CAPITULO II
TU ERES LA UNICA A QUIEN QUIERO
Traducido y editado por: Patricia Pinto
En el momento en
que tengo a Ana conmigo, siento como si el agujero que esta en mi alma comienza
a cerrarse. Me permito sentir la conexión y disfrutar de este momento. Quiero que ella me perdone; voy
a hacer que me perdone.
Please Forgive Me by Bryan Adams
Nunca he
retrocedido ante un desafío porque sea difícil. Yo he logrado muchos
imposibles. Esta es mi
oportunidad de hacer las cosas correctas en esta relación. Tengo que estar disparando en todas las
direcciones. La energía y la
electricidad habitual da sacudidas a través de nuestra conexión, siempre ella
tirando de mí como Ícaro al sol. Me doy
cuenta de que ella siente lo mismo, aunque sé que soy yo el que le ha hecho daño,
física y emocionalmente.
Unos minutos
más tarde Taylor se detiene junto a la acera cuando llegamos al edificio que
alberga el helipuerto.
_ Vamos, le
digo y bajo a Anastasia de mi regazo, ya
estamos aquí.
Ella me mira,
cuestionando.
_ En el Helipuerto,
está en la parte superior de este edificio, le digo mientras miro hacia arriba.
Taylor abre la
puerta de la camioneta y Anastasia sale del coche. Camino alrededor del coche desde el
otro lado y veo a Anastasia sonrojarse por algún intercambio de palabras con
Taylor. Sé que Taylor estaba
preocupado por ella. Miro a
Taylor con curiosidad y él me devuelve la mirada impasible, sin revelar nada. Sí, él es protector con ella también.
_ ¿A las nueve?
Le digo a Taylor.
_ Sí, señor.
Asiento con la cabeza y me giro tomando a Anastasia de la mano para pasar a
través de las puertas dobles del gran vestíbulo. Mis dedos se cierran alrededor de los
de ella de una manera posesiva, no estoy dispuesto a dejarla ir. Estamos atraídos el uno al otro. Ella
no puede obviar eso. Sé que ella siente lo mismo porque estamos robándonos las
miradas y apretándonos los dedos. Llegamos a los ascensores y presiono el botón
de llamada. Ella me mira a
escondidas y yo le doy una sonrisa.
Entramos cuando
llega el ascensor y cuando las puertas se cierran, Anastasia me mira una vez
más sonrojándose. Echo un vistazo hacia ella con los ojos vivos. Aquí estamos encerrados en esta fuerza, esta electricidad que gira a
nuestro alrededor. Estamos como imanes atraídos el uno por el otro.
Anastasia
jadea, Oh, tomando aire en está intensidad visceral. Es una atracción primitiva
que siempre hemos tenido y que se ha intensificado a raíz de nuestra
separación. Puedo sentirlo.
_ Yo también lo
siento, le digo, con los ojos nublados y con intensa pasión y deseo,
completamente enamorado de ella. Nuestros
cuerpos están en sintonía. Paso mi dedo pulgar acariciando sus nudillos y yo sé
que ella me desea tanto como yo en este momento, su cuerpo se agita y comienza
a morderse el labio, lo que aumenta más mi deseo.
_ Por favor, no
te muerdas el labio, Anastasia, le susurro.
Ella mira hacia
mí y libera su labio. Es la
misma mirada, la misma atracción que en el ascensor del Heathman.
_ Ya sabes el
efecto que tiene en mí, murmuro. Sus
labios se abren como si esto es una declaración que ha esperado. Algo brilla en sus ojos. ¿Esperanza? Y me doy cuenta de algo... ¡Es adicta a mí también!
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Pero muy pronto
el ascensor llega a su destino y se abren las puertas, rompiendo el hechizo
entre nosotros. Estamos en la
azotea. Hay mucho viento y aunque
ella tiene una chaqueta, ella se estremece. Pongo
mi brazo alrededor de ella, atrayéndola a mi lado para protegerla y nos
apresuramos para llegar al Charlie Tango que se encuentra en el centro de la
pista de aterrizaje con sus palas girando lentamente.
Stephan salta
del Charlie Tango y agachándose corre hacia nosotros.
_ Listo para despegar
señor. ¡Es todo suyo!
_ ¿Listos todos
los chequeos?
_ Sí, señor.
_ ¿Lo vas a
recoger alrededor las ocho y media?
_ Sí, señor.
_ Taylor te
espera en la entrada.
_ Gracias,
señor Grey. Que tenga un vuelo agradable
hasta Portland. Señora, dice
saludando a Anastasia. Sin soltar
su mano, asiento, y agachamos la cabeza para llevarla a la puerta del
helicóptero.
Una vez la
instalo dentro, aprieto el arnés con firmeza y cierro bien su correa. Le doy
una mirada de complicidad y mi sonrisa secreta a Anastasia. Ella simplemente se ve hermosa con el
arnés.
_ Esto debería
mantenerte en tu lugar, murmuro. Tengo
que decir que te ves preciosa en este arnés. No toques nada. Paso mi dedo
índice por su mejilla mientras ella se pone carmesí. Está bien atada y apenas
capaz de moverse en su asiento.
Voy a mi puesto
y hago el mismo procedimiento, luego hago todas las comprobaciones previas al
vuelo y nos ponemos los auriculares para accionar el interruptor y acelerar los
rotores que suenan de una manera ensordecedora.
Me doy vuelta y
la miro
_ ¿Lista nena?
le digo a través de los auriculares.
_ Sí es su
respuesta.
El que ella
esté aquí conmigo es inmensamente reconfortante. Esta noche, es la noche nena. Te tengo que hacer regresar. Y tengo todas
mis cartas en fila para llevar a cabo mi plan. No voy a perder esta noche.
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Luego de
ponerme en contacto con la torre de control, despegamos.
_ Hemos
perseguido al amanecer, Anastasia, ahora el atardecer, le digo a través de los
auriculares. Ella se voltea y
abre la boca con sorpresa. Le
sonrío y ella sonríe tímidamente hacia mí.
