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Tuesday, July 28, 2015

Libro III - Capítulo XX: CINCUENTA SOMBRAS DE GREY - CHRISTIAN Y ANASTASIA

¿Qué es la locura, cuando la nobleza del alma 
está en desacuerdo con las circunstancias? ¡El día está en llamas! 
Sé de la pureza de la desesperación pura, 
Mi sombra cubre la pared  con sudoración, 
Ese lugar entre las rocas, ¿se trata de una cueva, 
O un tortuoso camino? El borde es lo que tengo.

En una época oscura por Theodore Roethke

ASPEN
CAPÍTULO XX



Anastasia se ve muy sorprendida. 

_ Pensé que habías nacido aquí en Seattle, murmura. Levanto mi brazo y me cubro la cara. Mi mente está completamente revuelta con varios escenarios de lo que puede significar ese vínculo  en Detroit. Al hijo de puta le gusta el sexo duro y a las sumisas. ¿Estamos emparentados? ¡Espero por Dios que no! Agarro una almohada y la coloco debajo de mi cabeza y miro a Ana con ojos cautelosos. Ella me mira expectante. Quiere saber. Es mi esposa, necesita saber mucho.

_ No. Elliot y yo fuimos adoptados en Detroit. Nos trasladamos aquí poco después de mi adopción. Grace quería estar en la costa oeste, lejos de la ciudad y  consiguió un trabajo en el Hospital del Noroeste. Tengo muy poca memoria de esa época. Mia se adoptó aquí, le explico. 
Y ese es el quid de la cuestión. Tengo memoria de un montón de mierda antes de mi adopción. Recuerdo mucho después de la adopción, pero hay un momento en que es sombrío, completamente desolado, es un lienzo en blanco en mi cabeza. No recuerdo al hijo de puta. Parece que me conoce y me ¡está volviendo loco! Eso significa que no recuerdo en qué parte de mi vida estuve con el desgraciado, aunque sea por un corto período de tiempo. El no puede ser mi hermano. Sé que en una parte de su historia vivió con una madre y un padre.

_ ¿Así que Jack es de Detroit?

_ Sí.

_ ¿Cómo lo sabes?

_ Verifiqué sus antecedentes cuando fuiste a trabajar con él.

Sus labios se contraen. 

_ ¿Tienes una carpeta de manila para él también?  Pregunta sonriendo.

Aprieto mi boca para ocultar mi diversión. —Creo que es de color azul pálido— Sigo pasando mis dedos por su cabello para calmarla.

_ ¿Qué dice en su expediente?

Parpadeo para ocultar mi malestar. Me agacho y acaricio su mejilla.  —¿De verdad quieres saber?— Pregunto.

_ ¿Tan malo es?

Me encojo de hombros. Es malo, pero cuando entrenaba en los clubes de sexo para ser un dominante, vi cosas peores. Había hombres realmente crueles. El hijo de puta y yo estamos hechos del mismo corte. —He conocido peores— le susurro. Ella no dice nada. Solo hace rizos en mi pecho. Sube la sábana sobre mí y coloca su mejilla en mi pecho.

_ ¿Qué? Pregunto. 

_ Nada, murmura y me frustra. Una vez más, ella me está ocultando.

_ No, no. Esto funciona en ambos sentidos, Ana. ¿Qué pasa?

Esta vez, ella levanta la cabeza  y evalúa mi expresión alarmada. Luego baja la cabeza y pone su mejilla en mi pecho de nuevo. Toma una respiración profunda, después de haber decidido hablar.

_ A veces me imagino cuando eras niño... antes de llegar con los Grey. Esa confesión me endurece inmediatamente. No quiero que mi mujer me ame por lástima.

_ No estoy hablando de mí. No quiero tu compasión Anastasia. Esa parte de vida, se fue.

_ No es lástima, Anastasia susurra fervientemente, completamente desmoralizada.       —Es... tristeza. Dolor de saber que alguien pudiera hacerle eso a un niño— Ella se detiene y toma una respiración profunda, tratando de calmar su voz para no llorar.       —¿Cómo puedes decir que se fue? Vives cada día con tu pasado. Tú mismo me dijiste. Cincuenta sombras, ¿recuerdas?

Resoplo exasperado. Tiene razón, por supuesto, pero odio que me compadezca, incluso si fuese por mínima cantidad. No quiero la lástima de nadie y menos de ella. Mi mano libre pasa por mi cabello. No puedo hablar para expresar un sentimiento que está bloqueando mi garganta, me sofoca. Mis músculos aún están tensos, tan tensos como las cuerdas de una guitarra.


Gladiador - Ahora somos libres

_ Sé que es porque sientes la necesidad de controlarme. De mantenerme a salvo.

_ Y sin embargo tú eliges desafiarme, le digo completamente confundido. Mi mano se detiene en su pelo razonando lo que me dice. Ella suspira y, finalmente, habla después de lo que parece minutos.

_ El Dr. Flynn me dijo que debería darte el beneficio de la duda. Creo que sí... no estoy segura. Tal vez es mi manera de hacerte llegar al aquí y ahora... lejos de tu pasado. No lo sé. Solo parece que no puedo lograr conseguir cuando reaccionas de forma exagerada, susurra. 

¿Qué? ¿Flynn le recomendó que me desafíe? —Maldito Flynn— murmuro. No voy a dejar que él guíe a Anastasia en esa dirección.

_ Él me dijo que debía seguir comportándome de la manera que siempre lo he hecho.

_ ¿Lo hizo?

Anastasia toma una respiración profunda, y eso es señal de que su cuerpo va a revelar algo... Algo… por lo que tiene que prepararse. —Christian, sé que amabas a tu madre y que no pudiste salvarla. No era tu trabajo hacer eso. Pero yo no soy ella.
Su declaración me apuñala el corazón. Ella mete la mano en las partes más oscuras de mi alma y saca a la luz las cosas que he enterrado y que deben permanecer sepultadas y un miedo inmenso me sacude.

_ No, es todo lo que puedo susurrar.

_ No, escucha. Por favor, —dice levantando la cabeza, fijando su mirada en la mía. Estoy petrificado, congelado. Incapaz de hablar o moverme. No quiero que esa mierda enterrada salga a la superficie. No quiero recordar el momento en que yo no tenía control sobre lo que me hizo a mí, o lo que le hizo a ella… a la puta morena que me crió— Yo no soy ella Christian. Yo soy mucho más fuerte que ella. Te tengo a ti y tú eres mucho más fuerte ahora y sé que me quieres. Te quiero, también, susurra con determinación en sus ojos.

¿No me compadece? ¿Todavía me ama? Frunzo el ceño.

_ ¿Todavía me quieres?

_ Por supuesto que sí. Christian, yo siempre te amaré. No importa lo que me hagas, ella responde con nada más que tranquilidad en su mirada. Exhalo un suspiro que he estado guardando por lo que parece horas. Cierro los ojos y los cubro con mi brazo de nuevo, pero esta vez, tengo a mi esposa aún más cerca de mí. El alivio me inunda al saber que todavía me ama a pesar de que le he castigado.

_ No te escondas de mí, susurra y tira de mi brazo de mi cara. Te la has pasado escondido toda tu vida. Por favor no lo hagas. No de mí.

_ ¿Ocultándome?

_ Sí.

Me muevo de repente y giro hacia mi lado, poniéndola a ella de lado en frente de mí. Paso mi mano por su pelo y meto un mechón detrás de su oreja.  

_ Esta mañana me preguntaste si te odiaba. No entiendo por qué y ahora… me detengo. Ella piensa que yo la comparo con la puta morena. Ella no se parece en nada a ella. ¡Ella es mi vida! Ella me debe odiar porque sabe lo que siento por la puta ¡Oh Dios! Por eso me preguntó esta mañana si yo la odiaba.

_ ¿Todavía crees que te odio? Pregunta incrédula.

_ No, le respondo negando con la cabeza. —Ahora no— Siento un alivio al saber que ella me quiere. —Pero tengo que saber... ¿por qué dijiste la palabra de seguridad, Ana?

Ella traga. —Porque... porque estabas tan enojado y distante y frío. Yo  no  sabía cuán lejos irías— dice en un suspiro. 

Y no sé cuando me detendría. Mi rostro está impasible, pero hay un tornado en mi alma. Yo la quiero mucho, y sin embargo, ella es la que me acaba de hacerse daño, ¡porque ella me desafía a cada paso!

