Sunday, January 12, 2014

Libro I - Capítulo XXVII: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA

CAPITULO XXVII

SOÑANDO O SINTIENDO DOLOR POR MI CULPA

Traducido y editado por: Patricia Pinto


_ ¡Christian! ¡Quiero la fresa! Dice mientras está tratando de llegar a un objeto invisible. Es su movimiento lo que me despierta.

_ ¡No quiero la jaula! Murmura mientras la frente se le arruga en su sueño. Las luces de la ciudad que se filtran a través  de las ventanas, juegan una magia increíble en su rostro.  Me intriga.

_ ¡No me la quites Christian! Quiero que... ¡Nooo! Gime. Froto su pelo para tranquilizarla. Tengo curiosidad por saber lo que está soñando.

_ ¡Shhh! Murmuro en voz baja. Mi voz suaviza su frente y su rostro.

_ ¿Qué? ¡No te vayas! ¡No puedo! Ella se estremece en su sueño.

_ ¡Te quiero! ¡No me dejes! Tengo miedo...

I Melt with You by Nouvelle Vague

 _ Nena…  estoy aquí. Shhh. Froto de nuevo su pelo, tratando de relajarla. Su brazo me busca en la oscuridad y se envuelve alrededor de mi cuello. Ella suspira. Es el sonido más dulce.

_ ¡Me muero! Vuelve a arrugar su cara. Me muero... Christian, murmura apenas audible.

¿Qué? ¿Por qué?

_ No me dejes..., susurra en su sueño. Sólo quiero más... murmura tristemente.

Tiene temor de que la deje. Lo que ella no sabe es que ese es mi miedo también. Si ella supiera que yo físicamente no puedo alejarme de ella, que tiene una línea directa con mi alma.

_ Nunca voy a... ella continúa. No, yo no te dejaré, murmura. Cierro los ojos y me deleito con ese conocimiento, me tranquilizo con la declaración de su sueño. En los sueños no se miente. Me encantaría escucharla decir lo mismo cuando esté despierta.

_ ¡Quiero eso! Y se aferra más  a mi cuello.

_ Shhh... Relájate nena, le susurro al oído. Froto su pelo, lentamente y con cuidado. Ella se alivia, se relaja y suspira. Sus brazos lentamente se ponen flácidos e inmóviles. Me salgo con facilidad fuera de la cama. La pudiera ver por siempre así. En su sueño. La voy a dejar dormir tanto como sea posible. Así que aprovecho su sueño para cambiarme.

Ya casi amanece y para lo que tengo en mente, tengo que despertar a Ana.

_ Anastasia, trato de despertarla.

_ No, ella gime.

_ Vamos bebé, digo en un tono normal.

_ No,  déjame tocarte, ella gime.

_ Despierta, la convenzo más.

_ No, murmura mientras parpadea sus ojos por un breve segundo. Masajeo su oreja mientras le susurro.

_ Arriba nena le digo con una sonrisa  sabiendo que ella está aquí conmigo en mis brazos.

_ Oh... no, ella gime haciendo muecas.

_ Es hora de levantarse nena. Voy a encender la lámpara de la mesa de noche, le digo en voz baja.

_ No, ella gime de nuevo.

_ Quiero perseguir el amanecer contigo,   le digo besando su rostro, los párpados, la punta de su nariz, su boca y ella finalmente responde. 
_ Buenos días cariño, murmuro, y ella gime haciéndome sonreír.

_ Tú no eres una persona madrugadora, me quejo. Ella entrecierra los ojos y me mira inclinado sobre ella, sonriendo. Me divierte.

_ Pensé que querías sexo, refunfuña. ¿Qué? ¿Es por eso que está gruñendo? ¿Ha sido tan malo que ella siente que tiene que quejarse del sexo?

_ Anastasia siempre quiero sexo contigo. Es reconfortante saber que  sientes lo mismo, le digo secamente, con sarcasmo.

Ella me mira, pero estoy demasiado contento para ser disuadido por su reacción.

_ Por supuesto que sí, pero no cuando es tan tarde, murmura.

_ No es tarde, es temprano. ¡Vamos! Vamos a salir. Voy a tomar un vale por el sexo.

_ Tenía un sueño muy agradable, se queja de que la desperté.

_ ¿Con qué soñabas? Le pregunto interesado.

_ Contigo, se sonroja. Oh, esa reacción agarra mi interés.

_ ¿Qué estaba haciendo esta vez?

_ Tratando de darme de comer fresas, dice ella. Sonrío. Creo que recuerdo que dijo eso.

_ El Dr. Flynn podría tener un día de campo con eso. Arriba, y a vestirse. No podemos ducharnos lo haremos más adelante, le digo con firmeza.

Se sienta y las sábanas caen hasta la cintura dejando al descubierto su cuerpo desnudo. Mis ojos se oscurecen con el deseo. Así que decido hacer lo que tengo en mente y no perder la oportunidad de ver el amanecer.  Por lo tanto, voy a tener que controlar  mi deseo.
_ ¿Qué hora es? Pregunta.

_ Cinco y media de la mañana, le respondo.

_ Ohh, ella gime, parece que fueran como las tres de la madrugada.

_ No tenemos mucho tiempo. Traté de dejarte dormir el mayor tiempo posible. Vamos.

_ ¿Puedo tomar una ducha?

_ Si tomas una ducha, voy a querer tomarla contigo y tú y yo sabemos lo que sucederá a continuación... Nuestro día se acaba. Ven. Podemos hacer esto más adelante.

Estoy totalmente entusiasmado con lo que he planeado para nosotros, lo quiero compartir con ella. Este va a ser nuestro “más” ella me sonríe a cambio.

_ ¿Qué vamos a hacer?

_ Es una sorpresa. Te lo dije, dije sonriéndole.

Come Fly with Me by Frank Sinatra
  
_ Está bien, sale de la cama en busca de su ropa. Ella las localiza en la silla junto a la cama. También he puesto un par de calzoncillos boxer y camiseta para ella. Ella se los pone y yo sonrío en respuesta. Es el segundo que tendrá en su poder. De alguna manera sabiendo que tiene puesto algo que está tan íntimamente ligado me hace sentir aún más unido a ella.