_ Esta vez se
ven más cosas aparte de la puesta de sol. La otra vez que voló a Seattle
conmigo desde Portland, ya era de noche, pero la visión de la tarde en este
momento es bastante espectacular. Estamos
arriba entre los edificios más altos, subiendo más y más.
_ Escala está
allá, señalo hacia mi edificio. Boeing
allá y ahora verás la Aguja Espacial.
_ Nunca he ido,
dice ella.
_ Te llevaré. Podemos comer allí.
_ Christian lo
hemos dejado, dice ella. Es una puñalada para mi corazón pero esta noche voy a
rectificar.
_ Lo sé. Pero todavía puedo llevarte allí y
alimentarte.
Ella niega con
la cabeza.
_ Esto desde
aquí arriba es precioso, gracias.
_
Impresionante, ¿no? le respondo. Me
siento tímido con su presencia.
_ Es impresionante
que puedas hacer esto, dice sorprendiéndome.
_ ¿Un halago de
su parte señorita Steele? Es que soy un hombre con diversos talentos, le digo.
_ Soy plenamente
consciente de ello señor Grey, ella responde, apretando todo el sur de mi
cuerpo.
Me doy vuelta sonriéndole
y una mirada de relax se arrastra lentamente por su cara.
_ ¿Qué tal el
nuevo trabajo? Le pregunto.
_ Bien,
gracias, interesante.
_ ¿Cómo es tu
jefe?
_ Ah, está
bien, dice ella, pero la manera que lo dice toca las campanas de alarma en mi
cabeza. Ella se ve incómoda.
_ ¿Qué pasa? Le
pregunto.
_ Aparte de lo
obvio, nada.
_ ¿Qué es lo
obvio? Pregunto con interés.
_ Ay Christian,
realmente eres obtuso a veces, dice ella.
_ ¿Obtuso yo?
Tengo la impresión de que no me gusta ese tono señorita Steele.
_ Bien, pues
entonces olvídalo, ella contesta haciéndome sonreír.
_ He echado de
menos esa lengua viperina, le digo.
Todo lo que
oigo es un jadeo en respuesta, pero ella se mantiene tranquila y mira por la
ventana para seguir viendo la puesta de sol en el horizonte como una gran bola
naranja de fuego ardiente. ¿En
qué piensas Anastasia? Por favor,
dame una indicación...
Los colores del
atardecer en el cielo de Seattle son imponentes de colores ópalo, rosa y
aguamarina perfectamente entrelazados. Nos
acercamos a la noche clara de Portland, un cielo nítido con luces que brillan
dándonos la bienvenida. Me acerco
a mi destino y bajo al helipuerto. Estamos
en lo alto del mismo edificio de ladrillo, donde por primera vez Anastasia
subió a mi helicóptero hace menos de tres semanas. Cómo ha cambiado todo en tan corto período de
tiempo. Ella ha se convertido en una parte esencial de mi existencia; una
línea de vida, sin la cual no puedo vivir.
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Debe ser poco
tiempo para algunos, pero es toda una vida para mí. Finalmente aterrizo al Charlie Tango y
de un tirón apago los interruptores y los rotores se detienen hasta dejar de
sonar y podemos escuchar nuestras propias respiraciones a través de los
auriculares.
Me desabrocho
mi arnés y me inclino para desabrochar el de ella.
_ ¿Ha tenido un
buen viaje señorita Steele? Le pregunto, con una voz suave, mientras mis ojos se
iluminan con los ojos de mi mujer delante de mí. Sí, es mía y le haría bien recordar
eso.
_ Sí, gracias
señor Grey, ella responde con cortesía.
_ Bueno, vayamos
a ver las fotos del chico, le digo mientras sostengo mi mano hacia ella para
salir del Charlie Tango.
El viejo Joe
está sentado esperándonos. Se
acerca y nos recibe con una amplia sonrisa.
_ Joe, le
sonrío. Libero la mano de
Anastasia para saludarlo.
_ Vigílalo para
Stephan. Llegará entre ocho y nueve.
_ Lo haré,
señor Grey. Señora, dice asintiendo
con la cabeza hacia Anastasia. El coche
espera abajo. Ah, y el ascensor está estropeado, tendrán que bajar por las
escaleras, nos dice.
_ Gracias, Joe,
le respondo.
Tomo la mano de
mi mujer y nos dirigimos hacia las escaleras de emergencia.
_ Con esos
tacones tienes suerte de que sólo haya tres pisos, murmuro. Yo no quiero que se
caiga y se lastime.
_ ¿No te gustan
las botas? Pregunta.
_ Me gustan
mucho, Anastasia, dije mientras mi mirada se oscurece. Me gusta mi mujer en tacones altos. Es el atractivo final. Ella me enciende de la nada, pero esos
tacones altos… ummm… mantén la calma Grey, me recuerdo a mí mismo. Tengo una misión esta noche y no me
puedo desviar.
_ Ven. Iremos despacio. Yo no quiero que te caigas y te rompas
el cuello.
Cunado salimos
del edificio, el conductor nos espera con la puerta abierta para dejarnos
entrar. Nos sentamos en silencio mientras vamos hacia la galería. Estoy
nervioso. Le he dicho que la he
echado de menos y no dijo nada. ¿Ha
encontrado a alguien? ¿Ese jefe de
ella? ¿Ha estado en contacto con
José desde que me dejó? ¿Es por
eso que estamos aquí? ¿Decidió
que sería mejor para ella no estar conmigo porque estoy demasiado jodido? ¿Va a mostrarme que José es un partido
mejor para ella que yo? ¡Me estoy
muriendo aquí! Mantén la calma…
no pierdas la cabeza... no
pierdas la cabeza... Me repito como un mantra. ¿Por qué no me ha dado ninguna indicación
de que ella me echa de menos, o algún tipo de sentimiento que muestre su apego por
mí? ¿Dejó de quererme por lo que
pasó? Yo no he dejado de quererla, al contrario, la quiero mucho más. No puedo
ni siquiera mirarla cuando estoy muy nervioso.
