que por dolor. Taylor estudiadamente mira hacia adelante sin siquiera chocar su mirada con la mía en el espejo retrovisor.

_ ¿Qué decías Anastasia? Pregunto. Cuando ella se frota el culo con la mano, la pongo en mi regazo y la abrazo fuerte. Le beso la parte superior de su cabeza y le susurro,  no me desafíes. Pero sospecho que no lo harás después de que estemos casados.

_ ¿Cómo sabes eso? Yo soy lo que ves Christian. Tienes que aceptarme tal como soy.

_ Aceptaré tu forma de ser, pero necesito que me obedezcas, porque tengo que protegerte. Parece que soy quien se preocupa por tu bienestar a pesar de ti. Estoy tratando de cuidarte.

_ Christian, ¿qué te hace pensar que voy a cambiar durante la noche, una vez que nos casemos? Esto es lo que soy, dice ella buscando mi mirada.

_ Porque prometerás  obedecerme. Está escrito en los votos matrimoniales, le digo con seguridad.

_ Pero Christian, no quiero prometer cosas que no podremos cumplir. Pensé que íbamos a escribir nuestros propios votos.

_ ¿Qué pasa con los que ya están escritos? La gente ha estado diciéndolos que por cientos de años y ha funcionado bien hasta ahora. Respondo poniéndola en el asiento tratando de medir su reacción.

_  ¡Ese es el problema, Christian! ¡Eso es viejo! Tú y yo somos únicos. Quiero nuestros propios votos. No estamos viviendo en la Edad Media. Esos votos fueron escritos originalmente en 1549, se basan en textos latinos muy viejos. ¡Quién sabe cuándo fueron escritos!

_ ¿Qué hay de los votos originales a los que te opones, entonces? 

_ No reflejan nuestro amor y devoción por nosotros, dice evadiendo mi pregunta.

_ Vamos a examinarlos entonces, ¿de acuerdo?

_ ¿Aquí? ¿En el coche? ¿Podemos esperar hasta que lleguemos a casa, por favor? Pregunta mirando Taylor. Asiento con la cabeza de mala gana, pero no muy contento. ¡Mierda! Ella no quiere obedecer.  Me siento devastado. Miro por la ventana hasta que llegamos a Escala medio enfurruñados. ¿Cómo puedo hacer que acepte? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Dónde puedo hacer que ella me haga caso? ¿Sala de juegos o dormitorio? ¿Pervertido o vainilla? Cuando Taylor nos deja en frente de los ascensores y se ha detenido por completo, salgo del coche y le paso mi mano a Anastasia.

_ Ven, le digo con una mirada oscura. El aliento se le engancha, pero no dice nada cuando ella toma mi mano. Taylor se aleja para estacionar la camioneta.

Presiono el botón de llamada del ascensor. Al entrar en la cabina del ascensor de la mano de Anastasia, otro residente en el edificio se acerca para entrar y yo le doy una mirada afilada que lo detiene en seco y las puertas del ascensor se cierran dejándolo fuera. Golpeo el código para el ático. En este pequeño espacio la evidencia de nuestra atracción es clara. Es tangible, eléctrica, fuerte, tirando de nosotros. Mi mano se extiende a su cara y le acaricio la mejilla con los nudillos. Ella cierra los ojos y se inclina hacia mi toque. Ella inhala mi olor profundamente con los ojos cerrados y yo coloco mi cabeza en su frente hasta tocar nuestras narices. Siento un temblor estremecedor en todo su cuerpo. Ella cierra el hueco minúsculo entre nosotros y su mano llega a mi pelo tirando de mí hacia ella, inclinándose en sus pies para besarme. Esta simple conexión es mi línea de vida a la que me aferro. Sin poder hacer nada me inclino y le correspondo. Lento al principio, sintiéndola a ella, sintiendo su cercanía, inhalando su aroma embriagador y los suaves contornos de su cuerpo moldeado  el mío... El deseo se dispara a través de mí, envuelvo su cola de caballo alrededor de mi mano, tirando de ella e inclinando la cabeza hacia atrás para bloquear firmemente mis labios sobre los de suyos. Mi lengua serpentea en su boca encontrando la suya y la capturo  para chuparla. Ella gime en mi boca haciendo que mi erección crezca con más fuerza. Mi mano se extiende hacia atrás y yo ciegamente trato de localizar el botón de parada de emergencia. Una vez me que lo encuentro, lo presiono y el ascensor se detiene entre las plantas séptima y octava.