_ ¿Ibas a dejar que me corriera? Pregunta con una voz apenas audible. Ella se sonroja desde el nacimiento del pelo, pero me mira fijamente sin parpadear, tratando de no perderse nada. Tengo que ser sincero con ella.


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_ No, le contesto finalmente.

_ Eso es... duro, dice decepcionada.

Paso mis nudillos por su mejilla. —Sin embargo efectivo— le digo. La miro y veo a la chica de quien me enamoré. La mujer que me ama a pesar de todas las sombras y toda mi jodida mierda. Ella me trata como nadie jamás me trató, y me molesta hasta el punto de volverme loco. Pero puedo confiar en ella para ponerme en la línea recta. —Estoy feliz de que lo hiciste— le confieso.

_ ¿En serio? Pregunta confundida.

Yo quería darle una lección para que entienda cómo me hace sentir, pero no quería hacerle daño. ¡Es la última cosa que haría! Solo quiero que haga un esfuerzo y se ponga en mis zapatos. No es fácil ser yo. Una triste sonrisa se arrastra en mis labios. —Sí. No quiero herirte. Me dejé llevar— le digo y me inclino para besarla. —Perdido en el momento— y pongo otro beso en sus labios. —Sucede mucho contigo— le confieso.

Ella sonríe ampliamente  y su alegría me hace sonreír también.

_ No sé por qué estás sonriendo, señora Grey.

_ Yo tampoco.

¡Oh, nena, te quiero tanto! La envuelvo en mis brazos, y pongo mi cabeza en su pecho, en sus pechos suaves. Escuchar sus latidos me trae un inmenso consuelo, me relaja.  Su mano llega hasta mi espalda y me acaricia rítmicamente. Su otra mano se enreda en mi pelo, suavemente acariciando  y me calma. Suspiro por el amor que me está mostrando, es inmensamente relajante.
_ Eso significa que puedo confiar en ti para detenerme. No quiero lastimarte nunca. Necesito... me quejo y me detengo.

_ ¿Necesitas qué? Ella sondea.

_ Necesito control, Ana. Al igual que te necesito a ti. Es la única manera en que puedo funcionar. No puedo dejarlo ir. No puedo. Lo he intentado… y sin embargo contigo… sacudo la cabeza.

No puedo perder el control de su vida. Ella no va a dejar que me ocupe de ella. ¿No entiende que es lo que más valoro? ¿Qué ella es mi lugar seguro? Sin ella no soy nada. Si la pierdo no me queda nada. Es por eso que soy excesivamente protector con ella. Ella es la única persona, en la que siento todo. Amado. Ella es la esencia de mi existencia.  ¿Cómo no voy protegerla?

_ Yo también te necesito —susurra y me abraza con más fuerza—  Voy a tratar, Christian. Voy a tratar de ser más considerada.

Aquí va. —Quiero que me necesites— me quejo.

_ Lo hago, dice ella con un tono feroz.

_ Quiero cuidar de ti.

_ Lo haces. Todo el tiempo. Te extrañé mucho cuando estabas lejos, me dice.

_ ¿En serio? Pregunto completamente sorprendido. Si  me echaba de menos y echa de menos  mi ausencia, ¿por qué no se vino conmigo?

_ Sí, por supuesto. Odio cuando te vas, dice ella haciéndome sonreír.

_ Podrías haber venido conmigo.

_ Christian, por favor. No vamos a tocar ese mismo argumento. Quiero trabajar.

Suspiro. ¡Escoge tus batallas Grey! Me recuerdo. Paso los dedos por el pelo.

_ Te quiero, Ana.

_ Te quiero, también, Christian. Siempre te querré.

Por fin quedamos quietos juntos en calma y tranquilidad, después de que las tormentas de nuestras almas trajeron todo a la superficie. Anastasia cae en un profundo sueño en mis brazos y yo pronto me duermo también.



****      *****

_ ¿Sr. Grey? ¿Recibió usted también el mensaje? Me pregunta Taylor.

_ ¿Cuál mensaje?

_ La habitación del pánico... Se ha activado. Él está llamando a seguridad sin esperar mi respuesta. El teléfono suena y suena y suena. No hay respuesta. Sólo el tono de marcado inquietante que indica que no hay nadie para responder. Tomamos un taxi y no va lo suficientemente rápido. Se detiene en cada semáforo en rojo de mierda y ¡no se moverá más rápido! Luego veo a Escala al final de la carretera, que se aleja y aleja como si no estoy destinado a llegar. El miedo me supera. ¡Algo terrible ha sucedido! Sé que… algo terrible. ¡Algo que no debería de ver!

¡Estoy completamente inmóvil! No puedo salir del vehículo. Mis músculos están congelados; no puedo ni mover un dedo. Mi mujer está más allá de las puertas de Escala. ¡Estoy como atornillado en el asiento trasero del vehículo! Taylor me está sacando del mismo. Tirando de mí sin poderme sacar. Hasta que logra sacarme y corremos hasta el ascensor. Esperamos y esperamos pero no llega. El reloj invisible suena en mi cabeza.

_ ¡Escaleras! grito. Corro por las escaleras y son en forma de caracol, retorcidas ¿Es que no estoy destinado a llegar a casa? ¿Llegar a Ana? Pero entonces, aparecen las puertas del ático y están abiertas de par en par.  Despegadas del marco, colgando... De hecho, todo parece estar roto por dentro. Jarrón, flores marchitas una tras otra esparcidas como muertos en batalla y un gran charco de agua. Tanta agua… estoy de pie parado sobre el charco. Taylor está junto a mí con los ojos completamente abiertos.  No puedo respirar. Trato de moverme, pero mis piernas no me llevan. Entonces finalmente me doy cuenta de que estoy de pie en el agua. Por fin camino y dejo huellas húmedas detrás de mí. Huellas carmesí... no estoy de pie en el agua. ¡Estoy de pie en un charco de sangre! ¿De quien es la sangre? El primer cuerpo que encontramos es el de Ryan. Un disparo a través de su corazón y una línea roja sigue saliendo por su camisa blanca. Camino alrededor de su cuerpo buscando la manera de ver que realmente ha sido asesinado.  

_ Gail… dice Taylor con voz asustada que no puedo reconocer. Ella es el siguiente cuerpo que está tirado en el salón. Su rostro está sangriento.  Sus manos descansan en la piscina de sangre. Taylor corre hacia ella y me mira con ojos acusadores. Él la abraza contra su pecho y se balancea hacia atrás y hacia adelante con ella en sus brazos. Estoy aterrorizado. ¿Dónde está Ana? ¿Dónde está mi esposa? No tengo que ir muy lejos. También está tirada en el suelo tras la puerta de la habitación del pánico. Fría. Inmóvil. Sin vida. Mi razón de ser no está más. ¡Ella se ha ido! ¡Ido lejos de mí! Un grito que no reconozco sale de mi voz.

_ ¡Anaaaa! Ella no responde. ¡Ella no puede responder! Su boca está sellada y sus ojos muy abiertos, sin vida. Simplemente no hay luz en ellos. Quito la cinta de su boca. El grito silencioso se quedó congelado en su cara, grabado para mí. Puedo ver el horror en sus ojos como impresión final. Está desnuda, profanada… No puedo sentir otra cosa que un inmenso dolor, agonía y angustia. ¡Yo no estuve aquí para protegerla! ¡La dejé morir! ¡La dejé morir! ¡No valgo nada! Las lágrimas salen de mí como un diluvio torrencial. La sostengo apretada a mi pecho, meciéndome con ella, besando su cara, pero no quiere despertar. ¡Ella no va a despertar! Mis gritos son desgarradores y se oyen a todo el alrededor.

_ ¡No! ¡Nooo! ¡Nooo! ¡No, nena, no! ¡Despierta! Por favor, no me dejes... ¡No me dejes en mi propio infierno! ¡Ana, que no puedo vivir sin ti! Sollozo. La locura se apodera de mí. ¡No puedo vivir sin ella!

_ ¡No! ¡No! ¡Nena, no! Clamo.

_ Christian, despierta... oigo una voz lejana. ¡Su voz viene de los cielos! El suelo bajo de mi se sacude y los cielos se abren.

Incluso en la muerte - Evanescence

_ ¡Christian, por favor despierta!

