¿Qué es la
locura, cuando la nobleza del alma
está en desacuerdo con las circunstancias? ¡El día está en llamas!
Sé de la pureza de la desesperación pura,
Mi sombra cubre la pared con sudoración,
Ese lugar entre las rocas, ¿se trata de una cueva,
O un tortuoso camino? El borde es lo que tengo.
está en desacuerdo con las circunstancias? ¡El día está en llamas!
Sé de la pureza de la desesperación pura,
Mi sombra cubre la pared con sudoración,
Ese lugar entre las rocas, ¿se trata de una cueva,
O un tortuoso camino? El borde es lo que tengo.
En una época
oscura por Theodore Roethke
CAPÍTULO XX
Anastasia se ve
muy sorprendida.
_ Pensé que habías
nacido aquí en Seattle, murmura. Levanto mi brazo y me cubro la cara. Mi mente está completamente revuelta
con varios escenarios de lo que puede significar ese vínculo en Detroit. Al
hijo de puta le gusta el sexo duro y a las sumisas. ¿Estamos emparentados? ¡Espero por Dios que no! Agarro una almohada y la coloco debajo de mi
cabeza y miro a Ana con ojos cautelosos. Ella me mira expectante. Quiere saber.
Es mi esposa, necesita saber mucho.
_ No. Elliot y yo fuimos adoptados en
Detroit. Nos trasladamos aquí
poco después de mi adopción. Grace
quería estar en la costa oeste, lejos de la ciudad y consiguió un trabajo en el Hospital del
Noroeste. Tengo muy poca memoria
de esa época. Mia se adoptó aquí,
le explico.
Y ese es el
quid de la cuestión. Tengo
memoria de un montón de mierda antes de mi adopción. Recuerdo mucho después de la adopción,
pero hay un momento en que es sombrío, completamente desolado, es un lienzo en
blanco en mi cabeza. No recuerdo
al hijo de puta. Parece que me
conoce y me ¡está volviendo loco! Eso
significa que no recuerdo en qué parte de mi vida estuve con el desgraciado, aunque
sea por un corto período de tiempo. El no puede ser mi hermano. Sé que en una
parte de su historia vivió con una madre y un padre.
_ ¿Así que Jack
es de Detroit?
_ Sí.
_ ¿Cómo lo
sabes?
_ Verifiqué sus
antecedentes cuando fuiste a trabajar con él.
Sus labios se
contraen.
_ ¿Tienes una
carpeta de manila para él también?
Pregunta sonriendo.
Aprieto mi boca
para ocultar mi diversión. —Creo
que es de color azul pálido— Sigo pasando mis dedos por su cabello para
calmarla.
_ ¿Qué dice en
su expediente?
Parpadeo para
ocultar mi malestar. Me agacho y
acaricio su mejilla. —¿De verdad
quieres saber?— Pregunto.
_ ¿Tan malo es?
Me encojo de
hombros. Es malo, pero cuando entrenaba
en los clubes de sexo para ser un dominante, vi cosas peores. Había hombres
realmente crueles. El hijo de puta y yo estamos hechos del mismo corte. —He
conocido peores— le susurro. Ella no dice nada. Solo hace rizos en mi pecho. Sube
la sábana sobre mí y coloca su mejilla en mi pecho.
_ ¿Qué? Pregunto.
_ Nada, murmura
y me frustra. Una vez más, ella me
está ocultando.
_ No, no. Esto funciona en ambos sentidos, Ana. ¿Qué pasa?
Esta vez, ella
levanta la cabeza y evalúa mi
expresión alarmada. Luego baja la cabeza y pone su mejilla en mi pecho de
nuevo. Toma una respiración
profunda, después de haber decidido hablar.
_ A veces me
imagino cuando eras niño... antes de llegar con los Grey. Esa confesión me
endurece inmediatamente. No
quiero que mi mujer me ame por lástima.
_ No estoy
hablando de mí. No quiero tu compasión Anastasia. Esa parte de vida, se fue.
_ No es
lástima, Anastasia susurra fervientemente, completamente desmoralizada. —Es... tristeza. Dolor de saber que
alguien pudiera hacerle eso a un niño— Ella se detiene y toma una respiración
profunda, tratando de calmar su voz para no llorar. —¿Cómo puedes decir que se fue? Vives
cada día con tu pasado. Tú mismo me dijiste. Cincuenta sombras, ¿recuerdas?
Resoplo
exasperado. Tiene razón, por
supuesto, pero odio que me compadezca, incluso si fuese por mínima cantidad. No
quiero la lástima de nadie y menos de ella. Mi mano libre pasa por mi cabello.
No puedo hablar para expresar un sentimiento que está bloqueando mi garganta,
me sofoca. Mis músculos aún están tensos, tan tensos como las cuerdas de una guitarra.
Gladiador -
Ahora somos libres
_ Sé que es
porque sientes la necesidad de controlarme. De
mantenerme a salvo.
_ Y sin embargo
tú eliges desafiarme, le digo completamente confundido. Mi mano se detiene en su pelo
razonando lo que me dice. Ella
suspira y, finalmente, habla después de lo que parece minutos.
_ El Dr. Flynn me dijo que debería darte el
beneficio de la duda. Creo que
sí... no estoy segura. Tal vez es
mi manera de hacerte llegar al aquí y ahora... lejos de tu pasado. No lo sé. Solo parece que no puedo lograr conseguir
cuando reaccionas de forma exagerada, susurra.
¿Qué? ¿Flynn le recomendó que me desafíe?
—Maldito Flynn— murmuro. No voy a dejar que él guíe a Anastasia en esa
dirección.
_ Él me dijo
que debía seguir comportándome de la manera que siempre lo he hecho.
_ ¿Lo hizo?
Anastasia toma
una respiración profunda, y eso es señal de que su cuerpo va a revelar algo...
Algo… por lo que tiene que prepararse. —Christian, sé que amabas a tu madre y
que no pudiste salvarla. No era tu trabajo hacer eso. Pero yo no soy ella.
Su declaración
me apuñala el corazón. Ella mete
la mano en las partes más oscuras de mi alma y saca a la luz las cosas que he
enterrado y que deben permanecer sepultadas y un miedo inmenso me sacude.
_ No, es todo
lo que puedo susurrar.
_ No, escucha. Por favor, —dice levantando la cabeza,
fijando su mirada en la mía. Estoy petrificado, congelado. Incapaz de hablar o moverme. No quiero que esa mierda enterrada salga
a la superficie. No quiero
recordar el momento en que yo no tenía control sobre lo que me hizo a mí, o lo
que le hizo a ella… a la puta morena que me crió— Yo no soy ella Christian. Yo soy mucho más fuerte que ella. Te tengo a ti y tú eres mucho más
fuerte ahora y sé que me quieres. Te
quiero, también, susurra con determinación en sus ojos.
¿No me
compadece? ¿Todavía me ama? Frunzo el ceño.
_ ¿Todavía me
quieres?
_ Por supuesto
que sí. Christian, yo siempre te
amaré. No importa lo que me
hagas, ella responde con nada más que tranquilidad en su mirada. Exhalo un suspiro que he estado
guardando por lo que parece horas. Cierro
los ojos y los cubro con mi brazo de nuevo, pero esta vez, tengo a mi esposa
aún más cerca de mí. El alivio me
inunda al saber que todavía me ama a pesar de que le he castigado.
_ No te
escondas de mí, susurra y tira de mi brazo de mi cara. Te la has pasado escondido toda tu
vida. Por favor no lo hagas. No de mí.
_ ¿Ocultándome?
_ Sí.
Me muevo de
repente y giro hacia mi lado, poniéndola a ella de lado en frente de mí. Paso
mi mano por su pelo y meto un mechón detrás de su oreja.
_ Esta mañana
me preguntaste si te odiaba. No entiendo por qué y ahora… me detengo. Ella
piensa que yo la comparo con la puta morena. Ella no se parece en nada a ella.
¡Ella es mi vida! Ella me debe odiar porque sabe lo que siento por la puta ¡Oh
Dios! Por eso me preguntó esta mañana si yo la odiaba.
_ ¿Todavía
crees que te odio? Pregunta incrédula.
_ No, le
respondo negando con la cabeza. —Ahora
no— Siento un alivio al saber que ella me quiere. —Pero tengo que saber... ¿por qué dijiste
la palabra de seguridad, Ana?
Ella traga. —Porque... porque estabas tan enojado y
distante y frío. Yo no sabía
cuán lejos irías— dice en un suspiro.
Y no sé cuando
me detendría. Mi rostro está impasible, pero hay un tornado en mi alma. Yo la quiero mucho, y sin embargo,
ella es la que me acaba de hacerse daño, ¡porque ella me desafía a cada paso!
