CAPITULO XXVII
SOÑANDO O SINTIENDO DOLOR POR MI CULPA
Traducido y editado por: Patricia Pinto
_ ¡Christian! ¡Quiero la fresa! Dice mientras está tratando
de llegar a un objeto invisible. Es
su movimiento lo que me despierta.
_ ¡No quiero la
jaula! Murmura mientras la frente se le arruga en su sueño. Las luces de la ciudad que se filtran a
través de las ventanas, juegan una magia
increíble en su rostro. Me
intriga.
_ ¡No me la
quites Christian! Quiero que... ¡Nooo! Gime. Froto su pelo para tranquilizarla. Tengo
curiosidad por saber lo que está soñando.
_ ¡Shhh!
Murmuro en voz baja. Mi voz suaviza su
frente y su rostro.
_ ¿Qué? ¡No te vayas! ¡No puedo! Ella se estremece en su
sueño.
_
¡Te quiero! ¡No
me dejes! Tengo
miedo...
I Melt with You by Nouvelle Vague
_ Nena… estoy aquí. Shhh. Froto de nuevo su pelo, tratando de
relajarla. Su brazo me busca en
la oscuridad y se envuelve alrededor de mi cuello. Ella suspira. Es el sonido más dulce.
_ ¡Me muero!
Vuelve a arrugar su cara. Me
muero... Christian, murmura
apenas audible.
¿Qué? ¿Por qué?
_ No me
dejes..., susurra en su sueño. Sólo
quiero más... murmura
tristemente.
Tiene temor de
que la deje. Lo que ella no sabe es que ese es mi miedo también. Si ella
supiera que yo físicamente no puedo alejarme de ella, que tiene una línea
directa con mi alma.
_ Nunca voy
a... ella continúa. No, yo no te
dejaré, murmura. Cierro los ojos
y me deleito con ese conocimiento, me tranquilizo con la declaración de su
sueño. En los sueños no se miente. Me encantaría escucharla decir lo mismo
cuando esté despierta.
_ ¡Quiero eso! Y
se aferra más a mi cuello.
_ Shhh... Relájate nena, le susurro al oído. Froto su pelo, lentamente y con
cuidado. Ella se alivia, se relaja y suspira. Sus
brazos lentamente se ponen flácidos e inmóviles. Me salgo con facilidad fuera de la
cama. La pudiera ver por siempre así. En
su sueño. La voy a dejar dormir tanto como sea posible. Así que aprovecho su
sueño para cambiarme.
Ya casi amanece y para lo que tengo en
mente, tengo que despertar a Ana.
_ Anastasia,
trato de despertarla.
_ No, ella
gime.
_ Vamos bebé,
digo en un tono normal.
_ No, déjame tocarte, ella gime.
_ Despierta, la
convenzo más.
_ No, murmura
mientras parpadea sus ojos por un breve segundo. Masajeo su oreja mientras le susurro.
_ Arriba nena
le digo con una sonrisa sabiendo que
ella está aquí conmigo en mis brazos.
_ Oh... no,
ella gime haciendo muecas.
_ Es hora de
levantarse nena. Voy a encender
la lámpara de la mesa de noche, le digo en voz baja.
_ No, ella gime
de nuevo.
_ Quiero
perseguir el amanecer contigo, le digo besando su rostro, los
párpados, la punta de su nariz, su boca y ella finalmente responde.
_ Buenos días
cariño, murmuro, y ella gime haciéndome sonreír.
_ Tú no eres
una persona madrugadora, me quejo. Ella
entrecierra los ojos y me mira inclinado sobre ella, sonriendo. Me divierte.
_ Pensé que
querías sexo, refunfuña. ¿Qué? ¿Es por eso que está gruñendo? ¿Ha sido tan malo que ella siente que
tiene que quejarse del sexo?
_ Anastasia
siempre quiero sexo contigo. Es
reconfortante saber que sientes lo mismo,
le digo secamente, con sarcasmo.
Ella me mira,
pero estoy demasiado contento para ser disuadido por su reacción.
_ Por supuesto
que sí, pero no cuando es tan tarde, murmura.
_ No es tarde,
es temprano. ¡Vamos! Vamos a salir. Voy a tomar un vale por el sexo.
_ Tenía un
sueño muy agradable, se queja de que la desperté.
_ ¿Con qué
soñabas? Le pregunto interesado.
_ Contigo, se
sonroja. Oh, esa reacción agarra
mi interés.
_ ¿Qué estaba haciendo
esta vez?
_ Tratando de
darme de comer fresas, dice ella. Sonrío. Creo que recuerdo que dijo eso.
_ El Dr. Flynn podría tener un día de campo con
eso. Arriba, y a vestirse. No podemos ducharnos lo haremos más
adelante, le digo con firmeza.
Se sienta y las
sábanas caen hasta la cintura dejando al descubierto su cuerpo desnudo. Mis ojos se oscurecen con el deseo.
Así que decido hacer lo que tengo en mente y no perder la oportunidad de ver el
amanecer. Por lo tanto, voy a tener que
controlar mi deseo.
_ ¿Qué hora es?
Pregunta.
_ Cinco y media
de la mañana, le respondo.
_ Ohh, ella
gime, parece que fueran como las tres de la madrugada.
_ No tenemos
mucho tiempo. Traté de dejarte
dormir el mayor tiempo posible. Vamos.
_ ¿Puedo tomar
una ducha?
_ Si tomas una
ducha, voy a querer tomarla contigo y tú y yo sabemos lo que sucederá a
continuación... Nuestro día se
acaba. Ven. Podemos hacer esto
más adelante.
Estoy totalmente
entusiasmado con lo que he planeado para nosotros, lo quiero compartir con ella. Este va a ser nuestro “más” ella me sonríe a cambio.
_ ¿Qué vamos a
hacer?
_
Es una sorpresa. Te
lo dije, dije sonriéndole.
Come Fly with Me by Frank Sinatra
_ Está bien, sale
de la cama en busca de su ropa. Ella las localiza en la silla junto a la cama. También he puesto un par de
calzoncillos boxer y camiseta para ella. Ella
se los pone y yo sonrío en respuesta. Es
el segundo que tendrá en su poder. De alguna manera sabiendo que
tiene puesto algo que está tan íntimamente ligado me hace sentir aún más unido
a ella.