Anastasia está completamente excitada y lista para pasar por encima de mi polla y salirse con la suya. ¡Bueno! La empujo contra la pared del ascensor sin romper el contacto y continúo mis asaltos sobre su cuerpo. Cuando mi erección está cavando en ella, mi lengua y mis labios están trabajando en su boca, en su mandíbula y en el cuello. Una de mis manos acariciando su culo y empujando sus caderas contra mi erección, mientras que la otra está sensualmente rozando sus pezones. Yo puedo hacer que venga así, pero no lo haré. 


_ Siéntelo bebé, estoy aquí fácil para ti, si quieres y si lo deseas. ¡Caray, yo te quiero follar hasta en el próximo domingo!  Le susurro escabrosamente al oído mientras le chupo el lóbulo de la oreja. Ella envuelve una de sus piernas a mi alrededor, tratando llevarme hasta ella.

_ ¿Lo quieres Ana? Le susurro.

_ ¡Sí! Ella respira. 

_ ¡Dilo!

 _ ¡Te deseo, Christian! 

_ ¿Qué quieres que haga Ana?
 
_ ¡Tómame! dice jadeando, mientras  inclina la cabeza hacia atrás. 

_ ¿Qué te tome?

_ ¡Sí! ella jadea. ¡Fóllame aquí ahora!  Dice en agonía, ella me baja la cabeza para que la siga besando, hasta consumirla ¿Por qué, señorita Steele, es usted una criatura tan lasciva? Ya me ocuparé de ti bebé, pero no aquí. Arriba.  En mi cuarto de juegos.

_ ¿Qué? ¿Por qué? ¡Te quiero ahora! ¡Te necesito ahora!

_ Sé lo que quieres nena, yo me ocuparé de ti.

_ Por favor, Christian, ella dice frotando sus caderas en mi erección. Apenas puedo controlarme.

_ Créeme nena, quiero follarte, y voy a hacerlo, pero todo a su tiempo. En la sala de juegos. Yo quiero mostrarte lo bueno que puede ser si sólo... obedeces, le digo.

_ ¿Esperar? Me pregunta.

_ Sí, espera. Tengo algo en mente, le digo. Se ve toda sonrojada, con el cabello despeinado y la blusa fuera de la falda. La pongo derecha, metiéndole la camisa, en contacto con su cuerpo en todo momento, aliso su falda y le arreglo la coleta mientras mi polla está loca por salir y le muestro las ganas que tengo de follarla, cuando me clavo en ella. Puedo sentir su corazón aleteando como las alas de un colibrí, con respiración entrecortada. Toco los contornos de sus labios con el dedo índice y toco el código para que el ascensor comience de nuevo su ascenso.  Taylor ya está  en el vestíbulo esperando discretamente.

_ El señor Welch acaba de llamar y él está esperando que le devuelva la llamada señor, dice.

_ ¿Es urgente? Pregunto mirándolo fijamente. Él entiende  a lo que me refiero.

_ Nada que no pueda esperar señor, responde impasible.

_ Bien, más tarde, entonces, le contesto y llevo a Anastasia junto conmigo a la  sala de juegos. Cuando desbloqueo la puerta de la sala de juegos, miro a Anastasia con mirada ardiente. Yo le hago una pregunta, que sé que ella no puede rechazar.

_ ¿Quieres jugar, Ana?

_ ¡Sí! Dice con la respiración aún entrecortada.

_ ¿Estás segura?

_ ¡Sí! Responde ella.

_ Pronto serás mi esposa Anastasia, y primeramente somos amantes. ¿Me vas a pedir que me detenga si piensas que es demasiado? No hay palabras de seguridad. Sólo me dices que pare y voy a detenerme de inmediato, le digo ladeando la cabeza para medir su reacción. Ella asiente con la cabeza.

_ ¿Es un sí? le pregunto.
_ Sí, ella respira.

_ Pero una vez que atravesemos la puerta, son mis reglas y me obedeces. ¿Estás en el juego? Me inclino y susurro en su oído como la caricia de un amante.

Un estremecimiento recorre ella. 

_ Sí, ella susurra de vuelta.

_ Buena chica. Cuando entremos en la sala de juegos, te quitas la ropa y solo te dejas los zapatos, y te quedas de pie junto a la cama.