Te daré algo de espacio ahora que estás levantada y dejo la habitación para ir a la sala de estar. Ana aparece mientras estoy desayunando.

_ Come, le digo. Ella no come lo suficiente. Ella abre la boca y me ve. Anastasia, le digo con severidad, parece que va a negociar.

_ Voy a tomar un poco de té. ¿Me puedo comer un croissant más tarde?

_ La miro con desconfianza y ella me da una dulce sonrisa en respuesta.
_ No arruines mi buen estado de humor Anastasia, le advertí.

_ Voy a comer más tarde, cuando despierte mi estómago. Sobre las 7:30am ¿de acuerdo?

Ella me mira con dulzura y expectante... Un brillo travieso viene a sus ojos mientras mi mirada de respuesta está en ella.

_ Quiero ponerte mis ojos en blanco, dice ella.

_ Claro que sí, hazlo y lo disfrutaré, le digo con severidad. Ella mira hacia el techo como si estuviera considerando mi amenaza.

_ Bueno, unas nalgadas me despertarán, supongo, dice frunciendo los labios, sopesando sus opciones. ¡Mi boca casi golpea el suelo con su revelación!

_ Por otro lado no quiero que estés caliente e incómodo, el clima es suficientemente caliente, dice encogiéndose de hombros con indiferencia. Por fin tengo el suficiente sentido común para cerrar la boca y trato de mirarla disgustado, pero es evidente que con la presencia de Anastasia, es imposible. Ella es juguetona y su buen humor siempre sale a flote.

_ Usted es como siempre, un desafío señorita Steele. Beba su té, le ordeno.

Ella mira el té, y se da cuenta de la etiqueta de Twinings, y una enorme sonrisa cubre su hermoso rostro. Se sienta frente a mí y me mira por un tiempo mientras se bebe un sorbo de té.

Cuando he terminado con el desayuno y ella, con su té, salimos de la habitación. Le lanzo una sudadera.

_ Necesitarás esto, le digo y ella me mira desconcertada.

_ Confía en mí, le digo sonriendo, y me inclino y la beso rápidamente en los labios, a continuación, agarro su mano y salimos.
Está relativamente frío afuera, y las luces de la madrugada ya están llegando desde el horizonte. Cuando llegamos en frente del hotel, el encargado de aparcar los coches me entrega un juego de llaves de un auto deportivo llamativo con una capota de lona. Anastasia se vuelve hacia mí y levanta una ceja en cuestionamiento a lo que le respondo con una sonrisa.

_ Sabes Anastasia, a veces es genial ser yo, le digo con complicidad sin dejar de sonreír ¿Cómo no iba a hacerlo? Estoy aquí con la mujer que quiero y estamos haciendo "más" juntos. Ella es mi esperanza, la que me permite saber que hay más en la vida, me ayuda a experimentar la vida al máximo más allá de lo que  esperaba. Estoy en un muy buen estado de ánimo. Abro la puerta del coche, y con una reverencia exagerada, la dejé subir, luego, voy al lado del conductor, y me siento.

_ ¿A dónde vamos? Pregunta.

_ Ya verás, le digo sin revelar nada. Puse el coche en marcha, y nos dirigimos hacia fuera en Savannah Parkway. Programo el GPS, y enciendo el iPod sincronizado con el estéreo del coche, y la pieza orquestal clásica llena el coche. 

_ ¿Qué es esto? Me pregunta con curiosidad.

_ Es La Traviata. Una ópera de Verdi, le respondo.

La Traviata by Pavarotti

_ ¿La Traviata? He oído hablar de eso. No puedo pensar en dónde. ¿Qué quiere decir? Ella pide. Echo un vistazo a su rapidez y sonrisa.

_ Bueno, literalmente, la mujer iba por mal camino. Se basa en el libro de Alejandro Dumas, La dama de las camelias, le explico.

_ Ah. Lo he leído, dice ella.

_ Me lo imagino.

_ La cortesana condenada, dice mientras se retuerce en su asiento de cuero. Hmm, es una historia deprimente, murmura.

_ ¿Muy deprimente? ¿Quieres elegir un poco de música?  Le digo con una sonrisa de complicidad secreta.

Toco en la pantalla la consola y aparece la lista de reproducción.

_ Tú eliges, le digo intentando ocultar una sonrisa de complicidad.

Sus dedos pasan por la pantalla y se desplaza en la lista de reproducción y escoge a Britney que aparece con su ritmo techno. Le bajo el volumen. No grabé esa canción en mi iPod. Fue Leila quien puso esa canción en la lista. Britney canta con voz sensual.

_ Toxic, ¿eh? Pido sonriendo.

Toxic by Britney Spears

 _ No sé lo que quieres decir, ella finge inocencia.

_ Yo no puse esa canción en mi iPod, le digo a Anastasia casualmente pero es la verdad, a continuación, pongo el pie en el acelerador y escondo una pequeña sonrisa mientras ella está echada hacia atrás en su asiento a medida que viajamos a lo largo de la autopista. La veo en mi visión periférica. Ella aprieta sus manos en su regazo y hace un movimiento con su mandíbula,  apretando los dientes, y su estado de ánimo se cae mientras que ella mira hacia fuera. ¡Oh, no! se preguntará quién puso la canción en mi iPod. Los celos y la curiosidad se asoman en ella cuando Britney canta, ella se ve aún más triste.

_ Fue Leila, le respondo a su pregunta no formulada. Se vuelve hacia mí y pregunta ¿Leila?

_ Una ex, fue quien puso la canción en mi iPod, le respondo. Ella se sienta con una profunda reflexión y luego me pregunta ¿una de los quince?

_ Sí, le respondí.

_ ¿Qué pasó con ella?

_ Terminamos,  le contesto.

_ ¿Por qué?

Suspiro. Quiero ser abierto con Anastasia, yo quiero que ella sepa que  es especial por encima de cualquier otra mujer que haya tenido.

