CAPITULO XIV
Tomar Posesión
Traducido y editado por: Patricia Pinto
El aire está un
poco frío esta noche, pero en la forma en que me estoy sintiendo en este
momento, yo ni siquiera necesito ponerme mi chaqueta de cuero. Pero los años de hábito de cuidarme
sacan lo mejor de mí, así que estoy de pie con una botella de champán en la
mano y con mi chaqueta puesta. Llamo a
la puerta con un entusiasmo que no puedo ocultar. Ella abre la puerta. Mi corazón tartamudea cuando la miro a
los ojos. Verla es como conseguir un pedacito
del cielo.
Heaven - Frank Sinatra
_ Hola, dice
ella con timidez. Su mirada me
dice que ella me aprueba.
_ Hola, le digo. Ella abre la puerta un poco más, y me
invita a pasar.
_ Entra por
favor.
_ Si me permites,
digo divertido. Pensé que
podríamos celebrar tu graduación, le digo mientras alzo mi mano y le muestro la
botella. Nada le gana a un buen Bollinger.
_ Interesante
elección de palabras, responde Anastasia.
_ Me gusta
mucho tu ingenio Anastasia, le digo.
_ Oh Christian,
hemos guardado todo. Sólo tengo tazas de té. ¿Eso
serviría? me pregunta
_ ¿Tazas de té? Suena bien para mí, le digo. Se
dirige a la cocina a buscar las tazas de té.
Cuando entro en
la cocina, me encuentro un paquete marrón sobre la mesa de café con una nota adjunta
a la misma. Reconozco lo que es, porque
el escrito se parece al que le hice con los libros.
“Estoy de
acuerdo con las condiciones Ángel, porque tu sabes mejor cual es mi castigo,
solo no lo hagas más difícil de lo que pueda soportar”
Cuando ella regresa,
me encuentra mirando el paquete.
_ Esto es para
ti, dice ella con ansiedad.
_ Hmm, pensé lo
mismo. Cita muy acertada. Mis
dedos trazan la escritura. Levanto
la vista hacia ella. Pero pensé
que era D'Urberville, no Ángel. Te
decidiste por la degradación, le digo con una sonrisa depredadora. Confío en ti para encontrar algo tan
apropiado.
_ Pero, también
es una súplica, susurra.
_ ¿Una súplica?
Estoy sorprendido, pero lo entiendo. ¿Para
que me lo tome más despacio contigo? Les pregunto en voz baja. Ella asiente con la cabeza.
_ Anastasia,
compré esto para ti, le digo tratando de no mostrar mi dolor. Quiero que acepte mis regalos. Yo no sé por qué tengo esta necesidad
de cuidar de ella. Lo tomaré más
despacio contigo si los aceptas.
_ Christian, es
difícil para mí aceptarlos. Son
demasiado caros, dice ella con fervor.
_ ¿Ves? De esto
es de lo que te estaba hablando, me desafías. Quiero que los tengas y este es
el final de la discusión. Es muy simple. No tienes que pensar en esto. Como una
sumisa deberías estar simplemente agradecida por ellos. Aceptas lo que te
compro porque me complace hacerlo.
_ Christian, yo
no era tu sumisa cuando los compraste para mí, susurra.
Me preocupa que
ella pudiera estar cambiando de opinión. No
puedo aceptar eso.
_ No… pero has
aceptado Anastasia. Ella da un suspiro. Su
mente está tramando algún plan y puedo verlo en su rostro.
_ Entonces ¿Son míos para hacer lo que quiera? Estrecho
mis ojos sabiendo que tiene un As bajo la manga, pero concedo.
_ En ese caso, me
gustaría donarlos a una organización benéfica que trabaja para Darfur, ya que
pareces estar comprometido con ello. Podrían subastarlos.
Desde que le di
los libros, tratando de llegar a ella a través de ellos, ha querido
devolverlos. Estoy disgustado. Ella encuentra lagunas en mis reglas, incluso
algo tan simple como aceptar un regalo que le doy, así ella no lo quiera. Me siento herido.
_ Si eso es lo
que deseas, le digo. Mi disgusto se
muestra en mis labios que los tenso como la cuerda de una guitarra. Ella nota mi decepción.
_ ¡Muy bien! Voy a pensar en ello, dice.
_ Anastasia, no
pienses por favor. No sobre esto,
le digo en voz baja. Los dos
estamos tensos ahora. Ella mira
hacia abajo a sus dedos. Lo hace
siempre, mucho. Sobre todo
cuando es tan tímida así. Hay
algo que me tira hacia ella. Extiendo
mi mano y subo su barbilla, mirándola a los ojos con una expresión seria. Quiero
cuidar de ella, quiero hacer cosas por ella, quiero comprar sus cosas,
atenderla. Yo quiero que ella se acostumbre
a eso. ¡Yo me ocupo de lo que es
mío!
_ Anastasia, te
voy a comprar un montón de cosas. Tienes
que acostumbrarte a ello. Soy un
hombre muy rico y puedo permitírmelo, le digo cuando me inclino hacia abajo y le
planto un casto beso en los labios. Por
favor bebé, le digo cuando la libero.
_ Me hace
sentir barata, susurra exasperándome. Me
paso la mano por el pelo.