_ ¿Ibas a dejar
que me corriera? Pregunta con una voz apenas audible. Ella se sonroja desde el nacimiento
del pelo, pero me mira fijamente sin parpadear, tratando de no perderse nada.
Tengo que ser sincero con ella.
Roberta Flack -
Killing Me Softly
_ No, le
contesto finalmente.
_ Eso es...
duro, dice decepcionada.
Paso mis
nudillos por su mejilla. —Sin embargo efectivo— le digo. La miro y veo a la
chica de quien me enamoré. La
mujer que me ama a pesar de todas las sombras y toda mi jodida mierda. Ella me trata como nadie jamás me
trató, y me molesta hasta el punto de volverme loco. Pero puedo confiar en ella
para ponerme en la línea recta. —Estoy feliz de que lo hiciste— le confieso.
_ ¿En serio?
Pregunta confundida.
Yo quería darle
una lección para que entienda cómo me hace sentir, pero no quería hacerle daño.
¡Es la última cosa que haría! Solo quiero que haga un esfuerzo y se ponga en
mis zapatos. No es fácil ser yo. Una triste sonrisa se arrastra en mis labios. —Sí. No
quiero herirte. Me dejé llevar—
le digo y me inclino para besarla. —Perdido
en el momento— y pongo otro beso en sus labios. —Sucede mucho contigo— le confieso.
Ella sonríe
ampliamente y su alegría me hace sonreír
también.
_ No sé por qué
estás sonriendo, señora Grey.
_ Yo tampoco.
¡Oh, nena, te
quiero tanto! La envuelvo en mis
brazos, y pongo mi cabeza en su pecho, en sus pechos suaves. Escuchar sus latidos me trae un
inmenso consuelo, me relaja. Su mano llega
hasta mi espalda y me acaricia rítmicamente. Su
otra mano se enreda en mi pelo, suavemente acariciando y me calma. Suspiro por el amor que me está
mostrando, es inmensamente relajante.
_ Eso significa
que puedo confiar en ti para detenerme. No
quiero lastimarte nunca. Necesito... me quejo y me detengo.
_ ¿Necesitas
qué? Ella sondea.
_ Necesito
control, Ana. Al igual que te necesito a
ti. Es la única manera en que puedo funcionar. No puedo dejarlo ir. No puedo.
Lo he intentado… y sin embargo contigo… sacudo la cabeza.
No puedo perder el control de su vida.
Ella no va a dejar que me ocupe de ella. ¿No entiende que es lo que más valoro?
¿Qué ella es mi lugar seguro? Sin ella no soy nada. Si la pierdo no me queda
nada. Es por eso que
soy excesivamente protector con ella. Ella
es la única persona, en la que siento todo. Amado. Ella es la esencia de mi
existencia. ¿Cómo no voy protegerla?
_ Yo también te
necesito —susurra y me abraza con más fuerza— Voy a tratar, Christian. Voy a tratar
de ser más considerada.
Aquí va. —Quiero que me necesites— me quejo.
_ Lo hago, dice
ella con un tono feroz.
_ Quiero cuidar
de ti.
_ Lo haces. Todo el tiempo. Te extrañé mucho cuando estabas lejos,
me dice.
_ ¿En serio?
Pregunto completamente sorprendido. Si me echaba de menos y echa de menos mi ausencia, ¿por qué no se vino conmigo?
_ Sí, por
supuesto. Odio cuando te vas, dice
ella haciéndome sonreír.
_ Podrías haber
venido conmigo.
_ Christian,
por favor. No vamos a tocar ese mismo
argumento. Quiero trabajar.
Suspiro. ¡Escoge tus batallas Grey! Me recuerdo. Paso los dedos por el pelo.
_ Te quiero,
Ana.
_ Te quiero,
también, Christian. Siempre te
querré.
Por fin quedamos
quietos juntos en calma y tranquilidad, después de que las tormentas de
nuestras almas trajeron todo a la superficie. Anastasia cae en un profundo
sueño en mis brazos y yo pronto me duermo también.
**** ❦ ♡ ❧ *****
_ ¿Sr. Grey? ¿Recibió usted también el mensaje? Me
pregunta Taylor.
_ ¿Cuál mensaje?
_ La habitación del pánico... Se ha
activado. Él está llamando a seguridad sin esperar mi respuesta. El teléfono suena y suena y suena. No hay respuesta. Sólo el tono de
marcado inquietante que indica que no hay nadie para responder.
Tomamos un taxi y no va lo suficientemente rápido. Se detiene en cada semáforo en rojo de
mierda y ¡no se moverá más rápido! Luego
veo a Escala al final de la carretera, que se aleja y aleja como si no estoy
destinado a llegar. El miedo me supera. ¡Algo terrible ha sucedido! Sé que…
algo terrible. ¡Algo que no debería de ver!
¡Estoy completamente inmóvil! No puedo salir del vehículo. Mis músculos están congelados; no puedo ni mover un dedo. Mi mujer está más allá de las puertas
de Escala. ¡Estoy como atornillado en el asiento trasero del vehículo! Taylor me está sacando del mismo. Tirando de
mí sin poderme sacar. Hasta que logra sacarme y corremos hasta el ascensor.
Esperamos y esperamos pero no llega. El reloj invisible suena en mi cabeza.
_ ¡Escaleras! grito. Corro por las escaleras y son en forma
de caracol, retorcidas ¿Es que no estoy destinado a llegar a casa? ¿Llegar a
Ana? Pero entonces, aparecen las puertas del ático y están abiertas de par en
par. Despegadas del marco, colgando... De
hecho, todo parece estar roto por dentro. Jarrón,
flores marchitas una tras otra esparcidas como muertos en batalla y un gran
charco de agua. Tanta agua… estoy de pie parado sobre el charco. Taylor está
junto a mí con los ojos completamente abiertos. No puedo respirar. Trato de moverme, pero mis piernas no me
llevan. Entonces finalmente me
doy cuenta de que estoy de pie en el agua.
Por fin camino y dejo huellas húmedas detrás de mí. Huellas carmesí...
no estoy de pie en el agua. ¡Estoy
de pie en un charco de sangre! ¿De
quien es la sangre? El primer
cuerpo que encontramos es el de Ryan. Un
disparo a través de su corazón y una línea roja sigue saliendo por su camisa
blanca. Camino alrededor de su cuerpo buscando la manera de ver que realmente
ha sido asesinado.
_ Gail… dice Taylor con voz asustada que
no puedo reconocer. Ella es el siguiente cuerpo que está tirado en el salón. Su
rostro está sangriento. Sus manos
descansan en la piscina de sangre. Taylor
corre hacia ella y me mira con ojos acusadores. Él la abraza contra su pecho y se
balancea hacia atrás y hacia adelante con ella en sus brazos. Estoy
aterrorizado. ¿Dónde está Ana? ¿Dónde está mi esposa? No tengo que ir muy lejos. También está
tirada en el suelo tras la puerta de la habitación del pánico. Fría. Inmóvil. Sin vida. Mi razón de ser no está más. ¡Ella se ha ido! ¡Ido lejos de mí! Un grito que no reconozco
sale de mi voz.
_ ¡Anaaaa! Ella no responde. ¡Ella no puede responder! Su boca está sellada y sus ojos muy
abiertos, sin vida. Simplemente no hay luz en ellos. Quito la cinta de su boca.
El grito silencioso se quedó congelado en su cara, grabado para mí. Puedo ver
el horror en sus ojos como impresión final. Está desnuda, profanada… No puedo
sentir otra cosa que un inmenso dolor, agonía y angustia. ¡Yo no estuve aquí
para protegerla! ¡La dejé morir! ¡La
dejé morir! ¡No valgo nada! Las
lágrimas salen de mí como un diluvio torrencial. La sostengo apretada a mi
pecho, meciéndome con ella, besando su cara, pero no quiere despertar. ¡Ella no va a despertar! Mis gritos son desgarradores y se oyen
a todo el alrededor.
_ ¡No! ¡Nooo! ¡Nooo! ¡No, nena, no! ¡Despierta! Por favor, no me dejes... ¡No me dejes
en mi propio infierno! ¡Ana, que
no puedo vivir sin ti! Sollozo. La locura se apodera de mí. ¡No puedo vivir sin ella!
_ ¡No! ¡No! ¡Nena,
no! Clamo.
_ Christian,
despierta... oigo una voz lejana. ¡Su
voz viene de los cielos! El suelo
bajo de mi se sacude y los cielos se abren.
Incluso en la
muerte - Evanescence
_ ¡Christian,
por favor despierta!