_ Ella quería más, le digo en voz baja. La sentencia cuelga entre nosotros. Anastasia es la única que he contemplado con la idea de "más".

_ ¿Y no lo hiciste? Niego con la cabeza.

_ Nunca quise más, hasta que te conocí. Yo quiero que ella sepa que yo quiero más también con ella. Me encuentro a mí mismo deseando más, necesitando más, con ganas de más... pero sólo con ella. 

 _ ¿Qué pasó con las otras catorce?

_ ¿Quieres una la lista? Divorciada, decapitada, muerta, le digo en un tono casi burlón.

_ Tú no es Henry VIII, dice haciendo pucheros.

_ Está bien. En ningún orden en particular, sólo he tenido relaciones a largo plazo con cuatro mujeres, además de Elena, declaro.

_ ¿Elena?

_ La Sra. Robinson para ti. Recuerdo la reacción de Elena a su apodo. Su rostro se oscureció, los celos, ira... No sé qué más.

_ ¿Qué pasó con las cuatro? Ella pregunta sacudiendo la cabeza.

_ Siempre tan curiosa, tan ansiosa de información, señorita Steele, la regaño juguetonamente, pero estoy en el modo de divulgación completa en estos momentos.

_ Oh Señor ¿Cuándo fue tu período menstrual? Me regaña de vuelta.

_ Anastasia, un hombre tiene que saber esas cosas, le digo. 
_ ¿En serio?

_ Yo sí.

_ ¿Por qué?

_ Porque no quiero dejarte embarazada, le digo exasperado.

_ Ni yo tampoco. Bueno no por unos cuantos años, dice ella tomándome por sorpresa ¿quiere hijos? Es demasiado temprano para visitar este tema aterrador.

_ ¿Y las otras cuatro que ocurrió?  Ella presiona, esto lo puedo responder.

_ Una conoció a alguien, las otras tres querían más y yo no estaba en el mercado para ese momento, declaro.

_ ¿Y las otras? Ella presiona aún más. ¡Dios! ¡Ella debería trabajar para mí! 

_ Simplemente no funcionó, le digo. Nada funcionó con el deseo de mi corazón hasta que conocí a Anastasia. Ella mira por el coche de nuevo. ¿Qué estará pensando?

_ ¿Hacia dónde vamos? Pregunta perpleja.

_ A un campo de aviación, le respondo.

_ ¿No vamos a volver a Seattle? Ella jadea alarmada. Me río de su reacción. Por supuesto que no. Quiero perseguir al amanecer con ella.

_ No Anastasia, vamos a disfrutar de mi segundo pasatiempo favorito, le respondo.

_ ¿El segundo? Pregunta con el ceño fruncido.

_ Sip. Te dije mi favorito esta mañana, le digo y ella me mira, examinando mi expresión.

_ Disfrutar  de usted señorita Steele. Eso ha llegado a ser el número uno de mi lista, le digo con todo el fervor que siento por ella.

_ Bueno, eso también está en lo alto de mi lista de prioridades pervertidas, murmura, sonrojándose.

_ Me alegra escucharlo, murmuro.

_ Así que ¿campo de aterrizaje? Sonrío hacia ella. Ya casi llegamos así que está bien que le  cuente el secreto.

_ Vuelo, le digo. 

_ Vamos a perseguir el amanecer. Estoy muy entusiasmado porque voy a compartir mi segundo pasatiempo favorito con ella, además es nuestro "más". Llegamos a la Asociación Brunswick de vuelo sin motor.

Cuando apago el motor, me vuelvo y le pregunto: ¿Estas lista para esto? Con una voz de esperanza.

_ ¿Vamos a volar?

_ Sí, le contesto.

_ ¡Sí, por favor! Dice con entusiasmo y sin vacilaciones. Sonrío a su respuesta y me inclino hacia delante para besarla.

_ Otra primera vez señorita Steele, digo al salir del coche. Ella es la primera mujer con la que estoy compartiendo mi hobby. Doy una vuelta al coche, y le abro la puerta. Ella sale y toma mi mano tendida.  Taylor está de pie al lado de un hombre con la cabeza rapada y ojos salvajes. Anastasia mira a Taylor y él le devuelve una sonrisa de amabilidad. ¡Bueno, no quiero que nadie, por no hablar de mis empleados estén comiéndose con los ojos a mi mujer!

_ Sr. Grey, soy el piloto Mark Benson. Nos damos la mano y hablamos de la velocidad del viento, su dirección y otras condiciones relacionadas con el clima.
_ Hola Taylor, oigo a Anastasia murmurando tímidamente.

_ Señorita Steele, responde asintiendo. Ana, le oigo corregirse a sí mismo. Luego se inclina y susurra algo que no puedo oír. Estrecho mis ojos, pero no digo nada.

_ Anastasia,  vamos, le digo y sostengo mi mano.

_ Nos vemos más tarde Taylor, dice sonriendo y él le da un rápido saludo, y se dirige de nuevo al estacionamiento.

_ Sr. Benson, esta es mi novia, Anastasia Steele.

_ Mucho gusto en conocerlo, murmura y se dan la mano. 

_ Igualmente, dice él.

Marcos Benson nos dirige hacia la pista.

_ ¿En cual vamos a volar Mark?

_ Un Blanik señor, responde.

_ L13 o L23, le pregunto.

_ Usted sabe de aviones, dice con una sonrisa.

_ L23 señor, responde.

_ ¿Alguna razón en particular por preferir el L23?

_ Usted sabe que el L23 tiene excelentes características acrobáticas señor. Quiero decir que están diseñados para un entrenamiento del planeador primario y acrobático dual. Y, por supuesto, son geniales para elevarse, dice.

_ He usado el L23 antes, declaro como una cuestión de naturalidad, sintiéndome en mi elemento. Yo también los prefiero. Por un lado, es todo de metal, dos sellos autoportante y planeador de alto alado. Lo he utilizado para mi entrenamiento de vuelo, acrobacias y vuelo de instrumento. ¿Con qué nos vas a remolcar? le pregunto.