Abro mis ojos, salvajes, temerosos, aterrado con lo que voy a encontrar. Un par de ojos azules se me quedan mirando. Me siento desolado. ¿Estoy en el cielo, o en mi infierno personal?

_ Christian, estás teniendo una pesadilla. Estás en casa. Estás a salvo, dice el ángel. Parpadeo. Yo quiero que esto sea real. Miro a mi alrededor frenéticamente tratando de ver la sangre y los cuerpos. Nada... Sólo una luz suave y estoy en la sala de juegos. Vuelvo la mirada de nuevo hacia el ángel. ¿Ana? Ana...  respiro, y agarro su cara con ambas manos, y tiro de ella hasta mi pecho y la beso con fervor, como si mi vida dependiera de ello. Mi lengua la invade, tomando su sabor con desesperación. Quiero sentir su presencia, quiero sentir que está viva, conmigo, quiero estar dentro de ella, de todas las maneras posibles. ¡Necesito saber que ella está aquí! Me doy la vuelta, y estoy encima de ella, mis labios todavía bloqueados con los suyos, empujándola fuertemente contra el colchón; como si estuviera tratando de llegar a ella a través del tiempo y el espacio y por este miedo que me está cubriendo. Le agarro la mandíbula y mantengo su cabeza inmóvil. Meto mis rodillas para abrir sus piernas y me acomodo entre sus muslos.

_ Ana… jadeo, dando gracias a Dios una y mil veces por tenerla de nuevo conmigo. La miro por una fracción de segundo, entonces sello mis labios sobre los suyos otra vez. Queriendo fusionar nuestras almas para sentir su presencia.  Me quejo en voz alta sabiendo que está debajo de mí y mi erección está empujando en contra de ella a través de mis jeans. Beso su rostro, sus ojos, sus mejillas y su mandíbula frenéticamente.

_ Estoy aquí, susurra. Estoy aquí, me tranquiliza de nuevo, envolviendo sus brazos alrededor de mí y mueve su pelvis tentadoramente.

_ Oh, Ana... Te necesito. Mi voz es baja, apenas audible, entre cortada y áspera.

_ Yo, también, susurra intensamente. Hay necesidad en su voz, deseo, amor, me muevo y desabrocho mi bragueta, dispuesto a conectarnos. Busco a tientas mi erección masiva que salta libre del pantalón. ¡Joder la amo! La miro a sus ojos, la necesito, pero quiero que ella quiera. 

_ Sí. Por favor, ella pide necesitada. Y sin decir nada más, me entierro en sus profundidades.

_ ¡Ah! Ella grita, sorprendida por la rapidez con que entro. Me quejo en un suspiro cuando siento su sexo apretado. Mis labios descienden sobre ella una vez más y empujo mi lengua más profunda, con más fuerza tratando de llegar con todo mi amor, toda la lujuria y deseo por ella. Tratando de borrar el miedo. Ella se encuentra con mi empuje.






Gruño cuando mi orgasmo es inminente y estoy perdiendo mis sentidos. —Ana…— digo su nombre con incoherencia, mientras vierto todo mi amor dentro de ella. Mi cuerpo agotado cae en peso con fuerza jadeando sin aliento.

Ella se aferra a mí, finalmente logrando tomar una bocanada de aire y se retuerce debajo de mi vientre. Salgo con facilidad de ella y la abrazo fuertemente por mucho, mucho tiempo.  Cuando bajo de mi éxtasis y mi miedo, sacudo la cabeza y me apoyo en mis codos para liberarla de mi peso. La miro con ojos expresivos totalmente abiertos.

_ Oh, Ana. Dulce Jesús… la beso con ternura. 

_ ¿Estás bien? Pregunta acariciando mi cara. Me las arreglo para asentir, sacudido, pero despierto. Le miro la cara de nuevo. ¡A la mierda! Creo que estoy follando solo y mi mujer todavía está frustrada y sin alivio.

_ ¿Tú? Pregunto con cierta preocupación y disgusto en mi voz.

_ Uhm... dice retorciéndose debajo de mí. No entonces… le doy una sonrisa lasciva. Oh nena, puedo rectificar fácilmente esta situación.

_ Señora Grey, tiene necesidades, le digo y la beso rápidamente. Salgo fuera de la cama y me arrodillo al final. Me levanto un poco y la agarro por encima de las rodillas y tiro de ella hacia mí, dejando sus nalgas justo al borde de la cama.

_ Siéntate, le ordeno y ella finalmente logra incorporarse, el pelo es un velo sobre su rostro, sus pechos. Mi mirada se fija en ella sin parpadear y abro suavemente sus piernas. Ella se inclina hacia atrás en sus manos.

_ Eres jodidamente hermosa, Ana. Ella es toda una belleza desnuda. Meto mi cabeza entre sus muslos y dejo rastros a través de ellos, mientras busco el camino para el gran premio: el vértice de sus muslos.



_ Mírame, le digo. Quiero que me vea como le doy placer con mi boca y quiero verla perderse conmigo.  Pongo mi lengua sobre su clítoris. ¡Te voy a adorar con mis labios y mi lengua bebé! Juego y remolino mi lengua en su clítoris y luego la sumerjo en su sexo, en su punto sensible. Profundizo, acaricio, estimulo. No me detengo y hago que se venga en un orgasmo haciendo que haga un arco con su pecho gritando mi nombre. Yo beso su vientre y sus manos aún tiemblan con las secuelas del éxtasis. Ella se las arregla para acariciar mi pelo.  
_ No he terminado contigo todavía, me quejo. Extiendo mis manos sosteniéndola por sus caderas y la saco fuera de la cama hacia el suelo donde estoy de rodillas y la atraigo a mi regazo en donde mi erección la espera.   Ella corta su respiración.

_ Oh, nena… envuelvo mis brazos a su alrededor, acunando su cara y besándola;  bajo mis manos a su trasero y empujo mis caderas para encontrarme con ella en descenso.

_ Ah… gime, y sello mis labios en los suyos otra vez, y poco a poco, suavemente, hacemos el amor. Ella inclina su cabeza hacia atrás y flexiona los muslos y comienza a moverse, a cabalgarme, su boca abierta disfrutando en la más absoluta felicidad.  


A Night to Remember - Bryan Adams

_ Ana… me inclino hacia abajo y beso su garganta. La sostengo con fuerza y salgo con facilidad dentro y fuera de ella, levantándola, empujándola en perfecta sincronización.

_ Te amo Ana, le susurro cerca de su oído. Mi voz es baja, carnal y amorosa. Ella gime con las manos alrededor de mi cuello apretando mi cabello y jalándolo.  

_ Te amo también Christian, dice con los ojos muy abiertos. Ella sube y baja con deleite y siento cuando su sexo aprieta alrededor de mi erección, llegando a su punto culminante, con su orgasmo inminente.

_ Vente para mí bebé, le susurro en voz baja. Ella cierra los ojos con fuerza al oír el sonido de mi voz y se viene con fuerza. Mi propio clímax es intenso, estremeciendo mi alma. Mi frente contra la de ella, susurrando su nombre, mis brazos a su alrededor, mi liberación es intensa, como siempre, solo con ella.



****      *****

Finalmente la levanto y la acuesto en la cama sobre mí, los dos completamente saciados. Paso mi nariz por su cuello y comienzo a acariciar su espalda.

_ ¿Estás mejor ahora? Le susurro

_ Hmm...

_ ¿Nos vamos a la cama, o quieres dormir aquí?

_ Hmmm... ella responde incoherentemente.

_ Señora Grey habla conmigo, le digo divertido. Me complace saber que puedo conseguir que mi esposa se pierda en el placer.  

_ Hmm….

_ ¿Eso es lo mejor que puedes hacer?

_ Hmmm….

_ Ven. Déjame que te llevo a la cama. No me gusta dormir aquí.

Finalmente se voltea hacia mí.

_ Espera, ¿Estás bien? Pregunta. Asiento con la cabeza con aire de suficiencia. Estoy completamente satisfecho.

_ Lo estoy ahora.

_  Christian…  —me regaña mientras acaricia suavemente mi cara—  Estoy hablando de tu pesadilla.

Mi expresión se congela. Cierro los ojos recordando y mis brazos la aprietan como bandas de acero. Entierro mi cara en su cuello.

_ No… le susurro cuando las imágenes inundan mi mente. Aún me asusta.  