Te daré algo de
espacio ahora que estás levantada y dejo la habitación para ir a la sala de
estar. Ana aparece mientras estoy desayunando.
_ Come, le
digo. Ella no come lo suficiente. Ella abre la boca y me ve. Anastasia, le digo con severidad,
parece que va a negociar.
_ Voy a tomar
un poco de té. ¿Me puedo comer un
croissant más tarde?
_ La miro con
desconfianza y ella me da una dulce sonrisa en respuesta.
_ No arruines
mi buen estado de humor Anastasia, le advertí.
_ Voy a comer
más tarde, cuando despierte mi estómago. Sobre
las 7:30am ¿de acuerdo?
Ella me mira
con dulzura y expectante... Un
brillo travieso viene a sus ojos mientras mi mirada de respuesta está en ella.
_ Quiero ponerte
mis ojos en blanco, dice ella.
_ Claro que sí,
hazlo y lo disfrutaré, le digo con severidad. Ella
mira hacia el techo como si estuviera considerando mi amenaza.
_ Bueno, unas
nalgadas me despertarán, supongo, dice frunciendo los labios, sopesando sus
opciones. ¡Mi boca casi golpea el
suelo con su revelación!
_ Por otro lado
no quiero que estés caliente e incómodo, el clima es suficientemente caliente,
dice encogiéndose de hombros con indiferencia. Por fin tengo el suficiente sentido
común para cerrar la boca y trato de mirarla disgustado, pero es evidente que con
la presencia de Anastasia, es imposible. Ella
es juguetona y su buen humor siempre sale a flote.
_ Usted es como
siempre, un desafío señorita Steele. Beba
su té, le ordeno.
Ella mira el
té, y se da cuenta de la etiqueta de Twinings, y una enorme sonrisa cubre su
hermoso rostro. Se sienta frente
a mí y me mira por un tiempo mientras se bebe un sorbo de té.
Cuando he
terminado con el desayuno y ella, con su té, salimos de la habitación. Le lanzo una sudadera.
_ Necesitarás
esto, le digo y ella me mira desconcertada.
_ Confía en mí,
le digo sonriendo, y me inclino y la beso rápidamente en los labios, a
continuación, agarro su mano y salimos.
Está
relativamente frío afuera, y las luces de la madrugada ya están llegando desde
el horizonte. Cuando llegamos en
frente del hotel, el encargado de aparcar los coches me entrega un juego de
llaves de un auto deportivo llamativo con una capota de lona. Anastasia se vuelve hacia mí y levanta
una ceja en cuestionamiento a lo que le respondo con una sonrisa.
_ Sabes Anastasia,
a veces es genial ser yo, le digo con complicidad sin dejar de sonreír ¿Cómo no
iba a hacerlo? Estoy aquí con la
mujer que quiero y estamos haciendo "más" juntos. Ella es mi esperanza, la que me
permite saber que hay más en la vida, me ayuda a experimentar la vida al máximo
más allá de lo que esperaba. Estoy en un
muy buen estado de ánimo. Abro la
puerta del coche, y con una reverencia exagerada, la dejé subir, luego, voy al
lado del conductor, y me siento.
_ ¿A dónde
vamos? Pregunta.
_ Ya verás, le
digo sin revelar nada. Puse el
coche en marcha, y nos dirigimos hacia fuera en Savannah Parkway. Programo el GPS, y enciendo el iPod
sincronizado con el estéreo del coche, y la pieza orquestal clásica llena el
coche.
_ ¿Qué es esto?
Me pregunta con curiosidad.
_ Es La Traviata. Una
ópera de Verdi, le respondo.
La Traviata by Pavarotti
_ ¿La Traviata? He oído hablar de eso. No puedo pensar en dónde. ¿Qué quiere decir? Ella pide. Echo un vistazo a su rapidez y
sonrisa.
_ Bueno,
literalmente, la mujer iba por mal camino. Se
basa en el libro de Alejandro Dumas, La dama de las camelias, le explico.
_ Ah. Lo he leído, dice ella.
_ Me lo
imagino.
_ La cortesana
condenada, dice mientras se retuerce en su asiento de cuero. Hmm, es una historia deprimente,
murmura.
_ ¿Muy deprimente? ¿Quieres elegir un poco de música? Le digo con una sonrisa de
complicidad secreta.
Toco en la pantalla
la consola y aparece la lista de reproducción.
_ Tú eliges, le
digo intentando ocultar una sonrisa de complicidad.
Sus dedos pasan
por la pantalla y se desplaza en la lista de reproducción y escoge a Britney que aparece con su ritmo
techno. Le bajo el volumen. No grabé esa canción en mi iPod. Fue Leila quien puso esa canción en la
lista. Britney canta con voz
sensual.
_
Toxic, ¿eh? Pido sonriendo.
Toxic by Britney Spears
_ No sé lo que
quieres decir, ella finge inocencia.
_ Yo no puse
esa canción en mi iPod, le digo a Anastasia casualmente pero es la verdad, a
continuación, pongo el pie en el acelerador y escondo una pequeña sonrisa
mientras ella está echada hacia atrás en su asiento a medida que viajamos a lo
largo de la autopista. La veo en
mi visión periférica. Ella
aprieta sus manos en su regazo y hace un movimiento con su mandíbula, apretando los dientes, y su estado de ánimo se
cae mientras que ella mira hacia fuera. ¡Oh,
no! se preguntará quién puso la
canción en mi iPod. Los celos y
la curiosidad se asoman en ella cuando Britney canta, ella se ve aún más
triste.
_ Fue Leila, le
respondo a su pregunta no formulada. Se
vuelve hacia mí y pregunta ¿Leila?
_ Una ex, fue quien
puso la canción en mi iPod, le respondo. Ella
se sienta con una profunda reflexión y luego me pregunta ¿una de los quince?
_ Sí, le
respondí.
_ ¿Qué pasó con
ella?
_ Terminamos, le contesto.
_ ¿Por qué?
Suspiro. Quiero ser abierto con Anastasia, yo
quiero que ella sepa que es especial por
encima de cualquier otra mujer que haya tenido.