_ Voy a usar un Piper Pawnee, él dice. Yo asiento con la cabeza alegremente. Me encantan los aviones y me encanta volar. El hecho de que voy a volar con mi mujer es como tener un orgasmo doble y no hay sexo involucrado.

El avión es largo, liso y blanco con rayas de color naranja. El cable largo y blanco se une a la sola hélice del Piper.

_ Primero necesitaremos asegurar las correas del paracaídas, le dice Mark a Ana.

_ Lo haré yo, le interrumpo. El día que alguien le coloque correas o un arnés a mi mujer, lo llevaré al infierno. Benson me sonríe amablemente.

_ Voy a buscar el lastre, dice Benson, y se dirige hacia el avión.

_ Te gusta amarrarme con distintas cosas, observa secamente.

_ Señorita Steele, no tienes ni idea. Entra aquí para ponerte los tirantes. Ella pone su brazo sobre mi hombro. El toque me pone rígido, pero no me muevo. Quiero acostumbrarme a sus toques. Una vez que sus pies entran saco el paracaídas y ella coloca sus brazos por las correas en los hombros. Rápida y eficiente le sujeto el arnés, y aprieto todas las correas.

_ Ahí, eso es suficiente, le digo suavemente. Así se ve condenadamente caliente. Si no fuéramos a volar,  la llevaría al primer lugar privado más cercano.

_ ¿Tienes tu lazo del pelo de ayer? Le pregunte. Ella asiente con la cabeza.

_ ¿Quieres que me lo sujete?

_ Sí, le respondí. Rápidamente lo hace.

_ Adentro, le ordeno y ella va hacia  la cabina del copiloto. 

_ No, el piloto se sienta en la parte posterior, le digo.

_ ¿Pero serás capaz de ver?

_ Voy a ver un montón, le digo con una sonrisa aún más amplia.

Estoy muy feliz de enseñarle mi hobby, algo que disfruto enormemente. El hecho de que ella está deseosa por hacerlo, me pone eufórico. Sube y se acomoda en el asiento delantero. Me inclino y tiré del arnés sobre los hombros y llego entre sus piernas para cerrar la hebilla contra su vientre. Al pasar las manos por su vientre no puedo dejar de pensar que esto está más allá de caliente.

_ Hmm... dos veces en una mañana. Soy un hombre con suerte, le susurro y la beso rápidamente. Esto no tomará mucho tiempo... veinte, treinta minutos como máximo. Las temperaturas no son tan grandes en este momento de la mañana, pero la vista es impresionante ahora. Espero que no estés nerviosa, le digo.

_ Estoy emocionada, me contesta completamente feliz, sonriendo de oreja a oreja.

_ Bueno, dije sonriendo también. De repente siento el impulso de acariciarle la mejilla y lo hago suavemente, luego me muevo a mi asiento. Me subo al avión detrás de ella.

Marcos Benson vuelve con su alegre sonrisa, él revisa las correas de Anastasia y luego comprueba el piso de la cabina.

_ Sí, eso es seguro. Primera vez, le pregunta.

_ Sí, responde Anastasia.

_ Te va a encantar, dice.

_ Gracias, señor Benson, ella dice educadamente.
_ Llámame Mark, contesta. Luego se vuelve hacia mí y pregunta si estoy bien.

_ Sí. Vamos, le digo.

Estoy más que feliz de estar volando con mi mujer, tener que mostrarle algunas de mis habilidades sobre el vuelo es bastante emocionante. 

Cuando comienza el inicio de una sola hélice del Piper, poco a poco va por  la pista y el cable de tensión nos arrastra. De pronto nos da una sacudida hacia delante y estamos fuera de la tierra. Marcos habla con la torre y el Piper se acelera y nosotros detrás de él. La salida suele ser un poco accidentada debido a que estos aviones son  pequeños y como el Piper adquiere suficiente velocidad la cuerda se tensa de golpe.

_ ¡Aquí vamos nena! Grito detrás de Anastasia. Podemos escuchar el sonido del viento y el murmullo lejano del motor del Piper. Debajo de nosotros podemos ver la autopista, la salida del sol, los bosques y las casas en la ciudad que se expande. Un amanecer extraordinario viene por encima del horizonte haciendo que todo sea aún más hermoso. Esta es la “hora de oro” del día y el hecho de que la esté compartiendo con mi mujer, mi Anastasia lo hace  más espectacular.

Cuando llegamos a 3000 pies de altura, Mark me avisa y yo le digo, “suelta” en la radio. Una vez que se suelta el cable, el Piper desaparece de nuestra vista y ya vamos sobre Georgia por nuestra cuenta.

Vuelo el avión y me inclino cuando nos movemos en espiral hacia el sol. Giramos hacia la luz de la mañana. Esto es mágico.

_ ¡Agárrate fuerte! Grito y me inclino de nuevo, pero esta vez no me detengo y estamos al revés mirando al suelo a través de la parte superior de la cubierta de la cabina. Anastasia chilla con gritos de alegría, veo los brazos subiendo y arremetiendo hacia delante, con las manos extendidas sobre el plexiglás para detener caerse. Su reacción me hace reír y los dos estamos disfrutando del momento, y riendo muy duro. Enderezo el avión y vamos derecho de nuevo.

_ ¡Me alegro de no haber desayunado! Me grita y yo estoy de acuerdo.

_ Sí, en retrospectiva, es bueno que no lo hiciste, porque voy a hacer eso otra vez, le digo y volteo el avión una vez más hasta que estamos al revés y ella se ríe muy duro.

_ Hermoso, ¿no es así? Le digo a Anastasia.

_ Sí, ella grita.

Estamos solo ella y yo, en un espacio confinado, dentro de la burbuja de un avión, los cielos de Georgia sin fin y la majestuosa luz del amanecer. Si el cielo existe, estoy en él ahora. ¿Qué más puedo pedir?

_ ¿Ves la palanca frente a ti?  Le grito a ella.

_ ¡Sí!