_ Anastasia. No vuelvas a decir eso. No deberías. No hagas juicio morales vagos sobre
ti, basada en lo que otros puedan pensar. No desperdicies tu energía. Solo es
porque tienes reservas sobre nuestro acuerdo, eso es perfectamente natural. No
sabes en lo que te estás metiendo.
Ella frunce el
ceño, se pierde en sus pensamientos. Oh
no... ella está pensando demasiado otra vez y captura su labio entre sus
dientes. Extiendo la mano ahuecando su barbilla y libero su labio. Hey, para
esto, ¿de acuerdo? No hay nada en
ti que sea barato. No quiero que pienses eso. Solo compre unos libros viejos
que pensé que significarían algo para ti. Eso es todo, le digo con afecto.
Tomemos un poco de champán. Ella me
sonríe de nuevo y el sol está en su
cara.
_ Eso está
mejor, le susurro. Cuando abro la
botella y vierto un poco de champán en su taza, se sorprende por su color.
_ ¡Christian,
es de color rosa!, dice con los ojos abiertos, asombrada. Y esa es una de las cosas que me gusta
de ella. No sé cómo va a
reaccionar o responder a cualquier cosa que hago, simple o compleja.
_ Sí, es
Bollinger Grande Année Rosé 1999, una excelente cosecha, le digo.
_ Una gran
cosecha en tazas de té, añade haciéndome
sonreír.
_ Sí, las tazas
de té son una excelente opción. Felicitaciones
por tu grado Anastasia, digo levantando la taza de té a la de ella, que
tintinean.
_ Gracias, dice
y agrega: ¿Deberíamos repasar los límites suaves? Lo que me hace sonreír. Ella se sonroja. Tomo su mano y la llevo hasta el sofá.
_ Siempre tan
impaciente le digo, tirando de ella a mi lado.
Pero primero
quiero que tome un poco de champán. Porque,
ella siempre está tan cerrada y yo quiero que esté abierta y expresiva conmigo,
ella tiene que aflojar un poco. Como dicen en América, “In vino veritas” que
significa “en el vino está la verdad”
_ Tu padrastro
es un hombre muy taciturno, digo para sorprenderla.
_ Aun así,
lograste tenerlo comiendo en tu mano, ella responde.
_ Eso es sólo
porque yo sé de pesca, le digo.
_ Sí, yo te iba
a preguntar eso. ¿Cómo supiste
que era bueno en la pesca o incluso que a él le gustara la pesca? Ella pregunta
curiosa.
_ Tú me lo
dijiste en la cafetería, le digo para sorprenderla aún más. Me encanta hacer estas notas mentales, uno
nunca sabe cuando las va a necesitar. Ella parece satisfecha de que la
escucho cuando habla. Ella no
recuerda habérmelo dicho, pero está contenta de que yo lo recordé. Me pregunta si probé el vino en la
graduación. Yo le digo, sí, pero
era desagradable.
_ Cuando lo
probé, me acordé de ti, dice ella. ¿Cómo
llegaste a saber tanto de vinos?
_ No es que
sepa mucho de vinos. Sólo sé lo
que me gusta, le digo. Lo mismo
ocurre con todo lo demás en mis gustos particulares. Sólo sé lo que me gusta. Su taza está casi vacía. Extiendo la botella animándola a tener un poco más. Ella la
sostiene y la lleno completa. Hablamos de su traslado a Seattle. Quiero que el champán haga lo suyo
para tener tiempo para trabajar. Ella
me dice que el día siguiente es su último día en el trabajo. La semana está casi terminando, y ni
rastro de que ella tenga un Blackberry, no podré localizarla. Tengo que poner a
Taylor a que se apure, debe ser entregado mañana.
_ Realmente me
encantaría ayudarte con la mudanza, pero mi hermana Mia está regresando de
París y se supone que debo recogerla en el aeropuerto. Pero he oído que Elliot está listo
para darles una mano durante la mudanza.
_ Sí, nos va a
ayudar. Kate está muy entusiasmada
con eso, responde. La idea de que
Kate “la trituradora de bolas” y mi
hermano Elliott estén juntos es un poco inquietante. Niego con la cabeza, extraña
combinación. ¿Quién lo hubiera
pensado?
_ Entonces ¿Qué
harás para el trabajo en Seattle? Le pregunto a la espera de que el vino haga
su magia. Pero la respuesta que
obtengo me sorprende.
_ Tengo un par
de entrevistas para pasantías, dice ella. Entrecierro
mi mirada y este poco de información extrañamente me molesta. ¿Por qué soy el último en saberlo?
_ ¿Cuándo ibas
a decirme sobre eso?
_ Lo acabo de
hacer, ella responde sorprendida. Taciturna
como su padrastro. Es por eso que
tengo el champán. Necesito tener unas
palabras abiertamente, ella tiene que aflojar. Estrecho mis ojos hacia
ella y le pregunto: ¿Dónde?
_ En un par de
editoriales, dice vagamente.
_ ¿Eso es lo
que quieres hacer? ¿Algo en el mundo editorial? Ella asiente.
_ ¿Y bien? Le
pregunto.
_ Bien, ¿qué? responde.