_ José es sólo
un amigo, ella finalmente murmura.
Me doy vuelta y
la miro, ya que responde a mi pregunta no formulada. Mis ojos están oscuros, pero sin
revelar nada. ¿Yo soy sólo un
amigo, o más para Ana? Quiero
preguntarle, pero tal vez no quiero esa respuesta hasta que ella me escuche lo
que tengo que decir. Sus ojos se
deleitan en mi boca. ¡Cómo me
gustaría usarla para reclamarla! Me
muevo en mi asiento y frunzo el ceño mirando sus ojos grandes azules que están incluso más
grandes después de perder peso.
_ Esos hermosos
ojos se ven demasiado grandes en tu cara, Anastasia. Por favor, dime que vas a comer, le
pido.
_ Sí Christian,
voy a comer, ella responde automáticamente.
_ Lo digo en
serio, le digo.
_ ¿Ahora? Dice
con desdén. ¡Oh, por favor Ana,
no empieces con esto ahora! No
estoy aquí para pelear, estoy aquí para que vuelvas conmigo.
_ Yo no quiero
pelear contigo, Anastasia. Te
quiero de vuelta, y te quiero que sana, le digo con voz baja suplicante.
Ella se
sorprende y sus labios se abren en una exhalación suave.
_ Pero nada ha
cambiado, ella responde.
_ Vamos a
hablar de eso cuando regresemos, ya estamos aquí.
El auto se
detiene frente a la galería y me bajo rápidamente para abrir su puerta y
dejarla salir.
_ ¿Por qué
haces eso? Me pregunta en voz alta.
_ ¿Hacer qué? ¿Qué he hecho yo ahora?
_ Decir algo
como eso y luego detenerte.
_ Anastasia,
estamos aquí, dónde quieres estar. Vamos
a hacer esto y luego hablaremos. Yo
particularmente no quiero una escena en la calle.
Ella mira a su
alrededor y se da cuenta que hay
demasiado público y finalmente aprieta los labios.
_ Está bien,
murmura malhumorada. Tomo su mano
y la llevo hacia el edificio.
El edificio es
un antiguo almacén con paredes de ladrillo y suelos de madera oscura, el techo
es blanco para darle altura y las tuberías están pintadas de blanco también. Es espacioso y moderno y un montón de
personas están en la galería, bebiendo vino y admirando las fotografías.
_ Buenas noches
y bienvenidos a la apertura de José Rodríguez, dice una mujer joven vestida de
negro, con el pelo castaño muy corto y un lápiz labial rojo brillante. Ella
mira a Anastasia y luego su mirada se detiene en mí, entonces ella finalmente
vuelve a ver a Anastasia y luego parpadea y se ruboriza. ¿Qué pasa?
_ Oh, eres tú,
Ana. Vamos a querer tu opinión
sobre todo esto también, dice entregándole un folleto y nos dirige a una mesa
llena de bebidas y aperitivos.
¿Conoce a
Anastasia?
_ ¿La conoces? Le
pregunto.
Anastasia mueve
la cabeza en sentido negativo; ella también está desconcertada.
Me encojo de
hombros, distraído en mi preocupación por mi problema actual, que es ganar a mi
mujer de nuevo.
_ ¿Qué te
gustaría beber? Le pregunto.
_ Una copa de
vino, gracias.
Mi frente se
arruga, porque sé que ella no ha comido nada y una copa de vino malo que por lo
general es lo se encuentra en este tipo de eventos, no es lo que debería beber.
Pero yo quiero escoger mis batallas y este no es el tema con el que quiero
pelear ahora.
Me dirijo hacia
la barra donde ya hay una línea ya formada. Una
persona de da cuenta de quien soy y toca mi hombro para presentarse. Es
un hombre de unos treinta años, con el pelo oscuro, ojos verdes y con un poco
de emoción vertiginosa, como un científico medio loco. Odio esta pequeña charla y mucho menos
hoy.
_ Disculpe
señor pero ¿Es usted Christian Grey? dice el hombre de ojos verdes que está a
dos personas delante de mí, caminando hacia delante comienza a empujar a los
dos que están delante de él como si fueran objetos inanimados.
_Perdón... se
tropieza con la mujer delante de mí y perdón… dice otra vez al chico detrás de
él dando sus disculpas, pero eso no impide que él está chocando alrededor de
otros torpemente tratando de reunirse conmigo.
_ Sí, lo soy,
le digo un poco irritado con mi mente preocupada. Yo no estoy de humor para intercambiar
cortesías, ni conocer gente porque estoy caminando en un campo minado en estos
momentos tratando de volver a la mujer que amo.
_ ¡Soy un gran
admirador suyo, señor! Dice con un entusiasmo que le brota. Mi nombre es George... George Dumas, dice mientras me extiende
su mano sudorosa y la estrecho de mala gana.
_ Mucho gusto señor
Dumas, digo rotundamente.
_ Al igual que
usted, estoy trabajando con energía sustentable señor, continúa hablando
mientra le veo con una gran sonrisa en su rostro. Aquí, le voy a dar mi
tarjeta. Llámeme si necesita
alguna ayuda, dice. ¿Qué tipo de
ayuda necesitaría de un extraño?
Miro al hombre
con una mirada impasible
_ Gracias, pero
hay canales adecuados para aplicar para una posición en mi empresa, este es mi
tiempo libre, le digo.
_ Oh, no, no
estoy buscando un trabajo. Estoy
buscando una asociación dice, y yo reduzco mis ojos hacia él.
_ ¿Asociación
señor…? Pregunto incrédulo.
_ Oh, es Dumas, mi nombre es Dumas.
_ Bueno, Dumas,
no estoy interesado. Este es un momento privado en el que estoy con mi novia y
no hago negocios aquí. Mejor utilice los canales adecuados, le digo con mi
paciencia agotándose.