Abro mis ojos,
salvajes, temerosos, aterrado con lo que voy a encontrar. Un par de ojos azules
se me quedan mirando. Me siento desolado. ¿Estoy en el cielo, o en mi infierno
personal?
_ Christian,
estás teniendo una pesadilla. Estás
en casa. Estás a salvo, dice el
ángel. Parpadeo. Yo quiero que esto sea real. Miro a mi alrededor frenéticamente
tratando de ver la sangre y los cuerpos. Nada...
Sólo una luz suave y estoy en la sala de juegos. Vuelvo la mirada de nuevo hacia el
ángel. ¿Ana? Ana... respiro, y agarro su cara con ambas manos, y
tiro de ella hasta mi pecho y la beso con fervor, como si mi vida dependiera de
ello. Mi lengua la invade,
tomando su sabor con desesperación. Quiero sentir su presencia, quiero sentir
que está viva, conmigo, quiero estar dentro de ella, de todas las maneras
posibles. ¡Necesito saber que ella está aquí! Me
doy la vuelta, y estoy encima de ella, mis labios todavía bloqueados con los
suyos, empujándola fuertemente contra el colchón; como si estuviera tratando de
llegar a ella a través del tiempo y el espacio y por este miedo que me está
cubriendo. Le agarro la mandíbula y mantengo su cabeza inmóvil. Meto mis
rodillas para abrir sus piernas y me acomodo entre sus muslos.
_ Ana… jadeo,
dando gracias a Dios una y mil veces por tenerla de nuevo conmigo. La miro por
una fracción de segundo, entonces sello mis labios sobre los suyos otra vez.
Queriendo fusionar nuestras almas para sentir su presencia. Me quejo en voz alta sabiendo que está debajo
de mí y mi erección está empujando en contra de ella a través de mis jeans.
Beso su rostro, sus ojos, sus mejillas y su mandíbula frenéticamente.
_ Estoy aquí,
susurra. Estoy aquí, me
tranquiliza de nuevo, envolviendo sus brazos alrededor de mí y mueve su pelvis
tentadoramente.
_ Oh, Ana... Te necesito. Mi voz es baja, apenas
audible, entre cortada y áspera.
_ Yo, también,
susurra intensamente. Hay necesidad en
su voz, deseo, amor, me muevo y desabrocho mi bragueta, dispuesto a
conectarnos. Busco a tientas mi erección masiva que salta libre del pantalón.
¡Joder la amo! La miro a sus ojos, la necesito, pero quiero que ella
quiera.
_ Sí. Por favor, ella pide necesitada. Y sin decir nada más, me entierro en
sus profundidades.
_ ¡Ah! Ella
grita, sorprendida por la rapidez con que entro. Me quejo en un suspiro cuando
siento su sexo apretado. Mis labios descienden sobre ella una vez más y empujo
mi lengua más profunda, con más fuerza tratando de llegar con todo mi amor, toda
la lujuria y deseo por ella. Tratando de borrar el miedo. Ella se encuentra con
mi empuje.
Gruño cuando mi
orgasmo es inminente y estoy perdiendo mis sentidos. —Ana…— digo su nombre con
incoherencia, mientras vierto todo mi amor dentro de ella. Mi cuerpo agotado
cae en peso con fuerza jadeando sin aliento.
Ella se aferra
a mí, finalmente logrando tomar una bocanada de aire y se retuerce debajo de mi
vientre. Salgo con facilidad de ella y la abrazo fuertemente por mucho, mucho
tiempo. Cuando bajo de mi éxtasis y mi
miedo, sacudo la cabeza y me apoyo en mis codos para liberarla de mi peso. La
miro con ojos expresivos totalmente abiertos.
_ Oh, Ana. Dulce Jesús… la beso con ternura.
_ ¿Estás bien?
Pregunta acariciando mi cara. Me
las arreglo para asentir, sacudido, pero despierto. Le miro la cara de nuevo. ¡A la mierda! Creo
que estoy follando solo y mi mujer todavía está frustrada y sin alivio.
_ ¿Tú? Pregunto
con cierta preocupación y disgusto en mi voz.
_ Uhm... dice retorciéndose
debajo de mí. No entonces… le doy una sonrisa lasciva. Oh nena, puedo
rectificar fácilmente esta situación.
_ Señora Grey, tiene necesidades, le digo y la
beso rápidamente. Salgo fuera de la cama y me arrodillo al final. Me levanto un
poco y la agarro por encima de las rodillas y tiro de ella hacia mí, dejando
sus nalgas justo al borde de la cama.
_ Siéntate, le
ordeno y ella finalmente logra incorporarse, el pelo es un velo sobre su
rostro, sus pechos. Mi mirada se
fija en ella sin parpadear y abro suavemente sus piernas. Ella se inclina hacia atrás en sus
manos.
_ Eres
jodidamente hermosa, Ana. Ella es toda una belleza desnuda. Meto mi cabeza
entre sus muslos y dejo rastros a través de ellos, mientras busco el camino
para el gran premio: el vértice de sus muslos.
_ Mírame, le
digo. Quiero que me vea como le doy placer con mi boca y quiero verla perderse
conmigo. Pongo mi lengua sobre su
clítoris. ¡Te voy a adorar con
mis labios y mi lengua bebé! Juego y
remolino mi lengua en su clítoris y luego la sumerjo en su sexo, en su punto
sensible. Profundizo, acaricio, estimulo. No me detengo y hago que
se venga en un orgasmo haciendo que haga un arco con su pecho gritando mi
nombre. Yo beso su vientre y sus manos aún tiemblan con las secuelas del
éxtasis. Ella se las arregla para acariciar mi pelo.
_ No he
terminado contigo todavía, me quejo. Extiendo mis manos sosteniéndola por sus
caderas y la saco fuera de la cama hacia el suelo donde estoy de rodillas y la
atraigo a mi regazo en donde mi erección la espera. Ella corta su respiración.
_ Oh, nena…
envuelvo mis brazos a su alrededor, acunando su cara y besándola; bajo mis manos a su trasero y empujo mis
caderas para encontrarme con ella en descenso.
_ Ah… gime, y sello
mis labios en los suyos otra vez, y poco a poco, suavemente, hacemos el amor.
Ella inclina su cabeza hacia atrás y flexiona los muslos y comienza a moverse,
a cabalgarme, su boca abierta disfrutando en la más absoluta felicidad.
A Night to Remember - Bryan Adams
_ Ana… me
inclino hacia abajo y beso su garganta. La sostengo con fuerza y salgo con
facilidad dentro y fuera de ella, levantándola, empujándola en perfecta
sincronización.
_ Te amo Ana,
le susurro cerca de su oído. Mi
voz es baja, carnal y amorosa. Ella gime con las manos alrededor de mi cuello
apretando mi cabello y jalándolo.
_ Te amo
también Christian, dice con los ojos muy abiertos. Ella sube y baja con deleite
y siento cuando su sexo aprieta alrededor de mi erección, llegando a su punto
culminante, con su orgasmo inminente.
_ Vente para mí
bebé, le susurro en voz baja. Ella cierra los ojos con fuerza al oír el sonido
de mi voz y se viene con fuerza. Mi propio clímax es intenso, estremeciendo mi
alma. Mi frente contra la de ella, susurrando su nombre, mis brazos a su
alrededor, mi liberación es intensa, como siempre, solo con ella.
**** ❦ ♡ ❧ *****
Finalmente la levanto
y la acuesto en la cama sobre mí, los dos completamente saciados. Paso mi nariz
por su cuello y comienzo a acariciar su espalda.
_ ¿Estás mejor
ahora? Le susurro
_ Hmm...
_ ¿Nos vamos a la
cama, o quieres dormir aquí?
_ Hmmm... ella
responde incoherentemente.
_ Señora Grey
habla conmigo, le digo divertido. Me complace saber que puedo conseguir que mi
esposa se pierda en el placer.
_ Hmm….
_ ¿Eso es lo
mejor que puedes hacer?
_ Hmmm….
_ Ven. Déjame que te llevo a la cama. No me gusta dormir aquí.
Finalmente se voltea
hacia mí.
_ Espera,
¿Estás bien? Pregunta. Asiento con la cabeza con aire de suficiencia. Estoy
completamente satisfecho.
_ Lo estoy
ahora.
_ Christian… —me regaña mientras acaricia suavemente mi
cara— Estoy hablando de tu
pesadilla.
Mi expresión se
congela. Cierro los ojos recordando
y mis brazos la aprietan como bandas de acero. Entierro mi cara en su cuello.
_ No… le
susurro cuando las imágenes inundan mi mente. Aún me asusta.