_ Oh, vamos
Anastasia, no te hagas la obtusa ¿cuáles editoriales?
_ Las más
pequeñas, murmura. Ella no quiere
que yo sepa. ¿Por qué?
_ Anastasia,
¿por qué no quieres decirme?
_ Yo no quiero
tu influencia indebida Christian, murmura haciéndome fruncir el ceño. Ella me mira con sus ojos azules y
examina mi expresión. Oh, creo
que eres tú quien está siendo obtuso ahora, dice cambiando mi estado de ánimo y me hace reír.
_ ¿Yo soy
obtuso? Bebe champaña y
vamos a hablar de estos límites, le digo. Ella
bebe hasta la última gota de su champán y cuando le pregunto si ella quiere
más, ella lo hace. Estoy
contento. Sé que es un hecho de
que ella se pone locuaz cuando bebe. Su
bebida hizo que me llamara la primera vez, cuando fui a rescatarla del
aspirante a violador. Pero acabo
de recordar que ella también vomitó por todo el patio y el lecho de flores
porque no comió.
_ ¿Has comido
hoy?
_ ¡Sí! Ella me
voltea los ojos. Tuve una comida
de tres platos con mi padrastro, dice ella con petulancia.
¡Oh baby! ¿Me acabas de torcer esos bellos ojos
a mí? Me inclino y la
tomo de la barbilla, mirando fijamente sus ojos, respiro para que mi amenaza sea
sincera.
_ La próxima
vez que me pongas los ojos en blanco, te pondré sobre mis rodillas. Es una promesa.
_ Oh, ella
respira. Es un gemido que se le escapó.
_ Oh, la imito. Estoy más que emocionado que comience
el juego.
_ Así comienza Anastasia, le digo. Lleno su
taza otra vez y ella se la toma de un tiro mirando hacia mí.
_ ¿Tengo tu
atención ahora? Le pregunté. Ella
asiente con la cabeza.
_ Quiero que me
respondas, le digo con firmeza.
_ Sí, tienes mi
atención, murmura.
_ Bien
entonces, le digo, los actos sexuales. Hemos
hecho la mayor parte de éstos, dije mirando la lista de límites blandos. Ella se acerca a mí en el sofá y mira
hacia abajo la lista. Me gusta su proximidad. ¡Mucho!
Buscamos en los
límites blandos lo que es aceptable para ella, la mayoría de los cuales hemos
hecho ya. Cuando ella mira la lista, cierra los ojos como si estuviera
disgustada con lo que estamos viendo.
_ Ningún tipo
de puño. Dice con firmeza.
_ Está bien,
asiento, ¿alguna otra cosa que quieras objetar?
_ No estoy muy
interesada en la penetración anal tampoco dice ella. Oh
no, no bebé, no con ese trasero que tienes.
_ Estoy de
acuerdo con el fisting, le digo, pero yo realmente, realmente amaría reclamar su
trasero rosado y redondo Anastasia. Pero,
tenemos que esperar para eso de todos modos. Además
es algo en lo que no podemos simplemente sumergirnos. Tu trasero necesita
entrenamiento.
_
¿Entrenamiento?
_ Oh sí,
necesita una preparación cuidadosa. La
penetración anal puede ser muy placentera, confía en mí. Pero si lo intentamos
y no te gusta, no tenemos que volver a hacerlo. Le sonrío.
Ella estrecha
su mirada con duda de que podría ser divertido.
_ ¿Has probado
eso antes? Me pregunta.
_ Sí, le
respondí. A ella se le corta la respiración.
_ ¿Con un hombre?
_ No. Nunca he tenido relaciones sexuales con un hombre. No es lo mío, respondo con sinceridad. Ella parece un poco aliviada.
_ Con su...
hace una pausa con disgusto, ¿la señora Robinson?
La miro y veo la envidia detrás
de sus ojos.
_ Sí, le digo,
y sigo adelante.
_ Muy bien.
Tragar semen. Recuerdo que
tienes una A en eso, le digo y se retuerce. Entonces
¿tragar semen está bien? Toma más champán como si le dará un coraje que
está tratando de conseguir a través de esta discusión. Ella podría necesitar más valentía, para dar el siguiente paso.
_ Sí.
_ ¿Más champán?
_ Sí, por favor,
dice y extiende su taza.
Bajamos a la
lista de juguetes sexuales. Cuando
lee tapón anal en la lista, abre los ojos como platos y arruga la nariz.
_ ¿Tapón anal? ¿Hace lo que creo que hace? Ella
pregunta con disgusto.
_ Sí. Y sirve para la penetración anal.
Entrenamiento. Ella mira a la lista.
¿Es el uso de
juguetes sexuales aceptables para la sumisa?
·
Vibradores
·
Consoladores
·
Tapón anal
·
Otros
Ella me mira y
me pregunta: ¿Qué significa otros?
_ Bolas,
huevos, ese tipo de cosas.
_ ¿Huevos? ¿Qué quieres decir con huevos? me
pregunta ansiosa.
_ No es lo que
piensas. No son verdaderos huevos,
le digo riendo. Su ignorancia es
adorable.