Ella pasa sus manos por mi espalda y por el pelo.

_ Lo siento. Está bien,  murmura tratando de consolarme. Está bien. Estoy aquí. Está bien, dice una y otra vez.

Cuando el sentimiento de pérdida disminuye, me preparo para salir de aquí.

_  Vamos a ir a la cama, le digo en voz baja. Me alejo de ella y me levanto, ella se apresura para venir detrás de mí y se envuelve en la sábana de satén y recoge la ropa del piso.  

_ Deja eso, le recuerdo y antes de que pueda decir otra palabra, la levanto y la llevo en mis brazos. —No quiero que tropieces con esta sábana y te rompas el cuello— Ella sonríe y pone sus brazos alrededor de mí, y me acaricia. La llevo hasta nuestro dormitorio y a nuestra cama y  espero hasta que se duerma.

Su inocencia, su belleza, la forma en que se aferra a mí derrite mi corazón. ¿Cómo puedo amar a alguien con esta fuerza, esta forma indeleble, esta pasión? Si alguien me hubiera dicho que esto iba a pasarme, o que era incluso humanamente posible, le habría dicho que está loco. Simplemente esta relación no era para mí y sin embargo aquí estoy complemente enamorado de ella.  Hemos  tenido una mierda de días. El pensamiento de que alguien estaba fuera para hacerle daño me está volviendo loco. Los dos estamos estresados y abrumados por lo que Hyde hizo. Necesitamos descansar, y no sé si podemos hacer eso aquí. Los paparazzi están constantemente fuera de Escala, SIP y GEH. Tenemos que salir de la ciudad, por lo menos para el fin de semana. ¡Por supuesto! ¿Por qué  no pensé en esto antes? ¡Tenemos que ir a Aspen!

Poco a poco me deslizo fuera de la cama sin molestar a Anastasia y la cubro asegurándome de que esté cómoda. Me dirijo a mi estudio, y vuelvo a mi ordenador. Mando un correo electrónico a Mia y Elliot.
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De: Christian Grey
Asunto: Aspen... hoy
Fecha: 27 de agosto 2011 02:58
Para: Mia Grey; Elliot Grey
CC: Jason Taylor

Hola Mia y Elliot,

Estoy planeando sorprender a Anastasia llevándola a Aspen hoy. A parte de tener unos días estresantes y luego de que Hyde interrumpió en nuestro apartamento, es de necesidad hacer una escapada de fin de semana. Díganle a Ethan y a Kate que vengan con ustedes, harían este viaje mucho mejor. Cancelen cualquier plan que tengan, no les permito excusas. Vamos a volar en mi Jet. Taylor les informará los detalles. Tienen el tiempo suficiente para hacer las maletas. Si no, simplemente empacan su cepillo de dientes y comprarán lo que necesiten en Aspen.

Christian
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Entonces le mando un texto a Taylor para que le informe a la tripulación y que tengan el jet preparado y me informen de inmediato la hora de salida.

Esto será bueno para los dos. Me siento sofocado, lenta y dolorosamente. No tener el control sobre los acontecimientos me tiene caminando en piedra caliente. ¡Hyde de mierda! ¡Si hubiese estado aquí justo cuando invadió mi casa, lo hubiera matado! Entonces Ana... ¡Me dijo la palabra de seguridad! Ella no confía en mí lo suficiente. ¿Pensaba que no me detendría? Todavía piensa que podría hacerle daño.  No puedo deshacerme de la idea de lo que podría haberle sucedido la noche anterior... ¿Qué hubiese pasado si el hijo de puta la secuestra? ¿Y si ella llega a casa cuando estaba aquí escondido? ¿Y si la viola, la asesina? Me muero... He muerto mil muertes, sangrando lentamente por dentro, incapaz de atender mis heridas, ni poder irme a una esquina para lamerlas. Impotente… completamente solo… me dirijo al piano. Mi único amigo en este momento... La única manera que tengo de ahogar mis penas. Me estoy ahogando, y no hay manera de salir a la superficie. Empiezo a tocar a Chopín. Frío, temeroso, quejumbroso, triste…


Chopin - Suffocation

Sofocación de Chopin y la toco una y otra vez. Termino sólo para empezar de nuevo. Cuánto tiempo ha pasado. ¿Veinte minutos, treinta? No lo sé. Me estoy ahogando. Soy un hombre absolutamente triste, un hombre en llamas. Siento su presencia, observándome. Poco a poco se abre paso al piano, pero no levanto la mirada. Se sienta a un lado en el banco apoyando su cabeza en mi hombro. Le beso el pelo, pero no me detengo hasta terminar la pieza. Ella mira a escondidas hacia mí con cautela.  

_ ¿Te desperté? Pregunto.

_ Sólo porque no estabas. ¿Cómo se llama esa pieza?

_ Es Chopin. Es uno de sus preludios en Mi menor. Se llama Sofocación. Ella se estremece y entonces se acerca y toma mi mano. 

_ ¿Todo esto te afecto eh?

Resoplo. ¿Afectado? ¿Cómo se las arregla para restarle importancia a todo? —Un idiota trastornado se mete en mi apartamento para secuestrar a mi esposa. Ella no hace lo que se le dice. Ella me vuelve loco. Usa las palabras de seguridad en mi contra —Cierro los ojos con fuerza y cuando los abro la tristeza y el miedo siguen presente— Sí, estoy bastante afectado.

Ella aprieta mi mano en respuesta. —Lo siento— es todo lo que dice.

Me doy vuelta y presiono mi frente contra la de ella —Soñé que estabas muerta— le susurro.

Sus ojos se abren.

_ Tirada en el piso... tan fría... y  no despertabas.

_ Hey, era sólo un mal sueño, me tranquiliza. Ella toma mi cabeza entre sus manos viendo mis ojos con la infernal angustia.

_ Estoy aquí y tengo frío sin ti en la cama. Vuelve a la cama por favor, me suplica tomando mi mano y poniéndose de pie. Necesito saber que ella está conmigo, mantenerla cerca durante toda la noche. Finalmente me paro y ella mira mi vientre con mis pijamas colgando bajo, una mirada deseosa, caliente. Pero nos vamos a la cama y nos envolvemos como la hiedra en una pared.  

****      *****
Lo que me despierta es una mirada sobre mí. Puedo sentirla incluso en mi sueño. Levanto la cabeza y miro a mi esposa con ojos soñolientos.

_ Buenos días, señor Grey, sonríe.

_ Buenos días, señora Grey. ¿Has dormido bien?  Le pregunto estirándome.

_ Una vez que mi marido dejó de hacer ese terrible ruido en el piano, sí, lo hice.

Le sonrío tímidamente. La timidez es algo que he desarrollado a su alrededor, y yo  no sabía siquiera que poseía tal emoción. —¿Terrible ruido? Me aseguraré, de enviarle un correo electrónico a la señorita Kathie y hacérselo saber.

_ ¿La señorita Kathie? Pregunta con curiosidad.

_ Mi profesora de piano.

Se ríe en respuesta. El mejor sonido para escuchar por la mañana.

_ Ese es un sonido encantador. ¿Tendremos un mejor día hoy?  Pregunto.

_ Claro. ¿Qué quieres hacer?

_ Después de haber hecho el amor con mi esposa, y ella me prepare el desayuno, me gustaría llevarte  a Aspen.

Su mandíbula cae. 

_ ¿Aspen?

_ Sí, digo reprimiendo una sonrisa.

_ ¿Aspen, Colorado?

_ El mismo. A menos  que lo hayan  mudado. Después de todo, pagaste veinticuatro mil dólares por esa experiencia.

Su sonrisa en respuesta es afirmación de la vida. 

_ Ese fue tu dinero.

_ Nuestro dinero, le recuerdo por milésima vez.

_ Fue tu dinero cuando hice la oferta, dice ella rodando los ojos. Mis cejas se disparan.

_ ¡Oh, señora Grey, usted y sus ojos en blanco! le susurro y paso mi mano por su muslo.

_ ¿No se tarda horas  llegar a Colorado? Pregunta.

_ No en jet,  respondo seductoramente y paso mi mano por su nalga, rozando su cuerpo y levantando su camisón de seda para perdernos el uno en el otro.

****      *****

Vestidos, y con todo listo para salir, suena mi Blackberry. Miro el nombre y frunzo el ceño. Es Elliot. Espero que no esté diciendo que no para el viaje. Le hago una seña a Ana con mi dedo indicándole que espere un minuto y entro en mi estudio.