Ella pasa sus
manos por mi espalda y por el pelo.
_ Lo siento. Está bien, murmura tratando de consolarme. Está bien. Estoy aquí. Está bien, dice una y otra vez.
Cuando el
sentimiento de pérdida disminuye, me preparo para salir de aquí.
_ Vamos a ir a la cama, le digo en voz baja. Me alejo de ella y me levanto, ella se
apresura para venir detrás de mí y se envuelve en la sábana de satén y recoge
la ropa del piso.
_ Deja eso, le
recuerdo y antes de que pueda decir otra palabra, la levanto y la llevo en mis
brazos. —No quiero que tropieces con esta sábana y te rompas el cuello— Ella
sonríe y pone sus brazos alrededor de mí, y me acaricia. La llevo hasta nuestro dormitorio y a
nuestra cama y espero hasta que
se duerma.
Su inocencia,
su belleza, la forma en que se aferra a mí derrite mi corazón. ¿Cómo puedo amar a alguien con esta
fuerza, esta forma indeleble, esta pasión? Si
alguien me hubiera dicho que esto iba a pasarme, o que era incluso humanamente
posible, le habría dicho que está loco. Simplemente esta relación no era para
mí y sin embargo aquí estoy complemente enamorado de ella. Hemos tenido
una mierda de días. El
pensamiento de que alguien estaba fuera para hacerle daño me está volviendo
loco. Los dos estamos estresados y
abrumados por lo que Hyde hizo. Necesitamos
descansar, y no sé si podemos hacer eso aquí. Los
paparazzi están constantemente fuera de Escala, SIP y GEH. Tenemos que salir de la ciudad, por lo
menos para el fin de semana. ¡Por supuesto! ¿Por
qué no pensé en esto antes? ¡Tenemos que ir a Aspen!
Poco a poco me
deslizo fuera de la cama sin molestar a Anastasia y la cubro asegurándome de
que esté cómoda. Me dirijo a mi
estudio, y vuelvo a mi ordenador. Mando
un correo electrónico a Mia y Elliot.
___________________________________________________
De: Christian Grey
Asunto: Aspen... hoy
Fecha: 27 de agosto 2011 02:58
Para: Mia Grey; Elliot Grey
CC: Jason Taylor
Hola Mia y
Elliot,
Estoy planeando
sorprender a Anastasia llevándola a Aspen hoy. A parte de tener unos días estresantes y luego
de que Hyde interrumpió en nuestro apartamento, es de necesidad hacer una
escapada de fin de semana. Díganle a Ethan y a Kate que vengan con ustedes,
harían este viaje mucho mejor. Cancelen cualquier plan que tengan, no les
permito excusas. Vamos a volar en
mi Jet. Taylor les informará los detalles. Tienen el tiempo suficiente para
hacer las maletas. Si no, simplemente empacan su cepillo de dientes y comprarán
lo que necesiten en Aspen.
Christian
_______________________________________________________
Entonces le
mando un texto a Taylor para que le informe a la tripulación y que tengan el
jet preparado y me informen de inmediato la hora de salida.
Esto será bueno
para los dos. Me siento sofocado, lenta
y dolorosamente. No tener el control sobre los acontecimientos me tiene
caminando en piedra caliente. ¡Hyde de mierda! ¡Si hubiese estado aquí justo
cuando invadió mi casa, lo hubiera matado! Entonces Ana... ¡Me dijo la
palabra de seguridad! Ella no
confía en mí lo suficiente. ¿Pensaba que
no me detendría? Todavía piensa que podría hacerle daño. No puedo deshacerme de la idea de lo
que podría haberle sucedido la noche anterior... ¿Qué hubiese pasado si el hijo
de puta la secuestra? ¿Y si ella
llega a casa cuando estaba aquí escondido? ¿Y
si la viola, la asesina? Me
muero... He muerto mil muertes, sangrando lentamente por dentro, incapaz de
atender mis heridas, ni poder irme a una esquina para lamerlas. Impotente…
completamente solo… me dirijo al piano. Mi único amigo en este momento... La
única manera que tengo de ahogar mis penas. Me estoy ahogando, y no hay manera
de salir a la superficie. Empiezo a tocar a Chopín. Frío, temeroso,
quejumbroso, triste…
Chopin -
Suffocation
Sofocación de
Chopin y la toco una y otra vez. Termino sólo para empezar de nuevo. Cuánto tiempo ha pasado. ¿Veinte minutos, treinta? No lo sé. Me estoy ahogando. Soy un hombre absolutamente triste, un
hombre en llamas. Siento su presencia, observándome. Poco a poco se abre paso al piano,
pero no levanto la mirada. Se sienta a un lado en el banco apoyando su cabeza
en mi hombro. Le beso el pelo, pero no me detengo hasta terminar la pieza. Ella
mira a escondidas hacia mí con cautela.
_ ¿Te desperté?
Pregunto.
_ Sólo porque
no estabas. ¿Cómo se llama esa
pieza?
_ Es Chopin. Es uno de sus preludios en Mi menor. Se
llama Sofocación. Ella se estremece y entonces se acerca y toma mi mano.
_ ¿Todo esto te
afecto eh?
Resoplo. ¿Afectado? ¿Cómo se las arregla para restarle
importancia a todo? —Un idiota trastornado se mete en mi apartamento
para secuestrar a mi esposa. Ella
no hace lo que se le dice. Ella
me vuelve loco. Usa las palabras de
seguridad en mi contra —Cierro los ojos con fuerza y cuando los abro la
tristeza y el miedo siguen presente— Sí, estoy bastante afectado.
Ella aprieta mi
mano en respuesta. —Lo siento— es
todo lo que dice.
Me doy vuelta y
presiono mi frente contra la de ella —Soñé que estabas muerta— le susurro.
Sus ojos se
abren.
_ Tirada en el
piso... tan fría... y no
despertabas.
_ Hey, era sólo
un mal sueño, me tranquiliza. Ella
toma mi cabeza entre sus manos viendo mis ojos con la infernal angustia.
_ Estoy aquí y
tengo frío sin ti en la cama. Vuelve
a la cama por favor, me suplica tomando mi mano y poniéndose de pie. Necesito saber que ella está conmigo,
mantenerla cerca durante toda la noche. Finalmente me paro y ella mira mi
vientre con mis pijamas colgando bajo, una mirada deseosa, caliente. Pero nos
vamos a la cama y nos envolvemos como la hiedra en una pared.
**** ❦ ♡ ❧ *****
Lo que me despierta
es una mirada sobre mí. Puedo
sentirla incluso en mi sueño. Levanto la
cabeza y miro a mi esposa con ojos soñolientos.
_ Buenos días,
señor Grey, sonríe.
_ Buenos días,
señora Grey. ¿Has dormido
bien? Le pregunto estirándome.
_ Una vez que mi
marido dejó de hacer ese terrible ruido en el piano, sí, lo hice.
Le sonrío
tímidamente. La timidez es algo
que he desarrollado a su alrededor, y yo no sabía siquiera que poseía tal
emoción. —¿Terrible ruido? Me aseguraré, de enviarle un correo
electrónico a la señorita Kathie y hacérselo saber.
_ ¿La señorita
Kathie? Pregunta con curiosidad.
_ Mi profesora
de piano.
Se ríe en
respuesta. El mejor sonido para
escuchar por la mañana.
_ Ese es un
sonido encantador. ¿Tendremos un
mejor día hoy? Pregunto.
_ Claro. ¿Qué quieres hacer?
_ Después de
haber hecho el amor con mi esposa, y ella me prepare el desayuno, me gustaría llevarte a Aspen.
Su mandíbula
cae.
_ ¿Aspen?
_ Sí, digo
reprimiendo una sonrisa.
_ ¿Aspen,
Colorado?
_ El mismo. A menos que lo hayan mudado. Después de todo, pagaste veinticuatro
mil dólares por esa experiencia.
Su sonrisa en
respuesta es afirmación de la vida.
_ Ese fue tu
dinero.
_ Nuestro
dinero, le recuerdo por milésima vez.
_ Fue tu dinero
cuando hice la oferta, dice ella rodando los ojos. Mis cejas se disparan.
_ ¡Oh, señora
Grey, usted y sus ojos en blanco! le susurro y paso mi mano por su muslo.
_ ¿No se tarda
horas llegar a Colorado? Pregunta.
_ No en
jet, respondo seductoramente y paso mi
mano por su nalga, rozando su cuerpo y levantando su camisón de seda para
perdernos el uno en el otro.