_ Ella quería
más, le digo en voz baja. La
sentencia cuelga entre nosotros. Anastasia es la única que he contemplado con la
idea de "más".
_ ¿Y no lo
hiciste? Niego con la cabeza.
_ Nunca quise
más, hasta que te conocí. Yo
quiero que ella sepa que yo quiero más también con ella. Me encuentro a mí mismo deseando más,
necesitando más, con ganas de más... pero sólo con ella.
_ ¿Qué pasó con las otras catorce?
_ ¿Quieres una
la lista? Divorciada, decapitada,
muerta, le digo en un tono casi burlón.
_ Tú no es
Henry VIII, dice haciendo pucheros.
_ Está bien. En ningún orden en particular, sólo he
tenido relaciones a largo plazo con cuatro mujeres, además de Elena, declaro.
_ ¿Elena?
_ La Sra. Robinson
para ti. Recuerdo la reacción de
Elena a su apodo. Su rostro se
oscureció, los celos, ira... No sé qué más.
_ ¿Qué pasó con
las cuatro? Ella pregunta sacudiendo la cabeza.
_ Siempre tan
curiosa, tan ansiosa de información, señorita Steele, la regaño juguetonamente,
pero estoy en el modo de divulgación completa en estos momentos.
_ Oh Señor
¿Cuándo fue tu período menstrual? Me regaña de vuelta.
_ Anastasia, un
hombre tiene que saber esas cosas, le digo.
_ ¿En serio?
_ Yo sí.
_ ¿Por qué?
_ Porque no
quiero dejarte embarazada, le digo exasperado.
_ Ni yo
tampoco. Bueno no por unos cuantos años, dice ella tomándome por sorpresa ¿quiere
hijos? Es demasiado temprano para
visitar este tema aterrador.
_ ¿Y las otras
cuatro que ocurrió? Ella presiona, esto
lo puedo responder.
_ Una conoció a
alguien, las otras tres querían más y yo no estaba en el mercado para ese
momento, declaro.
_ ¿Y las otras?
Ella presiona aún más. ¡Dios! ¡Ella debería trabajar para mí!
_ Simplemente
no funcionó, le digo. Nada
funcionó con el deseo de mi corazón hasta que conocí a Anastasia. Ella mira por el coche de nuevo. ¿Qué estará pensando?
_ ¿Hacia dónde
vamos? Pregunta perpleja.
_ A un campo de
aviación, le respondo.
_ ¿No vamos a
volver a Seattle? Ella jadea alarmada. Me
río de su reacción. Por supuesto
que no. Quiero perseguir al
amanecer con ella.
_ No Anastasia,
vamos a disfrutar de mi segundo pasatiempo favorito, le respondo.
_ ¿El segundo?
Pregunta con el ceño fruncido.
_ Sip. Te dije mi favorito esta mañana, le
digo y ella me mira, examinando mi expresión.
_ Disfrutar de usted señorita Steele. Eso ha llegado a ser el número uno de
mi lista, le digo con todo el fervor que siento por ella.
_ Bueno, eso también
está en lo alto de mi lista de prioridades pervertidas, murmura, sonrojándose.
_ Me alegra
escucharlo, murmuro.
_ Así que
¿campo de aterrizaje? Sonrío hacia ella. Ya
casi llegamos así que está bien que le
cuente el secreto.
_ Vuelo, le
digo.
_ Vamos a
perseguir el amanecer. Estoy muy entusiasmado porque voy a compartir mi segundo
pasatiempo favorito con ella, además es nuestro "más". Llegamos a la
Asociación Brunswick de vuelo sin motor.
Cuando apago el
motor, me vuelvo y le pregunto: ¿Estas lista para esto? Con una voz de
esperanza.
_ ¿Vamos a
volar?
_ Sí, le
contesto.
_ ¡Sí, por
favor! Dice con entusiasmo y sin vacilaciones. Sonrío a su respuesta y me inclino
hacia delante para besarla.
_ Otra primera vez
señorita Steele, digo al salir del coche. Ella
es la primera mujer con la que estoy compartiendo mi hobby. Doy una vuelta al coche, y le abro la
puerta. Ella sale y toma mi mano
tendida. Taylor está de pie al
lado de un hombre con la cabeza rapada y ojos salvajes. Anastasia mira a Taylor y él le
devuelve una sonrisa de amabilidad. ¡Bueno,
no quiero que nadie, por no hablar de mis empleados estén comiéndose con los
ojos a mi mujer!
_ Sr. Grey, soy el piloto Mark Benson. Nos damos la mano y hablamos de la velocidad
del viento, su dirección y otras condiciones relacionadas con el clima.
_ Hola Taylor,
oigo a Anastasia murmurando tímidamente.
_ Señorita
Steele, responde asintiendo. Ana,
le oigo corregirse a sí mismo. Luego
se inclina y susurra algo que no puedo oír. Estrecho
mis ojos, pero no digo nada.
_ Anastasia, vamos, le digo y sostengo mi mano.
_ Nos vemos más
tarde Taylor, dice sonriendo y él le da un rápido saludo, y se dirige de nuevo
al estacionamiento.
_ Sr. Benson,
esta es mi novia, Anastasia Steele.
_ Mucho gusto
en conocerlo, murmura y se dan la mano.
_ Igualmente,
dice él.
Marcos Benson nos
dirige hacia la pista.
_ ¿En cual
vamos a volar Mark?
_ Un Blanik
señor, responde.
_ L13 o L23, le
pregunto.
_ Usted sabe de
aviones, dice con una sonrisa.
_ L23 señor,
responde.
_ ¿Alguna razón
en particular por preferir el L23?
_ Usted sabe
que el L23 tiene excelentes características acrobáticas señor. Quiero decir que están diseñados para
un entrenamiento del planeador primario y acrobático dual. Y, por supuesto, son geniales para
elevarse, dice.
_ He usado el
L23 antes, declaro como una cuestión de naturalidad, sintiéndome en mi
elemento. Yo también los prefiero. Por un lado, es todo de metal, dos
sellos autoportante y planeador de alto alado. Lo he utilizado para mi entrenamiento
de vuelo, acrobacias y vuelo de instrumento. ¿Con
qué nos vas a remolcar? le pregunto.