_ Está bien, responde ella expectante.  

Doy un suspiro de alivio. El primer paso está hecho. En segundo lugar está ella. Tengo que demostrarle lo bueno que puede ser si ella simplemente me obedece. Tengo que tener orden y tengo que tener reglas, yo funciono así. Y con Anastasia todo está fuera de lugar. El hecho de que alguien está ahí para matarme y si quieren joderme, podrían llegar a ella, eso me asusta demasiado. No puedo vivir en un mundo sin ella. Tengo que protegerla, y esa es la única manera que sé. La única manera de mantenerla a salvo, la única manera de impedir que me preocupe por lo que pueda suceder.  ¿No se supone que ese es mi trabajo como su marido? ¿Y si ella no está de acuerdo? Un ataque de pánico repentino pasa a través de mí, y me detengo en seco en la sala de juegos dándole la espalda a Anastasia, ocultando el miedo que siento.  Diez... nueve... ocho... siete... seis... cinco... cuatro... tres... dos... uno... Inhale, exhale. Inhale, exhale. Bien.

Me dirijo a la caja de los juguetes. Tomo lo que necesito y paseo alrededor de Anastasia como un depredador, ella ahora está gloriosamente desnuda a excepción de sus medias, liguero y sus tacones altos. ¡No me jodas! ¡La mujer que tengo! Mi mirada se oscurece con intención licenciosa. Me doy vuelta hacia la música, poniéndola en repetición. The Kings of Lyon llega resonando a través de las paredes de la sala de juegos. 
Kings of Leon cerca
_ Eres tan hermosa… yo quiero joder este glorioso coño todos días, le susurro y ella cierra los ojos.
_ ¡Christian! Solo dice, me encanta mi nombre en sus labios.

Me quito la camisa y me desabrocho el botón superior de mis pantalones. Recojo la ropa de Anastasia del suelo cuidadosamente y las pongo en una pila sobre una silla. Me doy cuenta que ella está observando todos mis pasos deleitándose.

_ ¿Ve algo que le gusta señorita Steele? Pregunto cada vez más cerca. Cuando llego hasta ella, puedo sentir el calor que irradia de su cuerpo. Yo me acerco y le doy un beso en la frente.

_ Sí… todo, dice ella con voz entrecortada.

_ Colócate delante de mí, de espaldas a mi frente, ordeno, y ella obedece inmediatamente, expectante. Deshago su cola de caballo y le trenzo su pelo, atando el extremo.

_ Date la vuelta, le susurro, y ella lo hace. Cuando ve las bolas de plata que tengo en mi mano sus ojos se abren como platos. Abre, le digo y ella abre la boca. Pongo las bolas de plata en su boca, y le susurro, ciérrala nena. Ella obedece.


_ Buena chica. Ahora voltéate, le ordeno. Mi pecho está tocando su espalda. 

Bad Things - Jace Everett

_ Sube tus brazos alrededor de mi cuello, y ella lo hace inmediatamentem Meto mi cabeza en su cuello plantando besos suaves y ella la inclina hacia un lado.

_ Arquea la espalda, le susurro, y cuando ella lo hace, sus senos llegan a mi manos acunándolos. Yo los moldeo y juego con sus pezones suavemente, mis dedos alrededor de ellos, tirando, rodando. Ella grita un gemido confuso de placer y sonrío.  Mis manos viajan a través del estómago y hasta ombligo. Ella está respirando fuerte cuando mi polla está presionando en ella por atrás. Yo bajo mis manos al interior de sus muslos y mi mano derecha llega a su sexo que está empapado para mí. Froto su protuberancia sensible con mi palma y con mis dedos exploro los pliegues de su sexo.  Ella gime mi nombre con incoherencia, las bolas en su boca no la dejan hablar, sino gemir.




_ Lo sé cariño, lo sé.  Ya me ocuparé de ti, le susurro. Voltéate, le ordeno. Ella obedece inmediatamente.

_ Abre, le digo extendiendo mi mano a su boca. Lo hace, y yo tomo las bolas lubricadas y calientes.

_ Ahora inclínate y toma tus tobillos. Inserto las bolas en su sexo una a una. Levántate y la ayudo a ponerse de pie.

_ ¿Confías en mí Ana? Le pregunto. Ella parpadea pero responde de inmediato.

_ Sí.