**** ❦ ♡ ❧ *****
Vestidos, y con
todo listo para salir, suena mi Blackberry. Miro
el nombre y frunzo el ceño. Es
Elliot. Espero que no esté diciendo
que no para el viaje. Le hago una seña a Ana con mi dedo indicándole que espere
un minuto y entro en mi estudio.
_ ¿Elliot? No
me estarás diciendo que no ¿verdad?
_ Hola a ti
también, Christian dice, y oigo su sonrisa. —No,
no lo estoy. No puedo creer que te esté preguntado esto, porque al ser tan
inexperto, pero bueno… tienes más experiencia que yo en este campo— dice
haciendo una pausa.
_ ¿En qué campo
sería? Pregunto con aprensión. ¿Le habrá dicho Katherine algo sobre mi estilo
de vida?
_ ¡Decidí
preguntarle a Kate si se quiere casar conmigo! Puesto que tú y Ana se ven tan
felices, y estoy enamorado de Kate, ¡Christian ella es única! ¡La amo! Ella
piensa que estoy enojado con ella porque discutimos después de que hablaste
conmigo, y bueno… de todos modos… ella es así… ella no se toma la mierda de
nadie, ese es su carácter ¡Y la amo por eso! Elliot por primera vez lo siento
incoherente con la expresión de sus pensamientos.
Estoy sin
palabras por un momento. ¿Mi
hermano Elliot quien ha sido el tirador más grande desde Casanova, está
enamorado y quiere casarse? ¿Con
Katherine Kavanagh? Yo no soy
demasiado aficionado a ella debido a su comportamiento intrusivo, pero como
ella quiere a mi esposa y es protectora con ella, estoy dispuesto a pasar por
alto algunas de sus transgresiones. No
todas ellas. Solo algunas. Todavía estoy jodidamente enojado por su
intromisión. Pero es la vida de
Elliot. Puede hacer con su vida lo que
quiera. Él podría hacer peor que Kavanagh. Es amiga de Ana y ella la aprecia. No me doy
cuenta de que estoy en silencio cuando Elliot habla de nuevo.
_ ¡Bueno, di
algo! ¡Siempre tienes algo que decir!
_ ¡Wow! ¡Si
ella es a quien quieres Elliot, no podría estar más que feliz por ti!
Oigo un suspiro
de alivio en él.
_ No sé cuándo
y cómo quiero hacerlo, pero estando ustedes allí… ya sabes, viendo el amor
entre ustedes, quizás me dé un poco de coraje y se lo proponga, ya sabes que a
ella le gusta ser el centro de atención.
_ Estoy seguro
de que encontrarás el lugar y el momento adecuado. Estoy muy feliz por ti,
hermano, Y... hago una pausa.
_ ¿Sí?
_ Estoy
contento de que compartieras la noticia conmigo. ¿Papá y mamá lo saben?
_ ¿Qué? ¿Crees
que quiero ese tipo de presión sobre mí? Por supuesto que no. ¡Tú eres el
primero!
_ ¡Estoy muy
emocionado, Elliot! Esperemos que ella diga que sí, le digo para fastidiarlo.
_ ¡Claro que lo
hará! ¡Si no lo hace estoy jodido! Estoy seguro de que tú me consolarás.
_ ¡No apostaría
por ello, Elliot! Me voy a escapar de Seattle con mi esposa. Tú asegúrate de convencerla,
por que no te daré ningún consuelo.
_ ¡Muchas
gracias bro! dice burlón. ¡Nos vemos pronto!
Cuelgo.
_ ¿Quiera era?
Pregunta Ana cuando salgo.
_ Sólo algunos
arreglos nena, le digo, y ella entrecierra sus ojos, pero no pregunta más.
**** ❦ ♡ ❧ *****
La sorpresa
está lista. Todos: Kate y Elliot,
Ethan y Mia, han confirmado que van a venir. Ellos
deben estar antes de que lleguemos a la pista. Estoy ansioso. Quiero que Anastasia
esté siempre feliz, alegre, incluso con solo descubrir que sus amigos estén con
nosotros por un fin de semana escapados en Aspen. Ya me imagino la reacción. Hago un repaso mental chequeando que todo
esté en orden, mientras Taylor nos lleva. El Jet está esperando. Ya ha
avisado al ama de llaves para que la casa esté lista para todos los
invitados. Transporte contratado. ¡Y el
amor de mi vida a mi lado!
Cuando llegamos
al Sea-Tac; el tiempo en Seattle
es sombrío, pero espero que esté mucho mejor en Aspen. ¡Estoy increíblemente feliz! ¡Quiero mostrarle a mi esposa lo que
tenemos en Aspen! Quiero pasar un
buen momento después de todos estos pocos días de mierda. Estoy vestido con mis vaqueros negros
y camiseta blanca. Anastasia
lleva vaqueros que le cuelgan en las caderas, una camiseta y una chaqueta que
la hacen ver caliente. Tomo su mano cuando el carro se detiene en las escaleras
del jet.
_ Tengo una
sorpresa para ti, le digo y beso sus nudillos.
Sus ojos se
iluminan, bailan con curiosidad y ella sonríe.
_ ¿Buena sorpresa?
_ Eso espero,
le digo sonriendo. Quiero que sea
feliz con esto. Estoy emocionado y
conteniendo la respiración para no reír.
Sawyer salta desde
el asiento del acompañante y abre la
puerta de Anastasia. Taylor me abre la mía y luego se devuelve para agarrar
nuestro equipaje del maletero. Tomo la mano de mi esposa y subo los escalones
del jet. Stephan está esperando
en la parte superior de las escaleras y la primera oficial Beighley está en la
cabina lista para el vuelo. Stephan me da la mano.
_ Buenos días,
señor, dice sonriendo.
_ Gracias por
hacer esto en tan poco tiempo, le digo sonriendo a su vez. ¿Todos en su lugar?
_ Sí, señor.
Con eso, Anastasia se da la vuelta y mira en la cabina con los ojos muy
abiertos para encontrar a Kate, Elliot, Ethan y Mia todos sonrientes y sentados en los asientos de
cuero. ¡Anastasia se da vuelta
para mirarme con alegría absoluta!
_ ¡Sorpresa! Le
digo.
_ ¿Cómo? ¿Cuando? Murmura en éxtasis completo y euforia.
_ Me dijiste
que no veías suficiente a tus amigos, le digo encogiéndome de hombros despreocupadamente.
Le doy una sonrisa de disculpa por eso.
_ ¡Oh,
Christian, gracias! Dice con sus brazos alrededor de mi cuello, y me besa con
fuerza frente a todos nuestros huéspedes y la tripulación. En un instante me enciende. Engancho
mis pulgares en las pretinas de sus pantalones y profundizo el beso. Ella está
conmigo.
_ Sigue así y te arrastro hasta el dormitorio, me quejo en
sus labios.
_ No te
atreverías… susurra de vuelta y… ¡ay bebé como me encanta que me retes!
_ Oh,
Anastasia, sonrío y agito la cabeza. La
libero rápidamente, me inclino hacia abajo y la agarro por sus muslos y la
levanto sobre mi hombro como un Neanderthal haría con su esposa.
_ ¡Christian, bájame!
Chilla golpeando mi espalda. Mi
piloto sonríe y se dirige a la cabina sacudiendo la cabeza. Camino a través del estrecho pasillo
pasando por delante de los invitados. La boca de Ethan se abre igual que la del
resto que están gritando y sonriendo.
_ Si me
disculpan, les digo. Tengo que hablar con mi esposa en privado.
_ ¡Christian
suéltame!
_ Todo a su
tiempo, cariño.
Cuando entro en
la cabina, cierro la puerta detrás de nosotros, y finalmente la libero deslizándola
por mi cuerpo. Sonrío
completamente alegre, porque esto es tan absolutamente normal.
_ Fue todo un
espectáculo, Sr. Grey, murmura mientras se cruza de brazos y me mira con desagrado.
_ Eso fue
divertido, señora Grey ¡Estoy tan
jodidamente feliz ahora!
_ ¿Vas a seguir
adelante? Pregunta arqueando una ceja. Ella
se sonroja. Entrecierra los ojos y
reconoce mi intensa mirada que es exclusiva para ella. Yo sé que está pensando
en lo que hicimos aquí en nuestra noche de bodas. Sonrío como el gato de
Cheshire, recordando y ella hace lo mismo.
_ Yo creo que
puede ser grosero mantener en espera a los invitados, le digo y doy un paso
adelante hacia ella. Ella da un
paso atrás y apoya su espalda en la pared. Estoy tan cerca, que estamos en el
campo gravitacional de cada uno. Me
inclino hacia abajo y dirijo mi nariz a lo largo de la ella.
_ ¿Buena sorpresa?