_ ¿Elliot? No me estarás diciendo que no ¿verdad?

_ Hola a ti también, Christian dice, y oigo su sonrisa. —No, no lo estoy. No puedo creer que te esté preguntado esto, porque al ser tan inexperto, pero bueno… tienes más experiencia que yo en este campo— dice haciendo una pausa.

_ ¿En qué campo sería? Pregunto con aprensión. ¿Le habrá dicho Katherine algo sobre mi estilo de vida?

_ ¡Decidí preguntarle a Kate si se quiere casar conmigo! Puesto que tú y Ana se ven tan felices, y estoy enamorado de Kate, ¡Christian ella es única! ¡La amo! Ella piensa que estoy enojado con ella porque discutimos después de que hablaste conmigo, y bueno… de todos modos… ella es así… ella no se toma la mierda de nadie, ese es su carácter ¡Y la amo por eso! Elliot por primera vez lo siento incoherente con la expresión de sus pensamientos.  

Estoy sin palabras por un momento. ¿Mi hermano Elliot quien ha sido el tirador más grande desde Casanova, está enamorado y quiere casarse? ¿Con Katherine Kavanagh? Yo no soy demasiado aficionado a ella debido a su comportamiento intrusivo, pero como ella quiere a mi esposa y es protectora con ella, estoy dispuesto a pasar por alto algunas de sus transgresiones. No todas ellas. Solo algunas. Todavía estoy jodidamente enojado por su intromisión. Pero es la vida de Elliot. Puede hacer con su vida lo que quiera. Él podría hacer peor que Kavanagh. Es amiga de Ana y ella la aprecia. No me doy cuenta de que estoy en silencio cuando Elliot habla de nuevo.

_ ¡Bueno, di algo! ¡Siempre tienes algo que decir!

_ ¡Wow! ¡Si ella es a quien quieres Elliot, no podría estar más que feliz por ti!

Oigo un suspiro de alivio en él.

_ No sé cuándo y cómo quiero hacerlo, pero estando ustedes allí… ya sabes, viendo el amor entre ustedes, quizás me dé un poco de coraje y se lo proponga, ya sabes que a ella le gusta ser el centro de atención.

_ Estoy seguro de que encontrarás el lugar y el momento adecuado. Estoy muy feliz por ti, hermano, Y... hago una pausa.

_ ¿Sí?

_ Estoy contento de que compartieras la noticia conmigo. ¿Papá y mamá lo saben?

_ ¿Qué? ¿Crees que quiero ese tipo de presión sobre mí? Por supuesto que no. ¡Tú eres el primero!

_ ¡Estoy muy emocionado, Elliot! Esperemos que ella diga que sí, le digo para fastidiarlo.

_ ¡Claro que lo hará! ¡Si no lo hace estoy jodido! Estoy seguro de que tú me consolarás.

_ ¡No apostaría por ello, Elliot! Me voy a escapar de Seattle con mi esposa. Tú asegúrate de convencerla, por que no te daré ningún consuelo.

_ ¡Muchas gracias bro! dice burlón. ¡Nos vemos pronto!

Cuelgo.

_ ¿Quiera era? Pregunta Ana cuando salgo.

_ Sólo algunos arreglos nena, le digo, y ella entrecierra sus ojos, pero no pregunta más.

****      *****


La sorpresa está lista. Todos: Kate y Elliot, Ethan y Mia, han confirmado que van a venir. Ellos deben estar antes de que lleguemos a la pista. Estoy ansioso. Quiero que Anastasia esté siempre feliz, alegre, incluso con solo descubrir que sus amigos estén con nosotros por un fin de semana escapados en Aspen. Ya me imagino la reacción. Hago un repaso mental chequeando que todo esté en orden, mientras Taylor nos lleva. El Jet está esperando. Ya ha avisado al ama de llaves para que la casa esté lista para todos los invitados.  Transporte contratado. ¡Y el amor de mi vida a mi lado!

Cuando llegamos al Sea-Tac; el tiempo en Seattle es sombrío, pero espero que esté mucho mejor en Aspen. ¡Estoy increíblemente feliz! ¡Quiero mostrarle a mi esposa lo que tenemos en Aspen! Quiero pasar un buen momento después de todos estos pocos días de mierda. Estoy vestido con mis vaqueros negros y camiseta blanca. Anastasia lleva vaqueros que le cuelgan en las caderas, una camiseta y una chaqueta que la hacen ver caliente. Tomo su mano cuando el carro se detiene en las escaleras del jet.  

_ Tengo una sorpresa para ti, le digo y beso sus nudillos.

Sus ojos se iluminan, bailan con curiosidad y ella sonríe. 

_ ¿Buena sorpresa?

_ Eso espero, le digo sonriendo. Quiero que sea feliz con esto. Estoy  emocionado y conteniendo la respiración para no reír.  

Sawyer salta desde el asiento del acompañante y  abre la puerta de Anastasia. Taylor me abre la mía y luego se devuelve para agarrar nuestro equipaje del maletero. Tomo la mano de mi esposa y subo los escalones del jet. Stephan está esperando en la parte superior de las escaleras y la primera oficial Beighley está en la cabina lista para el vuelo. Stephan  me da la mano. 

_ Buenos días, señor, dice sonriendo.

_ Gracias por hacer esto en tan poco tiempo, le digo sonriendo a su vez.  ¿Todos en su lugar?

_ Sí, señor. Con eso, Anastasia se da la vuelta y mira en la cabina con los ojos muy abiertos para encontrar a Kate, Elliot, Ethan y Mia  todos sonrientes y sentados en los asientos de cuero. ¡Anastasia se da vuelta para mirarme con alegría absoluta!

_ ¡Sorpresa! Le digo.

_ ¿Cómo? ¿Cuando?  Murmura en éxtasis completo y  euforia.

_ Me dijiste que no veías suficiente a tus amigos, le digo encogiéndome de hombros despreocupadamente. Le doy una sonrisa de disculpa por eso.

_ ¡Oh, Christian, gracias! Dice con sus brazos alrededor de mi cuello, y me besa con fuerza frente a todos nuestros huéspedes y la tripulación. En un instante me enciende. Engancho mis pulgares en las pretinas de sus pantalones y profundizo el beso. Ella está conmigo.

_ Sigue así  y te arrastro hasta el dormitorio, me quejo en sus labios.

_ No te atreverías… susurra de vuelta y… ¡ay bebé como me encanta que me retes!


_ Oh, Anastasia, sonrío y agito la cabeza. La libero rápidamente, me inclino hacia abajo y la agarro por sus muslos y la levanto sobre mi hombro como un Neanderthal haría con su esposa.

_ ¡Christian, bájame! Chilla golpeando mi espalda. Mi piloto sonríe y se dirige a la cabina sacudiendo la cabeza. Camino a través del estrecho pasillo pasando por delante de los invitados. La boca de Ethan se abre igual que la del resto que están gritando y sonriendo.

_ Si me disculpan, les digo. Tengo que hablar con mi esposa en privado.

_ ¡Christian suéltame!

_ Todo a su tiempo, cariño.

Cuando entro en la cabina, cierro la puerta detrás de nosotros, y finalmente la libero deslizándola por mi cuerpo. Sonrío completamente alegre, porque esto es tan absolutamente normal.

_ Fue todo un espectáculo, Sr. Grey, murmura mientras se cruza de brazos y me mira con  desagrado.

_ Eso fue divertido, señora Grey ¡Estoy tan jodidamente feliz ahora!

_ ¿Vas a seguir adelante? Pregunta arqueando una ceja. Ella se sonroja. Entrecierra los ojos y reconoce mi intensa mirada que es exclusiva para ella. Yo sé que está pensando en lo que hicimos aquí en nuestra noche de bodas. Sonrío como el gato de Cheshire, recordando y ella hace lo mismo.

_ Yo creo que puede ser grosero mantener en espera a los invitados, le digo y doy un paso adelante hacia ella. Ella da un paso atrás y apoya su espalda en la pared. Estoy tan cerca, que estamos en el campo gravitacional de cada uno. Me inclino hacia abajo y dirijo mi nariz a lo largo de la ella.