_ Voy a atarte ahora en la cama, te vendaré los ojos y trabajaré con esto, le digo mientras le muestro la fusta de piel trenzada marrón. Entonces cuando estés en el borde de tu orgasmo, te voy a follar duro.  

_ ¡Ah! Dice en un suspiro, luego hace una O con sus labios inhalando. Sí… por favor, repite.

Ato sus manos con esposas de cuero negro del grillete de la cama. Entonces bajo a sus pies y los ato a los extremos.

_ Ahora, ya has visto suficiente, le digo y le tapo los ojos. Me inclino y coloco un beso en sus labios, dejándola sin aliento y con ganas de más.

_ Me encanta tu cuerpo Anastasia, le susurro. Vas a ser mi esposa pronto, y te voy a adorar con mi cuerpo, su respiración aumenta. Arrastro la fusta en el cuello haciéndola inclinarse de nuevo, y gemir. –Silencio ahora–   Arrastro la fusta hasta sus labios pidiéndola que los abra. –Chupa–  le susurro. Ella obedece de inmediato, y yo cierro los ojos, no puedo verla hacer eso por tanto tiempo. –Basta–   le digo con voz ronca, y saco la fusta de la cautividad de su boca. La arrastro sobre sus pechos jugueteando.


_ Yo te protegeré con todo lo que tengo.

_ Sí, ella respira.

Ahora llevo la fusta hasta su sexo, frotando suavemente entre sus pliegues. Ella levanta sus caderas. Ahora levanto la fusta y con piques rápidos la aterrizo en su pezón. Ella gime y levanta su cuerpo fuera de la cama. Sé que ese movimiento hace que las bolas de plata se muevan dentro de ella lista para conseguir su orgasmo. La fusta la voy bajando en círculo por su ombligo, poco a poco y sin prisa. Ella se estremece con ganas de más. De repente levanto la fusta y le doy con precisión justo en su sexo haciéndola gritar, ella tira de las esposas levantando de nuevo las caderas. 

_ Siéntelo cariño, le digo. Pico tres veces más en su sexo, y sus caderas suben y bajan y sus gemidos me dicen que ella ya está lista para el orgasmo con las bolas de plata que se mueven dentro estimulándola. Pico de nuevo en su ombligo y en sus pechos otra vez y ella gime.

_ ¡Christian, por favor! ¡Estoy lista! Ella me pide.

_ No, cariño. Todavía no. Espera por ello. Espera hasta que te diga que estás lista.

Yo sigo picando con la fusta suavemente en sus pezones y en su perla de placer, combinando los movimientos y cada vez sus caderas van hacia arriba sacudiendo las bolas.

_ ¡Oh, Dios! ¡Por favor, Christian! Suplica. Dos piques más en su sexo y suelto la fusta. Una más podría haberle causado su orgasmo.

_ Te voy a desatar ahora y desabrocho los puños de cuero rápidamente. Bajo a Ana hasta dejar que su culo quede en la orilla de la cama y en un movimiento rápido tiro de las bolas de plata hacia afuera y ella convulsiona de placer.

_ He soñado con esos tacones alrededor de mi cuello, le susurro, y levantando sus piernas hasta mis hombros, comienzo a sumergirme dentro de ella hasta la empuñadura. Me mantengo ahí absorbiendo la sensación mientras muevo sus caderas en círculos. Empiezo a moverme lentamente para ir ganando velocidad y golpeando en ella en varias ocasiones.  

_ ¡Mierda! Grita Anastasia. Ella coincide con mi ritmo de empuje y justo cuando ella está en su pico, me salgo y la volteo levantando su culo al aire.

_ Pon tu cara de lado nena, quiero verte, y me sumerjo de nuevo aún más profundo.

_ Lento, Christian, por favor, déjame acostumbrarme. Entro y salgo tres veces lentamente de ella, encajando, buscado el ajuste perfecto. Siento como se dilata, como sus paredes de terciopelo acarician mi polla a la entrada y a la salida. Esto es el cielo puro.

_ Ya estoy bien, dámelo todo Christian… por favor… Y yo la complazco, golpeo con todo lo que tengo, me encanta cuando la cabeza de mi polla llega hasta sus profundidades. Siento las contracciones de su sexo en mí, es como si tratara de ordeñarme y dejo que su sexo se lleve hasta la última gota. Salgo una vez más y la penetro una última vez antes de caer sobre ella y abrazarla para formar un solo cuerpo, sin romper nuestra conexión.