_ Estoy muy
contenta de que me encuentres divertida, ella dice sintiéndose herida. Eso me detiene en seco y dejo de reír,
tratando de mantener el humor en mi cara, pero soy rápido para disculparme por
mi error. La última cosa que quiero
hacer es herir sus sentimientos.
_ Me disculpo
señorita Steele, la miro. Ella
todavía se ve herida. La miro, lo
siento mucho Anastasia, deseando que
ella me crea. Ella me devuelve la
mirada.
_ ¿Tienes algún
problema con los juguetes?
_ ¡No! Me
escupe.
_ Anastasia. Realmente, lo siento, créeme. No quería herir tus sentimientos. Nunca he tenido esta tipo de conversación
con tanto detalle con nadie antes. Es
sólo porque eres muy inexperta. Lo
siento... ¿bien? Esta vez mi cara
es sincera y seria. Su cara se
calienta con mi sinceridad. Entonces
nos movemos en el tema de la esclavitud. Ella
ya ha puesto la suspensión como su límite duro. Ya que ella estará conmigo sólo por
períodos cortos de tiempo, no hay necesidad de probar cosas que tendrán mucho
tiempo para recrearse. Ella pasea
sus ojos en la lista de la esclavitud. Sus
ojos se estrechan cuando se da cuenta de un elemento de la lista y le pregunta.
_ Por favor, no
te rías de mí, pero ¿qué es una barra de separación? No me gusta decirlo dos
veces. Yo ya me he disculpado sinceramente
con ella, ¿por qué duda de mí? No me gusta que dude.
_ Anastasia, ya
me he disculpado en dos ocasiones. Prometo
no reírme. Me quedo mirándola. Por
favor, no me obligues a hacerlo de nuevo, le digo con la advertencia en mi
mirada. Ella visiblemente se
contrae de nuevo con mi mirada, y la suya me que dice que soy un “mandón”
_ La barra de
separación se utiliza para amarrar los tobillos y/o muñecas. Son realmente divertidas, le digo. Ella se ve dudosa, pero toma mi
palabra como buena.
_Está bien...
sobre amordazarme... He estado preocupada por si no pudiera respirar. Creo que no quiero eso, dice
aguantando el aliento. Yo sé de eso de primera mano.
_ Yo también
estaría preocupado por eso. No te
quiero asfixiar, le digo.
_ ¿Cómo utilizo la palabra de seguridad, si estoy
amordazada de todos modos? Esto me hace pensar. Yo no quiero llegar tan lejos con
ella, que se vea en la necesidad de utilizar la palabra.
_ En primer
lugar Anastasia, espero que nunca tengas que utilizar palabras de seguridad. Pero una vez que alguien está
amordazado, da señales de mano que se utilizan por las palabras de seguridad. Ella parpadea con mi relato.
_ Todavía estoy
nerviosa sobre el amordazamiento, dice ella con disgusto.
_ Está bien. Lo
tendré en cuenta y tomo nota de ello. Entonces ella me mira como si una
bombilla se le hubiese prendido en la cabeza, con mucha intensidad en su cara.
_ ¿Te gusta
atar a las sumisas para que no puedan tocarte? Ella me deja atónito. Se dio
cuenta rápidamente de mi mierda. La
miro sorprendido, con los ojos muy abiertos.
_ Esa es una de
las razones, le digo en voz baja.
_ ¿Es esa la
razón por la que ataste mis manos?
_ Sí. Le digo,
cayendo en un silencio.
_ ¿No te gusta
hablar de eso? observa.
_ No, no me
gusta. ¿Quieres otra copa? Te está haciendo valiente y necesito
saber lo que sientes respecto al dolor.
Sus ojos se
abren. Debo renovar su taza de té
y ella toma un sorbo.
_ ¿Cómo te sientes
acerca de recibir dolor? Pido mirándola expectante. De repente se pone tímida y se lleva
el labio entre sus dientes. Te
estás mordiendo el labio, le recuerdo oscuro. Ella
libera el labio de inmediato y se ruboriza mirándose las manos.
_ ¿Fuiste
castigada severamente de niña?
_ No, responde.
_ Ya veo, le
digo, así que, en pocas palabras, ¿no
tienes ninguna referencia en lo absoluto?
_ No, responde. Mi mirada se suaviza.
_ No es tan
malo como piensas. Tu imaginación
es tu peor enemigo en esto, le susurro.
_ ¿Tienes que
hacerlo? Pregunta.
_ Sí, le respondo
con firmeza.
_ ¿Por qué?
Es porque soy un hijo de puta jodido, me
digo a mí mismo. Todo
va con el territorio Anastasia. Es
lo que hago. Puedo ver que estás
nerviosa por ello. Vamos a
repasar los métodos, le digo. Cuando
ella mira la lista, sus ojos se abren y captura su aliento.
·
Nalgadas
·
Palmadas
·
Azotes
·
Palmetazo
·
Mordidas
·
Abrazaderas de pezones
·
Pinzas genitales
·
Hielo
·
Cera caliente
·
Otros métodos de dolor
Ella palidece
una vez que se pasea a través de los elementos de la lista.
_ Bueno dijiste no a las pinzas genitales, eso está
bien, es el castigo que más duele. Podemos trabajar en eso.
_ O no hacerlo
nunca, susurra.