_ ¿Buena sorpresa? Le susurro mi pregunta, ansioso por averiguarlo. Quiero que ella sepa que yo no estoy tratando de mantenerla alejada de sus amigos. Estoy muy ansioso y preocupado por su seguridad. Eso es lo primero, pero estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para mantenerla feliz.

_ Christian una sorpresa fantástica, responde  mientras corre sus manos en mi pecho, finalmente envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello, besándome.

_ ¿Cuándo organizaste esto? Pregunta mientras se aleja, acariciando mi pelo.


Michael Jackson - You Rock My World

_ Ayer por la noche, cuando  no podía  dormir. Envié un correo electrónico a Elliot y a Mia y aquí están.

_ Eso fue muy considerado. Gracias.  Estoy segura de que la pasaremos muy bien.  

_ Eso espero. Pensé que sería más fácil evitar la prensa en Aspen que en casa. Ella se estremece.

_ Ven. Será mejor que tomemos nuestros asientos. Stephan despegará dentro de poco,  le digo y extiendo mi mano hacia ella y caminamos de nuevo a la cabina. Mi hermano da vítores a medida que salimos, incapaz de callarse y hace su comentario burlón.   —¡Eso sí que fue un rápido servicio a bordo!— Lo ignoro.

_ Por favor, damas y caballeros permanezcan sentados ya que pronto iniciaremos el despegue. La voz de Stephan suena a través del intercomunicador. La azafata Natalie llega a través de la cabina y recoge las tazas de café vacías y Anastasia la observa como un halcón cuidando su territorio, por lo que me complace.

_ Buenos días señor Grey, señora Grey, dice ronroneando mi nombre que ignoro y Anastasia entrecierra sus ojos. Yo sonrío educadamente, y tomo mi asiento frente a Elliot y Kate. Anastasia los saluda a todos y se sienta a mi lado abrochando su cinturón.

_ Espero que hayas empacado tus botas de escalar, le digo a Anastasia calurosamente.

_ ¿No vamos a esquiar? Pregunta sorprendida y me hace sonreír.

_ Eso sería un desafío en agosto, le respondo. Ella se sonroja.

_ ¿Tú esquías Ana? Le pregunta Elliot.

_ No.

Extiendo mi mano y sostengo a mi esposa.

_ Estoy seguro que mi hermanito podrá enseñarte, dice guiñando un ojo —También es rápido en las pendientes— añade con doble sentido, haciendo que Ana se ruborice. Me le quedo mirando impasible, pero realmente estoy tratando de ocultar mi diversión. Cuando el avión comienza a moverse Anastasia se pone nerviosa. Ella le tiene miedo a los despegues. La azafata Natalia comienza con los procedimientos de seguridad con voz clara. Anastasia entrecierra sus ojos y la examina. ¿Por qué está tan marcada por ella?  Esta mujer no tiene nada demás que Anastasia.

_ ¿Estás bien? Le pregunta Katherine a Anastasia. ¿Quiero decir siguiendo el negocio de Hyde?

Anastasia asiente en respuesta. Puedo sentirla tensa bajo mi mano. ¿Por qué insiste Kate sondeando?
_ ¿Y por qué enloqueció de rabia de esa forma? Pregunta más. Ella sacude su pelo hacia atrás y se centra en nosotros. Ella no me intimida. Miro  su emoción y encogiéndome de hombros le contesto —Lo despedí—  le digo con brusquedad. Pero ella no se rinde.

_ ¿Por qué?  Pregunta inclinando su cabeza. Esta vez Anastasia contesta.

_ Intentó hacer algo conmigo.

_ ¿Cuándo?

_ Hace mucho tiempo.

_ ¡Nunca me lo dijiste! Kate explota. ¿Por qué iba a hacerlo? Soy el marido; puedo cuidar de mi esposa. Anastasia se encoge de hombros, casi de disculpa.

_ No puede haber sido solo por eso honestamente. Me refiero a que su reacción fue demasiado extrema, ella se vuelve hacia mí ¿Es mentalmente inestable? ¿Qué pasa con toda la información que tiene sobre ti Grey?

_ Creemos que hay una conexión en Detroit.

_ ¿Hyde es de Detroit también? Pregunta con los ojos muy abiertos. Asiento con la cabeza en respuesta.

Cuando el avión acelera en la pista, Anastasia se pone más y más nerviosa agarrando firmemente mi mano. La miro para tranquilizarla y le acaricio sus nudillos con mi pulgar.

_ ¿Qué sabes tú él? Esta vez Elliot me pregunta con curiosidad, completamente ajeno al hecho de que estoy irritado por la cantidad de preguntas que hace su novia. Aunque, todavía sería irrelevante si Anastasia estuviera en el apartamento o no. Estoy irritado por ella. Katherine se inclina hacia adelante con atención pura, lista para extraer la historia de su vida.

_ Esto es extraoficial, digo mirando a Katherine deliberadamente. Su boca se aprieta, pero ella asiente con la cabeza solemnemente.

_ Sabemos poco sobre él. Su padre murió en una pelea de bar. Su madre era alcohólica. El estuvo entrando y saliendo de hogares adoptivos desde niño… y también de problemas. Más que nada robaba coches. Pasó un tiempo en la correccional de menores. Su mamá se curo en un programa y Hyde se transformó. Ganó una beca en Princeton.

_ ¿Princeton? Katherine le pregunta con curiosidad.

_ Sip. Es bastante listo, le digo encogiéndome de hombros, aunque estoy nervioso por dentro.

_ No tanto, lo atraparon, murmura Elliot.

_ ¿Pero están seguros que no pudo haber hecho todo esto solo? Pregunta Katherine, elevando mi ansiedad y esto es algo por lo que no quiero preocupar a Anastasia por ahora. Inmediatamente me pongo rígido.

_ No sabemos todavía, le respondo en voz baja. Anastasia me mira con horror, dándose cuenta por primera vez del quid de mi angustia. Nombres y rostros desconocidos… le aprieto su mano de nuevo para tranquilizarla pero soy incapaz de mirarla a los ojos. Cuando por fin estamos en el aire tomando velocidad, Anastasia se inclina hacia mí.

_ ¿Qué edad tiene? Me pregunta en el oído.

_ ¿Treinta y dos? ¿Por Qué?

_ Curiosidad.

Mi mandíbula se tensa inmediatamente con tensión. —No seas curiosa con respecto a Hyde, solo me alegra que el infeliz esté encerrado— le digo.  

_ ¿Tú crees que trabaja con alguien? Me pregunta con ojos expresivos?

_ No sé, le digo aun con la mandíbula tensa... No puedo ocultar mi disgusto, aprensión o preocupación.

_ ¿Quizá alguien que tenga algo contra ti? ¿Cómo Elena? Me susurra. Yo no quiero que todos escuchen acerca de esto, pero por suerte todos están ocupados en su propia conversación, así que estamos seguros.

_ ¿Realmente te gusta hacerla el villano no? Le digo rodando mis ojos, y moviendo la cabeza con disgusto. —Ella puede ser rencorosa, pero no haría algo así. No hablemos de ella, sé que no es tu tema favorito de conversación— Ella siempre resume todo a Elena.

_ ¿Has hablado con ella? Susurra sin descanso.

_ Ana, no he hablado con ella desde mi fiesta de cumpleaños. Por favor, para. No quiero hablar de ella, le digo con mi mirada ferviente y tomando su mano para besar sus nudillos.  

_ ¡Consíganse una habitación! Ah claro ya la tienen, pero no la necesitaron por mucho tiempo, Elliot sonríe. 
_ Vete a la mierda, Elliot, le  digo en reprimenda.

_ Hermano solo te digo las cosas como son, dice divertido.

_ Como si superas, le contesto.

_ Te casaste con tu primera novia, dice señalando a Ana. Los ojos de Ana se ensanchan y se sonroja.

_ ¿Me puedes culpar? Le pregunto besando la mano de ella.  

_ No, responde y niega con la cabeza. Mi mujer se sonroja profusamente, y Katherine le golpea el brazo; la primera cosa que apruebo de ella.

_ Deja de ser un imbécil, le advierte.

_ Escucha a tu novia, le digo sonriendo y nuestras bromas terminan, así como así.

Por supuesto, ella es mi primera novia. Ella es la única mujer que robó mi corazón y mi alma. No hubo ninguna otra mujer que entrara a mi vida y lo arreglara.

La voz de Stephan se puede escuchar de nuevo a través del sistema de altavoces.