_ Pero señor,
usted podría estar interesado en lo que tengo que ofrecerle, dice
persistentemente.
_ Posiblemente,
pero le insisto utilice los canales regulares, en este momento no puedo atender
esos pedidos, le digo con firmeza mientras levanto mi mirada para ver en donde
está Ana. Y justo cuando nuestros ojos se encuentran, nos estamos quemando
internamente, sintiendo este hechizo que nos envuelve, ella no puede hacer caso
omiso a esta atracción porque es demasiado fuerte. La visión de ella engancha mi aliento,
me recuerda por qué estoy aquí. Mi
misión es conseguir que regrese esta noche. La veo hablando con José y él la
abraza ¡mierda! ¡Quiero matarlo! Y
la besa. En las mejillas, pero no obstante, la besa.
I'm Jealous - Shania Twain
Apenas puedo contenerme y la línea maldita
no se mueve. ¡El vino no puede
ser tan bueno! ¿Qué pasa con la
gente y la bebida gratis? Y el señor
cara de culo sigue aquí.
_ Señor Grey,
valdrá la pena su tiempo.
Me dirijo a él
con impaciencia y le doy mi mirada gélida que dice ¡no-voy-a-ser-jodido-ahora!
_ ¿Qué parte no
entendió, cuando le dije que estoy en un sitio privado y en mi tiempo de ocio? ¿Le gustaría ser molestado en las
mismas circunstancias?
_ No, de hecho,
por lo general apago mi teléfono celular... dice, pero lo interrumpí.
_ ¡Bien! Si alguna vez me encuentra en otro
lugar de nuevo y estoy con mi novia, le agradezco que nunca más vuelva a
molestarme. O voy a hacer que te arrepientas… le digo con una voz tranquila
pero amenazante.
El hombre
detrás de mí entra en la conversación y dice: ¡Ponte de nuevo en la línea y
deja de cortarla! Al final el hombre se retira de nuevo a su lugar. Doy la
bienvenida a este pequeño comentario de otro desconocido que se limita a
asentir como disculpándose en nombre del cara de culo, como el agua fresca en
un día caliente. Finalmente es
mi turno en la línea.
_ ¿Qué tipo de
vino blanco tiene? Le pregunto con impaciencia al camarero.
_ Chardonnay y
Sauvignon Blanc señor, dice el camarero y me muestra las dos botellas sin
nombre. Hago una mueca.
_ Dos vasos de
Sauvignon Blanc, entonces.
Cuando por fin vuelvo
con Ana, ella está mirando una fotografía del lago de Vancouver en las que unas
nubes rosadas se reflejan a través del agua. Es
una imagen pacífica que refleja la perfección y la belleza natural. Cuando me
acerco a ella, ella toma una respiración profunda y traga como si estuviera
tratando de encontrar su centro. Yo
le entrego una de las copas de vino blanco.
_ ¿Está a la
altura? Me pregunta con voz normal.
¿Está hablando
de los retratos?
_ El vino, ella
responde con cara burlona.
_ No. No suele
estarlo en este tipo de eventos. ¿El chico tiene bastante talento verdad?
pregunto admirando la foto lago.
_ ¿Por qué
crees que le pedí que te hiciera una foto? Dice orgullosa de su amigo. De pronto un fotógrafo se nos acerca.
_ ¿Christian
Grey? pregunta el fotógrafo del Portland Printz. ¿Puedo tomar una foto, señor?
_ Claro, le
digo y como me ha pedido permiso educadamente se lo permito. Tengo que mantener la calma, aunque los
tornados se están formando dentro de mí. Anastasia
da un paso atrás, pero le agarro la mano y tiro de ella a mi lado. Ella es mi novia. Esto no ha terminado. ¡Nunca se
terminará si yo puedo evitarlo! El
fotógrafo nos mira sorprendido.
_ Gracias señor Grey, dice luego de tomar algunas
fotos. ¿Señorita? pregunta.
_ Steele,
responde ella.
¡Quiero que
todo el maldito mundo sepa que ella es mía! ¡Ella
me pertenece y yo también!
_ Gracias,
señorita Steele, dice el fotógrafo.
_ Busqué fotos tuyas
en Internet con alguna chica y no hay ninguna. Es por eso que Kate pensó que eras gay,
dice Anastasia y mi boca hace una contracción en una sonrisa.
_ Eso explica tu
pregunta inapropiada. No, yo no salgo
con chicas, Anastasia, sólo contigo. Pero
eso ya lo sabes, le digo con toda
sinceridad.
_ ¿Así que
nunca sales por ahí con tus… dice mirando a su alrededor con nerviosismo
tratando de asegurarse de que nadie pueda escuchar nuestra conversación,
sumisas?
_ A veces. Pero eso no son citas. De compras, ya sabes, digo encogiéndome
de hombros, mirando a otro lado porque no quiero hablar de eso y convertirlo en
una discusión. Sus labios ligeramente se abren cuando comprende que ella es la excepción de la
regla.
_ Sólo contigo Anastasia, le susurro.
You’re Still the One by Shania Twain
Ella se sonroja
y mira hacia abajo a sus dedos. Deseo
que ella entienda lo profundamente que está arraigada en mi alma. Me gustaría poder expresarme adecuadamente,
sin esta mierda que cargo encima. Nunca
he hecho corazones y flores.
_ Este amigo
tuyo parece más un fotógrafo de paisajes que de retratos, le digo y extiendo mi
mano para tomar la de ella. Cierro los ojos brevemente disfrutando de nuestra
conexión.
Nos paseamos
por la galería, viendo algunas de las imágenes y una pareja asiente con la
cabeza hacia Anastasia, con una amplia sonrisa como si se conocieran de la
iglesia y Anastasia es la chica del coro. Yo no creo que sea por mí, porque la están
mirando a ella ¿De qué se trata?
Luego, otro
hombre joven la mira descaradamente con su mandíbula en caída libre, ¡comiéndose
con los ojos a mi mujer!