No, no... Tengo que tener esto. Tengo que tener presente el dolor. Alimenta el monstruo jodido en mi
interior.
_ Esto es parte
del trato nena, pero vamos a trabajar en
todo esto. No te voy a empujar
demasiado Anastasia, le digo.
_ Esta cosa del
castigo es lo que más me preocupa, dice en voz baja. Me alegro de que me dijera eso, porque
podemos trabajar hasta ciertos castigos, o dejarlo fuera por el momento.
_ Bueno, me
alegro de que me lo digas. Vamos
a mantener los castigos fuera de la lista por el momento. A medida que te sientas más cómoda con
esto, vamos a aumentar la intensidad, pero empezaremos lento, le digo tratando
de apaciguar su preocupación.
Traga saliva,
escéptica. Me inclino hacia
delante y la beso en los labios.
_ No, fue tan
malo, ¿verdad? La única respuesta
que pudo reunir fue un encogimiento de hombros.
_ Mira hay una
cosa más que quiero hablar y luego te llevaré a la cama, le digo con mi mirada
intensa.
_ ¿Cama? Me pregunta y parpadea rápidamente, con un
rubor en la cara.
_ Vamos
Anastasia, hablar de esto me hace querer follarte hasta la próxima semana, debe estar teniendo algún efecto en
ti también. Y ella comienza a retorcerse en su asiento, lo cual me complace
enormemente.
Tonight - Enrique Iglesias
_ ¿Ves? Además,
hay algo que me gustaría probar.
_ ¿Me va a
doler? Pregunta.
_ Deja de ver
el dolor en todas partes. Es más
sobre el placer. ¿Te he hecho
daño hasta ahora?
_ No, contesta
de inmediato.
_ Bien. Entonces
mira, el día de hoy en la universidad, estábamos
hablando sobre querer más. Hago una pausa. Nunca he hecho esto antes. Nunca he encajado. ¿Quiero esto ahora? Ella está media ansiosa de
mirarme.
_ Fuera del
tiempo en que seas mi sumisa, podríamos intentar… No sé si funcionará, no sé si
podremos separarlo todo. Podría no funcionar, pero estoy dispuesto a
intentarlo. Tal vez una noche a la semana, no sé.
La conmoción en
su cara no puede negarse. Aprovecho su silencio mientras abre su boca y añado.
Tengo una condición.
_ ¿Qué?
Respira, deseosa de aceptar cualquier cosa, por más.
_ Que
amablemente aceptes mi regalo de graduación.
_ Oh, ella
responde, cuando la cara se le cae.
Extiendo mi mano hacia ella y murmuro, ven, se levanta, y la llevo conmigo. Tomo
mi chaqueta y la pongo sobre sus hombros. Caminamos
fuera. Estoy ansioso por ver su
reacción cuando vea su Audi compacto de dos puestas.
_ Es para ti.
Feliz cumpleaños, murmuro, tirando de ella en mis brazos y besando su pelo. Doy
un paso atrás y miro su cara. Una
gran cantidad de emociones cruzan a través de ella. Feliz, sorprendida,
enojada, desesperada, confundida... Ella
está pensando demasiado de nuevo. Tomo
su mano con la mía y la guía hacia su nuevo coche.
_ Anastasia, el
Escarabajo ya estaba viejo y francamente peligroso. Yo nunca me perdonaría si algo te
sucediera cuando es tan fácil para mí arreglarlo.
Quiero que sea
feliz. ¿Es mucho pedir? Quiero poner todo frente a sus pies... ¿Por qué ella me quiere negar eso? La miro, pero ella sigue tímida, con
la cabeza baja, luego mira al Audi rojo.
_ Se lo comenté
a tu padrastro. Estuvo de acuerdo
con esto, le digo. Se vuelve
hacia mí con horror, mirándome.
_ ¿Se lo
mencionaste a Ray? ¿Cómo pudiste? De pronto está tan
enojada que apenas puede pronunciar las palabras. Se nota mortificada.
_ Es un regalo
Anastasia. ¿No puedes simplemente
decir gracias? Digo exasperado.
_ ¡Pero Christian,
sabes que es demasiado!
_ No para mí no
lo es. No para la paz de mi mente.
Ella frunce el
ceño, sin saber qué decir. Se
vuelve hacia el coche, y luego se vuelve hacia mí.
_ Estoy feliz
que me prestes esto al igual que la computadora portátil. ¡Es tan condenadamente difícil que acepte algo! Suspiro pesadamente.
_ Está bien, es
un préstamo, le digo con cautela. Un préstamo indefinido.
_ No
indefinidamente, solo por el momento. Gracias. Dice haciéndome fruncir el ceño. Entonces ella hace algo inesperado y
muy dulce. Me besa brevemente en
la mejilla y dice: Gracias por el coche
señor. Con este gesto, ella hace caer toda mi guardia y eleva mi pasión como un cohete. La cojo de repente, y la levanto
contra mi cuerpo con una mano sosteniendo su espalda, y la otra enredada en su
cabello.