_ ¡Agárrala! Quiero que ella tome el control, incluso para un poco.

_ ¿Qué? ¡No! Ella dice asustada.

_ ¡Vamos Anastasia, agárrala! Le pido con insistencia.

Ella finalmente lo agarra.

_ Agárrate fuerte y mantenlo estable. ¿Ves la línea media en frente? Mantén la aguja en el punto muerto del centro.  Ella hace lo que se le dice. Ella está pilotando el planeador.

_ ¡Buena chica! La animo.

_ Estoy sorprendida de que me dejes tomar el control, grita.

_ Estarías sorprendida de lo que te dejaría hacer señorita Steele. Déjame a mí ahora, le digo y tomo de nuevo el mando. ¿Qué haría si supiera de la profundidad de mis sentimientos por ella? ¿La asustaría? No tengo experiencia en eso y la profundidad de mis sentimientos me asusta en lo más profundo. El hecho de haber evitado emociones extremas durante toda mi vida y la incertidumbre de no saber si ella siente lo mismo que yo, me desconcierta y al mismo tiempo me agrada.

Después de tomar el control del avión giro en círculo por varios metros listo para aterrizar e iniciar el descenso en  espiral hacia abajo. Llamo por radio a la  torre y me dan la oportunidad para aterrizar. Navegamos alrededor de otro amplio círculo y nos acercamos lentamente al suelo.  Tanto el aeropuerto como las pistas de aterrizaje son visibles y vemos también la I-95.

_ Agárrate nena esto puedo implicar algunos saltos.

Tocamos el suelo en un breve golpe y vamos en carrera a través de la hierba hasta que el avión se detiene por completo. Una vez que nos hemos detenido abro la tapa y salgo. Luego voy hacia ella entusiasmado y me inclino para soltarla. 

_ ¿Cómo estuvo?  Le pregunto más que feliz.

_ Eso fue extraordinario. Gracias ella susurra, muy feliz.

_ ¿Fue más? Pregunto con esperanza.

_ Mucho más, me dice soltando la respiración y riendo.

_ Vamos, le extiendo mi mano y ella trepa fuera de la cabina.

Tan pronto como sus pies tocan el suelo, la agarro y abrazo a ras de mi cuerpo. De pronto, mis manos están en su pelo, tirando de ella llevando su cabeza hacia atrás y mi otra mano baja con suavidad hacia la base de su columna. La beso largo con toda mi pasión, mi lengua invadiendo su boca. Mi respiración se incrementa, se acelera, y mi erección ya está haciendo una tienda de campaña e intenta salir de mis pantalones. Estoy listo para tomarla entre la aeronave y la pista de aterrizaje 3. Su respuesta me deja saber que a ella no le importa si me la llevo en el césped o la apoyo en el avión. Sus manos se retuercen en mi pelo y estamos anclados entre sí. Ella me quiere ahora, y eso hace que sea más difícil que me detenga. Finalmente tomo el control lo suficiente como para romper la mirada hacia ella.  Ella está sin aliento como yo.

_ Desayuno, apenas puedo susurrar, aunque sé que estaría muy bien para mí tener el desayuno, el almuerzo y la cena juntos. Ella corta su respiración como si dijera, ¡Sexo, aquí, sobre la hierba! ¿Por qué pierdo mi razón con ella y ella conmigo? Pero sé que el "por qué" ni siquiera importa.  Me doy vuelta tomándola de la mano mientras nos dirigimos de nuevo hacia el coche.

_ ¿Qué pasa con el planeador? Ella pregunta.

_ Alguien se hará cargo de eso, le digo. Tendrán que remolcarlo. Comeremos ahora. Ven le sonrío. Estoy más que feliz. ¿Quién se imaginaría que "más" sería mucho, mucho más con ella? Caminamos así; tomados de la mano los dos sonriendo como el gato de Cheshire, como una mañana de Navidad después de recibir su regalo preferido. ¡Es un día perfecto!

It’s a Beautiful Day - U2

 De regreso al automóvil mientras volvemos por la I-95 hacia Savannah su celular suena y ella lo apaga automáticamente. 

_ ¿Qué es eso? Le pregunto con curiosidad. ¿Hay alguien que la llama que  no quiere que sepa? Ella hurga en su bolso.

_ La alarma para mi píldora, murmura mientras se ruboriza. Me hace feliz que  se preocupe. Está siguiendo las instrucciones para tomar la píldora.

_ Bueno, bien hecho. Odio los condones, le digo, y ella se pone aún más roja. 

_ Me gusta que me hayas presentado a Mark como tu novia, dice de pronto.

_ ¿No es eso lo que eres? Digo levantando una ceja. Ella nunca va a ser una sumisa, además quiero más con ella. Así que es mi novia.

_ ¿Lo soy?  Pensé que querías una sumisa, ella replica de nuevo.
_ Yo también Anastasia y todavía la quiero, pero te lo he dicho, quiero más también.

_ Estoy muy feliz de que quieras más, susurra.

_ Nuestro objetivo es complacer señorita Steele, digo sonriendo mientras me estaciono  en el restaurante IHOP.

_ ¿IHOP? Ella sonríe hacia mí como si yo no pudiera comer aquí.

Es temprano, alrededor de las 8:30 de la mañana y el restaurante está tranquilo.

_ Nunca te habría imaginado aquí, dice mientras se desliza en su asiento.

_ Mi padre solía traernos  a uno de estos cada vez que mi madre se iba a una conferencia médica. Era nuestro secreto, sonrío con cariño recordándome. Cojo un menú y lo deslizo hacia ella. Ella me mira con satisfacción carnal y sé lo que quiere, todo menos comida, igual que yo.

_ Yo sé lo que quiero,  respiro con voz baja.

Ella levanta sus ojos y nos quedamos mirándonos fijamente, los dos como siempre con la electricidad a nuestro alrededor, con esta atracción muy fuerte.   

_ Yo quiero lo que tu quieras, susurra. Inhalo bruscamente.