Le susurro mi pregunta, ansioso por averiguarlo. Quiero que ella sepa que yo no estoy
tratando de mantenerla alejada de sus amigos. Estoy
muy ansioso y preocupado por su seguridad. Eso
es lo primero, pero estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para mantenerla
feliz.
_ Christian una
sorpresa fantástica, responde mientras
corre sus manos en mi pecho, finalmente envolviendo sus brazos alrededor de mi
cuello, besándome.
_ ¿Cuándo
organizaste esto? Pregunta mientras se aleja, acariciando mi pelo.
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_ Ayer por la
noche, cuando no podía dormir. Envié un correo electrónico a Elliot y
a Mia y aquí están.
_ Eso fue muy
considerado. Gracias. Estoy segura de
que la pasaremos muy bien.
_ Eso espero. Pensé que sería más fácil evitar la
prensa en Aspen que en casa. Ella se estremece.
_ Ven. Será mejor que tomemos nuestros
asientos. Stephan despegará dentro de poco,
le digo y extiendo mi mano hacia ella y caminamos de nuevo a la cabina. Mi hermano da vítores a medida que
salimos, incapaz de callarse y hace su comentario burlón. —¡Eso
sí que fue un rápido servicio a bordo!— Lo ignoro.
_ Por favor,
damas y caballeros permanezcan sentados ya que pronto iniciaremos el despegue. La
voz de Stephan suena a través del intercomunicador. La azafata Natalie llega a través de
la cabina y recoge las tazas de café vacías y Anastasia la observa como un
halcón cuidando su territorio, por lo que me complace.
_ Buenos días
señor Grey, señora Grey, dice ronroneando mi nombre que ignoro y Anastasia
entrecierra sus ojos. Yo sonrío
educadamente, y tomo mi asiento frente a Elliot y Kate. Anastasia los saluda a todos y se
sienta a mi lado abrochando su cinturón.
_ Espero que hayas
empacado tus botas de escalar, le digo a Anastasia calurosamente.
_ ¿No vamos a esquiar?
Pregunta sorprendida y me hace sonreír.
_ Eso sería un
desafío en agosto, le respondo. Ella
se sonroja.
_ ¿Tú esquías
Ana? Le pregunta Elliot.
_ No.
Extiendo mi
mano y sostengo a mi esposa.
_ Estoy seguro
que mi hermanito podrá enseñarte, dice guiñando un ojo —También es rápido en
las pendientes— añade con doble sentido, haciendo que Ana se ruborice. Me le quedo mirando impasible, pero realmente
estoy tratando de ocultar mi diversión. Cuando el avión comienza a
moverse Anastasia se pone nerviosa. Ella
le tiene miedo a los despegues. La
azafata Natalia comienza con los procedimientos de seguridad con voz clara.
Anastasia entrecierra sus ojos y la examina. ¿Por qué está tan marcada por
ella? Esta mujer no tiene nada demás que
Anastasia.
_ ¿Estás bien?
Le pregunta Katherine a Anastasia. ¿Quiero
decir siguiendo el negocio de Hyde?
Anastasia
asiente en respuesta. Puedo
sentirla tensa bajo mi mano. ¿Por
qué insiste Kate sondeando?
_ ¿Y por qué
enloqueció de rabia de esa forma? Pregunta más. Ella sacude su pelo hacia atrás y se
centra en nosotros. Ella no me
intimida. Miro su emoción y encogiéndome de hombros le
contesto —Lo despedí— le digo
con brusquedad. Pero ella no se
rinde.
_ ¿Por
qué? Pregunta inclinando su cabeza. Esta
vez Anastasia contesta.
_ Intentó hacer
algo conmigo.
_ ¿Cuándo?
_ Hace mucho
tiempo.
_ ¡Nunca me lo
dijiste! Kate explota. ¿Por qué
iba a hacerlo? Soy el marido;
puedo cuidar de mi esposa. Anastasia
se encoge de hombros, casi de disculpa.
_ No puede haber
sido solo por eso honestamente. Me refiero a que su reacción fue demasiado
extrema, ella se vuelve hacia mí ¿Es mentalmente inestable? ¿Qué pasa con toda la información que
tiene sobre ti Grey?
_ Creemos que
hay una conexión en Detroit.
_ ¿Hyde es de Detroit
también? Pregunta con los ojos muy abiertos. Asiento
con la cabeza en respuesta.
Cuando el avión
acelera en la pista, Anastasia se pone más y más nerviosa agarrando firmemente
mi mano. La miro para tranquilizarla y le acaricio sus nudillos con mi pulgar.
_ ¿Qué sabes tú
él? Esta vez Elliot me pregunta con curiosidad, completamente ajeno al hecho de
que estoy irritado por la cantidad de preguntas que hace su novia. Aunque,
todavía sería irrelevante si Anastasia estuviera en el apartamento o no. Estoy irritado por ella. Katherine se inclina hacia adelante
con atención pura, lista para extraer la historia de su vida.
_ Esto es extraoficial,
digo mirando a Katherine deliberadamente. Su
boca se aprieta, pero ella asiente con la cabeza solemnemente.
_ Sabemos poco sobre
él. Su padre murió en una pelea
de bar. Su madre era alcohólica.
El estuvo entrando y saliendo de hogares adoptivos desde niño… y también de
problemas. Más que nada robaba coches. Pasó un tiempo en la correccional de
menores. Su mamá se curo en un programa y Hyde se transformó. Ganó una beca en
Princeton.
_ ¿Princeton?
Katherine le pregunta con curiosidad.
_ Sip. Es bastante listo, le digo encogiéndome
de hombros, aunque estoy nervioso por dentro.
_ No tanto, lo
atraparon, murmura Elliot.
_ ¿Pero están
seguros que no pudo haber hecho todo esto solo? Pregunta Katherine, elevando mi
ansiedad y esto es algo por lo que no quiero preocupar a Anastasia por ahora. Inmediatamente me pongo rígido.
_ No sabemos
todavía, le respondo en voz baja. Anastasia
me mira con horror, dándose cuenta por primera vez del quid de mi angustia.
Nombres y rostros desconocidos… le aprieto su mano de nuevo para tranquilizarla
pero soy incapaz de mirarla a los ojos. Cuando por fin estamos en el aire
tomando velocidad, Anastasia se inclina hacia mí.
_ ¿Qué edad
tiene? Me pregunta en el oído.
_ ¿Treinta y
dos? ¿Por Qué?
_ Curiosidad.
Mi mandíbula se
tensa inmediatamente con tensión. —No seas curiosa con respecto a Hyde, solo me
alegra que el infeliz esté encerrado— le digo.
_ ¿Tú crees que
trabaja con alguien? Me pregunta con ojos expresivos?
_ No sé, le
digo aun con la mandíbula tensa... No
puedo ocultar mi disgusto, aprensión o preocupación.
_ ¿Quizá
alguien que tenga algo contra ti? ¿Cómo Elena? Me susurra. Yo no quiero que
todos escuchen acerca de esto, pero por suerte todos están ocupados en su
propia conversación, así que estamos seguros.
_ ¿Realmente te
gusta hacerla el villano no? Le digo rodando mis ojos, y moviendo la cabeza con
disgusto. —Ella puede ser rencorosa,
pero no haría algo así. No hablemos de ella, sé que no es tu tema favorito de
conversación— Ella siempre resume todo a Elena.
_ ¿Has hablado
con ella? Susurra sin descanso.
_ Ana, no he
hablado con ella desde mi fiesta de cumpleaños. Por favor, para. No quiero hablar de ella, le digo con
mi mirada ferviente y tomando su mano para besar sus nudillos.
_ ¡Consíganse
una habitación! Ah claro ya la tienen, pero no la necesitaron por mucho tiempo,
Elliot sonríe.
_ Vete a la
mierda, Elliot, le digo en reprimenda.
_ Hermano solo
te digo las cosas como son, dice divertido.
_ Como si
superas, le contesto.
_ Te casaste
con tu primera novia, dice señalando a Ana. Los ojos de Ana se ensanchan y se
sonroja.
_ ¿Me puedes
culpar? Le pregunto besando la mano de ella.
_ No, responde
y niega con la cabeza. Mi mujer
se sonroja profusamente, y Katherine le golpea el brazo; la primera cosa que apruebo de ella.
_ Deja de ser un
imbécil, le advierte.
_ Escucha a tu
novia, le digo sonriendo y nuestras bromas terminan, así como así.
Por supuesto,
ella es mi primera novia. Ella es
la única mujer que robó mi corazón y mi alma. No hubo ninguna otra mujer que
entrara a mi vida y lo arreglara.