_ ¡Eres una
mujer desafiante Ana Steele! Y la beso con toda mi pasión reprimida, obligándola
a abrir sus labios con mi lengua. Su
pasión está al mismo nivel que la mía y ella devuelve mi beso con toda su
pasión, empujándose encima de mí. Estoy
listo para prender esta mecha y listo
para tomarla allí mismo, en el estacionamiento de su edificio de apartamentos.
_ Anastasia,
estoy tomando todo mi autocontrol para no tomarte sobre el capo del coche en
este momento, solo para demostrarte que eres mía, y que si quiero comprarte un
coche de mierda, te lo compro y listo. Ahora ve adentro y desnúdate. Y le doy
otro beso fuerte transformando mi ira en una energía sexual cruda.
Agarro su mano
y prácticamente la arrastro de vuelta a su apartamento, hago mi camino directo
a su dormitorio con Anastasia a cuestas. He
estado esperando lo suficiente todos estos días y estoy listo para reclamar lo
que es mío de una vez por todas. Enciendo la lámpara sobre la mesa y me quedo
mirándola por un momento.
_ Por favor, no
te enfades conmigo, ella susurra con su mirada de bebé. ¿Tiene alguna idea de qué tipo de
tornado provoca su mirada en mí? Le
doy mi mirada pasiva en virtud de la cual puedo ocultar todas las emociones. Mis ojos son fríos y calientes. Yo no digo nada. Apenas puedo contenerme de abalanzarme
sobre ella en este momento.
_ Lo siento
mucho por el coche y los libros, dice mirando a otro lado. Todavía estoy en silencio, todavía
luchando con mis emociones. Es
sólo que me asustas cuando te enojas. Respira finalmente mirándome.
Yo no quiero
que sienta miedo de mí. Cierro
los ojos para encontrar mi centro, sacudo la cabeza como para sacudir lejos la
nube emocional en mi cabeza. Cuando
finalmente abro los ojos, la veo mirándome fijamente y suavizo mi mirada. Respiro hondo y trago. Ella está irresistible en este
momento, y quiero que centrarme en ella y no en la rabia que siento.
_ Date la
vuelta, le susurro. Quiero sacarte ese vestido.
She's So High - Tal Bachman
¡Por último un
movimiento obediente de su parte! Se
da la vuelta sin decir nada. Me
muevo hacia ella, recojo su pelo hacia arriba y lo coloco sobre el lado derecho
del hombro. Puedo oír su corazón latiendo como las alas de un colibrí tratando
de escapar de su pecho. Pongo mi dedo índice en la nuca de su cuello y poco a
poco arrastro mi dedo sobre su espalda. Me encanta su cuerpo, me encanta la forma como le queda este vestido.
_ Me gusta mucho
este vestido, murmuro. Me gusta
ver tu piel sin defectos.
Cuando mi dedo
llega a la parte superior de su vestido a mitad de su columna, lo engancho y
tiro de ella hacia mi cuerpo lo que la hace dar un paso atrás al ras de mí. Me
inclino hacia ella y aspiro el dulce olor de su cabello. Es como estar en el
cielo.
_ Hueles
divino, Anastasia. Tan dulce, le
digo mientras arrastro mi nariz hacia abajo más allá de la oreja, pasando por
el cuello y el hombro dándole suaves besos sensuales. Su respiración se vuelve superficial y
rápida, con el cuerpo lleno de expectativas. Mis
dedos localizan la cremallera de su vestido y lentamente lo bajo con facilidad,
mis labios besando y chupando por todo el camino a través de su hombro. Ella
está tan deseosa que se retuerce bajo mi toque lánguidamente.
Tu. Vas. A.
Tener. Que. Aprender. A. quedarte. Quieta. Susurro mientras beso alrededor de
su nuca. Tiro del amarre del cuello de
su vestido y cae tentadoramente a sus pies. ¿Sin
sujetador? ¡Oh Dios!
_ ¿Sin
sujetador señorita Steele? ¡Lo apruebo!
Mis manos se extienden alrededor de sus pechos y toco sus pezones que se
endurecen con el contacto de mis dedos. Me
inclino y murmuro contra su cuello.
_ Levanta tus
brazos y ponlos alrededor de mi cabeza.
Ella obedece y sus pechos se levantan y los empuja hacia a mis manos, los
pezones están duros. Sus dedos se enredan en mi pelo y tiran de él con cuidado
mientras ladea su cabeza dándome acceso a su cuello. ¡Es tan jodidamente
caliente!
_ Mmm... Murmuro
detrás de su oreja y empiezo a extender sus pezones mientras sus dedos reflejan
mis acciones dentro de mi cabello. Se
está poniendo demasiado caliente para contenerme.
_ ¿Debo hacerte
venir de esta manera? Le susurro por lo que ella arquea la espalda en señal de
aprobación.
_ ¿Te gusta
esto, verdad señorita Steele?
_ Mmm…, dice.
_ Dime, le
pregunto continuando con mi tortura sensual, tirando de sus pezones suavemente.
_ Sí, ella
respira.
Tiempo para
educarla, Sí, ¿qué? le pregunto...
_ Sí, señor,
responde.
_ Buena chica,
le digo apretando con fuerza haciéndola convulsionar con una sacudida de
placer/dolor dejándola jadeante. Mi
erección está dura y empujando detrás de ella. Ella gime más fuerte y al tiempo tira
de mi pelo con más fuerza.