_ ¿Aquí? Pregunto sugestivamente levantando una ceja y sonriendo maliciosamente mientras mis dientes atrapan la punta de mi lengua, celebrando las palabras no dichas.  Pero nuestras miradas dicen todo sin hablar. Pone su labio inferior entre sus labios y mi expresión de yo-quiero-follarte-ahora-mismo está creciendo.

_ No te muerdas el labio, le ordeno. Aquí no, ahora no. Mis ojos se endurecen. Ahora soy como un vaso lleno hasta el borde, una gota más y me desbordo y no seré responsable de mis acciones. Yo no quiero pasar el resto de la mañana en la cárcel por una acción obscena en IHOP. Si no puedo tenerte aquí, no me tientes, susurro con firmeza.

_ Hola, mi nombre es Leandra. ¿Qué puedo traerles… hoy… esta mañana…? dice mientras su voz se apaga y se tropieza con sus palabras por alguna extraña razón. Veo a Anastasia ver a la camarera desconcertada, su mirada se vuelve celosa. La mujer debe estar comiéndome con los ojos mí, pero no me importa. Me concentro en Ana que tiene el aspecto de una leona a cuyo compañero lo está mirando otra.  

_ ¿Anastasia? Le pregunto incapaz de mantener ese deseo y pasión en mi voz. Ella traga y responde.

_ Te lo dije, quiero lo que tú quieras, dice en voz baja, suave, lo que aumenta mi deseo por ella diez veces. 

_ ¿Quieren que les dé un minuto más para decidir? Pregunta la camarera.

_ No, sabemos lo que queremos, digo sin poder resistir dar una contracción en mis labios, respondiendo con dualidad a lo que quiero decir. Una respuesta para mi mujer y otra para la camarera. 

_ Queremos dos porciones de los panqueques originales de suero de leche con jarabe de Maple y tocino en un lado, dos vasos de jugo de naranja, un café negro con leche descremada y un té inglés, si lo tienen, digo sin quitar la vista de Anastasia.

_ Gracias, señor. ¿Eso es todo? Pregunta la camarera. Los dos nos giramos y la miramos y ella se ruboriza y se va.

_ Sabes que esto no es justo, me dice Ana paseando su dedo sobre la mesa de fórmica.

_ ¿Qué no es justo? Pregunto curioso.

_ Cómo desarmas a las personas. A las mujeres. A mí.   Dice en voz baja.

_ ¿Te desarmo?   Ella resopla.
_ Todo el tiempo, ella responde con sencillez.

_ Es solo apariencia Anastasia, le digo suavemente.

_ No, Christian es mucho más que eso. Mi ceja se alza sin poder dar crédito a lo que dice. Es solo una cara bonita nena, no conoces lo más oscuro de mí.

_ Usted me desarma totalmente señorita Steele. Su inocencia, supera cualquier barrera, le digo.

_ ¿Es por eso que has cambiado de opinión?

_ ¿Cambiado de opinión? Replico confundido.

_ Sí sobre... uhm... ¿nosotros? Acaricio mi barbilla para evaluar cuidadosamente su pregunta ¿Qué ha cambiado acerca de nosotros?

_ No creo que haya cambiado de parecer en sí. Sólo tenemos que redefinir nuestros parámetros, volver a dibujar nuestros límites, si lo deseas. Podemos hacer esto, estoy seguro. Te quiero sumisa en mi cuarto de juegos. Te castigaré si incumples las reglas. Aparte de eso... bueno, creo que todo depende de discutirlo. Esas son mis peticiones, señorita Steele. ¿Qué dices a eso? Le pregunto, señalando mi nueva proposición.

_ ¿Entonces puedo dormir contigo? ¿En tu cama? Ella pregunta esperanzada.

_ ¿Es eso lo que quieres? Pregunto.

_ Sí, ella dice con firmeza.

_ Estoy de acuerdo entonces. Además, duermo muy bien cuando estás en mi cama. No tenía ni idea, le digo cuando mi frente se arruga, sabiendo el hecho de que no he tenido pesadillas cuando duermo con ella. Ella es como mi talismán que hace mantener al proxeneta y a la puta a distancia.

_ Temía que me dejaras si no estaba de acuerdo con todo esto, confiesa en un susurro.
_ Yo no voy a ninguna parte Anastasia. Además... mis pensamientos se desvanecen. ¿Cómo podría dejarla? Yo soy el que tiene miedo de que me deje. No creería lo comprometido que estoy con ella. Estamos siguiendo tu consejo, tu definición de            compromiso. Me lo enviaste en un correo. Y hasta ahora, está funcionando para mí.

_ Amo que quieras algo más, murmura con timidez.

_ Lo sé, le digo. Ella dijo  lo suficiente en su sueño.

_ ¿Cómo lo sabes?

_ Créeme, lo sé, le digo sonriendo. Ella entrecierra sus ojos tratando de descifrar mi expresión. La camarera llega en ese momento con nuestro desayuno. Y para variar, Anastasia se come todo en su plato. La miro con aprobación y  estoy feliz de que está comiendo.

_ ¿Puedo invitarte? Ella pregunta, después del desayuno.

_ ¿Invitarme cómo? Le pregunto.

_ Pagar por esta comida, dice ella. ¡Oh, no! 

_ No lo creo, me quejo.

_ Por favor, quiero hacerlo, dice ella haciéndome fruncir el ceño.

_ ¿Estás tratando de castrarme por completo? Le digo.

_ Este es probablemente el único lugar en el que voy a ser capaz de permitirme el lujo de pagar, suplica.

_ Anastasia, aprecio la intensión. En serio. Pero no, le digo. Ella frunce los labios a mi respuesta.

_ No frunzas el ceño le amenacé con los ojos brillando siniestramente.

Yo pago la comida y nos vamos hacia el coche con ella medio enfadada.
_ No seas así, le susurro en voz baja. No estoy acostumbrado a eso. Déjame cuidarte. Estoy feliz de hacer las cosas simples por ti, ¿de acuerdo? Me sonríe y conduzco de vuelta a casa de su madre.