_ Voy a usar un
Piper Pawnee, él dice. Yo asiento
con la cabeza alegremente. Me
encantan los aviones y me encanta volar. El
hecho de que voy a volar con mi mujer es como tener un orgasmo doble y no hay sexo
involucrado.
El avión es
largo, liso y blanco con rayas de color naranja. El cable largo y blanco se une a la
sola hélice del Piper.
_ Primero
necesitaremos asegurar las correas del paracaídas, le dice Mark a Ana.
_ Lo haré yo,
le interrumpo. El día que alguien
le coloque correas o un arnés a mi mujer, lo llevaré al infierno. Benson me
sonríe amablemente.
_ Voy a buscar el
lastre, dice Benson, y se dirige hacia el avión.
_ Te gusta amarrarme
con distintas cosas, observa secamente.
_ Señorita Steele,
no tienes ni idea. Entra aquí
para ponerte los tirantes. Ella
pone su brazo sobre mi hombro. El
toque me pone rígido, pero no me muevo. Quiero
acostumbrarme a sus toques. Una
vez que sus pies entran saco el paracaídas y ella coloca sus brazos por las correas
en los hombros. Rápida y
eficiente le sujeto el arnés, y aprieto todas las correas.
_ Ahí, eso es
suficiente, le digo suavemente. Así
se ve condenadamente caliente. Si
no fuéramos a volar, la llevaría al
primer lugar privado más cercano.
_ ¿Tienes tu
lazo del pelo de ayer? Le pregunte. Ella
asiente con la cabeza.
_ ¿Quieres que
me lo sujete?
_ Sí, le
respondí. Rápidamente lo hace.
_ Adentro, le
ordeno y ella va hacia la cabina del copiloto.
_ No, el piloto
se sienta en la parte posterior, le digo.
_ ¿Pero serás
capaz de ver?
_ Voy a ver un
montón, le digo con una sonrisa aún más amplia.
Estoy muy feliz
de enseñarle mi hobby, algo que disfruto enormemente. El hecho de que ella está deseosa por
hacerlo, me pone eufórico. Sube y
se acomoda en el asiento delantero. Me
inclino y tiré del arnés sobre los hombros y llego entre sus piernas para
cerrar la hebilla contra su vientre. Al pasar las manos por su vientre no puedo
dejar de pensar que esto está más allá de caliente.
_ Hmm... dos veces en una mañana. Soy un hombre con suerte, le susurro y
la beso rápidamente. Esto no
tomará mucho tiempo... veinte,
treinta minutos como máximo. Las
temperaturas no son tan grandes en este momento de la mañana, pero la vista es
impresionante ahora. Espero que
no estés nerviosa, le digo.
_ Estoy
emocionada, me contesta completamente feliz, sonriendo de oreja a oreja.
_ Bueno, dije
sonriendo también. De repente
siento el impulso de acariciarle la mejilla y lo hago suavemente, luego me muevo
a mi asiento. Me subo al avión
detrás de ella.
Marcos Benson
vuelve con su alegre sonrisa, él revisa las correas de Anastasia y luego
comprueba el piso de la cabina.
_ Sí, eso es
seguro. Primera vez, le pregunta.
_ Sí, responde
Anastasia.
_ Te va a
encantar, dice.
_ Gracias,
señor Benson, ella dice educadamente.
_ Llámame Mark,
contesta. Luego se vuelve hacia
mí y pregunta si estoy bien.
_ Sí. Vamos, le digo.
Estoy más que
feliz de estar volando con mi mujer, tener que mostrarle algunas de mis
habilidades sobre el vuelo es bastante emocionante.
Cuando comienza
el inicio de una sola hélice del Piper, poco a poco va por la pista y el cable de tensión nos arrastra.
De pronto nos da una sacudida hacia delante y estamos fuera de la tierra.
Marcos habla con la torre y el Piper se acelera y nosotros detrás de él. La salida suele ser un poco
accidentada debido a que estos aviones son
pequeños y como el Piper adquiere suficiente velocidad la cuerda se
tensa de golpe.
_ ¡Aquí vamos
nena! Grito detrás de Anastasia. Podemos
escuchar el sonido del viento y el murmullo lejano del motor del Piper. Debajo de nosotros podemos ver la
autopista, la salida del sol, los bosques y las casas en la ciudad que se
expande. Un amanecer
extraordinario viene por encima del horizonte haciendo que todo sea aún más
hermoso. Esta es la “hora de oro”
del día y el hecho de que la esté compartiendo con mi mujer, mi Anastasia lo
hace más espectacular.
Cuando llegamos
a 3000 pies de altura, Mark me avisa y yo le digo, “suelta” en la radio. Una vez que se suelta el cable, el Piper
desaparece de nuestra vista y ya vamos sobre Georgia por nuestra cuenta.
Vuelo el avión
y me inclino cuando nos movemos en espiral hacia el sol. Giramos hacia la luz de la mañana. Esto es mágico.
_ ¡Agárrate
fuerte! Grito y me inclino de nuevo, pero esta vez no me detengo y estamos al
revés mirando al suelo a través de la parte superior de la cubierta de la
cabina. Anastasia chilla con
gritos de alegría, veo los brazos subiendo y arremetiendo hacia delante, con
las manos extendidas sobre el plexiglás para detener caerse. Su reacción me hace reír y los dos
estamos disfrutando del momento, y riendo muy duro. Enderezo el avión y vamos derecho de
nuevo.
_ ¡Me alegro de
no haber desayunado! Me grita y yo estoy de acuerdo.
_ Sí, en
retrospectiva, es bueno que no lo hiciste, porque voy a hacer eso otra vez, le
digo y volteo el avión una vez más hasta que estamos al revés y ella se ríe muy
duro.
_ Hermoso, ¿no
es así? Le digo a Anastasia.
_ Sí, ella
grita.
Estamos solo
ella y yo, en un espacio confinado, dentro de la burbuja de un avión, los
cielos de Georgia sin fin y la majestuosa luz del amanecer. Si el cielo existe,
estoy en él ahora. ¿Qué más puedo pedir?
_ ¿Ves la
palanca frente a ti? Le grito a
ella.
_ ¡Sí!
_ ¡Agárrala! Quiero
que ella tome el control, incluso para un poco.
_ ¿Qué? ¡No! Ella dice asustada.