_ No creo que
estés lista para venirte todavía, le susurro y aún mis manos siguen con las
caricias. Le muerdo el lóbulo de
la oreja, tirando de él. Además,
me has disgustado, le digo. Tal
vez, no voy a dejar que te corras
después de todo.
Mis dedos continúan
acariciando, torciendo, amasando sus pezones. Ella mueve su trasero de lado a
lado contra mi erección, su deseo me hace sonreír, siempre está caliente para
mí.
Mis manos se
mueven hacia sus caderas. Empujo mis
dedos pulgares contra la tela de sus bragas rompiéndolas y las lanzo directo a
sus pies para que las pueda ver. Muevo mis manos hacia su sexo desde atrás y
deslizo mi dedo y me doy cuenta que mi hermosa chica está jugosa y lista para
mí.
_ Oh, sí. Mi dulce chica ya está lista, respiro y
la giro para quedar frente a frente. Ella me pone condenadamente caliente y su
mirada me quema.
The Way You Make Me Feel - MJ and Britney Spears
Meto mi dedo en mi boca y chupo. Sabes tan bien señorita
Steele, le digo suspirando.
_ Ahora
desnúdame, le digo en voz baja mirándola con los ojos entrecerrados. Ella mira
hacia abajo a sus zapatos de tacón alto. Y
entiendo que no sabe cómo hacerlo. Sé que es su primera vez.
_ Puedes
hacerlo. La animo suavemente. Ella
parpadea rápidamente, sin saber por dónde empezar. Sus manos se extienden a mi camisa,
pero yo las sostengo y muevo mi cabeza en negación. Con picardía le sonrío.
_ No, no...
dije sacudiendo la cabeza. La camisa no, es posible que necesites tocarme para
lo que he planeado. Tomo una de sus manos y la pongo en mi erección.
_ Este es el
efecto que causas en mí, señorita Steele. Ella,
en respuesta jadea y flexiona los dedos alrededor de mi erección.
_ Quiero estar
dentro de ti. Quítame los pantalones. Tú estás a cargo. Su mandíbula se abre en
respuesta.
_ ¿Qué vas a
hacer conmigo? Bromeo.
Ella pone buena
cara, y me empuja hacia la cama, haciéndome reír cuando caigo. Ella me mira como si hubiera ganado
una importante batalla. Da un
tirón a uno de mis zapatos y luego saca los calcetines, pero su emoción, y sus
problemas de coordinación, la hacen un
poco torpe y para mí es mucho más caliente. Repite
el proceso en el otro pie. Estoy
lleno de deseo por ella hasta el borde. ¡Finalmente
conseguí que me acepte! Me siento
victorioso. Ella se arrastra hacia
arriba en la cama con las manos en mis rodillas, sus pechos están muy cerca y
ella se sienta a horcajadas sobre mí para desabrochar mis pantalones vaqueros. Desliza sus dedos debajo de mi
cintura. Sus dedos rozan mi vello
púbico. Su toque no sólo me emociona
sino que también me da un descanso celestial. Una
paradoja. Cierro los ojos y flexiono las caderas con su toque.
_ Vas a tener
que aprender a mantener quieto señor Grey, me regaña, tirando del pelo debajo
de la cintura. Esa reprimenda
engancha mi aliento, y sonrío hacia ella.
_ Sí, señorita
Steele, me quejo, mis ojos son brasa de pasión por ella. Me estoy conteniendo demasiado, esta espera
me está matando, tengo que tenerla. De lo contrario voy a explotar.
_ En mi bolsillo, agarra el condón. Le digo
en voz baja impaciente.
Ella mete su mano en el bolsillo
lentamente, buscando, moviéndose a mi alrededor y su tacto crea un pico de
éxtasis. Yo abro la boca involuntariamente con placer. Finalmente saca
los dos paquetes de preservativos y los pone sobre la cama cerca de mi cadera. Sus dedos alcanzan con impaciencia el
botón de mi cintura lentamente.
_ Estás tan
impaciente, señorita Steele, murmuro, feliz de saber. Ella baja la cremallera. Trata de un tirón bajar mis
pantalones, pero mi trasero está firmemente en la cama, ella es incapaz de
sacarlo. Se muerde el labio con
frustración disparando mi deseo sexual. Ella
frunce el ceño. Inclina sus
pechos y es una visión hermosa mientras mantiene el labio en cautiverio. ¡Me
tiene al borde!
_ No puedo mantenerme
quieto si te vas a morder el labio. A continuación arqueo la pelvis para que
ella pueda sacar el pantalón y de un solo tirón arrastra los calzoncillos
también, liberando mi erección. Le doy una patada a la ropa enviándola al
suelo. Parece a un niño en la mañana de Navidad con sus regalos favoritos ante
ella. Estoy más que satisfecho
con su reacción.
_ Ahora, ¿qué
vas a hacer? Respiro con deseo. Ella toca mi erección con suavidad y su toque
llega como electricidad que me hace sacudir y mi boca se ensancha en forma de
O. Mira mi erección con ganas y baja su cabeza dejando que su cabello caiga
como cascada y me chupa ¡duro! Cierro
los ojos con placer.