_ ¿Quieres entrar? pregunta con timidez.

_ Tengo que trabajar Anastasia, pero voy a estar de vuelta esta noche. ¿A qué hora? Le pregunto y ella se ve decepcionada. Su cara me dice que me quiere y que esta corta separación la incomoda, a pesar de que nos vamos a ver esta noche.

_ Gracias... por el más. Ella dice.

_ El placer es mío, Anastasia, respondo besándola.

_ Nos vemos más tarde, dice esperanzada.

_ Trata de detenerme, le susurro.

Me marcho de vuelta al hotel y llamo a Taylor.

_ Sí, señor, responde el teléfono después del primer timbre.

_ ¿Dónde estás?

_ Estoy en el hotel señor. He terminado de pagar al señor Benson y tiene reservado un salón para las reuniones, los representantes de las empresas ya están aquí.

_ Bien. Estaré allí en quince minutos. Nos vemos en el vestíbulo, le digo.

_ Sí, señor, responde y cuelga.

Después de que cuelgo, Voi Che Sapete del 'Marriage of Figaro' empieza a sonar, es una canción apropiada a la luz de lo que siento por Anastasia.

Voi Che Sapete-Opera by Mozart sung by Maria Ewing
   
Voy hacia el hotel con pensamientos por Ana, con ganas de pasar más tiempo con ella en casa de su madre esta noche, como un chico que llama a su chica.
Cuando llego al hotel, le entrego las llaves al asistente y hago mi camino hacia el vestíbulo. Taylor me espera como de costumbre. Él me informa cuando vamos hacia la sala de reuniones, cuando zumba mi Blackberry. Levanto mi mano hacia Taylor y le indico, “un minuto”. Es un mensaje de texto de Anastasia haciéndome sonreír como un idiota. 
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De: Anastasia Steele 
Asunto: Volando en lugar de adolorida. 
Fecha: 02 de junio 2011 10:21 EST 
Para: Christian Grey
A veces realmente sabes cómo hacer que una chica la pase bien.
Gracias,
Ana x
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Escribo mi respuesta a toda prisa y estoy de muy buen humor con ella lo que ocurre a menudo cuando se trata de Anastasia.
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De: Christian Grey 
Asunto: Volar en lugar de adolorida 
Fecha: 02 de junio 2011 10:25 EST
Para: Anastasia Steele

Tomaré cualquiera de esas por los ronquidos. También la pasé bien. Pero siempre lo hago cuando estoy contigo.

Christian Grey 
CEO Grey Enterprises Holdings Inc.
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Contesta de inmediato.
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De: Anastasia Steele 
Asunto: RONQUIDO 
Fecha: 02 de junio 2011 10:27 EST 
Para: Christian Grey

YO NO RONCO. E incluso si lo hago, es muy descortés de su parte señalarlo.
¡No eres un caballero señor Grey! Y tú también estás en el profundo sur.
Ana
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¿Quién dice que no me regaña o me reprende? Por supuesto que sí. A menudo. Al escribir... Pero, de nuevo, esa es una de las cosas que me gusta de ella.
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De: Christian Grey 
Asunto: Somnílocua  
Fecha: 02 de junio 2011 10:29 EST 
Para: Anastasia Steele

Nunca he dicho ser un caballero, Anastasia y creo que te he demostrado ese punto en numerosas             ocasiones. No estoy intimidado por tus MAYÚSCULAS. Pero confesaré una pequeña mentira blanca: No, no roncas, pero sí hablas y es fascinante.  ¿Qué paso con mi beso?       
           
Christian Grey
CEO Grey Enterprises Holding Inc.       

Le dije un secreto más. Ella ha hablado en sueños... de hecho mucho últimamente. Ha sido más que fascinante. Eso me hizo relajarme y descansar por un muy largo tiempo.
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De: Anastasia Steele 
Asunto: Suelta la sopa. 
Fecha: 02 de junio 2011 10:33 EST 
Para: Christian Grey
Usted es un canalla y un sinvergüenza y definitivamente no es un caballero. 
Entonces, ¿qué fue lo que dije? ¡No hay besos para ti hasta que hables!
Ana
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Su respuesta me hace sonreír. Sé que está retorciéndose en su asiento. Pero prefiero que lo diga cuando esté despierta y consciente.
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De: Christian Grey 
Asunto: Habladora Bella Durmiente 
Fecha: 02 de junio 2011 10:36 EST
Para: Anastasia Steele

Sería más descortés de mi parte decirlo y ya he sido castigado por eso. Pero si te comportas, quizás te lo diga esta noche. Tengo que ir a una reunión ahora.
           
Nos vemos, nena.
           
Christian Grey        
Gerente General, Canalla y Sinvergüenza, Grey Enterprises Holdings Inc.
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Finalmente ahora voy a la sala de reuniones privada. Hay tres personas  que poseen tierras que me interesan.  Después de las breves introducciones, nos damos la mano y empezamos a hablar de negocios.

Taylor está esperando junto a la puerta de pie, mirando impasible como lo hace normalmente. Debe haber recibido un mensaje, porque se da la vuelta y revisa su celular. De pronto se voltea y veo que su rostro se blanquea y sus ojos se abren.  ¿Qué pasa?

Él me mira especulativamente. Esa es su mirada de 911. Asiento con la cabeza y él sale a hablar. Minutos más tarde, entra de nuevo en la sala de reuniones.

_ Disculpe, señor Grey, dice, y se inclina.

_ Ha habido problemas en Escala señor. Sugiero que termine la reunión y salgamos para contarle.

_ Señores, pido disculpas por la interrupción. Pero tenemos que programar la reunión para otra ocasión, lo siento. Tengo una situación de emergencia en Seattle que me obliga a volver. Gracias por su tiempo.

Salimos de la sala y Taylor comienza su relato.

La Srta. Leila ha ido a Escala a buscarlo, muy conmocionada. La Sra. Jones trató de calmarla, pero estaba fuera de control gritaba sin parar y logró cortarse las muñecas en un intento de suicidio, dice mientras mi cabeza no puede procesar lo que me dice y lo miro sorprendido.