_ ¡Vamos
Anastasia, agárrala! Le pido con insistencia.
Ella finalmente
lo agarra.
_ Agárrate
fuerte y mantenlo estable. ¿Ves
la línea media en frente? Mantén la aguja en el punto muerto del centro. Ella hace lo que se le dice. Ella está pilotando el planeador.
_ ¡Buena chica!
La animo.
_ Estoy
sorprendida de que me dejes tomar el control, grita.
_ Estarías
sorprendida de lo que te dejaría hacer señorita Steele. Déjame a mí ahora, le
digo y tomo de nuevo el mando. ¿Qué haría si supiera de la profundidad de mis
sentimientos por ella? ¿La
asustaría? No tengo experiencia
en eso y la profundidad de mis sentimientos me asusta en lo más profundo. El
hecho de haber evitado emociones extremas durante toda mi vida y la
incertidumbre de no saber si ella siente lo mismo que yo, me desconcierta y al
mismo tiempo me agrada.
Después de
tomar el control del avión giro en círculo por varios metros listo para aterrizar
e iniciar el descenso en espiral hacia
abajo. Llamo por radio a la torre y me
dan la oportunidad para aterrizar. Navegamos alrededor de otro amplio círculo y
nos acercamos lentamente al suelo. Tanto
el aeropuerto como las pistas de aterrizaje son visibles y vemos también la
I-95.
_ Agárrate nena
esto puedo implicar algunos saltos.
Tocamos el
suelo en un breve golpe y vamos en carrera a través de la hierba hasta que el
avión se detiene por completo. Una vez que nos hemos detenido abro la tapa y
salgo. Luego voy hacia ella entusiasmado y me inclino para soltarla.
_ ¿Cómo
estuvo? Le pregunto más que feliz.
_ Eso fue
extraordinario. Gracias ella
susurra, muy feliz.
_ ¿Fue más?
Pregunto con esperanza.
_ Mucho más, me
dice soltando la respiración y riendo.
_ Vamos, le
extiendo mi mano y ella trepa fuera de la cabina.
Tan pronto como
sus pies tocan el suelo, la agarro y abrazo a ras de mi cuerpo. De pronto, mis manos están en su pelo,
tirando de ella llevando su cabeza hacia atrás y mi otra mano baja con suavidad
hacia la base de su columna. La beso largo con toda mi pasión, mi lengua
invadiendo su boca. Mi respiración se incrementa, se acelera, y mi erección ya
está haciendo una tienda de campaña e intenta salir de mis pantalones. Estoy
listo para tomarla entre la aeronave y la pista de aterrizaje 3. Su respuesta me deja saber que a ella
no le importa si me la llevo en el césped o la apoyo en el avión. Sus manos se retuercen en mi pelo y
estamos anclados entre sí. Ella
me quiere ahora, y eso hace que sea más difícil que me detenga. Finalmente tomo el control lo
suficiente como para romper la mirada hacia ella. Ella está sin aliento como yo.
_ Desayuno,
apenas puedo susurrar, aunque sé que estaría muy bien para mí tener el
desayuno, el almuerzo y la cena juntos. Ella
corta su respiración como si dijera, ¡Sexo, aquí, sobre la hierba! ¿Por qué
pierdo mi razón con ella y ella conmigo? Pero
sé que el "por qué" ni siquiera importa. Me doy vuelta tomándola de la mano
mientras nos dirigimos de nuevo hacia el coche.
_ ¿Qué pasa con
el planeador? Ella pregunta.
_ Alguien se
hará cargo de eso, le digo. Tendrán
que remolcarlo. Comeremos ahora. Ven le sonrío. Estoy más que feliz. ¿Quién se imaginaría que
"más" sería mucho, mucho más con ella? Caminamos así; tomados de la mano los
dos sonriendo como el gato de Cheshire, como una mañana de Navidad después de
recibir su regalo preferido. ¡Es
un día perfecto!
It’s a Beautiful Day - U2
De regreso al
automóvil mientras volvemos por la I-95 hacia Savannah su celular suena y ella
lo apaga automáticamente.
_ ¿Qué es eso?
Le pregunto con curiosidad. ¿Hay
alguien que la llama que no quiere que
sepa? Ella hurga en su bolso.
_ La alarma
para mi píldora, murmura mientras se ruboriza. Me hace feliz que se preocupe. Está siguiendo las instrucciones para
tomar la píldora.
_ Bueno, bien
hecho. Odio los condones, le
digo, y ella se pone aún más roja.
_ Me gusta que
me hayas presentado a Mark como tu novia, dice de pronto.
_ ¿No es eso lo
que eres? Digo levantando una ceja. Ella
nunca va a ser una sumisa, además quiero más con ella. Así que es mi novia.
_ ¿Lo soy? Pensé que querías una sumisa, ella
replica de nuevo.
_ Yo también
Anastasia y todavía la quiero, pero te lo he dicho, quiero más también.
_ Estoy muy
feliz de que quieras más, susurra.
_ Nuestro
objetivo es complacer señorita Steele, digo sonriendo mientras me estaciono en el restaurante IHOP.
_ ¿IHOP? Ella
sonríe hacia mí como si yo no pudiera comer aquí.
Es temprano,
alrededor de las 8:30 de la mañana y el restaurante está tranquilo.
_ Nunca te
habría imaginado aquí, dice mientras se desliza en su asiento.
_ Mi padre
solía traernos a uno de estos cada vez
que mi madre se iba a una conferencia médica. Era
nuestro secreto, sonrío con cariño recordándome. Cojo un menú y lo deslizo hacia ella. Ella me mira con satisfacción carnal y
sé lo que quiere, todo menos comida, igual que yo.
_ Yo sé lo que
quiero, respiro con voz baja.
Ella levanta sus
ojos y nos quedamos mirándonos fijamente, los dos como siempre con la electricidad
a nuestro alrededor, con esta atracción muy fuerte.
_ Yo quiero lo
que tu quieras, susurra. Inhalo
bruscamente.
_ ¿Aquí? Pregunto
sugestivamente levantando una ceja y sonriendo maliciosamente mientras mis
dientes atrapan la punta de mi lengua, celebrando las palabras no dichas. Pero nuestras miradas dicen todo sin hablar. Pone su labio inferior entre sus
labios y mi expresión de yo-quiero-follarte-ahora-mismo está creciendo.