_ Señoras y señores, viajaremos a una altitud crucero de aproximadamente treinta y dos mil pies, y se estima que el tiempo de vuelo es de una hora cincuenta y seis minutos, anuncia.  Ahora pueden pasear por la cabina.

_ ¿Alguno desea café? Pregunta Natalia.

****      *****

Cuando aterrizamos en Sardy Field, son 12:25pm, hora local. Stephan lleva el avión  cerca de la terminal principal.

_ Buen aterrizaje, sonrío y agito la mano de Stephan cuando nos estamos preparando para bajar del avión.

_ La densidad de la altitud es todo señor. Beighley aquí es buena en matemáticas, dice sonriendo de nuevo.

Asiento con la cabeza hacia Beighley. 

_ Diste en el clavo Beighley buen aterrizaje.

_ Gracias, señor, ella sonríe, satisfecha consigo misma.

_ Disfruten su fin de semana, Sr. Grey, señora Grey, nos vemos mañana, dice Stephan haciéndose a un lado. Cuando nos bajamos del jet, Taylor está esperando junto a una furgoneta VW.

_ ¿Minivan? Le pregunto completamente sorprendido. Taylor abre la puerta. Él sonríe disculpándose y ligeramente se encoge de hombros. Por supuesto.

_ Último minuto, lo sé, le digo. Taylor regresa al jet a buscar nuestro equipaje.

_ ¿Quieres que nos besemos en la parte de atrás de la van? Murmuro con picardía a Anastasia. Se ríe y es el mejor sonido del mundo.

_ Vamos, ustedes dos, entren, dice Mía con impaciencia detrás de nosotros. Anastasia se acurruca contra mí y yo pongo mi brazo en la parte superior del asiento.                     —¿Cómoda?— le pregunto cuando Mia y Ethan se sientan en la primera fila de asientos en frente de nosotros.

Su respuesta es un feliz, "Sí", y me inclino y beso su frente. 

Katherine y Elliot se nos unen en nuestra fila y Taylor carga el equipaje en el maletero. En poco tiempo ya estamos en camino.

Estoy ansioso por que Anastasia conozca nuestra casa vacacional. Ella está mirando por la ventana observando Aspen, mirando los árboles verdes con un toque de colores por el otoño en sus hojas levemente amarillentas. Pero el tiempo es absolutamente precioso; azul cristalino, aunque hay algunas nubes en el oeste. Monte Elbert, el pico más alto de las Montañas Rocosas es visible hacia delante. Las montañas tienen un color verde exuberante, aunque desde la distancia se ven azul, y el pico más alto está todavía cubierto de nieve. Es un paisaje mágico. Esta es la ciudad donde juegan los ricos y famosos del país en invierno. La ciudad en los años 70s tuvo excesos hedonistas también, aunque eso fue mucho antes de yo nacer.

Anastasia se ve completamente tranquila, triste inclusive. ¿Por qué? Mi mirada se fija en ella.

Ethan Kavanagh se da la vuelta y  rompe su silencio con una pregunta.

_ ¿Has estado en Aspen antes Ana?
_ No, es mi primera vez. ¿Y tú?

_ Kate y yo solíamos venir aquí mucho cuando éramos adolescentes. Papá es un gran esquiador. Mamá no tanto.

_ Estoy esperando que mi marido me enseñe a esquiar, dice mirándome con expectación.

_ No apostaría por ello, murmuro petulante como un niño. Yo no quiero que se caiga y se lastime.

_ ¡No seré tan mala! Dice ella ofendida.

_ Podrías romperte el cuello, le recuerdo con miedo evidente en mi cara.

Me mira por un momento y decide no discutir. 

_ ¿Hace cuanto tienes este lugar?

_ Casi dos años. Ahora también es suyo señora Grey, le digo en voz baja.

_ Lo sé, susurra no muy convencida. Pero ella se inclina y besa mi mandíbula, y se anida a mi lado nuevamente. Finalmente me siento lo suficientemente cómodo para bromear con mi hermano y Ethan. Mia de vez en cuando salta en la conversación, pero Katherine está tranquila. Elliot me dijo que no han hablado desde que se molestó por el  incidente de los cócteles. Pobre pendejo está locamente enamorado de ella. Algo ha cambiado en mi relación con mi hermano. Nunca he hablado con él acerca de mujeres en el pasado. Nunca. A pesar de que siempre trataba de tenderme una trampa cuando éramos más jóvenes. Él, al igual que el resto de mi familia, no sabían de mis predilecciones. Esta es la primera vez que se acercó a mí para pedirme un consejo... si lo podía ayudar para hacerle la pregunta a la trituradora de bolas. Nunca he visto a mi hermano vuelto loco por una mujer. Ha tenido un sinfín de novias. ¡El ha jodido con toda mujer con atractivo sexual en Seattle y sus alrededores y se ha quedado pescando en ese estanque durante años! Y todo lo que le hacia falta era  conseguir a una tenaz Kavanagh, la futura periodista ovarios de piedra. 

Finalmente nos dirigimos a través del centro de Aspen y Anastasia levanta la cabeza, mirando a su alrededor con emoción, conociendo la ciudad. Su mirada va hacia los ladrillos rojos, y hacia los chalets de estilo suizo, y un montón de casas de fines siglo pintadas en varios colores. La ciudad abastece a ricos y famosos, y como tal hay numerosos bancos, tiendas de diseño y restaurantes de cinco estrellas, que implican  la opulencia de los residentes de la ciudad  y a su estilo de vida.

_ ¿Por qué elegiste Aspen? me pregunta, sumida en sus pensamientos.
_ ¿Qué? Le pregunto, confundido con su pregunta.

_ Para comprar un lugar, explica.

_ Mamá y papá solían traernos aquí cuando éramos niños. Yo aprendí a esquiar aquí, y me gusta el lugar. Espero que a ti también, de lo contrario vamos a vender la casa y elegir otro sitio.

Ella me mira sorprendida. Meto un mechón de pelo detrás de su oreja, no puedo pasar desapercibida su belleza. —Te ves hermosa hoy— le digo y ella se sonroja. Todavía le cuesta recibir un cumplido. Pero eso es todavía uno de sus encantos. Me inclino y la beso, largo, dulce, tierna y amorosamente.

Cuando la camioneta se abre camino fuera de la ciudad, empezamos a subir al otro lado del valle. Los ojos de Ana se iluminan y ella mira a su alrededor con curiosidad ¡Me siento jodidamente nervioso! ¡Espero que le guste la casa!  ¿Y si no le gusta? Me siento tenso.

_ ¿Que sucede? pregunta sintiendo mi estado de ánimo.

_ Espero que te guste, le digo en voz baja. Llegamos.

Taylor frena en bordeando la entrada hecha de piedras, cuando se abre la puerta sigue su camino hasta finalmente detenernos frente a la casa. Es una casa muy a mi estilo, construido en madera oscura y piedra mixta. Espero que a ella le guste.  

_ Hogar, le digo cuando comienzan a bajar de la camioneta.  

_ Parece bonita,  es su respuesta.

_ Ven a ver, le digo completamente excitado.

Mia corre por las escaleras y corre a los brazos de la señora Bentley, abrazándola con fuerza.

_ ¿Quién es esa? Anastasia pregunta mientras  la ayudo a salir de la camioneta.

_ La señora Bentley. Vive aquí con su marido. Ellos cuidan el lugar, le explico. Mia está haciendo la presentación de todos.

_ Señora Bentley, este es Ethan Kavanagh, dice haciendo una pausa. Supongo que no han definido su relación, porque ella frunce el ceño ligeramente, y obvia la palabra novio. Luego continúa. ¡Y ella es Kate Kavanagh, la novia de Elliott!

Elliot también abraza a la señora Bentley, y tomo la mano de mi esposa y la llevó a nuestra casa.

_ Bienvenido de nuevo, señor Grey, ella me sonríe amablemente.

_ Carmella, esta es mi esposa, Anastasia, les presento a mi esposa con orgullo. Su nombre es una letanía en mi lengua.

_ Señora Grey, Carmella asiente hacia Anastasia con respeto.

_ Espero que haya tenido un vuelo agradable. Se supone que el tiempo va a estar bien todo el fin de semana, aunque no estoy segura, dice mirando las oscuras nubes que están en el cielo —El almuerzo está listo para cuando lo desee— dice sonriendo de nuevo. Sus ojos oscuros son cálidos y agradables.