A medida que
nos dirigimos hacia la esquina, la razón por la cual todo el mundo la está
mirando se hace evidente. Hay SIETE enormes retratos de Anastasia que cuelgan
en una pared del fondo. ¡Son
inmensas!
Poco a poco la sangre
llega a su rostro, el mío se reduce, y estoy listo para estallar. Hay fotos gigantes de Anastasia,
riendo, seria, de mala cara, frunciendo el ceño, divertida, serena y haciendo
pucheros. Pero de alguna manera
siento que son tan íntimas como si fueran imágenes de ella desnuda. Todas de cerca y en blanco y negro. Miro cada imagen, paralizado. En este mismo momento, me doy cuenta
de que yo nunca la he visto tan íntimamente, tranquila, sin preocupaciones que
nublen sus hermosos ojos. Y el
hecho de que fue el fotógrafo que capturó esas imágenes, en momentos simples y felices,
me duele profundamente. Estoy tratando de ser fuerte, estoy celoso y envidioso
de ese hijo de puta, porque ahora lo veo con un verdadero rival. Estoy cautivado por las imágenes... Simplemente cautivado por la
simplicidad de las mismas, su inocencia exudando y la serenidad que tiene en su
expresión. ¡Ella es
impresionante!
_ Parece que no
soy el único, murmuro, dándole a entender que el fotógrafo también está
enamorado de ella. Mi boca se
asienta en una línea dura. No me
importa competir en los negocios, pero competir por mi novia, no puedo
permitirlo. Por estas fotos es que todo
el mundo la reconoció y los clientes deben estar enamorados de sus imágenes. Yo
no quiero que a alguien se le ocurra comprar alguna y llevarla a la intimidad
de su hogar.
_ Disculpa, le
digo a Anastasia, clavando la mirada en ella. Camino de vuelta hacia la
señorita de pelo muy corto y sin preámbulos le hablo.
_ Quiero
comprar todas las fotografías de la señorita Steele. Digo con firmeza.
_ ¡Muy bien!
Dice alegremente. ¿Cuál?
_ ¡Todas! Le
escupo inmediatamente. Ella me mira incrédula.
_ ¿En serio?
Ella pregunta con ojos brillantes. Quiero
decir, claro... por supuesto. El costo de cada foto es... dice ella y la corto inmediatamente.
_ No me importa
cuánto cuestan. Voy a comprar todos
los siete retratos de Anastasia, le digo y saco mi tarjeta de crédito y se la
doy.
_ ¡Por
supuesto, señor! Dice alegremente. Después
de que ella pasa mi tarjeta de crédito y me entrega la hoja para firmar, aprovecho
para decirle:
_ Quiero que le
diga al señor Rodríguez, que se asegure de no hacer ninguna copia de estas
fotos.
_ Oh, pero, es
dueño de los negativos. Usted
sólo va a comprar las copias señor Grey, dice ella.
_ Pues bien,
digo con impaciencia, entonces también voy a comprar los negativos y necesito
una declaración por escrito de que él no hará más copias de estas fotografías y
en caso de que tenga otros negativos de otras fotos no puede usarlas sin un
consentimiento escrito por ella ¿entendido? Le digo con voz amenazadora.
_ ¡Sí, señor, a
la perfección! Dice toda nerviosa. Problema
resuelto. Finalmente me dirijo hacia
Anastasia y me encuentro con un hombre de melena rubia comiéndose con los ojos
a mi novia, hablando con ella. ¿No
puedo moverme sin que algún hijo de puta se acerque a mi mujer? Rápidamente me
dirijo de nuevo a ella y la tomo con mi mano posesivamente. Miro por encima de
su cabeza, impasible al cabrón para declararle mi territorio.
_ Eres un tipo
con suerte, dice el cabrón sonriéndome. Miro
hacia él con frialdad.
_ ¡Pues sí! Y me llevo a mi mujer a otro lado. Pongo ahora
mi brazo posesivamente en su hombro para que cada macho en el lugar ni se le
ocurra acercase a ella. ¡Mierda estos celos me están matando!
_ ¿Acabas de
comprar una de estas?
_ ¿Una de
estas? Resoplo, sin apartar los ojos de ella.
_ ¿Has comprado
más de una? Me pregunta incrédula.
Pongo los ojos en
blanco hacia ella.
_ Las he
comprado todas Anastasia. No quiero que algún desconocido te coma con los ojos
en la intimidad de su hogar, le digo, pero esa es la menor de mis
preocupaciones. Esas imágenes son
muy íntimas de una manera privada.
_ ¿Preferirías hacerlo
tú? Dice burlona.
Me sorprendo
por su audacia, pero me divierte que esté juguetona.
_ Francamente
sí, le respondo.
_ Pervertido…
ella suelta y se muerde el labio inferior, haciendo que mi boca caiga abierta.
Me acaricio la barbilla pensativo, lo que me gustaría hacerle cuando habla así
y mordiéndose el labio.
_ No puedo
discutir esa evaluación Anastasia, digo sacudiendo mi cabeza y mi estado de ánimo
se aclara. Los ojos de Anastasia me
miran juguetones, ella se lame el labio inferior.
_ Me gustaría
discutir más con usted señor Grey, pero he firmado un acuerdo de
confidencialidad.
Suspiro, mirándola,
mis ojos se oscurecen. Si ella
supiera lo que me hace sentir cada vez que suelta su lengua viperina.
_ Lo que me
gustaría hacerle a esa lengua tan viperina, murmuro. Puedo utilizarla en muchos sentidos,
nena.
Ella corta su
respiración y comprende a lo que me refiero.
_ Eres muy
grosero, dice sonando sorprendida.
Sonrío hacia
ella divertido. Pero entonces recuerdo
las fotografías y me gustaría ser la persona que la haga sentir a gusto como en
las fotos.
_ Te ves muy
relajada en estas fotografías Anastasia. Yo
no te veo así a menudo, le digo casi con nostalgia, porque yo soy el culpable.