_ No te muerdas
el labio, le ordeno. Aquí no,
ahora no. Mis ojos se endurecen. Ahora soy
como un vaso lleno hasta el borde, una gota más y me desbordo y no seré
responsable de mis acciones. Yo no quiero pasar el resto de la mañana en la
cárcel por una acción obscena en IHOP. Si
no puedo tenerte aquí, no me tientes, susurro con firmeza.
_ Hola, mi
nombre es Leandra. ¿Qué puedo
traerles… hoy… esta mañana…? dice mientras su voz se apaga y se tropieza con
sus palabras por alguna extraña razón. Veo
a Anastasia ver a la camarera desconcertada, su mirada se vuelve celosa. La mujer debe estar comiéndome con los
ojos mí, pero no me importa. Me concentro en Ana que tiene el aspecto de una
leona a cuyo compañero lo está mirando otra.
_ ¿Anastasia? Le
pregunto incapaz de mantener ese deseo y pasión en mi voz. Ella traga y
responde.
_ Te lo dije,
quiero lo que tú quieras, dice en voz baja, suave, lo que aumenta mi deseo por
ella diez veces.
_ ¿Quieren que
les dé un minuto más para decidir? Pregunta la camarera.
_ No, sabemos
lo que queremos, digo sin poder resistir dar una contracción en mis labios,
respondiendo con dualidad a lo que quiero decir. Una respuesta para mi mujer y
otra para la camarera.
_ Queremos dos
porciones de los panqueques originales de suero de leche con jarabe de Maple y tocino en un lado, dos vasos de jugo de
naranja, un café negro con leche descremada y un té inglés, si lo tienen, digo
sin quitar la vista de Anastasia.
_ Gracias,
señor. ¿Eso es todo? Pregunta la
camarera. Los dos nos giramos y la
miramos y ella se ruboriza y se va.
_ Sabes que
esto no es justo, me dice Ana paseando su dedo sobre la mesa de fórmica.
_ ¿Qué no es
justo? Pregunto curioso.
_ Cómo desarmas
a las personas. A las mujeres. A
mí. Dice en voz baja.
_ ¿Te desarmo? Ella
resopla.
_ Todo el
tiempo, ella responde con sencillez.
_ Es solo
apariencia Anastasia, le digo suavemente.
_ No, Christian
es mucho más que eso. Mi ceja se alza sin poder dar crédito a lo que dice. Es solo una cara bonita nena, no conoces lo
más oscuro de mí.
_ Usted me
desarma totalmente señorita Steele. Su
inocencia, supera cualquier barrera, le digo.
_ ¿Es por eso
que has cambiado de opinión?
_ ¿Cambiado de
opinión? Replico confundido.
_ Sí sobre... uhm... ¿nosotros? Acaricio mi barbilla para evaluar
cuidadosamente su pregunta ¿Qué ha cambiado acerca de nosotros?
_ No creo que
haya cambiado de parecer en sí. Sólo
tenemos que redefinir nuestros parámetros, volver a dibujar nuestros límites,
si lo deseas. Podemos hacer esto,
estoy seguro. Te quiero sumisa en
mi cuarto de juegos. Te castigaré
si incumples las reglas. Aparte de eso... bueno,
creo que todo depende de discutirlo. Esas
son mis peticiones, señorita Steele. ¿Qué
dices a eso? Le pregunto, señalando mi nueva proposición.
_ ¿Entonces
puedo dormir contigo? ¿En tu
cama? Ella pregunta esperanzada.
_ ¿Es eso lo
que quieres? Pregunto.
_ Sí, ella dice
con firmeza.
_ Estoy de
acuerdo entonces. Además, duermo
muy bien cuando estás en mi cama. No
tenía ni idea, le digo cuando mi frente se arruga, sabiendo el hecho de que no
he tenido pesadillas cuando duermo con ella. Ella
es como mi talismán que hace mantener al proxeneta y a la puta a distancia.
_ Temía que me
dejaras si no estaba de acuerdo con todo esto, confiesa en un susurro.
_ Yo no voy a
ninguna parte Anastasia. Además...
mis pensamientos se desvanecen. ¿Cómo podría dejarla? Yo soy el que tiene miedo
de que me deje. No creería lo comprometido que estoy con ella. Estamos siguiendo
tu consejo, tu definición de compromiso.
Me lo enviaste en un correo. Y hasta ahora, está funcionando para mí.
_ Amo que
quieras algo más, murmura con timidez.
_ Lo sé, le
digo. Ella dijo lo suficiente en su sueño.
_ ¿Cómo lo
sabes?
_ Créeme, lo
sé, le digo sonriendo. Ella
entrecierra sus ojos tratando de descifrar mi expresión. La camarera llega en ese momento con
nuestro desayuno. Y para variar,
Anastasia se come todo en su plato. La
miro con aprobación y estoy feliz de que
está comiendo.
_ ¿Puedo
invitarte? Ella pregunta, después del desayuno.
_ ¿Invitarme cómo?
Le pregunto.
_ Pagar por
esta comida, dice ella. ¡Oh, no!
_ No lo creo,
me quejo.
_ Por favor,
quiero hacerlo, dice ella haciéndome fruncir el ceño.
_ ¿Estás
tratando de castrarme por completo? Le digo.
_ Este es
probablemente el único lugar en el que voy a ser capaz de permitirme el lujo de
pagar, suplica.
_ Anastasia,
aprecio la intensión. En serio. Pero no, le digo. Ella frunce los labios a mi respuesta.
_ No frunzas el
ceño le amenacé con los ojos brillando siniestramente.
Yo pago la
comida y nos vamos hacia el coche con ella medio enfadada.
_ No seas así, le
susurro en voz baja. No estoy
acostumbrado a eso. Déjame cuidarte. Estoy
feliz de hacer las cosas simples por ti, ¿de acuerdo? Me sonríe y conduzco
de vuelta a casa de su madre.
_ ¿Quieres
entrar? pregunta con timidez.
_ Tengo que
trabajar Anastasia, pero voy a estar de vuelta esta noche. ¿A qué hora? Le pregunto y ella se ve
decepcionada. Su cara me dice que
me quiere y que esta corta separación la incomoda, a pesar de que nos vamos a
ver esta noche.