_ Eso fue... dice. No tengo palabras, Christian... Fue simplemente increíble. Sonrío satisfecho.

_ ¿Ves lo bien que se siente, cuando se siguen las instrucciones? le pregunto.

Voltea la cabeza y me mira mientras rompe nuestra dulce conexión haciéndome sentir despojado. Ella tiene una mirada de incredulidad en su rostro.

_ Christian, pudo obedecerte mientras me follas. Esto es diferente. Pero no quiero poner esa palabra en nuestros votos. Quiero hacer los míos a mi manera, dice en voz baja con fervor.

_ ¿Por qué no decirla? Insisto.  
_ Porque yo estaría cometiendo perjurio. Quiero que nos pongamos de acuerdo juntos. Que tomemos juntos nuestras decisiones.

_ Esa es la única manera que sé. ¡Tengo que protegerte Ana! Me haces sentir indefenso. Me quitas todas las herramientas que tengo para protegerte.

_ Por favor, Christian. No te estoy quitando tus… hace una pausa buscando la palabra adecuada, herramientas. Pero quiero seguir siendo la chica de la que te enamoraste. No la que tiene que obedecer, voy a ser tu esposa, no tu sumisa. ¿No me aceptas como soy?

_ Ya te acepto. Pero me gustaría que me entiendas. No me escuchas y mira lo que pasó esta mañana. Así eliminaría cualquier preocupación y todo el peligro si simplemente me obedeces.

_ ¿Y si no puedo?

_ ¿Anastasia, puedes  comprender cuánto te amo? ¿Y qué sería capaz de hacer? Rompería leyes y lucharía hasta la muerte solo para protegerte. No puedes negarme eso. Necesito que me des algo para trabajar.

_ Yo haría lo mismo por ti, Christian. Porque eso es lo que siento por ti. Pero, no me obligues a obedecer y convertirme en una mentirosa. Ya sabes lo mal que me siento con eso. ¿Quieres una esposa, no? ¿O una sumisa?

_ Anastasia, las mujeres han estado diciendo los votos por cientos de años; y ninguna se ha convertido en sumisa.

_ No, responde ella con petulancia.

_ ¿Por qué no decirlo?

_ Simplemente no Christian. Voy a hacer mis propios votos. Los cuales cumpliré al pie de la letra. Pero no me obligues a poner esa palabra.

_ ¡Mierda! le digo, mientras me levanto exasperado, paso mis dos manos por el pelo y dejo de mal humor la sala de juegos completamente desnudo.



4 comments:

  1. Auch estos capítulos lo dejan a uno como un semáforo dañado,prende y apaga de lo intensos que son, pero por cristian, me encanta, me gusto mucho lo que hizo con los paparazzi, fue muy inteligente, pero mas me gusta la negativa de Ana en decir en sus votos la obediencia, bien echo carajo,pero lo que mas me gusta son los castigos de grey así, me la pasaría desobedeciendo solo para que me castiguen jejeje, amo este capitulo como los anteriores, gracias Emine eres genial y gracias Patricia amiga querida eres fabulosa, de verdad que tu trabajo hay que darle reconocimiento, es largo y difícil, eres una genio mi reina, de nuevo gracias T.Q.Q.J. un besote.

    ReplyDelete
  2. Muchas gracias por el capitulo. Me encanta leer estos que hay en el libro.

    Un saludo.

    ReplyDelete
  3. Es algo tan intenso, tan voluble y tan seguro de sí que uno no puede creer, y también es tan manipulador, como se enoja cuando no le salen las cosas como quiere, no sabe que hacer, lo amo, chicas gracias, Emine me encanta cuando leo voy espiando el cursor para que mágicamente falte mucho para llegar al final y cuando queda poco por leer, comienzo hacerlo lentamente para que no acabe,Patricia gracias para ti también, es impresionante como logras traducir las palabras de Emine,He tratado de leer con el traductor y me di por vencida no se acerca ni un poco a lo que tu logras hacer, mis mas sinceros saludos hacia ustedes. Andrea desde Arg.

    ReplyDelete
  4. Adoro todos los capitulos, me encanta como reacciona Christian al hecho de amar a alguien sin importar nada mas que esa persona, mis felicitaciones a la autora y a la interpreta, porque interpretar no es lo mismo que traducir, hay que ponerle mucho corazon.

    ReplyDelete