Ella
instintivamente mira hacia abajo a sus dedos. Yo
no quiero que ella se sienta avergonzada de mí. Inclino su cabeza hacia atrás y ella
inhala fuertemente por nuestro contacto de piel a piel.
_ Yo quiero que
te relajes conmigo, le susurro. Es
mi promesa. Me aseguraré de que
ella esté relajada y feliz conmigo.
_ Si quieres
eso, tienes que dejar de intimidarme, replica.
_ Tú tienes que
aprender a expresarte y decirme como te sientes. Le replico de inmediato. Yo
siempre trato de ser sincero con ella, pero se cierra mucho conmigo a veces. Anastasia
me mira y toma una respiración profunda para darme su repuesta.
_ Christian, tú
me querías sumisa. He ahí el problema.
En tu definición de sumisa… me lo dijiste una vez en un correo electrónico, me
parece que los sinónimos eran… obediente, complaciente, humilde, pasiva,
resignada, dócil, contenida. Se suponía que no podía mirarte. Ni hablarte a menos que me dieras
permiso ¿qué esperabas? Me dice entre dientes.
Parpadeo ante
su evaluación clara del problema. Por
supuesto que me di cuenta desde el principio que esta relación la quería
contractual. Y esa es la única forma de relación que siempre conocí. A mí nunca
me interesó otra cosa. Pero casi desde el primer momento en que conocí a
Anastasia, yo sabía que ella era diferente, pero yo no sabía que me iba enamorar
perdidamente. Tuve sumisas con las que
rompí porque querían más, o ellas rompían conmigo porque consiguieron más con
otro. Yo nunca tuve segundos pensamientos con ninguna porque no tuve
sentimientos hacia ellas. Pero
esta mujer delante de mí, esta chica inocente, sacó la alfombra bajo mis pies y
me obliga a enfrentarme cara a cara conmigo mismo. Es refrescante y
exasperante, sexy y tímida. Ella
es atrevida, y por desgracia, tiene razón. Mi
ceño se profundiza a medida que ella continúa hablando.
_ Es muy
confuso estar contigo. No te gusta que
te desafíe, pero después te gusta mi lengua viperina. Exiges obediencia menos
cuando no la quieres, para así poder castigarme. Cuando estoy contigo nunca sé
a que atenerme, sencillamente.
Mis ojos se
estrechan. Ella está desnudando
su alma. Se está comunicando y
eso es lo que quiero. Pero yo no
quiero esta excusa para aceptar una ruptura y colocar una lápida en nuestra relación.
_ Buen punto,
como de costumbre, señorita Steele, le digo con voz gélida. Venga, vamos a comer.
Ella dejó caer sus cartas, ahora es mi turno.
_ Sólo hemos
estado aquí durante media hora, ella protesta.
_ Ya viste las
fotos y has hablado con el chico,
replico.
_ Su nombre es
José, me regaña.
_ ¡Muy bien! Has hablado con José, el hombre que la
última vez que lo vi, estaba tratando de meter su lengua en tu boca cuando
estabas borracha, le gruño.
_ ¡Él nunca me
pegó! Me escupe y eso hiere mis sentimientos. La
furia emana de mis poros. ¡Eso es
todo! Nos vamos ahora mismo ¿no
se da cuenta que tenemos que hablar? Incluso
si tengo que ponerla en mi hombro y darle una palmada en su delicioso trasero,
frente a todo el mundo.
_ Eso fue un
golpe bajo, Anastasia, le susurro amenazante.
Ella se pone
nerviosa y estoy doblemente exasperado porque paso las dos manos por mi pelo,
la ira está erizada en mí, casi no puedo contenerme. Es así con Anastasia... Nunca sé lo
que va a decir o hacer, y ella puede hacerme enojar como nadie puede y quiero
tanto castigarla y la amo al mismo tiempo. Tengo
todas estas emociones extrañas que nunca he experimentado antes, me siento
posesivo con ella, y en este momento sólo quiero besarla, follarla, amarla y
azotarla, todo al mismo tiempo y ahora sé que no puedo hacerlo.
Por supuesto,
ella sólo me mira como nadie más puede.
_ Te voy a
llevar a comer. Parece que te estás
desapareciendo justo frente a mí. Busca al chico y despídete.
_ Por favor,
¿podemos permanecer más tiempo? Me pregunta.
_ No… ve…
ahora… a despedirte. He pasado mucho
tiempo en mi límite tolerable y tenemos que hablar. Traerla aquí simplemente
fue una excusa. Ella tiene que oír lo que le voy a proponer.
Ella me mira,
su ira está haciendo que se ponga carmesí por toda su cara. Entrecierra sus ojos
y si fuera posible, estaría echando vapor por las orejas. Finalmente arrastra su mirada lejos
de mí buscando al chico. Lo
localiza y se aleja para despedirse.
Hay algunas mujeres
alrededor del fotógrafo. Estoy parado
con una impaciencia que sale a través de mí y no me gusta esperar. Voy a poner
todas las cartas sobre la mesa esta noche. Y juro por Dios que la tendré
devuelta conmigo. Me siento como si estuviera saltando en lava caliente, porque
mi pie está tocando el piso con impaciencia. Ana está a cierta
distancia, pero mi mirada no la abandona y ni siquiera pestañeo.
Mierda pero de
pronto…
¡El puto
fotógrafo barre a mi mujer en un gran abrazo de oso y la gira! La sangre se eleva a mi cabeza, mis
ojos se oscurecen y la ira apenas puedo contenerla. ¡Esto ya se salió de
control! Luego, mí mujer envuelve sus brazos alrededor del cuello del aspirante
a violador. ¡Estoy jodidamente loco! Si
tengo que arrastrar a Anastasia por el pelo como el hombre de las cavernas, lo
haré. ¡Mi mirada se oscurece y
los celos me están matando! ¿Qué
está tratando de hacerme? Anastasia
Steele, serás mi muerte. ¿Tienes
idea de cuánto amor tengo para nosotros? ¿Conoces
lo que haría en un santiamén para mantenerte en mi vida? ¿Tienes alguna idea de la clase de
infierno que he estado viviendo la última semana? Y aquí estás
demostrando tu afecto a un hombre que no te quiere ni la mitad que yo,
solo para ponerme celoso. Y lo peor, es que sabes que ese hombre tiene
sentimientos por ti. ¡Estoy tan enojado
contigo en este momento, que sólo quiero que reclamar mi lugar en tu vida!