La voz de
Stephan se puede escuchar de nuevo a través del sistema de altavoces.
_ Señoras y
señores, viajaremos a una altitud crucero de aproximadamente treinta y dos mil
pies, y se estima que el tiempo de vuelo es de una hora cincuenta y seis
minutos, anuncia. Ahora pueden
pasear por la cabina.
_ ¿Alguno desea
café? Pregunta Natalia.
**** ❦ ♡ ❧ *****
Cuando
aterrizamos en Sardy Field, son 12:25pm, hora local. Stephan lleva el avión cerca de la terminal principal.
_ Buen
aterrizaje, sonrío y agito la mano de Stephan cuando nos estamos preparando
para bajar del avión.
_ La densidad
de la altitud es todo señor. Beighley aquí es buena en matemáticas, dice
sonriendo de nuevo.
Asiento con la
cabeza hacia Beighley.
_ Diste en el
clavo Beighley buen aterrizaje.
_ Gracias,
señor, ella sonríe, satisfecha consigo misma.
_ Disfruten su
fin de semana, Sr. Grey, señora Grey, nos vemos mañana, dice Stephan haciéndose
a un lado. Cuando nos bajamos del
jet, Taylor está esperando junto a una furgoneta VW.
_ ¿Minivan? Le
pregunto completamente sorprendido. Taylor
abre la puerta. Él sonríe disculpándose y ligeramente se encoge de hombros. Por supuesto.
_ Último
minuto, lo sé, le digo. Taylor
regresa al jet a buscar nuestro equipaje.
_ ¿Quieres que
nos besemos en la parte de atrás de la van? Murmuro con picardía a Anastasia. Se ríe y es el mejor sonido del mundo.
_ Vamos,
ustedes dos, entren, dice Mía con impaciencia detrás de nosotros. Anastasia se
acurruca contra mí y yo pongo mi brazo en la parte superior del asiento. —¿Cómoda?— le pregunto cuando Mia y Ethan se
sientan en la primera fila de asientos en frente de nosotros.
Su respuesta es
un feliz, "Sí", y me inclino y beso su frente.
Katherine y
Elliot se nos unen en nuestra fila y Taylor carga el equipaje en el maletero.
En poco tiempo ya estamos en camino.
Estoy ansioso
por que Anastasia conozca nuestra casa vacacional. Ella está mirando por la ventana observando
Aspen, mirando los árboles verdes con un toque de colores por el otoño en sus
hojas levemente amarillentas. Pero
el tiempo es absolutamente precioso; azul
cristalino, aunque hay algunas nubes en el oeste. Monte Elbert, el pico más alto de las
Montañas Rocosas es visible hacia delante. Las montañas tienen un color verde
exuberante, aunque desde la distancia se ven azul, y el pico más alto está
todavía cubierto de nieve. Es un
paisaje mágico. Esta es la ciudad
donde juegan los ricos y famosos del país en invierno. La ciudad en los años 70s tuvo excesos
hedonistas también, aunque eso fue mucho antes de yo nacer.
Anastasia se ve
completamente tranquila, triste inclusive. ¿Por
qué? Mi mirada se fija en ella.
Ethan Kavanagh
se da la vuelta y rompe su silencio con
una pregunta.
_ ¿Has estado
en Aspen antes Ana?
_ No, es mi
primera vez. ¿Y tú?
_ Kate y yo
solíamos venir aquí mucho cuando éramos adolescentes. Papá es un gran
esquiador. Mamá no tanto.
_ Estoy
esperando que mi marido me enseñe a esquiar, dice mirándome con expectación.
_ No apostaría
por ello, murmuro petulante como un niño. Yo
no quiero que se caiga y se lastime.
_ ¡No seré tan
mala! Dice ella ofendida.
_ Podrías
romperte el cuello, le recuerdo con miedo evidente en mi cara.
Me mira por un
momento y decide no discutir.
_ ¿Hace cuanto
tienes este lugar?
_ Casi dos
años. Ahora también es suyo señora Grey, le digo en voz baja.
_ Lo sé,
susurra no muy convencida. Pero
ella se inclina y besa mi mandíbula, y se anida a mi lado nuevamente. Finalmente me siento lo
suficientemente cómodo para bromear con mi hermano y Ethan. Mia de vez en cuando salta en la
conversación, pero Katherine está tranquila. Elliot
me dijo que no han hablado desde que se molestó por el incidente de los cócteles. Pobre pendejo está locamente enamorado
de ella. Algo ha cambiado en mi
relación con mi hermano. Nunca he
hablado con él acerca de mujeres en el pasado. Nunca. A pesar de que siempre trataba de
tenderme una trampa cuando éramos más jóvenes. Él, al igual que el resto de mi
familia, no sabían de mis predilecciones. Esta
es la primera vez que se acercó a mí para pedirme un consejo... si lo podía
ayudar para hacerle la pregunta a la trituradora de bolas. Nunca he visto a mi
hermano vuelto loco por una mujer. Ha tenido un sinfín de novias. ¡El ha jodido con toda mujer con atractivo
sexual en Seattle y sus alrededores y se ha quedado pescando en ese estanque
durante años! Y todo lo que le hacia falta era
conseguir a una tenaz Kavanagh, la futura periodista ovarios de
piedra.
Finalmente nos
dirigimos a través del centro de Aspen y Anastasia levanta la cabeza, mirando a
su alrededor con emoción, conociendo la ciudad. Su mirada va hacia los ladrillos rojos,
y hacia los chalets de estilo suizo, y un montón de casas de fines siglo
pintadas en varios colores. La
ciudad abastece a ricos y famosos, y como tal hay numerosos bancos, tiendas de
diseño y restaurantes de cinco estrellas, que implican la opulencia de los residentes de la ciudad y a su estilo de vida.
_ ¿Por qué
elegiste Aspen? me pregunta,
sumida en sus pensamientos.
_ ¿Qué? Le pregunto, confundido con su
pregunta.
_ Para comprar
un lugar, explica.
_ Mamá y papá solían
traernos aquí cuando éramos niños. Yo aprendí a esquiar aquí, y me gusta el
lugar. Espero que a ti también, de lo contrario vamos a vender la casa y elegir
otro sitio.
Ella me mira
sorprendida. Meto un mechón de
pelo detrás de su oreja, no puedo pasar desapercibida su belleza. —Te ves
hermosa hoy— le digo y ella se sonroja. Todavía le cuesta recibir un cumplido. Pero
eso es todavía uno de sus encantos. Me
inclino y la beso, largo, dulce, tierna y amorosamente.
Cuando la camioneta
se abre camino fuera de la ciudad, empezamos a subir al otro lado del valle.
Los ojos de Ana se iluminan y ella mira a su alrededor con curiosidad ¡Me
siento jodidamente nervioso! ¡Espero
que le guste la casa! ¿Y si no le gusta? Me siento tenso.
_ ¿Que sucede? pregunta
sintiendo mi estado de ánimo.
_ Espero que te
guste, le digo en voz baja. Llegamos.
Taylor frena en
bordeando la entrada hecha de piedras, cuando se abre la puerta sigue su camino
hasta finalmente detenernos frente a la casa. Es una casa muy a mi estilo,
construido en madera oscura y piedra mixta. Espero que a ella le guste.
_ Hogar, le
digo cuando comienzan a bajar de la camioneta.
_ Parece
bonita, es su respuesta.
_ Ven a ver, le
digo completamente excitado.
Mia corre por
las escaleras y corre a los brazos de la señora Bentley, abrazándola con
fuerza.
_ ¿Quién es esa? Anastasia pregunta mientras la ayudo a salir de la camioneta.
_ La señora
Bentley. Vive aquí con su marido. Ellos cuidan el lugar, le explico. Mia está haciendo la presentación de
todos.
_ Señora
Bentley, este es Ethan Kavanagh, dice haciendo una pausa. Supongo que no han definido su
relación, porque ella frunce el ceño ligeramente, y obvia la palabra novio. Luego continúa. ¡Y ella es Kate Kavanagh, la novia de
Elliott!
Elliot también
abraza a la señora Bentley, y tomo la mano de mi esposa y la llevó a nuestra
casa.
_ Bienvenido de
nuevo, señor Grey, ella me sonríe amablemente.
_ Carmella,
esta es mi esposa, Anastasia, les presento a mi esposa con orgullo. Su nombre es una letanía en mi lengua.
_ Señora Grey,
Carmella asiente hacia Anastasia con respeto.
_ Espero que
haya tenido un vuelo agradable. Se supone que el tiempo va a estar bien todo el
fin de semana, aunque no estoy segura, dice mirando las oscuras nubes que están
en el cielo —El almuerzo está listo para cuando lo desee— dice sonriendo de
nuevo. Sus ojos oscuros son
cálidos y agradables.