_ ¡Cristo Ana
con calma! ¡Estoy listo para venirme y yo no quiero, yo quiero follarla!
_ Para Ana para,
no quiero venirme. Ella se ve decepcionada de alguna manera.
_ Bebé, tu
inocencia y tu entusiasmo me desarman, jadeo. Tú, arriba... eso es lo que tenemos
que hacer, le digo. Le doy uno de los
preservativos. Toma, pon esto.
Ella rompe el
paquete y lo sostiene en su mano.
_ Aprieta la
parte superior y luego ruédalo. No quieres nada de aire al final de esa mierda.
Le digo jadeando. Ella se concentra como una estudiante
que está trabajando en un nuevo proyecto por primera vez y con mucho cuidado, y
poco a poco lo rueda hasta abajo, me está matando en el proceso. Yo voy a explotar con sólo mirarla.
_ Cristo, Anastasia,
me estás matando aquí, me quejo. Mira
a mi longitud y también ella se despierta, lamiéndose los labios
involuntariamente.
_ Ahora, murmuro,
quiero estar enterrado dentro de ti. Ella se queda mirando hacia mí, intimidada, y
de pronto me siento, así que estamos cara a cara.
_ De esta manera
y rodeo con una mano sus preciosas caderas levantándola ligeramente y muy poco
a poco y con facilidad me entierro en ella. Está tan resbaladiza, tan suave,
tan apretada.
Ella gime a lo
largo de mi entrada y su boca se abre con sorpresa por la dulce sensación que
mi cuerpo le proporciona. Oh… por favor… susurra con placer.
_ Así es cariño
siénteme completo, gruño cerrando los
ojos. Me empujo hasta el fondo, hasta
la empuñadura y la mantengo en ese lugar durante un tiempo para saborear la
sensación de estar dentro de ella. ¡Quiero hacer mi reclamo, mi poder, mi mujer
encima de mí! ¡Ella es mía! Digo interiormente.
_ Es profundo
de esta manera, murmuro. Flexiono mis
caderas y las hago girar y ella gime de placer.
_ Una vez más,
susurra, me hace sonreír. Nuestro objetivo es complacer, bebé…
Ella gime de
placer aún más fuerte y echa la cabeza hacia atrás, su hermoso cabello cayendo
abajo. Poco a poco me hundo de
nuevo en la cama.
_ Ahora, te
mueves, Anastasia, arriba y abajo, como quieras. Toma mi mano, le digo con voz
entrecortada y ronca. Ella agarra
mis manos y estamos conectados en muchos puntos. Sube suavemente sobre mí y vuelve a
bajar en repetidas ocasiones. Me
arden los ojos con anticipación salvaje. Mi
respiración está entrecortada igual que la de ella. A medida que se mueve levanto
mi pelvis para sincronizar los movimientos y crear nuestro propio ritmo.
Arriba, abajo, arriba, abajo... una
y otra vez. Ella jadea duro, y
estoy a punto de explotar. Nuestros cuerpos bailando su propio tango. Tengo una
maravillosa mujer frente a mis ojos. Ella está despertando en mí sentimientos
que no conocía. Esto es una realización absoluta: ¡No podré vivir sin ella!
Ella es mía y en este momento me lo está diciendo, amándome. Nunca he sido
amado antes, sino por ella. Al verla llegar a su pico, la tomo por las caderas
y cerrando mis ojos me inclino con la mandíbula tensa llegando en silencio a un
orgasmo intenso, lleno de emociones desconocidas.
Se desploma
sobre mi pecho, abrumada. Cruzamos
la línea entre hacer el amor y follar. Estoy en una zona gris ahora. ¿Quiero
volver a lo de antes? ¿Podré volver?
I'm Yours - Jason Mraz
Amiga ayer escribi un comentario y no salio quien sabe que paso, te confieso que no soy muy ducha en esto de la internet, aprendo en el camino amo este cap. ese sentido de intimidad es increible sobre todo ver la transformaion de cristian, aun no entiendo como hay personas que no les gusta esta historia gracias patricia igualmente a emine un beso.
ReplyDeleteGRACIAS POR ESA VERSION cHRISTIAN ES INCREIBLE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ReplyDeleteADORO ESTA VERSION CHRISTIAN ES INCREIBLE!!!!!!!!!!!!!!!!!
ReplyDeleteNancy Fica Soto muy bueno como siempre Emine
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Leidy Diana Bedoya ufff... gracias Emine... mil emociones me haces vivir.... y Patricia gracias por tu trabajo...
21 h · Me gusta
Pao Flores Excelente chicas, gracias
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Maureen Marin Porras .me enamore gracias
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Sandy Santana Gracias por capitulo..hermoso como.los anteriores
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Jeannifer Pino Arce Simplemente maravilloso !
Gracias
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Teresa Dahlin Como siempre, me encanta!!!
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Cindy Zamudio Oh!! Mi Dios que hombre tan bello,,,,gracias a Emine,,como siempre es un placer leer lo que escribes..muack!!!!
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Maga Collado Espaillat No los he podido leer, pero los tengo pemdiente
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Noelia Palma Fuentes Genial
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Piedad Garcia Mendoza Te hace querer leer de nuevo los libros una y otra vez