Poco a poco me
dirijo hacia ellos. Ella todavía
está envuelta en sus brazos hablando quien sabe qué mierda con él. ¡Mierda si no saca sus malditos brazos
de ella la voy a jalar fuera de ti! A
medida que me estoy acercando, ese hijo de puta la abraza con más fuerza y yo
acelero el paso para llegar hasta Anastasia, estoy hirviendo de rabia,
mirándola fijamente para llegar a su codo y sacarla de ahí.
Por fin el hijo
de puta la libera.
_ No seas una
extraña, Ana. Oh, señor Grey,
buenas noches, dice como si se acabara de dar cuenta de mi presencia. Sí, bien deberías recordar que Christian
Grey va a retomar su estatus como el novio de Anastasia. ¡Mantén tus malditas manos fuera de mi mujer!
Apenas puedo
contenerme y tengo que hacerle ver a este
hijo de puta que Anastasia es mía, que formamos una pareja.
_ Lo siento, no
podemos quedarnos más tiempo, porque tenemos
que regresar a Seattle. ¿Anastasia?
Digo sutilmente haciendo hincapié en “nosotros” y tomando su mano mientras
hablo.
_ Adiós, José. Felicidades de nuevo, dice ella
dándole un rápido beso en la mejilla para terminar de erupcionar el volcán que
hay en mí. Eso es todo lo que puedo aceptar. Le tomo la mano con presión y la
arrastro fuera del local. Todas las hormonas están arrasando por mi cuerpo y mi
cerebro. La ira, los celos y la frustración los tengo ahora a niveles
explosivos y un sudor frío recorre todo mi cuerpo. ¡Necesito que ella entienda
que es mía!
Cuando llegamos
a las afueras del edificio, miro rápidamente hacia ambos lados de la calle y
luego giro mi cabeza hacia la izquierda y de repente veo un callejón lateral, y
yo la llevo hasta allí y la empujo contra la pared con todos los sentimientos que
se han disparado fuera de mí. No
puedo entender que la mujer de la que estoy enamorado estuviera en los brazos
de otra persona besándola y ni siquiera yo la he besado todavía. Agarro
su cara entre mis manos, obligando a Anastasia a mirar mis ojos feroces.
Principles of Lust - Enigma
A ella se le
corta la respiración cuando se da cuenta de la intensidad de mi deseo y mi boca
va directamente sobre la de ella. La estoy besando con violencia, sin control,
hasta chocamos los dientes. Entonces mi lengua entra en su boca con fuerza.
El deseo de
ambos explota como el monte Vesubio y, para mi alivio, ella también me besa, con
la misma pasión que yo, sus manos anudando mi cabello, tirando de el con
fuerza, tratando de fusionar nuestros cuerpos, como si con nuestra separación
se ha creado un hambre sin precedentes y necesitamos alimentarnos mutuamente. Su
respuesta hace que salga un fuerte gemido de mi garganta y rápidamente mi mano
se mueve por su cuerpo y mis dedos se clavan en su carne suave.
Mi ansiedad, mi
deseo, mi anhelo por ella y el miedo a perderla, están reflejados en este beso
y me doy cuenta que ambos nos sentimos de la misma manera. Yo la beso largo y
duro hasta quedarme absolutamente sin aire en mis pulmones. Mis ojos arden de
deseo por ella y la pasión en mi cuerpo está al rojo vivo. ¡Soy
un hombre en llamas!
Ring of Fire sung by Joaquin Phoenix
_ Tú. Eres.
Mía. Le gruño enfatizando cada palabra, vertiendo todos mis sentimientos por
ella. ¿Qué debo hacer para
hacerle entender que no hay nada más valioso para mí que tenerla en mi vida, en
mis brazos y en mi corazón?
Me alejo de su
cuerpo y pongo mis manos en mis rodillas tratando de recuperar el aliento que
dejé en el beso. Me siento como si hubiera corrido una maratón, y lo hice… cada
día después de que ella me dejó. Tratando de darle espacio... Tratando de darle
tiempo para pensar... Tratando de darle la oportunidad de ordenar sus
sentimientos. Pero soy un hombre
enamorado... ¡No puedo vivir sin
ella! Incluso si ella está
abrazando a un tipo de una manera amistosa, me hierve la sangre de solo
recordarlo. ¡Estoy completamente irracional y celoso!
_ Por el amor
de Dios, Ana… le digo con súplica en mi voz.
Ella se reclina
contra la pared, jadeando y tratando de controlar la reacción de su propio
cuerpo, tratando de encontrar su centro.
_ Lo siento,
susurra con voz entrecortada.
Entones estaba
en lo cierto, quería darme celos.
_ Más te vale,
le digo con mi voz quebrada por los sentimientos abrumadores que estoy
sintiendo. Yo sé lo que estabas
haciendo. ¿Quieres algo con el
fotógrafo Anastasia? Obviamente,
él siente algo por ti. Estoy rezando porque diga que no, por favor di que no… En
el momento en que vi las fotografías de Anastasia en la galería con todas esas
expresiones, los celos se apoderaron de mí, porque la vio de una manera tan
íntima y yo no la he visto así. Evidentemente el fotógrafo está enamorado de
ella. Yo simplemente no puedo soportar verla con alguien ni siquiera de forma
imaginaria.
Ella reacciona
con mi ferviente pregunta y sacude la cabeza en sentido negativo.
_ No, me dice para
mi gran alivio. Es sólo un amigo.