_ Gracias... por el más. Ella dice.
_ El placer es
mío, Anastasia, respondo besándola.
_ Nos vemos más
tarde, dice esperanzada.
_ Trata de
detenerme, le susurro.
Me marcho de
vuelta al hotel y llamo a Taylor.
_ Sí, señor, responde
el teléfono después del primer timbre.
_ ¿Dónde estás?
_ Estoy en el hotel
señor. He terminado de pagar al señor
Benson y tiene reservado un salón para las reuniones, los representantes de las
empresas ya están aquí.
_ Bien. Estaré allí en quince minutos. Nos vemos en el vestíbulo, le digo.
_ Sí, señor,
responde y cuelga.
Después de que cuelgo, Voi Che Sapete
del 'Marriage of Figaro' empieza a sonar, es una canción apropiada a la luz de
lo que siento por Anastasia.
Voi Che Sapete-Opera by Mozart sung by Maria Ewing
Voy hacia el hotel con pensamientos por
Ana, con ganas de pasar más tiempo con ella en casa de su madre esta noche,
como un chico que llama a su chica.
Cuando llego al
hotel, le entrego las llaves al asistente y hago mi camino hacia el vestíbulo. Taylor me espera como de costumbre. Él me informa cuando vamos hacia la
sala de reuniones, cuando zumba mi Blackberry. Levanto mi mano hacia Taylor y le
indico, “un minuto”. Es un
mensaje de texto de Anastasia haciéndome sonreír como un idiota.
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De: Anastasia
Steele
Asunto: Volando en
lugar de adolorida.
Fecha: 02 de junio
2011 10:21 EST
Para: Christian Grey
A veces
realmente sabes cómo hacer que una chica la pase bien.
Gracias,
Ana x
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Escribo mi
respuesta a toda prisa y estoy de muy buen humor con ella lo que ocurre a
menudo cuando se trata de Anastasia.
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De: Christian Grey
Asunto: Volar en lugar de
adolorida
Fecha: 02 de junio 2011 10:25
EST
Para: Anastasia Steele
Tomaré cualquiera de esas por los ronquidos. También la pasé bien. Pero siempre lo hago cuando estoy contigo.
Tomaré cualquiera de esas por los ronquidos. También la pasé bien. Pero siempre lo hago cuando estoy contigo.
Christian Grey
CEO Grey Enterprises Holdings Inc.
CEO Grey Enterprises Holdings Inc.
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Contesta de inmediato.
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De: Anastasia
Steele
Asunto: RONQUIDO
Fecha: 02 de junio
2011 10:27 EST
Para: Christian Grey
YO NO RONCO. E incluso si lo hago, es muy descortés de su parte señalarlo.
YO NO RONCO. E incluso si lo hago, es muy descortés de su parte señalarlo.
¡No eres un
caballero señor Grey! Y tú
también estás en el profundo sur.
Ana
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¿Quién dice que
no me regaña o me reprende? Por
supuesto que sí. A menudo. Al escribir... Pero, de nuevo, esa es
una de las cosas que me gusta de ella.
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De: Christian Grey
Asunto: Somnílocua
Fecha: 02 de junio
2011 10:29 EST
Para: Anastasia
Steele
Nunca he dicho
ser un caballero, Anastasia y creo que te he demostrado ese punto en numerosas ocasiones. No estoy intimidado por
tus MAYÚSCULAS. Pero confesaré una pequeña mentira blanca: No, no roncas, pero
sí hablas y es fascinante. ¿Qué paso con
mi beso?
Christian Grey
CEO Grey Enterprises Holding Inc.
Le dije un
secreto más. Ella ha hablado en
sueños... de hecho mucho
últimamente. Ha sido más que fascinante. Eso
me hizo relajarme y descansar por un muy largo tiempo.
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De: Anastasia
Steele
Asunto: Suelta la sopa.
Fecha: 02 de junio
2011 10:33 EST
Para: Christian Grey
Usted es un canalla y un sinvergüenza y definitivamente no es un caballero.
Usted es un canalla y un sinvergüenza y definitivamente no es un caballero.
Entonces, ¿qué
fue lo que dije? ¡No hay besos
para ti hasta que hables!
Ana
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Su respuesta me hace sonreír. Sé que está retorciéndose en su asiento. Pero prefiero que lo diga cuando esté despierta y consciente.
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De: Christian Grey
Asunto: Habladora Bella
Durmiente
Fecha: 02 de junio
2011 10:36 EST
Para: Anastasia Steele
Sería más descortés de mi parte decirlo y ya he sido castigado por eso. Pero si te comportas, quizás te lo diga esta noche. Tengo que ir a una reunión ahora.
Sería más descortés de mi parte decirlo y ya he sido castigado por eso. Pero si te comportas, quizás te lo diga esta noche. Tengo que ir a una reunión ahora.
Nos vemos,
nena.
Christian
Grey
Gerente
General, Canalla y Sinvergüenza, Grey Enterprises Holdings Inc.
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Finalmente ahora
voy a la sala de reuniones privada. Hay
tres personas que poseen tierras que me interesan.
Después de las breves introducciones,
nos damos la mano y empezamos a hablar de negocios.
Taylor está
esperando junto a la puerta de pie, mirando impasible como lo hace normalmente. Debe haber recibido un mensaje, porque
se da la vuelta y revisa su celular. De pronto se voltea y veo que su rostro se
blanquea y sus ojos se abren. ¿Qué pasa?
Él me mira
especulativamente. Esa es su mirada de 911. Asiento con la cabeza y él sale a
hablar. Minutos más tarde, entra
de nuevo en la sala de reuniones.
_ Disculpe,
señor Grey, dice, y se inclina.
_ Ha habido
problemas en Escala señor. Sugiero que
termine la reunión y salgamos para contarle.
_ Señores, pido
disculpas por la interrupción. Pero
tenemos que programar la reunión para otra ocasión, lo siento. Tengo una
situación de emergencia en Seattle que me obliga a volver. Gracias por su
tiempo.
Salimos de la sala y Taylor comienza su
relato.