_ ¿Qué más? Le digo con los dientes apretados.

_ La Sra. Jones la llevó al hospital y ahora la están tratando. Creo que ella va a estar bien, afirma.

_ Dígale a la señora Jones que se quede con ella en el hospital hasta que yo llegue. Que la mantenga allí. Puede que tengamos que llevarla a un hospital psiquiátrico y resolver su problema. Llama al piloto que mantenga el avión listo. Volvemos a Seattle.

_ Señor Grey. Esperamos que todo esté bien, dice alguien con una preocupación en su voz.

_ Gracias, señor Brighton, contesto al darme cuenta de quien es. Nada que no se pueda manejar, pero es algo que requiere mi presencia. Mi empresa se pondrá en contacto con usted.

_ Gracias señor, dice y me apresuro a marcharme a mi habitación.

¡Leila! ¿Por qué haría algo así? ¿Qué le pasó? No he puesto los ojos en ella desde hace casi tres años y ella se casó después de que nos separamos. Irónicamente nos separamos porque ella quería más y yo no quería. Ella encontró a alguien que quería esas cosas con ella. ¿Entonces, qué es esto? Taylor y yo caminamos rápidamente para empacar nuestras cosas mientras se pone en contacto con el piloto y el copiloto. Llamo a Anastasia para decirle que no voy llegar para la cena. Pero ella no responde. No dejo mensaje.

Pero suena mi Blackberry y veo con alivio que es de Anastasia.

_ Anastasia, contesto inmediatamente.

_ Hola, murmura con timidez.

_ Tengo que regresar a Seattle. Ha surgido algo. Estoy en camino hacia el Hilton Head ahora. Por favor, pide disculpas a tu madre. No puedo ir a cenar, le digo preocupado y molesto. 

Leaving on a Jet Plane by Chantal Kreviazuk

_ ¿Nada serio, espero? Ella pregunta preocupada.

_ Tengo una situación con la que lidiar. Nos vemos el viernes. Enviaré a Taylor para que te recoja al aeropuerto si no puedo ir yo, le digo todavía enojado con Leila, casi sin poder contenerme.

_ Está bien. Espero que resuelvas la situación. Que tengas un buen vuelo, dice con voz apagada. La preocupación es por mí...  derrite mi corazón y sus preocupaciones por un breve minuto me lleva de nuevo a la tierra.

_ Tú también, cariño, le respondo. No es así como esperaba tener mi día con Ana.

Cuelgo para llamar a la Sra. Jones y averiguar los detalles. ¡Estoy hirviendo como loco! Mis cincuenta sombras de mierda, están de vuelta para vengarse.



3 comments:

  1. Leila un fastidio una manipuladora, sintio rabia que cristian no la quisiese a ella, c omo si los sentimientos fueran obligados, con todo y lo parecida que es a ana,ella no se imagina la gran diferencia entre las dos, gracias patricia perfecta tu traduccion y gracias de nuevo a emine .

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  2. Se va acercando el momento decisivo. Cada dia esta mejor.
    Muchisimas gracias por el esfuerzo de traducir la historia.

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  3. Marta Raquel Cabdespi Muchas gracias por seguir alzando versiones distintas de 50 sombras...es emocionante leerlo desde cualquier punto de vista...EMINE sos una genia y PATRICIA toda una maestra para seguir traduciendo para las fanaticas...gracias a las dos!!!!
    22 de noviembre a la(s) 13:49 · Me gusta · 1

    Leidy Diana Bedoya Alabo el trabajo tan impecable que hace Emine al deleitarnos con esta historia es maravilloso. Gracias a Patricia por el trabajo tan maravilloso que hacer al permitir conocer de esta historia... GRACIAS A LAS DOS...
    22 de noviembre a la(s) 14:31 · Me gusta

    Ricsely Albornoz Ay dios mi Christian y su "mas" es tan bello y sin darse cuenta tan romántico! me enamora cada detalle que incluye Emine en el capítulo.. gracias a ambas emine y patricia por editar y traducir!!
    22 de noviembre a la(s) 14:39 · Me gusta

    Giselle Sanchez Rodriguez Gracias Emine y Patricia me encanta su trabajo!
    22 de noviembre a la(s) 15:52 · Me gusta

    Naty Leyva que capacidad tienen chicas para crear estos capitulos las felicito
    22 de noviembre a la(s) 16:02 · Me gusta

    Myno Nuñez Grey Gracias emine. Y patri!! Son unas genias!! Cada vez me engancho más!!
    22 de noviembre a la(s) 16:03 · Me gusta

    Marìa Jose Delgado Gracias!
    22 de noviembre a la(s) 16:29 · Me gusta

    Nancy Fica Soto que hermoso capitulo se ve que christian puede ser muy tierno con ana aunque tengas sus sentimientos escondidos emine sabes como tenernos pegado a estos tan buenos capitulos y tb a ti patricia x darte el tiempo de traducir mil gracias
    22 de noviembre a la(s) 16:44 · Me gusta

    Alejandra Moyano Emine que bien escribe buen trabajo !!!!
    22 de noviembre a la(s) 16:46 · Me gusta · 1

    Patricia Aurora Gracias Emine y Patricia, por hacernos conocer las 50 sombras de Cristian. Genias!!
    22 de noviembre a la(s) 17:31 · Me gusta

    Paola Baez Cada capítulo va mejor me encanta
    22 de noviembre a la(s) 18:14 · Me gusta

    Yenny Valero genial me encanto
    22 de noviembre a la(s) 22:17 · Me gusta

    Sandy Santana Super gracias por el.cap.
    23 de noviembre a la(s) 0:45 · Me gusta

    Jeannifer Pino Arce creo que soy adicta a este fanfic. muchas gracias chicas por todo lo que hacen para poder llegar a leer todo esto
    4 h · Me gusta

    Vita Garcia Rangel Este cap estuvooo genial Gracias EMine y Patricia
    1 h · Me gusta

    Ximena Arechua Me encanta, muy bien contado,

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