Suelto el aire
que tenía contenido.
_ He pasado
toda mi vida adulta tratando de evitar cualquier emoción extrema, digo mirándola
a los ojos y con mi voz quebrada. Sin
embargo, tú… haces aflorar sentimientos en mí que son completamente ajenos. Es muy... digo con el ceño fruncido, tratando
de aferrarme a la palabra correcta. Inquietante.
Pero es más que eso. Ella aun no sabe
que mi corazón, mi alma y mi destino están en sus manos, para hacer lo
que quiera conmigo, ¡Nunca, nunca me había sentido tan vulnerable antes! No en muchos años. He tenido muchas mujeres en mi vida,
pero nunca he sido cruel con ninguna de ellas. Yo no habría jugado con sus
sentimientos. Sin embargo, en poco tiempo Anastasia puede hacer lo que se le dé
la gana conmigo. Esa es la profundidad de mi amor por ella. Esa es la medida de su poder sobre mí
y me da un miedo infinito. Mi
vida y mi destino están en sus delicadas manos.
_ Me gusta el
control Ana, y a tu alrededor simplemente se evapora, le digo agitando mi mano vagamente y luego la
paso a través de mi pelo tratando de tomar una respiración profunda. La tomo de la mano.
_ Ven, tenemos
que hablar y tenemos que comer.
Y estoy
dispuesto soltar todas mis cartas, yo no me voy de esta batalla sin ganar a mi
mujer de nuevo.
Muchas gracias por el nuevo capitulo.
ReplyDeleteWaw que cap tan espectacular me encanta cada momento pero sobre todo esos sentimientos tan fuertes de cristian, como en su interior reconoce su gran amor por ana, gracias Emine genial como siempre y patricia amiga gracias mil, tu trabajo lo máximo te quiero mucho madre un beso (no nos hagas esperar plis muahhh).
ReplyDeleteWaw que cap tan espectacular me encanta cada momento pero sobre todo esos sentimientos tan fuertes de cristian, como en su interior reconoce su gran amor por ana, gracias Emine genial como siempre y patricia amiga gracias mil, tu trabajo lo máximo te quiero mucho madre un beso (no nos hagas esperar plis muahhh).
ReplyDeleteque lindo gracias a las dos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ReplyDeleteMarta Raquel Cabdespi Emine y Patricia...gracias por el esmero que le ponen a este trabajo...
ReplyDelete28 de noviembre a la(s) 11:17 · Me gusta · 1
Daniela Avellaneda Hermoso capitulo...
28 de noviembre a la(s) 11:37 · Me gusta
MarjoreAle MendOri Diooooooooos que intenso! muy buen capitulo, ya vemos que Ana no es la unica que sufre, pobre Grey!
28 de noviembre a la(s) 11:55 · Me gusta
Cindy Zamudio Muchas gracias definitivamente estoy más enamorada de el señor Grey
28 de noviembre a la(s) 12:19 · Me gusta
Andrea Valenzuela Ulloa
28 de noviembre a la(s) 12:22 · Me gusta
Andrea Valenzuela Ulloa me hicieron suspirar en doble...dios mio que buena descripsion de lo que el sentia cuan do ella llego a la exposicion de jose maravilloso
28 de noviembre a la(s) 12:23 · Me gusta
Patricia Aurora Uauuuuu, .
28 de noviembre a la(s) 12:42 · Me gusta
Leidy Diana Bedoya Ohhh q increible la intensidad de Christian la manera de amar a Ana es algo abrumador pero muy a lo Christian... Gracia a Emine y s Patricia..
28 de noviembre a la(s) 12:44 · Me gusta · 1
Lourdes Ojeda Que maravilloso... el posesivo controlador y enamorado dispuesto a recuperar a su amada!!!
28 de noviembre a la(s) 14:08 · Me gusta · 1
Paola Baez Ya lo leere
28 de noviembre a la(s) 14:22 · Me gusta
Noelia Palma Fuentes Gracias enime muy buena
28 de noviembre a la(s) 15:48 · Me gusta
Nancy Fica Soto por dios emine y patricia cada linea de cada capitulo ea genial llegan al alma saber lo q siente christian es maravilloso
28 de noviembre a la(s) 16:21 · Me gusta · 1
Jeannifer Pino Arce Que buenisimo capitulo !
28 de noviembre a la(s) 16:29 · Me gusta
Niyireth Urrea Gutierrez Huy gracias chicas esta bello
28 de noviembre a la(s) 16:44 · Me gusta
Teresa Dahlin Guau, me encantaa!!!
28 de noviembre a la(s) 17:49 · Me gusta
Clotilde Eugenia Arellano Mtz Me encantó el capítulo! Sentir el nerviosismo de Christian, por primera vez temeroso e inseguro sin saber si Ana lo amaba también. Gracias!
28 de noviembre a la(s) 18:04 · Me gusta
Francisca Rodriguez Fernandez Muy bonito
28 de noviembre a la(s) 18:18 · Me gusta
Paola Xochitl Perez Najera Muy buen capitulo..!!!
28 de noviembre a la(s) 18:42 · Me gusta
Liliana Rodriguez Gracias chicas gran capitulo.
28 de noviembre a la(s) 19:15 · Me gusta
Claudia Henao Buenas noches por favor podrían explicarme como hago para leer los capítulos anteriores??
28 de noviembre a la(s) 21:36 · Me gusta
Giselle Sanchez Rodriguez Emine y Patri simplemente perfecto quiero mas.
28 de noviembre a la(s) 21:41 · Me gusta
Vita Garcia Rangel Que gran capitulo
Ayer a las 12:38 · Me gusta
Clotilde Eugenia Arellano Mtz Precioso capítulo! Más! Más!
8 h · Me gusta
Dori Crespo Gracias me encanta no me canso de leer a Grey
6 h · Me gusta
Ximena Arechua Muy bien chicas, una vez mas me he enamorado de Cristhian gracias a ustedes