_ Ven, agarro a
Ana y la subo en mis brazos.
_ ¿Qué estás
haciendo? ella chilla.
_ Cargándola
por otro umbral señora Grey, le respondo.
Ella sonríe, y
yo la llevo por el amplio pasillo. La
beso brevemente y la deposito en el suelo de madera.
Anastasia se
para y mira a su alrededor. La decoración interior es similar a la gran sala de
Escala. Paredes blancas, madera
oscura, y arte abstracto contemporáneo. El
pasillo se abre a una amplia zona de estar, donde tres sofás de cuero blanco
rodean una impresionante chimenea de piedra que es la pieza central de la sala. Cojines de colores están esparcidos alrededor
de los sofás. Mi hermana agarra la mano de Ethan y lo lleva a enseñarle
la casa. Los miro y todavía no sé si confiar en Ethan como novio de mi hermana.
El después de todo quería con mi esposa. No estoy del todo seguro que ese
sentimiento se haya ido. Mi boca se adelgaza con el pensamiento. Niego con la
cabeza y me volteo hacia Ana. ¡Ella es mí esposa!
Katherine silba
impresionada con el estilo de la casa.
_ Bonito lugar,
dice.
Elliot está
ayudando a Taylor con el equipaje.
_ ¿Recorrido?
Le pregunto a Ana. Quiero mostrarle todo. Especialmente el dormitorio principal. Estoy emocionado y ansioso. Quiero que mi esposa lo apruebe.
_ Claro,
responde ella. Me parece que está
disgustada por algo. ¿Por qué? ¿No le gusta lo que ha visto hasta
ahora? O… se ve como cuando estábamos en París, durante nuestra luna de miel.
Se comparaba con Sabrina. Frunzo el ceño pero no le digo nada y tomándola de la
mano la llevo a través de las diversas habitaciones. Le muestro la cocina, la
bodega de vinos, el estudio con un televisor y una mesa de billar. Su
comportamiento cambia por primera vez. Me
doy cuenta de que se queda con la boca abierta. Ella sabe exactamente lo que
estoy pensando.
_ ¿Quieres
jugar? Le pregunto con un brillo perverso. Ella
niega con la cabeza, y mi frente se surca de nuevo. ¿Por qué tan triste? ¿Qué está mal? La tomo de la mano y la llevo al
primer piso. Hay cuatro suites con baños propios y el dormitorio principal con
una cama enorme, de hecho es más grande que la que tenemos en Escala y en frente
de ella un gran ventanal con vista sobre Aspen y hacia las montañas.
_ Esa es la
montaña Ajax o la montaña Aspen si prefieres, le digo mirándola con cautela con
mis dedos enganchados en las pretinas de mis pantalones. Ella no dice nada,
simplemente asiente.
_ Estás muy
callada. Su tranquilidad me pone ansioso.
_ Es precioso
Christian, dice, pero no hay vida en sus palabras. Está completamente aprensiva, camino en
cinco grandes pasos y me paro frente a ella. Levanto
su barbilla y saco su labio inferior del cautiverio de sus dientes. Ella esta
muy pensativa.
_ Eres muy
rico.
_ Sí.
_ A veces, me
toma por sorpresa lo rico que eres.
_ Somos, le
corrijo.
_ Somos… ella
murmura automáticamente.
_ No insistas
sobre esto, Ana, por favor. Es sólo una casa, dije recordando su estado de
ánimo en París.
_ ¿Y qué hizo
exactamente Gia aquí?
_ ¿Gia? Le pregunto levantando una ceja,
completamente sorprendido.
_ Sí. ¿Ella
remodeló este lugar?
_ Lo hizo. Ella
diseñó el estudio de la planta baja. Elliot hizo la construcción ¿Por qué
estamos hablando de Gia?
_ ¿Sabías que
tuvo una aventura con Elliot?
La miro por un
momento. Estoy confundido. ¿Por qué estamos hablando de Gia, y
luego de mi hermano? ¿Está molesta
porque Elliot se la follaba?
_ Elliot ha jodido
a la mayoría de Seattle, Ana.
_
Principalmente mujeres, entiendo, le bromeo para aligerar su humor. Su
rostro se ve sorprendido.
_ ¡Nooo! Dice
sorprendida. Asiento con la
cabeza.
_ No es asunto
mío, le digo levantando mis manos.
_ No creo que
Kate lo sepa. ¡Oh, esto se trata
de su mejor amiga!
_ No estoy
seguro de que él transmita esa información. Kate debe tener la suya. Anastasia
me mira sorprendida, con incredulidad. Inclino mi cabeza hacia un lado y trato
de descifrar el interés de mi esposa en mi hermano. —Esto no puede ser sólo
sobre Gia o la promiscuidad de Elliot— le digo.
_ Lo sé. Lo
siento. Después de todo lo que ha pasado esta semana, es sólo que... dice
incapaz de poner fin a su condena, y ella opta por encogerse de hombros. Su cara se cae, sus ojos rebosan de
lágrimas. No me gusta ver a mi
mujer llorando, pero también estoy abrumadoramente aliviado de que ella no está
enamorada de mi hermano. La atraigo
hacia mis brazos con fuerza. Mi nariz está inhalando el aroma de su
pelo.
_ Lo sé. Yo
también lo siento. Vamos a relajarnos y disfrutar ¿de acuerdo? Puedes quedarte
aquí y leer, ver la odiosa televisión, ir a las tiendas, de excursión, o de
pesca incluso. Cualquier cosa que quieras hacer y olvida lo que dije de Elliot.
Eso fue indiscreto de mi parte.
_ De cierta
manera ahora entiendo porqué siempre te toma el pelo, murmura, mientras
acaricia mi pecho.
_ Realmente no
tiene idea acerca de mi pasado. Te lo dije, mi familia asumió que era gay.
Célibe, pero gay.
Se ríe en
respuesta, posiblemente recordando su pregunta. —Pensé que eras célibe. Cuan
equivocada estaba— dice y envuelve sus brazos alrededor de mí.
_ ¿Señora Grey
se está burlando de mí?
_ Tal vez un
poco. Sabes, lo que no entiendo es ¿Por qué tienes este lugar?
_ ¿Qué quieres
decir? Le pregunto sin entender
la pregunta.
_ Tienes el
barco lo cual entiendo, un apartamento
en Nueva York por negocios pero ¿Por qué aquí? No es como si lo compartieras
con alguien.
¡Por supuesto! ¡Ella piensa que tengo este sitio para
compartirlo con otra mujer! De alguna
manera, en lo más profundo de mi corazón, yo sabía que iba a compartir con ella
sin siquiera conocerla. Una verdad que nunca me admití a mí mismo. —Estaba esperando por ti— le digo en
voz baja.
_ Eso es... algo
muy bonito.
_ Es cierto, no
lo sabía en ese momento, sonrío tímidamente.
_ Me alegra que esperaras.
_ Vale la pena
esperar por usted señora Grey, digo inclinando su barbilla con mi dedo y la
beso con ternura.
_ Por usted
también. Aunque siento que hice trampa. Yo no tuve que esperar mucho tiempo por
ti después de todo.
Sonrío. ¿Tanto premio soy?
_ Christian,
eres la lotería del estado, la cura contra el cáncer y los tres deseos de la
lámpara de Aladino, ¡todo en uno! ella declara.
Levanto una
ceja.
_ ¿Cuando te
darás cuenta de esto? Eras un soltero muy codiciado. Y no me refiero a esto
—indica con la mano haciendo con desdén— Me refiero a esto, —dice en voz baja
poniendo su mano sobre mi corazón. Mis ojos se abren. Yo no soy digno de una relación como
esta— Créeme, Christian, por
favor, susurra mientras me agarra la cara con las manos, y acerca sus labios a
los míos. Me quejo porque sé la bestia que hay en mí. Su lengua invade mi boca
con confianza hasta que nos quedamos sin aliento. Todavía me siento indigno de
ella.
_ ¿Cuando vas a
hacer que pase por tu cráneo excepcionalmente grueso que te amo? pregunta
completamente exasperada.
_ Un día, es mi
respuesta. Pero no hoy.
Ella sonríe, y
no puedo evitar sonreír a su vez.
_ Ven. Vamos a comer
algo, los demás se estarán preguntando donde estamos. Podemos discutir lo que
todos queremos hacer. Y como para contradecir lo que he dicho escuchamos un
trueno que nos advierte que la lluvia está por venir. No podemos salir, pero
bautizaremos la suite principal justo después de alimentar a mi esposa.