La Srta. Leila
ha ido a Escala a buscarlo, muy conmocionada. La Sra. Jones trató de calmarla, pero
estaba fuera de control gritaba sin parar y logró cortarse las muñecas en un
intento de suicidio, dice mientras mi cabeza no puede procesar lo que me dice y
lo miro sorprendido.
_ ¿Qué más? Le
digo con los dientes apretados.
_ La Sra. Jones la llevó al hospital y ahora la
están tratando. Creo que ella va
a estar bien, afirma.
_ Dígale a la
señora Jones que se quede con ella en el hospital hasta que yo llegue. Que la mantenga allí. Puede que tengamos que llevarla a un
hospital psiquiátrico y resolver su problema. Llama
al piloto que mantenga el avión listo. Volvemos a Seattle.
_ Señor Grey. Esperamos que todo esté bien, dice alguien
con una preocupación en su voz.
_ Gracias,
señor Brighton, contesto al darme cuenta de quien es. Nada que no se pueda
manejar, pero es algo que requiere mi presencia. Mi empresa se pondrá en contacto con
usted.
_ Gracias señor,
dice y me apresuro a marcharme a mi habitación.
¡Leila! ¿Por qué haría algo así? ¿Qué le pasó? No he puesto los ojos en ella desde
hace casi tres años y ella se casó después de que nos separamos. Irónicamente nos separamos porque ella
quería más y yo no quería. Ella
encontró a alguien que quería esas cosas con ella. ¿Entonces, qué es esto? Taylor y yo caminamos rápidamente para
empacar nuestras cosas mientras se pone en contacto con el piloto y el
copiloto. Llamo a Anastasia para decirle
que no voy llegar para la cena. Pero
ella no responde. No dejo
mensaje.
Pero suena mi
Blackberry y veo con alivio que es de Anastasia.
_ Anastasia,
contesto inmediatamente.
_ Hola, murmura
con timidez.
_ Tengo
que regresar a Seattle. Ha
surgido algo. Estoy
en camino hacia el Hilton Head ahora. Por
favor, pide disculpas a tu madre. No
puedo ir a cenar, le digo preocupado y molesto.
Leaving on a Jet Plane by Chantal Kreviazuk
_
¿Nada serio, espero? Ella pregunta preocupada.
_ Tengo una situación
con la que lidiar. Nos vemos el
viernes. Enviaré a Taylor para
que te recoja al aeropuerto si no puedo ir yo, le digo todavía enojado con
Leila, casi sin poder contenerme.
_ Está bien. Espero que resuelvas la situación. Que tengas un buen vuelo, dice con voz
apagada. La preocupación es por
mí... derrite mi corazón y sus
preocupaciones por un breve minuto me lleva de nuevo a la tierra.
_ Tú también,
cariño, le respondo. No es así como
esperaba tener mi día con Ana.
Cuelgo para llamar a la Sra. Jones y
averiguar los detalles. ¡Estoy hirviendo como loco! Mis cincuenta sombras de
mierda, están de vuelta para vengarse.
Leila un fastidio una manipuladora, sintio rabia que cristian no la quisiese a ella, c omo si los sentimientos fueran obligados, con todo y lo parecida que es a ana,ella no se imagina la gran diferencia entre las dos, gracias patricia perfecta tu traduccion y gracias de nuevo a emine .
ReplyDeleteSe va acercando el momento decisivo. Cada dia esta mejor.
ReplyDeleteMuchisimas gracias por el esfuerzo de traducir la historia.
ReplyDeleteMarta Raquel Cabdespi Muchas gracias por seguir alzando versiones distintas de 50 sombras...es emocionante leerlo desde cualquier punto de vista...EMINE sos una genia y PATRICIA toda una maestra para seguir traduciendo para las fanaticas...gracias a las dos!!!!
22 de noviembre a la(s) 13:49 · Me gusta · 1
Leidy Diana Bedoya Alabo el trabajo tan impecable que hace Emine al deleitarnos con esta historia es maravilloso. Gracias a Patricia por el trabajo tan maravilloso que hacer al permitir conocer de esta historia... GRACIAS A LAS DOS...
22 de noviembre a la(s) 14:31 · Me gusta
Ricsely Albornoz Ay dios mi Christian y su "mas" es tan bello y sin darse cuenta tan romántico! me enamora cada detalle que incluye Emine en el capítulo.. gracias a ambas emine y patricia por editar y traducir!!
22 de noviembre a la(s) 14:39 · Me gusta
Giselle Sanchez Rodriguez Gracias Emine y Patricia me encanta su trabajo!
22 de noviembre a la(s) 15:52 · Me gusta
Naty Leyva que capacidad tienen chicas para crear estos capitulos las felicito
22 de noviembre a la(s) 16:02 · Me gusta
Myno Nuñez Grey Gracias emine. Y patri!! Son unas genias!! Cada vez me engancho más!!
22 de noviembre a la(s) 16:03 · Me gusta
Marìa Jose Delgado Gracias!
22 de noviembre a la(s) 16:29 · Me gusta
Nancy Fica Soto que hermoso capitulo se ve que christian puede ser muy tierno con ana aunque tengas sus sentimientos escondidos emine sabes como tenernos pegado a estos tan buenos capitulos y tb a ti patricia x darte el tiempo de traducir mil gracias
22 de noviembre a la(s) 16:44 · Me gusta
Alejandra Moyano Emine que bien escribe buen trabajo !!!!
22 de noviembre a la(s) 16:46 · Me gusta · 1
Patricia Aurora Gracias Emine y Patricia, por hacernos conocer las 50 sombras de Cristian. Genias!!
22 de noviembre a la(s) 17:31 · Me gusta
Paola Baez Cada capítulo va mejor me encanta
22 de noviembre a la(s) 18:14 · Me gusta
Yenny Valero genial me encanto
22 de noviembre a la(s) 22:17 · Me gusta
Sandy Santana Super gracias por el.cap.
23 de noviembre a la(s) 0:45 · Me gusta
Jeannifer Pino Arce creo que soy adicta a este fanfic. muchas gracias chicas por todo lo que hacen para poder llegar a leer todo esto
4 h · Me gusta
Vita Garcia Rangel Este cap estuvooo genial Gracias EMine y Patricia
1 h · Me gusta
Ximena Arechua Me encanta, muy bien contado,