_ Ven, agarro a Ana y la subo en mis brazos.

_ ¿Qué estás haciendo? ella chilla.

_ Cargándola por otro umbral señora Grey, le respondo.

Ella sonríe, y yo la llevo por el amplio pasillo. La beso brevemente y la deposito en el suelo de madera.

Anastasia se para y mira a su alrededor. La decoración interior es similar a la gran sala de Escala. Paredes blancas, madera oscura, y arte abstracto contemporáneo. El pasillo se abre a una amplia zona de estar, donde tres sofás de cuero blanco rodean una impresionante chimenea de piedra que es la pieza central de la sala. Cojines de colores están esparcidos alrededor de los sofás. Mi hermana agarra la mano de Ethan y lo lleva a enseñarle la casa. Los miro y todavía no sé si confiar en Ethan como novio de mi hermana. El después de todo quería con mi esposa. No estoy del todo seguro que ese sentimiento se haya ido. Mi boca se adelgaza con el pensamiento. Niego con la cabeza y me volteo hacia Ana. ¡Ella es mí esposa!

Katherine silba impresionada con el estilo de la casa.

_ Bonito lugar, dice.

Elliot está ayudando a Taylor con el equipaje.

_ ¿Recorrido? Le pregunto a Ana. Quiero mostrarle todo. Especialmente el dormitorio principal. Estoy emocionado y ansioso. Quiero que mi esposa lo apruebe.

_ Claro, responde ella. Me parece que está disgustada por algo. ¿Por qué? ¿No le gusta lo que ha visto hasta ahora? O… se ve como cuando estábamos en París, durante nuestra luna de miel. Se comparaba con Sabrina. Frunzo el ceño pero no le digo nada y tomándola de la mano la llevo a través de las diversas habitaciones. Le muestro la cocina, la bodega de vinos, el estudio con un televisor y una mesa de billar. Su comportamiento cambia por primera vez. Me doy cuenta de que se queda con la boca abierta. Ella sabe exactamente lo que estoy pensando.

_ ¿Quieres jugar? Le pregunto con un brillo perverso. Ella niega con la cabeza, y mi frente se surca de nuevo. ¿Por qué tan triste? ¿Qué está mal? La tomo de la mano y la llevo al primer piso. Hay cuatro suites con baños propios y el dormitorio principal con una cama enorme, de hecho es más grande que la que tenemos en Escala y en frente de ella un gran ventanal con vista sobre Aspen y hacia las montañas.

_ Esa es la montaña Ajax o la montaña Aspen si prefieres, le digo mirándola con cautela con mis dedos enganchados en las pretinas de mis pantalones. Ella no dice nada, simplemente asiente.

_ Estás muy callada. Su tranquilidad me pone ansioso.

_ Es precioso Christian, dice, pero no hay vida en sus palabras. Está completamente aprensiva, camino en cinco grandes pasos y me paro frente a ella. Levanto su barbilla y saco su labio inferior del cautiverio de sus dientes. Ella esta muy pensativa.  

_ Eres muy rico.

_ Sí.

_ A veces, me toma por sorpresa lo rico que eres.

_ Somos, le corrijo.

_ Somos… ella murmura automáticamente.

_ No insistas sobre esto, Ana, por favor. Es sólo una casa, dije recordando su estado de ánimo en París.

_ ¿Y qué hizo exactamente Gia aquí?

_ ¿Gia? Le pregunto levantando una ceja, completamente sorprendido.

_ Sí. ¿Ella remodeló este lugar?

_ Lo hizo. Ella diseñó el estudio de la planta baja. Elliot hizo la construcción ¿Por qué estamos hablando de Gia? 

_ ¿Sabías que tuvo una aventura con Elliot?

La miro por un momento. Estoy confundido. ¿Por qué estamos hablando de Gia, y luego de mi hermano? ¿Está molesta porque Elliot se la follaba? 

_ Elliot ha jodido a la mayoría de Seattle, Ana.

_ Principalmente mujeres, entiendo, le bromeo para aligerar su humor.   Su rostro se ve sorprendido.

_ ¡Nooo! Dice sorprendida. Asiento con la cabeza.

_ No es asunto mío, le digo levantando mis manos.  

_ No creo que Kate lo sepa. ¡Oh, esto se trata de su mejor amiga!

_ No estoy seguro de que él transmita esa información. Kate debe tener la suya. Anastasia me mira sorprendida, con incredulidad. Inclino mi cabeza hacia un lado y trato de descifrar el interés de mi esposa en mi hermano. —Esto no puede ser sólo sobre Gia o la promiscuidad de Elliot— le digo.

_ Lo sé. Lo siento. Después de todo lo que ha pasado esta semana, es sólo que... dice incapaz de poner fin a su condena, y ella opta por encogerse de hombros. Su cara se cae, sus ojos rebosan de lágrimas. No me gusta ver a mi mujer llorando, pero también estoy abrumadoramente aliviado de que ella no está enamorada de mi hermano. La atraigo hacia mis brazos con fuerza. Mi nariz está inhalando el aroma de su pelo.

_ Lo sé. Yo también lo siento. Vamos a relajarnos y disfrutar ¿de acuerdo? Puedes quedarte aquí y leer, ver la odiosa televisión, ir a las tiendas, de excursión, o de pesca incluso. Cualquier cosa que quieras hacer y olvida lo que dije de Elliot. Eso fue indiscreto de mi parte.  

_ De cierta manera ahora entiendo porqué siempre te toma el pelo, murmura, mientras acaricia mi pecho.

_ Realmente no tiene idea acerca de mi pasado. Te lo dije, mi familia asumió que era gay. Célibe, pero gay.

Se ríe en respuesta, posiblemente recordando su pregunta. —Pensé que eras célibe. Cuan equivocada estaba— dice y envuelve sus brazos alrededor de mí.

_ ¿Señora Grey se está burlando de mí?

_ Tal vez un poco. Sabes, lo que no entiendo es ¿Por qué tienes este lugar?  

_ ¿Qué quieres decir? Le pregunto sin entender la pregunta.

_ Tienes el barco lo cual entiendo,  un apartamento en Nueva York por negocios pero ¿Por qué aquí? No es como si lo compartieras con alguien.

¡Por supuesto! ¡Ella piensa que tengo este sitio para compartirlo con otra mujer!  De alguna manera, en lo más profundo de mi corazón, yo sabía que iba a compartir con ella sin siquiera conocerla. Una verdad que nunca me admití a mí mismo. —Estaba esperando por ti— le digo en voz baja.

_ Eso es... algo muy bonito.

_ Es cierto, no lo sabía en ese momento, sonrío tímidamente. 

_ Me alegra que esperaras.

_ Vale la pena esperar por usted señora Grey, digo inclinando su barbilla con mi dedo y la beso con ternura. 

_ Por usted también. Aunque siento que hice trampa. Yo no tuve que esperar mucho tiempo por ti después de todo.

Sonrío. ¿Tanto premio soy?

_ Christian, eres la lotería del estado, la cura contra el cáncer y los tres deseos de la lámpara de Aladino, ¡todo en uno! ella declara.

Levanto una ceja.

_ ¿Cuando te darás cuenta de esto? Eras un soltero muy codiciado. Y no me refiero a esto —indica con la mano haciendo con desdén— Me refiero a esto, —dice en voz baja poniendo su mano sobre mi corazón. Mis ojos se abren. Yo no soy digno de una relación como esta—  Créeme, Christian, por favor, susurra mientras me agarra la cara con las manos, y acerca sus labios a los míos. Me quejo porque sé la bestia que hay en mí. Su lengua invade mi boca con confianza hasta que nos quedamos sin aliento. Todavía me siento indigno de ella.

_ ¿Cuando vas a hacer que pase por tu cráneo excepcionalmente grueso que te amo? pregunta completamente exasperada.

_ Un día, es mi respuesta. Pero no hoy.

Ella sonríe, y no puedo evitar sonreír a su vez.

_ Ven. Vamos a comer algo, los demás se estarán preguntando donde estamos. Podemos discutir lo que todos queremos hacer. Y como para contradecir lo que he dicho escuchamos un trueno que nos advierte que la lluvia está por venir. No podemos salir, pero bautizaremos la suite principal justo después de alimentar a mi esposa.